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Full text of "Revista del Museo de La Plata"

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MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY. 


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OCT 4 1898 


REVISTA 


12, 915 DEL 


MUSEO DE LA PLATA 


DIRIGIDA POR 


FRANCISCO P. MORENO IS 


Fundador y Director del Museo 


TOMO “VIII 


LA PLATA 


TALLERES DE PUBLICACIONES DEL MUSEO 


5, 
1898 


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REVISTA 


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IMMUSIO DE LA PLATA 


DIRIGIDA POR 


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Fundador y Director del Museo 


TORMO ELE 


LA PLATA 


TALLERES DE PUBLICACIONES DEL MUSEO 


1898 


REVISTA 


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FINES DE VERANO 


EN LA 


TIERRA DEL FUEGO 


POR EL 


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Encargado de la Seccion Zoológica del Museo de La Plata. 
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OCT + 1898 


FINES DE VERANO 


EN LA 


IEEE CA.. LD E E EU ECO 


POR EL 


Dr. FP, LAHILLE 


Encargado de la Seccion Zoológica del Museo de La Plata. 


Desde mucho tiempo atrás, el Gobernador de la Tierra del 
Fuego, Teniente Coronel P. Godoy, deseaba hacer estudiar las 
producciones naturales del territorio á su cargo. Habiendo 
obtenido del Gobierno central que el transporte nacional 
«Ushuaia» fuera puesto á su disposicion, en los primeros dias 
de Noviembre de 1895, el Gobernador solicitó del Dr. F.P. Moreno, 
director del Museo de La Plata, el envío de algunos naturalistas 
para realizar estos proyectos. 

En consecuencia el Dr. Alboff fué elegido como botánico y 
el que suscribe como encargado de las observaciones geológicas 
y zoológicas. Dos ayudantes, los señores Beaufils y De Lahitte, 
fueron designados para acompañarnos. 

A mas del «Ushuaia», había sido convenido que dispondria- 
mos de una chalupa á vapor, destinada á las pequeñas escur- 
siones costeras, permitiendo atracar en los puntos donde hubiera 
sido imprudente abordar con el transporte. 

Partimos el 16 de Enero de 1896; el 30 del mismo llegamos 
á Punta Arenas y el 3 de Febrero desembarcamos en Ushuaia. 

Circunstancias independientes de la buena voluntad del Go- 
bernador de la Tierra del Fuego, no nos permitieron disponer 
al principio del «Ushuaia», buque que nos había conducido, 
ni de la chalupa á vapor que nos había sido prometida. El 9 
de Marzo solamente, pude aprovechar el viaje de ese transporte 
á San Sebastian para visitar esta última localidad. Debía bajar 
al mismo tiempo en la Bahía de Slogett para estudiar allí las 


Ls 


existencias carboníferas, pero al último momento el coman- 
dante juzgó imprudente el desembarque y el 16 de Marzo es- 
taba de regreso á Ushuaia, despues de haber perdido por 
completo, bajo el punto de vista de las investigaciones, nueve 
dias enteros y despues de haber tenido que soportar sobre la 
costa Este de la Tierra del Fuego una espantosa tempestad 
que duró cuarenta y ocho horas. 

Mis estudios no han podido por consiguiente tratar mas 
que sobre Ushuaia y sus cercanias, desde el rio Olivaia 
hasta el valle del Lago de Lapataia. En este espacio re- 
ducido solo he podido estudiar, bajo el punto de vista zooló- 
gico, la fauna terrestre y la fauna costera; y bajo el punto de 
vista geológico, la topografía general, la mineralogía y la estra- 
tigrafía de los montes Martial, de la península de Ushuaia 
sobre la cual se levanta la Mision Anglicana, así como los al- 
rededores de Lapataia. Las observaciones que hice en San Se- 
bastian, en la Isla de los Estados, en la Isla de Navarino 
(Puerto Toro), en Puerto Harberton son demasiado reducidas 
para poder constituir capítulos distintos de ese informe. 

Por fin, una tribu Ona formada de 88 indígenas (hombres, 
mujeres y niños) traida de San Sebastian á Ushuaia me ha 
permitido recoger nuevos datos (fotografias, medidas antropo- 
métricas, lengúistica, costumbres, etc.), sobre ese grupo en 
camino de rápida desaparicion. 

Pero antes de abordar el estudio de estas varias cuestiones, es 
indispensable, para proceder lógicamente, indicar las condiciones 
físicas del medio donde hace sus evoluciones todo el mundo 
orgánico en el Sudeste de la Tierra del Fuego. 

En esa isla, que sería mas conveniente llamar Onista como 
el señor Th. Bridges lo propuso en 1886 para evitar toda con- 
fusion con el archipiélago entero, debe establecerse tres grandes 
regiones. 

La primera exclusivamente habitada por Onas se estendería 
desde el cabo Espíritu Santo al Noreste, al cabo situado al 
límite Sud de la Bahía Inútil. Al Oeste seguiría las alturas, 
desde Nose Peak hasta Monte Hope; y sería limitada al Sud 
por la region de los grandes bosques y de las cadenas de 
montañas que se levantan á lo largo de todo el canal del Beagle. 

La segunda region comprendería toda la inmensa península 
en la cual la division céntrica sería la formada por la cadena 
de montañas que reune el monte Sarmiento (7320 p.) con el 
Darwin (7000 p.), casi todas cubiertas de hielo y nieves eternas 
yla cual forma en la punta Oeste. la península de Brecknock. 


—— 


Los Alukceluf ocupan las orillas de la parte Norte y Sud- 
oeste de esta gran península, que parece limitada al lóste por 
el estrecho del Almirantazgo, el desagiúe del lago Fagniano y la 
Bahia de Yendegaia la cual geológicamente se prolonga con el 
estrecho de Murray aislando del resto del archipiélago de Hornos, 
las islas Navarino, Picton, Lennox y Nueva. 

La tercera region de la Onisia, habitada puede decirse an- 
tes por los Yaghanos, que ocupaban igualmente todo el archi- 
piélago del cabo de Hornos, es mucho más reducida que las 
dos precedentes y forma la lonja estrecha de tierra que se 
estiende desde la orilla Norte del Canal del Beagle hasta Buen 
Suceso y hasta los grandes macizos montañosos paralelos á las 
grandes depresiones que han producido el Canal. 

En dos artículos publicados en Junio de 1896 he indicado en 
el «Courrier de La Plata» la climatología general de esa region 
así como el aspecto general de su flora. Mi compañero de 
viage el doctor Alboff especialmente competente en esa ma- 
teria ha estudiado científicamente en sus trabajos (*) este último 
punto del cual no he hablado sino como turista. No tengo por 
consiguiente por qué volver á hablar de ello aquí. 


PARTE PRIMERA 


Condiciones fisicas generales de Ushuaia 


Ushuaia se levanta al pié de una espléndida bahia for- 
mada por el Canal del Beagle, ancho en ese punto de seis mi- 
llas marinas mas ó menos. Desde el Nordeste al Oeste se en- 
cuentra protegida por la gran cadena del Monte Martial, que 
forma el fondo del primer panorama (lámina 1). 

Desde el Oeste al Sud está protegida por dos islas, ahora 
unidas á la tierra firme formando la península de Ushuaia, conti- 
nuándose geológicamente por el archipiélago de Bridges formado 
por las islas Bridges, Warden, Rabbit, Lucas, Despard, etc., y 
donde siete pequeños islotes nombrados Les Eclaireurs constitu- 
yen la punta extrema. 


(1) «Revista del Museo de La Plata». Tomo VII, 1896. 


E 


La bahia verdadera mide así un largo de 9 millas más ó 
menos, dirigida del Este al Oeste (direccion magnética) y sensi- 
blemente paralela á la bahia de Lapataia, como tambien 
á la de Yendegaia, á los estrechos de Murray y del Almiran- 
tazgo, al cana) Gabriel de la isla de Dawson etc., etc., es 
decir que ésta forma parte del gran sistema de roturas parale- 
las dirigidas del O.-N.O. al E.-S.E., que ha impreso al Sud del 
continente americano una marca característica muy especial. 

De todo esto dos conclusiones se deducen bajo el punto de 
vista de la biología marítima de Ushuaia. 

La corriente principal de la marea roza la isla de Navarino, 
entre esas costas y las islas de Lucas, Despard y los Keclaireurs. 
Es ahí donde se encontrarán las mas grandes profundidades 
(de 70 á 100 brazas mas ó menos); es ahí donde será preciso 
buscar los bancos de peces migratores, los lobos, los mas 
grandes bancos de mejillones, la fauna pelágica, etc. 

En la bahia de Ushuaia propiamente dicha, ó fondo de la 
bahia verdadera, limitada por la Punta Jones y la extremidad 
Sudeste de la península, no se encontrará sino excepcionalmente 
estos animales y solamente despues de una marejada grande 
acompañada de viento Este ó Sudeste bastante fuerte y continuo. 

Detesto el abuso de nombres nuevos tanto en los trabajos 
científicos como en las descripciones geográficas. Pero siempre 
con el propósito de precisar las localidades en las cuales se 
ha encontrado tal ó cual animal, ó bien donde se ha observa- 
do tal ó cual fenómeno, es indispensable dar nombres á los 
principales accidentes del terreno que no los tienen y los cua- 
les es necesario mencionar. 

ls por esto que en los tres panoramas de la lámina Í se 
encontrará un cierto número de nombres nuevos que facilita- 
rán mas tarde el control de los que quieran verificar ó repetir 
las observaciones ó experiencias que hemos podido hacer. 

La reduccion á que se han sometido los originales de los 
panoramas, es tal, que todos los detalles han desaparecido; 
estos no deben ser considerados por consiguiente sino como 
perfiles destinados á dar una idea general del paisaje. 

El panorama de Ushuaia fué tomado desde la extremidad 
del desembarcadero principal. La Punta Jones indica la direc- 
cion E.-N.HE. y la Mision Anglicana la direccion Sud. 

Toda la parte del horizonte comprendido desde el Sud al 
liste y del Iste al Noreste no está representado y se encuen- 
tra formado por la isla Navarino. Tras la península, apercíbese 
á lo lejos la cadena de los montes Sampaio, constituyendo la 
arista Norte de la península de Dumas (isla Hoste). 


ATAR 


Llegando al istmo que separa las dos islas primitivas que 
forman la península actual de Ushuaia y ascendiendo un pe- 
queño montículo aislado que allí se encuentra, se admira uno de 
los mas hermosos paisajes que se hayan conocido y el cual está 
representado por el segundo panorama de la lámina Í, que no 
ofrece sino una idea vaga de lo que es en realidad. A sus piés se 
estiende una inmensa llanura verde en la que un pequeño lago 
aparece como una mancha de plata. Sobre la derecha se elevan 
insensiblemente las orillas de la isla primitiva de la Mision. 
Tras ella siguen cadenas de bosques espesos paralelos á la 
cadena principal del monte Martial; estos son dominados por las 
altas cumbres de los montes Godoy y Bridges que limitan por 
delante el circo del Ventisquero de la Mision. 

En direccion Oeste entre el monte Hyades y el cerro Susana 
apercíbese el Portillo que se dirige hácia la bahia de Lapataia. 
Delante de ellos divísanse bosques de un verde mas oscuro que 
se destacan sobre el verde mas claro de la campiña que los 
rodea. Distínguese igualmente una série de repliegues del terreno 
constituidos por formaciones glaciales de diferentes edades. 

A la izquierda surge sobre la primera llanura la pequena 
bahia de los Rodados, último vestigio del estrecho situado 
entre las islas de la Mision y de la Fuente mineral; la punta Nor- 
oeste de esta última (Punta Mejillones) y la gran bahia de 
Lapataia vieja, sobre cuya orilla fué establecida la primera re- 
duccion de indios. 

Finalmente, en el horizonte se destaca la cima de la Vírgen 
(4402 p.), el pico mas elevado de la cadena de los montes Sampaio. 

He tomado el tercer panorama desde las alturas del cerro 
Bella-Vista, situado sobre la márgen derecha del brazo Sur de 
la desembocadura del gran lago de Lapataia. Este ocupa todo el 
fondo de un inmenso valle rectilinio comprendido entre el cor- 
don montañoso poco recortado en donde el Nene y el monte 
Zavalla forman las mayores alturas y la série de pirámides 
paralelas y puntas muy agudas donde el Frigio constituye la 
cumbre mas meridional. 

Entre esta cadena y la Mesa Real que se levanta vertical- 
mente como una poderosa pared sobre la costa Oeste de la 
bahía de Lapataia, apercíbese una gran quebrada que conduce 
á la bahía de Yendegaia. En fin, por delante se ve el Frigio v 
á sus piés la isla Sonrisa donde se levanta el aserradero «La 
Argentina», primer establecimiento industrial de la Tierra del 
Fuego. 

Profundamente recortada en todos los costados, esta isla 
ofrece una infinidad de bahías y penínsulas. Los puntos de 


E 


vista pintorescos son numerosos; peñas áridas y desnudas, 
bosques, manantiales, prados, en fin nada falta. Creo inútil 
añadir que se puede estar seguro de encontrar siempre allí 
la acogida mas halagúeña y las mas delicadas atenciones. Los 
pocos dias que he pasado en esa localidad, acompañado del señor 
doctor Zavalla, cuentan en los mejores que he tenido durante 
mi viaje. Es, pues, para mi al mismo tiempo un deber y un 
placer manifestar aquí toda mi gratitud. 

Un plano que acompañará la parte zoológica permitirá darse 
cuenta de los alrededores de Lapataia v de Ushuaia, donde he 
levantado igualmente bosquejos sea por medio del teodolito ó 
con la brújula prismática. 

Antes de terminar estas generalidades, debo decir todavía 
algunas palabras sobre la eleccion de Ushuaia para sitio de las 
autoridades del territorio. 

En una conferencia de las mas interesantes dada en la 
Sociedad de Geografía por el señor Popper, éste examinando 
la misma cuestion dijo lo siguiente: 

«La capital de la Gobernacion es Ushuaia, situada á inme- 
diaciones de la frontera de Chile, en la hermosa bahía del mismo 
nombre y cireundada por grandes y escotadas montañas cubier- 
tas de eterna nieve que hacen imposible la comunicacion con el 
interior del territorio..... Si esta situacion respondía perfecta- 
mente á la obra civilizadora del senor Bridges, ningun motivo 
explica su eleccion para capital de un territorio del que se en- 
cuentra incomunicada. Ushuaia capital de la Gobernacion es 
ni mas ni menos como la Isla de los Estados, capital de la 
República». 

Popper va aún mas allá y propone reunir administrativa- 
mente la Tierra del Fuego argentina al Territorio de Santa 
Cruz. No tengo opinion nueva ni objeciones que exponer al 
respecto, pero en lo que concierne al primer punto, no hay duda 
de que Ushuaia sea una localidad bastante mal situada para 
residencia de las autoridades y de la fuerza pública. Sin embar- 
go, como es preciso que la capital de un territorio del Sud tenga 
acceso fácil para las grandes embarcaciones y como la Tierra 
del Fuego argentina no presente ningun otro puerto en mejores 
condiciones, hay por consiguiente necesidad de admitir que el 
gobierno del Territorio no puede residir en otro punto sino en 
Ushuaia. 

Debe pues considerarse como muy urgente la necesidad de 
buscar y trazar un camino que ponga en comunicacion Ushuaia 
con Rio Grande, verdadero centro de toda esa region. El señor 
Gobernador me ha hablado amenudo sobre ese proyecto, el cual 


RE 


forma parte de sus meditaciones y hay que esperar que el (Go- 
bierno central le dará sin tardanza los medios para realizarlo. 

En mi última conferencia sobre «Aplicacion de las ciencias 
naturales á la colonizacion de los territorios del Sud». he indi- 
cado la necesidad y urgencia de empezar los estudios del suelo 
y de sus producciones actuales ó posibles por las regiones mas 
australes y si insisto todavía, es porque es para mi un deber 
de conciencia, pues deseo que un dia la República Argentina 
no tenga ocasion de sentir las consecuencias de una fatal in- 
diferencia. 

La exploracion metódica de la Tierra del Fuego; la valori- 
zacion de sus tierras; la explotacion racional de sus bosques; 
como tambien la utilizacion de sus riquezas costeras, deben ser 
el objeto principal de los primeros esfuerzos. Hs preciso que 
la Onisia se haga un centro de produccion, con vida propia y 
sería muy fácil obtener ese resultado por medio de una acertada 
distribucion de las tierras y una conveniente reparticion de los 
cargos y de los privilegios. 

Segun las indicaciones de la comision científica de la «KRo- 
manche» establecida en la Bahia Orange cerca del falso Cabo de 
Hornos, el Rev. Thomas Bridges recogió, desde el 1% de Diciem- 
bre de 1882 hasta el 1% de Diciembre de 1883, una série de 
observaciones meteorológicas consignadas en las memorias de 
la mision francesa. 

Estas forman los primeros documentos que poseemos sobre 
la climatología de Ushuaia muy interesantes de conocer, no tan 
solo bajo el punto de vista teórico sinó tambien práctico, ahora 
sobre todo que el Gobierno parece preocuparse seriamente de 
colonizar esos parajes. Desgraciadamente las observaciones de 
1883 no fueron continuadas ni por el Rev. Th. Bridges, ni por 
el Sr. Lawrence, su sucesor como director de la Mision Anglicana. 

El 10 de Febrero último, encontrándome en Ushuaia, el 
Gobernador tan celoso de la Tierra del Fuego me invitó á 
que procediera á la instalacion de algunos instrumentos de 
meteorología que habia obtenido del Gobierno de la Nacion. 

Acepté con gusto este acrecentamiento de trabajo y hasta 
el 14 de Abril, dia de regreso de nuestra comision, he reco- 
gido en persona la mayor parte de las observaciones consignadas 
en los cuadros anexos. 

He indicado después al personal de la administracion la 
técnica que debía seguir en las varias observaciones, asi como 
la práctica de las correcciones y sin duda se podrán comparar 
sus resultados á los que fueron obtenidos por el Rev. Th. Bridges. 
Estoy seguro que las diferentes manipulaciones sean efectua- 


— 10 — 


das por el señor H. Menzies con tanta inteligencia como exac- 
titud y celo para el gran provecho de la ciencia y del país. 

He elejido para la ubicacion de la estacion meteorológica un 
pequeño llano, situado sobre una de las primeras ondulaciones 
del terreno paralelas á la cadena de los montes Martial. Allí 
el horizonte está despejado por todas partes. Ninguna construc- 
cion inmediata ni plantacion modificarán los resultados de las 
observaciones. La estacion está al mismo tiempo en la proximidad 
de las oficinas del Gobierno, para que el acceso á ella, aun 
durante el invierno sea siempre fácil. 

El barómetro Fortin ha sido colocado cerca de una ventana 
de la farmacia de la Gobernacion y se ha tenido un cuidado 
muy grande para su verificacion y arreglo. Los dos termó- 
metros de máxima y mínima así como el psicrómetro han 
sido instalados bajo un abrigo especial con triple techado y 
ventanas laterales. 

Comparando varias veces y en condiciones muy diferentes los 
resultados del termómetro seco del abrigo y de un termómetro 
fronda, no he encontrado sino muy insignificantes discordancias. 
Puédese entonces tener entera confianza en la buena exposicion del 
abrigo y en las indicaciones de los termómetros seco y mojado. 

No quiero ser tan afirmativo á propósito de los termómetros de 
máxima y mínima. Bajo la influencia de ráfagas muy frecuen- 
tes, á lo menos en verano en esos parajes, el abrigo presenta 
efectivamente vibraciones bastante considerables, aunque haya 
tenido la precaucion de enterrar profundamente los largueros 
verticales y á pesar de arcos flexibles para impedir la brus- 
quedad de las oscilaciones. 

Cuando el viento sopla con violencia, pueden moverse enton- 
ces los indicadores. Sería preciso, y creo de suma necesidad, colo- 
car resortes amortiguadores ó modificar el modo de suspension. 

Delante del abrigo he instalado, sobre pequeños mástiles, de 
un lado el pluviómetro de agua y del otro un pluviómetro de 
nieve. En fin, atrás, una veleta de cuadro hu sido colocada en 
la punta de un trípode de 2 m.50 c., y un reloj de sol desti- 
nado á dar á medio dia la hora justa á los habitantes de la 
localidad, completa esta instalacion modesta. 

El abrigo encuéntrase situado á 25 metros mas ó menos 
sobre el nivel del mar y el barómetro á 10 metros. En fin, no será 
quizá inútil recordar que la situacion geográfica calculada de 
la Mision protestante de Ushuaia en 1883, es la siguiente: 
94” 49" 22” latitud Sur y 681833” longitud Oeste. 

Es de sentir que el Gobierno no haya enviado -un anemó- 
metro de Robinson y un higrómetro anotador. Creo que será 


E y 


suficiente señalar esa necesidad para que sea llenada lo mas 
pronto posible. 

Sería tambien de desear que se enviara igualmente á Ushuaia 
algunos termómetros especiales destinados al estudio de la tem- 
peratura del suelo en diferentes profundidades; á quince y treinta 
centímetros por ejemplo. No solamente podria uno darse cuenta 
de las condiciones de existencia de las esencias bosqueras, sinó 
tambien de las variadas plantas útiles que se podrian aclimatar 
con suerte y éxito. 

Habría á mas gran interés científico en determinar á qué 
profundidad la temperatura se mantiene en toda estacion y 
durante largos años invariable é igual á la temperatura media. 

En Paris esa capa encuéntrase entre S y 10 metros bajo la 
superficie del suelo y corresponde á la temperatura constante 
de 102. En la península Hardy dentro del suelo turboso y hú- 
medo de los valles, la oscilación anual de la temperatura puede 
ser considerada como absolutamente nula á 2 m. 50 y + 5%1 
representa la temperatura media en esa capa. 

En Ushuaia, en un suelo de condiciones iguales, debe de 
ser mas ó menos lo mismo, pero sería indispensable asegurarse 
de ello y estender en seguida esas observaciones á los terrenos 
relativamente secos. Sería curioso constatar en seguida la pro- 
fundidad media á la cual alcanzan las raices de los hayas an- 
tárticos y de los hayas de hojas de abedul. 

Lo que acabo de mencionar á propósito de las plantas debo 
repetirlo á propósito de los animales. 

Es preciso estudiar las condiciones biológicas de las especies 
litorales de Ushuaia (Almejas, Lithodes, Paralomis, Notothe- 
nia, etc., etc.) de las cuales algunas ofrecen ya una fuente de re- 
cursos muy provechosa. Es preciso estudiar la posibilidad de la 
aclimatacion de ciertas especies (langostines, bacalao, ete., etc.), 
y para todo esto es indispensable anotar, durante algunos años á 
lo menos, la temperatura del agua del mar que es uno de los prin: 
cipales factores que debe tenerse en cuenta en estas cuestiones. 

Vistas mis ocupaciones de naturalista, de una importancia 
inmediata mas grande, no he hecho en Ushuaia mas que una 
observacion diaria de la temperatura del agua á la 1 p.m. 

Sería mucho mas preferible tomar esa temperatura á las 7 
ó álas 8 de la mañana y tambien á las 4ó6 5 de la tarde. 

Las temperaturas del agua del mar han sido tomadas en la 
extremidad del muelle principal; el termómetro era colocado 
dentro de un balde al cual se dejaba tomar el equilibrio de la 
temperatura antes de volverlo á subir. En cuanto á la tempe- 
ratura del agua dulce era observada en la pequeña derivación 


BA 


del arroyo Rodriguez, que emplean los vapores para proveerse 
de agua. 

En Usuhaia, el agua del mar presenta una temperatura re- 
lativamente elevada en comparacion del término medio obser- 
vado por el comandante Correa en San Sebastian que solo 
durante el mismo período del año fué de + 4%8. Es cierto 
que el puerto de Ushuaia es una especie de gran lago cerra- 
do en comparacion del mar abierto de San Sebastian. De todas 
maneras, la diferencia paréceme excesiva, puesto que en condi- 
ciones análogas á las de Bahía Orange, el término medio anual] 
es de + 75. Solamente observaciones largas y sobre todo no 
interrumpidas permitirán darse cuenta de la marcha de las 
corrientes cálidas y frias de superficie donde la influencia en la 
distribucion de esas temperaturas debe ser mas importante 
que el calor directo del sol. 

Dejo á los meteorologistas de profesion el cuidado de analizar 
y discutir los resultados brutos que he consignado durante 
mi estadía en Ushuaia en los cuadros adjuntos. 

Haré solamente observar, que tomando por base las obser- 
vaciones del Rev. Th. Bridges en 1883 y las mias, el maximum de 
temperatura se produce en el mes de Febrero y oscila en los alre- 
dedores de +26 el promedio mensual siendo de 11%8. El mini- 
mum observado por la Mision Anglicana fué de 9% y se produjo 
el 7 de Octubre; siendo la temperatura media anual de +6'46. 

La lluvia en Ushuaia es mucho mas rara que lo que se 
creía. 1 maximum caido en 1883 no pasó de 670 mm., la nebu- 
losidad media de 2% 9 y el estado hygrométrico término medio 
de 73,8 con un minimum de 19. 

A fin de dar un punto de comparacion, diré que en La 
Plata en 1893 la humedad relativa fué de 79,08; en 1886 cayó 
1463 mm. de agua y 1306 mm. en 1889! 

Con respecto á la humedad, factor esencial del estado sani- 
tario, el clima de Ushuaia es sin comparacion mas sano que 
el de La Plata. La diferencia es tan considerable que no 
hay necesidad de consultar instrumentos de precision para 
darse cuenta de ello. Tanto es así, que en Ushuaia los clichés 
fotográficos puestos á la tarde en el secador, al dia siguiente 
á primera hora están secos y prontos para las cópias. En 
La Plata y en condiciones idénticas de temperatura, estos quedan 
casi siempre húmedos durante una gran parte del dia. 

El clima de Ushuaia es entonces particularmente sano y 
las grandes variaciones termométricas que se observan en la 
Provincia de Buenos Aires son allí rarísimas. ll sitio de la 
capital de la Tierra del Fuego es encantador, y sus alrededores 


— 13 — 


muy pintorescos. Bosques vírgenes y espesísimos, cascadas, 
montañas altas y ventisqueros, campiñas siempre verdes, lagos 
inmensos y espléndido mar, todo concurre á hacer de aquella 
localidad un verdadero centro de atraccion. La hermosura de 
este cuadro, se embellece mas en las espléndidas puestas del 
sol, que ya en otra ocasion Mr. Lephay notó en esas regiones. 
Cúmulos inmóviles muy blancos, con bordes tronchados, dejan 
aparecer en sus intervalos un firmamento uniforme celeste y de 
un matiz que recuerda el azul pálido de los vieux Sévres. 

La temperatura es en esos momentos relativamente elevada 
y la atmósfera muy seca. Este estado particular del cielo pre- 
senta al ponerse en el ocaso efectos sorprendentes por sus reflejos 
eraduados de nubes que se engalanan de los mas hermosos 
celajes desde el amarillo dorado fascinante hasta el rosa pálido. 
Los tintes cobrizos de las nubes y el rojo sangriento del cielo 
forman contraste con las montañas negras y sombrías man- 
chadas de ventisqueros de una blancura purísima. Todo con- 
tribuye á la produccion de admirables contrastes. 

Mas tarde cuando la Tierra del Fuego esté poblada, y que 
industrias forestales y marítimas se hayan desarrollado en 
Ushuaia, los turistas amantes de las bellezas de la naturaleza 
concurrirán en gran número al Canal del Beagle. Las comu- 
nicaciones con la metrópoli serán mas fáciles, y los gastos del 
transporte mas reducidos. A los simples paseantes y á los ar- 
tistas se unirán las personas que tengan necesidad de retemplar 
en una atmósfera pura y en un lugar pacífico, sus organismos 
sobreexcitados por la tension contínua del trabajo y de la vida 
de las grandes ciudades. 

Gracias á la complacencia del señor P. Reyes, ayudante de 
la sub-prefectura de la Isla de los Estados, he podido consul- 
tar el registro de observaciones meteorológicas recogidas con 
la mayor regularidad y cuidado por él y sus subordinados, 
durante tres años consecutivos y casi hora por hora en San 
Juan del Salvamento. 

Con el propósito de poder comparar fácilmente el régimen 
de los vientos al Norte de la Isla de los Estados y en Ushuaia, 
he hecho una recopilacion de todas las observaciones y construido 
los diagramas mensuales, en los cuales el largo en milímetros 
de cada radio representa la mitad del número de horas durante 
las cuales los vientos correspondientes han soplado. Il último 
cuadro de temperaturas dadas en San Juan por el psicrómetro 
permite tambien establecer interesantes comparaciones con las 
temperaturas que nosotros hemos observado en Ushuaia durante 
el mismo período del año. 


EAS 


La simple inspeccion de los diagramas permite constatar 
inmediatamente que durante todo el otoño y los primeros meses 
del invierno, es decir, desde Mayo á Octubre, los vientos no son 
tan fuertes como durante el resto del año. Cada primer mes de 
cada estacion presenta además una particularidad distintiva que 
llamaré carácter estacionario y el cual lo distingue á la vez del 
mes precedente y del posterior. 

En verano (Febrero) es, por ejemplo, cuando amenguan con- 
siderablemente los vientos del Sud, debido muy probablemente 
á la accion del calor sobre ciertas tierras australes extensas y 
aun desconocidas. 

En Marzo estos vientos aumentan nuevamente en violencia 
sin alcanzar las proporciones de los de Enero. Es tambien en 
Febrero que los vientos del Sudeste llegan al maximum, sen- 
siblemente igual al término medio de los vientos del Sud. 

En otoño (Mayo) obsérvase el maximun anual de los vien- 
tos del Norte. Los del Sudeste son mas frecuentes que en Abril 
ó en Junio. 

En invierno (Agosto) encuéntrase el minimum anual de los 
vientos del Oeste. Es igualmente uno de los raros meses del año 
donde los vientos Noroeste soplan mas que los vientos del Sud. 

En primavera (Noviembre) los vientos del Noroeste son 
mucho mas frecuentes que en el mes precedente y que en el 
mes siguiente. Los vientos del Sudoeste soplan al contrario 
mucho menos que durante esos dos meses. 

Si examinamos los d:agramas anuales, llegaremos á conclu- 
siones particularmente interesantes y tanto mas seguras que las 
pequeñas perturbaciones accidentales han desaparecido gracias 
á los lérminos medios tomados de cifras muy elevadas. 

Los vientos del Oeste y del Sud soplan con una constancia 
casi igual, siendo el último casi siempre el mas frecuente de 
todos. Despues de los vientos del Oeste y por órden de fre- 
cuencia vienen en seguida los del Noroeste y Sudoeste. 

En los dos primeros cuadrantes los vientos son relativa- 
mente insignificantes. El del Sudeste es el mas constante. 

Segun las observaciones hechas por el señor comandante 
Correa, los vientos indicados en esos mismos cuadrantes serían 
igualmente muy raros en San Sebastian. En vez de que en la Isla 
de los Estados los vientos del Sud y del Sudeste durante los tres 
primeros meses del año soplan con una frecuencia comparable 
á la de los vientos del Oeste y Noroeste, en San Sebastian du- 
rante estos mismos meses, son los vientos del Sudoeste y Oeste 
los predominantes, siendo los del Sud y Sudeste en compara- 
cion insignificantes, 


E 


Vista la gran utilidad que se desprende de todas las cuestio- 
nes prácticas de meteorología general, sería preciso y de desear 
que el Gobierno instalara en San Sebastian una tercera estacion, 
la que completaría los resultados adquiridos por los de la Isla 
de los Estados y de Ushuaia. Los gastos son insignificantes, 
no ascienden 3 trescientos pesos y no se necesita personal es- 
pecial. 

La Mision Salesiana podría fácilmente, por su parte, estudiar 
los fenómenos atmosféricos de Rio Grande. El conjunto coor- 
dinado de esas cuatro séries de observaciones permitiría pre- 
cisar y esclarecer la climatología de la gran y fértil Tierra del 
Fuego, mucho tiempo desconocida y abandonada. Proporcio- 
naria á los navegantes valiosas indicaciones. 

Por fin, la República Argentina tendría el honor de hacer 
conocer al mundo científico las grandes leyes de la naturaleza 
que rigen la parte la mas austral de los continentes actuales. 


Temperatura del aire 


(USHUAIA ) 


1896 
| 
Febrero |7a.m.|r0a.m.| 1p.m.|4p.m. | 6 p.m. |T. media] Minima | Máxima 
| 

6 7,6 9,1 10,3 11,0 9,6 922 61,3 1250 
7) 8,4 10,5 12,6 14,0 8,7 10,84 DA 14,8 
8 10,0 13,0 TIL 12,2 | 0,3 O 2 AX 
9 10,5 12 15,6 16,5 13,0 13,36 aa 17,0 
10 9,2 el SO 14,3 | 1 SM 2 212 6,8 USE) 
11 954 14,2 16,8 17,3 | lo) 14,064 O | 18,0 
12 Cs 12,0 AT 1072 vell 13 DA. RDP, 18,7 
13 10,2 16,5 O 16,8 15,0 15,20 e] 18,3 
14: 13.7 a 7h 109,5 1853 15,76 | 10,0 20,6 
15 122 SO 20,0 18,2 OA ON EOS 20,5 
16 10,4 14,0 e O El 12,50 8,6 | RDy7 
17 9,3 10,3 12,5 A O Eo ON AS 
18 9,0 10,4 13,0 12,9 | 8,5 10,76 6:20) [154,0 
19 10,2 ELE) 157 Oo! IS 14,20 8,09 18,3 
20 10,3 11555 20,3 18,0 16,6 16,14 9,1 24,0 
2 052 NO: 14,0 12,2 O) 13,46 8,2 14/99, 
22 05 TAO! 13,6 NAS 152 10,96 ES, 13,8 
23 O) 15,8 1D 7/ 14,0 8,3 13,06 7,4 12 
2 937 10,5 TZ 10,7 7,0 9,82 O AAS 
2 TEO 13,0 14,5 12,8 9,6 | 11,48 5,8 16,0 
26 6,2 NO Sa 12,0 72 10,25 4,0 14,3 
27, 8,4 1 1257, UU) 6,0 9,98 6,7 14,0 
2 6,4 MONO 2 10,8 6,5 9,08 4,2 1350 
29 10,0 1250) 13,8 14,0 10,5 ARO; 70 mb E 


— 16 — 


Temperatura del aire 


( USHUAIA ) 


Marzo |7a.m.|r0a.m.|1p.m.|[4p.m.|6 p.m. T.media Minima | Máxima 
| | 
1 | 8,5 12,2 115510) 16,2 14,0 SO NO 16,4 
2 10,2 14,7 Mond Wet y) SINO) 11,46 | 8,0 NS: 
3 | NS 9,0 10,0 11,6 0,3 9,56 750 | 16,3 
4 | 5,4 8,5 TAS! 10,0 8,0 8,82 4,8 12,7 
5 6,2 NS 10,2 172 pe) 09,48 IL 13,4 
6 | 736 15,0 16,9 16,1 15,2 14,17 NO 16,0 
7 13,9 OT 16,7 07d 17,0 17,01 IZ 17,2 
8 | 7,9 10,0 12,0 052 9,4 0,54 7,0 SA 
9 ARE 9,0 10,8 12,0 11,0 0,12 6,09 SO) 
10 758 8,3 10,2 9,0 TA 8,67 703 AA 
lr 9,0 13,0 10,2 10,3 TOO 20 ya 14,0 
12 4,2 8,6 9,4 150. 8,0 8,2 A 1155 
13 5,0 9,8 9,4 10,0 7d 8,76 7,0 10,5 
14 7,0 8,4 a 75 6,0 26) 5,0 9,5 
15 Sl 9,3 11,0 12,0 8,2 9,74 72 1350 
16 8,0 9,4 12,0 12,8 9,8 10,40 7,0 12,9 
M7 8,0 ES, 6,8 8,2 3,8 6,82 3,6 9,0 
18 4,0 4,2 4,8 5,0 4,5 4,91 0,0 (5 
10 4,6 5,0 0,4 8,4 6,8 6,84 4,1 9,5 
20 10,0 10,0 11,8 8,2 7,0 9,52 OZ 12,0 
21 4,2 8,8 10,4 9,8 10,2 8,68 4.0 11,8 
22 6,4 8,0 8,4 TZ 6,1 2IS 6,0 0,1 
23 2,4 10,0 12,0 11,0 6,4 8,52 0,7 ro 
24 6,8 | 9,8 9,1 7,0 5,6 7,66 2 pi2 9,8 
25 IS SAS 9,8 10,6 6,6 8,62 a, 10,8 
26 2,6 6,5 9, 8,4 O 6,36 0,0 10,6 
2 ¡OS 35 9,0 9,2 8,9 5,68 2 9,8 
28 7,0 12,4 11,6 Mula) Al 10,70 4,2 2, 
20 OO ORIO 6,4 6,3 5,8 6,34 7 9,8 
30 4,8 | 6,2 8,6 9,0 8,0 7,40 3,7 0,5 
ST 5,0 9,2 9,8 11,4 8,8 8,85 0,5 11,8 
Abril 
1 7,0 6,2 12,0 Dd 10,0 0,32 (ee) ao) 
2 ya 12,4 1272 12,0 7,0 | 10,96 4,0 12,8 
3 4,9 12,0 a 12,0 10,0 10,02 3,5 13,0 
4 4,8 11,4 11,8 TO: 9,0 9,73 4,5 12,6 
5 6,0 8,2 9,8 0,5 9,4 8,58 4,0 10,0 
6 3,0 6,8 9,0 09,8 9,0 7,40 2,0 11,0 
7 6,5 8,6 9,2 1 10,0 0,10 5,0 12,0 
8 8,6 9,0 7,4 6,8 6,4 7,04 6,5 9,2 
9 1,0 7,4 9,2 6,0 3,0 DSZ 059 9,5 
10 9,8 9,5 9,0 2,4 3,0 dal 4,0 10,0 
11 | 1,6 EN 6,4 So 2,0 4,02 a 2 
12 | 1,4 2,8 4,4 4,2 2,0 2,96 1,0 AO) 
13 | 1,0 1 0,0 0,2 0,0 0,36 0,5 11 
14 2,0 1,0 2,6 — — — — —= 


Estado hygrométrico 


(USHUAIA ) 


Fecha 


lo] 


10 


11 


12 


13 


1D, 


14 


z S 7 

S E = 

5 
a A 

FEBRERO 

7 a.m 7,0 5,9 
ro a. m.| 9,1! O 
4 p.m 10,0 702) 
6 p.m. 9,6 6,5 
7 a.m. 8,4 6,0 
10 a. m.l 10,5 NS] 
Ap Ao 2 
6 p.m. 8,7 6,2 
72a.m 10,0 7,0 
rota So a 
4 p.m aa 9,2 
6 p.m. 9,3 pa 
AA OO Y 

nora mer 2 a 
A o 

6 p.m.| 13,0 11, 
7a.m. 9,2 6,8 
102a.m.| 11,3 9,0 
Apo. 4,3 270 
A A A 
72.M. 9,4 7,1 
Horace 2 1,4: 
AP AS: AT 
6 p.m 115,5 | 14,5 
7 asme|a3 | 057 
[no a.m.| 12,0 9,6 
4 P.M. | 17,2 | 14,9 
6 p.m TOR 132 
LI Oia 0,3 
10 a.m.| 16,5 14,0 
ANP OO SS 
OMPI USO 35 
7/2. m SS PTE 
ro a usa 26 
p.m.| 19,5 16,1 
¿6 p.m 18,3 15,4 
A IZ 8,8 
10a,m.| 18,5 16,1 
4 p.m. |:20,0 18,0 
|6 p.m.| 17,6 | 16,0 

Tomo VIII. 


Diferencia 


SES] 


un 


16 


181 


m 
w 


23 


27) 


5353 


E z 
= Z 
ES 

E 

FEBRERO 

10,4 8,0 

14,0 11,2 

12,0 0,6 

11,4 8,5 
0,3 5,3 

10,3 2 

12 11,4 

10,5 Pob 
0,0 7,06 

10,4 8,3 

12,9 9,2 
8,5 6,5 

10,2 7,0 

SS 9,7 

16,5 14,0 

NS IS. 

10,3 TAS 

IO 125 
18,0 15,4 

16,6 13,6 

10,2 8,2 

13,6 14: 

12,2 9,5 
DS 6,2 
9,3 7,4 

12,5 10,2 

DNA 9,7 
7,2 5,9 
10,5 8,1 
15,8 1258 
1470 [xo 
8,3 7150 
9,7 6,4 
10,5 oí 
10,7 9.0 
7,0 6,1 
ia) 5,4 

IO OS 
12,8 0,2 
9,6 6,3 


Diferencia | 


Estad: 
hygrométrico 


DO 


DO o 
ou 


051 un un 
n= 


Fecha 


N 


ta 


Estado hygrométrico 


(USHUAIA) 


S za 
E 
FEBRERO 
6,2 ST 
O! 0,3 
O OZ 
2 AL 
8,4 6,4 
DS 8,4 
USO, 0,5 
6,0 4,2 

MARZO 
8,5 7,4 
12,2 6,6 
16,2 0,4 
14,0 9,2 
10,2 8,5 
1457 0,3 
14,7 0,0 
12,3 9,2 
7,3 6,6 
9,0 OZ 
1,6 8,4 
09,3 7,06 
5,4 4,8 
8,5 0%8 
0,0 8,7 
8,0 (195) 
67,2 357 
7,3 4,5 
152 0,9 
20) 0,6 
7,6 6,0 
5,0 9,4 
6,1 9,4 
Dz 0,8 
3,9 7,8 
y 9,5 
a 10,6 
7,0 10,3 
7,9 6,9 
0,0 9,2 
92 | 5,3 
9,4 5,6 


2 3 
S E | Lo 
S = ÉS Il S 
+ RISE 
Q > l 
151 84 7.2. m. 
2 65 28 10 a.m. 
1,8 715) 4 p.m. 
NE 70 6 p.m. 
2,0 71 | 72a.m. 
2,9 64 So ro a.m. 
RA is 
1,8 72 6 p.m. 
¿Ñ 83 7 a.m. 
5,6 317 _ [roa.m. 
O ono 
4,8 48 |6 p.m. 
15D, 78 |7a.m. 
3% 6 | a.m. 
4 5 1 ¿o [19 2.m 
4,7 51 4 p.m. 
doñ 63 [6 prim. 
750 88 El lo 
1,8 7/5 10 a.m. 
11 
SIN 60 4 p.m. 
1,7 77 6 p.m. 
0,6 go TAE y 
2,2 60 3 10 a.m. 
103 83 4 p.m. 
1 79 6 p.m. 
2,5 63 qa a 
2,8 509 10 a.m. 
o 13 
NS 83 4 p.m. 
1,9 75 6 p.m. 
1,6 77 7 o 
5,6 42 10.2.Mm. 
y 14 
6,7 4 p.m. 
4,4 53 6 p.m. 
6,1 38 IES 
5,6 2 10 a.m. 
08) 
6,5 309 14 p.m. 
6,7 38 6 p.m. 
1,0 85 TESIS 
0,8 89 fro a.m, 
E 16 
3,0 48 4 p.m. 
3,8 51 6 p.m. 


seco 


T. 


T. húmedo 


Diferencia 


Estado 
hygrométrico 


A 


Estado hygrométrico 


(USHUAIA ) 
15 2 3 3 | a Za 3 > 
| % S ES 3 | 2 3 S 2 
D 5 = S CS D o = ES a 
E 3 $ 3 Él EE S E] E E = IS 
S a 2 5 S 
== == ¡2 
MARZO MARZO 
(Ea. 8,0 7,4. 0,6 g1 E | 4 p.m. 7/0, 4,8 68 
ora na 7 6,5 0,8 88 246 p.m. 5,6 3 65 
ap: m. 8,2 6,0 na 69 | , 
6 p.m. 3,8 3,4 0,4 93 ESO 7,3 SEO ¡Oia 89 
| ; g[1o2.m 8,8 5,8 3,0 60 
a 4,0 2,1 1,9 69 > 4 p.m 10,6 a 3,4 577 
eS 10 a.m. 4,2 2,8 1,4 76 [6 p.m 0,6 4,6 2,0 70 
l4 p.m. e 3,4 1,6 74 l y y 
6 p.m. 5 3.6 0,9 83 7 a.m 2,6 2,0 0,6 89 
j ro a.m 6,5 5,8 1,1 83 
26 
72a.m. 4,0 3,2 1,4 77 ly p.m 8,4 7,0 1,4 8o 
morata EDO 4,0 1,0 83 6 p.m 7,6 6,0 16 77 
19 4 p.m. 8,4 O 29 60 
ó p.m. 6,8 4,8 AO 70 riAElo veo 2,8 2,0 0,8 86 
10 a.m. O 2,4 Dr 80 
| 2) 
72. m 10,0 6,0 4,0 50 4 p.m. 9,2 6,4 2,8 62 
[ro a.m.| 10,6 6,9 Sei 54 6 p.m 8,9 6,2 2,6 64 
a Ape 8,2 6,8 nd 8o p 
6 p.m 7,0 6,2 8,0 88 7 a.m 7,0 6,8 0,2 07 
8 10 a.m 12,4 10,8 1,6 So 
E a 2 1,0 83 0 Ap a a 9,6 1,9 75 
[ro a.m ; Ea 3,6 52 6 p.m 11,4 9,5 1,9 75 
pa o, 6,2 3,6 54 Pr 
6 p.m. | 1o,2 (e 3,8 Ea 7 a.m. 6,6 5,8 0,8 88 
10 a.m 6,6 5,2 Hal 78 
7. a.m 6,4 5,0 1d! 77 29 4 p.m. 6,3 5,0 ns) 81 
2 po a.m, 8,0 5,0 3,0 58 6 p.m. 5,8 4,8 1,0 84 
PA Aya 7,2 il 2,1 70 
Ma sus | 80 A eS Eno NOT [1085 
| 3 ¡ro a.m 0052 5,0 12 81 
| y Eme 2 1,4 1,0 81 e 4 p.m. 9,0 5 1,9 73 
23 a.m.| 10,0 6,8 3,2 58 6 p.m. 8,0 6,0 2,0 71 
a ee || 050 8,0 3,0 62 
6 p.m 0,4 4,8 1,6 76 7.2.m 5,0 4,0 1,0 83 
10 a.m 9,2 a 2,0 72 
| E 31 
a 7 a.m 6,8 4,9 2,0 70 4 p.m L05t,, 7,4 4,0 51 
ora OA 6,0 3,8 5 6 p.m 8,8 6,8 2,0 72 
| ABRIL ABRIL 
| za m 70 6,0 1,0 85 (72m. 4,9 4,0 0,9 83 
E , ¡Lo a.m 6,2 5,0 1,2 81 3 [Lo a.m.| 12,0 18! 0,2 96 
| 4 p.m 11,4 7,0 4,4 48 ¡4 p.m 12,0 10, 2,0 TO 
| 6 p.m.[ 10,0 6,6 354. 56 6 p.m.| 10,0 8,2 1,8 76 
| [za m.| 11,2 6,8 4,4 48 7 a.m ,8 4,6 0,2 97 
[10 2a.m.| 12,4 8,2 4,2 51 MO Er A 8,4 3,0 62 
Aa o 8,4 6 56 + 4 p.m. 5 9,0 2,6 
| 6 p.m. O) AS) 1,2 82 6 p.m. 9,0 7,6 1,4 80 


— 2) — 


Estado hygrométrico 


(USHUAIA) 


3 e) 3 ÉS E = l Y 7 “$ sE 
ES S S8 JS S S = 2 [53 
| 3 E 
ll A a EA 
ABRIL ABRIL 
[y a.m 6,0 52 IS liz a. m 9,8 8,0 1,8 [5716 
5 ¡Lo a.m (9 7,8 0,4 94 ns a.m 9,5 8,0 MO) 79 
4 p.m 9,5 7,6 1,9 752 l4 p.m. 274 22 0,2 97 
6 p.m 9,4 TO 1,9 [6 p.m 3,0 2 1,8 658 
l | 
[Elan 3,0 2,6 0,4 93 OE 1,6 a 0,4 92 
: lo a.m 6,8 4,6 22 66 ro a.m 51 3,0 9) 76 
2 4 p.m 9,8 6,0 3,8 52 E 4 p.m 5,0 3,4 1,6 74 
pS p mm. 9,0 6,2 3,4 56 6 p.m 2,0 IL, 4 0,6 88 
| 7a.m. 6,5 59 1,0 84 |7 a.m. 1,4 0,7 0,0 83 
_ [loa.m. 8,6 7,4 152 82 eE 10 2a,m O IAS 1,0 82 
d 4 p.m 12 8,8 2,4 7.0 lla p.m 4,2 Ej 0 51 
16 p.m.| 10,0 8,2 1,8 7.6 6 p.m 2,0 1,0 1,0 10 
| 
| 7 a.m 8,6 7,8 0,8 89 MES m. 1,0 0,2 0,8 = 
8 ¡ro a.m. 9,0 8,6 0,4 94 13 ro a.m. 1,0 0,2 = = 
| 4 pm 6,8 6,2 0,6 04 [4 p.m. 02 0,4 =- — 
[6 p.m 6,4 6,2 0,2 97 ¡6 p.m 0,0 0,6 = = 
| | 
[7 a.m 1,0 0,8 0,2 96 (72.m. 21,0 12 — —= 
10 a.m 7,4 De 1,6 77 ¡Lo a.m 1,6 2 — — 
> lapom 6,0 4,8 1,2 81 dos m 
Po p.m. 3,0 SN 0,8 86 6 p.m — — — — 
Direccion de los vientos 
( USHUAIA ) 
T : | ñ (ÓáÓúá[5>,.ñáñ<fpT— oo 
S E E 3 Z S E S; 3 E Z 
3 S E á a E 3 ES Sá, 3 SS 
E S A > ES E S a > y ES 
| | | 
FEBRERO FEBRERO 
6 | OESTE | OESTE | OESTE| NO NO 18 ONU NO NO oso 0so 
7) NO NNE NE NE NO 10 ESTE | Oso 550 so so 
8 so | so so ss0 sso 20 sE s30 so so so 
10) sso so NNO NO NO 21 so so NO NO NNO 
10 | NO ss0 so so NO 22 NNO NO NO sso sso 
11 so so NO NO NORTE 23 SsOo CALMA NO CALMA ÑSO 
1-2 NNE NNE NNE CALMA NO 24 Sso SE sE NO NO 
13 CALMA| CALMA | NNE NNE [NDÉBIL| 25 NNO NNO sso NNO so 
14 | OESTE | OESTE oso Oso Oso 26 NO CALMA | Sso NO ssO 
ms) so sso sso O) Oso 27 NO Sso Sso NNO NNE 
16 NO NO NO NNE NE 28 s9 so sso sso NO 
17 sso so so NNE NNO 20 SE 5) ssO NNO so 


21 — 


Direccion de los vientos 


( USHUAIA ) 


S S Z < S S, S S S Z S, S, 
A SAS | SS OS OS 
| l | 
MARZO MARZO 
1 SE 550 sso so NO 17 | sso sso SE NO NO 
2 sso NO sso sso so 18 | so NO sso SE SE 
3 NE NE NE NE NE 19 | SE Ssso sso so so 
4 CALMA ONO (0519) so so 20 NNO NE so Sso Sso 
5 CALMA SE SE SE NE 2 1 NNO NNO NO NO sso 
6 NE NE sso NNE NNO 22 sso sso sso sso NO 
7 NNO so so NNO NO 23 NNO NNO NO NO NO 
8 | CALMA| CALMA | NO NO NO 24 so SUD sso so CALMA 
19) CALMA sso CALMA NO NO 2 5 Isi DIR.SIN DIR.| CALMA | CALMA » 
10 NO so so so so 26 | CALMA| CALMA » » » 
UT CALMA Sso so so so 27 » » » » » 
ES CALMA SSE NNO so ONO 28 » SIN DIR. NNO NO NO 
eS; NNO CALMA so so NO 20 | sE NE NE NE NE 
14 so so SUD so 0510) 3o CALMA | CALMA CALMA CALMA CALMA 
15 NO NO NO so ONO 31 CALMA| NO SE NO NO 
16 NNO | CALMA | CALMA | NO CALMA 
ABRIL ABRIL 
1 | NNO NNO NNO NO NO 8 Oso S5sO Ssso so so 
2 NO | NO NO NO NO 0) 10510) OSO SsO Ssso OESTE 
3 CALMA | CALMA NO NNO SsO IO NO sso Sso 550 S5so 
4 | NO NO NO Sso 5sOo J1 | sso 550 Sso so so 
5 Oso (050) CALMA /VARIAB. suD 12 | NO OESTE SsE SE NO 
6 | oso | oso oso NNO NNO 13 | sub SE SE SE ss0 
7 | CALMA| CALMA | CALMA | SSE SSE 14 | so so oso oso 550 
Tabla de las presiones barométricas 
(USHUAIA) 
REDUCIDAS Á O” Y AL NIVEL DEL MAR: 700 | 
3 8 
'S 7a.m. |10am.| 1p.m.| 4p.m.| 7p.m. 'S 7a.m.|10am.| 1p.m.| 4.p m.| 7 p.m. 
SS = 
HA ÁS 
MARZO 
6 | 37,43| 39,56| 40,54| 41,89 — 19-| 43,42) 43,56] 45,13| 46,78] 46,25 
7 | 41,821 39,38| 38,39 38,37| 36,83 | 20 | 41,73| 40,28| 40,74| 44,01| 46,28 
8 OO ESO) Dm SIS On 13 05104100109) [+21 48,53| 47,16] 42,78| 40,78] 38,91 
aia 338 142,871 425331 38595] 36,16 | 22 134,96| 36,611 36,19 .— -— 
10 | 38,42| 40,66/ 43,56| 46,16| 46,80] 23 | 38,94| 37,76| 37,05| 36,81| 37,21 
11 39,76| 38,40| 38,68| 40,22| 43,69 | 24 | 45,15| 47,26| 50,38| 52,87| 53,67 
DA ISO AS SE SIO 2 O 150 46) 02150 [5187741 -5:8,,19/9 | 5:80, .5/85:9/2/| 5/8, 46 
13 | 40,28| 40,34| 39,80| 38,68| 38,89 | 26 | 57,23| 56,81| 55,42| 56,08| 56,06 
A SO OS — | 41,911 43,36| 45,15 | 27 | 58,05| 57,09| 57,01] 56,71| 56,16 
15. | 45,19| 43,801 £2,60| 44,18 45,25 | 28 | 54,631 54,39| 54,951 53,95| 54,55 
16 | 40,74 — | 48,48| 46,84] 43,22 | 29 | 57,43| 57.96| 58,23 — — 
IS ao 33 23 o 3 o Sia aa 30) (58514158071 5757/01.57,8101 57,29 
18 | 39,05| 37,09| 37,03| 36,76| 37,13| 31 | 49,74| 48,21] 46,95| 46,70] 48,78 


— DA 
az 


Tablas de las presiones barométricas 


( USHUAIA ) 


ES 7a.m.|10a.m.|[1p.m.| 4p.m.| 6 p.m. ES 7a.m.|100.m.| 1 p.m. | 4p.m.|6 p.m. 
SEA SS E | E | 
| | 
ABRIL 
1 56,63| 56,311 56,06] 56,52] 56,47] 8 | 45,08| 45,48] 45,88| 46,93] 48,25 
2 55,54/ 57,10 57,30| 57,46¡ 57,68 9 ¡50,41| 50,07] 51,43| 53,29] 53,95 
3 5714 57,78| 38,07| 58,30| 58,12| 10 13,931 44,671 40,02| 47,53| 47,10 
4 61,83| 59,68| 60,54| 60,42| 60,04| 11 50,791 52,27| 50,90| 49397| 49,18 
5 57,69 58593| 53,771 54,581 54,806] 12 | 48,211 47,78] 47,02| 47-771 47,92 
6 |55,63| 60,14] 59,33l 57,:9| 57,16] 13 | 48,88| 409,40| 50,10| 51,80| 52,55 
7 9 00 551,031 45:30:93 27 | 1 2 O SM 8 DI DS Da Eo — == 
Temperatura del aire 
(ISLA DE LOS ESTADOS ) 
1896 
3 o E o E = E o Sl y 
a IS E a E a E a E 5 E 
FEBRERO 

6 15781 1452 1650]. 13721 1554 04 2 o IO a OO SO IAS 
7 13,41 10,8|| 1321100 11050, 9,0| 10,4 8,2 9,0 TD IS IO RS 
8 IS A O 00 9,0 9,0 7,8 7,0 60 LO 9,8 
9 12,8 00 USO o o 7,8 8,8 6,8 0,4 SEA STE 10,0 
10 IO OA ESO ISO) OA: 8,8] 10,4 8,8| 10,8 0D ORO 
11 TO OA ES o LASA: LO DA. Lal 9,2 7,2 7,0 54] 122 ona 
12 SO O ISSO (OS AOS 9,0| 10,4 9,0| 10,4 OA AA 
13 TAO 2274 | 104 | J10)/0 8,6| 10,4 9,0| 10,0 8,61 1254 | 1IZO 
14 TA O 2 A ao (OO 2 O no 2 Sa o SS SO OO MESA 
15 16,4| 14,0| 13,4] LO,b| 11,2 9,0| 10,4 8,6 9,8 8,4] 12,4| 10,8 
16 TI 9,0 7,0 6,4 6,6 5,4: 5,8 4,8 4,06 3,8 7,8 6,0 
17 IS) DS 8,4 6,6 6,4 5,0 6,0 4,6 6,0 AZ 8,6 7,0 
18 10,8 8,8] 09,4 8,4] 09,4] 8,8] 6,6| 5,4] 9,0| 7,4| 12,0| 10,6 
19 1258 | IO 2 Ol ro 2 crono: 8,8 9,8 952 ORO: BS II a ZO 
20 A SE AO AS O AOS 2 9,6 8,4 9,0 8,0| 10,4 9,4 
21 MA ll O 0,8 9,0 7,8 8,6 7,4 8,4 7,2| 10,0 3,0 
22 12010574: 0);10: 9,0 9,8 8,8 7,8 6,6 5,8 4,1 6,6 A 
23 9,2 la) 8,8 6,6 6,6 5,0 6,0 4,6 (a) 4,4 77510, DNS 
24 11,0 05 OO. 9,5 8,8 9 n,0 8,5 8,8 NO) 9,1 8,4 
2.5 O) AO a 9,4: 7,8 8,6 76d 9,0 7,8 9,0 7,6 
26 10,4 8,6| 11,0 8,8 9,2 057 ALO EZ 8,8| 10,1 9,4| 11,6| 10,6 
2.7 14,0| 12 AO cito 9,8 9,8 8,4| 10,6 9,4 | 14! 10,0 
28 132 TO! SO UTE O | OO o AO OSO OSO! 3,0 
20 14,0| 12,8| 14,0| 12,4| 10,0 7,8| 10,4 9,0 9,8 8,4 0,8 8,2 


ur 


Temperatura del aire 


(ISLA DE LOS ESTADOS) 


AS E E E 2 
E S E] S 2 o 2 a E S e 3 
E ls E ES E E R E R ES R 
MARZO 
p 1 12,2 | 10,8] 12,4| 11,4| 10,2 8,8 9,8 8,2 8,2 7,0 9,0 
2 1354 | TI,8 LOs 4 | 106 9,6 NS) 7,4, 6,4 6,2 5,4 8,4 
3 11,4 09,8| 10,4 9,0 8,0 6,8 6,4 5,4 9,4 8,2 0,6 
4 11,0| 10,8| 11,4| 10,6| 10,8 9,8| 10,0 S,8 9,4 8,8] 10,6 
5 11,6 OS IO: 9,8 9,8 S 41510 0 8,6 8,4 72 OR 
6 1 OA uo 2 9,6 0,4 8,0 9,0 7,6 8,0 6,8| 11,8 
7 REO O O ARO AO 0,0 9,8 8,8 9,8 8,8 8,8 
8 O A UA od O A AS 2 9,0 7,8 8,8 7,6 9,4 
9 13,8| 12,0] 10,8 9,2 9,4 8,6 9,0 8,0 6,4 5,6 8,2 
10 9,2 7,0 8,6 6,8 2 6,2 6,8 6,1 8,4 75,4 9,4 
11 12,6| 11,8 7,6 7,0 7,0 7,0 5,6 4,8 4,0 3,4 4,2 
12 6,6 5,4 7,6 6,2 (Ey 41 5,2 7,4 6,2 E 0,2 8,0 
13 9,0 852 OA! 9,4 8,8 8,0 2 6,4 5,8 5,2 9,0 
14 6,4 4,0 O, 4,0 5,0 4,0 4,6 3,0 458 1,0 6,0 
15 854 7,2] 8j4l 7,4 8,4] 7,61 7,4] 6,8] -4,8] 4,4] 6,6 
16 10,0 8,2 9,8 8,6 7,8 6,8 7,8 6,8 8,4 7,4 9,4 
307) 9,8 9,0 6,0 5,4 5,6 50) 4,0 3,6 2,8 2,4 6,0 
18 7,8 6,4 7,6 6,2 5,6 4,4 4,8 4,0 2,8 2,6 452 
19 5,0 4,4 4,0 4,4 6,2 Sl 6,6 5,8 6,0 5,4 7,8 
20 10,8 9,8| 10,4 9,4 8,0 TZ 7,6 6,8 ANA 6,6 2 
21 9,0 8,6 9,0 7,8 8,2 70 8,6 7,8 9,0 8,4 9,4 
22 6,6 5,8 52 6,0 TEA O) 7,0 5,6 2 4,6 6,8 
23 8,2 7,9 9,4 8,0 8,4 7,4 8,0 72 8,4 7,6 9,0 
2 8,0 O 7,4 6,0 7,4 16! 6,4 5,0 5,8 4,4 5,6 
25 6,4 4,8 7,0 a 570 3,8 4,4 Ss 3,8 3,0 6,0 
26 9,0 7,4 8,0 6,8 7,06 6,8 7,6 6,4 6,8 DA6 7,8 
2 9,6 7,8 9,0 8,0 8,6 7,4 9,2 8,0 9,0 8,4 9,8 
28 10,6| 10,0| 10,6 9,8 9,0 9,0 8,4 7,8 7,2 6,6 6,4 
20 6,0 5,0 6,0 4,8 6,0 5,0 5,2 4,0 6,4 5,8 71319) 
30 DEIA are 74 lt 8sol 7,01 7361 7,21 7,6 
31 9,8 9,0 8,6 8,0 8,0 a 7,0 6,4 6,4 5,8 8,2 
he ABRIL 

1 9,0 7,4, 8,4 790 70 6,8 7,4 6,6 6,3 6,2 8,8 
2 10,8 9,8 9,8 8,8 8,4 7,6 8,8 8,0 9,0 8,2 9,6 
3 10,8 9,6| 10,4 9,2 9,0 8,8 8,4 7,6 7,8 7,0 9,2 
4 10,8 9,8 8,2 il 6,2 7,4 6,4 5,0 5,6 4,8 8,4 
5 10,8 9,6| 10,0 8,8 9,2 8,2 6,2 5,2 4,8 4,0 5,6 
6 Se 56 5,8 4,4 6,2 4,6 5,6 4,2 6,8 5,6 9,0 
7) 10,4| 9,4| 10,2 9,2 8,8 8,0 8,6 759 8,6 8,0 8,6 
8 0,4 8,8 9,8 9,2 6,8 6,2 6,6 558 5,8 02 4,8 
9 7,6 6,6 7,8 6,6 9,2 LA 2 4,4 7 AZ: 6,4 8,4 
10 10,0 9,0 4,8 4,0 2,6 2,0 2,2 1,8 iZ 1,0 3,0 
11 Ol 42 5,4 4,4 5,4 3,8 5,0 3,8 3516 3,0 3,4 
1,2 SO 3,8 2 2 2 aa Na 152 0,8 0,8 0,4 
iS] 0,8 0,2 1,8 0,2 1,6 — 0,8 0,4 0,6 0,2 1,8 
14 3,0 0,6 258 12 32 1,6 3,4 2,4 5,6 4,8 6,6 
105 7,8 6,8 8,0 750 6,8 5,6 3,6 2,8 0,8 0,2 1,6 


T. húmedo 


Temperatura del agua 


( USHUAIA ) 


1896 
FEBRERO MARZO ABRIL 
Fecha A 3% E E y 
Agua dulce | Aguademar | Agua dulce | Agua demar | Agua dulce | Agua demar 
1 — — 9,6 9,8 5,5 8,5 
2 — — 8,5 9,4 7,0 9,0 
, == 8,9 9,7 755 9,5 
4 — — 10,2 10,0 7,5 09,6 
5 — _— 9,3 9,5 =— = 
6 10,2 11 10,5 10,0 6,0 8,0 
7 10,4 12,3 10,2 O 6,5 8,0 
8 LAS 13 Liz 10,9 6,5 8,5 
(1) 9,7 10,2 12 8,9 Do 8,5 
10 10,9 11,4 8, 8,0 O, 8,0 
11 112,0 EJE) 10,5 9,5 AO 8,0 
12 11,0 11,8 10,0 0,5 4,5 7/99 
08) 11,8 12,4 10,0 0,5 1,0 AO 
14 12,0 13,2 6,0 9,0 =- == 
161) 10,5 11,0 O 10,0 — = 
16 (15) 10,8 na 1355 — — 
17 9,6 9,7 7,0 9,0 = ue 
18 9,8 10,2 DT 8,8 = — 
10 10,4 10,4 5,0 9,0 = =— 
20 12,8 11,8 6,5 9,0 — = 
21 13,0 12,4 5,9 8,0 — —= 
22 10,2 11,0 6,2 8,5 = == 
23 0,5 TOO 6,5 6,2 — = 
24 8,8 0,8 6,5 9,0 = = 
25 0,5 9,6 6,2 9,0 — — 
26 10,0 IS, 6,0 8,5 == — 
27 12 130 050 09,5 =- = 
28 9,2 10,5 7,0 9,0 = == 
20 8,0 9,4 5,0 8,0 = = 
30 = = 6,2 8,5 — =— 
SL — o 4,5 8,0 —= =— 


(Se continuará) 


Dr. F. LAHILLE. 


La Plata, Enero 10 de 1897. 


EXPLICACION DE LAS LÁMINAS 


Lámina I 


Panorama 1— Vista general de Ushuaia y de los Montes Martial. 


» 2— Vista del Canal Beagle y del camino á Lapataia. 
» 3— Vista general de Lapataia. 
Lámina I1 


Promedios mensuales y anuales de los vientos en San Juan del Sal- 
vamento (Isla de los Estados). 


Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VII). A rta La pirámide E. hahille, — Viaje Usboaia. —  [ám. | e 


se (3606 p.) 
Cerro de Hyades Me Mt Ventisquero de : e A El Esfinge M” Olivaia Los Boca del 

M Angl Rada de Ush rro Susana Jos Loros Fábrica F.Segui Bridges la Mision M'” Godoy M'” Martial Los Mentiroso: . serradcro Casa de gobierno (3396p., Valle del Rio Grande La Pelada 43342) hermanas rio Olivaia Los Paralelos Punta Jonc 
Peninsula ision Anglicana ada de Ushuaia Cerro Susan, los Loros Fábrica y E i E A : 


PANORAMA GENERAL DE USHUAIA E , 
Entrada del Estrecho P El Triedro Cerroide MB 
Punta de La Canal . E a Es P . 
P la Usb Isla Navarin Bahía de los Rodados Mejillones Murray (44 M'*Sampaio — del Beagle Isla Hoste Bahia Lapataia vieja DEAD ortillo El Frigio reduccion M 
eninsula Ushuaia sla Navarino la , 


Hyades los Loros F. Seguí M' Bridges Monte Godoy 


PANORAMA GENERAL DE LAPATAIA VIEJA e M'! Zavalla Isla 
efugio para 
Mesa Keal 


LF A Sonrisa El Nenc — Robinson Boca del Lage 
o os Isla Sor 
Fondo de la bahía Sierra de Yendagai El Erigi Indi onri 


? 


Aserradero 


PANORAMA GENERAL DE LAPATAIA 


TALLERES DEL MUSK( 


Y. Lahille,—Viaje Ushuaia. — Lám. |. 


N 


a 


e. 


Sd 


N 


e A TS 
N Ves 


xv 


A 


Setiembre 


" 
1 
1 
' 
1 
1 
, 
1 


.o” 


a 


Noviembre 


e 


N. 
N. 


O 


TALLERES DEL MUSEO 


OFIDIOS DE MATTO-GROSS0 (Brasil) 


POR 


JULIO KOSLOWSKY 


Naturalista viajero del Museo de La Plata 


(CON UNA LÁMINA ) 


El conocimiento de los reptiles de Matto - Grosso es de gran 
interés para la fauna erpetológica de la República Argentina y de 
la del Paraguay, porque muchos de los ofidios y lagartijas de es- 
tos paises tienen su verdadera patria en aquella provincia brasi- 
leña. Los reptiles que por medio de camalotes y troncos de árboles 
nos llegan por las vias fluviales de los rios Paraguay y Paraná, 
así como de las comarcas que limitan con dichos rios en territorio 
argentino, pertenecen á una fauna muy diferente de la de las pro- 
vincias del interior bajo igual latitud. Ls así como se encuentran 
en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires v la de La 
Plata el Thanmodynastes Nattereri, Liophis almadensis, etc., que 
abundan en Matto-Grosso y que se hallan solamente en nuestro 
territorio á lo largo del rio Paraná y rio Paraguay, mientras 
unas cuantas leguas tierra adentro ya no existen dichos reptiles, 
como por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires. 

El primer trabajo mas importante sobre los reptiles de Matto- 
Grosso nos lo ha proporcionado el profesor E. D. Cope en las 
Proceedings of the American Philosophical Society, 1887, pág. 44. 
«Synopsis of the Batrachia and Reptilia obtained by H. H. Smith 
tn the Province of Matto - Grosso, Braxal». 

Nuestro Museo adquirió hace poco una buena coleccion de 
serpientes del señor C. Bach, hecha en Miranda (Matto- 
Grosso), y como encontré en esta coleccion especies hasta ahora 

Tomo VIII. 3 


— ON 


no enumeradas de aquella provincia, y además algunas nuevas, 
he creido oportuno publicar una lista de ellos, agregándoles las 
enumeradas por E. D. Cope, para facilitar una ojeada sobre los 
ofidios de aquella interesante provincia. 

De cada individuo de las especies conservadas en alcohol, 
doy el número de las escamas ventrales y subcaudales; las 
especies sin esta indicacion son las que he observado perso- 
nalmente en Matto-Grosso, las que he tomado de la enumera- 
cion hecha por E. D. Cope y las que se hallan en un estado 
que no permite averiguar el número de dichas escamas. 


Fam. TYPHLOPIDAE 
1. Typhlops reticulatus (L.) D. B. 


Fam. GLAUCONIIDAE 


2. Glauconia albifrons (Wavl.) Blor. 


Fam. BOIDAE 


3. Epicrates cenchris (L.) D. 6. 
4, Eunectes murinus (L.) Gray 


Uno de los cueros de esta boa mide 7000 mm. 


. Boa constrictor |. 


. Boa imperator Daud. 


Fam. ILYSIDAE 


. Mysia scytale (L.) Liteht. 
Fam. COLUBRIDAE 
Série A, Aglypha 


$. Helicops carinicauda Wag]. 

9. Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr. 
a NES es, 210 
e Y UD. (E. E 

10. Coluber corais Boie 

11. Herpetodryas carinatus (I..) Schles. 


Todos los ejemplares poseen el dibujo indicado en la seccion 
IL del Catalogue of Snakes, U, p. 75. Boulenger, 1894. 


15. 


16. 


17. 


18. 


7 


e e (O e 
a We USPS (Ea la: 
AINEAAAS CS O: 
NA 

e We e Le lO. 


. Leptophis liocercus (Wied) Jan 


Me No AD ACA 
PINOS E 3 


La fórmula de los temporales es 141 en ambos individuos 


3. Liophis poecilogyrus (Wied) Jan 


. Liophis almadensis (Wied) Cope 


e NM (Ue 
De NA E (UL. 
E MO 
dls Vis AR AC a 
Zo NE Ms (04 (0% 


Liophis typhlus (L.) Jan 


NAO CEN: 
le WA 


a NI OB AO A 
ls O 
e. Vo 160; €. 48. 
NE eS: 
(e Na AE 0. 
ld NW 


De SN OE 
li O 40). 


Liophis reginae (I..) 1). B. 
DINOS CS 


Cyclagras gigas (1). B.) Cope 


IAN: 
o A O 


Xenodon Merremi (Wugl.) Cope 


Un ejemplar muy viejo mide 1630 mm.; su cola 213 mm. 


TINTAS 


— YH == 


19. Lystrophis histricus (Jan) Blar. 

Las manchas negras que eruzan por encima del cuerpo tienen 
en este ejemplar la forma romboidal. y el color del cuerpo, 
por encima, es de un moreno claro. 


e No MESE Te 
20. Aporophis lineatus (L.) Cope 
ae Ne ae le 1. 
o Sd: E 72% 
CONV ACIASO: 
21. Rhadinaea genimaculata (Boetto.) Blor. 
a OMC: 102: 
DINOS AC 6O. 
NS O o 
ANA ACA 


Lo Vo AU le O 
f. V. 191; C. 65. 
a AOS ACA: 


22. Rhadinaea occipitalis (San) Cope 
23. Dimades plicatilis (L.) Gray 
24. Simophis rhinostoma (Schleo.) Peters 

El ejemplar de nuestra coleccion me da la conviccion que 
el Simophis Rhodes Boettg. es sinónimo del $. rhinostoma. Nuestro 
ejemplar posee 15 hileras longitudinales de escamas, 8 labiales 
superiores sobre cada lado, la placa rostral forma un ángulo 
recto en su parte apical, y como el dibujo es exactamente igual 
en las dos supuestas especies diferentes, no quedaria ninguna 
otra distincion que las 17 hileras de escamas que posee el ejem- 
plar que sirvió de tipo al Dr. Boettger para la creacion del 
S. Rhodet; pero como es sabido, el número de las hileras de 
escamas en los reptiles varia en muchas especies y no puede 
por lo tanto definir una especie distinta. 

a. V. 182; C. 66. 


Série B. Opistoglypha 


25. Himantodes cenchoa (1...) D. B. 

26. Leptodira albofusca (Lucóp.) Blgr. 
NV AS E. TE 
db. V. 201; C. 75. 


27. Oxyrhopus petolarius (L.) D. B. 


19) 


O 


28. Oxyrhopus rhombifer DD. Bb. 
me EDO (0 O 
De NIE ARO o 
29. Oxyrhopus trigeminus [. B. 
a Vis 2 (Co “0% 
30. Oxyrhopus Guerini 1). B. 
die Wa PES ES 
DIN SCS A: 
31. Rhinostoma guianense (Trosch.) Blgr. 


. Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. 


[o 
nía) 


Todos los ejemplares poseen una quilla bien pronunciada 
en sus escamas del dorso, pero el ejemplar designado con la 
letra d posee además en la primera parte de su cuerpo una 
corona elevada en la hilera vertebral, lo que hasta ahora no he 
observado en ningun otro individuo de la especie. 

de Ve VS Ae 50 

e o TO 


bae d: 

UNS 166; E. 0 

d. V. 142; C. 68. 

ea vda; E: 81. 

fe V. 140; GC. S3. 
INS CANDO AÓNen 
NE ASE. 169.) 1 Y 


33. Philodryas viridissimus (L.) Gthr. 
34. Philodryas Olfersi (Licht.) Gthr. 
de Va MED (Eo o 

Do VE AO lalo: 

Ni 19%: E 104. 


35. Philodryas psammophideus (rthr. 

36. Philodryas Nattereri Steind. 

37. Philodryas mattogrossensis ltoslowsky sp. n. (Lam. Il, fig. 1-5.) 

El ojo mide la mitad del largo del hocico. La placa rostral 

es algo más ancha que alta y algo visible desde arriba: las inter- 
nasales algo más cortas que las prefrontales: la frontal 1 ', vez 
E tan larga que ancha ó tan larga que su distancia de la punta del 
] hocico y algo más corta que las parietales: loreal 1 '/, vez tan 
larga que alta; hay una escama preocular, que no llega á tocar 
la frontal, y dos postoculares; temporales 1 +2; 8 labiales supe- 


DE 


BOE 
riores, 4 y 5 tocan al ojo: cinco labiales inferiores están en 
contacto con las placas gulares anteriores que son más largas 
que las posteriores. Hay 19 hileras longitudinales de escamas 
lisas provistas de fosicos apicales. Hay 222 escamas ventrales 
y 123 subcaudales. La escama anal está dividida. El color es 
por encima: sobre la cabeza y la primera parte de la región 
dorsal del cuerpo (8 á 10 escamas) de un olivo oscuro que 
poco á poco pasa en un color requemado claro en el medio 
del cuerpo y que se vuelve en un rojizo sobre la parte posterior 
del cuerpo y la cola. Los lábios superiores y los costados de 
la primera parte del cuerpo son de un color amarillo que se 
convierte detrás del cuello en un olivo claro que pasa al color 
del dorso en el medio del cuerpo donde ya no hay más zonas 
distinguibles. Una” línea negra, poco distinguible, principia sobre 
el hocico, pasa por el ojo, bordea los labiales en su márgen 
superior y se pierde sobre el cuello donde separa el olivo oscuro 
de la region dorsal del olivo claro de los costados. 

Largo total, 1195 mm., cola, 365 mm. 


7] 


38. Erythrolamprus aesculapii (L.) 1). B. 
IN AALS SE: 
DINSA 
e O (Es, 


2; pares de anillos 16. 
4. )) » (P 


9: » » 1633 


39, Homalocranium melanocephalum (L.) D. B. 


“ste ejemplar no presenta vestigios de líneas lengitudinales 
sobre el cuerpo. 


a NT AS E, Lay 


10. Apostolepis ambinigra (Peters) Blor. 


Apostolepis erythronota (Peters) Bler. 


42, Apostolepis intermedia Koslowsky sp. n. (Lam. I, fig. 4-7.) 


La) 


Hocico poco proyectado v ojo pequeño. Placa rostral algo 
más ancha que alta, la parte visible de arriba mide más «que 
la mitad de su distancia de la frontal; las prefrontales están en 
contacto con la segunda labial; la frontal 1% tan larga que 
ancha, más corta que su distancia de la punta del hocico y 
que las parietales; las nasales no están en contacto con las 
preoculares sino separadas por las “prefrontales: hay una 
sola escama postocular; hay seis labiales superiores de los 
cuales la segunda y tercera tocan al ojo y la quinta y sexta 


— 31 — 


á las parietales; cuatro labiales inferiores están en contacto 
con las placas gulares de las cuales las anteriores son más 
cortas que las posteriores, la primera labial está en contacto 
con su compañera, y la mental ó simfisial mide su distancia 
de las placas gulares anteriores. Hay 15 hileras longitudinales 
de escamas sobre el cuerpo: 217 escamas ventrales y 37 
subcaudales; la anal está dividida. Por encima. el color es un 
blanco súcio (¿rojo en vida?) con cinco líneas longitudinales 
negras sobre el cuerpo. de las cuales la primera (se entiende 
de cada lado del cuerpo) es la más ancha y corre por la 
tercera y cuarta hilera de escamas de tal modo que cubre la 
márgen superior de la tercera y la mitad inferior de la cuarta: 
la segunda línea que es la menos pronunciada y de color mo- 
reno, corre sobre la sexta hilera, y la quinta línea que otra vez 
es de color negro y más pronunciado, corre por la hilera ver- 
tebral. La cabeza es negra, por encima, provista de dos man- 
chitas alargadas de color moreno claro, las que se hallan en 
disposicion paralela sobre el hocico, un collar negro desciende 
de la parte posterior de los parietales y va al rededor del cuello 
cubriendo la garganta; los lábios superiores son blancos con 
excepcion de la parte superior de la segunda y tercera y el 
márgen superior de la quinta y sexta escama labial; Ja punta 
de la cola es negra, con excepcion de la escama terminal que 
es blanca. Por abajo blanco, sin vestigio de manchas. 

Largo total, 228 mm.; cola, 27 mm. 

“sta especie se acerca á la Apostolepis D'Orbignyi por la 
disposicion de ciertas escamas de la cabeza, pero debo consi- 
derar la especie arriba descripta como bien distinta de ésta. 
No cabe duda que la patria de la Apostolepis D'Orbignyi es el 
Matto-Grosso ó la Bolivia oriental (Chiquitos ó Moxos), pero de 
ningun modo Chile. 


43. Elapomorphus tricolor l)». B. 
AN 2 E 22. 
Série E. Proteroylypha 
Subfam. LLAPINAE 
4%. Elaps frontalis 1). 5. 


Este ejemplar posee 16 séries de anillos sobre el cuerpo. 
DINA a 


E 
Fam. AMBLYCEPHALIDAE 


45. Leptognathus turgida Cope 


ANACO AC AOSE 
Da Nile, 17 
e VA Oe Dile 


Fam. VIPERIDAE 


Subfam. CROTALINAE 


46. Lachesis Neuwiedi (Wasi.) Blor. 

Hay 25 hileras longitudinales sobre el cuerpo de este ejem- 
plar jóven. 

a NA CAS: 


47. Lachesis lanceolatus (Lacép.) Blgr. 


48. Crotalus terrificus (Laur) Cope 


CATALOGO DE LOS MAMÍFEROS FÓSILES 


CONSERVADOS EN EL MUSEO DE LA PLATA 


ASEO UN CGULATA 


ÓRDEN TOXODONTIA 


POR 
SANTIAGO ROTH 


ENCARGADO DE LA SECCION PALEONTOLÓGICA DEL MUSEO 


Tomo VIII. 


ESFERA OO) 


Son tantos los materiales reunidos en la Seccion Paleonto- 
lógica del Museo de La Plata, que la publicacion de su Catá- 
logo sistemático demandará mucho tiempo y mayor personal 
técnico del que dispone en este momento la Seccion. 

Es por esta razon que he dispuesto se publiquen catálogos 
ilustrados y descriptivos de grupos, á medida que se estudien 
los materiales que les corresponden. 


F. P. MORENO, 


Director del Museo. 


Museo La Plata, Julio 10 de 1806. 


GRUBO 


UNGULATA 


Orden TOXODONTIA (') 


Fundacion. Los primeros restos de este órden fueron encon- 
trados en la República del Uruguay, en la costa del arrovo Sa- 
randí y llevados por Darwin á Lóndres, donde el profesor 
Owen fundó el género Toxodon (The Zoology of the Voyage of the 
Beagle, vol. T. pag. 16, London 1840). Al mismo tiempo fundó 
dicho autor el género Macrauchenia y el año 1846 el género 
Nesodon. Más tarde, Bravard creó el género Tipotherium (1857). 
Por mucho tiempo estos tres géneros fueron los únicos cono- 
cidos de este órden. Sole en los últimos años se ha encontrado 
eran número de animales, que forman sub-órdenes, familias 
y géneros, cuyos elementos serian suficientes para hacer de este 
órden un grupo separado de la sub-clase Placentalia. 


Descendencia. Se ha querido derivar este órden  directa- 
mente de los Condylarthra, lo que nos parece muy infundado. 
Demostrar su descendencia de uno de los órdenes conocidos 
hasta hoy, no lo creemos probable. In cambio, es cierto que 


(4) Las opiniones respecto de la colocacion de estos Ungulados sud-ame- 
ricanos están aun hoy muy divididas. Zittel, por ejemplo, ha formado con las 
familias Typotheridae y Protypotheridae un sub-órden Typotheria, mientras 
que Lydekker las considera como familias del sub-órden Toxodontia. En 
cambio, este último forma con las familias Homoladontotheridae y Astropo- 
theridae un sub-órden Astropotheria, mientras el primero coloca la familia 
Astrapotheridae en el sub-órden Litonterra y la familia Homalodontotheridae 
en el de Anciclopodos junto con la familia Chalicotheridae, cuyos restos no se 
encuentran en el hemisferio Sud. Como deseamos evitar en el Catálogo toda 
disension, colocaremos estos restos en los sub-órdenes y familias que nos parece 
más conveniente, sin entrar en explicaciones sobre el por qué de esa colocacion. 


— 38 — 


estas Unguladas características de América del Sud, que forman 
el equivalente de las Unguladas del hemisferio Norte y cuya 
derivación de una misma rama no presenta dudas, encierran 
tipos de mamíferos con caracteres del órden Rodentia y de 
muchas órdenes del grupo Ungulata, y de ellos se pueden deri- 
var de una manera natural diversas órdenes de mamíferos 
terrestres. No podemos, en un catálogo, entrar en detalles so- 
bre este tema. 


Caracteres generales. A pesar de que este órden tiene 
tantas formas aliadas con familias de otros, conserva siempre 
en las suyas un carácter comun, pues aun cuando las familias 
yv géneros se diferencian mucho entre sí, todo el órden tiene, 
más ó menos, una forma fundamental, la que, sin embargo, se 
concreta casi siempre á órganos que ejercitan funciones poco 
importantes. 

La dentadura varía mucho, segun la familia; los inci- 
sivos afectan forma de los de roedores, esto es, de palas y 
defensas, y varían en número: los caninos, en algunas 
familias, faltan por completo, teniendo algunas uno en la 
mandíbula inferior, mientras faltan en la superior, y otras 
tienen uno en cada mandíbula; los molares en unas familias 
poseen raices y en otras no, y pueden ser brachyodontes ó 
hypsilodontes y el número varía segun la familia. Las fórmu- 


4 > , Al . . p E 1 . ) 3 3 
las dentarias más características “son: +1 CF pm. 
| 2 £0r 23 ay | El E =) 3 3 do 4 3 pel le EN A MSN 
1 1 4 3 138 ESTA E AAA TN 3 | 


1 Ú 2 3 

De algunas familias tenemos en el Museo grandes partes 
del esqueleto, las que haremos conocer cuando les llegue el 
turno; de otras familias se conoce aun muy poco del esque- 
leto. 1] fémur de algunas tiene un tercer trocanter bien desar- 
rollado, mientras que en otras es rudimentario, v 4 muchas 
les falta por completo. El pié en algunas familias es casi 
plantígrado, en otras digitígrado y en algunas casi ungulígrado: 
en unas está bien desarrollado con > falanjes y en otras fun- 
cionan solo tres falanges. 


Zona de distribucion (PROCEDENCIA). Si se prescinde de los 
descendientes más ó menos probables y que están incluidos 
en otros órdenes, de éste no se conoce ningun representante 
viviente. Su yacimiento en los períodos geológicos se limita á 
la América del Sud, donde desde los tiempos terciarios existió 
siempre un gran continente. Se ha designado la época geoló- 


E 


gica á que deben pertenecer los diferentes géneros, pero el 
inmenso territorio donde se encuentran estos restos ha sido 
tan poco estudiado por verdaderos geólogos y las indicaciones 
provienen á menudo de personas de tan escasos conocimientos 
geológicos, que seguramente una gran parte de las indicacio- 
nes resultarán erróneas, una vez que estos yacimientos sean 
veológicamente bien determinados. Nosotros nos limitaremos 
actualmente á indicar solo el yacimiento de cada pieza cuando 
sea conocido. 

Los restos de este órden se encuentran en todas las capas 
de la formacion pampeana, en la formacion entreriana, y en 
casi todas las formaciones de Patagonia donde se han encon- 
trado restos de vertebrados; tambien se han hallado en algunas 
formaciones sedimentarias de las provincias andinas argentinas. 


Sub-órden TOXOIDONTIA s. Str. 


liste sub-órden, del cual se conocen varias familias, se dis- 
tingue de los Ungulados del hemisferio Norte, principalmente 
en los siguientes caracteres fundamentales: los maxilares son 
muy abovedados y los extremos de los alvéolos de los molares 
llegan hasta la sínfisis maxilar. Los huesos temporales, an- 
quilosados con el timpánico y periótico, forman parte del llano 
occipital. En cada lado de este llano hay un forámen que co- 
munica con la fosa temporal. Los dientes tienen raices Ó care- 
cen de ellas. La articulación humero-cubital tiene un hueso 
accesorio que articula con el humero y el radio. Los repre- 
sentantes de este sub-órden se han encontrado solo en América 
del Sud y se hallan tanto en las formaciones terciarias como 
en las cuartenarias. 


Il. Familia TOXODONTIDAIL 


Si principiamos el órden Toxodontia por esta familia, no es 
porque la consideremos como el tronco del árbol genealógico 
del cual se hayan derivado las otras familias y géneros, sino 
porque es el Toxodon el que fué conocido primero y, por lo 
tanto, el que ha dado nombre á todo el órden. 

En los géneros de esta familia, el cráneo se parece algo al de 
los RoDENTIAS. Los huesos nasales son sobresalientes. ll pre- 
maxilar es fuerte v prolongado, ensanchándose hácia adelante. 
ll arco zigomático es ancho, la márgen superior se une sin 
interrupción con la cresta posterior del cráneo. Los incisivos 


— 4 = 


superiores son muy arqueados, los inferiores casi derechos. 
El canino superior de la denticion definitiva falta en algunos 
géneros, mientras que el inferior está presente. La denticion 
definitiva es sin raices, parecida á la de los Rodentias. En algu- 
nos géneros los dientes de leche son provistos de raices. 


Genus TOXODON 


De este género se ha fundado una cantidad de especies cuya 
legitimación se discute. Algunos paleontólogos opinan que las 
diferentes especies de Toxodon resultan ser solamente razas 
diferentes de una sola especie, y se ha dicho que la diferencia 
que existe entre Toxodon platensis y T. Burmeisteri pudiera ser 
sexual. En la paleontología es muy difícil determinar el sexo. 
y casi siempre se hará por suposiciones. Es fácil que el pa- 
leontólogo cometa el error de hacer de un macho y de una 
hembra de una misma especie, dos especies: pero es difícil 
probar este error. Cuando tratemos de cada especie de Toxo- 
don se verá que las diferencias que existen entre las dos es- 
pecies arriba mencionadas, no pueden ser solo sexuales. Es 
cierto, sin embargo, que se han fundado especies sobre mate- 
rial muy insuficiente cuya existencia es muy dudosa, y que 
otras lo han sido sobre restos de animales jóvenes que perte- 
necen á especies ya conocidas, y que hasta sobre la dentición 
de leche del Toxodon se ha establecido un nuevo género: Di- 
lobodon. Pero si algunos paleontólogos quieren considerar las 
diferentes especies de Toxodon solo como razas, siempre hay 
que dar á éstas nombres específicos, para saber de qué raza 
se trata. A pesar de esto, las diferencias que existen en las 
pretendidas razas no son en el Toxodon de tal naturaleza como 
las que hay entre las diferentes razas en los mamíferos vivien- 
tes. Si en una especie hay variaciones individuales, esta espe- 
cie conserva siempre los caracteres específicos. In el Museo 
hay cuatro especies de Toxodon con caracteres específicos bien 
distintos: Toxodon platensis, Owen; T. Burmeisteri, Giebel: T. 
Darwini, Burmeister: 7. elongatus, Roth. 


El esqueleto. 11 Toxodon, que durante la formacion pam- 
peana abundaba en los pantanos de la Pampa, superaba algo 
en tamano al Rinoceronte y era mucho más corpulento y más 
fuerte. 

Para hacer las comparaciones damos aquí las dimensiones 
de dos esqueletos bien montados de Toxodon y del esqueleto 
de Ihinoceros: 


TOX. TOX.  RHINOC. 
cm. cm. cm. 
Altura hasta la cresta del cráneo............. 102 103 135 
» en las primeras vértebras dorsales..... 147 144 145 
» » » últimas lombrales.............. 149 140 154 
Largo desde la punta del cráneo hasta la cola. 294 285 200 
¡Amechura mayor del Cuerpo... nose eos. 115 118 90 


De esta comparacion resulta que el Toxodon era de cabeza 
y pescuezo mucho más bajo que el Rinoceronte; que la altura 
adelante era igual y que atrás el primero era 15 cm. más alto: 
eran casi iguales de largo y el cuerpo del Toxodon era mucho 
más ancho. Il esqueleto de animales tan pesados y toscos como 
lo son el Rinoceronte y el Hipopótamo, puesto al lado del es- 
queleto de Toxodon, parece proceder de un animal elegante. 
La forma extravagante del Toxodon se ve ya clara en el esque- 
leto representado en la lámina I. Isa colosal cabeza de roedor, 
tras de la cual se eleva rápidamente el lomo en forma de giba, 
y la gran anchura del cuerpo, daba ú este animal un aspecto 
cuya analogía se busca en vano entre los animales vivientes. 

Una vez observada la caja del cuerpo, se deduce natural- 
mente que los miembros tenian que ser muy fuertes para llevar 
tamano peso, y en realidad lo son; sin embargo, el desarrollo 
redondo de los huesos del muslo hucen liegar á la conclusion 
que este animal tenia una marcha más compleja que el Rino- 
ceronte. 


El cráneo. Todos los autores que han tratado del cráneo 
del Toxodon han hecho resaltar la analogía de forma con el 
cráneo de los Roedores, analogía que en realidad existe en su 
aspecto general: pero examinando más los detalles, el parecido 
no es tan grande. 

Principiando el exámen con los huesos nasales, éstos tienen 
una forma más ovalada y se extienden á los costados más 
abajo, por ejemplo, que en el cráneo de Hidrochoerus. Estos 
huesos son en el Toxodon platensis más chatos que en el 7. 
Burmeisterii, el que los tiene más abovedados. Las puntas pro- 
minentes son, comparativamente, muy gruesas y en forma semi- 
triangular, con los bordes muy redondeados; en el 7. Bur- 
meisteri son un poco más prolongados que en el T. platensis. 
Solamente al fin de la abertura de la nariz los huesos nasales 
llegan apenas á tocar los huesos praemaxilares, y estos últimos 
no se introducen cuneiformes entre los huesos nasales y maxi- 
lares, como sucede generalmente en los roedores y en otros 
animales. 


O 


En el Toxodon los huesos nasales se unen directamente con 
los maxilares y frontales. Por el excesivo espesor de las pun- 
tas prominentes de los huesos nasales y por la elevacion de 
una gruesa cresta en el medio de los huesos praemaxilares, se 
ha deducido que el Toxodon tenia sobre la nariz un asta pare- 
cida á la del Rinoceronte. Esta opinion se ha combatido, y se 
ha dicho que probablemente tenia una trompa como el Tapir. 
Nosotros no somos del mismo parecer: sobre todo, la última 
opinion nos parece muy infundada. La estructura de los huesos 
nasales no se parece en nada á la de los animales que llevan 
trompas. Tampoco los incisivos permiten semejante suposición; 
creemos más bien que esta punta nasal tan gruesa y la eleva- 
cion que tienen los praemaxilares, indican que sostenian una 
eran masa de cartílagos formando una nariz muy gruesa y 
elástica, tapada por espeso cuero, como el hocico de que está 
provisto el Hidrochoerus, solamente de proporciones más volu- 
minosas; este último animal tiene también las puntas de los 
huesos nasales relativamente macizas y una alta elevacion de 
cresta gruesa en el medio de los praemaxilares. Si el forámen 
infraorbital por donde pasa la segunda rama del nervio quinto, 
del cual se ramifican los nervios sensorios por toda la cara y 
los labios, es relativamente más grande en los Roedores que 
en el Toxodon, en éste es aun más grande que en los Ungula- 
dos y otros mamíferos. Por eso mismo podria deducirse que 
la cabeza anterior del Toxodon era de forma parecida á los 
Roedores. 

Los huesos frontales son anchos y relativamente muy cor- 
tos, casi llanos en unos y algo cóncavos en otros individuos, 
formando en este último caso una apófisis postorbital algo 
elevada. Esta desciende de adelante hácia abajo en forma de 
media luna, llegando hasta el hueso lacrimal y formando al re- 
dedor de la cavidad del ojo un borde prominente y grueso. 
Mientras que en el cráneo de los Roedores el hueso frontal 
toca atrás el hueso escamoso, éste se junta en el Toxodon 
como en los Ungulados con el hueso parietal, con el cual se 
une hasta no conocerse la sutura. 

Detrás de la apófisis postorbital principian los huesos 
parietales, que se unen hócia adelante, en forma de trián- 
gulo, con los frontales. La cresta sagital se extiende, como en 
el Hipopótamo, solamente sobre los huesos parietales, pero 
no sobre los frontales, como sucede en muchos cráneos 
de otros animales. Ióstas crestas corren por cada costado 
del cráneo, un poco encorvadas por adentro, hasta más allá 


o 
E 


de la mitad del vértice; en ese punto se acercan hasta unirse, 
divididos solamente por un pequeño surco, separándose otra 
vez atrás del cráneo, donde se unen con los huesos supraocci- 
pitales, formando un pequeño pozo triangular que representa 
el hueso interparietal. Tanto éste como toda la estructura de 
la cresta sagital, es algo diferente en cada uno de los cuatro crá- 
neos completos que tenemos á la vista, pero la diferencia no 
existe de una especie á la otra: es solamente individual. Il 
vértice es muy angosto y los huesos parietales son más bien 
encorvados para adentro y no hácia afuera, formando de esta 
manera una enorme fosa temporal, en donde tienen los músculos 
temporales su principio. Las suturas que unen los huesos 
parietales con los temporales no son perceptibles en los crá- 
neos adultos. Aun cuando en casi todos los mamiferos esta 
parte del cráneo cambia en su forma con el progreso de su 
desarrollo, se efectúa éste en el Toxodon en escala mayor. 
Ll vértice en el cráneo del Toxodon jóven es bajo y con las 
dos crestas laterales muy separadas: en la edad más provecta 
del animal se desarrolla enormemente, y al mismo tiempo las 
dos crestas sagitales se juntan en el medio del vértice hasta 
tocarse (véase lámina III y figuras 1 y 2). Los huesos parietales 
de la fosa temporal, que en el cráneo adulto son más bien 
cóncavos, en el cráneo jóven son convexos. 

Otra diferencia en el cráneo jóven consiste en una cresta 
que desciende sobre los huesos parietal y temporal en forma 
semi-circular, desde la apófisis postorbital hasta cerca de la 
apófisis zigomática del hueso temporal. Esta cresta desaparece 
en el cráneo adulto, y en su reemplazo la superficie de la fosa 
temporal se vuelve áspera, llena de tubérculos y pequeñas 
crestas para la imsercion de los músculos temporales. Las 
figuras 1 y 2 y lámina III presentan esta parte del cráneo en 
diferentes estados de desarrollo. Atrás, en la fosa temporal, 
hay varias perforaciones que comunican, como se verá más 
adelante, en un forámen que desemboca en el llano occipital. 
Los huesos parietales están tambien unidos de tal manera 
con el supraoceipital, que ni en el cráneo muy jóven se puede 
distinguir sutura alguna. La única diferencia que se nota en 
esta parte de los cráneos de los diferentes tipos de Toxodon 
que hay en el Museo, es que el llano frontal donde se juntan 
las dos crestas sagitales es algo cóncavo en el Toxodon platensis 
y protuberante en el 7. Burmeisteri. En esta parte el cráneo del 
Toxodon es muy distinto del de los roedores y más bien se 
parece en algo al cráneo de los carnívoros. 


Los huesos occipitales en los cráneos de animales adultos 
no tienen tampoco mucha analogía ni con los de los roedores 
ni con los de otros mamíferos 
vivientes. La circunferencia occl- 
pital ha sido así descripta (*): «ll 
llano está perpendicularmente co- 
locado, con márgenes elevadas y 
reclinadas en toda su circunferen- 
cia superior y lateral, formando 
una figura transversal elíptica. 
En la parte central superior de 
la circunferencia hay una línea 
horizontal casi recta, terminán- 
dose en dos esquinas obtusas, con 
las cuales se unen las partes pos- 
teriores divergentes de la cresta 
vertical. Abajo de estas esquinas 
la circunferencia del occipital for- 
ma á cada lado una curva casi 
regular semi-circular y desciende 
de este modo hasta los grandes 
cóndilos occipitales que terminan 
el occipital al extremo inferior. 

Fig. 1 Al lado externo de los cóndilos 
Cráneo de Toxodon, individuo ¡óveB,. o en idos tubérculos mauyuera 
tes, cónicos y descendientes, que 


parte superior. 


f . 
| representan la parte mastoides 
N del hueso temporal. Remontando 
bs desde el agujero occipital grande, 
( de figura transversal elíptica, el 
/ : hueso occipital forma un llano 


ondulado, muy grueso, inclinado 
hácia adelante, que se divide 
despues más arriba, en dos pro- 
longaciones gruesas divergentes, 
perpendicularmente ascendentes, 
de figura de mano de mortero, que 
se continúan hasta las esquinas 
superiores de la circunferencia del 
parte de ua aseado Tadoidn anavidao OCeipital. IEntre-ellas/seipresemies 

jóven, vista de las crestas sagitales. Cn la parte central, bastante cón- 


Fig. 2 


(1) Burmerster: Anal. del Mus. Púb. de Buenos Atres, Tomo I, pág. 259. 


cava del occipital, otra protuberancia elíptica menos gruesa. 
La parte externa del occipital, al lado de las dos gruesas pro- 
tuberancias laterales divergentes, es muy profunda, excavada, 
y termina en un agujero grande de figura de embudo, que se 
disminuye poco á poco al interior y entra con una perforacion 
pequeña, oblícua á la cavidad cerebral del cráneo.» 

Así se presentan los huesos occipitales del animal adulto á 
primera vista, pero en realidad su forma y estructura es otra. 
Ya en los cráneos adultos se puede ver que en los dos tubérculos 
descendientes al lado externo de los cóndilos no pueden ser 
apófisis de los huesos temporales. En la márgen lateral, donde 
parece que se une el occipital con la apófisis zigomática del tem- 
poral, hay dos surcos y dos protuberancias que representan el 
periótico (Perioticum) y timpánico (Tympanicum), figuras 3 y 7. 


Fig. 3 


Cráneo de Toxodon, individuo jóven, visto de lado 


El surco posterior se extiende desde la abertura externa del 
forámen auditivo, que se encuentra muy arriba, cerca del borde 
superior del argo zigomático, hácia abajo, separando la apófisis 
del periótico de este tubérculo; además, se ve bien que este úl- 
timo es, como en los Roedores, una prolongación del exoceipital 
que corresponde al proceso parooccipital y no á la apófisis mas- 
toídea del temporal del cráneo del hombre (véase fig. 4 letra PB 
v fig. 5 B). En el cráneo jóven que tenemos en el Museo, esta 
parte está bien conservada y demuestra que la estructura de 
los huesos occipitales es diferente de lo que podria conjeturarse 
viendo el cráneo adulto. 

En las figuras 4, 5 y 6 se puede ver que las antes citadas 
gruesas protuberancias laterales divergentes, que se extien- 
den desde la esquina superior de la circunferencia del llano 
occipital hácia abajo hasta cerca del forámen magnum, son 
los márgenes laterales del hueso supraoccipital que tiene una 


A 


A == 


forma casi cuadrada (figuras 4. 5 y 6) y que los huesos pe- 
riótico y timpánico anquilosados con el temporal en una sola 


Fig. 4 
Occiput de un cráneo de Toxodon, 


individuo jóven. 


Pia.) 


Occiput de un cráneo de Toxodon Burmeisteri, 


individuo adulto 
A supraoccipital; Bexoccipital; (' huesos auditivos. 


Fig. 6 
Occiput de un cráneo de Toxodon, 
individuo jóven 
A supraoccipital; C huesos auditivos, 


pieza, toman mucha participa- 
cion en la formacion del llano 
occipital (fig. 4, 5 y 6). 

Los dos forámenes ¡juntos 
á las márgenes laterales del 
hueso supraoccipital, que se 
ha dicho que conducen al in- 
terior de la cavidad cerebral, 
no perforanel hueso occipital 
y no conducen al interior de 
esta cavidad, sino que perfo- 
ran el periótico y timpánico y 
conducen al interior del hueso 
temporal, donde se dividen en 
varios conductos que comuni- 
can con tres ó cinco agujeros 
que hay en cada lado de la fosa 
temporal. 

stos dos forámenes, que se 
podrian señalar con el nombre 
de forámen temporal, existen 
en lodos los cráneos del 
órden Toxodon (*); á lo menos 
es característico en todos los 
cráneos de los géneros en que 
el hueso temporal anquilosado 
con el timpánico y periótico, 
forma parte del llano occipital. 
La cireunstancia que esta par- 
ticularidad se presenta solo en 
los cráneos de los mamíferos 
del órden Zoxodon, habla mu- 
cho en favor de la hipótesis 
que las familias de este órden 
hayan tenido una descendencia 
comun. 

Il exoccipital, que se une 
algo arriba del forámen ma- 


casi 


1) Este forámen daba paso á órganos importantes. No queremos entrar 
en lareas explicaciones y trataremos esta parte del cráneo en un trabajo 


especial. 


== 


gnum con el supraoccipital, se dirige hácia afuera y adelante, 
rodeando los huesos auditivos, y se extiende por el lado exte- 
rior de los cóndilos hácia abajo, formando una larga y muy 
fuerte apófisis para insercion de músculos. lista apófisis, que 
ha sido tomada por apófisis del hueso temporal, es el proces- 
sus parooccipital que es muy desarrollado en los Roedores y 
muchos Ungulados. En la base, junto á los forámenes condilares, 
se encuentra la sutura que une el exoccipital con el baseocci- 
pital. Este último es algo parecido al de los Roedores; tiene en 
el medio una pequeña cresta que se extiende hasta la base- 
phenoida. Como se ve, la verdadera forma de los huesos ocel- 
pitales del Toxodon es mucho más parecida 4 la del cráneo del 
Hipopótamo que al de los Roedores. 

KI hueso temporal no está limitado en los cráneos adultos 
por sutura alguna, exceptuando la del zigomático, donde se 
une con el vugal, sutura que es muy visible hasta en los 
cráneos de individuos viejos. 

En el cráneo jóven se ve que el hueso temporal toma mucha 
participacion en la formacion de la bóveda cerebral; está, como 
se ha dicho, anquilosado con los huesos timpánico lv periótico 
y se extiende á los lados hácia arriba hasta la márgen occi- 
pital, donde se une en línea recta con los parietales, bajando 
más adelante de la mitad de la fosa temporal, hasta el hueso 
pterigoídeo, formando un ángulo y limitando el forámen lace- 
rum medium. De lo dicho resulta, que el temporal está anqui- 
losado con los auditivos en un solo hueso, y que no solamente 
forma parte de la circunferencia del occipital, como sucede en 
el cráneo de Didelphis, sino ocupa una parte considerable del 
llano occipital. In el ZLagostomus los huesos auditivos tambien 
contribuyen á formar el llano occipital, pero sus disposiciones 
son otras que en el Toxodon y faltan los dos forámenes late- 
rales. En cambio, esta disposicion de los huesos auditivos v 
temporales califica casi todo el órden Toxodontidea é indica nue- 
vamente una descendencia comun. Hay familias en las cuales 
se ha desarrollado esta particularidad de manera admirable, 
formando órganos, como, por ejemplo, en el Tipotheríuim y Pa- 
chyrucus, cuyas funciones son difíciles de explicar. La estrue- 
tura de estos huesos se diferencia mucho en cada familia y género 
de este órden. ln el género Toxrodon no hemos podido distinguir 
diferencias específicas, sino solo diferencias que se reducen á 
la edad del animal. Se tendria que deducir que estos huesos, 
que se desarrollan de diferente manera en cada familia y gé- 
nero, tendrian tambien que presentar entre las especies diferente 


a 


estructura: el hecho contrario hablaria en favor de que el Zoxo- 
don Burmeisteri y el T. platensis fuesen de una sola especie. En los 
otros tipos que tenemos en el Museo falta esta parte del cráneo. 

La parte posterior del arco zigomático, que en cráneos de 
otros animales está formada por una apófisis del hueso tem- 
poral, en el cráneo jóven del Toxodon está separada por una 
sutura que se extiende desde la esquina superior de la már- 
gen lateral del occipital, á lo largo de los huesos auditivos, hasta 
cerca de la fosa glenoídea. Esta parte del arco zigomático es muy 
ancha, con muchos tubérculos en la parte interior, y se junta 
con el yvugal en una sutura muy visible en los cráneos provectos. 

El yugal es relativamente chico: forma el borde anterior é 
inferior de la órbita y se une con el lagrimal y maxilar por 
una sutura, solo visible en el cráneo jóven. Su forma está bien 
visible en la figura 3 y lámina III. Sobre la diferencia en la forma 
del arco orbital anterior se ha querido establecer una diferencia 
específica entre el T. platensis y el T. PBurmeisteri; se ha dicho 
que este último tiene el arco orbital anterior mucho más del- 
gado y, en consecuencia, un forámen infraorbital más grande 
que la primer especie. Estas diferencias son puramente indivi- 
duales y en el Museo hay cráneos que lo confirman, señalando 
casos en que se invierten las diferencias indicadas. Lo que se 
ha dicho sobre el canto externo prominente, que en el 7. Buwr- 
meisterí este hueso tenga una cresta, se reduce solo á la dife- 
rencia de la edad del animal á que pertenece uno ú otro cráneo. 
ln el cráneo jóven este canto es muy redondeado, mientras 
que en el 7. platensis, adulto, hay una cresta tan prominente 
como en el 7. Burmeisteri. No existe diferencia específica en 
esta parte del cráneo entre el 7. Burmeisteri y T. platensis. En 
cambio, el cráneo del T. elongatus es, en esta parte, muy dis- 
tinto de las otras dos especies. La apófisis zigomática del 
maxilar superior es menos sobresaliente; el arco orbital ante- 
rior, compuesto del hueso yugal y de la apófisis del maxilar, 
es mucho más ancho y más delgado, y el forámen infraorbital 
muy pequeno. 

Elarco zigomático y con él la fosa orbital y temporal, cam- 
bia mucho en la forma durante el curso de desarrollo del crá- 
neo del Toxodon. In el cráneo jóven el arco zigomático es re- 
lativamente mucho más angosto y la fosa orbital más grande 
que en el cráneo adulto. 

El maxilar superior es de tamaño considerable con bordes 
alveolares muy altos: es mucho más ancho atrás que adelante 
y su forma es muv distinta de los Roedores y Ungulados. Las 


o 


partes laterales son tan abovedadas que los fondos de los al- 
véolos de cada maxilar se tocan en el medio del paladar. Los 
fondos de los alvéolos y del último premolar de cada lado del 
maxilar, están separados solo por un tabique muy delgado en 
el medio del maxilar. In el cráneo cortado por el medio (lámina 
V y VI), se ve en los huesos maxilares las cavidades de los 
alvéolos de los tres últimos molares. (Este cráneo no está cor- 
tado justo por el medio para salvar la lámina perpendicular 
(crista galli) y por esto se publican las figuras de las dos mitades.) 
La sínfisis maxilar en el paladar es adelante profundamente 
encalada y atrás forman una pequeña cresta, que se extiende 
hasta el hueso palatino. La diferencia que presentan las di- 
versus especies consiste en que todos los maxilares superiores 
que hay en el Museo de Zozxodon platensis son un poco más an- 
cho que los de 7. Burmeisteri, y los de T. elongatus más largos 
que las anteriores especies. 

Las forma de los premaxilares es tambien visible en las di- 
ferentes figuras que acompañan este catálogo. Como se ve, ni 
el premaxilar ni los huesos nasales son en nada parecidos á 
á los Proboscídeos. El tubérculo que está situado adelante de 
la abertura nasal del premaxilar, es casi de forma idéntica al 
que tiene el Aydrochoerus en la misma parte del premaxilar. 

Las disposiciones de los huesos nasales internos mesethmoi- 
deo. ethmoturbinal, ete., se ven tan bien en las láminas V y VI, 
que se hace casi inútil una descripcion detallada. El vomer 
forma un tabique muy delgado en la abertura posterior de la 
nariz, y se extiende solo sobre el hueso palatino. La parte de 
adelante, que en muchos cráneos de otros animales se extiende 
muy adelante en medio de los maxilares, así como una parte 
de los mesethmoidales, deben haber sido durante toda la vida 
compuesta de cartílagos en el Toxodon. Lo mismo sucede con 
los maxilar-turbinales, que solo son indicados en los huesos 
maxilares por unas pequeñas crestas. 

La cavidad cerebral es en el Toxodon adulto relativamente 
más chica que en el animal jóven; durante el crecimiento del 
animal se agranda poco ó nada el volúmen de esta cavidad, 
como sucede con el cráneo del elefante. Solo que los huesos 
que componen las paredes de la cavidad cerebral toman mayo- 
res extensiones. Estos huesos son en el cráneo ¡jóven relativa- 
mente delgados, mientras que en el cráneo adulto son bastante 
gruesos, como se ve en las láminas V y VI. Es principalmente 
el vértice y la márgen superior del occipital que se agrandan 
mucho durante el crecimiento del cráneo, pero sin formar dí- 

Tomo VIII. 5 


0) == 


ploes en los tejidos celulares de estos huesos, como sucede en 
los cráneos de los elefantes. El hueco que se ve arriba, en la 
fisura del cráneo cortado, en los huesos frontales, no es un 
díploe, sino una concha ethmoturbinal cortada que se encuentra 
aquí arriba en los huesos frontales. Por la diferencia que pre- 
sentan entre sí el vértice y los huesos parietales de un animal 
jóven y los de un adulto, se ha creido que un pedazo de crá- 
neo de un animal jóven que tenemos en el Museo pertenece á 
un género llamado Dilobodon (*), género que, como se verá más 
adelante, no ha existido. 

En vista de las numerosas figuras del cráneo de Toxodon 
que acompañan este catálogo, no entramos en una descripcion 


más detallada: solo hemos mencionado las particularidades más 


salientes, como ser las alteraciones que durante el desarrollo pre- 
senta v las diferencias que existen entre las diversas especies. 


Cráneo de Toxodon Burmeisteri, visto del lado izquierdo. 


La mandibula inferior (lámina VII) es muy fuerte y alta: las 
dos ramas divergentes hácia atrás están unidas por una sínfisis 
muy larga que alcanza en la mandíbula del animal viejo hasta 
el penúltimo molar y en el animal jóven hasta delante del 
último premolar, y están anquilosadas desde la primera juven- 
tud. En ninguna mandíbula de animales muy jóvenes que hay 
en el Museo se nota vestigio de sutura. 


(2) F. AMEGHINO: Bol. del Inst. Geog. Arg., entr. XII 1882. 


e AAAAA 


1.” 


AA 


e 


ol — 


La sínfisis ocupa más de la mitad de la altura de la man- 
díbula posterior, elevándose más hácia atrás en las mandíbu- 
las de animales viejos. Cerca de la mitad de la altura, en la 
parte posterior donde se juntan las dos ramas, tiene la sínfisis 
una excavación bastante honda en forma de embudo. La parte 
anterior de la mandíbula tiene la forma de pala, ancha ade- 
lante y que se achica hácia atrás, con el borde alveolar infe- 
rior muy poco levantado. Los alvéolos de los molares van 
hasta el fondo del borde inferior y el forámen mental se 
halla bastante atrás. La rama ascendente va sin interrup- 
cion en la misma direccion del borde alveolar y tiene una 
apófisis del proceso cornoides relativamente bajo. Los cóndilos 
son, en cambio, muy desarrollados, anchos y redondeados. 
Il forámen dental inferior que se halla en el interior de la 
rama ascendente, presenta una gran abertura perpendicular 
elongada. 

La mandíbula inferior del "Toxodon no se parece en nada á 
la de los Roedores; en su forma general se parece más bien 
algo á la del Rinoceronte. Casi todas las mandíbulas inferiores 
de Toxodon que tenemos en el Museo, muestran pequeñas di- 
ferencias entre sí, sea porque la márgen inferior de la rama 
horizontal y la ascendente es más redonda en una que en otra, 
ó porque la distancia del alvéolo del último incisivo al pri- 
mer premolar es más grande. Pero estas diferencias no son 
especificas, sino individuales. La única diferencia constante 
que notamos en las mandíbulas inferiores, entre las diferentes 
especies, es que la sínfisis es más ancha, y toda la mandíbula 
más fuerte en el 7. platensis que en el T. Burmeisteri. In el 
T. elongatus la mandibula inferior es más larga, la rama ho- 
rizontal relativamente más baja y la sínfisis más redonda y 
más corta que en las dos especies anteriores. 

Hay en el Museo una mandíbula inferior que atribuimos 
al 7. Darwaini, á pesar de que la dentadura no es del todo nor- 
mal. La sínfisis difiere mucho de la de las especies ante- 
riores, siendo ésta muy baja. 

Agregamos algunas medidas para la comparacion de las 
variaciones individuales y las diferencias que hay entre las 
diversas especies : 


epouwoad opungdos [0 1IS4I SOAISIDUL SO] 9PSOP VL0UBISIT 
DOI CORA DOOA O « « 1O1193SOÍ BANILY 


SISIJUIS Y] 9P JOÁBUI BINYDUY 
carrera SISTUIS B| OP OBIBT 


"sole pouodd sopundos so]  « « 
“+++ SO IB[OUL SOU] SO] 91JUO BANYDUY 


"IB[OUL OUT] [9 U0 [UJUOZLIOY BULL B| AP BINITY 


. A ROO 0 1Bu] 


HOTAH ANT VIOdIIN VA 


« « tmyuy 
TAO ORO UB AE PAGADO 
"soyeyiquo3sod sosadoud so] a17ua tanyouy 
TB IIdro0/ 11591018 [18758 


| [eSsBu OSONY [9P JOLI9JUB USÍWGUL [9 APSOP AJUIAJ B| Op OÑAVT 


+= ==" pepourelad opundos [9 1ISBY SOMISIDUT SO] 9P BI0UBISIT 


6 6 E A El JEeJoj Gr pa 
Y SC == 8 (3, OT OL ......s 
| ¿ | £ ' no PR ] DOI 
e E SI Sol €'€l 0% Te 
cl OT ve er Gee se E 
— A ee 09 e 
= 8 == va s'el er Gel ES 
01 ¿TT GEI 91 YI L¿8T 6 aid 
1, l SY | — 1019) GC aca (60) 9000 Ono 
| | 
= ES >= CE Té 9€ 9€ o 
= == | = | 90€ Sá 66 ...... 
ES ES pa =z GTE Ez ...... 
= | po | == ce 96 16 ...... 
| . 3 . ... 
= = ios 9r 61 sI : 
== E IO BUES 0 GT A: 
— — 9 2, , le Eg roo o... 
= + Gr | 9 or LT L RS 
=- = | ae 81 61 LY a a 
| 
E NES SE 30€ GT e 
E | e | 9% Su 04 0% OL 
* Tu “Tuy | “Tao | “tuo “9 * To MALO) 
ugapf *1 | ¡OLOT e TT ¡SL Ya | 142 


ici Te NB O 1d TOP ALOAB uz « 
* samepouelad sopundos so]  « « « 


++ **S9 IB [OUT SOU SO] 9:47 UO Iepeped Top tIMYAUY 


A “ourgejed osanuy [ep 


10149IS0d 9p10Q TO BISUL SOAISIDUT SOT ApsIP ABPe[ed Top oSae"T 
errrrre + SOOTPRULOSIZ SODIB SO] 9JUY PINYDUL JOÁBIA 
* *SO[IPUOO SO] VISBY SOAISTOUT SO] OPSAP OBUYAID T9P 181J07 OJIV"T 


OUNVYUO 


AZ 


Denticion. Si el cráneo del Toxodon va es muy particular 
y no tiene analogia con el de otros mamiferos vivientes, lo es 
aun más todavia por su 
dentadura. 

La estructura de la 
dentadura definitiva es 
deforma prismática, sin 
raices, de pulpa abierta 
en la base y de crecl- 
miento contínuo, y por 
consiguiente tiene mu- 
cha analogia con la den- 
tadura de algunos Roe- 
dores. 

Sin embargo, pre- 
senta tantos caracteres 
de los dientes de otras 
familias de este órden, 
en las cuales el carácter 
lophodonte es mucho 


más visible, que casi no Fis. S 
queda duda que el plan Maxilar superior de Toxodon, individuo jóven 


fundamen tal de la den- C alvéolo de canino de leche; 1-3 premolares; 4 molares de leche; 


5 molares definitivos. 


tadura es en el Toxodon 
el mismo que en el Lophodont. Lo más particular en el Toxodon 
es que la dentadura de leche está provista de raices, mientras 
que la definitiva carece de ellas. 

Un análisis completo del desarrollo 


Le 
de los dientes, presenta muchas dificul- , E 
tades en los mamiferos fósiles. a ar ÓN 


Fig. 9 


Maxilar superior de Toxodon Burmeisteri. 


Raro es que se encuentren dientes en su primer desarrollo 
ó deleche. En el Museo hay un cráneo de un animal ¡jóven con 
dientes en desarrollo, un maxilar superior y algunas mandíbulas 
inferiores con dientes de leche y algunos molares sueltos que 
se estaban desarrollando. 


— D4 — 


En el cráneo jóven (fig. 8) que tenemos, faltan los incisivos 
superiores; pero como en la mandíbula inferior los incisivos de 
leche son de raices muy largas y en la base casi cerradas, es 
de suponerse que los incisivos superiores hayan tenido tambien 
raices. En lo demás los incisivos superiores definitivos se pa- 
recen en su estructura más á los de los Roedores que á los 
de los Ungulados. 

La forma y el tamaño cambia en cada especie; comun á 
todas ellas es el número de dos en cada lado, como tambien 
la capa de esmalte que cubre solo la cara anterior, mientras la 
interna está desprovista de esta sustancia. 

En las especies de Toxodon Burmeisteri, Darwint y elongatas, 
los incisivos internos son más anchos que los externos y en 
la especie 7. platensis, al contrario, los externos son más anchos 
que los internos. 

El primer incisivo superior (i 2.) es en todas las especies 
mencionadas de forma transversal más ó menos semi-elíptica, 
muy arqueada y muy larga. Se extiende en el premaxilar más 
allá de la abertura nasal anterior (en las láminas V y VI se dis- 
tingue bien su colocacion), y, como los incisivos de los Roedores, 
tiene la base con pulpa abierta y solamente en la cara anterior 
una capa de esmalte, mientras que la interior es cubierta de una 
delgada capa de cemento. La cara anterior es en las especies 
T. Burmeisteri y T. Darwini longitudinalmente cóncava, en la 
última especie más que en la primera. En las especies 7. platensis 
v T. elongatus esta cara es convexa, pero menos fuerte en la pri- 
mera especie que en la última. La cara interna es en las cuatro 
especies algo cóncava, en unas más y en otras menos. ln las 
tres especies 7. platensis, Burmeisteri y Darwini, la cara anterior 
por el lado del medio de la mandíbula hace un ángulo, formando 
un canto, de manera que estos incisivos tienen una cara lateral 
interna: en el 7. Darwím este ángulo es casi recto, lo que da al 
incisivo una forma más triangular; en las otras dos especies este 
ángulo es más abierto. En el 7. elongatus la cara anterior no está 
interrumpida por ningun borde. En la cara lateral la capa de 
esmalte no llega hasta el canto de la cara interna, quedando una 
columna angosta sin esmalte. Por la parte anterior externa del 
incisivo el esmalte da vuelta al borde interno. Este incisivo varía 
algo en forma y tamaño en cada especie, sobre todo en el 7. elonga- 
tus. donde en unos la cara anterior es más redonda que en otros 
y la cara interna es en unos bastante cóncava y en otros no; 
pero todos estos incisivos que hay en el Museo, conservan el 
carácter típico de la especie á que pertenecen. 


DN 


Damos á continuacion algunas medidas para la comparacion 
de las cuatro diferentes especies y las variaciones individuales: 


DPRAD: ABS PD ES 
cm. cm. cm. cm, 
Largo total en línea recta...... ads 18,5 17 12? 20 
en los cantos de 
27 la cara lateral. 1,842 1,6 41,8 21 2,4 
Diímetro transversal « 5 
en el medio del 
NISNO ao uo Al ADA TA 2494 
Diámetro lonotudinali. cesos 4845 4,545,6 3,2 9,246 


El segundo incisivo (i 2) cambia más que el interno (1 2) 
en forma y tamano, segun la especie á que pertenece. Comun 
á las cuatro especies es la forma más ó menos triangular, 
que presenta tres caras: una lateral externa, una lateral inter- 
na y una interna, de las cuales solo las laterales son cubiertas 
de esmalte. En la cara lateral externa, el esmalte da vuelta 
por el lado de la cara interna. En la cara lateral interna el 
esmalte no llega hasta este borde, dejando una columna sin 
esmalte. 

En el 7. platensis la cara lateral interna es mucho más 
ancha que la lateral externa. ll canto que forman estas dos 
caras es bastante agudo y sobresale un poco de la cara lateral 
externa. Esta cara es derecha. En las otras tres especies la 
diferencia de ancho de las dos caras laterales es poca, siendo 
en todas la cara interna un poco más ancha que la externa. 
Menos diferencia presenta el incisivo del T. Darwini. El canto 
que forman las dos caras en estas tres especies está casi en el 
medio del diente, formando una punta. Este canto es en el 
T. elongatus más redondo que en los Toxodontes Burmeisteri y 
Darwini y la cara lateral externa es en las tres especies con- 
vexa. La cara lateral interna en el 7. Burmeisterí es algo cón- 
cava y en unos individuos más que en otros; en los 7. platen- 
sis, Darwcim y elongatus, ésta es convexa. La cara interna, 
desprovista de esmalte en el 7. platensis, es en el medio un 
poco cóncava; en el 7. Burmeisteri convexa y en los 7. Darwini 
y elongatus, por el lado interno convexa y por el lado externo 
del diente cóncava. 

Este incisivo es mucho más largo y tiene una colocacion 
bastante particular: pasa por debajo del incisivo del medio, 
atraviesa todo el premaxilar y se extiende en el maxilar toda- 
via hasta cerca del primer premolar. En la lámina VI se ve 
su colocacion. La figura 10 presenta los dos incisivos superiores 


=— INN == 


del tipo 7. Burmeisteri; la figura 11, los del F. platensis; la figura 


12, los del T. Darwini, y la figura 13, los del T. elongatus. 


USA 


¡1 12 ya ¡2 
Fig. 10 Fio. 11 
Incisivos superiores del tipo T. Burmensteri. Incisivos superiores del tipo T. platensis. 
l% tamaño natural. 12 tamaño natural 


il 12 1d ¡2 
Fig. 12 Fig. 13 
Incisivos superiores del tipo T. Darmini. Incisivos superiores del tipo T. elongatus. 


1¿ tamaño natural, l¿ tamaño natural, 


Siguen las medidas de las tres caras de las cuatro especies: 


ho AT, TB die 1D) NES 
cm cm. cm cm. 
Gara lateral externa reacia aaa DIA IZA 119) 2,54 2,6 
iámetro de la cara lateral interna. 5,646 AO AUD 
Diámetro de la cara lateral interna 6á ,l 4 2) ; a 
COEM A O IO MIR BR ON E EAS 


Se ha dicho que el Toxodon tenia en la mandíbula superior 
un canino; en ningun cráneo adulto hemos visto ningun ves- 
tigio ni de diente canino ni de alvéolo. Pero en el cráneo ¡jóven 
arriba mencionado hay un alvéolo junto al primer premolar y 
bastante separado de la sutura premaxilar. líste puede ser 
considerado como alvéolo de un diente canino de la primera 
dentición, á pesar de hallarse tan atrás ¡unto con el primer 
premolar y de no concordar con el canino de la mandíbula in- 
ferior. Este fué tomado por su posicion como molar de la pri- 
mera dentición, sin tenerse en cuenta que la mavor parte de los 
mamíferos tienen en su primera denticion solo cuatro molares 
á lo sumo, y que despues son reemplazados por premolares. 

Tomando este diente como molar de la primera denticion, 
resultaria que el Toxodon habria tenido cinco molares de leche. 
Por esto, el diente de este alvéolo debe ser canino de la pri- 
mera denticion, el cual no era reemplazado. 

Detrás de este alvéolo hay en el cráneo jóven un premolar 
con la corona algo gastada, que demuestra que estaba en uso. 
Este premolar, que corresponderia al primer molar de leche, se 
pierde con la edad más avanzada del animal. En tres cráneos 
de individuos adultos falta este diente, en uno algo más ¡jóven 
existe todavia el alvéolo y en otro existe este premolar. Véase 
la figura 14. 


( b a b 
Fig. 14 Fig. 15 
Primer premolar superior Toxodon (p 1) en Segundo premolar superior Toxodon (p 2)en 
desarrollo: a visto por la cara labial, b visto desarrollo: a visto por la cara labial, b visto 
por la cara lingual. por la cara lingual. 
14 tamaño natural. 14 tamaño natural. 


En seguida del primer premolar se ve en el mencionado 
cráneo otro premolar que tambien estaba en uso, pero que tiene 
la corona menos gastada que el anterior (fig. 15). A éste sigue 


E 


el tercer premolar que aun no estaba en uso y que no está bien 
desarrollado (fig. 16): en seguida de éste hay cuatro molares, 
completamente desarrollados y en uso desde algun tiempo. 
Hemos dicho en un trabajo ante- 
rior que de estos cuatro molares el 
primero corresponde al quinto pre- 
molar, no obstante ser de la misma 
forma de Jos otros tres verdaderos 
molares, solo que es un poco más 
EN a angosto, pero tiene dos pliegues de 
ES esmalte como éstos. A pesar de todas 
Tercer premolar superior Toxodon (p 3) estas analogias no puede ser verda- 
en desarrollo: a visto por la cara la- z 
A ia dero molar, puesto que es regla casi 
4 iamaño namal general que los mamíferos placenta- 
les diphvodontes no tienen más que 
tres verdaderos molares. Sin embargo, es tambien una discor- 
dancia de la regla general de la denticion, que el último pre- 
molar esté en uso mucho tiempo antes que los anteriores. 
Aunque no se encuentra ningun vestigio de gérmen de 
diente en el alvéolo, supusimos en el primer momento que éste 
hubiera tenido que ser un molar de leche reemplazado más 
tarde por un premolar, tanto más cuanto que se diferencia algo 
en los pliegues y en las disposiciones de las fajas de es- 
malte con el premolar desarrollado. En este caso, la denticion 
del Toxodon estaria en armonia con la de los otros Ungulatos. 
Pero examinando detenidamente el abundante material del Mu- 
seo, encontramos un pedazo de maxilar superior que pone en 
duda que dicho molar fuera un molar de leche. Este pedazo 
de maxilar fué encontrado envuelto en un trozo de tierra, y 
una vez limpiado resultó que con- 
tenia aun el último molar de leche 
v el primero y segundo verdadero 
molar, los que, si bien incompletos, 
permiten asegurar que pertenecen al 
Toxodon. El primero de estos tres 
molares está provisto de cuatro ral- 
ces, como se ve en la figura 17; y como 
los molares de leche en varias mandí- 
bulas inferiores de animales jóvenes 
que tenemos, están tambien provis- 
tos de raices, no hay duda ninguna que los dientes de leche del 
Toxodon tenian raices, mientras que la dentadura definitiva era 
de pulpa abierta abajo y sin raices. Como el molar en cuestion 


Fig. 17 


Molar superior de leche de Toxodon (d 4) 
en desarrollo. 


ld4 tamaño natural. 


uu. 


AAA AS 


O 


está desprovisto de raices (véase fig. 18), lo habíamos tomado por 
premolar en desarrollo. 

Nuevos exámenes hechos en otros materiales del Museo nos 
demuestran que las raices de los molares de leche se desarrollan 
muy tarde y que el primero de 
los cuatro molares en este cráneo 
jóven es realmente molar de leche 
y no premolar, á pesar de que no 
tiene raices. Este molar de leche 
se parece mucho, tanto en su 
disposicion de pliegues como tam- 
bienen la forma, á los verdaderos 
molares, como se puede ver en la 
figura 18, mientras que el corres- a D 
pondiente diente de la segunda Fig. 15 
denticion no tiene más que un Molar superior de leche de Toxodon (dm 4) 
solo pliegue. 

En los Nexodontes, animales 
que tienen mucho parentesco con 
los Toxodontes, los dientes de leche tambien tienen raices, pero en 
ellos la dentadura definitiva tiene mucho más definido el carácter 
lophodonte de los Perissodactylos, pues casi toda la dentadura en la 
vejez está provista de raices, lo que no sucede en el Toxodon. 

En el molar de leche superior del Toxodon, que es el cuarto 
y el único que tenemos de la mandíbula superior, la pulpa 
está completamente cerrada abajo, tiene cuatro raices ni muy 
gruesas ni muy largas, de las cuales dos siguen directamente 
por la cara externa y hácia abajo y dos por la cara interna, 
dejando libre el centro del diente, que tapa la pulpa en forma 
cónica. La figura 17 presenta este molar de leche. 

El pliegue que tiene este diente en la cara interna se extiende 
tambien sobre la raiz. Este pliegue y las disposiciones de 
las fajas de esmalte son bastante parecidas á las del correspon- 
diente premolar definitivo. por lo menos segun lo que se puede 
ver en el diente incompleto. 

Volviendo á la dentadura definitiva, el primer premolar de 
la mandíbula superior es un diente casi redondo sin pliegue y 


a visto por la cara labial, b visto por 
la cara lingual. 


14 tamaño natural. 


" que tiene, cuando nuevo, dos fajas de esmalte que se pierden 


en la vejez. Este premolar, que falta en los cráneos de animales 
adultos que existen en el Museo, tiene de diámetro longitudinal 
1,2 cm. y de transversal 0,9 cm. 

El premolar que sigue y que reemplaza el segundo molar 
de leche, es de forma un poco diferente en cada especie. ln 


— 60 = 


el T. Burmeisterí es casi cuadrangular, en el 7. platensís más 
bien romboidal y en el 7. elongatus elíptico. La cara exterior 
está cubierta en las tres especies con una capa de esmalte que 
da vuelta al canto externo anterior. Otra faja de esmalte cubre 
el canto anterior interno. En el 7. Burmeisterí la cara anterior 
es longitudinal, bastante cóncava y el canto externo anterior 
forma una columna redondeada. En el 7. platensis este canto 
es mucho más agudo, el canto posterior interno es tambien más 
saliente y la cara externa menos cóncava. Todo esto da al 
diente una forma distinta de la del premolar correspondiente de 
la primer especie. 

En las dos especies 7. platensis y T. Burmeister?, este premolar 
está desprovisto de pliegue; solo en el diente nuevo atraviesa un 
valle la corona, formando así dos crestas que se pierden con la 
masticacion. En el PF. elongatus este premolar tiene una forma 
bastante distinta de las dos especies anteriores; se parece más á 
los premolares siguientes, teniendo como estos un pliegue en la 
cara interna, solo que éste es menos profundo. El diámetro 
longitudinal es en el 7. Burmeisteri 1,9, el transversal 1,6: en el 
T. platensis el longitudinal 1,5, el transversal 1,9 ven el TF. elon- 
gatus el longitudinal 1,9 y el transversal 2,1 cm. 

Il tercero y cuarto premolar de la cabeza adulta se acercan 
más que los premolares anteriores á la forma romboidal. Il canto 
externo anterior, principalmente en el 7. Burmeisteri, es bastante 
agudo y mucho más saliente que los otros tres cantos, que son 
obtusos, y esto se distingue más en el cuarto que en el tercer 
premolar. Los dos tienen tres fajas de esmalte: una que cubre 
la cara anterior dundo vuelta por el canto exterior anterior, una 
que cubre el canto posterior interno y una última que forma 
un pliegue en la cara interna. La cara externa en el tercer 
premolar de las especies T. Burmeisteri y T. platensis es longi- 
tudinal y ligeramente cóncava, enla primer especie más que en la 
segunda; en el 7. elongatus es convexa y el canto posterior in- 
terno es en los dos premolares más redondeado. En esta última 
especie la cara externa del cuarto premolar tiene tres ligeras 
ondulaciones, de las cuales la anterior es la más profunda: en 
el T. platensis tiene esta cara solo dos y en T. Burmeisteri una 
ondulacion. 

En lo demás la estructura de los dos premolares es en las 
tres especies igual y se diferencia solo en el tamano. El tercer 
premolar del cráneo ¡jóven que hay en el Museo, presenta un 
cóncavo profundo que atraviesa toda la corona, dividiéndola en 
dos secciones. 


E y 


Estos dos premolares son compuestos de dos lóbulos: uno 
anterior y otra posterior. La figura 19 presenta el cuarto pre- 
molar de un individuo adulto. 


He aquí las medidas de 
estos dos premolares de las 


tres especies: 


DIÁMETRO MAYOR 


P.3 


Longitudinal. 3,3 
Transversal... 2 
P. 4 
Longitudinal. 4.4 
Transversal... 3,3 


Los primero 


y MIS OE 


cm. cm. 
3,9 4,2 
2 2,5 


4,5 4,8 
RS) 


y segundo 


0 


molares verdaderos son de 


igual arquitectura, pero el pri- 
mero es algo más chico que 


el segundo; en su forma se 
parecen algo al cuarto molar de leche y son tambien de forma 
romboidal (fig. 20). Los dos tienen, como los premolares, tres 


Fig. 19 


Premolar superior de T. Burmeisteri (p LE 
a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


ld tamaño natural. 


Fig. 20 
Molar superior de T. Burmeisteri (mL); a visto por la cara labiel, b visto por la cara lingual. 


l% tamaño natural. 


— 62 — 


fajas de esmalte, una que cubre totalmente la cara externa 
pero sin dar vuelta por el canto posterior externo como en 
los premolares, llegando solamente hasta el medio del canto 
mismo. La faja de esmalte que cubre la cara lateral posterior 
es más ancha y se junta casi con la de la cara externa, dejando 
solo una lista de medio centímetro sin esmalte. Esta faja de 
esmalte no da vuelta al canto posterior interno, que forma 
en estos molares una columna muy redondeada sin esmalte. 
Donde acaba la faja de esmalte en 
esta columna, hay un surco bastante 
pronunciado. La tercer faja de es- 
malte forma dos pliegues en la cara 
interna, de los cuales el anterior se 
extiende adelante hasta el medio del 


E ol z molar, dividiendo éste en dos lóbu- 
g. a . . 
; SiN los, uno anterior y otro posterior. 
Molar superior en desarrollo de Toxo- an F a 
don (m 1): a visto por la cara labial, El lóbulo anterior es transversal 
b visto por la cara lingual. oblícuo, de forma elíptica. El poste- 


l4 tamaño natural. 


rior tiene forma más romboidal y 
tiene en la faja de esmalte de la cara interior un pliegue ó más bien 
un surco, demarcando un tercer lóbulo que se ha señalado como 
lóbulo mediano. En el molar nuevo en desarrollo (fig. 21), se ve 


a , b 
Fig. 22 


Molar superior de T. elongatus (m 3): a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


l4 tamaño natural, 


| 
q 
4 
, 


— (65 == 


bien que el tercer lóbulo es un accesorio del lóbulo posterior y 
que el del medio corresponde al mismo. Por consiguiente, seria 
más correcto señalar el tercero como lóbulo accesorio y no 
lóbulo mediano. La cara externa es algo cóncava y tiene en el 
T. Burmeisteri dos y en el 7. plantesis y T. elongatus tres ondula- 
ciones, de las cuales la primera corresponde al lóbulo anterior 
y las otras al posterior. 

El tercer ó último molar tiene forma algo diferente de los 
anteriores: la figura general es más bien triangular (fig. 21). 
Los dos cantos laterales de la cara externa son doblados hácia 
afuera, quedando el centro de esta cara más cóncava que en 
el primero y segundo molar. La cara externa del último molar 
está tambien cubierta de esmalte, que llega hasta el medio de 
cada canto lateral y presenta tambien tres ondulaciones en el 
T. elongatus y solamente dos en el Y. Burmeisteri. Estas ondu- 
laciones no son de caracteres bien especificos, pues hay molares 
m2 de 7. Burmeisterí que tienen más de dos. En el tercer mo- 
lar nuevo no hay estas ondulaciones; la cara externa es muy 
cóncava pero lisa (fig. 23), mientras 
que en el molar nuevo anterior es 
menos cóncava, pero tiene las ondu- 
laciones como el molar viejo (fig. 21). 
La disposicion de la faja de esmalte 
en la cara lateral anterior del último 
molar es igual que en los molares 
anteriores. La faja de esmalte de la 
cara interior tiene en el molar viejo 
solo un pliegue y en el molar jóven 
dos, de los cuales uno bastante atrás, Fig. 23 
en el lóbulo posterior; pero este se Molar superior en desarrollo de Toxo- 
pierde con la edad más avanzada E A 

visto por la cara lingual. 
del animal, quedando solo un surco 
donde termina el esmalte. La cara 
interna del lóbulo posterior se extiende hácia afuera del canto 
de la cara exterior, lo que da por resultado la forma triangular 
de este molar. 

Tanto los premolares como los verdaderos molares son tan 
arqueados, que las bases de los molares, de cada lado del ma- 
xilar, se tocan casi en el medio del paladar. Tambien su colo- 
cacion en el maxilar es particular, pues el lóbulo posterior 
pasa atrás del lóbulo anterior del molar que sigue, de manera 
que el diente no está colocado derecho en la mandíbula, sino 
oblicuo. 


1% tamaño natural. 


A 


He aquí las medidas de los molares de las diferentes especies: 


M1 T. B. BES T. ELG. 
cm. cm. cm. 
Diámetro mayor lonsitudinal........... DS 64 6,8 
Y ans e aia 2.6 2,8 2,9 
M2 
Diámetro mayor longitudinal... ........ 6,4 752 il 
» TAO 2,6 3 3 
MD 
Diámetro mayor longitudinal........... 6,8 6.5 7,3 
» CAS S caitela 2,6 2.8 27 


En el Museo hay coleccionadas varias mandíbulas inferiores 
con dientes de leche. entre ellas dos con incisivos de ese mismo 
período de la vida. 


rm 


Fig. 2% 


Mandibula inferior de T. Burmeisteri, vista de arriba. 


l, tamaño natural. 


Los tres incisivos definitivos del Toxodon que hay en cada 
rama de mandíbula son de figura triangular y mucho más largos 
que los superiores; los dos más adentro tienen las dos extre- 
midades un poco encorvadas hácia arriba, mientras en el 
exterior lo están hácia abajo. Los tres incisivos tienen tres 
caras, pero cada diente tiene una especial disposicion de cara. 

El primer incisivo tiene una cara externa ó inferior, una 
lateral interna y una interna ó superior. 

Las caras Inferiores y superiores son mucho más anchas 
que la lateral; esta última forma con la inferior un rectángulo. 
La cara interna es inclinada por el lado del canto exterior y, 
debido á la masticación, se desgasla adelante en forma biselada. 


ASA 


AA E A ps AAA RSS AAA A 8. e ió 


a 


Este incisivo tiene sólo una faja de esmalte que cubre toda la 
cara inferior, dando vuelta por los dos cantos laterales, cu- 
briendo casi la mitad de la cara lateral interna. La cara supe- 
rior en las especies 7. Burmeisteri y T. platensis, es en el medio un 
poco cóncava y todas las especies están cubiertas con una del- 
gada capa de cemento. En estas dos especies no hay casi dife- 
rencia en este incisivo, á no ser que el del 7. platensis sea un 
poco más grueso. El del 7. Darwiíni es más angosto y más 
grueso. Hay en el Museo una mandíbula 
inferior que por la construccion de la den- 
tadura pudiera pertenecer á la especie T. 
Darwini; pero justamente estos incisivos son 
en cada rama diferentes, de manera que su 
denticion no es del todo normal. 

El segundo incisivo es de construccion Fig. 25 
casi igual que el primero, y solo la O 
lateral interna es algo inclinada hácia el visto por la cara inferior. 
medio del diente. La diferencia que hay entre nato a 
las diversas especies es la misma que en el 
primer incisivo. esto es, menos ancho y más grueso en el 7. 
Darwini y T. elongatus que en el T. Burmeisteri y T. platensis. 


El tercer incisivo Óó externo se diferencia bastante de los 
dos interiores. Tambien es de tres caras, pero la cara lateral 
interna es muy inclinada y llega hasta el medio del diente, de 
manera que este incisivo presenta una cara superior ó interna 
y dos inferiores ó laterales. 

Las dos caras laterales inferiores son casi de un mismo 
ancho y en el medio del diente afectan la forma de una quilla. 
La disposicion de las fajas de esmalte es diferente, segun la 
especie; una tiene tres y las otras dos. En el 7. Burmeisteri la 
cara superior del incisivo externo es cóncava y tiene una faja 
de esmalte que no llega á los cantos laterales, quedando á cada 
lado una pequeña columna sin esmalte. En la cara inferior 
externa el esmalte llega desde el medio del canto superior hasta 
casi al medio del diente, dejando la quilla sin esta sustancia. 

En el incisivo nuevo, casi se junta el esmalte de las caras 
superiores y la inferior externa. La cara inferior interna tiene 
solo en el medio una angosta faja de esmalte de medio centí- 
metro de ancho. La cara superior de este incisivo es convexa 
en el T. platensis (tig. 26); el esmalte que la cubre se junta en 
el canto externo con el de la cara inferior externa. Tanto el 
canto interno como la cara inferior interna, están completamente 
desprovistos de esmalte y solamente la mitad de la cara infe- 

Tomo VIII. 6 


— 66 — 


rior externa se encuentra cubierta con esta sustancia. Estas dos 


Fig. 26 

Incisivo externo inferior de T. platensis (i 3); 

a visto por la cara superior, b visto por la 
cara inferior. 


”/19 tamaño natural. 


Fig. 27 


Incisivo externo inferior de T. Burmeisteri (13); 


a visto por la cara superior, b visto por la 


cara inferior. 
2% tamaño natural. 


varas inferiores, que en el 7. Burmeisterí son algo convexas, son 


en el 7. platensis ligeramente 
cóncavas. ln la especie T. elon- 
gatus la disposicion de las capas 
de esmalte es igual que en el 
T. platensis, pero la cara supe- 
rior es cóncava y la inferior 
externa convexa, como en el 
T. Burmeistert. El esmalte de la 
sara superior en el 7. Darwini 
tiene la misma disposicion que 
en el T. Burmeisteri y esta es 
tambien cóncava. La cara in- 
ferior interna es casi derecha 
y desprovista de esmalte: la 
inferior externa es más con- 
vexa que en el Torodon Bur- 
meistert. 

“Los incisivos de leche están 
provistos de raices; pero por la 
disposicion del esmalte concuer- 
dan bastante con los incisivos 
definitivos (fig. 28). 

Los incisivos inferiores no 
están colocados en una misma 
fila; el primero pasa con el can- 
to externo por debajo del canto 
interno del segundo incisivo, y 
el tercero se halla casi encima 
del segundo. Lá posicion en la 
mandíbula es casi igual ¿ la 
de los Roedores, es decir, alcan- 
zan hasta el fondo de la larga 
sínfisis y salen casi horizon- 
tales hácia adelante afuera de 
la mandíbula: por esto la sín- 
fisis es tan alta atrás como 
adelante. 


Damos en seguida las me- 
didas de los tres incisivos de 
las diferentes especies: 


AT 5 15% T. PL 115 10) T. ELG. 
Diametro longitudinales 3,9 4,2 2,1 7 
» ME oooO O AA 2,9 2,2 2,1 2 
107 
DAME AAA A 4 he 3 3.6 
» Maa lcorVco re sa cPeSoOOS 1,8 2,2 1,9 2 
ir 
Diámetro longitudinal...........oo..... 3,1 3,9 5) 3,5 
» HAS eras 157 3,7 2,7 DÍ 


En la coleccion del Museo ninguna mandíbula de denticion 
primera tiene caninos de leche. En dos mandíbulas se en- 
cuentra el canino difinitivo en desarrollo. 
Así es que no sabemos con seguridad si á 
éste antecede un diente de leche. El canino 
en desarrollo está cubierto en todo su alre- 
dedor con esmalte y es un diente chato, 
mientras que el de las mandíbulas adultas 
es un diente muy redondo, sin capa de es- 
malte y que sale inclinado hácia adelante 
de la mandíbula. Su grosor es en la man- 
díbula adulta de 1,2 em. 

Casi junto al canino, se vé en la man- 
díbula del animal jóven el primer molar de 
leche provisto de una sola raiz. Este está 
todavia en uso por algun tiempo con los visto porla cara inferior. 
premolares reemplazantes y no es á su vez O al 
reemplazado por premolar alguno. 

En el Museo hay una mandíbula de un animal jóven con 
la dentadura definitiva, en la cual este molar de leche está 
todavia presente y en otra de un animal algo más adulto lo tiene 
en una rama, faltándole en la otra. Las dos mandíbulas per- 
tenecen al tipo 7. Burmeisteri. Sobre la existencia de este diente 
en la mandíbula se ha establecido una especie que, como se 
vé, carece de fundamentos. 

Algo separado del primer molar de leche siguen en la man- 
díbula, en fila cerrada, tres molares más de leche, todos pro- 
vistos de dos raices; en el restante su estructura es bastante 
parecida á la de los premolares reemplazantes. Estos molares de 
leche son al principio como los dientes hypselodontes, de pulpa 
abierta abajo; con la edad más avanzada, ésta va cerrándose 
cada vez más, formando dos raices que se cierran por completo 


Fig. 28 


Incisivo de leche de Toxodon 


— 68 — 


en las puntas. Las figuras 29 y 30 muestran el segundo y ter- 
cer molar de leche y la figura 31 el cuarto molar de leche en 
diferentes estados de desarrollo, 


a b a b 
Fig. 29 Fig. 30 
Segundo molar inferior de leche de Toxodon, Tercer molar inferior de leche de Toxodon, 
(d m2); a visto por la cara labial, b visto (d m 3): a visto por la cara labial, b visto 
por la cara lingual. por la cara lingual. 
1% tamaño natural. 12 tamaño natural. 


En dos mandíbulas se encuentra, en los alvéolos de dos 
molares de leche, la cápsula de la papila de la cual se desar- 
rolla el premolar, y la cual está compuesta de dos cápsulas inde- 
pendientes, pero anquilosadas, de manera que los premolares se 
desarrollan de dos papilas. 


a b a b 


Fig. S1 


Cuarto molar inferior de leche de Toxodon, (dm 4) en diferentes estados de desarrollo; 
a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


l¿ tamaño natural. 


En la mandíbula adulta el primer premolar corresponde al 
segundo molar de leche y es de forma oblonga-elíptica. En el 
animal jóven este premolar tiene en la cara externa un surco 
que la divide en dos lóbulos; en estado adulto este surco des- 
aparece, y la cara externa, que está cubierta de una capa de es- 
malte, es lisa y convexa en las especies Toxodon Burmeisteri, T. 
platensis y T. Darwini y ligeramente cóncava en el 7. elongatus. 


— 69 — 


La cara interna carece de esmalte en todas las cuatro especies 
y es algo cóncava. Este premolar falta en muchas mandíbulas 
adultas. La figura 32 muestra un premolar en diferentes estados 
de desarrollo. 

El siguiente premolar 
es de la misma estructura 
que el anterior, pero más 
erande. El diente nuevo 
tiene un profundo surco 


en la cara externa y otro a b a b 
menos profundo en la in- Fig. 32 

terna, de manera que los Premolares inferiores en diferentes estados de desarrollo 
dos lóbulos son bien de- de rosados 

marcados. En la corona a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


14 tamaño natural. 


los dos lóbulos están sepa- 
rados completamente por 
una hendidura que atraviesa toda la corona y se extiende en 
el diente más de un centímetro hácia abajo. Toda la corona, 
hasta donde llega la hendidura, está tapada de esmalte y tiene 
varios tubérculos. 

En el premolar viejo 
desaparecen tanto los sutr- 
cos como la hendidura y 
la capa de esmalte de la 
corona y de la cara inter- 
na, quedando solamente el 
esmalte de la cara exterior. 

En los Toxodon Bur- 
meisteri, T. platensis y T. 
elongatus adultos, la cara 
queda siempre un poco 
cóncava, de manera que se E Fio. 53 % 
conoce donde estuvo el ña 
surco, y en el T. Darwini a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 
en el animal adulto está 1% tamaño natural. 
el surco bien visible. 

En el premolar que sigue, el surco de la cara exterior y el del 
interior, que divide el diente en dos lóbulos, son persistentes; 
por lo demás su estructura es igual al anterior. La corona en el 
premolar nuevo está tambien cubierta de esmalte, que se extiende 
en medio de la cara interna (desprovista en el diente viejo de 
esmalte) en una faja hácia abajo: tiene en la corona del lóbulo 
posterior dos tubérculos accesorios y en la del anterior uno. 


Último premolar inferior (p 4) adulto de T. Burmeisteri; 


a (pe 


Como se vé, los premolares cambian tanto en el número 
como en la estructura según la edad del animal, y es un asunto 
algo delicado establecer sobre ellos especies nuevas. 

Damos á continuacion las medidas de los cuatro premolares 
de las cuatro especies : 


DAL TB: Mo FPR. TUD TES 
cm cm cm cm 
Diámetro, longitudinal oscoocaa oa ae 152 = = = 
» MAR OR oraoodo oa anco'o 0,5 —= = = 
p 2 
Diámetro Lon ie 1,8 1,8 2,4 2 
» DEM ooocoo do oa ponian ea 1 0,9 1 1 
PASS 
Diámetro longitudinal se 2,2 2,3 2,4 2,5 
» CENSOR Isso osa dbodanao 1,1 19 15 1,4 
Pie 
Diámetro loncitudinal ........ JOHSG oda 3 2,8 2,8 32 
» MSC sos pavonadoa atado 15 1,S 1559 2) 


Los tres verdaderos molares inferiores son de una misma 
estructura, siendo el último de diámetro longitudinal mucho 
mayor que los dos primeros, que son casi del mismo tamano. 


bmi a 


a 
Fig. 34 
Primero y segundo molar inferior de Toxodon en desarrollo; 
a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


1% tamaño natural. 


El plan fundamental es, como en los premolares, de dos lóbu- 
los. La cara externa cubierta de esmalte, como en los premo- 
lares, da vuelta por los cantos laterales y tiene un profundo 
surco que demarca en esta cara los dos lóbulos, siendo el pos- 
terior mucho más ancho que el anterior. La cara interna tam- 
bien tiene una faja de esmalte, formando dos pliegues bastante 
profundos. Ista faja de esmalte termina en la parte anterior en 
frente del surco externo. De aquí el diente se agranda hácia ade- 
lante formando una columna del lóbulo anterior. Los pliegues 


dE 


de la cara interna forman dos lóbulos accesorios, de los cuales 
el primero corresponde al lóbulo anterior y el segundo al pos- 
terior, como se vé bien en los molares nuevos (fig. 34 y 35). 


Fig. 35 


Último molar m 3 en diferentes estados de desarrollo de Toxodon, 


a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 


14 tamaño natural. 


Los tres molares son en el medio del diámetro transversal 
más angosto que en la columna anterior posterior, de las cuales 
la primera es más ancha que la segunda. 

He aquí las medidas de los tres molares inferiores de las 
cuatros especies: 


10) 7 1To TE 1 ito 10 10) T. ELG. 
cm cm. cm cm 
Diámetro longitudinal........ TO eS 3,4 44 143 
» en la columna anterior ........ 2,1 1159) 1,8 2,6 
» transversal en la columna pos- 
LEON Ss BOT ide 1,6 1,6 155 1,6 
m 2 
Diámetro loneitudinal............ NS 4,1 3,6 4,4 4,3 
» en la columna anterior........ 2/4) 1,9 1,9 2,5 
» transversal en la columna pos- 
IN PonoVoas A So 1,6 1,6 1,6 1,6 
100, 7 
Diámetro longitudinal...........¿....... 6 5,6 6,5 05% 
» en la columna anterior........ 11) 1,8 17 2,2 
» transversal en la columna pos- 
O A tazas 0,8 el 1 Tel 


Tanto los premolares como los verdaderos molares de la 
mandíbula inferior son un poco arqueados, con las extremi- 
dades hácia adentro; su colocacion en la mandíbula está bien 
visible en la lámina VIII. 


Como todo diente prismático, la dentadura del Toxodon crecia 
contínuamente á medida que se gastaba por la masticacion; 
pero lo más remarcable es, que no crecia solamente en el largo 
sino tambien en el grueso, cambiando algo su forma. Este es 
el motivo por el cual se encuentran tantas variaciones indivi- 
duales. Por la comparacion de tan vasto material que hay en 
el Museo, podemos afirmar, casi con seguridad, que este creci- 
miento duraba durante toda la vida del animal, por cuyo motivo 
las medidas tienen sólo un valor relativo en la dentadura del 
Toxodon. 

De lo dicho resulta, que en el género Toxodon los dientes 
de la primera denticion son provistos de raices, mientras que 
los de la denticion definitiva no las tenian, resultando su verda- 
dera fórmula de la manera siguiente: 


os AZ 
Denticion de leche ...... di == de” = dm == 
Denton acid S 2 Pa 24 3 
enticion definitiva...... 1 3 ( 1 =p" RU 


La columna vertebral se compone de siete vértebras cer- 
vicales, diez y siete dorsales, tres lumbares, cinco sacrales y 
ocho caudales. Su largo total es de 2,87 metros que se divide 
sobre las diferentes regiones de la manera siguiente: region cer- 
vical 0.40, dorsal 1,38, lumbar 0,25, sacral 0,39 y caudal 0,45 m. 

En su conjunto, la columna vertebral tiene una forma bas- 
tante particular que no tiene analogía con otros mamíferos 
vivientes. La parte dorsal hace un gran arco que desciende 
adelante muy abajo, de manera que el cuello y la cabeza del 
animal, tras los cuales se levanta súbitamente el lomo en forma 
de una alta giba, estaban muy bajos. La region cervical es corta 
y trabada, adelante y atrás doblada un poco por arriba, con 
apófisis espinosas y transversales bien desarrolladas. 

El atlas es muy grande y de forma algo parecida al del 
Hipopótamo. La fosa de las articulaciones para los cóndilos 
del occipital es honda y bastante cóncava; las articulaciones 
por el axis (epistropheus) son semi-elípticas y se dirigen del 
medio del arco inferior en forma de dos alas hácia atrás; la 
superficie articular por el proceso odontóides ocupa casi todo el 
ancho del arco inferior. Este arco tiene en la márgen posterior 
un tubérculo como el Hipopótamo pero más redondo. La apó- 
fisis espinosa del arco superior es más desarrollada en el Toxo- 
don, formando dos crestas. 

Las apófisis transversales en forma de alas son muy largas 


= 13 — 


y anchas y tienen tres forámenes en la parte superior y una 
en la inferior por donde pasan las arterias y los nervios espi- 
nales. El medio de esta apófisis es muy grueso adelgazándose 
hácia las márgenes laterales. 


Fig. 36 


Atlas de T. Burmeisteri.— a visto por el lado anterior; 
b visto por el lado posterior. 


14 tamaño natural. 


En el Museo hay cuatro atlas, de los cuales tres son de una 
misma forma y uno es algo diferente. En este último las apó- 
fisis transversales son un poco más largas y más angostas. 
El forámen de la parte inferior es mucho más chico y el de 
la parte superior que se encuentra cerca de la márgen poste- 
rior que forma el canal de la arteria vertebral, es más grande. 
Parece que esta diferencia no es solo individual. Los tres pri- 
meros atlas se adaptan bien á los cóndilos en los cráneos del 
T. Burmeisteri, uno de ellos pertenece á un esqueleto, casi com- 
pleto, cuyos maxilares demuestran que es de esta especie. 1: 
otro atlas, si bien algo más grande que los otros, resulta algo 
chico para los cóndilos de los cráneos del 7. platensis que hay 
en el Museo. El ancho total del atlas de 7. Burmeisteri más 


chico que hay en el Museo es 35,5 cm., el del esqueleto casi 
completo tiene 36,5 y el otro más grande 38. La anchura de la 
cavidad para los cóndilos es en el primero 17, en el segundo 16,5 y 
en el último 17,5 cm. 

La figura 36 presenta el atlas de 7. Burmeisteri. 

La segunda vértebra cervical, el axis, en el Toxodon es 
como el atlas, mucho más grande que el del Hipopótamo y de 
estructura algo distinta. El proceso odontóides es grueso, de 
forma cilíndrica con dos superficies articulares, una grande en 
la parte inferior y otra más chica en la parte superior que 
indican que la cabeza del Toxodon podia dar una gran vuelta. 
Las superficies articulares para el atlas son grandes y un poco 
arqueadas por adentro con direccion hácia atrás. La espina dor- 
sal es muy desarrollada y se dirige de adelante para atrás hácia 
arriba; en la parte anterior es muy ancha y áspera. Las postzy- 
apófisis son alargadas y muy oblícuas. 

El cuerpo (centrum) es grande, un poco ovalado y poco cón- 
cavo. La apófisis transversal (diapophisis) que contiene el canal 
para la arteria es corta, terminando en varias protuberancias. 

El canal del nervio, que hay en el axis de algunos Ungula- 
tos, falta en el Toxodon. 


Fig. 37 
Axis de T. Burmeisteri 
a visto por el lado anterior, b visto por el lado posterior. 


1, tamaño natural. 


En el Museo, además del que pertenece al esqueleto casi 
completo, hay varios otros axis; uno de ellos es bastante más 
erande que los otros, y el cuerpo es en éste más redondo y la 
espina dorsal más ancha que las otras que son de construcción 
igual como en el del esqueleto mencionado. Así el primer axis 
podria pertenecer al T. platensis. En éste el diámetro longitu- 
dinal de la parte inferior con la apófisis odontóides importa, 


— MOE 


14,2 cm.; la altura desde la márgen inferior del cuerpo hasta 
la márgen superior de la espina dorsal es 18cm. En el axis 
del esqueleto (que es del mismo tamaño como el más grande 
de los otros de la misma estructura), el diámetro longitudinal 
medido en la misma parte que en el primero, es de 12,5 y la 
altura 16,5 cm. 

La figura 37 presenta el axis de 7. Burmeistert. 

Las espinas de las tres siguientes vértebras son, como en 
el Rinoceronte, algo más bajas que la del axis; recien la sexta 
y séptima son un poco más altas. En la tercer vértebra la apó- 
fisis transversal es formada por una lámina bastante delgada 
que se dirige con el borde angosto hácia el lado de afuera de 
arriba por abajo, en direccion algo oblícua hácia atras; no tiene 
parapófisis y la diapófisis es redonda. Las apófisis transver- 
sales de la cuarta y quinta vértebra presentan la misma dis- 
posicion como la anterior, pero tienen dos apófisis, una superior 
y otra inferior. Recien la sexta vértebra tiene en realidad una 
diapófisis y una parapófisis. La diapófisis es relativamente 
chica. terminando por arriba en una punta obtusa. La para- 
pófisis tiene la forma de una costilla corta, doblada un poco 
hácia adelante y es mucho más angosta que en el Hipopótamo. 
La apófisis transversal de la séptima vértebra, es parecida á 
la del Rinoceronte. La espina dorsal de esta vértebra es derecha 
por arriba, con la punta un poco doblada hácia atrás: en las 
otras vértebras cervicales la espina se dirige más bien un poco 
hácia adelante, principalmente en las primeras. La altura es 
desde la márgen inferior del cuerpo hasta la punta de la espina 
en la tercer vértebra 15,5 cm., en la cuarta 16, en la quinta 
16,8, en la sexta 19,7 y en la séptima 22,5 em. El diámetro lon- 
gitudinal del cuerpo en la parte inferior, es en la tercer vérte- 
bra 4,4, en la cuarta, quinta y sexta 4,6 y en la séptima 5,5 cm. 
La anchura entre las apófisis transversales en la parte infe- 
rior es, hasta la sexta vértebra, 18,5 y hasta la séptima 21,5 cm. 

Las seis primeras vértebras dorsales tienen una disposición 
muy distinta de las de otros mamíferos. A pesar del largo 
enorme de la espina dorsal, no sobrepasan sus puntas la altura 
de las espinas de las vértebras lumbares, como sucede en el 
Mastodon 6 en el Bison Europaens que tambien tienen apófisis 
de espinas dorsales enormemente largas; pero todos estos ani- 
males, con espinas tan largas en las primeras vértebras, son 
en el hombro mucho más altas que atrás en la cruz, lo que 
no sucede en el Toxodon que tiene más bien el lomo atrás más 
alto que adelante. 


E 


Varias veces se ha probado en el Museo de dar á la co- 
lumna vertebral otra posicion que la que tiene en la figura que 
acompaña este catálogo, que parece anormal para un mamí- 
fero ungulato y que solo es propio á algunos edentados. Final- 
mente hubo que convencerse que esta posicion era la normal 
para el Toxodon; en toda otra posicion que se les ha querido 
dar, los cuerpos, los zygapófisis y las espinas dorsales de 
las vértebras, perdian entre sí su colocacion natural. Esta po- 
sicion de la columna vertebral, al parecer anormal para un 
Ungulato, tiene que ser en íntima relacion con las costumbres 
de estos animales. Debido á la gran largura que tienen las es- 
pinas dorsales de las primeras vértebras, el lomo del Toxodon 
es casi horizontal con una pequeña hondura atrás de la espalda, 
á pesar de la gran curva que hacen los cuerpos desde la co- 
lumna vertebral de adelante hácia abajo. 

No tiene objeto describir vér- 
tebra por vértebra; la primera de 
la region dorsal, que es la más 
delgada de esta region, tiene la es- 
pina casi derecha por arriba con 
la punta un poco torcida por atrás 
y alcanza solo á la mitad de la 
altura de la que sigue. La altura 
de la espina desde la zygapófi- 
sis posterior hasta la punta, es de 
20 cm. La espina de la segunda 
vértebra es mucho más ancha, 
tambien se dirige casi derecha 
hácia arriba y en el medio está 
doblada un poco por adelante, 
terminando arriba en forma de 
una punta de lanza; su largura es 
de 39 cm. La espina de la tercera vértebra es la más larga, á pesar 
que no es la más alta; tiene 40 cm. de largo. La que llega más 
alto de todas las espinas de las vértebras anteriores es la cuarta, 
aunque es más corta que la segunda, midiendo solamente 35 
em. De aquí las espinas se acortan gradualmente hasta la déci- 
ma-tercia que tiene sólo 5 cm. Estas espinas se dirigen gradual- 
mente algo hácia atrás desde la tercera vértebra hasta la décima. 
De lo que resulta, que la tercera puede ser considerada como la 
vértebra anticlinal. Las superficies articulares de las zygapó- 
fisis en las primeras vértebras, son, como en el Mastodon 
y Elefante, casi perpendiculares; es decir, con la misma direc- 


Fig. 38 


Sexta vértebra dorsal de Toxodon. 


l, tamaño natural. 


— [lí — 


cion que las espinas, además son muy oblongadas. Desde la 
octava vértebra toman una direccion más inclinada quedando 
casi horizontal en la décima-segunda en la parte posterior abajo, 
y en la anterior arriba en el arco superior. Las primeras vér- 
tebras, desde la segunda hasta 
la octava tienen dos forámenes 
á cada lado: uno entre las dos 
concavidades para la articulacion 
del capitulum, de las costillas y 
otro arriba en el arco. Los dos se 
unen en un conducto que comu- 
nica al canal medular. Las vér- 
tebras siguientes, desde la octava 
hasta la décima-tercia, tienen una 
sola perforacion á cada costado. 
Estas perforaciones corresponden 
á los forámenes intervertebrales. 
que, generalmente, en otros ma- 
miferos están formados por una 
muesca del pedículi, formando así 
un forámen entre dos vértebras. 

La figura 38 presenta la sexta, 
la 39 la novena y la 40 la décima- 
quinta vértebra dorsal. 

Las vértebras lumbares no pre- 
sentan particularidades; su estructura general es igual á la 
de otros Ungulatos. Las diapófisis son delgadas y mucho 
más angostas que en el Hipopótamo. La diapófisis de la ter- 
cera y última vértebra lumbar es 
mucho más gruesa que en las 
otras; se articula con las diapó- 
fisis de las vértebras sacrales 
y se junta en el iliaco (vleum) de 
la pelvis. 

La columna vertebral de la 
region dorsal y lumbar es más 
fuerte que la del Hipopótamo: 
los cuerpos son casi tan grue- 
sos como en un esqueleto de Ele- 
fante algo ¡jóven que hay en el 
Museo. En el Toxodon, los cuer- 
pos de las primeras y últimas 
vértebras, son un poco menos 


o 20 
H 102. 519) 
Novena vértebra dorsal de Toxodon. 


1, tamaño natural. 


Fig. 40 


Décima-quinta vértebra dorsal de Toxodon. 


1, tamaño natural, 


fuertes que los del medio; el de la última vértebra lumbar es 
muy bajo. No podemos decir si hay diferencia, entre las di- 
versas especies, en la columna vertebral, porque conocemos con 
seguridad sólo la del 7. Burmeisteri. 

La figura 41 presenta la última vértebra lumbar. 


Fig. 41 


Última vértebra lumbar de Toxodon. 


Y, tamaño natural. 


Las vértebras sacrales, ó más bien dicho, el hueso sacro, no 
es muy parecido al de otros Ungulatos:; á lo sumo tiene algun 
parecido con el del Tapir. Se compone de cinco vértebras an- 
quilosadas tanto en las espinas dorsales como en las apófisis 
transversales y en los cuerpos, formando de esta manera una 
chapa huesosa sacral de bastante extension, un poco más ancha 
adelante que atrás y algo arqueada de adelante hácia atrás y 
en los costados. Esta chapa huesosa forma, por medio de dos 
articulaciones, un ligamento de los dos huesos ilíacos de la 
pelvis en la mitad de su altura, formando así un opérculo en la 
parte posterior-superior de ella. 

Los cuerpos de estas vértebras anquilosadas son de forma 
elíptica, muy elongada; el primero tiene 9 cm. de largo y 4,3 
de alto; el último, atrás, 6,3 de largo y 3,2 de alto. 

La abertura anterior del canal medular ó sacral tiene 8,5 
centímetros de largo y 3,8 de alto; en el posterior tiene sólo 
0,3 de alto y 4 de largo. Los forámenes sacrales, tanto los supe- 
riores como los inferiores, son muy grandes y las espinas dor- 
sales son muy bajas, faltando éstas por completo en la última 
vértebra; en cambio las metapófisis se encuentran en todas 
las vértebras. El largor total del hueso sacral, medido en los 
cuerpos, es de 32 cm.; su anchura en la parte anterior es de 
28 y en la parte posterior de 18; la forma del resto es bien 
visible en las figuras 57, 58 y 99. 

Hay en el Museo cuatro huesos sacros, pero no presentan 


— 19 — 


diferencias apreciables entre sí, diferencia que parece resultar 
sólo de la edad del animal á que pertenecieron uno ú otro. 

Las vértebras caudales son anchas y muy aplastadas; sola- 
mente las tres primeras tienen un arco superior desprovisto de 
apófisis, de espinas dorsales; la zygapófisis en ninguna tiene 
superficie articular. La apófisis transversal es, en cambio, muy 
desarrollada, formando una lámina huesosa que se dirige hácia 
los lados; en la márgen lateral exterior presentan formas afes- 
tonadas, y las vértebras se achican gradualmente hasta la úl- 
tima. Estas apófisis son en las partes laterales de adelante 
hácia atrás más anchas que el cuerpo mismo, y como á todas 
estas vértebras falta una zygapófisis articular, ellas tienen en 
la extremidad, á cada lado, dos superfi- 
cies articulares, una anterior y Otra pos- 
terior. En esta parte la apófisis es más 
gruesa y aquí se ajustan las vértebras 
entre sí. Como falta la espina inferior 
(haemapophises) es claro que el cuerpo 
no tiene en la parte inferior protuberan- 
cias (hypapophises). 

La largura total de la cola es de 45 
em.; el diámetro longitudinal del cuerpo 
de la primera vértebra es de 6,6; en la 
penúltima, de 4,5; la altura en la pri- 
mera es de 3,3; en la penúltima, de 2,6; 
el ancho total de la apófisis transversal 
esen la primera de 15,5, en la penúlti- 
ma de 8,5 y la 
altura desde la 
márgen i¡nfe- 
rior del cuerpo 
hasta la meta- 
Fig. 42 pófisis en la Fig. 43 


Cola de Toxodon vista por el primera, Cuar- Una vértebra caudal de Toxodon vista 
lado superior. ta y penúltima por el lado posterior. 


1/¿ tamaño natural, 14 tamaño natural, 


es de 3,4 cm. 

La figura 42 presenta la cola entera y la figura 43 una vértebra 
caudal. Como se ve por estas medidas, la cola del Toxodon era 
corta, pero ancha y muy plana. 


Costillas. — Ya se ha dicho que el cuerpo del Toxodon es 
muy ancho; el tronco se puede comparar por su forma á un 
barril; de adelante es un poco más alto que ancho y en el me- 


SS 


dio es más ancho que alto. La distancia entre las dos prime- 
ras costillas importa 0,25, pero en la tercera costilla ya tiene 
0,56 y atrás, donde el cuerpo alcanza mayor anchura, tiene 
1,09 m. El cuerpo del esqueleto del Elefante que hay en el 
Museo, tiene entre las primeras costillas 0,15, entre la tercera 
0,41 y entre las costillas donde el cuerpo es más ancho 0,91 m. 
Estas medidas darán una idea de la inmensa anchura del 
cuerpo del Toxodon, teniendo en cuenta que era un animal 
que no tenia metro y medio de talla. 

No podemos decir con seguridad cuántas costillas de los 
diez y siete pares eran verdaderas, no conservando ningun es- 
queleto del Museo las externo-costales; á juzgar por la configu- 
racion de las puntas, podrian ser nueve. ln estas costillas esta 
punta es más gruesa y más ancha que la parte de arriba, y 
se conoce que se le ajustaba una costilla externo-costal que 
probablemente en el Toxodon no quedaba bien osificada. 

La extremidad de las primeras once costillas están articu- 
ladas en los cuerpos de dos vértebras; las siguientes, hasta la 
penúltima, en una solamente, y las dos últimas sólo en la apó- 
fisis transversal de la vértebra. 

En las primeras costillas, la superficie articular posterior 
del capitulum está unida con la del tubérculo, teniendo articu- 
lacion en la apófisis transversal; las costillas de atrás, hasta 
la penúltima, tienen tres articulaciones. 

Las costillas, en comparacion de su largura, son relativa- 
mente delgadas; la primera es la más fuerte y en la parte in- 
ferior ancha. En lo demás se parecen bastante á las del Hipo- 
pótamo; sin embargo, son algo más angostas. La primera 
costilla tiene 41 cm. de largo y 4 em. de ancho en el medio 
y 9 en la punta; la más larga tiene un total de 92 cm. de 
largo y 6 de ancho. 

El esternon del Toxodon está formado de tres piezas que 
tienen superficies articulares sinoviales para articularse entre 
sí. La primera pieza es formada del hueso manubrio (praester- 
mum) y un cuerpo del mesoesternon y ambos están anquilosa- 
dos; la segunda pieza es un solo cuerpo de mesoesternon y la 
tercera es compuesta de cuatro cuerpos anquilosados; el xifói- 
des es muy rudimental y formado sólo por una muy corta 
prolongación áspera del último cuerpo. El praexternon es muy 
prolongado hácia adelante, terminando en una punta obtusa, 
un poco doblada por abajo. En la parte posterior hay en cada 
lado una protuberancia hácia atrás y una superficie articular 
para el movimiento del cuerpo que sigue. 


E 


La superficie externa es muy áspera y la punta anterior es 
redondeada en los dos lados; en la parte posterior la superfi- 
cie tiene forma ligeramente cóncava. En cada parte lateral hay 
dos concavidades para la insercion de los externo-costales. El 
esternon tiene en el total, á cada lado, seis de estas concavida- 
des con protuberancias; la forma de estos huesos es tambien 


Esternon de T. B. visto 
del lado inferior. 


14 tamaño natural. 


visible en las figuras 45 y 46. 
Izl largo total es de 54 cen- 
tímetros: su espesor es de 4; el 
ancho, en la parte anterior, es 
de 8 y en la parte posterior 6,5 
centímetros. La clavícula falta 
en el Toxodon como en los otros 
Ungulatos. 

Il omóplato del Toxodon es 
algo parecido al del Rinoceron- 
te, muy alto y relativamente 
angosto; la superficie interna 
es bastante lisa, y arqueada en 
sentido de arriba á abajo; há- 
cia los cantos laterales es con- 
vexa. En el medio, el omóplato 
es grueso, adelgazándose mu- 
cho en los lados. La superficie 
externa, dividida por la cresta 
(spina seapular) en dos partes 
desiguales, una anterior ancha 
y una posterior angosta, es cón- 
cava, formando dos fosas esca- 
pulares grandes. La cavidad gle- 
noídea para la articulación del 
húmero es en unos transversal 
elíptica, en otros casi redonda. 
Parece que esta es una diferen- 
cia específica, tanto más que 
concuerda con otras, que pre- 
sentan los diversos omóplatos. 

Tenemos en el Museo quince 
ejemplares más 6 menos com- 
pletos; todos los omóplatos con 
articulación transversal elíptica 


46 


Fig. 
Esternon de T. Burmeis- 
teri visto de lado. 


1, tamaño natural. 


son de forma más ó menos alongada y los otros, con articu- 
laciones más redondas, son más anchos. En el esqueleto del 


Tomo VIII. 


7 


A IE 


Toxodon Burmeisterí que hay en el Museo y del cual todas las 
piezas son de un mismo individuo, el omóplato tiene la cavidad 
olenoídea transversal elíptica y por esto creemos que los omó- 
platos más anchos con esta cavidad más redonda deben perte- 
necer al Toxodon platensis. Tenemos tambien dos omóplatos in- 
completos del 7. elongatus; en éstos la fosa articular tambien es 
bastante redonda. En el 7. Burmeisteri la fosa glenoídea tiene de 
diámetro longitudinal 12,3 cm. y de alto 8,6. Otro ejemplar del 
mismo tipo tiene 14 cm. de largo y 8,9 de alto; la del 7. pla- 
tensis tiene 11,2 cm. de largo y 
10,5 de alto; otro ejemplar de la 
misma forma tiene, respectiva- 
mente, 10,6 y 9,2 cm. y la del 
T. elongatus 12,5 y 12 cm. 

La apófisis coronoídea es, en 
las tres especies, formada por 
una protuberancia bastante grue- 
sa, muy redonda y áspera. Des- 
de esta protuberancia, la márgen 
coronoídea se dirige en forma 
semicircular hácia afuera, termi- 
nando en ese punto casi en un 
rectángulo; de aquí el borde se: 
extiende un poco inclinado hasta 
el otro borde superior, formando: 
en esta parte una punta redonda. 
En algunos omóplatos. el borde 
es casi recto; en otros, en la 
parte superior, un poco entrante, 
y en algunos, desde la esquina 
abajo, un poco saliente. 

Fis. 47 La márgen glenoidal se dirige 

E desde la base en una suave curva 
hácia afuera, hasta la mitad de 
la altura desde donde sigue muy 
corvada hasta la parte superior de la espina escapular. La 
márgen sub -escapular es más gruesa que las laterales y 
forma un semicírculo. La espina escapular es tambien de forma 
semicircular. La márgen superior es angosta en la base y se 
ensancha mucho en el medio. formando per el lado de atrás 
una cresta dilatada y sobresaliente. Esta cresta tiene, en la parte 
inferior, una gran excavacion, que, en la mayor parte de los omó- 
platos, atraviesa todo el hueso. El acrómion. falta por completo. 


Omóplato de T. Burmeisteri. 


z ¿ tamaño natural, 


— 83 — 


El largo total del omóplato en el 7. Burmeisteri es de 60 cm. 
y el anchó de 30. La altura de la espina escapular es de 12 em., 
la anchura desde esta espina hasta la márgen coronoídea tiene 
14 cm. y hasta la márgen glenoidal 10. El omóplato, que pro- 
bablemente pertenece al 7. platensis, tiene 55 cm. de largo y 34 
de ancho; la espina escapular tiene 15 em. de altura. De esta 
espina hasta la márgen coronoídea hay 18,5 cm. y hasta la 
márgen glenoidal 13,5. Del omóplato del T. elongatus no pode- 
mos dar las medidas, por no tener ninguno completo, pero se 
puede argumentar fácilmente que era en todo más grande que 
la de las anteriores especies. 


J 


La figura 47 muestra el omóplato del F. Burmeisteri. 
E ] 


Fig. 48 


Húmero de T. Burmeisteri. 

!/¿ tamaño natural. 

El húmero es muy fuerte y corto en comparacion de su 
enorme espesor; el del esqueleto del 7. Burmeisteri tiene 45 cm. 
de largo. El más grande Toxodon que hay en el Museo tiene 
51 cm. y el del Rinoceronte 43. El diámetro del primero es en 
la parte superior de 20 cm., en el segundo 32,5 y en el Rinoce- 
ronte 16,7; en el medio tiene el primero 9,5 em., el segundo 
11 y el del Rinoceronte 6. En la parte inferior tiene el primero 
21 em., el segundo 22,7 y el del Rinoceronte 16,5. Los miem- 
bros anteriores son, relativamente, más robustos y más bajos 


AO 


que los posteriores, debiendo, por la estructura de la columna 
vertebral, sostener una gran parte del enorme peso del cuerpo. 

ln su forma general, el húmero del Toxodon se parece más 
al del Hipopótamo que al del Rinoceronte, principalmente en 
la parte proximal; mientras que en la distal tiene mayor pa- 
recido con este último. lil cóndilo superior (caput) en unos 
es más ovalado que en otros, y mucho más bajo que el tu- 
bérculo mayor. lste tubérculo es muy desarrollado, formando 
por el lado de la fosa bicipital una cresta prominente, termi- 
nando en la parte superior en una apófisis más corta que en 
el Hipopótamo. El tubérculo es diferente segun la especie á 
que pertenece. 


Húmero de Toxodon platensis. 
1 


¿ tamaño natural. 


En el T. Burmeisteri esta cresta tiene, desde la fosa bicipital 
hasta la parte posterior, una superficie lisa como la de una 
faceta articular; esta misma superficie tiene en el medio una 
elevacion cónica y termina por la parte de atrás en dos tubér- 
culos, entre los cuales se halla una profunda incisura. En otro 
húmero, que puede quizás pertenecer al T. platensis, faltan estos 
tubérculos y la incisura, siendo la superficie lisa mucho más 
grande (véase fig. 48 y 49). 


-— 8) = 


Prescindiendo del tamano, es esta la diferencia más nota- 
ble que se nota en los veinte ejemplares que hay en el Museo. 
No sabemos si es una diferencia realmente específica, por- 
que un solo húmero, en que esta parte 
está bien conservada, presenta esta par- 
ticularidad. Se ha dicho que el húmero 
del Toxodon Burmeisterí tiene la fosa 
coronoída perforada; podemos asegurar 
que esto no es un carácter específico: 
los húmeros del esqueleto del 7. Bu»- 
meisterí no tienen tal forámen (foramen 
supratrochlear) y entre los veinte húmeros 
que tenemos á la vista hay sólo dos con 
este forámen. Desgraciadamente, han 
sido encontrados sueltos y no son com- 
pletos; de manera que no se puede decir, 
con seguridad, á qué especies pertenecen 
uno ú otro. 

La articulación radial forma una ca- 
beza redonda, un poco oblongada y es 
mucho más chica que la articulación 
ulnar; esta última es plana, es decir, sin 
elevaciones y no tiene, en el lado, alguna 
tuberosidad «que forme un epitrócleo: 
solamente en la parte inferior hay un tu- 
bérculo áspero. El epicóndilo es, en cam- 
bio, muy desarrollado y mucho más 
saliente que en el Hipopótamo. Hay en 
el Museo un húmero que viene de los 
vacimientos de Monte Hermoso (Bahia Antebrazo de Toxodon; 
Blanca) y á pesar que tiene mucho pare- bo prádio visto por laparte 
cido al del Toxodon, se diferencia por el 
tubérculo mayor y por el tamaño, que hace 
suponer un individuo más robusto; pero éste no debe pertenecer 
al género Toxodon sino quizás al Poxodontotherium. 

El antebrazo es bastante distinto y más corto que el del 
Hipopótamo; en su disposicion estos huesos se parecen más á 
los Gravígrados que á los Ungulatos. Il rádio está separado 
del cúbito (uwina) mientras vive el animal y el primero es muy 
movible y hasta un cierto grado apto para pronacion y supi- 
nacion. Estos dos huesos son aún más cruzados que en los 
destentados. 

Il rádio se ajusta al cúbito en la parte distal por el lado 


Figo. 50 


distal, c hueso anular. 


1 = A 
( tamaño natural. 


— S6 — 


interno, y en la parte proximal por el lado externo; de esta 
manera el rádio cruza por completo el cúbito, el cual, tanto 
arriba como abajo, hace parte del lado posterior (véase fig. 50). 
A pesar de toda la semejanza que tiene el antebrazo de Toxo- 
don con el de los Primatos, las manos deben haber servido al 
animal solamente para la locomoción y á pesar de la movilidad 
del rádio, el Toxodon no podia dar vuelta al lado interno con el 
pié anterior, sin cambiar la posicion de los huesos del ante- 
brazo; las articulaciones están dispues- 
tas de tal manera que el pié podia so- 
lamente girar por el lado externo, sin 
que el cúbito cambiara de posicion. 


Fig. 51 Eigita2 
Cúbito de T. Burmeisteri. Cúbito de T. elongatus. 
1 = > 
tamaño natural. z tamaño natural. 


En el Museo hay tres clases de cúbitos: el largor total 
del que pertenece al esqueleto del T. Burmeisteri es de 45 cm., 
el del T. elongatus de 58 y el otro, que probablemente pertenece 
al T. platensis, es de 50 cm. 

El cúbito de las tres especies es muv arqueado hácia atrás 
y tiene el olecráneo muy desarrollado; éste mide desde la már- 
gen superior de la articulacion del húmero hasta su punto más 
alto: en el T. Burmeisteri 17,8 cm.; en el 7. platensis 18,6 y en 


ESA 


el T. elongatus 23,2. El espesor de esta apófisis es en el primero 
de 11 em., en el segundo 12,8 y en el último 14. Il olecráneo 
tiene en su cara anterior, por el lado interno, una cresta muy 
saliente y en la parte inferior del mismo lado una gran pro- 
tuberancia. La fosa sigmatoide es relativamente angosta y la 
superficie de la articulacion, para el húmero, de forma de me- 
dia luna, se dirige al lado interno por afuera y muy hácia 
adelante. Así es que el proceso coronoíde es muy sobresaliente, 
quedando completamente al costado externo la fosa lunar donde 
se ajusta el rádio. La márgen anterior del proceso coronoíde 
queda en una misma línea con la márgen anterior del rádio. 
La diáfisis es semicuadrada, más gruesa que ancha; es mucho 
más robusta que en el Hipopótamo y en el Rinoceronte. En el 
T. Burmeisterí su tamaño es de 7,4 cm., en el 7. platensis de 
8,4, en el T. elongatus 9,3 y en el Rinoceronte (que es mucho 
más grueso que en el Hipopótamo) es solo de 4 centímetros. 

La extremidad distal guarda la forma de la diáfisis, pero es 
algo más gruesa por las tuberosidades en que termina; además, 
no tiene superficies articulares para el cúbito; solamente la 
parte infero-posterior tiene una faceta oviforme relativamente 
chica, que sirve para la articulacion con el cuneiforme y pisi- 
forme. Debido á que el cúbito tenia su articulacion solamente 
sobre este hueso del pié y que esta articulación era muy re- 
dondeada, el Toxodon podia girar la mano sin que el eúbito 
cambiara de posicion. 

Arriba de esta articulacion tiene el cúbito una cresta so- 
bresaliente hácia atrás que corresponde á la apófisis estilóides. 
Por el lado posterior interno hay otra cresta saliente más 
aguda; y en la parte lateral externa, principalmente en el lado 
anterior, tiene grandes v ásperas protuberancias. 

La figura 50 presenta el cúbito y rádio en su posicion normal; 
ay b los mismos, vistos por la parte extrema. La figura 51 pre- 
senta el cúbito del 7. Burmeisteri y la figura 52 el del T. elongatus. 

El rádio es un hueso relativamente débil en comparacion 
del enorme cúbito; la diáfisis, que es casi cilíndrica, tiene sólo 
un diámetro de 4,8 cm. La extremidad proximal es de forma 
semi-óvala con los bordes poco salientes. La superficie articu- 
lar para el húmero es dividida en dos partes por una pequer» 
elevación, una más grande, redonda y bastante cóncava, y otra 
muy chica de forma triangular. Il rádio en esta parte presenta 
á los costados del borde dos superficies articulares: una an- 
gosta oblongada en la parte lateral interna y olra más grande 
en el lado externo de forma triangular con la superficie un 


poco cónica, terminando adelante en una pequeña ondulacion. 
El rádio se ajustaba en el cúbito por medio de la primera de 
estas superficies articulares cuando los dos huesos estaban en la 
posicion de pronacion. Respecto á la otra faceta, hemos creido 
al principio que servia para ajustarse en el cúbito cuando el 
pié estaba en supinacion, pero haciendo girar el pié quedamos 
convencidos que no podia ser así. ln el Museo hay «lgunos 
huesecillos encontrados con otros restos de Toxodon cuya co- 
locacion es dudosa. En un animal con tantas particularidades 
como el Toxodon, no seria estraño que alguno de estos hue- 
secillos se haya articulado en esta parte como sucede en la 
articulación fémuro-tibial de algunos Gravígrados. 

En efecto, hay entre unos restos de Toxodon, traidos de los 
yacimientos de Tapalqué, un hueso, que, por la disposicion de 
las facetas articulares, no deja duda que es de esta parte del 
esqueleto. Este hueso tiene tres facetas articulares: una en la 
parte superior, que hace dos curvas, se dirige con las extre- 
midades hácia atrás y la otra hácia arriba, de manera que esta 
superficie articular se adapta perfectamente á la troclea del 
húmero que se articula en esta parte en el rádio. Otra faceta 
articular se halla en la parte interna del hueso; ésta es cóncava 
y se adapta justamente á la superficie articular que hay en el 
rádio. La otra faceta articular es muy pequeña y se halla en la 
parte lateral anterior, debiendo haber servido para articularse 
con otro pequeño hueso que tocaba tambien con el rádio, como 
lo demuestra la faceta articular del mismo. La forma de este 
hueso es cuadrangular, formando una lámina huesosa convexa 
de 1.5 cm. de grueso, 5,7 de ancho y 3,3 de alto. Izn la márgen 
inferior del lado anterior tiene una cresta bastante saliente. 
lista particularidad de 
la articulacion húmero- 
radial se presenta tam- 
bien en otros géneros y 
familias del órden Toxo- 
dontia. En algunos debe 
haberse articulado en 

Fig. 58 esta parte un gran hue- 
po aanler: so, ú juzgar por la fa- 
ceta que hay en el rádio. 

Entre los restos de Nesodon, hemos visto un hueso que debe 
ser de esta parte del esqueleto, aunque es bastante distinto del 
otro arriba mencionado; tiene más bien la forma de una rótula. 
Tambien entre los mencionados huesos de Toxodon, cuya colo- 


l¿ tamaño natural. 


DAA AAA 


AS AAA SA AA AA A AAA AI cs 


OQ az 


cacion es dudosa, hay dos de forma más parecida á rótulas, 
cuyas facetas articulares concuerdan con las de algunos rádios 
de Toxodon que hay en el Museo, y es probable que este hueso 
sea distinto segun la especie ú género. 

Por ahora no podemos asegurar á qué especie pertenece 
una ú otra forma; sólo podemos constatar la existencia de un 
hueso articular en la articulación húmero-radial. 

La figura 53 presenta este hueso. 

No sabemos si esta particularidad en la articulación del 
húmero-radial se habrá observado en otros mumiferos. y, si 
este hueso aún no tiene nombre. se podria señalar como hueso 
anular (os annulare) por encontrarse con, el ligamento anular. 


Fig. 54 Fig. 55 
Rádio de T. Burmeisteri visto del lado Rádio de T. platensis visto por el lado 
posterior: a faceta articular para el anterior; a faceta articular para el 
hueso anular, b para el cúbito. hueso anular. 
1/ A E 
/ tamaño natural, 1/¿ tamaño natural. 


El diámetro transversal de la extremidad proximal del rádio 
es de 7,6 cm. y de adelante hácia atrás tiene 5,7. La diáfisis 
tiene, tanto en la parte anterior como en la posterior, varias 
crestas y tubérculos ásperos; se vuelve más robusta hácia la 
extremidad distal. En esta parte, el rádio es más macizo y 
tiene muchos tubérculos. La articulacion inferior es dividida 
en dos superficies articulares; la que articula con el hueso 
lunar es de forma redonda, cóncava y alargada hácia adelante; 
la otra que se articula con el escafóides es adelante y atrás 
tambien cóncava y, en el medio, es alta y convexa. El ancho 
de la parte distal es en el lado anterior de 13 cm. Cada uno 


— YU — 


de los numerosos rádios que hay en el Museo presenta algunas 
diferencias individuales, sea en la forma más redonda de la diá- 
fisis, sea en las crestas y protuberancias. Pero la única diferencia 
específica parece consistir en la forma más redonda de la parte 
anterior en el lado interno de la diáfisis del cúbito del T. Bur- 

ln otros rádios, que pertenecen probablemente al 7. 
platensis, hay en esta parte una cresta. Esta cresta se encuen- 
tra tambien en los rádios de animales jóvenes. Entre todos es- 
tos rádios de Toxodon, existe uno que es mucho más grande 
que los otros y que tiene los caractéres del 7. Burmeisteri; sin 
embargo, debe pertenecer á una especie mayor. El largo total 
del rádio es, en el 7. Burmeisteri, de 35 cm., en el que puede 
pertenecer al 7. platensís, de 37, y en el mayor de todos, de 42. 

En la figura 50 se ve 
la colocacion del hueso 
anular en el rádio. La 
figura 54 presenta el 
rádio del 7. Burmeisteri 
en la parte posterior: 
la figura 55 el Z. pla- 
tensis en la parte ante- 
rior; la faceta a es para 
la articulacion del hue- 
so anular y con la fa- 
ceta b el rádio se une 
con el cúbito. 

El pié anterior del 
Toxodon (fig. 56) es 
semi-plantígrado. En la 

Fig. 56 conformacion general se 

Pié anterior de T. Burmeisteri; 2 ERBOSiO parece al del Rinoce- 
visto por el lado externo con la faceta arti- . AR 

cular del dedo pulgar rudimentalá la vista. ronte; tiene como éste 

7 Y tamano matoell solamente tres dedos 

del todo desarrollados 

y dos rudimentales, pero es mucho más robusto. Los huesos 

del carpo no son en séries sino alternados, es decir el escafóides 

es apoyado por el trapezóides y por el grande (magnum); el 

hueso lunar se apoya en el magnum y en el unciforme. 

El hueso escafóides es el más grande de la série del carpo 
proximal; su altura es en el medio de la parte anterior de 6,3 cm.; 
el ancho es en esta misma parte de 5,5 cm. y el grueso en di- 
reccion de adelante hácia atrás de 8,6. El lado anterior es liso, 
un poco inclinado por el lado interno del pié y tiene por este 


meisteri, 


AP 


— UL = 


lado un pequeño tubérculo. La márgen superior é inferior de 
la articulación forma en esta parte un triángulo. Las dos partes 
laterales son un poco cóncavas y en la parte posterior huy un 
gran tubérculo. Este hueso tiene cinco facetas articulares: dos 
en la parte superior, de las cuales una se articula con el rádio 
y la otra se ajusta en el hueso lunar. Las otras tres facetas 
están en la parte inferior: una toca con el trapezóides; la otra, 
más grande, con el magnum y con la más chica que se ajusta, 
abajo, en el lunar. 

El hueso lunar es, en todo sentido, más chico: la altura de 
la parte anterior es en el medio solamente de 4 cm.: el ancho 
en esta misma parte es de 3,7 y el grosor, en direccion de 
adelante hácia atrás, es, en la parte superior, de 3,9 y en la 
inferior de 6 centímetros. ll lado anterior es, en la parte supe- 
rior, cóncavo, y abajo tiene una protuberancia que atraviesa 
todo este lado. La márgen de la articulación superior es re- 
donda y en el medio, por adelante, descendente; la inferior es 
triangular. Las partes laterales son, en este hueso, tambien 
cóncavas; el lado posterior es arriba bastante excavado y la 
parte inferior es muy prolongada hácia atrás. El lunar tiene 
seis facetas articulares: dos en la parte superior y cuatro en 
la inferior. La más grande de las superiores que se articula 
con el rádio, es muy ovalada; la otra que une este hueso con 
el escafóides, es angosta y alargada. La parte inferior tiene dos 
facetas articulares laterales para ajustarse con el cuneiforme 
y el escafóides. Las otras dos facetas articulares inferiores se 
dirigen de cada costado húcia el medio por abajo, reuniéndose 
con el magnum y el unciforme. 

El hueso cuneiforme es el más bajo de todos los de esta 
série; su altura es, en el lado anterior, solamente de 3,2 cm. 
Tiene el hueso por el lado interno un gran tubérculo saliente 
que lo agranda considerablemente, pues mide en esta parte 7,5 
centímetros. El tamaño, en direccion de adelante hácia atrás, es 
de 5 cm. La articulación en la parte superior es de forma elíptica 
y un poco cóncava. El hueso en cuestion tiene atrás, en esta 
parte, otra faceta articular chica para el pisiforme. En la parte 
inferior hay dos superficies articulares, una lateral chica, con que 
se ajusta en el lunar y otra con la cual se une con el unciforme. 

En los dos piés anteriores que hay en el Museo, falta el 
trapezóides; pero en ambos el trapecio tiene en la parte late- 
ral interna del pié una pequeña faceta articular que indica 
la existencia de un hueso que representa un dedo pulgar ru- 
dimental. 


A 

El trapecio (trapextum) es un huesecillo de forma semicua- 
drada; tiene 3,2 cm. de alto y otro tanto de ancho; su espesor 
de adelante por atrás es de 4,7 em. En la parte anterior tiene 
por el lado exterior del pié un tubérculo y se une con el esca- 
fóides por una faceta articular cónica bastante redonda; la ar- 
ticulacion inferior con la cual se une al metacarpo del segundo 
dedo es ovalada. En el lado externo hay una faceta articular 
chica para el dedo pulgar rudimental. 

Il hueso magnum es bajo y ancho; tiene adelante, donde 
es más alto, 3,5 em.; el ancho es, en esta misma parte, de 6 cm. 
y el grosor, en su parte máxima, es de 7,3 cm. Tanto en la 
parte anterior como en la posterior, tiene por el lado exterior 
del pié una protuberancia y las partes laterales tienen excavacio- 
nes. ln la parte superior hay dos caras articulares por las cuales 
se une con el escafóides y el lunar. La parte inferior tiene tres 
superficies articulares: dos para unirse con los metacarpos del 
segundo y tercer dedo y una para ajustarse en el unciforme. 

El hueso más grande de esta série del carpo es el uncifor- 
me; su altura es, en el medio de la parte anterior, de 4.6 cm.; 
el ancho, en esta misma parte, es 8,2 y tiene 6,2 cm. de espe- 
sor. El lado anterior es bastante llano; sólo en la parte inferior 
interna y en la parte lateral externa tiene ligeras protuberan- 
cias. En este lado se prolonga el hueso de arriba hácia afuera 
y en la parte inferior interna hay tambien una prolongacion 
hácia atrás. La faceta superior que une este hueso con el cu- 
neiforme, es ancha y se extiende atrás por el lado exterior há- 
cia abajo, uniéndose con una pequeña superficie articular en la 
cual toca con un huesecillo que representa el dedo chico. En la 
parte lateral interna hay dos caras articulares; con éstas se jun- 
tan los huesos lunar, magnum y melacarpo del tercer dedo: en la 
faceta articular inferior se une con el metacarpo del cuarto dedo. 

Ll huesecillo que representa el quinto dedo rudimental es 
pequeño, de forma triangular y con una protuberancia en la 
parte posterior inferior; toca por medio de facetas articulares 
con los huesos cuneiforme, unciforme y metacarpo del cuarto 
dedo. Los huesecillos del primer dedo rudimental faltan en los 
dos piés posteriores del esqueleto que hay en el Museo. Pero 
habiendo una faceta articular en el hueso trapezóides, no hay 
duda ninguna que el Toxodon ha tenido cinco dedos: dos ru- 
dimentales y tres completos. lxisten en el Museo unos peque- 
ños huesos encontrados con otros restos de Toxodon; uno de 
ellos podria ser del primer dedo, tiene dos facetas articulares: 
una anterior y otra posterior, de modo que este dedo se com- 


eee 


A A A , 


— PE = 


pondria por lo menos de dos huesecillos; pero como no hay la 
plena seguridad de que realmente pertenezcan al pié posterior 
del Toxodon, preferimos no describirlos. 

Los tres metacarpos que llevan dos falanges y un hueso de 
uña son, en el Toxodon, menos largos y más robustos que en el 
Rinoceronte. Pero los del pié anterior son todavia mucho más 
largos que los metarsianos del pié posterior y tan gruesos ó más; 
en este animal el pié se parece más al del Ilefante que al del 
Rinoceronte y al del Hipopótamo. Il metacarpo del segundo 
dedo es el más delgado; su largo total es de 14,8 cm.: el ancho, 
en el medio, de 4 y el grueso, en esa misma parte, de 3,4 cm. 

La diáfisis y la parte proximal son de forma semitrigónica con 
cantos redondeados y la parte distales muy cuadrangular. La diá- 
fisis es mucho más delgada que las dos extremidades y bas- 
tante lisa; sólo la parte posterior tiene una pequenña-cresta áspera. 

La extremidad proximal es muy áspera con protuberancias 
en todos los costados: la más grande de ellas, en el lado pos- 
terior de la parte superior, se dirige muy hácia arriba. lósta 
extremidad toca con las correspondientes facetas articulares en 
tres huesos: el trapezóides, el magnum y el metacarpo del 
tercer dedo. La extremidad distal tiene sólo protuberancias en 
las partes laterales; la parte posterior es cóncava. La superfi- 
cie articular para la falange es cilindro-cónica; adelante y atrás 
se extiende en forma semicircular muy hácia arriba; en la parte 
anterior falta la quilla de guia: en la parte posterior, hav una 
que separa la articulación en dos superficies para los sesamóides. 

El metacarpo del tercer dedo es el más ancho de todos, 
pero es relativamente más delgado que los otros dos; tiene un 
largo total de 15,3 cm.; su ancho es, en el medio, de 5,7 y el 
grueso, en esta misma parte, es de 2,6 cm. La forma general 
es semicuadrangular. La diáfisis es, en las partes laterales, 
áspera y la superficie de la parte anterior y posterior es lisa 
y un poco cóncava, en la posterior más que en la anterior. 
En esta última parte tiene en el medio, cerca de la articulación 
inferior, una excavación, y la posterior tiene en la parte supe- 
rior una cresta áspera. La extremidad proximal se prolonga 
hácia atrás v tiene protuberancias tanto en el lado anterior como 
en el posterior. Se junta por cuatro caras articulares con el 
hueso magnum, el unciforme y con los metacarpos del se- 
gundo y cuarto dedo. En la parte distal tiene en cada lado una 
protuberancia. La superficie articular inferior es más ó menos 
igual como en el metacarpo del segundo dedo. Este mismo 
hueso del cuarto dedo es e! más corto de los tres metacarpos; 


e 


tiene un largor total de 12,5 em.: el ancho, en el medio, es 
de 5 cm. y el grosor en esta misma parte es de 4 em. lín la 
forma se parece al metacarpo del segundo dedo; solamente es 
más ancho en el medio. La diáfisis es lisa en el lado anterior 
y un poco cóncava en la parte superior; en el lado interno tiene 
una protuberancia ancha y áspera. En la parte lateral interna, 
arriba, es cóncava y con tuberosidades ásperas. En la extre- 
midad proximal hay en el lado anterior una gran protuberan- 
cia en la parte interna. lísta extremidad tiene tres superficies 
articulares: por la superior se junta con el unciforme; por la 
interna se une al metacarpo del tercer dedo y en la lateral ex- 
terna se ajusta al huesecillo que representa el quinto dedo. La 
extremidad distal es casi igual á los otros metacarpos. 

Las falanges de los tres dedos son mucho más cortas que 
las del Hipopótamo y Rinoceronte. La primera del tercer dedo 
mide de largo solo 3,5 cm.; de ancho tiene 5,8 y de grueso 4. 
La segunda tiene en el medio 2,7 de largo, 6 de ancho y 
2,4 cm. de grueso. Las falanges del segundo dedo son del 
mismo largo y grueso que las del tercer dedo, pero más an- 
chas; la primera tiene 4,5 y la segunda 5,3 cm. En el Museo 
no hay falanges del cuarto dedo. La forma de estas falanges 
es bastante regular y ovalada; la faceta articular superior es, 
en la primera falange, un poco cóncava y la inferior casi plana. 
La parte superior de la segunda falange es excavada y la in- 
ferior tiene protuberancias. La superficie articular superior es 
ligeramente cóncava y la inferior, hácia el medio, lo es algo más. 

En los dos piés anteriores del esqueleto del Toxodon más 
completo que hay en el Museo, faltan los huesos de las uñas. 
Pero entre los citados huesecillos encontrados con otros restos 
de Toxodon hay dos huesos de uña: uno de ellos es muy pa- 
recido al hueso de uña del pié posterior del Glyptodon y no 
hay plena seguridad de que pertenezca al Toxodon; el otro no 
da lugar á dudas, pero puede pertenecer al pié posterior. 

Tambien faltan en los piés anteriores de este esqueleto los 
huesecillos sesamóides. En otro pié suelto, éstos existen, no 
presentando ninguna particularidad. 

La figura 56 presenta el pié posterior derecho del Tozxodon 
Burmeisteri. 


Los miembros posteriores.—La gran dimension de la pel- 
vis del Toxodon, en relacion con el enorme cuerpo del animal, 
es, en todo sentido, mucho más robusta que la del Rinoceronte 
á la cual se acerca más, principalmente por el hueso ilíaco 


— TA 


— Yo — 


que es muy dilatado. Izntre las espinas anteriores de los dos 
huesos ilíacos del Toxodon, hay una distancia de 95 cm., mién- 
tras que en el Rinoceronte es sólo de 70 cm. La posicion de 
los huesos ilíacos es menos horizontal en el Toxodon que en 


Fig. 57 


Pelvis de T. Burmeisteri vista por el lado anterior. 


1% tamaño natural. 


el Rinoceronte y por eso se parece más bien al Illefante. La 
superficie sacral, donde se une el ilíaco con las vértebras del 
sacro, no se encuentra en la parte anterior de la superficie ilíaca 
(ilhiae surface), como sucede en el Rinoceronte y en muchos 
otros animales, sino en la superficie lateral interna, formada 
por las márgenes pubis y del isquion (ischial). Esta supertfi- 
cie lateral es un poco inclinada hácia la parte interna; la márgen 
pubis es muy redondeada y la márgen del isquion es aguda. 
Desde la superficie sacral hasta la espina ilíaca postero superior 
(segun la anatomia del hombre), hay 15 em., pero esta espina 
que es gruesa y tuberculosa no alcanza á la altura de las es- 
pinas de las últimas vértebras lumbares. Desde aquí la cresta 
ilíaca se enangosta mucho. siendo muy aguda en el medio de 
esta circunferencia; extendiéndose en forma semicircular hácia 
afuera y muy abajo, casi como en el Elefante, terminando en una 
espina ilíaca posterior, muy gruesa. Esta espina es formada 
por una gran protuberancia con punta obtusa prominente y un 
poco encorvada abajo; un poco más arriba de la misma hay por 
el lado anterior otra protuberancia prominente. La superticie ex- 


— US = 


terna del hueso ilíaco (suwxface glutaei) es algo cóncava y doblada 
hácia arriba en la parte de la márgen posterior. La superficie 
interna ó ilion es un poco abovedada formando una enorme 


fosa ilíaca y la espina ilíaca posterior se dirige hácia atrás. 


Pe'vis de T. Burmeisteri vista por el lado posterior. 


1% tamaño natural. 


La parte inferior de la pelvis del Toxodon se diferencia mu- 
cho de la pelvis de los Ungulatos vivientes y de otros mamí- 
feros. Il hueso pubis es mucho más macizo, más grueso y 
más ancho que el isquion; tiene en la parte del agujero obtu- 
rador 6,6 em. de ancho y otro tanto de grueso; desde la már- 
gen inferior del acetábulo hasta la sínfisis tiene 21 cm. de 
largo. ln la parte interna tiene la sínfisis una gran elevacion 
formada por la línea innominata. Atrás de esta elevacion hay 
una excavacion que divide la sínfisis en dos partes, y por ade- 
lante termina en una cresta aguda que sube en línea recta 
hasta el medio del hueso pubis donde termina en protuberan- 
cia. Por atrás de la excavacion tiene la sínfisis otra elevacion 
formada por el hueso isquion que termina tambien en la parte 
posterior en una cresta, pero menos aguda que en la parte 
anterior. lín la parte inferior de la sínfisis, hay en algunas 
pelvis dos altas protuberancias divididas en el medio por un 
valle; una de estas protuberancias corresponde al hueso pubis 
y la otra al isquion. In otras pelvis hay en vez de dos pro- 
tuberancias, una cresta. La sínfisis es relativamente angosta, 


— 9171 — 


pues tiene solamente 18 cm. de anchura; en cambio, es muy 
gruesa; en la parte de mayor espesor tiene S cm. 

El hueso isquion es mucho más débil que el pubis: en la 
parte de la incision menor isquiática tiene solamente 5 cm. 
de ancho y 3 de grueso; en el medio de la parte inferior, desde 
la márgen posterior hasta la márgen del agujero obturador, 
tiene 6 cm. de ancho y 3 de grueso. 

La tuberosidad del isquion, ó mejor dicho, la espina isquion 
que no se debe confundir con la espina ciática de la pelvis 
del hombre, forma un rectángulo: 
tiene una cresta sobresaliente que 
se dirige hácia adelante en la 
márgen postero-superior. En la 
parte lateral externa tiene una 
protuberancia en forma de cresta 
que se dirige hácia adelante. 
Desde la esquina que forma la 
espina isquion hasta la sínfisis, 
mide este hueso 24 centímetros, y 
15 desde la márgen posterior del 
acetábulo hasta esta esquina. La 
espina ciática está representada 
por protuberancias poco elevadas. 
El agujero obturador es oblongo é 
inclinado un poco hácia adelante; 
su dimension longitudinal es de 
15 cm. y la transversal de 10 cm. 
El diámetro del acetábulo es de 
10,5 em. La superficie articular 
ocupa casi toda la cavidad. La 
fosa de la incision es poco pro- 
funda y en varias pelvis apenas 
marcada. En algunas pelvis hay, 
en esta parte, una excavacion que termina por la parte del 
agujero obturador en una cresta aguda. Esta debe ser una dife- 
rencia específica. La pelvis del 7. Burmeisteri y otra de mayor 
tamaño tienen esta cresta, faltando en las otras que se encuen- 
tran en el Museo. Prescindiendo de los varios tamaños, la 
única diferencia que presentan las numerosas pelvis de Toxodon 
que existen en este establecimiento, es esta cresta y la de la 
sínfisis más arriba mencionada. 

Las figuras 57, 58 y 59 presentan la pelvis del 7. Burmeis- 
terí en diferentes posiciones. 

Tomo VIII. 8 


Pelvis de T. Burmeisteri vista por el lado 
externo. 


l¿ tamaño natural. 


— 98 — 


El fémur es relativamente delgado en proporcion del enorme 
cuerpo del Toxodon; es mucho más grácil y más largo que el 
húmerus y de forma bastante cilín- 
drica. En su forma general se pa- 
rece mucho más al fémur del Hipo- 
pótamo que al del Rinoceronte, pero 
es bastante más largo que el de 
estos dos animales. Hl largo total 
del fémur es en el 7. Burmeisteri de 
56 cm. y en el Hipopótamo apenas 
alcanza á 45 cm. 

La cabeza articular de la parte 
proximal es unida á la diáfisis por 
un cuello largo y angosto; su for- 
ma es completamente hemisférica y 
muy sobresaliente, siendo su diá- 
metro en el Toxodon Burmeisteri de 
10 cm. La faceta de la cabeza para 
la insercion del ligamento redondo 
(ligamentum teres), que se halla en la 
márgen postero-interna de la cabeza, 
es apenas marcada. 

El trocánter mayor no es muy 
desarrollado y más bajo que la ca- 
beza articular. Entre el trocánter 
mayor y la cabeza, la superficie es 


Fig. 60 casi derecha y muy angosta. El 

Fémur de T. Burmeisteri visto por el ancho del fémur del Toxodon Bur- 
lado anterior. meisteri, desde la márgen anterior de 

1 aL la cabeza hasta la márgen posterior 


del trocánter, mide en este punto 
12 cm. La fosa trocantérica es más chica que en el Hipopótamo 
y no muy profunda. La diáfisis es, en la parte anterior, bas- 
tante redondeada y lisa; en cambio, la parte posterior es mucho 
más plana. La línea áspera se extiende en la parte posterior 
externa desde el trocánter mayor hasta la parte distal donde 
termina en una protuberancia. 

Se ha dicho que el fémur del Toxodon carece de todo ves- 
tigio de trocánter tercero; si es cierto que no se puede hablar 
de un verdadero trocánter tercero en el fémur de este animal, 
es tambien cierto que la línea áspera que forma cerca del tro- 
cánter mayor una cresta aguda y saliente, desaparece arriba de 
la mitad de la diáfisis, volviendo á formar desde la mitad hácia 


PAS 


= 6) <= 


abajo una cresta que se extiende hasta un poco más arriba de 
la tuberosidad externa distal, donde termina en una protube- 
rancia en forma de trocánter rudimental. Es ella que puede 
ser considerada como trocánter tercero rudimental, el cual, como 
en los Glyptodontes, se halla en la parte distal del fémur. 


2. a : 20 
Fig. 61 Fig. 62 
Fémur de T. Burmeisteri visto por la parte Fémur de T. Burmeisteri visto por la parte 
proximal. distal. 
1% tamaño natural. 1% tamaño natural, 


En el fémur del 7. Burmeisteri este trocánter rudimental se une 
con la tuberosidad externa distal; en el del T. elongatus y en 
otros fémures que hay en el Museo y que deben pertenecer al 
T. platensis, éste está separado. 

El fémur del Toxodon carece tambien de trocánter menor, 
si no se quiere considerar como tal una protuberancia que existe 
en la parte lateral interna algo más arriba de la mitad del 
fémur, abajo de la cabeza y del trocánter mayor. Es de notar 
que esta protuberancia es más marcada en el fémur de ani- 
males ¡jóvenes que en el de adultos. El fémur disminuye pronto 
en anchura volviendo á ensancharse en la parte distal; en el 
medio, tiene una anchura de 7,8 cm. y la diáfisis es, en el 
medio, un poco arqueada hácia atrás. 

Los dos cóndilos son bastante redondos. principalmente el 
externo, que es mucho más chico que el interno. Estos dos son 
muy poco separados uno del otro por la fosa intercondilar 
que es muy honda; la distancia de un cóndilo al otro es sólo 
de 1 cm. La superficie articular que sirve á la rótula no se 
une con las superficies articulares de los cóndilos y es de 
forma parecida á la del Rinoceronte, siendo el tubérculo arti- 
cular interno mucho más grande y más alto que el externo. 
Las tuberosidades interna y externa son, relativamente, poco 
desarrolladas. El plano poplíteo (planum popliteum) es bastante 
cóncavo y tiene por el lado externo un tubérculo. 

Las figuras 60, 61, 62 y 63 presentan al fémur de T. Bur- 
meisteri en diferentes posiciones. 


— 100 — 


Los diversos fémures que hay en el Museo no presentan 
otros caractéres específicos en la forma, si se excluye lo arriba 
mencionado del trocánter tercero rudimental. La diferencia en 
las especies consiste más bien en el tamaño del fémur. 


Fig. 63 Fig. 64 


Fémur de Toxodon. Fémur de Toxodontotherium visto por 


el lado posterior. 


a trocánter menor rudimental, btrocánter tercero rudimental. 


1 E 
/g tamaño natural. 


Tenemos un fémur de un tamaño muy considerable, mucho 
mayor que el del T. elongatus, del cual hay algunos ejemplares: 
si bien éstos no son completos, se puede calcular el tamaño; 
y debido á la forma que presenta este fémur tan grande, en- 
contrado en Monte Hermoso, no cabe duda que pertenece á 
un animal de enorme talla de la familia Toxodon, quizás al 
Toxodontotherium. Mientras el fémur del T. Burmeisteri tiene 
sólo 56 cm. de largo y 7,8 cm. de ancho en el medio de la 
diáfisis, este otro tiene 65 cm. de largo y 11,3 de ancho. 


> A 


— 101 — 


La rótula del Toxodon se parece mucho á la del Hipopó- 
tamo. La márgen inferior interna forma una media luna que 
hace que la rótula se presente á la vista con dos grandes apó- 
fisis: una lateral interna que tiene en la parte posterior una 
superficie articular muy cóncava y angosta, que articula sobre 
el tubérculo articular grande del fémur; y la otra que se dirige 
hácia abajo. La superficie articular es muy convexa, apta para 
la articulacion externa del fémur. La parte anterior de la ró- 
tula es, como casi todas las rótulas, muy áspera y llena de 
tubérculos; por lo demás su forma es bien visible en nues- 
tras figuras. 

El largo, en sentido de arriba abajo, es en la rótula del 
T. Burmeisterí 12,3 cm., el ancho 11,9 y el espesor en la parte 
más gruesa de 6 cm. Las diversas rótulas que hay en el Museo 
no presentan diferencias remarcables en la forma; parece que 
las especies se diferencian entre 
sí por las proporciones del largo 5 
y ancho, pues la rótula que pro- ¿ ] » 
bablemente pertenece al T. pla- 
tensis, es bastante más ancha que 
larga; el largo de ésta es sólo de 
9 em. y el ancho de 13,3 centí- 
metros. Fig. 65 

En la segunda parte del esque- Rótula de T. Burmeisteri; a vista por la parte 
leto, la pierna posterior, constitui-  +"terior, b vista por la parte posterior. 
da por la tibia y el peroné (fibula), e R 
se parece mucho más á la de los Desdentados que á la de 
los Ungulatos ó Roedores. Es corta como en los Desdentados y 
el peroné relativamente muy fuerte y bastante distante de la 
tibia: se sabe que en los Ungulatos y Roedores éste es débil 
y muy junto á la tibia. En la parte proximal, el peroné del 
Toxodon, desde la juventud, está anquilosado con la apófisis de 
la tibia, mientras que la extremidad distal queda libre tambien 
en la vejez y en esto se parece algo al Megaterio, sólo que en 
este último animal hay anquilosis tambien en lá parte distal. Se 
ha dicho que la forma general de la tibia del Toxodon es más 
parecida al Mastodon que á ningun otro Ungulato. No pode- 
mos participar de esta opinion; la tibia del Toxodon tiene la 
diáfisis muy comprimida y la parte proximal es mucho más 
grande que la distal; por eso se parece, sin duda, mucho más 
al Hipopótamo que al Mastodonte y al Rinoceronte á pesar de 
que carezca de la cresta alta que tiene la tibia del Hipopótamo 
en la parte interna de la diáfisis. El ancho mayor de la tibia 


— 102 — 


del T. Burmeisteri es, en la parte proximal en sentido antero- 
posterior, de 17,5 cm.; en sentido externo-interior de 16 centí- 
metros. ll Toxodon tiene los cóndilos del fémur muy poco 
separados uno del otro, y por esto las correspondientes super- 
ficies articulares en la tibia están muy juntas; las orillas inter- 
nas de estas facetas se juntan casi por completo en la parte 
anterior, de manera que no existe fosa intercondilar anterior. 

Estas facetas articulares son un poco cóncavas, la interna 
más que la externa; la orilla anterior interna de la primera se 
eleva en forma de una alta cresta. Esta faceta articular es tam- 
bien más grande que la externa y alargada en el sentido an- 
tero-posterior. La tuberosidad anterior tibial (procnemial-crista) 
está dividida en dos partes por una fuerte excavacion que des- 
ciende, casi en el medio de la márgen infrabenoidal, unos ocho 
centímetros hácia abajo. La tuberosidad que se halla en el lado 
interno de esta excavación, es menos grande que la otra que 
está casi en el medio de la tibia. Esta última es muv sobresa- 
liente, uniéndose con la cresta anterior interna de la tibia. En 
la parte posterior externa donde se une el peroné con la tibia, 
hay otras tuberosidades y excavaciones, pero mucho menos 
grandes que las anteriores. 

La diáfisis es muy comprimida; su espesor es solamente 
de 3,8 cm.; el ancho, en sentido antero-posterior. que es en la 
parte superior de 14 em., disminuye mucho hácia la parte 
inferior, alcanzando apenas los 7 cm. La parte lateral de la 
diáfisis es, por el lado exterior del hueso, muy plana; en el 
lado interno tiene en el medio de la parte superior una pe- 
queña elevacion que se extiende hasta donde se une el peroné 
con la tibia. A cada lado de esta elevación, el hueso es lige- 
ramente cóncavo, siendo esta concavidad más pronunciada en 
la tibia del 7. Burmeistere que en otras tibias que hay en el 
Museo y que probablemente pertenecen al T. platensis. Desde 
la mitad por abajo, tiene la tibia, en este lado, una cresta que 
termina en la parte distal en asperosidades, donde se junta el 
peroné con la tibia. La parte distal es en todo mucho más 
chica que la parte proximal. Su forma es cuadrangular y tiene 
en el 7. Burmeisteri, en sentido antero-posterior, S centímetros 
y otro tanto de anclio. 

El maléolo interno (malleolus medialis) está bien desarrollado 
sin ser muy grande. La superficie articular para el astrágolo 
es de forma más bien semi-cuadrangular que elíptica: no es 
muy cóncava y la elevacion en el medio de esta faceta articu- 
lar no es tampoco muy elevada. Otra faceta articular en el 


—= 1108 = 


maléolo que se articula en la parte lateral interna del astrágolo 
es separado de la faceta grande por dos pequeñas excavacio- 
nes que sostienen el astrágolo en su lugar. 

La diáfisis del peroné es de forma trigónica con una cresta 
inter-ósea bastante aguda. En la parte posterior, donde es más 
gruesa, tiene 3 em.; el ancho es en sentido antero-posterior de 
4,6 cm.; termina en la parte baja en una gruesa protuberancia 
que forma un maléolo externo (malleolus lateralis) muy grande. 
Esta tiene dos facetas articulares: una lateral interna que sos- 
tiene el astrágolo en la parte externa fijo en su lugar; la otra 
faceta articular es más grande, algo cóncava y se articula con 
el calcáneo. En la parte lateral externa hay una protuberancia 
bastante sobresaliente; lo mismo en la parte anterior interna, 
donde se junta con la tibia. El ancho de la parte extrema es, 
en sentido antero-posterior, de 6,5 cm. y en sentido externo- 
interior de 7,5 centímetros. 


Fig. 66 Fig. 67 
Tibia y peroné de T. Burmeisteri visto por el Tibia y peroné de T. Burmeisteri visto 
lado anterior. por el lado posterior. 


La diferencia en la tibia y el peroné en las diversas especies 
parece consistir principalmente en el tamaño. Tenemos en el 
Museo una tibia del 7. elongatus que, desgraciadamente, es muy 
gastada y en la cual se puede ver sólo la forma general. Esto 
demuestra que la tibia de esta especie era más ó menos del 
mismo largo que la del 7. Burmeisteri, pero mucho más robusta. 
Otra categoria de la cual tenemos varios ejemplares y que per- 
tenece probablemente al 7. platensis, es tambien casi del mismo 


— 104 — 


largor como la del 7. Burmeisteri, siendo la parte superior 
mucho más grande, pues en la parte proximal mide 20 centí- 
metros, mientras que la del 7. Burmeisteri tiene sólo 17,5. La 
parte extrema es más an- 
gosta en la primera espe- 
cie que en la última. 
Las figuras 66, 67, 68 y 
69 presentan de diversos 
lados la tibia con el pe- 
roné del 7. Burmeisteri. 
El pié posterior como 
el anterior, si bien más 


e 


Fig. 68 Fig. 69 


robusto que el del Rino- 

Tibia y peroné Tibia y peroné A t L. 2] q >) 1 
de T. Burmeisteri vistos de T. Burmeisteri vistos por ES. ES ES OMUTO Eu SOLA 
por la parte proximal. la parte distal. paracioón al enorme cuer- 
1/6 tamaño natural. 1/¿ tamaño natural. po del Toxodon. El pri- 


mero tiene sólo tres dedos 
y es de una construccion bastante particular. El astrágolo es 
muy bajo, la faceta articular tibial es bastante plana y un poco 
cóncava en el medio; en cambio tiene en esta parte dos face- 
tas articulares laterales: una, la del lado interno, separada com- 
pletamente de la mayor superior tibial, es de forma elíptica, 
un poco cóncava en el medio y desciende hasta la márgen ex- 
trema. En esta faceta se articula el astrágolo con el maléolo 
interno de la tibia. La otra faceta lateral externa, en esta parte 
del astrágolo, ocupa toda la cara lateral, y se junta con la 
superficie articular inferior, lo mismo que con la superior tibial, 
donde forma un canto agudo articulándose en el peroné. Estas 
dos facetas laterales sostienen el astrágolo fijo en su lugar. En 
la parte posterior éste tiene dos facetas articulares, separadas 
por una profunda excavacion, por las cuales se une con el cal- 
cáneo. En esta parte el pié posterior es algo parecido al del 
Elefante. 

El astrágolo toca solamente en la parte distal con el navi- 
cular (scophoideum) como en el Elefante. Esta faceta articular 
es de forma semi-elíptica, ligeramente convexa y completamente 
lisa, sin canto que la divida como sucede en el astrágolo de 
muchos Ungulatos. De lo que resulta que el astrágolo del To- 
xodon tiene tres superficies articulares en la parte superior y 
tres en la inferior que ocupan casi toda la superficie de este 
hueso. El ancho mayor del astrágolo del T. Burmeisterí es, en 
sentido antero-posterior, de 6,6 cm. y en sentido externo-inte- 
rior, en la parte extrema, de 9 cm.; la altura mayor es de 5,7 


a 


— 105 — 


centímetros. En el Museo hay dos astrágolos sueltos que son 
mucho más chicos y deben provenir de animales jóvenes. 

El calcáneo es tambien relativamente chico y tiene más 
semejanza con el del Elefante que con ningun otro Ungulato. 
En su posicion normal se dirige con el talon (calz) casi hori- 
zontal hácia atrás, éste es muy corto y grueso, terminando en 
tuberosidades ásperas. 

En la parte proximal 
este hueso tiene una su- 
perficie articular bastante 
grande, dividida por un 
canto alto en dos partes 
desiguales. La parte ex- 
terna, la más grande de 
las dos, es convexa y for- 
ma la faceta articular pe- 
roneal; la otra interna es 
en la parte anterior un 
poco cóncava, en la pos- 
terior convexa y muy in- 
clinada; con esa se ajusta 
en la faceta lateral infe- Fig. 70 
rior del astrágolo. La otra ' 
faceta articular que toca 
en el astrágolo, en la parte 
posterior, se encuentra separada de la primera por una pro- 
funda excavacion; es de forma muy redonda, un poco cóncava, 
hallándose en una protuberancia muy sobresaliente de la parte 
posterior interna del talon: en esto se parece más al Rinoce- 
ronte que al Elefante. En la parte extrema baja hay una su- 
perficie articular de dos caras: la una bastante grande y casi 
llana toca con el hueso cubóido; la otra, que se halla en la 
parte lateral, es chica y une el navicular con el calcáneo. En 
esto el pié del Toxodon difiere tanto del Elefante como del Rino- 
ceronte y otros Ungulatos vivientes y tiene más bien un pare- 
cido con algunos Roedores. El largo total del calcáneo del 
T. Burmeisteri es de 11 cm. y el alto de 6. Hay en el Museo un 
calcáneo que es más grande, sobre todo más ancho, y que per- 
tenece sin duda á una especie de Toxodon más grande que el 
T. Burmeisteri 6 T. platensis. 

El navicular es un hueso muy bajo; se articula con el as- 
trágolo en la parte superior por una faceta ligeramente cóncava 
y por otra faceta lateral chica con el calcáneo. En la parte 


Pié posterior de T. Burmeisteri 


14 tamaño natural. 


== 


distal tiene dos facetas articulares que se unen con las terce- 
ras y segundas superficies articulares correspondientes al hueso 
cuneiforme, y, en la parte lateral posterior, tiene otra faceta ar- 
ticular donde se une con el cubóides. La superficie anterior 
tiene una protuberancia poco elevada, mientras que en la pos- 
terior hay una bastante sobresaliente. El navicular mide en 
sentido antero-posterior 6,6 cm. y en sentido externo-interior 
5,8 cm.; tiene en la parte más alta 2,6 cm. 

El cubóides tambien es un hueso bajo: la faceta articular 
para el calcáneo es cóncava y bastante grande. Junto á ésta se 
encuentra en el lado interno la faceta que une este hueso con 
el navicular. En la parte inferior tiene dos facetas articulares; 
con la más grande, externa, se articula en el metatarso 
del cuarto dedo; con la otra, interna, más chica y inclinada se 
une con el cuneiforme tercero. En el lado anterior hay una 
protuberancia que ocupa casi toda esta superficie. dando vuelta 
al lado externo; en la parte posterior tiene otra protuberancia 
bastante grande. Este hueso mide en sentido antero-posterior 
7,8 cm., en sentido externo-interior 6,7 y de alto 3,4 cm. 

El cuneiforme tercero tiene cuatro facetas articulares; en la 
superior se une con el navicular, en la lateral externa con el 
cubóides, en la extrema con el metatarso del tercer dedo 
y en la lateral interna, que es la más chica, con el metatarso 
del segundo dedo. En el lado interior tiene una protuberancia 
bastante plana que ocupa toda esta parte del hueso y en el 
lado posterior hay en la parte externa una honda excavacion. 
Su dimension es, en sentido antero-posterior, de 6,3 cm.; en 
sentido externo-interior, en la parte anterior, de 5,8 cm. y de 
alto tiene 3,3 centímetros. 

El cuneiforme segundo es mucho más chico que el anterior, 
tiene sólo dos facetas articulares: una para unirse con el navi- 
cular y otra para el metatarso del segundo dedo. En la parte 
lateral interna tiene un tubérculo muy sobresaliente que debe 
ser el resto que ha quedado del cuneiforme primero y del pri- 
mer dedo. Este hueso mide, en sentido antero-posterior, 5 cen- 
tímetros; en sentido externo-interior 4,3 y de alto 2,3 cm. 

Los metatarsos de los tres dedos que tiene el pié posterior 
del Toxodon son muy macizos y aún más cortos que en el pié 
anterior. El del medio, que corresponde al tercer dedo, es el más 
largo y más fuerte y sobresale de los otros dos. 

El primer metatarso ó el interno que corresponde al segundo 
dedo es el más chico; su largo total es de 9,3 cm., y el grueso 
de 5,2 cm. Su forma es semitrigónica. En la parte proximal 


A 


— 107 — 


tiene una superficie articular con tres caras: en la más grande 
se une con el cuneiforme segundo; cerca de ésta, en el lado 
externo del pié, hay otra mucho más chica por la cual el me- 
tatarso se toca con el cuneiforme tercero y abajo de ésta, en 
una faceta bastante angosta, toca al metatarso del medio. En 
la parte antero-superior tiene una protuberancia bastante alta: 
otra menos grande hay en la parte superior interna. La diáfi- 
sis en la parte posterior es cóncava y tiene tuberosidades en 
el lado externo y superior del pié. Las facetas articulares para 
las falanges son, en los tres metatarsos, más ó menos iguales, 
como en los metacarpos; tienen solamente en la parte poste- 
rior quillas de guiar. En cada parte lateral, un poco arriba de la 
márgen articular, tienen un tubérculo que falta en la parte 
interna del metatarso de cuarto dedo. 

El metatarso del tercer dedo, que es el más grande de los 
tres, tiene 10 centímetros de largo, 5,5 de ancho en la diáfisis 
y en esta misma parte 3 de grueso; se une por las respectivas 
facetas articulares con el cuneiforme tercero y los dos meta- 
tarsos. Las tuberosidades que hay en la parte superior de los 
lados anterior y posterior son bajas. El metatarso del cuarto 
dedo tiene 8,7 de largo, 4,8 de ancho en la diáfisis y 4 centímetros 
de grueso; se junta por medio de una faceta articular grande 
con el cubóides y por medio de otra lateral interna angosta 
con el metacarpo del tercer dedo. En la parte superior interna 
del lado anterior tiene una protuberancia bastante saliente y 
otra más chica en el lado posterior externo. 

Las dos falanges en cada dedo tienen, más ó menos, la mis- 
ma conformacion que las del pié anterior, siendo sólo un poco 
más chicas, principalmente las del segundo y cuarto dedo. Los 
huesos de la uña son muy purecidos á los de los Glyptodontes, 
pero bastante más chicos. Les falta la cresta alta que tienen 
estos últimos en la parte interna inferior entre la faceta articu- 
lar y la parte anterior de este hueso. Las márgenes de la parte 
anterior son gruesas y sobresalientes y el hueso, con .superfi- 
cies muy ásperas, es más ancho arriba que abajo. 

La figura 70 presenta el pié posterior del T. Burmeister:. 


Concluyendo la descripcion del esqueleto del Toxodon, nos 
permitimos enunciar la opinion que el desarrollo de este 
animal debe haber sido muy lento y haber durado años como 
en el Elefante. Durante su desarrollo, las formas de los huesos 


— 108 — 


han sufrido notables cambios. Muchos caractéres en los huesos 

de apariencia de adultos que parecen ser específicos, resultan, 

por una comparacion prolija, ser sólo de diferencias individuales 

ó de edades. La determinacion de especies de piezas sueltas 
se debe hacer con mucha prudencia y se necesita mucho ma- 

terial de comparacion. A pesar de tan abundante material del 
Toxodon que encierra este Museo, hay muchas piezas de las 

cuales no podemos determinar con seguridad la especie á que 
pertenecen y las incluiremos en este catálogo solo bajo el nom- 

bre del Genus. 


TOXODON BURMEISTERI, Giebel. 


RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. —Esta especie se distingue 
en primera línea por tener los incisivos superiores externos más 


angostos que los internos. El i 1 es en la cara anterior longi- 
tudinalmente cóncava y tiene en el lado interno de esta cara 
un canto, formando de esta manera una cara lateral interna. 
El 1 2 es de forma muy triangular con cantos bastante agudos; 
la cara lateral externa es convexa, la 

lateral interna lijeramente cóncava en ES ; 


ze 
unos individuos más que en otros; la y A 
cara posterior es convexa. Se de 


Fig. 71 


Maxilar superior de T. Burmeisteri. 


El segundo premolar superior es casi cuadrangular; la 
cara anterior es longitudinal-cóncava; el canto externo ante- 
rior forma una columna y el premolar del animal adulto es 
desprovisto de pliegue. El tercero y cuarto premolar tienen los 
cantos externos anteriores bastante agudos y salientes; la cara 
externa es, en el tercer premolar, longitudinal-cóncava. El cuarto 
premolar tiene una sola ondulacion en la cara externa. La cara 
externa de los molares tiene generalmente sólo dos ondulacio- 


— 109 — 


nes. Los incisivos inferiores internos son bajos y ligeramente 
cóncavos en la cara superior ó interna. El incisivo externo es 
angosto; la cara superior es cóncava y las inferiores ligeramente 
convexas; la inferior interna tiene una faja de esmalte angosta. 
El primer premolar tiene la cara externa convexa. 


No ma 
Fig. 72 Fig. 75 
Incisivos superiores de T. Burmeisteri: ai 2, b Incisivo inferiori 3: a visto por la cara 
¡ 1 yisto por la cara labial lingual, b visto por la cara labial. 


1% tamaño natural, 22 tamaño natural, 


Fig. 74 


Cráneo de T. Burmeisteri visto de lado. 


1/ = 
/g tamaño natural. 


El cráneo es de construccion más grácil que en el 7. pla- 
tensis y T. elongatus; los huesos nasales son prolongados. El llano 


— 110 — 


frontal donde las crestas se ajustan es algo protuberante. El 
maxilar es menos ancho que en el 7. platensis, lo mismo el pre- 
maxilar. 

La mandíbula inferior tambien es más grácil y principalmente 
la sínfisis es menos voluminosa que en el 7. platensis. 

El omóplato es alongado con cavidad glenóidea elíptica. 

El húmero es menos robusto que en las especies T. platen- 
sis y T. elongatus: tiene el cóndilo superior (caput) óvalo; en la 
parte anterior hácia el lado interno tiene dos altos tubérculos 
divididos por una profunda incisura. 

El cúbito es más débil y el olecráneo más corto que en los 
cúbitos del T. platensis y T. elongatus. 

El rádio tiene la diáfisis en la parte anterior, en el lado 
interno, bastante redondeada. 

La pelvis tiene en el agujero obturador, en la parte del ace- 
tábulo, una cresta aguda y en la parte inferior de la sínfisis 
dos protuberancias. 

La protuberancia que representa un trocánter tercero rudi- 
mental en el fémur es poco desarrollada y unida con la tube- 
rosidad externa distal. 

La rótula es más alta que ancha. 

La tibia y el peroné son menos robustos que en el 7. pla- 
tensis y T. elongatus. 


PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON BURMEISTERI 


EXISTENTES HASTA LA FECHA EN EL MUSEO DE LA PLATA 


1. Esqueleto de Toxodon Burmeisteri. Todo el esqueleto es de 
un mismo individuo, menos el cráneo. El cráneo de este 
individuo está mal conservado y figura en este catálogo 
bajo el número 2.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Comprado.) Original de la lámina 1. 

2. Cráneo incompleto.—Pertenece al individuo del esqueleto 
anterior. 

3-4. Cráneo cortado por el medio.—Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo Chel- 
foró, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) Original de las láminas V y VI. 

5. Cráneo.—Yacimiento: Formacion pampeana superior. Lo- 
calidad : Victoria, Provincia de Entre Rios. (Coleccionado 
por S. Roth.) 


— 111 — 


T. Burmeisteri:— 


6. 


—l 


10. 


ELE 


12. 


17 


20. 


Premaxilar con dos incisivos. —Yacimiento : Depósito lacus- 
tre de la formacion pampeana. Localidad : Mercedes, Pro- 
vincia de Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) 

Premaxilar con los cuatro incisivos.— Yacimiento : Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan. 
(Comprado á Ameghino.) 

Mandíbula inferior.—Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Salta. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: San Antonio de Areco. 
(Comprada.) 

Premaxilar. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Premaxilar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Comprado.) 


. Premaxilar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 


cion pampeana. 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Areco, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre pam- 
peano. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Com- 
prada.) 

Sinfisis mandibular. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de 
Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) 


. Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 


formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de 
Buenos Aires. (Comprada.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 
Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 

del Museo.) 


. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 


peana roja. Original de 12 figura 10. (Comprado á Ame- 
ghino.) 


E 


T. Burmeisteri: — 


99 


92 


a). 


29. 


30. 


7] 
(9) 


32. 


Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana; Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

Premaxilar.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Original 
de 11 figura 10.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior.— Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Comprado.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Original de la figura 27. 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Incisivo externo inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. 


— 113 — 


T. Burmeisteri: — 


40. 


41. 


38. 


Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana roja. (Comprado.) 
Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 


de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana roja. 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

Molar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Molar superior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Molar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) Original de la figura 20. 

Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Comprado.) 


. Molar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 


cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


. Atlas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Atlas.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


. Axis.—Yacimiento: Formacion pampeana. 


Axis.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


. Axis.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 


peana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Omóplato.-—-Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Salto, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 
Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Colec- 
cionado por el personal del Museo.) 
Tomo VIII. 9 


MS 


T. Burmeisteri:— 


59; 


60. 


(Silo 


62. 


63. 


Omóplato.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Omóplato.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Húmero.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- 

nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado á Ameghino.) 
Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de: la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Cúbito y rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito y rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Comprado.) 

Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Tibia y peroné. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


. Tibia y peroné. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 


macion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de 
Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) 

Segundo premolar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 


. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Formacion pam- 


peana roja. (Comprado á Ameghino.) 


| 


— 115 — 

T. Burmeisteri:— 

120. Tercer premolar superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

121. Tercer premolar superior.— Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

122. Cuarto premolar superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Original de la figura 19.) 

128. Molar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. 

721. Molar inferior. —Yacimiento: Formacion terciaria marina. 
Localidad: Cerrito, Provincia Entre-Rios. 


TOXODON PLATENSIS, Owen. 


RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS.—A juzgar por las pie- 
zas que se conocen, este animal debió ser de talla más ro- 


Fig. 76 


Incisivo inferior de T. platensis. 


Fig. 75 


Incisivos superiores de T. platensis, vistos por a visto por la cara lingual; b visto por la 
la cara labial; a (11), b (12). cara labial. 


1 > 5/ = 
lá tamaño natural. 1» tamaño natural, 


busta que el Toxodon Burmeisteri. Esta especie se distingue de 
todas las especies conocidas por los incisivos externos, bas- 


— 116 — 


tante más anchos que los internos. El incisivo interno superior 
¡1 tiene la cara anterior convexa. El incisivo externo 1 2 tiene 
la cara lateral anterior interna mucho más ancha que la cara 
lateral anterior externa y es convexa. El canto formado por las 
dos caras anteriores es bastante agudo y algo sobresaliente 
por el lado externo. La corona es cortada en bisel en la parte 
interna y termina en una punta alta, aguda. El segundo pre- 
molar es de forma muy elíptica, el canto anterior es mucho 
más agudo que en el diente correspondiente del Toxodon Bur- 
meisteri. Yl canto interno es tambien más saliente y la cara 
externa es menos cóncava. La cara anterior del cuarto premo- 
lar es algo más cóncava que en el Torodon Burmeisteri y tiene 
dos ondulaciones en vez de una como en esta última especie. 
Los molares tienen en la cara anterior tres ondulaciones. 

De los tres incisivos inferiores es el externo que se diferen- 
cia principalmente de las otras especies. Los dos incisivos in- 
ternos son, en general, más gruesos y algo más grandes que en 
la especie Toxodon Burmeisteri, pero como éstos varían en las dos 
especies, segun la edad del animal, no es posible clasificar, con 
seguridad, los incisivos internos encontrados sueltos. El inci- 
sivo externo 1 3 es en el 7. platensis, en primer línea, más ancho 
que en la especie T. Burmeisteri. La cara superior es ligeramente 
convexa. La cara inferior interna no tiene faja de esmalte y en 
la cara inferior externa la faja de esmalte es más angosta que 
en el 7. Burmeisterí y se une con la de la cara superior. La 
corona se gasta en forma de bisel; por el lado interno forma 
una media luna y termina en la parte externa por una punta 
alongada. 

Si bien los premolares y molares presentan pequeñas dife- 
rencias de otras especies, sin embargo, éstas desaparecen por 
las variaciones individuales. 

El cráneo es más ancho y más robusto que el del T. Bu»- 
meisteri; el premaxilar, sobre todo, es mucho más ancho; los 
huesos nasales son más chatos y los frontales cóncavos. 

Tambien la mandíbula inferior es más robusta y principal- 
mente la sínfisis es más ancha y más fuerte que en el 7. Bur- 
meistert. 

En el Museo hay muchos huesos de esqueleto de Toxodon 
que deben pertenecer á esta especie; pero, como han sido en- 
contrados sueltos y no hay la seguridad que pertenezcan á la 
especie de T. platensis, no hablaremos de sus caractéres. 


SO. 


Si. 


(0.9) 
(ep) 


00 
El 


= 417 = 


PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON PLATENSIS 


Esqueleto de Toxodon platensis. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. El cráneo procede de Tapalqué. Este esqueleto 
está compuesto de varios indivíduos. 

Cráneo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cráneo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Rio Areco, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Premaxilar.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Comprado.) 

Mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Original de 12 figura 11.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Comprado.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 


— 118 — 


T. platensis:— 


SS 


S9. 


90. 


91. 


92 


93: 


96. 


102. 


103. 


104. 


105. 


Incisivo externo superior.—Yacimiento: Fermacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo superior.—Yacimiento: Formacion pam- 
peana roja. (Donacion del señor Trello.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno superior.— Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior, — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- 
nos Aires. 


— 119 — 

T. platensis:— 

106. Sínfisis mandibular. — Yacimiento: Formacion pampeana 
roja. Localidad: Mar del Plata, Provincia de Buenos Ai- 
res. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

107. Sínfisis premaxilar. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

108. Maxilar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. Localidad: Rio Matanza, Provincia 
Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) 

109. Molar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

110. Molar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

111. Molar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

112. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

113. Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

123. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Depósito lacus- 
tre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el per- 
sonal del Museo.) 

124. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Depósito lacus- 
tre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el per- 
sonal del Museo.) 

125. Segundo premolar superior. —Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

126. Tercer premolar superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. 

127. Molar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 


TOXODON DARWINI, Burmeister. 


RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. — De esta especie aún 
no se conoce el cráneo. Tenemos los dos incisivos supe- 
riores; éstos son más chicos que en todas las otras especies 
conocidas. El incisivo interno il se parece más al del Toxodon 
Burmeisterí que al del Toxodon platensis, pero es más angosto y 
de forma más bien triangular que elíptica, como lo es en la pri- 
mera especie; tambien la cara anterior es más cóncava. La cara 
lateral interna es relativamente alta y casi perpendicular: la 


— 120 — 


externa y la posterior se juntan hácia el lado del segundo in- 
cisivo en un canto bastante agudo. 

El incisivo externo 12, si bien es más angosto que el interno, 
se parece en los caractéres de la forma de las caras más al 
del T. platensis que al del T. Burmeisterí. Las dos caras ante- 
riores son convexas como en la primera especie. El esmalte 
que cubre estas dos caras no llega en la lateral interna hasta 
el canto de la cara interna y esta última es un poco convexa. 


( b e 
Fig. 77 
Incisivos de Toxodon Darwini.—ail,bi2,c:i1, 
vistos por la cara labial. 


12 tamaño natural, 


Hay en el Museo una mandibula inferior en la cual los dos 
primeros incisivos no se han desarrollado normalmente: son, 
en cada lado, de diferente forma; pero, por los otros dos inci- 
sivos, se ve bien que esta mandíbula pertenece al T. Darwins. 
Los dos incisivos internos son mucho más angostos y más 
gruesos que en las especies T. Burmeisteri y T. platensis; la cara 
superior es ligeramente convexa, en vez de ser cóncava como 
en estas dos especies. El incisivo externo es relativamente an- 
cho; la cara superior, cubierta de una angosta faja de esmalte, 
es cóncava y la cara inferior interna no tiene faja de esmalte 
en esta mandíbula. 

Más que en los premolares y molares, que son poco dife- 
rentes de los de las especies 7. Burmeisteri y T. platensis, se 
diferencia esta especie en la sínfisis, que es muy angosta y las 
dos ramas de la mandíbula son aquí muy juntas. La cavidad 
para la lengua, que se ensancha mucho hácia adelante en las 
otras dos especies, es, en el Toxodon Darwini, tan angosta ade- 


— 121 — 


lante como atrás. La sínfisis, donde se unen las dos ramas man- 
dibulares, es en las otras especies, en la parte posterior, más 
alta que adelante; en esta especie es, atrás, completamente baja 
y se parece mucho más al género Toxodontotherium que al género 
Toxodon. En general la mandíbula inferior del T. Darwini tiene 
un poco de semejanza con el Foxodontotherio. La rama horizontal 
tambien es baja como en éste y la distancia del alvéolo <Jel 
último incisivo al primer molar mucho más corta que en las 
otras especies de Toxodon. 


PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON DARWINI 


114. Mandíbula inferior de Toxodon Darwint. Los incisivos in- 
ternos no son normales, pero todos los caractéres indican 
que pertenecen á esta especie.—Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. Localidad: Salto, Pro- 
vincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

115. Incisivo externo superior, un interno superior, un interno 
inferior y un molar superior.—Yacimiento: Depósito de 
conchillas de la formacion postpampeana. Localidad: La 
Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionados por el 
personal del Museo.) Original de la figura 12. 

116. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito de con- 
chillas de la formacion postpampeana. Localidad: La 
Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

117. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito de con- 
chillas de la formacion postpampeana. Localidad: La 
Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 


TOXODON ELONGATUS, kRoth 


RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. — Esta especie se dis- 
tingue fácilmente de las anteriores por tener los incisivos supe- 
riores mas redondeados. El incisivo interno superior i 1 es de 
forma elíptica. La cara anterior, que es cóncava en el T. Bur- 
meisteri y T. Darwini, es, en esta especie, aún más convexa que 
en el T. platensis. La cara posterior, en algunos indivíduos, es 


— 1992 


muy cóncava; en otros, menos. El incisivo externo-superior 
¡2 es mucho mús chico que el interno; las dos caras anteriores 


a b 
Fig. 78 


Incisivos superiores de T. elongatus; ai 1, bi vistos por la cara labial. 


1% tamaño natural. 


son más redondas queen el 7. Darwini; la cara posterior tam- 
bien es muy convexa, lo que da al diente una forma bastante 
redonda. Los premolares superiores son de la misma construc- 
cion que en las otras especies, pero algo FET 
más grandes y los lóbulos posteriores de los Se 
dos últimos premolares son desarrollados, 


Maxilar superior de T.elongatus visto por la parte inferior. 


Y, tamaño natural, 


A AE 


— 123 — 


Los molares son, en diámetro longitudinal, más largos y 
relativamente más angostos que en las especies anteriores. Ll 
pliegue del lóbulo anterior se extiende ménos hácia atrás y por 
esto el lóbulo del medio del primero y segundo molar parece 


más ancho. Las ondulacio- 
nes en la cara anterior son 
muy marcadas. 

Los tres incisivos infe- 
riores son casi de un mismo 
ancho, siendo el 1 7 el de más 
anchura. Los dos internos son 
más angostos y más gruesos que 
en las especies T. Burmeisteri y 
T. platensis. La cara superior del 
incisivo externo es cóncava. In 
las dos mandíbulas que existen 
en el Museo, no hemos podido 
descubrir faja de esmalte. In 
unos incisivos sueltos encontra- 
dos en el mismo yacimiento que 
las mandíbulas, hay, en la cara 
inferior interna, una faja de es- 
malte; pero como este incisivo 
del T. elongatus es de la misma 
construccion que el correspon- 
diente del 7. Burmeisteri y como 
se han encontrado tambien en 
este yacimiento restos del 7. Bur- 
meisteri y T. platensis, pueden per- 
tenecer estos incisivos sueilos á 
la especie T. Burmeister?. 

El primer premolar inferior 
es muy pequeño y las caras ex- 
ternas é internas son longitudi- 
nalmente cóncavas; por lo demás, 
tanto los premolares como los 
molares inferiores son de la mis- 
ma construccion que en las otras 
especies; solamente son un poco 
más delgados. 


Fig. SO 


Maxilar superior de T. elongatus visto de lado. 


1, tamaño natural. 


El cráneo es de forma más prolongada y, en proporcion del 
largo, más angosta que en las otras especies conocidas. El arco 
cigomático es más llano y no sobresale tanto como en el 


— 124 — 


T. Burmeisteri y T. platensis. El forámen infraorbital es muy chico. 
En esta parte el cráneo difiere bastante de las otras especies 
de Toxodon y se parece algo al del Macrauchenio. El arco or- 
bital anterior, compuesto del hueso yugal y de la apófisis ma- 
xilar de forma semicilíndrica en el Y. Burmetsteri y T. platensts, 
es, en el T. elongatus, plana y tiene más de 7 cm. de ancho, 
mientras que en las primeras dos especies sólo tiene 3 centí- 
metros. Las partes superiores de los cráneos que hay en el Museo 
son mal conservadas, lo mismo que la del occiput; ésta pa- 
rece bastante distinta de la de otras especies; todo el cráneo 
es más bajo, pero como estas partes no están bien conservadas 
no se puede dar la forma exacta de ellas. 


Fig. Sl 
Mandibula inferior de T. elongatus. 


14 tamaño natural. 


La rama horizontal de la mandíbula inferior es más baja, 
y la parte anterior, en la cual están plantados los incisivos, 
es corta, de forma redonda y algo más levantada hácia ade- 
lante que en todas las otras especies conocidas. 

El fémur, el rádio, y todos los demás restos del esqueleto 
de esta especie son mucho más robustos que los correspon- 
dientes huesos del 7. Burmetsteri, lo que indica que el 7. elon- 
gatus era un animal mucho más corpulento. 


129. 


150. 


133. 


135. 


156. 


137. 


138. 


139. 


140. 


— 125 — 


PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON ELONGATUS 


Cráneo de Toxodon  elongatus. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Original de las figuras 79 y 80. 

Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cráneo incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) Original de la 
figura Sl. 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Alres. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam. 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original 
de la figura 78 a. 


— 126 — 


T. elongatus:— 


141. 


150. 


Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formación pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pum- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Ori- 
egimal de la figura 78 b. 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) Original de la 
figura 22. 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Premolar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 


— HAD 


T. elongatus:— 


159. 


160. 


167. 


168. 


169. 


Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (eolestuo 
nado por el personal del Museo.) 


. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 


Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Omóplato.—Yacimiento. Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleeccio- 
nado por el personal del Museo.) 


. Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 


Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 


. Atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 


Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Cúbito y rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionados por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 


. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 


Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 


5. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 


Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Cúbito.—Yacimiento: Formacion pampeana. 


170. 


7D. 


— 128 — 


PIEZAS DEL GÉNERO TOXODON cuya ESPECIE NO SE PUEDE 
DETERMINAR 


Cráneo de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arre- 
cifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) Original de las figuras 1, 3 y 4. 

Occiput de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Parte de un cráneo. — Yacimiento: Formacion pampeana 
roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior de un indivíduo jóven con denticion de 
leche. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior de un indivíduo jóven.—La rama ho- 
rizontal de esta mandíbula es baja como en el 7. Dar- 
wint; pero la sínfisis, donde se unen las dos ramas, es 
alta como en las especies platensis y Burmeisteri; tambien 
los incisivos internos se parecen á éstas. El incisivo 
externo es cóncavo, como el del T. Burmetsteri, en la cara 
superior, pero sin faja de esmalte en la cara inferior 
interna. A pesar de estas particularidades no nos per- 
mitimos fundar una especie separada puesto que se trata 
de una mandíbula de un animal jóven. —Yacimiento: De- 
pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: 
Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) Original de las figuras 29, 30 y 31. 

Mandíbula inferior de indivíduo jóven. — Yacimiento: De- 
pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: 
Rio Areco, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior de indivíduo jóven. — Yacimiento: De- 
pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: 
Ayacucho. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Mandíbula inferior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 


— 129 — 


Toxodon:— 


TO 


180. 


187. 


188. 


189. 


190. 


Ale 


192. 


193. 


Mandíbula inferior con denticion de leche.— Yacimiento: 
Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. 

Occiput.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Comprada á Ameghino.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. 

Maxilar superior. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Laguna de Vitel, Chascomús, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Comprado á Ameghino.) 

Mandíbula inferior con denticion de leche. — Yacimiento: 
Formacion pampeana. Localidad: Luján, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 
Original de la lámina VIII. 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Ayacucho. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Fragmentos de mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el 
personal del Museo.) 

Sínfisis mandibular.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Fragmentos de cráneo. —Yacimiento: Depósito lacustre de 
la formacion pampeana. (Coleceionados por el personal 
del Museo.) 

Fragmentos de mandíbula inferior.— Yacimiento: Forma- 
cion pampeana roja. 

Tomo VIII. 10 


== 1010): == 


Toxodon:— 


1924. 


195. 
196. 
197. 
198. 


LOS 


200. 


201. 


202. 


203. 


204. 


20). 


206. 


207. 


208. 


209. 


210. 


Fragmentos de mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el 
personal del Museo.) 

Fragmentos de cráneo.— Yacimiento: Formacion pampeana. 

Fragmentos de cráneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de 
la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal 
del Museo.) 

Maxilar superior. — Yacimiento: Tierra humus; formacion 
pampeana. 

Hueso nasal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Fragmentos de maxilar superior con molar de leche. — 
Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. 
Original de la figura 15. 

Cráneo y mandíbula inferior de un indivíduo jóven. — 
Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. 
Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Ori- 
ginal de la figura 6. (Coleccionados por el personal del 
Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana roja. (Comprado á Ameghino.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formación pam- 
peana. (Coleeccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal de Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Luján. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de 
la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


— 91 = 


Toxodon:— 

211. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

212. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Luján, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

213. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

214. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires, 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

215. Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Luján. 

216. Incisivo interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana 
(Comprado á Ameghino.) 

217. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

218. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

219. Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

220. Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

221. Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

222. Incisivo interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana 
(Comprado á Ameghino.) 

223. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

224. Incisivo interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

225. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Comprado á Ameghino.) 

226. Incisivo externo inferior de un animal jóven. — Yacimiento: 
Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

227. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

228. Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 


peana. Localidad: Puerto de la Ensenada. Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


= 13% = 


Toxodon: — 


229. 


230. 


231. 


Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Unsenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion parm- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior.-— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmentos de mandíbula inferior con el gérmen de un 
premolar. —Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Rio Luján, Provincia de Buenos Aires. (Comprado á 
Ameghino.) 

Fragmentos de mandíbula inferior con un premolar y dos 
molares en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Original de la tigura 32. 

Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. Original de la figura 23. (Comprado á Ame- 
eghino.) 

Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. Original de la figura 21. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 


— 133 — 

Toxodon:— 

243. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleecionado por el personal del Museo.) 

4. Molar superior.— Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

245. Molar superior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- 

peana. (Comprado á Ameghino.) 

246. Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

(Comprada á Ameghino.) 


247. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

248. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 


lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) ; 

249. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

250. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

201. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

252. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

253. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

204. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

25259. Molar inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

256. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

257. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

258. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) : 

259. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 


— 134 — 


Toxodon: — 


260. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com .- 


261. 


prado á Ameghino.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

Molar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 


. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 


Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Colee- 
cionado por el personal del Museo.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana roja. 
(Coleceionado por el personal del Museo.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana (Com- 
prado á Ameghino.) 

Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 

pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Molar inferior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original 

de la figura 31. 

Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Dos premolares inferiores. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Dos premolares inferiores. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 


Toxodon:— 


219: 


280. 


281. 


Incisivo superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prado á Ameghino.) 

Incisivo inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Com- 
prado á Ameghino. : 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Com- 
prado ú Ameghino. 

Premolar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

Fragmentos de maxilar superior. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Com- 
prado á Ameghino. 

Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Comprado ú Ameghino.) 

Premolar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana, (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo. ) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior.— Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Premolar inferior. — (Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Rio Arrecifes. 

Molar superior. — Yacimiento: Depósito de conchillas, for- 
mación postpampeana. Localidad: La Plata, Provin- 
cia de Buenos Aires. 

Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 

Premolar inferior. — Formacion pampeana. (Comprado á 
Ameghino.) 

Premolar inferior.— Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 


— 136 — 

Toxodon:— 

300. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Comprado á Ameghino.) 4 

301. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana, 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

302. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

3053. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Pergamino, Provincia de Buenos Aires. (Comprado.) 

304. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

305.-314. Dos fémures, dos tibias, una pelvis incompleta, un 
allas, un peroné, un calcáneo, una falange, una vértebra 
cervical. Todos estos huesos son de un mismo indivíduo 
jóven. Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Salto, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionados por el personal del Museo.) 

315. Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

316. Fémur. — Yacimiento: «Formacion pampeana. Localidad: 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. 

317. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

318. Fémur. — Yacimiento: Pampeano superior, Monte Hermoso. 
Original de la figura 64. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

319. Fémur de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

320. Fémur de un indivíduo jóven.— Yacimiento: Formacion 

pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion 

pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

3922. Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

323. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

324. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

325. Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. 


ESA 


— 137 — 


Toxodon:— 

326. Fémur.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. 

327. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. 

328. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

329. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

330. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleecionado 
por el personal del Museo.) 

331. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Go- 
leccionado por el personal del Museo.) 

332. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionado por el personal del Museo.) 

333. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

334. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

335. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

336. Fémur.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

337. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

338. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Musco.) 

339. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

340. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

341. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

342. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 


Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 


O 


Toxodon: — 


0/9 
040. 


300. 


AD 


Pelvis incompleta. — Yacimiento: Localidad: Puerto de la 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad : Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Alres. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito incompleto.— Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 

Cúbito incompleto. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad : Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 


— 139 — 


Toxodon:— 


398. 


309. 


360. 


361. 


362. 


363. 


365. 


366. 


3068. 


369. 


Cúbito incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito incompleto. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 

Tibia incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Tibia incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Calcáneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Puerto ln- 
senada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Falange. — Formacion pampeana. Puerto Ensenada, Pro- 
vincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal 
del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formación pampeana.— Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. — Localidad: 
¿nsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Ensenada, 
Provincia de Buenos Aires. 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 


. Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
] 


Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 


a A a 


Toxodon:— 


373. 


O 


39: 


380. 


Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionada por el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Iónsenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Colececionada por el personal del Museo.) 

Pelvis de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Pelvis. Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la  for- 
mación pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 


— 


Toxodon:— 


390. 


391. 


392. 


393. 


394. 
393. 


396. 


Se 


Omóplato de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arre- 
cifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

Omóplato.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Omóplato de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 

Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


Toxodon:— 

109. Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

410. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

411. Húmero.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

112. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Colec- 
cionado por el personal del Museo.) 

413, Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

114. Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

415. Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

416. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

117. Húmero de un indivíduo ¡óven.— Yacimiento: formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

418. Fémur.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

419. Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

420. Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

121. Húmero.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

422. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleecionado por 
el personal del Museo.) 

123. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

424. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

425. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 


Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 


Toxodon. — 

126. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada. Provincia de Buenos Aires. 

427. Húmero. — Yacimiento: formacion pampeana. Localidad: 


429. 


430. 


Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

Tibia. —Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: En- 
senada. Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Insenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el persona! del Museo.) 

Costillas. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionadas por 
el personal del Museo.) 

Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: En- 
senada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Peroné. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionado por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Seis vértebras cervicales. — Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. (Compradas.) 

Vértebra cervical.—Yacimiento: Depósito lacustre de la 
-formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Comprada.) 


Toxodon:— 

441. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. 

142. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

443. Vértebra cervical. —Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formación pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. 

444. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

145. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

446. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. 

447. Wértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

448. Vértebra cervical. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

449. Vértebra cervical. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

450. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

451. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

452. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

453. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Ayacucho, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

454. Atlas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

4509. Wértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

456. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. 


2 


Toxodon:— 

457. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

458. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

459. Vértebra dorsal. —Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

460. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

461. Dos vértebras dorsales. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. (Coleccionadas por el personal del Museo.) 

462. Wértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

463. Wértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

464. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 


465. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

466. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

467. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 


macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

468. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

469. Vértebra dorsal. - Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

470. Vértebra dorsal.— Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Rio Arrecifes, Provincia Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

471. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionada por el personal del Museo.) 

472. Vértebra cervical. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 


Tomo VIII, 11 


o e 


Toxodon:— 


LO 
b/). 


4S0. 


481. 


482. 


483. 


Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Colecionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito, lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Calcáneo.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

Calcáneo.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
tio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Calcáneo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Calcáneo, este es de otra forma que los anteriores, es más 
ancho y en todo más grande y debe pertenecer á una 
especie de Toxodon muy grande.—Yacimiento: Depósito 
lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 


— 147 — 


Toxodon:.— 


487. 


406. 


Astrágolo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Astrágolo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Astrágolo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Astrágalo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Astrágolo. — Formacion pampeana. Coleccionado por el 
personal del Museo. 

Astrágolo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleceio- 
nado por el personal del Museo.) 

Pié anterior con cúbito y rádio. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 

Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pumpeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleecio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 


. Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 


nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Metacarpo.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo ) 


— 148 — 


Toxodon: — 


500. 


506. 


507. 


508. 


509. 


>10. 


le 


DA 


DOS 


DUDA 


316. 


518. 


o19. 


520. 


21. 


Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Mecarpo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aries. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Bue- 
nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metacarpo.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


A OS 


== 149 = 


Toxodon:— 
522. Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


DO 


=D) 


Dad. 
093 


-4D JA 


9206. 


531. 


230. 


336. 


DT 


pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Olivero, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleceio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Arroyo del 
Medio. Provincia de Buenos Aires. 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 
Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


— 150 — 

Toxodon:— 

038. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

09). Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

D40. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

041. Metatarso.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Tapalqué, Provincia de Buenos. Aires. 

D42. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

043. Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

044. Metatarso.-- Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

045, Metatarso.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

246. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

047. Metatarso.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Astrágolo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

249. Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

200. Fragmento de fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

vdo1. Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

2092. Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

203. Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 

»04. Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

2009. Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


E IEA 


— 151 — 


Toxodon:— 


5000 


361. 


562. 


363. 


264. 


560. 


366. 


D6S. 


Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

Cúbito.— Yacimiento : Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 

pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana, roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado porel personal del Museo.) 

Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- 
custre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, 
Provincia de Buenos Aires. 

Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 
Cúbito de un indivíduo jóven.— Yacimiento: Depósito la- 
eustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 

del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

Cúbito.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. Localidad: Arroyo Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Rádio.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 


— 152 — 

Toxodon:— 

574. Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

5375. Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

576. Rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Colec- 
cionado por el personal del Museo.) 

577. Rádio. Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Coleecio- 
nado por el personal del Museo.) 

578. Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleceionado por el personal del Museo.) 

5379. Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

580. Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

581. Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

582. Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado á Ameghino.) 

583. Rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. Locali- 
dad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 

584. Rádio.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

585. Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

586. Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprada.) 

587. Tibia. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. (Comprada.) 

588. Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

589. Tibia.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. Localidad: Arroyo Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

590. Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

591. Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

592. Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 


Toxo 


393 


994 


995. 


596. 


997. 


598. 
599. 
600. 


601. 


602. 


603. 


604. 


605. 


610. 


611 


— 153 — 


don: — 

. Peroné. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 

. Peroné.— Yacimiento: Formacion pampeana. 

Peroné.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á 
Ameghino.) 

Sacro. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 

Sacro.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- 
peana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Vértebra lombar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Coleceionada por el personaldel Museo.) 

Vértebra lombar. Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prada á Ameghino.) 

Vértebra lombar. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- 
prada.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

. Vértebra caudad.— Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Comprada.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Vértebra caudal. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Comprada.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Formación pampeana. Lo- 
calidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Comprada.) 

. Vértebra caudal. —Depósito lacustre de la formacion pam- 


peana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. 
(Comprada.) 


Tomo VIII, 12 


Toxodon:— 


612 


613 


614. 


615. 


616. 


617. 


618. 


S19: 


620. 


621. 


628. 


629. 


. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 

formacion pampeana. (Comprada.) 

. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Comprada.) 

Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. (Comprada.) 

Rótula. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- 
calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionada por el personal del Museo.) 

Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Comprada.) 

Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Comprada.) 

Rótula. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. 
Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionada por el personal del Museo.) 

Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Colececionada por el personal del Museo.) 

Rótula. — Yacimiento: Formacion pampeana. roja. (Com- 
prada 4 Ameghino.) 

Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprada.) 

Falange. —Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- 
calidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. 
(Coleccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana, (Coleccionada por el personal del Museo.) 


CL 


Toxodon:— 


630. 


638. 


639. 


Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 
Falange. —Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- 
calidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) 
Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 

pampeana. (Comprada.) 

Falange.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Falange. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- 
calidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprada.) 

Falange. — Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal 
del Museo.) 

Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. E 

Falange. — Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal 
del Museo.) 

Pisiforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Pisiforme. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Pisiforme. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. 

Escafóides. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 

Escafóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Escafóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Comprado.) 

Unciforme.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el 
personal del Museo.) 


. Unciforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 


cion pampeana. (Comprado.) 


. Magnum.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


. Trapecio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 


NN 


Toxodon: — 


649. 


650. 


651. 


652. 


6553. 


654. 


a. 


65. 


656. 


An 


697. 


658. 


659. 


660. 


661. 


602. 


663. 


664. 


Hueso de una. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Huesos sesamóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del 
Museo.) 

Fragmento de atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana, 
roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Costillas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Compradas.) 

Fragmento de fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. 
Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Colec- 
cionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de cráneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de maxilar.—Yacimiento: Depósito lacustre de 
la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Fragmento de arco zigomático.— Yacimiento: Formacion 
pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Costillas— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionadas por el personal del Museo.) 
Molde de una falange grande. —(Comprada á Ameghino.) 

Molde de un calcáneo. — (Comprado á Ameghino.) 

Fragmento de fémur.—Yacimiento: Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Pro- 
vincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 

Esternon. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Comprado.) 

Fragmento de mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion 
pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Fragmento de fémur. — Yacimiento : Formacion pampeana. 
(Coleccionado por el personal del Museo.) 


— 157 


Toxodon:— 


668. 


669. 


670. 


671. 


678. 


679. 


680. 


681. 
682. 


685. 


684. 


685. 


686. 
687. 


Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Costilla. —Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- 
calidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Formacion pampeana. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Comprada.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. 

Costilla. —Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ta- 
palqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 
Costilla. — Yacimiento: Formacion pariposna: (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. 

Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. (Coleccionada por 
el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. Localidad: Arroyo 
del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 


— 158 — 


Toxodon:— 


688. 


689. 


690. 


695. 


696. 


697. 


698. 


699. 


704. 
7105. 


Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Co- 
leccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mecion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Costilla. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 

Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. Localidad: Rio 
Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. : 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provin- 
cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Formacion pampeana. Localidad: Arroyo 
del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el 
personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento : Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- 
lidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. 

Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del 
Museo.) 

Falange.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 
por el personal del Museo.) 

Pelvis. —Yacimiento: Formacion pampeana. (Donacion) 

Fémur.— Yacimiento : Formacion pampeana. (Donacion.) 


= 1560) = 


Toxodon:— 


706. 


707. 


70S. 


709. 
710. 


MEE 


716. 


718. 


720. 


Sl 
1 


Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 

Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. (Donacion). 

Tibia y peroné. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
mación pampeana. (Comprada.) 

Tibia y peroné.—Formacioón pampeana. (Donacion.) 

Pié posterior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. (Donacion.) 

Hueso anular. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- 
cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos 
Aires. Original de la figura 53. (Coleccionado por el per- 
sonal del Museo.) 

Premolar. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 


. Molar inferior.—Yacimiento: Formacion pampeana. Locali- 


dad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 
Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- 
macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 


5. Vértebra lumbar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 


formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia 
de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado 
por el personal del Museo.) 


. Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Metatarso. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 


). Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 


pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Unciforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion 
pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Incisivo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Pro- 
vincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del 
Museo.) 


o OS 

Toxodon:— 

723. Incisivo superior externo.—Yacimiento: Depósito lacustre 
de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, 
Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal 
del Museo.) 

724. Incisivo superior externo. — Yacimiento: Formacion pam- 
peana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos 
Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 

Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la 
formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de 
Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 

7126. Calcáneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 
Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por 
el personal del Museo.) 

727. Cráneo.—Yacimiento: Depósito lacustre. Localidad: Puerto 
de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- 
nado por el personal del Museo.) 


JASOAR TIO SANTTIVA 


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ADN 


[ 


[op SOGOJe1W) 


Enmeracion sistemática y distribucion geográfica 


DE LOS 


EEES ARGENTINOS 


POR 
JULIO KOSLOWSIKkKY 


NATURALISTA VIAJERO DEL MUSEO DE LA PLATA 


Este trabajo está basado sobre la clasificacion exacta de los 
numerosos reptiles reunidos hasta ahora en las colecciones del 
Museo de La Plata y en los demás establecimientos científicos 
de la República. 

El material que se ha reunido en este Museo, se debe á los 
viajes de exploracion que cada año realiza el personal del es- 
tablecimiento á diferentes comarcas de las vastas regiones de 
la República. de donde, entre otras cosas, tambien reunen rep- 
tiles que despues traen, en más ó menos buen estado, de sus 
excursiones. 

Hasta ahora era muy poco lo que se había publicado sobre 
los reptiles de la República Argentina y no existía ningun com- 
pendio para dar una idea de lo que posee en este ramo la 
fauna argentina, pero gracias á mis contínuos estudios espe- 
ciales sobre los reptiles argentinos, de los cuales me ocupo 
desde hace años, puedo ahora presentar con este trabajo una 
ojeada bastante completa sobre esta clase de vertebrados del 
país, cuyas especies ascienden á un número considerable, igno- 
rado hasta ahora; siendo el de las lagartijas 59, y el de las 
serpientes 72 especies diferentes. 

Si consideramos la distribucion geográfica de los reptiles, 
debemos designar como zona peculiar ó propia al país la de 

Tomo VIIL. 13 


=> 

toda la Patagonia, la parte sud de la Provincia de Buenos Ai- 
res, la Gobernacion de la Pampa Central, las provincias de 
Mendoza, San Luis, Córdoba, San Juan, La Rioja, Santiago 
del Estero, Catamarca y, probablemente, el Chaco occidental; 
mientras que en las demás provincias limítrofes con otros es- 
tados sud-americanos, predomina la fauna del país vecino; como 
la fauna brasilera en Misiones, Corrientes, Entre Rios, Gran 
Chaco, Santa Fé, y la parte septentrional de la Provincia de 
Buenos Aires que se extiende á lo largo del rio Paraná y del 
de la Plata. 

Especies bolivianas predominan en las provincias de Jujuy, 
Salta y en el norte del Gran Chaco, así como la fauna chi- 
lena se halla bastante bien representada en el territorio del 
Neuquen. 

Es natural que las regiones subtropicales sean tambien las 
más ricas en especies, disminuyendo su número á medida que 
aumenta la latitud; así que en el territorio de Santa Cruz y 
Tierra del Fuego, ya no se hallan más serpientes (*), siendo 
únicamente algunas especies de lagartijas los reptiles de aquella 
region. 

La parte oriental del territorio del Chubut es la extrema re- 
sion de las serpientes, y la Gobernacion del Rio Negro la de las 
tortugas terrestres. 

En cuanto corresponde á los saurios grandes, dos especies 
de caimanes ó yacarés, habitan la region subtropical de la Re- 
pública. 

Considerando la region propia del país, tengo que dividirla 
en dos grupos: en region patagónica, á la cual corresponden 
toda la Patagonia, Neuquen, Pampa Central, la parte sud de 
la Provincia de Buenos Aires, toda la provincia de Mendoza y 
San Juan y la parte occidental de La Rioja y Catamarca, la 
que se halla en una altura considerable sobre el mar á lo largo 
de la Cordillera; y en la region central, á la cual pertenece lo 
demás de la region propia del país. 

De lo expuesto anteriormente resulta que la República Argen- 
tina posee tres regiones principales, que son la region patagó- 
nica, la region central, y la region de la fauna extranjera. Pero 
como las provincias que quedan en la zona de la region central 
no han sido todavía bien exploradas, hay que mirar esta region 
por lo primero como provisoria. 


(1) En el territorio de Santa Cruz ha sido hallada una sola vez una ví- 
bora, Lachesis ammodytoides (Leyb.) Bler. en el Puerto Deseado. 


— 163 — 


Exclusivamente peculiares á la República Argentina son los 
siguientes 40 reptiles: 


LAGARTOS 22. Phymaturus patagonicus Kos. 
Sn 29. Tupinambis rufescens (Gthr.) Bla. 
1. Homonota Whitei Blgr. 24. Cnemidophorus longicauda (Bell) 
2. Gymnodactylus horridus Burm. 3ocourt 
3. Anisolepis argentinus Koslowsky | 25. Amphisbaena plumbea Gray 
4. Anisolepis Bruchi Koslowsky 26. Id. angustifrons Cope 
= La) 
5. Urostrophus scapulatus (Bur.) Bg. | 27. Lepidosternon phocaena D. B. 
6. Liosaurus Belli 1). B. 


7. 1d. Darwini (Bell) Ios. 


28. Id. Boettgeri Blgr. 


S. » fasciatus D'Orb. E RS 
dea SERPIENTES 

9. » catamarcensis Kos. 

10. Liolaemus gracilis (Bell) Blgr. 29. Boa occidentalis Ph. 


11. Id. magellanicus(Hombr.yJ.) Bar. | 30. Lystrophissemicinctus(D.B.) Bgr. 
12. » Kingi (Bell) Gray 31. Rhadinaea elegantissima Kos. 
13. » Fitzingeri(D. B.) Gray 32. Id. sagittifera (Jan.) Blgr. 
h 14. » elongatus Koslowsky 33. » modesta Koslowsky 
15. » D'Orbignyi Koslowsky 34. Oxyrhopus labialis Jan 
: 16. » Darwini (Bell) Gray 35. Rhinostoma vittatum Blgr. 
17. » ornatus Koslowsky 36. Pseudotomodon mendozinus Kos. 
18. » Boulengeri Koslowsky 37. Philodryas Burmeisteri Jan 
19. » Rothi Koslowsky 38. Id. Barony Berg 
( 20. » anomalus Koslowsky 39. Elapomorphus bilineatus D. B. 
21. » multimaculatus(D.B.) Fitz. 40. Lachesis ammodytoides (L.) Bgr. 


Encuentro oportuno presentar una lista de los reptiles cuyas 


especies se hallan tambien en el Uruguay, Brasil, Paraguay, 
Bolivia y Chile. 


ll 
! 


E ESPECIES S S Z S z 
z ES = E E 2 
1 Homonota Darwini Blgr. .......ooo ..oooooo..- » —= = — = 
2 Phyllopezus Przewalskii Koslowsky........... — » ? — — 
3 Polychrus acutirostris SPiX....oooommmo momo... — » » — — 
4 Stenocercus roseiventris D. B... . ....0....... — == — » — 
5 Liolaemus chilensis (Less) FitZ.. ...... ...... — = = = » 
0 » Jeniniscatus (GraYo conca los ijadajs es = = — — » 
7 » Stantoni (Gir.) BÍgr.......... ... ce ==) == = = » 
8 » cyanogaster (D. B.) Fitz ........... =— — — — » 
9 » nigromaculatus (Wieg.) Gray ...... = = = —= » 
10 » ¡NAO (e 135) ID poo dono asa — — — — » 
11 » tenuIs (DAABS)ETZ osea alas =— — — =— » 
12 » Wiegmanni (D. B.) Gray... ....... » — — — ? 
iS » siemifen (DD Bo) GlaYoncorioots — — — ? » 
14 Saccodeira pectinata (D. B.) Blgr........... 2 = = = P 
15 » azurea (Múller) Blgr. .............. » » ” — =- 
16 Tropidurus spinulosus (Cope) Boettg. ....... — » » — — 
17 » torquatus Wied.......... a =— » » — —= 
18 » hispidus (Spix) PeterS. .......oo.o.. — » » — — 


— 164 — 


E E 5 S S 3 
E ESPECIES 3 E 2 S = 
E Z Z 3 e 
z 3 E A = É 
19 Phymaturus palluma (Mol.) Grav. .  ........ — — = — 
20 Ophiodes striatus (Spix) Wagl ...ooooooooo.... » » » — — 
21 » vertebralis BOCcOUEL sia metejeao a teaasiala » » i — — 
22 Tupinambis teguixin (L.) BIgr ............... » » » ? — 
DS, Ameiva ameiva (L.) Koslowsky............. » » » » — 
24 Cnemidophorus ocellifer (Spix) Peters ? » ? = == 
25 » lacertoides D. B » » 2 =— Ss 
26 Telus teyou (Daddy A » » » » = 
2,7 Pantodactylus Schreibersi (Wieg.) Blgr..... .. » » ? = = 
28 Amphisbaena Darwini D. B..... ......oo...... » » » — = 
20 'AnoOps Kin Bla aerea NOR oAAD pe Mpo7or » » » — = 
30 Mabuia dorsivittata Cope » » » =— — 
31 » frenata (Cope) Bocourt » » » » = 
352 Helminthophis Fernetyi BÍgr ..........oooo.... — E » — — 
33 Typhlops reticulatus (L.) D.B.. ..oocooooooo... » » » » = 
34 Glauconia albifrons (Wagl.) Blgr. ............ » » » » = 
35 Epicrates cenchris (LD Buona na nar = » » » = 
36 Eunectes murinus (L.) Gray ........ » » » — 
37 BOMCOnS TICO tea » » » » = 
38 Helicops carinicauda (Wied) Wagl .........- 2 » » ? =— 
39 » lcopardinus (Schleg.) Jan............ E » » P — 
40 Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr... ? » » » —= 
41 Spilotes pullatus (IL. Wagl. cio... ».moricacas — » » » - 
2 Herpetodryas sexcarinatus (Wagl.) Blgr....... .— » » — — 
43 » carinatus (L.) Schleg. -.... +. » » » » = 
44 Leptophis liocercus (Wied) D. B. ..o..oo....... » » » » — 
45 Liophis poccilogyrus (Wied) Jan.. .. » » » — — 
46 » almadensis (Wagl.) Cope. ........... » » » » — 
7 » typhlos (LT dni iaa =— » » » = 
48 » IGAC soc is0od od osonaDuad auosoo — » » » — 
40 Cyclagras gigas (D. B.) Cope.. = » » » = 
50 Xenodon Neuwiedi Gthr ......... » » » 2 = 
51 » Merremi (Wagl.) Blgr —= » » » =— 
2 Lystrophis D'Orbignyi (D. B.) COpt.. . ..... » » » — » 
53 » histrucus (Jan) BÍgr. ....oooo.--.. » » » ? == 
54 Aporophis lineatus (L.) COPC.. ..oconorersoooo.. =— » » p — 
DIS » flavifrenatus COPC coooooomo.... = » ? = 
56 Rhadinaea anomala (Gthr.) Blgr » » = = 
97 » fusca(Cope BE » » ? -— = 
58 » Merrera (Wied) Blesa ? E = = 
59 » Jaegeri (Gthr.) Blgr....... Dadacoóna » ? = = 
60 » genimaculata (Boettg.) Blgr... — » » » — 
61 » obtusa COPl ....... SO odad ob 350D . » » » 2 — 
62 » poecilopogon COPl .onoccccoooco nooo » » » — — 
63 » occipitalis (Jan) BÍgr............ ..| — » » » — 
64 Dimades plicatilis (L.) Gray............ nópand ? » » P — 
65 Oxyrhopus rhombifer D. B......o....o.. bro » » » » = 
66 » petolarios (LIDAD ais — » » » — 
67 » ANS De ds oorropodrobgo nos “| — » » ? —= 
68 » cloelia (Daud.) Gthr......... oserda == » =— = 
69 » occipitolutens (D. B.) Blgr —=— » — — 
70 » rusticus COP€ ........ » > = E 


— 165 — 


o E E < 

= = = 2 El E 
a ESPECIES 2 2 2 S S 

z E ES Z E E 
7 Sl Z 

71 Oxyrhopus maculatus BÍgT ... .0.0c.o.omoo... | » - 

e 72 Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. ..... » » » » — 
ÚS, Tachymenis peruviana (Wiegm.) Blgr.. ..... — — — » » 
74 ¡Eomodontocellatas DB a as » » » — — 
75 Pseudablabes Agassizi (Jan) BIgr..... ........ » » — — — 
76 Phylodryas aestivus (Schleg.) Gthr........... » » » — —= 
27 » Olfersi (Ich AGA. » » » » = 
78 » Schott (Schleg.) Gto coca cas » » » — — 
79 » psammophideus Gthr ...... ...... » » » » == 
80 Homalocranium melanocephaluM... 2... ...... — » » » — 
81 Elapomoius dimidiatus (Jan) BIgr............- — » » — — 
82 Elapomorphus tricolor D. B...0.oo..... .. b » » » » — 
83 » FISCO ies: » » » — — 
S4 IES EAS cal) sacoousunnsa anoboDaDón » » » 2 — 
85 SS SAS DS oscura pavor Oro do Bo adOs » » » » — 
86 »  'Marcgravi Wietdo......m.. ... LOdonaDo os » » » » — 
87 Leptognathus ventrimaculata Blgr............ — » » — — 
88 » Ur da COP taa o — » » » — 
89 Lachesis alternatus (D. B.) Blgr.......... ... » » » — — 
yo » Neuwiedi (Wagl:) Blgr..... ....... ? » » » — 
91 Crotalus terrificus (Laur.) Cope ............. E » » » -— 

2 Caiman latirostris (Daud.) BIgr.. ............ » » » E — 

93 » sclerops' (Schueld:) BIBL ooo » » » » — 

94 Dermochelys coriacea (L.) BÍBr........ ....... » » — — » 

05 estudiaba alas — » » » — 

96 » cio carcasa o AO IEnS » — -.— — — 

97 Chelone mydas (L.) Blgr » » = = » 

98 Hydromedusa Maximiliani (Mikan) Gray. .... ? » » — — 

99 » Ca (Os dor ou + oonden » » » » — 

E 100 Hydraspis Hilari (D. B.) Gray. ...oo.oooomo..-- » » » » — 
| | 53 82 71 37 13 


De estos cuadros resulta que la República Argentina posee 
ciento cuarenta especies de reptiles, de las cuales cien se encuen- 
tran tambien en otros países. 


Ord. LACERTILIA 
Subord. LACERTILIA VERA 


Fam. GECKONIDAE 
Gen. HOMONOTA Gray 
Habita la República Argentina y el Uruguay. 
-1, Homonota Darwini Blor. 


Esta especie habita, principalmente, la Patagonia; donde 
más frecuentemente ha sido hallada es en el territorio del Chu- 


— 166 — 


but; en casos aislados ha sido tambien observada en la parte 
oriental de la provincia de Buenos Aires, en las sierras de la 
Ventana, Tandil y Balcarce y hasta en la República del Uruguay, 
cerca de Montevideo. En los ejemplares que he examinado de 
esta especie y que proceden todos del Chubut y del territorio 
de Santa Cruz, hallo en todos los indivíduos, cuyas colas no 
son reproducidas, una hilera de escamas grandes, debajo de 
la cola: esta hilera falta Ó está interrumpida cuando aquel miem- 
bro está reproducido. lósta hilera subcaudal que fué indicada 
por el señor Boulenger como particularidad de la H. Whitel, 
es más bien un carácter genérico que específico. 
2. Homonota Whitei Blor. 

Hasta ahora se conoce esta especie de pocos ejemplares ha- 
llados en las provincias de Córdoba y Rioja. Seguramente será 
nada más que una variedad de la especie precedente. 


Gen. GYMNODACTYLUS Spix 
Habita el sud de Europa, Asia Meridional, Australia, las islas 
del Pacífico y la América tropical. 
3. Gymnodactylus horridus Burn. 
Vive en las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja. San 
Juan y Mendoza. 


Gen. PHYLLOPEZUS Petors 

Habita el Brasil, Paraguay y la República Argentina. 
4. Phyllopezus Przewalskii Koslowsky. —«Revista del Museo de La Plata» 

NI Sl) Lymo JE 

Esta especie descripta de la provincia de Matto-Grosso (Bra- 
sil), vive tambien en nuestro país; un ejemplar cazado en la 
provincia de Corrientes se conserva en el gabinete de Historia 
Natural de la Universidad de Buenos Aires. 


Fam. IGUANIDAE 
Gen. POLYCHRUS Cuv. 
Habita la América tropical. 
5. Polychrus acutirostris Spix. 


Esta lagartija, poco comun, se halla en el Gran Chaco, Mi- 
siones y Corrientes; además en las repúblicas del Paraguay y 
Brasil. Entre los ejemplares recogidos en territorio argentino, 


| 
| 


A 


hay indivíduos que carecen por completo de dibujos sobre el 
cuerpo y otros que poseen fajas y tiznes negros, las que for- 
man un bonito dibujo jaspeado sobre el color gris, amarillento 
ó moreno del cuerpo. 


Gen. ANISOLEPIS Blor. 

Habita en el Brasil, Paraguay y República Argentina. 
6. Anisolepis argentinus Koslowsky.—«Revista del Museo de La Plata», 

t. VL p. 419, lám. IL 

Esta especie ha sido descripta como procedente de la Sierra 
de la Ventana en la provincia de Buenos Aires, pero debo 
rectificar la patria de esta interesante lagartija, pues es el 
territorio de Misiones. En el Gabinete de Historia Natural de 
la Universidad de Buenos Aires, se halla un ejemplar de la 
misma especie y que fué coleccionado por mi buen amigo el 
señor Gustavo Niderlein en el territorio de Misiones. Ll ejem- 
plar típico se conserva en el Museo de La Plata. 


7. Anisolepis Bruchi Koslowsky.—«Revista del Museo de La Plata», t. VI, 
p. 417, lám. L. 
El ejemplar típico se conserva en este Museo y fué colec- 
cionado en Punta Lara, cerca de La Plata, en la provincia de 
Buenos Aires. 


Gen. UROSTROPHOS 0). B. 
Habita Sud América. 


S. Urostrophus scapulatus (Burm.) Blgr. 

La especie habita las montañas de la Sierra de la Ventana 
en la provincia de Buenos Aires y las sierras de las provincias 
de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y seguramente 
tambien, las de Córdoba y San Luis. 


Gen. LIOSAURUS 1. B. 


Leiosaurus D. B. IV. p. 241 (1837).—Diplolaemus Bell, Zool. Beagle, Rept. p.19(1843).— 
Pristidactylus Fitz. Syst. Rept. p. 58 (1843) —Ptenodactylus Gray, Cat. Liz. p. 224(1845). 


Los supuestos géneros Pristidactylus y Diplolaemus son idén- 
ticos con el género Liosaurus, y han podido figurar hasta ahora 
solamente por la falta de material de comparacion. Tengo dos 
ejemplares del L. fasciatus y unos veinte del L. Darwini é igual 
número del L. Belli; siendo los primeros un ejemplar muy adulto 


y el otro jóven, y los de las otras especies. indivíduos de todas 


— 168 — 


edades. Puedo constatar que los dientes laterales en las tres es- 
pecies son tricúspidos, lo que se ve bien en todos los indivíduos 
jóvenes, teniendo los ejemplares viejos sus cúspides gastadas, 
viéndose, por lo mismo en ellos, dientes con coronas subesfé- 
ricas. ln las tres especies hay solamente un verdadero pliegue 
gular que demuestra las pequenas escamas granulares que se 
hallan en la parte plegada; si hay otro pliegue delante del 
verdadero. no es más que casual y no está provisto con esca- 
mas menores, si no que son del mismo tamaño que las demás 
de la garganta. Las tres especies pueden poseer escamas infra- 
digitales carinadas ó lisas. (El ejemplar adulto del £L. fasciatus 
posee en la extremidad de los dedos escamas infradigitales tri- 
carinadas, mientras que las demás infradigitales son lisas: el 
ejemplar jóven posee todas las infradigitales lisas. Ejemplares 
del L Belli, coleccionados en Neuquen y Rio Negro, poseen en 
todas las escamas infradigitales una pronunciada quilla, mien- 
tras las que proceden del Chubut las tienen lisas). 

Bell indica como importante carácter para el género Diplo- 
laemus las placas Ó escamas infraorbitales, de las cuales, dice, 
hay tres unidas y forman una sola placa larga como la hay 
en el género Liolaemus, mientras que en el género Liosaurus 
están todas infraorbitales separadas y casi de igual tamano 
entre sí. Lo que puedo afirmar, es que no existe ninguna dife- 
rencia en las tres especies respecto de sus placas infraorbitales: 
éstas pueden estar unidas ó separadas en cada una de estas tres 

. especies y hasta en un solo individuo que posee sobre un lado 
de la cabeza escamas bien separadas y sobre el otro lado varias 
placas unidas. El otro y principal carácter que indica Bell para 
su nuevo género, es la falta de dientes palatinos, pero que 
nunca puede ser suficiente para la creacion de un género dis- 
tinto, sinó de unu especie, si la existencia ó no existencia de 
dientes palatinos es constante. Los dientes palatinos en el L, 
Belli no tienen una cantidad fija, sinó muy variable; hasta he 
encontrado en un indivíduo adulto un solo diente pterigoides, 
y por lo tanto puede haber indivíduos que carezcan por com- 
pleto de ellos. 

Este género habita Chile y la República Argentina. 


0. Liosaurus fasciatus 1) Orb. 


Esta especie es bastante rara y se parece mucho al L. Dar- 
wini, del cual se distingue por la cola más larga, por la exis- 
tencia de dientes pterigoideos y por la negra faja verticalmente 
colocada delante del hombro; excepto esta faja, se asemejan 


Rev, del Museo de La Plata. — Tomo VIII. 


Liolaemus catamarcensis Kosl. n. sp. 


TALLERES DEL 


KOSLOWSKY': Enumeración sistemática — Lám 


MUSEO 


— 169 = 


los dibujos del dorso y cabeza ú los del L. Darwini. liste 
Museo posee dos ejemplares: uno muy adulto con cola repro- 
ducida que proviene del territorio del Rio Negro, y el otro 
jóven coleccionado en el territorio del Neuquen. Las medidas 
del indivíduo jóven son las siguientes: cabeza, con cuerpo hasta 
el ano, 74 mm.; cola, 87; extremidad anterior, 31; extremidad 
posterior, 46 milímetros. 


10. Liosaurus Darwini (Beli) Koslowsky 


El dibujo del dorso en esta especie está formado por fajas 
transversales de color negro ó requemado, ó solamente por 
manchitas redondas del mismo color y que están arregladas 
del mismo modo, siendo el color del cuerpo un gris claro, oli- 
váceo, verdoso, azulado, salpicado con puntitos y tiznes irregu- 
lares de color requemado, las que forman complejos ó están 
separadas, habiendo, además manchas de color carmin sobre 
la cabeza, y en la parte posterior de las fajas oscuras del dorso. 
Por abajo es el cuerpo, en general, blanco é inmaculado. El 
animalito vive en toda la Patagonia, Neuquen y provincia de 
Mendoza. 


11. Liosaurus Belli 1). B. 


Los dibujos en esta especie son muy constantes y no he 
observado ninguna variacion en su forma, solamente que el 
color de ellos es más negro ó algo más claro que en general. 
Ejemplares procedentes del territorio de Rio Negro poseen una 
quilla bien pronunciada en las escamas infradigitales. 

Habita los territorios de Santa Cruz, Chubut, Rio Negro, 
Neuquen, Mendoza, San Juan y Rioja. 

12. Liosaurus catamarcensis Koslowski n. sp., lim. IL. 

Aspecto general suelto y menos macizo que las otras espe- 
cies de este género. Cabeza más larga que ancha; hocico muy 
corto, convexo, con el canthus rostralis corto, pero bien pro- 
nunciado; las narices mucho más cerca á la punta del hocico 
que á las aberturas de los ojos; abertura de las orejas oval 
vertical y más pequeña que la abertura de los ojos. Por la 
garganta corre un pliegue transversal. Escamas sobre la cabeza 
muy convexas y subpiramidales sobre el hocico y entre las 
supraoculares, las que son las más grandes, occipitales peque- 
nas, pero más grandes que las supraoculares que disminuyen 
poco á poco desde el borde interorbital hácia el borde supra- 
ciliar; infraorbitales forman una hilera de escamas ¡iguales en- 
tre sí, la que continúa sobre la region temporal; escamas 


Pr, 


O 


labiales pequeñas y en número de diecisiete á veinte sobre el 
lábio superior y de diecisiete á diecinueve sobre el inferior; no 
hay escama rostral, sinó que las labiales continúan interrum- 
pidas y son sobre el rostro más pequeñas; escama mental 
de forma pentagonal ó heptangular. Escamas dorsales peque- 
ñas, uniformes, no imbricadas, granulares y casi todas pro- 
vistas con una punta dirigida hácia atrás; las ventrales más 
grandes, lisas, redondeadas ó subcuadrangulares y subimbri- 
cadas. Las extremidades algo más largas que en las otras 
especies; la pierna posterior doblada á lo largo del cuerpo, 
alcanza bien la oreja; dedos algo comprimidos con tricarinadas 
escamas infradigitales (las quillas están bien pronunciadas). 
Sobre cada lado del dorso corre un fino pliegue longitudinal. 
El color, por encima del cuerpo es gris claro ó rojizo, con man- 
chas negruzcas sobre la cabeza de igual dibujo que en el 
L. Belli: las manchas sobre el dorso son husiformes, con los 
lados dilatados y arregladas en una hilera sobre la region ver- 
tebral: los costados del cuerpo están provistos con manchitas 
negruzcas arregladas en fajas verticales, de igual manera que 
en el L. Belli; la cola está provista con fajas negruzcas Ó re- 
quemadas, que son más anchas que los interspacios; por abajo 
es el cuerpo de un gris blanquizco, salpicado con pequeños 
tiznes negros sobre la garganta, pecho y extremidades. Hay 
dientes pterigoídeos y los laterales son tricúspidos. 

Largo total, 190 mm.; cabeza, hasta el borde anterior de la 
oreja, 24; ancho de la cabeza, 19; cuerpo con cabeza, hasta el 
ano, So; cola, 105; extremidad anterior, 37; extremidad poste- 
rior, 52 milímetros. 

Patria: provincia de Catamarca. 

Esta especie interesante y bien diferente de las conocidas 
fué coleccionada, en dos ejemplares, en la provincia de Cata- 
marca por el senor Carlos Bruch, que exploraba en este año 
aquellas comarcas. 


Gen. STENOCERCUS 1). B. 


Habita Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina. 


15. Stenocercus roseiventris 1). B. 

Esta especie vive en la provincia de Salta, de donde proce- 
den los ejemplares de la coleccion de este Museo; además en 
Yungas, en Bolivia. 


Gen. LOLAEMUS Wiegm. 


A los sinónimos del género Liolaemus tengo que agregar 
el supuesto género Helocephalus Ph. No encuentro ningun carác- 
ter bastante importante para separar el Helocephalus nigriceps 
Ph. de los Liolaemus, de los cuales se diferencia como especie, 
pero nunca como género. 

No conozco el ejemplar típico que sirvió al doctor Philippi 
para la creacion del género Helocephalus, pero tengo á la vista 
tres ejemplares de Catamarca, de los cuales uno muy adulto, 
que concuerda bien con la descripcion del autor, excepto unas 
pequeñas diferencias de que no se ha apercibido ó que por 
casualidad no ha poseido el ejemplar típico; estas consisten en 
que las escamas supraoculares poseen una hilera de cinco á 
seis escamas mayores como en las demás especies del género 
Liolaemus y que las escamas de la cola poseen una quilla bien 
visible aunque no bien desarrollada; las escamas sobre el dorso 
son lisas, pero siempre imbricadas y se nota en una y otra 
escama un pequeño tubérculo que indica que las quillas han 
existido, pero cuyo carácter ha degenerado; toda la forma y 
el aspecto del animal es el del género Liolaemus y si las esca- 
mas sobre la cabeza son muy convexas en el indivíduo viejo, 
poseen los ejemplares menos adultos escamas más llanas como 
otras especies del mismo género. La region habitada por el 
género Liolaemus se extiende del Estrecho de Magallanes hasta 
el Perú y abarca toda la República Argentina, Chile, Uruguay 
y la provincia de Rio Grande do Sul, en el Brasil. 


14. Liolaemus chilensis (Less.) Fitz. 
Vive en la República de Chile y en la Gobernacion del 
Neuquen. 


15. Liolaemus lemniscatus Gray. 
Esta especie vive en la provincia de Mendoza, territorio del 
Neuquen y en la República de Chile. 


16. Liolaemus Stantoni Gir. 

El señor Carlos Bruch coleccionó en este año seis ejempla- 
res de esta interesante especie en Catamarca, la cual fué creada 
sobre un ejemplar jóven hallado cerca de Santiago de Chile: 
como encuentro que los ejemplares adultos son algo diferentes 
que el ejemplar típico, daré una breve descripcion de la espe- 
cie, que parece ser muy rara, á pesar que el señor Bruch ha 
sido afortunado de hallar el número mencionado entre varios 
cientos de otras lagartijas recolectadas por él. 


o 


= 72, = 


Cuerpo redondeado, suelto y pequeño. Narices colocadas late- 
ralmente. lscamas sobre la cabeza lisas, ó muy poco rugosas 
y algo grandes; hay una asimétrica frontal, separada de las 
interparietales por dos frontaparietales; interparietal mucho más 
pequeno que las parietales; hay una série de tres ó cuatro es- 
camas mayores en las supraoculares; entre las labiales y la 
infraorbital hay una sola hilera de escamas; temporales bien 
carinadas; sobre el borde anterior de la oreja hay una sola es- 
cama proeminente y el borde supero-anterior está formado por 
una escama algo mayor que las precedentes temporales. Los 
costados del cuello no poseen pliegues y están cubiertos con 
escamas carinadas, como sobre el dorso, pero más pequeñas. 
Escamas dorsales grandes, imbricadas, romboidales y fuerte- 
mente carinadas; las quillas forman líneas contínuas y termi- 
nan en una punta; escamas laterales iguales ú las del dorso; 
las ventrales tan grandes que las dorsales, imbricadas, romboi- 
dales y arregladas en hileras transversales y longitudinales que 
convergen hácia adelante; hay 32 á 34 escamas alrededor del 
cuerpo. La extremidad posterior doblada á lo largo del cuerpo, 
llega, en el macho, hasta la mitad del espacio entre oreja y 
hombro, mientras que en las hembras llega hasta el axila. La 
parte posterior del muslo está cubierta con muy pequenas es- 
camas uniformes. El macho posee cuatro poros anales. Cola 
cilíndrica y delgada y dos y medio ó dos veces tan larga que ca- 
beza con cuerpo; escamas de la cola parecidas á las del dorso en 
su primera parte, pero no tan grandes; las demás disminuyen 
poco á poco hasta ser muy pequeñas. Por encima, de un color 
bruno ó requemado oliváceo, con dos líneas blancas ó amarillen- 
tas sobre los costados del cuerpo, las que tambien pueden estar 
representadas solamente por algunas puntitas blancas esparcidas 
é irregularmente colocadas; la línea superior principia sobre la 
nuca y va perdiéndose antes de llegar á la altura de la extre- 
midad posterior; la inferior principia sobre el borde superior 
de la oreja Ó desde la extremidad anterior y va hasta la ingle: 
el espacio entre las dos líneas es de color bien negro ó está 
llenado solamente por manchas negras con puntitas blancas; 
en los indivíduos masculinos es el espacio interlineal sobre el 
cuello de un rojo ferrugíneo, igual color hay abajo de la línea 
inferior en el mismo sexo; el dorso es de un solo color ó á 
cada lado de la region vertebral hay pequeñas manchas negras 
diagonalmente colocadas; por abajo de un color blanco bru- 
náceo con débil reflexion metálica rosada ó dorada. Largo total, 
165 milímetros; cabeza, 12; ancho de la cabeza 85; cuerpo, 36; 


cola, 117; extremidad anterior, 17; extremidad posterior, 29 milí- 
metros. 

Patria: provincia de Catamarca v Chile. 
17. Liolaemus gracilis (Bell) Blor. 

Esta especie vive en toda la Patagonia y en las provincias 
de Tucuman, Salta y Jujuy. 


18. Liolaemus cyanogaster (1). B.) Fitz. 

El £. Bibroni (Bell) Gray, tengo que considerarlo como sinó- 
nimo del £. eyanogaster. Todos los caractéres indicados para el 
L. Bibromi posee tambien el L. eyanogaster y las diferencias ha- 
lladas son individuales y no específicas; así las escamas de la 
cabeza pueden ser rugosas ó lisas, las temporales poseer quillas 
Ó carecer aparentemente de ellas; el número de las escamas 
alrededor del cuerpo, varía de 40 á 48; el color es tambien en 
esta especie muy variable. Los ejemplares que me han servido 
para la comparacion de las supuestas especies, proceden de 
los territorios del Chubut v del Neuquen, poseyendo los indi- 
víduos procedentes del Neuquen los colores típicos del L. eyano- 
gaster, mientras que los del Chubut tienen un color parduzco, 
gris ú oliváceo. Esta especie habita los territorios de Santa 
Cruz, Chubut, Rio Negro, Neuquen y república de Chile. 


19. Liolaemus nigromaculatus (Wiegm.) Gray 
Habita la provincia de Catamarca, el desierto de Atacama 
y Chile. 


20. Liolaemus magellanicus (Hombr. v Jacq.) Bler.—£Liolaemus lineoma- 
culatus Blar. 

Esta especie habita toda la Patagonia desde el Estrecho de 
Magallanes hasta el territorio del Neuquen, con excepcion, pro- 
bablemente, del territorio del Rio Negro. El L. lineomaculatus es 
solamente una variedad, cuyas escamas varían en tamaño y 
forma como en las demás especies del género Liolaemaus. 


21. Liolaemus Kingi (Bell) Gray 

Vive en los territorios de Santa Cruz. Chubut, Neuquen y 
república de Chile. 
22. Liolaemus Fitzingeri (D. B.) Gray 

Muy parecida á la especie anterior, pero de aspecto menos 
pesado, la mayor parte de ejemplares de esta especie poseen 
dos hileras de escamas interorbitales. El dibujo es muy variado, 
entre el cual una bonita variacion presenta sobre un fondo 
de verde claro dos ó cuatro hileras de manchas redondas, ana- 


A 


ranjadas ó de un rojo ferrugíneo; otros hay de un verde es- 
meralda' con toda la cabeza de un negro profundo. 

Habita los territorios de Santa Cruz, Chubut, Rio Negro, 
Neuquen, Mendoza y república de Chile. 


23. Liolaemus pictus (D. B.) Fitz. 

Esta especie, que se conocía hasta ahora solamente en la 
república de Chile, se ha coleccionado tambien en el territorio 
del Neuquen. 


214. Liolaemus elongatus Koslowsky 


Vive en los territorios del Chubut, Neuquen y Mendoza. 


25. Liolaemus tenuis (D. B.) Fitz. 

Este año se coleccionó esta especie por primera vez en terri- 
torio argentino, por el señor R. Hauthal en los bosques que 
circundan el volcan Lanin, cerca de Junin, en la Gobernacion 
de Neuquen; hasta ahora se conocía esta lagartija solamente 
en la república de Chile. 


26. Liolaemus D'Orbignyi Koslowski n. sp., lim. IT. 

De aspecto general áspero, con cuerpo robusto y algo depri- 
mido. Cabeza deprimida y ancha con ocho á nueve escamas 
labiales superiores y con cuatro ó seis inferiores; entre las labia- 
les superiores y las infraorbitales, hay una ó dos hileras de 
escamas; escamas sobre la cabeza, lisas y algo rugosas; llanas 
ó algo convexas sobre el hocico; temporales, con quillas obtusas; 
las supraoculares con una série de tres á cinco escamas trans- 
versales mayores, interorbitales en una sola hilera de escamas; 
interparietal casi tan grande como las parietales; oreja más gran- 
de que la abertura del ojo y con escamas granulares en su 
borde anterior, de las cuales dos, á veces, sobresalen. Cuello 
sobre los lados fuertemente plegado, con escamas granuliformes; 
hay un pliegue antehumeral; escamas dorsales grandes, imbri- 
cadas, con quillas obtusas que no terminan en mucros, sinó se 
confunden con el grueso márgen abovedado y dirigido hácia 
arriba, así como debajo de cada escama se notan tres ó más 
pequeñas escamas tuberculiformes; escamas laterales algo más 
pequeñas que las dorsales, poco carinadas Ó lisas; ventrales 
algo más pequeñas que las dorsales, de forma romboidal ó cua- 
drangular é imbricadas. Las extremidades, cubiertas por encima 
con escamas parecidas á las dorsales, pero mas pequeñas; dedos 
cilíndricos y franjeados lateralmente, lo que se ve bien en las 
extremidades posteriores; las escamas infradigitales poseen tres 
á cuatro quillas. Las escamas caudales con sus puntas recor- 


A 


KOSLOWSKY': Enumeración sistemática — lám 


Tomo VIII 


Rev. del Museo de La Plata. — 


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TALLERES DEL MUSEO 


Liolaemus D'Orbignyi Kosl. n. 


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tadas hácia arriba, son más pequeñas que las dorsales, arre- 
gladas en verticilos y provistas con quillas pronunciadas que 
terminan en mucros. Hay 52 á 54 escamas alrededor del cuerpo. 
El macho con cinco á siete poros anales. 

El color, por encima del cuerpo, es de olivo requemado con 
manchas ó zonas obsoletas de un gris azulado y negruzco, trans- 
versalmente arregladas sobre cuerpo y cola; la region vertebral 
es unicolor y las fajas la cruzan tambien. La cabeza es, por 
encima, de igual color que el del cuerpo, ó de un requemado 
negruzco; los costados de la cabeza están salpicados por man- 
chitas amarillentas, ó poseen manchas alargadas y bien deter- 
minadas del mismo color, estando dispuestas de la siguiente 
manera: una principia en el borde posterior del ojo y va casi 
hasta el márgen superior de la oreja; otra principia detrás de 
la placa infraorbital y baja hasta el ángulo de la boca; la ter- 
cera está perpendicularmente colocada bajo el ojo, principia 
sobre la placa infraorbital y termina en la quinta labial; la 
cuarta y más ancha, principia tambien sobre la infraorbital y 
termina en la tercera labial; además hay una manchita redonda 
en la primera labial y una de igual tamaño en el medio de la 
placa rostral; por abajo es todo el cuerpo blanco con venas 6 
fajas en todas direcciones de un negro bien profundo que re- 
presenta una marmoracion hermosa. Las extremidades son, por 
encima, de un gris claro con fajas negras; la parte inferior, 
blanca con fajas negras. Il color del animal jóven es, por en- 
cima de todo el cuerpo, de un gris claro con grandes manchas 
requemadas, pero en su mayor parte desvanecidas; por abajo, 
de un blanco grisáceo con igual dibujo que en los ejemplares 
adultos, pero de color negro grisáceo. Los indivíduos jóvenes 
poseen, igual á los adultos, escamas tuberculiformes debajo de 
las dorsales. 

Patria: provincia de Catamarca. 

Largo total, 192 mm.; cabeza con el tronco del cuerpo, 88; 
(en un ejemplar muy adulto, 98); cola, 104; extremidad ante- 
rior, 30; extremidad posterior, 50; cabeza, 22: ancho de la ca- 
beza, 19 milímetros. 


27. Liolaemus Darwini (Bell) Gray 

Vive en las provincias de Catamarca, San Juan, La Rioja, 
Mendoza, Neuquen, Rio Negro, Chubut, San Luis, Pampa Cen- 
tral y cerca de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. 
Las manchas negras sobre el hombro pueden faltar ó ser aún 
aumentadas por una tercera mancha vertical que baja hasta 


— 176 — 


el pecho delante del hombro, y por una mancha bien negra sobre 
la parte inferior de la extremidad posterior cerca de la ingle. 
28. Liolaemus Wiegmanni (D. B.) Gray 

Habita las provincias de Buenos Aires y Santa Fé; Pampa 
Central, Rio Negro, República del Uruguay, y Chile? 


20. Liolaemus Boulengeri Itoslowsky n. sp., lúm. III. 

Narices sublaterales. Hscamas sobre la cabeza, pequeñas, 
lisas ó algo rugosas; no hay frontal; interparietal mucho más 
pequeño que los parietales; una série de cinco á seis escamas 
mayores entre las supraoculares; una sola hilera de escamas 
entre las labiales y la infraorbital: temporales con quillas poco 
distinguibles: borde anterior de la oreja con escamas granuli- 
formes sin denticulacion. Costados del cuello plegados y cu- 
biertos con escamas granulares. Hay un pliegue antehumeral. 
Escamas dorsales pequeñas, imbricadas, romboidales y cari- 
nadas sin muero en su punta; escamas laterales iguales á las 
del dorso: ventrales algo más grandes ó tan grandes que las 
dorsales, de forma cuadrangular ó redondeadas, lisas é imbri- 
cadas. Hay sesenta y cinco-á setenta escamas alrededor del 
cuerpo. La extremidad posterior, doblada á lo largo del cuerpo, 
alcanza hasta el hombro en el macho y hasta el axila en la 
hembra. Parte posterior del muslo, con un grupo de escamas 
romboidales más grandes. Macho con ocho poros anales; hem- 
bras sin poros. Cola, una vez y media tan larga que cabeza y 
cuerpo y con escamas más grandes que las dorsales, las que 
poseen quillas pronunciadas oblícuamente colocadas, que pueden 
terminar en mucros ó carecer de ellos. Dedos cortos y cilíndri- 
cos con lamelas infradigitales carinadas. Por encima de todo 
el cuerpo, de un color gris requemado ó moreno, con cuatro 
séries longitudinales de manchas negras, separadas por líneas 
ó zonas claras; las manchas son cuadrangulares ó triangulares; 
son solamente negruzcas ó con un borde blanco en su márgen 
posterior; en los jóvenes hay además una manchita ferrugínea 
ó vermellon en el margen anterior; las líneas que separan las 
séries de manchas corren, una sobre la region vertebral que 
principia sobre la nuca y llega hasta la cola, donde las dos 
séries dorsales continúan en una sola hilera; además hay dos 
líneas sobre cada lado del cuerpo, de las cuales la superior 
principia sobre las escamas supraciliares y continúa sobre la 
cola, y la inferior que parte del borde posterior del ojo, pasa 
por el borde superior de la oreja y llega hasta la ingle; esta 
línea está bordada en su parte inferior por una zona oscura ó 


Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII KOSLOWSKY: Enumeración sistemática Lám. HI 


Liolaemus Boulenger? Kosl. n. sp. 


TALLERES DEL MUSEO 


] 


Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII, 


KOSLOWSKY: Enumeración sistemática — 


Liolaemus Rothií Kosl. n. sp. 


Lám 


TALLERES DEL MUSEO 


= 


pequeñas manchas del mismo color y representa un pliegue 
longitudinal del cuerpo poco distinguible; el cuerpo por abajo 
es blanco, ó anaranjado con garganta negra, ó solamente pro- 
visto con manchas oscuras ó sin mancha. Las extremidades, 
por encima, con manchitas negras bordadas con puntitas blan- 
cas en sus bordes posteriores. Una línea blanca bordada de 
negro, corre por la parte posterior del muslo. 

Patria: territorios del Chubut y del Neuquen. 

Largo total, 140 mm.; cabeza, 14; ancho de la cabeza, 105; 
cuerpo sin cabeza, 49; cola, 81; extremidad anterior, 21; extre- 
midad posterior, 34 milímetros. 

Esta especie que coleccioné cerca de las cordilleras de los 
Andes, en el territorio del Chubut, la consiguió tambien el 
señor Roth en el territorio del Neuquen. El tamaño y dibujo 
son muy parecidos al L. magellanicus, del cual se distingue por 
su mayor número de escamas alrededor del cuerpo, por sus 
escamas más pequeñas y por el grupo de escamas romboidales 

s grandes sobre la parte posterior del muslo, que en la es- 
pecie mencionada no existen. Las medidas han sido tomadas 
de un ejemplar adulto con cola entera; tengo á la vista ejem- 
plares algo más grandes, pero todos con cola reproducida. 
Dedico esta hermosa lagartija al benemérito erpetólogo doctor 
Jorge Alberto Boulenger. 


30. Liolaemus Rothi Koslowsky n. sp., lúm. IV. 


Cuerpo redondo y robusto, más alto que en la especie pre- 
cedente. Escamas sobre el dorso más pequeñas que las ven- 
trales; las demás escamas del cuerpo, cabeza, cola y extremi- 
dades de igual estructura que en el £. Boulengeri, del cual se 
distingue por su gran tamaño, dibujos y colores. El color del 
cuerpo, es por encima y por abajo, de un moreno claro con 
cuatro séries longitudinales de manchas redondas de color ne- 
gro, negruzco ó requemado, con márgenes bien negras; alre- 
dedor de estas manchas hay, en general, una hilera de escamas 
de color más claro que el del cuerpo; pero dicha hilera está 
interrumpida ó falta cuando las manchas del dorso confluyen; 
las extremidades y la cola están provistas con manchas ó sola- 
mente con los contornos de éstas en forma de fajas, barras ó 
dibujos angulares transversalmente dispuestas. La cabeza es, 
por encima, del color del cuerpo ó provista con unas manchi- 
tas negras de forma irregular; por abajo del color del dorso 
ó con un velo negruzco ó azulado. En algunos ejemplares menos 
adultos, es el color del cuerpo un gris más ó menos claro con 


Tomo VIII. 14 


— 178 — 


manchas bien negras ó con una parte de los contornos de 
éstas, las que representan sobre los costados del cuerpo signos 
de interrogacion y sobre la region dorsal el número 3; esta 
variedad tiene sobre la cabeza, region vertebral y parte de ex- 
tremidades un color rojo vermellon, el cual, al perderse, deja 
un gris claro. Hay cincuenta y ocho á sesenta y tres escamas 
alrededor del cuerpo. La parte posterior de los muslos, con 
un grupo de escamas mayores. La extremidad posterior do- 
blada á lo largo del cuerpo alcanza, hasta el hombro en el 
macho y hasta el axila en la hembra. Hay ocho á diez poros 
anales en el macho. , 

Largo total, 196 mm.; cabeza, 1,75; ancho de la cabeza, 15; 
cuerpo sin cabeza, 64; cola, 115; extremidad anterior, 27; ex- 
tremidad posterior, 43 milímetros. 

Patria: territorio del Neuquen. 

¿sta especie dedico al señor Santiago Roth, encargado de 
la Seccion Paleontológica del Museo, el que ha sido afortunado 
de hallar varias lagartijas desconocidas, en los territorios del 
Chubut y Neuquen. Las tres otras lagartijas recogidas en el 
mismo territorio, me parecen ser una variedad de esta especie, 
la que consiste en que tiene dos hileras de escamas interorbi- 
tales, una ó dos hileras entre las labiales y la infraorbital, que 
las escamas dorsales son tan grandes como las ventrales y que 
el color del cuerpo se compone, por encima, de un oscuro ver- 
doso, que en los indivíduos jóvenes es un vivo verde amarillento 
en cuanto se puede inferir de las líneas que separan sobre el 
dorso las cuatro Séries longitudinales de manchas negruzcas 
con borde posterior bien negro, y que recuerdan los ojos de la 
cola del pavo real; los costados del cuerpo son de un color 
amarillo oliváceo, ó tambien de un vermellon ó rojo oliváceo, 
salpicado con unas escamas de verde claro; el color se cambia 
sobre los costados de la cola y parte de las extremidades en 
un hermoso azul de cobalto; por abajo, es la garganta y el pecho 
bien negro; lo demás de un uzulado más ó menos claro; tiene 
sesenta y cinco escamas alrededor del cuerpo. La parte posterior 
de los muslos, con un grupo de escamas mayores; las dimen- 
siones, igual á la especie típica. En los indivíduos muy viejos 
están las manchas dorsales algo descoloridas y forman fajas 
transversales negruzcas sobre un fondo verde oliváceo fusco. 


31. Liolaemus ornatus Koslowsky n. sp., lám. V. 


Narices sublaterales. Lscamas sobre la cabeza, pequeñas, 
convexas y rugosas; interparietal mucho más pequeña que las 


Rev. del Museo de La Plata. — 


Tomo VIII KOSLOWSKY: Enumeración sistemática — 


Liolaemus ornatus Kosl. n. sp. 


Lám 


TALLFRES DFL MUSFO 


a 


parietales; supraoculares con una série de tres á cinco esca- 
mas algo más grandes; temporales con quillas más ó menos 
bien pronunciadas; una sola hilera de escamas entre las labia- 
les y la infraorbital; borde anterior de la oreja con una, dos ó 
bres escamas prominentes; costados del cuello plegados y cu- 
biertos con escamas granulares. Hay un pliegue antehumeral. 
“scamas dorsales pequenas, romboidales, bien carinadas y con 
puntas obtusas; escamas laterales más pequeñas que las dor- 
sales; las ventrales tan grandes ó algo mayores que las dorsa- 
les, lisas y con márgen posterior redondeado. Las extremidades 
cubiertas por encima con escamas carinadas, iguales ú las dor- 
sales. Hay 58 á 65 escamas alrededor del cuerpo. La extremi- 
dad posterior doblada á lo largo del cuerpo llega, en el macho, 
hasta la mitad del espacio entre hombro y oreja, y hasta la 
ingle en la hembra. Cola, una vez y media tan larga que el 
cuerpo con cabeza, cubierta con escamas más grandes que las 
dorsales, de forma romboidal con quillas oblícuas bien pro- 
nunciadas con ó sin mucros. Parte posterior del muslo, pro- 
vista con un grupo de escamas más grandes y carinadas. Hay 
cinco á nueve poros anales en el macho. Por encima del cuerpo. 
de un color requemado oscuro con dos ó cuatro séries longi- 
tudinales de manchas angulares que están separadas por líneas 
bien amarillas ó ferrugíneas, de las cuales corre una por la 
region vertebral desde la nuca hasta la cola, y dos á cada lado 
del cuerpo, principiando la superior sobre la region supraciliar, 
perdiéndose sobre la cola: la inferior principia detrás del ojo, 
va por el borde superior de la oreja y concluye en la ingle; las 
manchas de cada série están separadas entre sí por cortas lí- 
neas amarillas que unen transversalmente las líneas longitudi- 
nales. Otros indivíduos poseen, por encima, un color requemado 
oscuro violáceo con manchas angulares blancas en forma de V 
transversalmente colocadas; la cabeza es del mismo color del 
cuerpo con manchas grandes amarillentas sobre el vértice, su- 
praoculares, hocico y costados de la cabeza; ó la cabeza está 
solamente salpicada de puntitas blancas; por abajo es el cuerpo 
de un color blanco ó amarillo con marmoracion negruzca sobre 
la garganta. Cola y extremidades variegadas con manchas blan- 
cas y requemadas, de forma angular ó redonda. 

Largo total, 177 mm.; cabeza, 16; ancho de la cabeza, 12: 
cuerpo sin cabeza, 51; cola, 110; extremidad anterior, 22; extre- 
midad posterior, 40 milímetros. 

Patria: cordilleras de la provincia de Jujuy. 


— 180 — 


32. Liolaemus signifer (D.B.) Gray, lúm. VI. 

Proctotretus signifer D.B., IV., p. 288, pl. XXXIX, fig. 2 (1837). —Plychodeira signifera 
Fitz. Syst. Rept., p.73(1843).—Eulaemus signifer Gir. Proc., etc. Philad. 1857, p. 108. 
—zLeiolaemus signifer Gray, Cat. Liz., p. 214 (1845). — Helocephalus nigriceps Ph. Reise 
Atacama, p. 167, pl. 6, fig. 1 (1860).—Liolaemus andinus Koslowsky, «Revista del Museo 
de La Plata», t. VI, p. 364, pl. MI (1895). 
lista especie es la que presenta más variaciones en cuanto 

se refiere á sus escamas, colores y dibujos, y es, por lo mismo, 
bien comprensible que los autores que la han descripto con 
diferentes nombres la hayan tomado cada vez por un animal 
bien diferente; en la lámina en la cual se demuestra la afini- 
dad de las diferentes variaciones de esta especie, se hallan 
tambien indivíduos que concuerdan en todo con los ejemplares 
típicos descriptos bajo diferentes nombres específicos y tambien 
genéricos; así figura 1 concuerda con el Proctotretus signifer D. B., 
figura 5 con el Liolaemus andinus Kosl, y figura 12 con el Heloce- 
phalus migriceps Ph. Las escamas en el ejemplar adulto son, sobre 
la cabeza, convexas y rugosas, mientras que en los jóvenes son 
llanas y lisas; las escamas dorsales son pequeñas, pero varían 
tambien en tamaño y forma; hay pequeñas granuliformes sin 
quillas distinguibles; otras en forma de laminitas con márgen 
posterior redondas, con ó sin quillas distinguibles; el número de 
escamas alrededor del cuerpo varía mucho segun edad y sexo, 
así que hay de 72á 108 en las diferentes variaciones. En cuanto 
al color y dibujo del cuerpo, me parece bien de clasificar esta es- 
pecie en variaciones, porque las diferencias que demuestran son 
tan notables que sin un material tan abundante como lo tengo á 
la vista, sería muy difícil de reconocer las opuestas variaciones 
como afinidad de la misma especie. Los ejemplares que repre- 
sentan los caractéres típicos del L. signifer (fig. 1) son de color 
eris con dibujo negro en forma de manchitas angulares sobre 
ambos lados de la region vertebral, mientras que los costados del 
cuerpo poseen una marmoración negra que, en ciertos ejempla- 
res, muestran un dibujo parecido á letras orientales como las 
árabes ó hebreas; estos dibujos van desapareciendo en el animal 
adulto, que á menudo no posee más que unos puntitos negros 
sobre el dorso que es unicolor; las extremidades son del mismo 
color que el dorso con manchitas negras y claras que á menudo 
están reducidas á puntitos negros que muy rara vez faltan del 
todo. Alrededor del cuerpo hay 76 á 90 Ó más escamas. 


Var. nigriceps Ph. L. VI. fig. 12? 


Esta variedad se caracteriza por sus pequeñas escamas dor- 
sales, en las cuales no se distinguen bien quillas y que alcan- 


Rev. del Museo de La Plata — Tomo VII! 


KOSLOWSKY: Enumeración sistemática — Lámina VI. 


TALLERES DEL MUSEO 


— 181 — 


zan de 86 áú 106 escamas alrededor del cuerpo. ll color del 
cuerpo es por encima, en los ejemplares masculinos, un ver- 
mellon sobre la region dorsal, que se vuelve en un gris claro, 
ó tambien verdoso cuando algun tiempo han estado en alcohol; 
los costados son negruzcos, salpicados de puntitos claros, 
verdosos ú grisáceos, ó con cortas fajas lransversales de color 
negro seguidas inmediatamente por barras blanquizcas (verme- 
llon) compuestas ú veces solamente por una série de manchi- 
tas del mismo color, ó toda la espalda presenta una marmo- 
racion de negro sobre un fondo claro verdoso, grisáceo óÓ 
requemado. La cabeza es completamente negra, negruzca re- 
quemada, con partes negras ó negruzcas; por abajo son blan- 
quizcas con garganta negra negruzca ó marmoración negra y 
con vientre negro ó negruzco. Además hay indivíduos de un 
solo color, verde oliváceo con vestigio de alguna marmoracioón 
algo más oscura ó unicolor, con la cabeza de un oliváceo algo 
más oscuro que el dorso; estos ejermplares son, por abajo, blan- 
cos ó verdosos de un solo color. 

Los ejemplares femeninos son de un color moreno, gris, ó 
requemado, con puntitas negras sobre el dorso arregladas en 
una série más ó menos regular ú cada lado de la region ver- 
tebral, Ó son unicolor por abajo, verdosas ó blanquizcas con 
marmoracioón sobre la garganta ó sin ella. 

Patria: provincia de Catamarca y Chile. 

Sobre el macho de esta variedad fundó el doctor Philippi 
su género Helocephalus, y yo el L. andinus sobre la hembra de 
esta misma variedad. 


Var. zonatus, lim. VI, fig. 3? 


Parecida en la forma de sus escamas al L. signifer, alcanza 
hasta ochenta y cinco escamas alrededor del cuerpo, las que 
sobre el dorso son granuliformes-con quillas poco distingui- 
bles. El color, por encima del cuerpo, es sobre la region verte- 
bral y los costados, una ancha faja negruzea grisácea con pun- 
titos negros; á cada lado de la faja vertebral corre una faja 
menos ancha de un gris blanquizco, la que puede estar inte- 
rrumpida y formar una série de triángulos blancos, los que 
con sus bases limitan la faja vertebral; la cabeza es negruzca 
ó del color del dorso; por abajo, de un gris ó blanco amari- 
llento con puntitos negros sobre el vientre y la garganta. 

Patria: provincia de Catamarca. 


— 182 — 


Var. multicolor, lim. VI, fig. 4?—Liolaemus multiformis Cope ? 

Con escamas muy rugosas y pequeñas sobre la cabeza; con 
escamas dorsales pequenas y con quillas bien visibles; alrede- 
dor del cuerpo hay 78 á 100 escamas; cola una vez y media 
tan larga que cabeza y cuerpo. Por encima es el cuerpo de un 
color gris ó amarillo, ó anaranjado con barras negras trans- 
versales de un solo color ó salpicados sus centros con puntitos 
azules ó se hallan cuatro séries longitudinales de manchas ne- 
gras angulares sobre el dorso, las que, por su confluencia, 
forman las barras transversales. Por abajo blanco ó amarillo, 
de un solo color ó con marmoración negra sobre garganta y 
vientre. Las extremidades poseen siempre el dibujo del dorso 
del respectivo indivíduo. 

Patria: provincia de Jujuy. 

De esta variedad tengo á la vista un abundante material, 
aunque no en buen estado; pero ningun ejemplar alcanza las 
medidas indicadas para el Liolaemus multiformis Cope, en el «Ca- 
talogue of Lizards» Il, British Museum, por el Dr. Boulenger. 


Var. montanus líúm. VI, fig. 6? 


Parecida al sagriceps en cuanto se refiere á las escamas 
sobre la cabeza, pero se diferencia bien en las escamas dor- 
sales que poseen quillas bien pronunciadas y que son de forma 
romboidal con puntas obtusas é imbricadas. Hay setenta y dos 
escamas alrededor del cuerpo. El color es, por encima, com- 
pletamente negro, con unos puntitos blancos sobre las extre- 
midades y los costados del cuerpo, ó una mezcla de manchas 
negras y blancas, con cabeza negra ó negruzca; por abajo, con 
garganta y vientre negro, ó de un negruzco azulado con gar- 
ganta marmorada de negro. Hay de cinco á siete poros anales 
en el macho. 

Patria: provincia de Catamarca. 


33. Liolaemus anomalus IKoslowsky. — «Revista del Museo de La Plata», 
AB 1d 2 Meg le 


Habita la provincia de la Rioja y parece ser una especie 
muy rara. 


34. Liolaemus multimaculatus (1). B.) Fitz. 


Habita el litoral de la provincia de Buenos Aires desde Bahía 
Blanca hasta Mar del Plata, donde se halla en los médanos 
de la costa. La indicacion de la existencia de esta especie en 
la república de Chile necesita confirmacion. 


— 183 — 


Gen. SACCODEIRA Gir. 


Este género está confinando á la parte sud de Sud América 
siendo la república del Perú la parte más septentrional donde 
se ha observado hasta ahora. 


35. Saccodeira pectinata (1). B.) Blor. 

Vive en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Mendoza 
y república de Chile. In la provincia de Buenos Aires he en- 
contrado esta hermosa lagartija en Mar del Plata y Necochea. 
56. Saccodeira azurea (Miller) Bler. 

Esta especie vive en el territorio de Misiones, república del 
Uruguav y la parte sud del Brasil. 


Gen. TROPIDURUS Wied 
Todas las especies de este género habitan Sud América. 
37. Tropidurus spinulosus (Cope) Boetta. 
Vive en las provincias de Entre Rios, Corrientes, Córdoba, 


La Rioja, Catamarca, Santa Fé y república del Paraguay. No 
he observado variaciones en esta especie. 


38. Tropidurus torquatus Wied 


Esta lagartija vive en la provincia de Salta y en las repú- 
blicas de Bolivia, Brasil y las Guayanas. 


39. Tropidurus hispidus (Spix) Peters 


Esta especie vive en la provincia de Corrientes, en Misiones 
y además en el Brasil y Venezuela. 


Gen. PHYMATURUS Grav. 


El género Phymaturus se halla en las Cordilleras de los 
Andes, en cuanto pertenecen á la República Argentina y á la 
de Chile, y además en Patagonia, hasta el territorio del Chubut. 


40. Phymaturus palluma (Moll.) Grav. 

Esta lagartija habita las provincias de Catamarca, La Rioja, 
San Juan, Mendoza; Neuquen y Chubut: en los dos últimos 
territorios se halla tambien en las barrancas que lindan con 
los valles y cañadones de los llanos, mientras que en las otras 
provincias vive en las sierras altas. En el territorio del Chu- 
but fué, por primera vez, hallada por el señor S. Roth, que 
realizó un viaje de exploracion en el último verano por aque- 
llas comarcas. 


— AR 


,, 


11. Phymaturus patagonicus Koslowsky n. sp., lám. VII. 

Cabeza pequeña y algo más larga que ancha; hocico corto 
y convexo. Hay una ó dos hileras de escamas entre las labiales 
y las infraorbitales. Kscamas sobre la cabeza, pequeñas, lisas, 
llanas y del mismo tamaño, las supraorbitales son muy peque- 
ñas; las temporales son subconicales, poseyendo el mayor des- 
arrollo sobre el borde anterior de la oreja. El témpano es bien 
visible por la gran abertura de la oreja. Los lados del cuello 
están fuertemente plegados; por la garganta pasa un pliegue 
y además hay otro antehumeral muy fuerte. Cuerpo deprimido 
y cubierto con escamas muy pequeñas, granulosas, lisas y algo 
más grandes sobre la region vertebral; las escamas ventrales 
más grandes, cuadrangulares, lisas y arregladas en séries trans- 
versales. Piernas moderadamente cortas; las extremidades poste- 
riores alcanzan casi los hombros; dedos cortos, pero no gruesos. 
IZl macho posee una série de ocho á nueve poros anales. Cola 
una vez y un tercio tan larga que el cuerpo con cabeza, de forma 
cilíndrica y provista con escamas que poseen quillas mucronu- 
ladas y las que están arregladas en verticillos ó anillos; los ani- 
llos son desiguales en tamaño y alternan de tal manera, que 
detrás de cada anillo más grande siguen dos ó tres compuestos 
de escamas más pequeñas, las que son tambien de un color más 
oscuro. Ll color, por encima del cuerpo, es un gris ceniciento ó 
requemado, salpicado con manchitas ó puntitas blancas que pro- 
vienen siempre, en unos indivíduos, de tres ó cinco escamas de 
color blanco y en otros ejemplares, por siempre, una sola escama 
blanca; sobre la cola alternan anillos negruzcos con anillos del 
color del cuerpo; por abajo hay un solo color gris claro con 
unos puntitos ó tiznes negros sobre la garganta y el pecho. 

Largo total, 220 mm.; cuerpo con cabeza, 92; cola, 128; pierna 
anterior. 35; pierna posterior, 53 milímetros. 

Patria: territorio del Chubut (Patagonia). 

¿sta interesante especie ha sido coleccionada en las barran- 
cas rocosas del valle del rio Chubut por el personal de este 
Museo, el que en este año exploró aquel territorio bajo la di- 
reccion del senor Santiago Roth. La nueva especie se diferencia 
de la conocida hasta ahora Phymaturus palluma. por su cabeza 
menos ancha, su cuerpo menos robusto, su cola más larga y 
delgada cuyas escamas no poseen este extraordinario desarrollo 
del mucro, lo que, á primera vista, da un aspecto muy diferente 
á esta especie. En lo demás no encuentro diferencia alguna; 
los dientes son todos tricúspidos y las escamas infradigitales 
de igual modo carinadas que en el Ph. palluma. 


A 


KOSLOWSKY : Enumeración sistemática — Lámina VII. 


Tomo VII 


Rev. del Museo de La Plata 


TALLERES DEL MUSEO 


Phymaturus patagonicus Kosl. n. sp. 


— 185 — 


Fam. ANGUIDAE 
Gen. OPHIODES Wagol. 
Habita Sud América. 
42. Ophiodes striatus (Spix) Wapl. 

Esta especie, bastante comun, vive en las provincias de Bue- 
nos Aires, Entre Rios, Santa Fé, Corrientes, San Luis, Córdoba 
y Santiago del Estero; Misiones, Gran Chaco; Brasil y Guavanas. 
43. Ophiodes vertebralis Bocourt 

En la República Argentina, esta especie se ha hallado sola- 
mente en la provincia de Entre Rios, pero seguramente vive 
tambien en la provincia de Corrientes y territorio de Misiones; 
de otros países se la conoce en el Uruguay y el Brasil. 

Fam. TENDAE 
Gen. TUPINAMBIS Daud. 
Habita las regiones de las especies enumeradas. 
4%. Tupinambis rufescens (Gthr.) Blor. 
Esta ¡Iguana vive en las provincias de San Luis, Córdoba, 
8 | 
Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca. 
45. Tupinambis teguixin (L.) Blor. 

Esta especie de iguana es la más comun en la República 
Argentina y vive en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, 
Corrientes, Santa Fé; Misiones, Gran Chaco; además en las 
Indias occidentales, Guayanas y Brasil. 

Gen. AMEIVA Cuv. 
El género Ameiva habita la region tropical y subtropical en 
ko) (o) y 
Sud América. 
46. Ameiva ameiva (L.) Koslowsky 

Vive en Salta, Tucuman, Catamarca, Córdoba, Santiago del 
Estero, Corrientes, Santa Fé, Entre Rios; Gran Chaco, Misiones y 
toda Sud América al norte de la Argentina, hasta Nicaragua. 


Gen. CNEMIDOPHORUS Wagl. 
Especies de este género habitan ambas Américas. 
7. Cnemidophorus ocellifer (Spix) Peters 


Hallé un ejemplar de lagartija entre las coleccionadas por 
el señor Cárlos Bruch, en Catamarca, la que concuerda bien 


— 186 — 


con la descripcion de esta especie en el «Catalogue of the Li- 
zards» del doctor G. A. Boulenger. La patria de este animalito es 
el Brasil y en nuestra República se ha hallado por primera vez. 
45. Cnemidophorus lacertoides D. B. 

De esta especie, cuya existencia en la República Argentina 
se ignoraba hasta ahora, he coleccionado varios ejemplares en 
la Sierra de la Ventana, cerca de Bahía Blanca; seguramente 
se halla esta lagartija tambien en las otras sierras de la pro- 
vincia de Buenos Aires é igualmente no faltará en la provincia 
de Entre Rios. Hasta ahora se la conocía en la república del 
Uruguay y del Brasil. 

4. Cnemidophorus longicauda (Bell) Bocourt 

El Ch. multilineatus Philippi, es sinónimo del Ch. longicauda. 
Tengo un abundante material de esta especie, procedente de la 
provincia de Catamarca, el que concuerda bien con la descrip- 
cion del On. longicauda. El On. multilineatus Ph. ha sido creado 
sobre una variedad poco comun, que consiste en tener diez 
líneas longitudinales blancas por division de la línea vertebral; 
todos los ejemplares, con excepcion de uno solo, poseen nueve 
líneas blancas sobre el cuerpo; el color, entre las tres últimas 
líneas blancas, es un rojo oscuro ó negruzco; las patas poste- 
riores. por abajo de la cola, un vermellon claro. Los poros 
femorales varían de 11 á 17, siendo su número general de 13 
á 15. Provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, 
y territorio Neuquen, y en la provincia de Buenos Aires cerca 
de Bahía Blanca, en las Sierras de la Ventana y Pillahuincó. 


Gen. TEIUS Merrem 


50. Teius teyou (Daud.) Fitz. 

El tevú es una de las lagartijas más comunes de la Repú- 
blica Argentina y se ha observado en las provincias de Bue- 
nos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, 
Catamarca, Salta, Tucuman, Santiago del Estero, Córdoba, 
Intre Rios, Corrientes: Gran Chaco, Misiones; repúblicas Uru- 
guay, Paraguay, Brasil. 


Gen. PENTODACTYLUS 1). B. 


91. Pentodactylus Schreibersi (Wiesm.) Bler. 

Esta especie es Ja única hasta ahora conocida del género y 
abunda en los alrededores de La Plata, en la provincia de Bue- 
nos Aires; tambien vive en la provincia de Entre Rios y en las 
repúblicas del Uruguay y Brasil. 


187 E 


Fam. AMPHISBAENIDAE 
Gen. AMPHISBAENA L. 


52. Amphisbaena Darwini |). b. 

Esta lagartija lumbricoide, vulgarmente llamada lombriz, se 
halla en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, Santa Fé, 
Corrientes, San Luis, Gran Chaco, Misiones y repúblicas del 
Uruguay, Paraguay y Brasil. 

39. Amphisbaena plumbea Gray 

Esta especie vive en las provincias de Mendoza, San Juan 
y Catamarca. Dos ejemplares jóvenes de la coleccion reunida 
en Catamarca por el señor Cárlos Bruch, vienen bien con la 
descripcion dada en «Catalogue of the Lizards» del doctor G. A. 
Boulenger, con excepcion del número de los anillos sobre el 
cuerpo, el que es de 220 y 211, siendo el de los caudales 17 y 
18; un ejemplar procedente de Salta posee 180 anillos sobre el 
cuerpo y 16 sobre la cola y cada anillo, en el medio del cuerpo, 
posee 50 segmentos ó escamas, 24 arriba y 26 abajo de las 
líneas laterales: en lo demás viene bien con la descripcion 
mencionada de la 4. plumbea; el largo del cuerpo, hasta el ano, 
es de 278 mm.; cola, 20; diámetro del cuerpo, 16 milímetros. 
54. Amphisbaena angustifrons Cope 

Esta especie ha sido descripta como procedente de la provin- 
cia de Buenos Aires. Hasta el presente no he visto esta especie. 


Gen. ANOPS Bell 


Del género Anops se conocen especies del Africa occidental 
y de la parte sud de Sud América, al este de los Andes. 
53. Anops Kingi Bell 

La distribucion geográfica de esta especie es bastante vasta 
en la República Argentina y se halla en las provincias de Bue- 
nos Aires, Santa Fé, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, 
Catamarca, Salta, Tucuman, Entre Rios, Corrientes; Gran Chaco. 
Misiones y repúblicas del Uruguay y Brasil. 


Gen. LEPIDOSTERNON Wagl. 


El género se conoce hasta ahora solamente en Sud América. 


56. Lepidosternon phocaena 1). B. 
La especie vive en Corrientes, Entre Rios y Gran Chaco, y 
es la más comun en esta república. 


— 188 — 


57. Lepidosternon Boettgeri Blgr. 

Ha sido descripta como procedente de la provincia de Cor- 
rientes; no he visto hasta ahora ningun ejemplar de esta inte- 
resante especie. 


Fam. SCINCIDAE 
Gén. MABUIA Titz. 


Habita Africa, Madagascar, Asia meridional, Indias occi- 
dentales, América central y Sud América. 
58. Mabuia dorsivittata Cope 

Vive en Entre Rios, Corrientes, Misiones y República del 
Uruguay y sudeste del Brasil. 
59. Mabuia frenata (Cope) Bocourt 

Especie comun en las provincias de Santa Fé, Santiago del 
Estero, Córdoba, Catamarca, Salta, Tucuman, Corrientes, Entre 
Rios; Gran Chaco, Formosa, Misiones; el Paraguay y Brasil. 

En los ejemplares que proceden de Salta, las escamas parie- 
tales no están en contacto detrás la interparietal. 


Ord. OPHIDIA 


Fam. TYPHLOPIDAE 
Gen. HELMINTHOPHIS Ptrs. 


El género vive en la América tropical y en la region sub- 
tropical de Sud América. 

60. Helminthophis Ternetzi Blor. 

En la coleccion de este Museo hay dos ejemplares de esta 
especie que proceden del territorio de Misiones y los que con- 
cuerdan en todo con la descripcion típica; parece que el color 
del animalito varía algo, pues uno de los ejemplares mencio- 
nados es de un olivo negruzco y el otro de un moreno claro; 
ambos tienen la cabeza y la region anal de un blanco amari- 
llento. El ejemplar típico ha sido coleccionado en el Paraguay 
por el doctor Cárlos Ternetz. 

Gen. TYPHLOPS s5Schn. 

Se halla en la parte meridional de Kuropa y Asia, Africa, 
Australia y en la region subtropical y tropical de Sud América. 
61. Typhlops reticulatus (L.) D. B. 

Vive en Corrientes, Misiones, Gran Chaco, Santa Fé, Entre 
Rios y toda América tropical. 


— 189 — 


Fam. GLAUCONIIDAE 
Gen. GLAUCONIA Gray 

Africa, Asia meridional-occidental y América 
62. Glauconia albifrons (Wagl.) Blor. 

La especie vive en las provincias de Buenos Aires, Santa 
Fé, San Luis, Córdoba, Catamarca, Salta, Tucuman, Santiago 
del Estero, Entre Rios, Corrientes; Gran Chaco y Misiones: en 
toda la América tropical de las pequenas Antillas hasta el Perú. 
En la provincia de Buenos Aires, son las sierras del Tandil el 
lugar más al sud donde ha sido coleccionada esta especie. 


Fam. BOIDAE 
Subfam. BOINAE 
Gen. EPICRATES Wagl. 


Habita la América tropical y la region subtropical de Sud 
América. 

63. Epicrates cenchris (L.) D. B. 

Esta especie se ha coleccionado en la República Argentina 
en las provincias de Salta, Tucuman y en el Gran Chaco. Hasta 
ahora se conocía esta boa en la América tropical, desde Costa 
Rica hasta Perú y el Brasil septentrional. 


Gen. EUNECTES Wagel. 


Habita Sud América, al este de los Andes, desde las Guaya- 
nas hasta la República Argentina. 


64. Eunectes murinus (L.) Gray 

Tiene la distribucion geográfica del género y se halla en la 
República Argentina en las provincias de Corrientes, Entre 
Rios, Santa Fé y en los territorios de Misiones y Gran Chaco. 


Gen. BOA 


Habita la América tropical y subtropical y la isla de Mada- 
gascar. 

65. Boa constrictor L. 

Esta especie de boa, vulgarmente llamada «Lampalagua», 
vive en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé y en 
los territorios de Misiones y Gran Chaco; además toda Sud 
América hasta Venezuela. Varias veces ha sido cazada en la 
provincia de Buenos Aires. 


— 190 — 


66. Boa occidentalis Pl. 
Este lampalagua es peculiar á la República Argentina y vive 
en las provincias de Mendoza, San Juan, Córdoba y San Luis. 


Fam. COLUBRIDAE 
Série A. Aglypha 
Subfam. COLUBRINAL 
Gen. HELICOPS Wagl. 
Asia meridional-oriental, Africa tropical, Florida, Méjico y 
Sud América. 
67. Helicops carinicauda (Wied) Wagl. 
Provincia de Corrientes; territorios de Misiones y Gran Chaco, 
república del Paraguay y Brasil. 
Esta culebra se halla principalmente entre plantas acuáticas 
en los rios y las lagunas de los puntos mencionados; no sería 
estraño de encontrarla en la provincia de Buenos Aires, á lo 


largo del rio Paraná ó del Plata, donde tantas otras especies 
llegan con los camalotes. 


68. Helicops leopardinus (Schleg.) Jan 
Es más comun que la especie anterior y habita las mismas 
comarcas; al norte de la República Argentina se halla hasta 
las Guayanas. 
Gen. DRYMOBIUS Cope 


Habita América, desde Texas hasta Perú, y la region sep- 
tentrional de la República Argentina. 


69. Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr. 
Es bastante comun en las provincias de Corrientes y Salta; 
Misiones, Gran Chaco y repúblicas del Paraguay y Brasil. 
Gen. SPILOTES Wagl. 
El género es peculiar á la América del Sud. 
70. Spilotes pullatus (L.) Wagl. 

Esta especie vive en las provincias de Salta y Gran Chaco; 
además se halla al norte en toda Sud América, al este de los 
Andes. 

Gen. HERPETODRYAS Wagl. 


Habita Central y Sud América. 


— 191 — 


71. Herpetodryas sexcarinatus (Wagl.) Blor. 

Vive en el territorio de Misiones y en las repúblicas del 
Paraguay, Brasil y Venezuela. 

72. Herpetodryas carinatus (L.) Schleg. 

Esta especie es más abundante que la que precede y vive 
en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé; Gran 
Chaco, Misiones y al norte de toda Central y Sud América, al 
este de los Andes. Un ejemplar ha sido cazado en las cercanías 
de La Plata, paraje llamado Los Talas. 


Gen. LEPTOPHIS Bell 
Hahita Central y Sud América. 
73. Leptophis liocercus (Wied) D. B. 
Vive en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé, 
Salta; Misiones, Gran Chaco y al norte de toda Sud América, 
al este de los Andes. 


Gen. LIOPHIS Wagl. 

Habita las Indias occidentales, la region meridional-oriental 
de Norte América, Central y Sud América. 
74. Liophis poecilogyrus (Wied) Jan 

Provincia de Buenos Alres, Santa Fé, Entre Rios, Corrientes; 
Gran Chaco, Misiones; Uruguay, Brasil y Paraguay. 
75. Liophis almadensis (Wagl.) Cope 

Esta especie ha sido hallada cerca de La Plata, en la provin- 
cia de Buenos Aires; es bastante comun en Misiones, Corrien- 
tes, Entre Rios, Santa Fé, Gran Chaco; en el Brasil y Paraguay. 
76. Liophis viridis Gthr. 

Vive en las provincias de Salta, Tucuman; Gran Chaco y 
en las repúblicas del Paraguay, Brasil y Bolivia. 
77. Liophis typhlus (L.) Jan 

Misiones, Corrientes, Gran Chaco, y al norte de toda Sud 
América, al este de los Andes. 


Gen. CYCLAGRAS Cope 
Sud América, al este de los Andes. 
78. Cyclagras gigas (D. B.) Cope 
Esta gran culebra vive en el Gran Chaco, Misiones, Cor- 


rientes y al norte de toda Sud América, principalmente en el 
Brasil y Bolivia. 


— 192 — 


Gen. XENODON Boie 
América tropical y neotropical. 
79. Xenodon Neuwiedi (Gthr. 

Misiones y Corrientes y la region sud del Brasil. 
SU. Xenodon Merremi (Wagl.) Blar. 

Esta especie comun vive en Salta, Gran Chaco, Santa Fé, 
Tucuman, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Entre 
Rios y en las Guayanas, Brasil y Paraguay. 

Gen. LYSTROPHIS Cope 

Habita la parte sud de Sud América. 
S1. Lystrophis D'Orbignyi (D. B.) Cope 

Vive en las provincias de Buenos Aires, hasta Bahía Blanca, 
Santa Fé, San Luis, Corrientes, Entre Rios; Gran Chaco, Misio- 
nes; en el Uruguay, Paraguay y al sud del Brasil y Chile. 
S2. Lystrophis histricus (Jan) Blar. 

Esta especie, algo rara, vive en Misiones, Corrientes, Gran 
Chaco, Paraguay y el Brasil. 

83. Lystrophis semicinctus (1). B.) Bler. 

Buenos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, San Juan, La 
Rioja, Catamarca, Salta, Gran Chaco, Jujuy, Neuquen, Pampa 
Central, Córdoba, Entre Rios, repúblicas Uruguay y Bolivia. 


Gen. APOROPHIS Cope 
S4. Aporophis lineatus (L.) Cope 
Gran Chaco, Corrientes, Misiones, Paraguay, Brasil, Guayanas. 
S5. Aporophis flavifrenatus Cope 
Gran Chaco, Corrientes, Misiones y la region sud del Brasil. 
Gen. RHADINAEA Cope 
Sud América y América Central. Este género es el que po- 
see el mayor número de especies en la República Argentina. 


S6. Rhadinaea anomala (Gthr.) Blger. 

Vive en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, Santa 
Fé y repúblicas del Uruguay, Brasil (la region sud), y Paraguay? 
87. Rhadinaea elegantissima Koslowski 

Esta hermosa especie vive en la Sierra de la Ventana y 
Currumalal en la provincia de Buenos Aires. 


— 193 — 


88. Rhadinaea sagittifera (Jan) Blor. 

Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquen, Pampa 
Central, Rio Negro, Chubut, Tucuman. 

80. Radinaea fusca (Cope) Blor. 

Entre Rios, Corrientes, Buenos Aires: no escasea cerca de La 
Plata; repúblicas Paraguay, Brasil, Uruguay. 

90. Rhadinaea Merremi (Wied) Blor. 

Misiones, Corrientes; Brasil. 

91. Rhadinaea Jaegeri (Gthr.) Blor. 

Esta especie rara, vive en las provincias de Corrientes y 
Intre Rios y en Misiones: en el sud del Brasil y el Uruguay. 
02. Radinaea genimaculata (Boetto.) Blor. 

Provincia de Corrientes; Misiones, Gran Chaco; repúblicas 
Paraguay, Brasil, Bolivia. 

05. Rhadinaea obtusa Cope 

Gran Chaco, Salta, Tucuman, Corrientes, Misiones, Entre 
Rios; Uruguay y sud del Brasil. 

9%. Rhadinaea modesta Koslowsky 

Provincias Salta y Tucuman. En el gabinete de Historia 
Natural de la Universidad de Buenos Aires hay dos ejemplares 
de esta especie, procedentes de la provincia de Tucuman, de 
los cuales uno posee signos sobre el dorso en forma de X, los 
que están arreglados en cuatro hileras longitudinales: el color 
del cuerpo, cuando la culebra ha perdido la camisa, es un gris 
ceniciento. 

05. Rhadinaea poecilopogon Cope 

Vive en el territorio de Misiones y en el Paraguay, Uru- 
guay y la region sud del Brasil. 
96. Rhadinaea occipitalis (Jan) Blor. 

Provincia Corrientes; Gran “Chaco, Misiones y repúblicas 
de Bolivia, Brasil, Paraguay y el Perú oriental, 

Gen. DIMADES Gray 
Sud América. 
97. Dimades plicatilis (L.) Gruy 

Vive en el Gran Chaco, Corrientes y Misiones: en el Gabinete 

de Historia Natural de la Universidad de Buenos Aires, se halla 


un ejemplar encontrado cerca de Buenos Aires: además se 
halla al norte en toda Sud América, al este de los Andes. 


Tomo VIII. 159 


194 — 


Série B. Opistoglypha 
Subfam. DIPSADOMORPHINAE 
Gen. OXYRHOPUS Wagol. 
América Central y Sud América. 
098. Oxyrhopus rhombifer 1». B. 

Esta especie tiene una distribucion geográfica muy vásta en 
la República Argentina; se halla en todas las provincias con 
excepcion de los territorios del Chubut, Santa Cruz y Tierra 
del Fuego. De la Pampa Central y la Gobernacion del Rio Ne- 
oro, tiene este Museo ejemplares coleccionados por el señor 
Santiago Roth en la expedicion del Museo de 1895-96 por aque- 
llas comarcas; además vive la region sud del Brasil, Paraguay. 
Uruguay y Bolivia. 

99. Oxyrhopus petolarius (L.) 1). B. 

Provincia de Salta y en el Gran Chaco; además al norte 
de Sud América, América Central y Méjico. 
100. Oxyrhopus trigeminus 1). B. 

¿sta especie no es rara en Corrientes, en Misiones y en el 
Gran Chaco; además en todo el Brasil y las Guayanas. 

101. Oxyrhopus labialis Jan 

Esta especie es peculiar á la República Argentina y vive en 
las provincias de Salta, Tucuman, Córdoba y en el Gran Chaco. 
102. Oxyrhopus cloelia (Daud.) Gthr. 

Corrientes, Misiones y el Gran Chaco: al norte de todo Sud 
América, América Central, Méjico y las Antillas menores. 

103. Oxyrhopus occipitoluteus 1). B. 

Vive en el Gran Chaco y el Paraguay. 
104. Oxyrhopus rusticus Cope 

Especie comun en los alrededores de La Plata. Un ejemplar 
muy grande ha sido coleccionado por el señor R. Hauthal en 
Olavarría, provincia de Buenos Aires; además vive en la region 
sud del Brasil y en la república del Uruguay. 

105. Oxyrhopus maculatus Blur. 
Intre Rios y Corrientes, y en la república del Uruguay. 


Gen. RHINOSTOMA Fitz. 


Toda Sud América hasta el norte de la República Argentina. 


E 


106. Rhinostoma vittatum Blor. 

Esta especie vive en la provincia de Salta; hasta ahora no 
se ha observado en la provincia de Buenos Aires y la designu- 
cion de esta provincia como patria del animal en el «Catalogue 
of' the Snakes» Brit. Mus. t. II, pág. 115, debe ser una equivo- 
cación. El ejemplar procedente de Salta posee 207 escamas ven- 
trales y 49 subcaudales: la punta de la cola es esférica y reves- 
tida por dos escamas de las cuales, la dorsal abraza la inferior. 


Gen. THAMNODYNASTES Waol. 


Habita Sud América, al este de los Andes. 


107. Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. 

No es rara en las provincias de Corrientes, lóntre Rios, 
Santa Fé; en Misiones y en el Gran Chaco; igualmente se halla 
á lo largo del rio Paraná y de la Plata, en la provincia de 
Buenos Alres; además, al norte de toda Sud América, al este de 
los Andes. 

Gen. TACHYMENIS Wieen.. 

Habita Bolivia, Perú, Chile y la Argentina occidental. 
108. Tachymenis peruviana (Wieom.) Blor. 

lista especie vive en la Pampa Central, Neuquen y la pro- 
vincia de Jujuy: repúblicas del Perú, Bolivia y Chile. Los ejem- 
plares procedentes de Jujuy tienen sobre la region vertebral del 
dorso, una hilera de manchas blancas que poseen el dibujo 
característico de la flor de lis: á cada lado de la hilera verte- 
bral hay una hilera de manchas redondas que alternan con las 
de enfrente, y sobre los dos costados del cuerpo corre una faja 
oscura algo borrada; en todos estos ejemplares tocan la cuarta 
y quinta escama labial al ojo, mientras que en los procedentes 
del Neuquen tocan la tercera y cuarta escama al ojo. 


Gen. PSEUDOTOMODON loslowsky 


Provincia de Mendoza: Neuquen y Chubut. 


109. Pseudotomodon mendozinus hoslowsky 
Esta interesante especie vive en el sud de la provincia de 
Mendoza, en el Neuquen y en el Chubut; seguramente tambien 
en el territorio del Rio Negro. 
Gen. TOMODON 1)». b. 


Habita la parte oriental de Sud América. 


— 196 — 


110. Tomodon ocellatus l>. B. 

Esta especie vive en la provincia de Buenos Aires y Entre 
Rios; además al sud del Brasil y Uruguay. La existencia de 
esta especie en el Paraguay, necesita todavía confirmacion. 


Gen. PSEUDABLABES Blur. 
Brasil, Uruguay y Argentina. 
111. Pseudablabes Agassizi (Jan) Blor. 
Esta especie vive en Entre Rios y en la Pampa Central, de 
donde la coleccionó el señor S. Roth en 1895-96; además, se 
halla en la region sud del Brasil y en Uruguay. 


Gen. PHILODRYAS Wagl. 

Habita Sud América. 

112. Philodryas aestivus (Schleg.) Gthr. 

Vive en las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre 
Rios, Santa Fé; Gran Chaco y Misiones; además, en la region 
sud del Brasil, Paraguay y Uruguay. 

113. Philodryas Olfersi (Licht.) Gthr. 

Corrientes, Entre Rios; Misiones, Gran Chaco; repúblicas del 
Uruguay, Brasil, Paraguay y la region oriental del Perú. 

114. Philodryas Schotti (Schleg.) Gthr. 

Vive en Corrientes, Iíntre Rios, Santa Fé, Buenos Alres, San 
Luis; Misiones, Gran Chaco, Pampa Central, Rio Negro, Neu- 
quen, Chubut y repúblicas del Uruguay, Paraguay y Brasil. 
115. Philodryas psammophideus Gth:. 

Provincias Catamarca, La Rioja, Salta, Córdoba, Santiago 
del Estero, Tucuman; repúblicas Uruguay y Brasil. 

116. Philodryas Burmeisteri Jan 

“sta especie vive en Catamarca, La Rioja, San Juan, San 
Luis, Mendoza; Pampa Central, Rio Negro, Chubut y Neuquen. 
117. Philodryas Baroni Berg 

Esta interesante especie vive en la provincia de Tucuman 
y en el Gran Chaco. 


Gen. HOMALOCRANIUM |)». B. 


Region meridional de Norte América, América Central y 
Sud América. 


DA A A 


— 197 — 


118. Homalocranium melanocephalum (L.) D. B. 

Provincia de Corrientes; Misiones, Gran Chaco y al norte 

de todo Sud y América Central. 
Gen. ELAPOMOIUS Jan 

Habita el Brasil, Paraguay y la República Argentina. 
119. Elapomoius dimidiatus (Jan) Blor. 

sta especie posee en vida un color rojo ó vermellon sobre 
el dorso, color que pierde cuando está conservada en alcohol. 
Vive en Corrientes, Misiones, Paraguay y Brasil. 

Gen. ELAPOMORPHUS l). Bb. 

Habita Sud América, al este de los Andes. 
120. Elapomorphus tricolor 1). B. 

Provincia de Corrientes; Misiones y Gran Chaco: repúbli- 
cas Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. 
121. Elapomorphus lemniscatus 1). B. 

Provincias Buenos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, 
Entre Rios, Corrientes; Pampa Central, Gran Chaco, Misiones; 
repúblicas Paraguay, Brasil y Uruguay. 

122. Elapomorphus bilineatus 1). B. 
sta especie vive en la provincia de Corrientes. 


Série €. Proteroglypha 
Subfam. ELAPINAE 
Gen. ELAPS s5echneid. 
Habita América. 
125. Elaps corallinus Vied 
Provincia de Corrientes; Misiones v al norte de todo Sud 
América tropical y las Indias occidentales. 
124. Elaps frontalis 1). B. 
Provincia de Corrientes; Misiones y Gran Chaco: repúblicas 
Uruguay, Paraguay y la region sud del Brasil. 
125. Elaps Marcgravi Wied. 
sta especie tiene una distribucion geográfica muy vasta y 
vive en lodas las provincias de la República Argentina. con 
excepcion de la Patagonia. De la Pampa Central y del Rio 
Negro, posee el Museo ejemplares coleccionados por el señor 
Santiago Roth. Al norte se halla esta vívora de coral, distri- 
buida por toda Sud América tropical. 


— 198 — 


Fam. AMBLYCEPHALIDAE 
Gen. LEPTOGNATHUS ll). 1. 
Habita Sud América y Centro América. 
126. Leptognathus ventrimaculata Blur. 
Vive en Misiones, en el Paraguay y en la region sud del 
Brasil. 
127. Leptognathus turgida Copo 


Provincias de Salta, Tucuman y Corrientes; en Misiones, 
Gran Chaco y repúblicas del Paraguay, Bolivia y Brasil. 


Fam. VIPERIDAL 
Subfam. CROTALINAE 
Gen. LACHESIS Dani. 


Habita el Asia meridional oriental, Centro América y Sud 
América. 

128. Lahesis alternatus (1). B.) Bler. 

La «Víbora de la Cruz» vive en las provincias de Buenos 
Aires, Santa Fé, Entre Rios, Corrientes, Córdoba y San Luis; 
en la Pampa Central, Gran Chaco, Misiones, Rio Negro; repú- 
blicas del Paraguay, Uruguay y la region sud del Brasil. 


120. Lachesis Neuwiedi ( Wagl.) Bler. 

Provincias de Salta, Jujuv, Catamarca, Tucuman, Córdoba, 
Santiago del Estero y Corrientes; Gran Chaco, Misiones; repú- 
blicas del Paraguay, Bolivia y el Brasil. 


150. Lachesis ammodytoides (Leyb.) Blor. 

Provincias de Buenos Aires (al norte hasta La Plata). San 
Luis, Córdoba, Mendoza, La Rieja, San Juan, Catamarca y 
Jujuy; Chubut, Rio Negro, Neuquen y Pampa Central. 


Gen. CROTALUS 1. 


Norte América desde el Canadá hasta la República Argen- 
tina, en Sud América. 


131. Crotalus terrificus (Laur.) Cope 

Provincias de Corrientes, Entre Rios, Santiago del Estero, 
Córdoba, Catamarca, La Rioja y Santa Fé; Misiones y Gran 
Chaco; y al norte de la República Argentina, todo Sud América 
hasta Arizona; Nuevo Méjico y Texas en Norte América. 


OO 


Ord. EMYDOSAURIA 
Fam. CROCODILIDAE 
Gen. CAIMAN 5pix 

Habita América Central y Sud América. 
132. Caiman latirostris (Daud.) Blor. 

El «yacaré» Ó cailman, vive en los rios Paraná, Paraguay y 
Uruguay. en las lagunas de las provincias de Corrientes, Santa 
Fé y Entre Rios; en las de Misiones y Gran Chaco y en toda 
Sud América desde el rio Amazonas hasta la República Argen- 
tina, siendo su límite extremo al sud, el Rio de la Plata. 

133. Caiman sclerops (Schneid.) Blgr. 

¿sta especie tiene mayor distribucion geográfica que la es- 
pecie anterior. Se halla en las mismas provincias de la Repú- 
blica Argentina y habita todo Sud y Centro América hasta el 
istmo de Tehuantepec. En los rios Paraná y Paraguay con sus 
afluentes, es, este yacaré, mucho más comun que €. latirostris. 


Ord. CHELONIA 
Subord. |. ATHECAE 
Fam. SPHARGIDALE 
Gen. DERMOCHELYS Blainw. 
Habita el Océano Atlántico, Pacífico é Indico. 


154. Dermochelys coriacea (L.) Blur. 

Esta gran tortuga coriácea, habita los océanos indicados y 
frecuenta tambien las costas argentinas entrando á veces en el 
estuario del Rio de la Plata de donde proceden los ejemplares 
que se exhiben en nuestros museos. 


Subord. Il. THECOPHORA 
Superfam. |. Cryptodira 
Fam. TESTUDINIDALE 

Gen. TESTUDO L. 


Habita la region meridional de Europa, Asia meridional, 
Africa, Norte América meridional y Sud América. 
35. Testudo tabulata Walb. 

Misiones y Gran Chaco; además toda Sud América tropical, 
al este de los Andes. 


— 200) = 


136. Testudo argentina Soel. 
Provincias de Mendoza, San Juan y San Luis: Pampa Cen- 
tral, Rio Negro y República del Uruguav. 
Fam. CHELONIDAE 
Gen. CHELONE Bronon. 
Mares tropicales y subtropicales. 
137. Chelone mydas (L.) Schweisg 
Habita los mares tropicales y subtropicales: ha sido muchas 
veces pescado en Mar del Plata, Necochea y Montevideo. 
Superfam. Pleurodina 
Fam. CHELYDIDAE 
Gen. HYDROMEDUSA Wagl. 
Habita Sud América. 
138. Hydromedusa Maximiliani (Mikan) Gray 


Esta especie de tortuga de agua dulce vive en Corrientes; 
Misiones, Gran Chaco, Brasil y Paraguay. 


159. Hydromedusa tectifera Cope 

Vive en las provincias de Buenos Aires, Santa Fé, Entre 
Rios y Corrientes; Misiones y Gran Chaco; además, en el Pa- 
raguay, Bolivia, Uruguay y el Brasil. 

Gen. HYDRASPIS Bell 

Habita Sud América. 
140. Hydraspis Hilari (D. B.) Gray 

Provincias de Buenos Aires, Santa Fé, Intre Rios y Co- 
rrientes; Gran Chaco y Misiones, val norte hasta el Amazonas. 


Museo La Plata, Setiembre 27 de 1896. 


E NSESACA 


Museo de La Plata 


INOIMECIES/ AI 


SEGUNDA PARTE 


RECONOCIMIENTO DE LA REGION ANDINA 


DE LA REPUBLICA ARGENTINA 


APUNTES PRELIMINARES 


SOBRE UNA EXCURSION Á LOS TERRITORIOS 


NEUQUEN, RIO NEGRO, CHUBUT 


Y 


SANTA. CRUZ 


HECHA POR LAS SECCIONES TOPOGRÁFICA Y GEOLÓGI( A, BAJO LA DIRECCION 


DE 
FPRANCISCO P. MORENO 


DIRECTOR DEL MUSEO 


CON UN PLANO Y 42 LÁMINAS 


INTRODUCCION 


Honrado por el Gobierno de mi patria con el delicado cargo 
de Perito por parte de la República Argentina, en la demarca- 
cion de límites con la República de Chile, para dar cumpli- 
miento á las disposiciones del tratado firmado entre las dos 
naciones en 1881, he debido suspender por el momento las in- 
vestigaciones que vengo practicando como particular primero y 
luego como Director del Museo de La Plata, desde hace casi vein- 
ticinco años en la Cordillera de los Andes, en sus regiones in- 
mediatas y en las hasta ahora casi desconocidas tierras pata- 
gónicas. Mis nuevas funciones me permitirán indudablemente 
aumentar esas investigaciones, disponiendo con ellas de medios 
que no estuvieron á mi alcance, y las completarán en cuanto á 
puntos que no he podido conocer antes, para formar un cua- 
dro general, aproximado á la verdad, del territorio argen- 
tino en sus zonas indicadas; pero, mientras llega el momento 
de coordinar tan variado material como es el reunido, consi- 
dero conveniente, antes de consagrarme á los trabajos periciá- 
les, dar á conocer, aun cuando más no sea en forma sucinta, 
siquiera una parte de los trabajos ya realizados por mí ó por 
el excelente personal que me ha acompañado, en los reconoci- 
mientos hechos sobre el terreno durante tantos años. El pro- 
greso del país, felizmente cada vez mayor, exige estas publica- 
ciones que deben referirse ú regiones apenas pobladas, poco 
conocidas y generalmente denigradas, y que al ser por primera 


. 


Tomo VIII. 1 


202 


vez aprovechadas por el hombre, no lo son por los que más 
las harán producir por el esfuerzo de su trabajo en beneficio 
del engrandecimiento de la Nacion. 

Es necesario que reaccionemos cuanto antes los argentinos 
sobre nuestro abandono del aprovechamiento fructífero del suelo 
de la República y de las riquezas naturales que encierra. Siente 
pena el que piensa sobre este abandono; y si bien de cuando 
en cuando iniciativas aisladas tienden á producir reaccion be- 
néfica, estos esfuerzos no están protegidos por el conveniente 
conocimiento del medio á que se dirigen, y entonces, ó escollan 
contra obstáculos que los anulan, ó dan resultados, si no con- 
traproducentes al fin que se busca, apenas insuficientes para 
que produzcan los beneficios que de ellos se esperan. Nos falta 
siempre segura base, es decir, el completo conocimiento de la 
seografía, geología y meteorología. de la fauna y de la flora, 
y los que nos empeñamos en que este conocimiento se tenga 
cuanto antes y luchamos por conseguirlo contra la indiferencia 
pública y los intereses de algunos, para los que la ignorancia 
de los más produce fácil ganancia aun cuando sea en detri- 
mento de la colectividad nacional, no debemos cejar en ese 
empeño, pues estamos convencidos de que la República Argen- 
tina no alcanzará el puesto á que liene derecho en el con- 
cierto de las naciones, mientras la riqueza nacional no esté 
afirmada sobre bases mucho más sólidas que las actuales. 

Triste es decir la verdad de lo que pasa con las regiones 
que describiré en seguida á grandes rasgos al relatar en general 
el reconocimiento que practiqué, acompañado de los topógrafos 
y geólogos del Museo de La Plata, en el verano de este año. 
La especulacion. principalmente en los territorios australes, 
crea un valor ficticio á las tierras, que tiene en general por base 
la audacia ó la ignorancia, sin que produzca un céntimo al 
tesoro nacional; y esa especulacion, que no podrá existir con el 
aprovechamiento de la tierra por los que la labren, es mante- 
nida por la ignorancia de esa tierra por parte de los que tienen 
el poder de hacerla valer y entregarla á quien la pueda explo- 
tar, conociendo de antemano el fruto que puede dar. 

La indiferencia nacional ante la necesidad de conocer nuestro 
suelo, podría explicar no pocos de los fenómenos que se oponen 
á que ya seamos la gran Nacion que debíamos ser, atentas las 


— 203 — 


favorabilísimas condiciones del medio físico que heredamos de 
España, y motivo de asombro es entre hombres de pensa- 
miento que han llegado al país, ó que han inquirido datos 
sobre su suelo, el abandono que gobiernos y pueblo hacen de 
las investigaciones reputadas en las naciones civilizadas, como 
las primordiales para engrandecerse sobre sólidos é inconmo- 
vibles cimientos. 

Cuando llegan tiempos difíciles, las lamentaciones y recri- 
minaciones aparecen entre nosotros, se lanzan juicios temera- 
rios, se tantea en las oscuridades de lo que se ignora, y en vez 
de ir adelante con paso firme, confiados en la decision que da 
el pleno conocimiento del orígen y fundamento de las dificul- 
tades, que en estas condiciones nunca son insalvables dentro 
del poder del hombre, nos contentamos con la cómoda espe- 
ranza de dias mejores, inventada por la debilidad y la apatía. 
Olvidamos que si es cuestion de honra nacional defender la inte- 
gridad del suelo nativo, tambien debe ser cuestion de honra 
nacional darle á este suelo todo su valor, con lo que se evita 
que llegue el caso de tener que defender su integridad. Los 
Istados Unidos, sin ejército permanente, sin armada que me- 
rezca este nombre frente á las de otras naciones más pequeñas, 
va en camino de ser la primera nacion del mundo por el co- 
nocimiento que sus hijos tienen del suelo nativo y de los re- 
cursos que les proporciona el trabajo. Este es el secreto del 
prodigioso crecimiento de la nacion que pretendemos imitar. La 
energia, la actividad y la fuerza norte- americanas tienen su 
orígen en la comunion íntima del hombre con la tierra, que no 
le es ingrata cuando la ama y la riega con su sudor. Los Es- 
tados Unidos recogieron la herencia de Inglaterra y la agran- 
daron, en vez de despilfarrarla; pero nosotros, los que pueril- 
mente pretendemos ser sus iguales en el Sud, no podemos decir 
otro tanto. Abandonados hemos sido con nuestra herencia, por 
no decir pródigos. Cuántas veces los que nos hemos preocupado 
de este abandono en momentos en que se discutian nuestras 
fronteras con los vecinos, sea el Paraguay, el Brasil, Bolivia ó 
Chile, hemos escuchado palabras como estas: «¿Por qué empe- 
narnos en defender territorios tan lejanos, tan poco conocidos, 
tan estériles (sin darse la pena de saber si lo son en realidad), 
cuando tenemos tanta tierra aún tan poco aprovechada?» Pre- 


— 204 = 


tendidas razones originadas principalmente por la molicie egoista, 
que priman sobre el derecho y la justicia, que no se detiene ú 
examinar si es deber nuestro ó no defender esas tierras, porque 
son nuestras, y sin preocuparse aquellos que tales vulgaridades 
dicen, de que cometen con ellas delito contra la honra de la pátria. 

Es preciso repetirlo constantemente: los argentinos jamás 
hemos pretendido extender los límites de la República más allá 
de lo que teníamos cuando nos dimos el título de nacion inde- 
pendiente; por el contrario, los hemos disminuido, á veces para 
formar otras naciones, y otras por cesiones que quizás no 
tuvieron completa justificacion, ó por laudos arbitrales cuyas 
razones no son tal vez extrañas á la desidia ya apuntada. 
Pero lo que tenemos debemos conservarlo, y aun cuando feliz- 
mente no creo que en el porvenir se produzcan inconvenien- 
tes con las naciones con las que aún no tenemos fronteras 
completamente definidas, ni que estos inconvenientes puedan 
resultar de injustas pretensiones nuestras. como las inves- 
tigaciones que motivan este escrito se refieren á los territo- 
rios vecinos ó que comprenden estos límites aún no definidos, 
he considerado más que nunca oportuna su divulgacion en este 
momento, pues con ella el pueblo argentino podrá darse mejor 
cuenta de la operacion de deslinde que se practica. 

Con el conocimiento de la geografía física de las regiones an- 
dinas y sus inmediatas, han de corregirse errores generales, 
muchos tomados como grandes verdades en la concepcion de 
las líneas fronterizas, y no dudo de que estas publicaciones, 
al disipar tales errores, revelando la verdad de los hechos, faci- 
litaran en mucho la tarea de los que deben trazar esas líneas, 
controlados como estarán por todos los que se interesan en que 
las cuestiones pendientes con Chile y con Bolivia terminen 
cuanto antes, con la aplicacion de la verdad que revela la cien- 
cia, y de la justicia que emana de la verdad. 

Repito que no creo sobrevengan más dificultades interna- 
cionales por las cuestiones pendientes sobre fronteras, pero, 
en todo caso las dificultades se alejan con el conocimiento, 
por el mayor número, del terreno por donde deben trazarse 
esas fronteras de acuerdo con los tratados vigentes. Estas cues- 
tiones deben tratarse á plena luz, y todos debemos desear que 
esta luz aclare lo más posible. 


= 205 = 


Las investigaciones de que deseo dar cuenta hoy se refieren 
al estudio preliminar del territorio argentino á partir del grado 
25, en la Puna de Atacama, nuestro límite con Bolivia, de 
acuerdo con el tratado de 1893, hasta las inmediaciones de 
la ciudad de San Juan, comprendiendo la region montañosa 
de esa Provincia, la de La Rioja, la de Catamarca y la de 
Salta; y la region andina y sus vecindades en los Territorios del 
Neuquen, Rio Negro, Chubut y parte del de Santa Cruz. Inicio 
la publicacion de estas investigaciones por las segundas que 
son las que más interés tienen en este momento, en que la 
poblacion empieza á extenderse en los territorios del Sud y 
conviene alentarla con la divulgacion de su geografía y de los 
recursos naturales que ofrece á la actividad de los nuevos co- 
lonos. Han transcurrido más de veinte años desde que, con el 
conocimiento personal del terreno, empecé á insistir en la im- 
portancia grande de esos territorios y en el hermoso porvenir 
que tienen como futuro asiento de nuevas y ricas provincias, 
y confieso que me es agradable hoy recordar mi insistencia 
de entonces para que se estudiaran esas tierras y fueran así 
aprovechadas cuanto antes. Siempre he pensado que la po- 
blacion de Patagonia duplicará nuestro valor como nacion, 
equilibrándola en sus factores de progreso y, por lo tanto, 
haciéndola poderosa en porvenir no lejano. 


FrAnNcisco P. MORENO. 


Octubre 1896. 


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dd" 


OJEADA RETROSPECTIVA 


Cuando en 1873 hice mi primera excursion al Rio Negro, 
las fronteras al Sud de Buenos Aires y de Mendoza tenian, 
como centros principales extremos, el Azul en la Provincia de 
Buenos Aires, Rio IV en la de Córdoba, Villa Mercedes y San 
Luis en la de este nombre, y San Rafael en la de Mendoza; 
Bahía Blanca era un punto aislado, y habia peligro de muerte 
en cruzar desde allí hasta el Azul ó el Tandil. Recuerdo que 
en la tarde de Marzo de ese año que llegué á Bahía Blanca, 
una hora despues invadieron los indios por el mismo camino, 
y que los vecinos, alarmados, se reunieron en el Fuerte para 
prepararse á la defensa. Cuando en 1875 volví al Cármen de 
Patagones por tercera vez, el peligro era aún grande en la cru- 
zada entre el Azul y Bahía Blanca, y tanto que al regreso 
de la mensagería que me condujera, ésta fué atacada por los 
salvajes y asesinados su conductor, peones y pasajeros. In ese 
viaje el fortin avanzado en Bahía Blanca era el de Nueva 
Roma. y no se me olvidará nunca la impresion que recibí al 
eruzar, acompañado solo de dos muchachos, desde ese fortin 
al Rio Colorado, y encontrarme con la rastrillada de las lanzas 
del sanguinario capitanejo Pichun, cuyas polvaredas guiaban 
mi camino al rio, y el que tres días despues asesinara sobre 


— 208 — 


ese mismo camino, en Romero Grande, á ocho confiados arrea- 
dores de hacienda con quienes me crucé ese dia en el rio y 
cuyos despojos encontré seis meses despues al regresar por el 
O Eno. . 

¡Con qué entusiasmo, con qué gratas emociones ante la 
vision del porvenir de aquellas regiones, marché ese año hasta 
el pié de los Andes, frente á Valdivia y viví de la vida del 
Señor de la Tierra en las tolderias de los caciques Shaihueque 
y Ñancucheo llegando luego al lago Nahuel-Huapi, realizando así 
mi aspiración de niño! Gratos recuerdos me trae esta evocacion. 
¡Cómo se deslizaban los horas ante las perspectivas de aquellos 
paisajes, vírgenes entonces de civilizacion y que cubria en mi 
entusiasmo con ganados, sembrados y ruidos de industrias y 
naves surcando rios y lagos!..... 

El ferro-carril entonces llegaba solo al Cármen de las Flo- 
res, ú 200 kilómetros de Buenos Aires, y el territorio recorrido 
entre ese punto y el gran lago, ¡qué magnificencias naturales 
ostentaba! No comprendia cómo una nacion viril, dueña de 
uno de los pedazos más hermosos y fértiles de la Tierra, no 
se preocupaba de estudiarla para utilizarla en todos sus re- 
cursos; buscaba la causa de ese abandono y lo encontraba en 
los fáciles goces materiales del gran centro — Buenos Aires, —en 
el que inconscientemente concentrábamos nuestras aspiracio- 
nes, envueltos en el cosmopolitismo que nos absorbia, arru- 
llando nuestra vanidad de dueños de una tierra generosa y 
contentándonos con el recuerdo de glorias pasadas, que, en 
nuestra holganza, admirábamos como esfuerzos de hombres 
diferentes de los del dia, sin pensar un segundo que todos los 
hombres son iguales cuando aman y veneran de la misma 
manera el suelo en que han nacido. 

Y un año más tarde, encontrando tambien nuevas tierras, 
rios y lagos navegables, bosques inmensos, en las nacientes 
del Santa Cruz y cruzando los feraces terrenos entre ese rio y 
Punta Arenas, cómo se ensanchaba mi espíritu ante tales mues- 
tras de riquezas y mi anhelo por que su aprovechamiento en- 
erandeciera cuanto antes la República! 

En 1876 pude visitar la naciente Colonia del Chubut, oasis 
en el desierto, aislada en el extremo Sud á la manera de los 
establecimientos daneses en la helada Groenlandia, ¡tan desco- 
nocida era la tierra patagónica en su interior! El Puerto Deseado 
se encontraba entonces en el mismo estado en que lo dejara 
Viedma al abandonarlo en el siglo pasado, y la bahía de 
Santa Cruz permanecia tan solitaria como en el tiempo en que 


— 209 — 


el almirante Fitz Roy reparara en ella, aprovechando las 
mareas que tan poca atencion merecen todavía para la utiliza- 
cion de nuestros puertos, las averias de la veterana «Beagle», 
mientras acompañado de Carlos Darwin ascendia el caudaloso 
rio, hasta la llanura misteriosa que cuarenta años despues 
visitaba yo, en su hermosa red de lagos y cuyas extremidades 
permanecen aún desconocidas. 

Ese viaje tenía por objetivo, además del reconocimiento del 
Rio Santa Cruz, averiguar la verdadera situacion de la Cordi)lera 
de los Andes. En ese entonces, argentinos y chilenos nos disputá- 
bamos, alegando cada uno mejores derechos, las tierras ma- 
gallánicas situadas al Oriente de los Andes y esa excursion 
robusteció, en mi opinion, nuestro derecho á esas tierras (que 
encontraba tan feraces y tan llenas de promesas. 

En 1879 visité de nuevo la Patagonia, siempre llevado allá por 
los mismos propósitos: conocer esos territorios hasta sus últimos 
rincones y convencer con pruebas irrecusables á los incrédulos 
v á los apáticos, del gran factor que, para nuestra grandeza, 
seria la Patagonia, apreciada en su justo valor. Mucho habia 
adelantado el Rio Negro en el tiempo que mediaba entre mi 
primer viaje á sus nacientes y el nuevo: que emprendia: la 
línea de fronteras entre la civilizacion y la barbarie, habia 
avanzado y los campamentos se encontraban ya en Choelechoel 
y en Chichinal, y en puntos que visité, desiertos antes, se ini- 
ciaban ya pueblos laboriosos. Llegué en ese viaje hasta las 
hermosas praderas que están al Occidente del Tecka, en el grado 
43, próximas al punto donde siete años despues se fundara la 
colonia «16 de Octubre »; volví á visitar el lago Nahuel-Huapi, 
reconociendo su márgen Sud, hasta los fjórds del Occidente y 
llegué por segunda vez ú las tolderías de Shaihueque, en mucho 
peores condiciones que cuatro años antes, y pude ser testigo de 
los últimos dias de existencia de las tribus nómades y salvajes, 
habiendo tenido entonces dias de halago en medio de dias muy 
duros al presentir la proximidad de la realizacion de mis aspi- 
raciones: el aprovechamiento por el trabajo de aquella Suiza 
argentina, como la habia llamado al volver de mi primera visita. 

No es mi intencion extender este retrospecto y me detengo 
con pena, porque agradable me seria contar escenas y pulsajes 
desaparecidos ya con los medios en que se produjeron: hoy 
sobre todo, que los años han suavizado los recuerdos, tornando 
dulces las amarguras; lo haré en los años de reposo, si me 
llegan, y haré entonces el relato de las impresiones que expe- 
rimenté en las regiones andinas, antes del aniquilamiento 


— 210 — 


de las tribus, al vivir de la vida del indio nómade, indepen- 
diente, dueño de pampas y montañas, sin más leyes que las 
que le imponian sus limitadas necesidades, alimentándose de 
los animales del campo, cuando no del robo al «cristiano» 
vistiéndose con la labor de sus mujeres y guerreando de tiempo 
en tiempo por cuestiones de borrachera ó «brujeria»..... 

Como Director del Museo de La Plata, y disponiendo ya de 
otros medios, he continuado, con colaboradores más ó menos 
activos, el estudio de aquellos territorios, y las galerías y ar- 
chivos del establecimiento á cuyo desarrollo dedico todas mis 
fuerzas, guardan los resultados de esos estudios. Así, nuevas 
exploraciones en el Rio Santa Cruz adelantaron nuestros cono- 
cimientos sobre la geografía, geología y la biología de esos 
territorios y permitieron reunir preciosos datos sobre el Territorio 
del Chubut hasta el Lago Buenos Aires; eran preliminares de 
exploraciones más ámplias y detalladas que se emprenderian 
á su tiempo. El año 1893 el Gobierno de la Nacion decidió 
prestar su cooperacion á fin de que los trabajos que el Museo 
hacia para estudiar el suelo argentino, se realizaran con ma- 
vores facilidades, lo que daria naturalmente mayores resultados. 
Con ese año se inició pues una nueva era para este estable- 
cimiento; las aspiraciones de sus colaboradores habian sido 
apreciadas y éstos se entregaron con más ahinco que nunca 
á realizar el ámplio programa que condensa sus esfuerzos por 
el progreso intelectual y material de la Nacion. Así, los que 
formamos su personal, hemos recorrido del año 1893 al 1895, 
desde las heladas regiones de la Puna, en nuestra línea divisoria 
con Bolivia, hasta el Departamento de San Rafael en la Pro- 
vincia de Mendoza, estudiando la geografía, la geología y la 
mineralogía, ete., en las altas cumbres y en los vastos llanos y 
revelando por vez primera la fisonomía exacta de la orografía 
andina en tan vasta extension, hasta entonces casi completa- 
mente desconocida, lamentando que antes no se hayan realizado 
tales estudios para haber evitado no pocos trastornos en el 
trazado de las fronteras internacionales. 

Como lo he dicho en otra parte, dejo para despues la publi- 
cacion de los estudios realizados en esas regiones. 

A fines de 1895 decidí volver al Sud y recorrer las regiones 
que pude visitar y aquellas donde no me fué posible alcanzar 
entre 1875 y 1880. Consideraba necesario, debo decir indispen- 
sable, ese viaje, para completar el reconocimiento preliminar de 
la region occidental de la República, y me era agradable diri- 
gir en persona los trabajos que ejecutarian mis abnegados 


e 


colaboradores, pues en esa excursion me proponia apreciar las 
modificaciones que el transcurso de veinte años habia produ- 
cido en las regiones del Sud. En esos veinte años, habia desa- 
parecido el indio indómito; ya no existian fuertes ni fortines 
que se opusieran á sus depredaciones, y donde se levantaba 
antes la tolderia, donde habia sufrido y soñado para olvidar 
penurias, se alzaban pueblos; los alaridos de las ¡juntas de 
guerra y de los parlamentos habian callado para siempre, y los 
ganados que pacian en esas praderas fértiles no eran ganados 
robados, sino que formaban núcleos de los rebaños prodigiosos 
del próximo porvenir; deseaba ver todo eso y darme cuenta si 
lo obtenido era lo bastante; si el esfuerzo hecho correspondia 
á la conquista alcanzada sobre el salvaje: y sentirlo por mí 
mismo, comparar el pasado con el presente y apreciar si el 
progreso sonado existia en realidad ó estaba retardado y por 
qué causas. Así preparado, con estas aspiraciones, emprendií la 
excursion que voy á reseñar, sin extenderme en detalles, que 
quedarán para ser consignados en memorias especiales, una vez 
que estén estudiados y coordinados los numerosos materiales 
ya reunidos. 


pl 


J5l 


PROGRAMA — SAN RAFAEL — CHOSMALAL 


Mi pregrama comprendia el reconocimiento geográfico y geo- 
lógico, dentro de lo posible y en el perentorio plazo de cinco 
meses, de la zona inmediata á los Andes y de la parte oriental 
de éstos comprendida entre San Rafael en la Provincia de Men- 
doza y el Lago Buenos Aires en el Territorio de Santa Cruz. 
Era ésta extensísima tarea, pero que creia poder llevar á buen fin 
con la distribucion que habia hecho del trabajo entre mis co- 
laboradores. Esta distribucion era la siguiente: los ingenieros 
topógrafos Enrique Wolff y Cárlos Zwilgmever y el geólogo 
Rodolfo Hauthal, acompañados del dibujante paisajista Cárlos 
Sackmann y del cazador del Museo Matias Ferrua, reconocerian 
la region entre San Rafael y Chosmalal, en forma de simple 
itinerario, y desde ese punto donde se reunirian conmigo, 
procederian segun las instrucciones que les daria sobre el 
terreno. Los ingenieros topógrafos Adolfo Schiórbeck y Eimar 
Soot, el geólogo Santiago Roth y el avudante Juan M. Ber- 
nichan, se dirigirian por el Rio Negro y el Limay hasta 
Collon-Curá; desde allí los señores Soot y Roth se internarian 
por el Rio Caleufú, y reconocerian sus afluentes á la espera 
de nuevas instrucciones; el señor Schiórbeck se dirigiria á 
Nahuel-Huapi con el señor Bernichan, quien quedaria allí en- 
cargado de la estacion meteorológica, mientras que el primero 


— 213 — 


se internaria por el Lago Gutierrez hasta donde le fuera posi- 
ble y reconoceria las serranias vecinas. Los ingenieros topó- 
grafos Gunardo Lange, Teodoro Arneberg, Juan Waag, Juan 
Kastrupp, Emilio Frey y Ludovico Von Platten. el ingeniero 
de minas Joanny Moreteau y el naturalista viajero Julio 
Koslowsky, reconocerian, siguiendo las instruceciones dadas, la 
region comprendida entre el Sud del Lago Gutierrez y el 
Lago Buenos Aires. Así el señor Frey debia explorar las tierras 
de Cholila y los valles y serranias situados al Norte y Noroeste del 
Lago Puelo y al Oeste del principal afluente Norte del Chubut, 
desde las nacientes del Rio Manso, punto que exploraria el se- 
nor Schiórbeck. El señor Lange debia explorar la red de lagos 
entre los de Cholila y el Fetá-leufú, hasta donde éste recibe las 
aguas del Rio Corintos, en el Valle 16 de Octubre. El señor 
Waag reconoceria la region del Rio Corcovado, ó Carrenleufú, 
hasta donde fuera posible dentro de la parte explorada por los 
señores Steffen y Fischer. El señor Kastrupp topografiaria la re- 
sion al Oriente del Lago General Paz, y el valle del Gennua: y el 
senor Von Platten los valles regados por el Rio de las Vacas 
y por el Rio Pico, internándose luego hasta donde le fuera po- 
sible en la region montañosa. El señor Arneberg, acompañado 
del señor Koslowsky, exploraria los lagos Fontana y La Plata, 
y luego la region entre el Rio Senguerr y el Lago Buenos Aires, 
hasta los primeros cerros nevados que cruzan los afluentes del 
Aysen en su descenso hácia el Pacífico. El señor Moreteau ten- 
dria á su cargo el estudio geológico del Valle 16 de Octubre y 
de las montañas vecinas. 

Todo este competente personal, perteneciente á las secciones 
topográfica y geológica del Museo de La Plata, se puso en 
marcha á principios de Enero del año actual 1896, desde sus 
puntos de partida, no habiendo podido hacerlo antes por las 
dificultades que se presentan siempre desgraciadamente entre 
nosotros cuando los elementos de que debe disponerse no 
dependen directamente de quien dirige esta clase de investiga- 
ciones, y sí de trámites administrativos engorrosos y lentos. 

* Mi propósito era encontrarme en el terreno de investigacio- 
nes de cada uno de los operadores nombrados. para tener así 
una impresion personal del conjunto de los resultados y poder 
con ella darme cuenta luego de sus detalles. 

Esta reseña contiene, pues, no solo mi impresion personal 
sobre el territorio recorrido en 1896, sino tambien y principal- 
mente el extracto de las observaciones hechas por mis colabo- 
radores. Más adelante, cuando todos los materiales reunidos 


hayan sido debidamente preparados, se publicarán memorias 
parciales que contengan las observaciones de cada uno de los 
miembros de la expedicion, pues como he dicho va, el tiempo 
falta hoy para preparar esa publicacion. 

A fines del mes de Enero me encontré en San Rafael, de- 
partamento de la Provincia de Mendoza, cuya geología habia 
hecho topografiar y estudiar en parte, en 1894, penetrado de 
su inmenso porvenir (). Las instrucciones que para ese trabajo 
dí, pueden dar una idea del plan que sigue el Museo de La 
Plata en esta clase de investigaciones y sus propósitos, por lo 
que transcribo la parte más pertinente, no considerándola fuera 
de lugar. 

Dicen las instrucciones: 


«Estudio geográfico y estadístico de la misma region (De- 
partamentos de San Cárlos y San Rafael), del punto de vista 
de la poblacion, y de los elementos que puedan proporcionar 
á la riqueza nacional, sus caminos y los accidentes del terreno 
cuyo conccimiento convenga á los intereses de la Nacion. 

«Se trata, siguiendo el programa que se ha trazado este 
Museo, de hacer conocer todo el territorio argentino en sus 
múltiples fases: en primer lugár como poder económico, y, en 
las regiones que limitan con otras naciones, todo lo que pueda 
contribuir á mantener la integridad del territorio argentino. 
La parte de nuestro territorio, cuyo estudio se confia hoy á los 
señores expedicionarios, es interesantísima bajo estos aspectos, 
y, si la investigacion se lleva á cabo, en la forma ordenada, 
el Museo contribuirá á revelar una zona descuidada hasta ahora, 
y que puede convertirse en una de las más importantes de la 
República. 

«No basta conocer la extension y potencia de los mantos car- 
boníferos y su explotabilidad. Hay que tener en cuenta que la 
situacion geográfica de esa parte de la provincia de Mendoza, 
alejada por la distancia y los accidentes del terreno, de los 
principales centros industriales, disminuve las probabilidades 
de una explotacion próxima y fructuosa de esos mantos, y es 
necesario buscar modo de que el carbon, si no puede llevarse 
por ahora á los citados centros como combustible, llegue á ellos 
en otra forma, sea empleándolo en el beneficio de los metales, 


() Exámen topográfico y geológico de los Departamentos de San Cárlos, 
San Rafael y Villa Beltran, por Gunardo Lange, Rodolfo Hauthal y En- 
rique Wolff. «Revista del Museo de La Plata.» Tomo VII. La Plata 1895. 


sea aplicándolo á otras industrias, en las que entre como factor 
importante y que puedan desarrollarse en los sitios inmediatos 
á las minas. Además, se debe tomar nota de todos los elemen - 
tos que puedan facilitar el más rápido progreso de esa region 
extensa, aislada del resto de la República y proporcionarle re- 
cursos de aprovechamiento inmediato para que la poblacion 
afluva allí cuanto antes. 

«Debemos tener presente que hasta que no se establezca un 
perfecto equilibrio en los elementos de produccion y poblacion, 
en todo el vasto territorio de la República, ésta no adquirirá la 
fuerza económica y política que debe tener en un futuro más 
Óó menos inmediato. El abandono en que se encuentra la inves- 
tigacion de todo lo que puede contribuir á que ese futuro 
esté próximo, es cada vez más criticado por los hombres de 
pensamiento de Europa y de Estados Unidos, y puede llegar á 
ser un grave inconveniente para nuestro desarrollo y, por lo 
tanto, para que ¡lleguemos al puesto que nos corresponde entre 
las naciones. La República no puede quedar estacionaria, ni 
contentarse con su fama de rica, fama más ó menos bien 
merecida. Los que siguen el desenvolvimiento de las naciones 
sud-americanas, observan que no poca parte del progreso de la 
Argentina es ficticio. Sienten que solo se mueve en ella lo que 
está inmediato á los puertos, que pueden considerarse como 
pedazos de Europa, y que, con raras excepciones, se abandona 
el interior, desequilibrándose el país cada vez más, como Na- 
cion, á medida que se pretende hacerlo más rico, y dificultando 
su cohesion social y política. No se forman centros de consumo 
inmediatos á los centros de produccion; todo tiende al litoral, 
y así, la poblacion permanece casi estacionaria donde no llega 
el inmigrante, al que no ofrece aliciente alguno la vista triste 
de las regiones interiores. La falta de medios fáciles de tras- 
porte y de comunicacion frecuente y barata, con los centros 
poblados, causa desgano por el trabajo sin rinde rápido, y no 
se aprovecha las riquezas naturales, que abundan doquiera 
se las busque. Todo esto obliga al estudio minucioso de la 
region mendocina que va á ser explorada. Debemos tratar de 
(queesa mala impresion cese cuanto antes, y se recomienda á 
los expedicionarios que al realizar sus investigaciones tengan 
siempre presentes estos propósitos que guian al Museo al dis- 
poner el estudio de los territorios andinos. Ese estudio, con 
ámplio programa, será de gran provecho, y la iniciativa de este 
establecimiento será bien juzgada por todos los que se interesan 
en el progreso del país. Tomarán tambien la mayor cantidad 


— 216 — 


posible de fotografías, cróquis, ete.. para la mayor facilidad 
del exámen de los datos que reunan v su reduccion en forma 
de libro.» 


Hasta «uquí las intrucciones dadas. 

Los resultados alcanzados durante esos reconocimientos de 
los señores Lange, Wolff y Hauthal, confirmaron mis esperan- 
zas. Ya el Departamento de San Rafael preocupa á los hombres 
de empresa; pronto será cruzado por ferro-carriles y formará 
en próximo tiempo uno de los centros más activos de produccion 
y bienestar del interior de la República. Los pocos dias que pasé 
allí preparando un viaje, en cortas excursiones, me fueron agra- 
dables, observando personalmente las fuentes de riqueza que 
ya se explotan y las que en breve lo serian. El enorme caudal 
de los rios Diamante y Atuel y sus afluentes, pueden regar cen- 
tenares de miles de hectáreas. y la composicion de esas tierras 
permite esperar crecida compensación para aquellos que les en- 
treguen su energia v su confianza. 

Entre la villa de San Rafael, situada en la márgen izquierda 
del Diamante y Cañada Colorada (Lat. Sud 35%27' 50”), se en- 
cuentra la pintoresca Sierra Pintada, resto de una de las más 
viejas sierras de la República y por lo mismo más quebrada. 
Sin grandes alturas prominentes, compuestas por pórfidos, 
areniscas, esquistas y cuarzitas, cruzadas por vetas de rocas 
volcánicas y en que la tradicion coloca ricos depósitos de me- 
tales preciosos, su suelo, en más de un punto, está sembrado 
de trozos de mármol onix, verde, rojizo y azulado. Indudable- 
mente, en esa sierra desamparada hoy, se desarrollarán indus- 
trias productivas una vez que se acerquen á ellas los rieles. 
Pasada esta sierra y sus últimos lomajes pastosos, preséntase 
una extensa planicie ondulada. Al poniente las serranias que 
preceden la alta Cordillera nevada, con su grande abra, por 
donde desciende el Atuel y su afluente Sudoeste; el Salado al 
Sud; en la lejania la Sierra de Loncoche y entre ésta y el Atuel, 
la Laguna Llancanelo, resto de un antiguo y extenso lago, 
dominada al Oriente por la alta Sierra del Nevado, aún inex- 
plorada en gran parte; entre las serranias que corona el Nevado 
(3810 m.), de fabulosa y problemática riqueza, al Nornoroeste, 
tras las lomas, el cerro volcánico del Diamante (2300 m.). Así, 
vista la sierra del Oriente desde el Atuel, en las proximidades 
de la confluencia del Salado, aparecen las sierras Pintada y del 
Nevado como fragmentos de una larga cadena antigua, indepen- 
diente de las sierras montañosas del Occidente. No seria extrano 


A ly 


que esas sierras pertenezcan al mismo sistema que domina la 
ciudad de Mendoza. 

El ancho valle longitudinal, hoy cubierto de cantos rodados 
y pequenas lagunas saladas, con excepcion de las inmediaciones 
de los rios y los bañados del norte, y que se prolonga desde el 
sud de la Laguna Llancanelo en las serranias que limitan los 
brazos del Rio Grande, de las que forma parte este valle, tiene su 
mayor altura en esta parte sud, y desciende gradualmente hácia 
el norte, interrumpido apenas por el volcan aislado del Diamante 
y sus lavas; parece ser resto de un gran lago interior, que 
bordeado al naciente y poniente por las alturas precursoras 
de los Andes y las del sistema del Nevado y Sierra Pintada, y 
más al norte por los lomajes cuyas protuberancias principales 
son las alturas de Guaiqueria y Guadal. La aparicion de los 
volcanes modernos de Diamante, de Leñas Amarillas y los del 
oriente, como el Cerrito situado al norte del Rio Diamante en 
las inmediaciones del Cuadro Nacional y los de la Sierra del 
Nevado, contribuyó quizás al desvio de esas aguas facilitando 
la erosion en las direcciones que actualmente llevan. Los enormes 
depósitos de detritos rodados indican una masa considerable de 
agua en movimiento, y si ya frente á Mendoza se observan per- 
fectamente claras las morenas glaciales, la presencia de este 
periodo y su accion en la orografia preandina se advierte á 
primera vista desde el Atuel al sud. La grieta profunda abierta 
en el pórfiro, en las proximidades del puente de Pituil sobre el 
Atuel, es una de las curiosidades de la region y merece ser 
reproducida aquí (lámina 1). La mayor depresion de las sierras 
orientales se encuentra en este pintoresco «cañon». 

El «Exámen topográfico y geológico» ya citado, me permite 
pasar sin mayor detenimiento sobre esos llanos, que solo aguar- 
dan el riego para convertirse en asiento de productivas estancias, 
y llegar á la Cañada Colorada, hermosa finca y base para una 
colonia importante, cuando su propietario se convenza de que 
más provecho le dará la explotacion del suelo en fracciones de 
prudente extension que el primitivo sistema actualmente im- 
plantado. El «Alamito», inmediato á Cañada Colorada, antes 
cuartel avanzado en las fronteras, está abandonado y sus her- 
mosos alfalfares se pierden sin ser aprovechados por su dueño, 
el tesoro nacional. 

Indudablemente, no pasará largo tiempo sin que un ferro- 
carril cruce los Andes siguiendo el abra por donde corre el 
Rio Salado, y entonces estas tierras han de adquirir un subido 
valor. El ferro-carril Tinguiririca-San Rafael no puede tardar 

Tomo VIII. 2 


— 218 — 


mucho tiempo en ser construido, y su prolongación hácia Buenos 
Aires y Bahía Blanca, por empalmes con los ferro-carriles que 
ya avanzan en esa direccion, será, á no dudarlo, el camino inter- 
oceánico de mayor tráfico por la baratura de sus fletes. 

En Cañada Colorada encontré al ingeniero senor Wolff, que 
me esperaba, habiéndose ya adelantado hácia San Rafael los seño- 
res Hauthal y Zwilgmeyer. Hice algunas pequeñas excursiones 
para examinar las capas fosilíferas pertenecientes á la formacion 
cretácea, la que, con la formacion jurásica, se extiende hácia el 
oeste, cubierta en parte por rocas volcánicas, pero no me fué 
dado visitar el Cerro del Alquitran, que alimenta con otras 
una pequeña industria susceptible de fuerte impulso una vez 
estudiada la region donde se encuentran los materiales petro- 
líferos. El señor Hauthal habia hecho una hermosa coleccion 
de fósiles en algunas excursiones en esa direccion, y habia 
alcanzado por el oriente hasta la Laguna de Llancanelo y las 
faldas del Nevado, sierra formada de capas rhéticas ó más 
antiguas y coronada por rocas neo-volcánicas, principalmente 
andesíticas, mientras que á orillas de la laguna, seca entonces, 
rodeada de extensos escoriales, se observa el basalto olivínico. 
El agua de esta laguna, que disminuye cada año, es muv 
salobre en sus orillas, pero cuando alcanza un metro de pro- 
fundidad, mejora mucho y puede beberla el ganado. 

El 5 de Febrero salimos de Cañada Colorada y pasamos la 
antigua poblacion de Malargue, encerrada entre los lomajes y 
cuyos muros y puertas conservan rastros de los ataques que 
sufrió de parte de los indígenas. Se conserva vivo el recuerdo de 
doce mujeres quemadas por los salvajes dentro de una pieza. 
La formacion cretácea continúa con sus capas fosilíferas y se 
prolonga al sud hasta más adelante del Rio Grande. Debo al 
señor Hauthal la siguiente interesante observacion: estas capas 
jurásico-cretáceas que en parte de la Cordillera situada en 
las provincias de La Rioja y Catamarca, se encuentran al 
poniente de cordones centrales de los Andes, pason poco á 
poco, en el sud, hácia el lado oriental; en la region del Acon- 
cagua se encuentran en los mismos cordones, pero á unos dos- 
cientos kilómetros más al sud, ya se los observa al oriente de 
ellos y en las sierras de Catalin, en el Territorio del Neuquen, 
se presentan á cien kilómetros al naciente de la Cordillera de 
los Andes. 

ll camino desde Malargue sigue al sud, próximo por las 
orillas del pintoresco Arroyo de Loncoche, cuyas laderas pasto- 
sas, redondeadas, con grandes cantidades de trozos de rocas 


y 


20 


volcánicas aristadas, apenas rodadas y que á veces alcanzan 
á medir dos metros cúbicos, son pruebas evidentes que allí 
tambien alcanzó la accion glacial. En las inmediaciones de 
Butamallin establecimos nuestro campamento esa tarde. Este lu- 
gar está dominado por un lado por un pintoresco peñasco volcá- 
nico, corral natural hácia donde los indígenas y despues los 
gauchos corrian los guanacos, tan abundantes aún hoy allí, para 
que se despeñaran luego desde la altura á pique y les proporciona- 
ra fácil y productiva cacería. Los cerros de pintorescas formas, 
dentadas, de vívido colorido y el hermoso paisaje que dominan, 
contrastan con las amarillentas y tristes tierras del bajo que aca- 
bábamos de dejar aún envueltas entre la bruma de la laguna y 
las engañadoras siluetas del espejismo sobre los vastos campos 
de sal. Al dia siguiente cruzamos el Portezuelo de Loncoche, 
alto de 2030 metros, que separa las aguas que corren al norte y al 
sud, dominado por los cerros de Butamallin y Tronquimalal 
(2310 m.). Este cordon, aparente, de serranias que se destacan 
del occidente, se extiende al oriente en cerros y lomajes que á 
medida que se acercan al llano oriental disminuyen de altura, 
formando la separacion de la hoya del norte del Malargue 
se unen, por medio de escoriales y volcanes pequeños, á la 
serranias Jongitudinales del Nevado. 

Entre el campamento y el portezuelo se observan caracte- 
rísticas morenas glaciales, y bajo ellas la roca neo-volcánica 
que cubre las capas sedimentarias cretáceas que presentan 
pequeñas fajas negras con rastros de carbon. El campo me- 
jora á medida que se avanza al sud, á pesar de la altura, y 
la capa de humus que vemos por primera vez mide en algunos 
puntos hasta tres metros, coronada por gallardas cortaderas 
(Gynnertum) que probablemente han producido ese fértil de- 
trito. Al Oeste, los farellones á pique del Cerro Butamallin, 
están cruzados por diques de rocas volcánicas y uno de estos 
diques atraviesa verticalmente las rocas sedimentarias inme- 
diatas al camino. Así como el Arroyo Loncoche corre directa- 
mente al norte, cruzado el portezuelo encontramos el Arroyo 
del «Agua Votada» que se dirige á su vez directamente al sud. 
Las capas cretáceas están inclinadas hácia el Oeste, y las are- 
niscas rojizas presentan caractéres metamórficos, probable- 
mente por la proximidad de las grandes masas volcánicas. El 
Arroyo del Agua Votada una vez que llega á Butaló tuerce al 
este por terrenos areniscos, sin pasto casi; lo atravesamos 
para trepar por laderas quebradas y desnudas que dejan ver 
su constitucion geológica cretácea y las rocas neo-volcánicas 


y 
S 


— 220) — 


negras, hasta alcanzar el portezuelo en la cadena que viene 
del noroeste. Desde ese punto tenemos al norte el cerro 
Loncoche, inmediato al portezuelo de ese nombre, y el cerro 
Lavatre al noreste. Se desciende al sud por una quebrada 
entre altos lomajes que parecen ser los contrafuertes de la 
cadena lateral de Calqueque por el oeste, teniendo al oriente 
el cerro Butaló. La Vega de Comalleu es una hermosa man- 
cha en aquel paisaje triste, en el que las capas cretáceas 
están cubiertas por negras rocas basálticas, y éstas á su vez 
por detritos glaciales que forman morenas muy características 
al llegar al valle del Rio Grande. La vista de este rio, donde cae 
el camino, es hermosa. El ancho cáuce presenta el rio dividido 
en varios brazos y las vegas verdes se extienden hasta las 
faldas de las montanas. Se ve desde allí que el Rio Grande ha 
cortado la cadena lateral de Calqueque, cuya formacion sedi- 
mentaria se observa en los rodados con fósiles que se ven en 
las morenas. 

El rio llevaba demasiada agua, y como no daba paso en ese 
momento debimos costearlo en su rumbo general, acampando 
en sus orillas donde fuimos víctimas de los mosquitos, jejenes 
y tábanos que dan merecida fama á la region. Por el occidente 
teníamos un cordon bastante elevado que precede áú los verda- 
deros Andes, y del que bajan algunos arroyuelos á aumentar sus 
aguas, y por el este las lomas son bajas, cubiertas de cascajo 
rodado y generalmente constituidas por rocas neo-volcánicas 
que reposan sobre areniscas y conglomerados en posicion hori- 
zontal, capas mucho más modernas que las que forman el cor- 
don citado. Más al este se levantan cerros aislados, volcánicos. 
bastante elevados. 

El valle es ancho durante unos veinticinco kilómetros hácia 
el sud-sudeste que es su rumbo general, y á esa altura se es- 
trecha obligado por mantos extensísimos de escorias negras 
que descienden de los cráteres que se ven en línea longitudinal 
al oriente y que domina algo más al este el colosal volcan 
moderno, el Payen, de reputacion legendaria por sus riquezas 
minerales, que nadie ha visto en estos últimos años. 

Paisaje tremendamente triste. Las negras lavas, destacándose 
retorcidas como gigantesca débácle de témpanos negros sobre 
las arenas blancas y brillantes de los médanos, arenas que 
resultan de la descomposicion de las tobas de esos mismos 
volcanes, se extiende con suave inclinacion desde los cráteres 
negruzcos, rojizos, que abrieron sus flancos para dar salida á 
esos torrentes incandescentes. No he visto en toda la República 


— 221 — 


paisaje con un carácter más acentuado de voleanismo moderno 
que aquél. Las lavas negras de Antofagasta de la Sierra, en la 
alta Puna de Atacama y sus conos renegridos, estriados de rojo 
y amarillo, no impresionan tanto; y el Payen, á pesar de no 
tener altura aproximada á la de los gigantes de la Puna, im- 
pone más por el aspecto terrible de desolación de ese paisaje, 
impresion que aumenta cuando se pasa desde los campos sem- 
brados del ancho valle del rio, á serpentear entre las arenas 
sueltas y las lavas abruptas y frescas en apariencia. Mucho 
deseaba demorarme é internarme en esos laberintos de escorias, 
cubiertos de espuma negra y alcanzar hasta los cráteres que 
nos atraian con sus misteriosos raudales rojizos y negros 
hasta perderse entre la bruma azulada, pero el tiempo nos era 
muy escaso, y, sin detenernos, empleamos todo el dia trepando 
esas escorias hasta dar con el famoso puente del rio, único 
paso por el momento. 

El rio, que á veces pasa de cien metros de ancho, se enca- 
jona de repente en una profunda grieta de la lava hasta medir 
apenas seis metros en algunos lugares, y allí se ha tendido un 
atrevido puente sin baranda alguna, estrecho, que si bien no 
ofrece peligro para ser cruzado por los que no sufren de vértigo, 
no es agradable hacerlo cuando se vé debajo, á diez metros, 
el espumante rodar de las aguas tronando sobre los negros 
peñascos y las cavidades de los costados á pique (lámina Il. 

El campamento quedó establecido esa noche al pié de un 
cráter negro y rojo, hermoso y tétrico (1170 m.), situado en la 
falda del cordon sedimentario longitudinal. Es digno de notar 
que estos volcanes modernos, cuando se presentan inmediatos 
á los cordones, se levantan en la falda como si hubieran aprove- 
chado puntos débiles de las plegaduras que formaron los cordones. 
Desde el campamento vimos la línea de volcanes modernos del 
oriente paralela á los cordones montañosos del occidente, y des- 
tacándose al norte, un gran cerro alto de cúspide más ancha que 
el Paven y que tiene la apariencia de pertenecer á otro tipo 
distinto de éste y de formar parte de una cadena que se prolonga 
al norte. Además del enorme Payen, más cerca se vé otro cerro 
más pequeño, que es el que probablemente ha derramado las 
lavas que han formado el gran escorial vecino. El tajo en la 
lava es parecido al del Atuel en Nihuil á través de las sierras 
del Nevado y de la Pintada, pero aquel se ha abierto en rocas 
porfíricas, mientras que éste cruza escoriales modernos. 

Desde el puente el camino trepa una empinada falda de rocas 
sedimentarias que me parece pertenecen á la formacion cretácea. 


999 


a 


, 


Desde la altura (1970 m.) se domina el oriente y el norte. Se vé 
desde allí un bajo extenso al norte del Payen, entre éste y el 
extremo de una cadena longitudinal más oriental, pero se obser- 
va que los cerros que cruzamos dos dias antes pertenecen á la 
línea del cerro Butaló que se prolonga por el cerro Huircan 
cuyas faldas costeamos. Los escoriales llegan hasta el pié de 
los cerros, que en este punto están formados de una roca de 
aspecto porfírico que recuerda al Cerro Pan, en la Cordillera 
de Copiapó. Cruzamos dos arroyuelos afluentes del Rio Grande 
separados por altos lomajes y acampamos á orillas del arroyo 
Calfuco ó Covunco (1600 m.), estrecho valle pero con hermosa 
vega. Al dia siguiente, 9 de Febrero, nos dirigimos al rio Bar- 
rancas; el camino al principio se hace por terrenos volcánicos 
y luego por formaciones sedimentarias con inclusiones volcá- 
nicas. A medio camino se levanta un hermoso volcan que ha 
cubierto de escorias el bajo, que parece fué antigua laguna, y 
al este-noreste y al este del Rio Grande, se destaca otro vol- 
can hermoso, moderno, cuya base de rocas estratificadas hace 
recordar, en conjunto, el volcan Azufre de Copiapó aún cuando 
sus proporciones son menores. 

El Rio Barrancas, es decir su valle abrigado, está cultivado; 
el trigo y la vina se producen bien, lo mismo que varias fru- 
tas. Para llegar ú ese rio hay que atravesar varios portezuelos 
cuya altura oscila entre 1500 y 1600 metros y el paso del rio 
se hace á 970 metros. Los bajos, entre los portezuelos, contienen 
arroyuelos que se dirigen todos con rumbo aproximado  oeste- 
este al Rio Grande. Pasado el Rio Barrancas, el que con el Rio 
Grande forma el Rio Colorado, se asciende de nuevo á altos 
lomajes con prados naturales, como Ranquilcó (1170 m.), y se 
llega al puesto de don Benjamin Cuello (1390 m.) donde acam- 
pamos esa noche. 

Los campos mejoraban notablemente v puede decirse que 
allí empieza la hermosa tierra del Neuquen, tan llena de 
promesas. Por campos ondulados, pastosos, seguimos al sud 
al dia siguiente, cruzando Butacó, grieta entre las rocas neo- 
volcánicas (1890 m.) por donde corre un arroyo caudaloso, y 
empezamos la bajada hácia el majestuoso Tromen, el volcan 
apagado más hermoso y más imponente de la region. El terreno 
mejora notablemente allí, siendo los campos que cruzamos los 
más fértiles que vimos en ese viaje. La laguna situada al 
pié occidental del Tromen, á la que se llega despues de cruzar 
un extenso escorial, es pintoresca en extremo: y ese dia, las 
aguas verdes, con reflejos dorados y sombras violadas de pecho 


—— PPoDPo—o90o]Ooeses€—EÉ— 


A 


de torcaz en el fondo donde se eleva el cerro gris negro, pre- 
sentaban un colorido que no he visto en ninguno de mis viajes. 
Los blancos cisnes y los rosados flamencos que abundaban en 
esas aguas, inmóviles, de orillas negras como tinta de China, 
realzaban la singular belleza tranquila y suave de ese paisaje. 
Sin embargo, los campesinos retiraban en ese momento sus ha- 
ciendas; el Tromen habia mujido poco antes y no faltaba quienes 
temieran que entrara en actividad. Todo el trayecto, hasta el 
pueblo de Chosmalal, á donde llegamos á la tarde, es hermoso 
y fértil; los sembrados presentan trigales y verduras cuyo 
crecimiento es prueba de la bondad de la tierra y del clima. Lásti- 
ma grande es que la forma imprudente en que se ha distribuido 
la tierra pública no obligue á la colonizacion inmediata. Las 
concesiones de grandes áreas serán siempre un desprestigio 
para el Gobierno argentino y una rémora para el progreso 
del país. Si la distribucion de la tierra pública se hubiera 
hecho en los territorios del Sud con el conocimiento prévio de 
esos terrenos, su poblacion actual sería cincuenta veces mayor. 
y ese territorio una provincia argentina rica y populosa. Pero 
con estancias de treinta y dos leguas, que solo requieren un 
hombre por legua para el cuidado de las haciendas, me temo 
que no prospere rápidamente esa admirable region. 

Llegamos el 9 á la tarde á Chosmalal (790 m.), el antiguo 
fuerte Cuarta Division, y hoy capital del Territorio del Neu- 
quen (lámina III, fig. 1), situado en la confluencia del rio de 
este nombre con el Curileo, y encontré allí acampados á los 
señores Hauthal y Zwilgmeyer. Chosmalal progresa, pero len- 
tamente. La distancia y la falta de caminos carreteros no son 
los principales obstáculos; estos son los que produce la falta 
de una buena ley de tierras que permita al colono trabajar 
en lo suyo desde el primer momento que lo ocupa, obstáculo 
con que se tropieza en todos nuestros pueblos nacientes del 
Sud. Ó pertenece el suelo á un afortunado particular que no 
siempre lo posee con buen título, cuando éste no ha sido 
arrancado al Fisco por sorpresa ó por indiferencia de los que 
tienen el deber de vigilar por el cumplimiento de las leyes 
que rigen su enajenacion, ó es del Fisco, y éste no se preo- 
cupa como debiera, de arraigar al poblador dándole ó ven- 
diéndole el pedazo que pueda cultivar. Y sin embargo, Chos- 
malal tiene porvenir, y grande. Su situacion lo permite, pues 
allí confluyen caminos de todos los vientos, y las riquezas 
minerales en que abundan las serranias inmediatas, contribui- 
rán, cuando llegue el dia en que las aprovechemos, á hacer pro- 


gresar las colonias agrícolas y pastoriles, que pueden prosperar 
en los fértiles valles. Pero hoy, raro es el colono que se atreve 
á poblar lejos del centro urbano; su vida está en peligro por 
los bandoleros que pasan de Chile perseguidos por la ¡justicia 
de aquel país. Y pena dá el ver abandonados tales prados y 
pensar que en tiempos en que el indio salvaje ocupaba esas 
tierras la vida del blanco no tenía allí mayores zozobras 
que hoy. 

Visité en las inmediaciones de Chosmalal algunos puestos 
donde antiguos pobladores chilenos cultivaban la tierra desde 
cuarenta anos atrás. ll indio los dejó trabajar en paz y el 
blanco, cuando arrojó al indio, no los molestó. Largas historias 
pueden referir esos hombres que han formado allí familias 
numerosas, testigos como han sido del poderío de los caciques, 
de sus malones y de sus orgias, de su decadencia y desapari- 
cion, no ante la civilizacion, que ya la tenian en las mismas 
condiciones que el actual habitante de esas campañas, pero sí 
ante el remington. El viejo fortin que se conserva en parte 
sobre un peñasco dominando los dos rios, ¡cuántas tragedias 
esconde en sus fosos! Hice en los tres dias que demoré en 
Chosmalal, varias pequenas excursiones que me permitieron 
conocer sus valles inmediatos, tan ricos en fósiles cretáceos y 
jurásicos, y las famosas minas de sal que proveyeron á los in- 
dígenas y proveerán á sus sucesores. Es muy pura, cristalizada, 
como la llamada sal de piedra y se le encuentra entre margas 
cretáceas mezclada con yeso en lentes más ó menos grandes, 
en forma parecida á la de los depósitos de sal de Wielizca. 

La quebrada de Chacay Melehue, que desgraciadamente no 
pude visitar, pero que examinó el señor Hauthal, es la más 
poblada y fértil de la region. Por ella se llega, por alfalfares y 
trigales, á la «Cordillera del Viento», cadena paralela á los 
Andes. Esa sierra pintoresca está compuesta de areniscas y 
contiene minerales de plata, de los que se han reconocido tres 
vetas de buena ley. Inmediatos hay mantos de carbon, del 
tipo Rafaelita, pero en el punto en que se le ha encontrado 
sería difícil y muy costosa su explotacion por estar alteradas las 
capas en que se encuentra este precioso combustible. 


Jal 


DE CHOSMALAL Á JUNIN DE LOS ANDES 


El 15, habiendo conseguido hacer cruzar el equipaje con los 
medios primitivos de que se podia disponer, abandonamos de ma- 
drugada Chosmalal para poder alcanzar en la tarde á Norquin. 
El trayecto es hermoso y se hace por un camino carretero per- 
fectamente trazado y que hace honor al teniente coronel Franklyn 
Rawson, Gobernador del Territorio, á cuya actividad y cons- 
tancia se debe, lo mismo que el de Chosmalal á Pichachen, 
actualmente en construccion. Si nos fuera dado emplear en 
caminos en la República solo el precio del más pequeño de 
los acorazados de la escuadra argentina cuánto provecho 
resultaria para regiones tan ricas y tan descuidadas! Como 
dije, el trayecto de ese dia fué hermoso: los campos mejo- 
ran; han desaparecido totalmente las lavas y las escorias; 
las praderas y faldas son pastosas y Taquimalal produce buena 
impresion con los dorados trigales destacándose del verdor de 
las faldas, que empiezan á ser arboladas en los bajos. Desde 
el alto de la cuesta del Durazno, elevada de 1870 metros, que 
separa las hoyas del Neuquen superior de las del Rio Agrio, 
se domina un inmenso paisaje: todo el prolongado valle viejo 
del Agrio, desde las sierras que lo circundan por el norte apo- 
vadas en los contrafuertes de los Andes, hasta las lejanas 


— 226 — 
sierras de Catalin por el sud. En el bajo, lejos, puntos ne- 
eruzcos diseminados sobre el ámplio llano indican el antiguo 
campamento militar de Norquin, que ha pasado á manos de 
particulares. 

El camino serpentea entre pastos tupidos y pasa al cos- 
tado de un alegre puesto, donde vemos enredaderas cubriendo 
el quincho de las paredes y las fajas del techo de los pinto- 
rescos ranchos; flores rojas de malvas avivan el paisaje y 
un arroyuelo. manantial que brinca entre pajas y berros, cu- 
lebrea entre los corrales enclenques de vacas, cabras y cerdos. 
Varias mujeres diligentes lavan ropas, cantando, y algunos 
hombres echados en el suelo, duermen. Las primeras planta- 
ron indudablemente las flores y las enredaderas; los segun- 
dos heredaron el rancho y los corrales de algun viejo capita- 
nejo que reunió allí las haciendas que le tocaron en el reparto 
del malon. Si el indio poco se ha modificado con la destruccion 
del aduar, sus mujeres en cambio han progresado; parece que 
hoy son más mujeres, ya rien. El galope entre el puesto y Ñor- 
quin, donde llegamos al anochecer, se hace por excelente piso; 
hay potreros que recuerdan la pampa inmediata al Tandil, en la 
Provincia de Buenos Aires, v todos los lomajes vecinos verdean. 

A tristes reflexiones dió lugar el espectáculo de Norquin; 
cuadras de edificios en ruinas, hermosos cuarteles sin puertas, 
vestigios de un poderoso campamento que no debió dejar de 
serlo, pero, siempre el mismo defecto nacional por todas partes: 
la desidia y la ignorancia del valor de la tierra en perjuicio 
del tesoro comun. 

Cientos de miles de pesos han debido costar aquellas cons- 
trucciones que son ruinas y nada más, cuando pudieron ser 
plantel seguro de un gran centro de produccion, dadas las con- 
diciones del suelo, la bondad de los terrenos inmediatos y la 
proximidad de Chile á donde conducen fáciles caminos. 

Situacion semejante en los Estados Unidos hubiera sido 
aprovechada tan pronto como hubiera sido descubierta; se ha- 
brian levantado va ciudades; el valle estaria cruzado por ferro- 
carriles y las próximas fuentes termales de Copahue tendrian 
fama universal. Allí se habria agrupado todo el refinamiento 
de la civilizacion moderna, tal es el pintoresco y grandioso me- 
dio en el que brotan y surgen las aguas milagrosas cuva fama 
atrae ya á chilenos y argentinos; pero, tambien, las termas son 
va propiedad particular por concesion nacional. 

Oigo en Norquin que el general Godoy debe llegar á Co- 
dihue en estos dias; que busca sitio á propósito para establecer 


— AAN 


227 
el cuartel general de la division del Neuquen, de acuerdo con 
el plan de distribucion de las fuerzas militares de la Nacion, 
y que se encuentra con que ésta ya no posee una legua 
de tierra útil en aquellos parajes. El soldado que dió su 
sangre para librar del salvaje esa hermosa region, debe pagar 
arrendamiento por el sitio en que tiende su recado! 

Más adelante nos encontraremos con el sitio destinado á la 
colonia agrícola y pastoril «Sargento Cabral», que se destina 
á premiar al soldado que quiera hacerse labrador ó pastor 
una vez que los años y los servicios le obliguen ú dejar el 
servicio de la patria. Allí no hay un metro cuadrado aprovecha- 
ble y ni para las cabras; en cambio, todo lo bueno que rodea á 
la «Colonia» tiene dueño. 

En Norquin hay una extension de más de tres leguas que 
puede ser regada y es de esperar que no tardará mucho tiempo 
sin que se colonice ese hermoso terreno cuyo riego es fácil. 
Los bosques inmediatos proporcionarán en abundancia exce- 
lentes maderas. 

Cruzado el Rio Agrio se penetra en un escorial extenso y 
en lomajes tendidos y mesetas cortadas por hondos cañadones, 
por los que corren entre arboledas ligeros arroyos, afluentes del 
Agrio, y en cuyos cajones, en el fondo, se ven los nevados de 
los Andes por el Cajon de Trolope. Llegamos á la Estancia «La 
Argentina», poblacion de reciente creacion, cuyo dueño afor- 
tunado explota ya con pingúes resultados. El Agrio ha perdido 
á esa altura, con la incorporacion de sus afluentes nombrados, 
la amargura que dió nombre á sus aguas debida al alumbre 
de los volcanes andinos, en los que tienen orígen. Necesitando 
para mis propósitos tener una idea de las serranias del Oeste, 
dispuse que los señores Wolff y Hauthal se dirigieran desde 
«La Argentina» húcia ese rumbo y la cruzaran hasta encontrar 
el camino del rio Bio-Bio, el que seguirian para reunirse con- 
migo en el Arco. 

El Agrio costea por el oriente una serrania que se prolonga 
al norte por el Durazno y de la que forman parte las sierras 
de la Campana —Campana- Mahuida —cuyas riquezas minerales 
son inagotables al decir de los vecinos. No me es posible 
aceptar ni rechazar estos dichos, pero sí puedo afirmar que en 
esa interesante cadena se han descubierto minerales de plomo 
y plata y mantos de carbon. Las formaciones cretáceas y jurá- 
sicas se presentan en poderosas capas fosilíferas, mientras que 
al oeste parece que han desaparecido las rocas sedimentarias. 
La Cordillera de los Andes y sus cadenas laterales al occidente 


del valle antiguo longitudinal, á cuyo costado oriental corre el 
lio Agrio, está ya formada por rocas igneas más ó menos 
modernas y presentándose el gneiss algo más al sud. 

Habiendo hecho noche en «La Argentina», al siguiente 
medio dia llegamos al Rio Codihue, donde, en la estancia de 
don Dalmiro Alsina, encontré al general Godoy á la espera del 
primer cuerpo de la division militar que deberia llegar en esos 
dias. Siempre el ejército nacional ha sido el eje sobre el que ha 
girado nuestra prosperidad. Sus servicios en las fronteras no 
se cuentan generalmente entre sus más gloriosos timbres, 
pero merecerian serlo. ¡Cuánta abnegacion, cuánto sacrificio 
oscuro! 

Los que nunca se alejaron de los grandes centros, los que 
no conocieron al soldado de frontera en su puesto, no pueden 
comprender el respeto que les profesamos los que los vimos en 
aquellas tremendas soledades, acechados siempre por la muerte, 
despues del martirio, y listos siempre para afrontarla sin el 
consuelo de dejar el recuerdo de su sacrificio. ¡Cuántas reminis- 
cencias me trajo aquel grupo de veteranos tostados! ¿Cuando 
nuestros escritores militares contarán al pueblo la historia 
del viejo fortin más humilde, que habla más alto sobre el 
cumplimiento del -deber que muchas batallas de las que nos 
orgullecemos? Los veteranos de las fronteras son para mí 
los verdaderos descendientes de los veteranos de la Indepen- 
dencia. 

En Codihue despaché la tropa en direccion al Rio Caleufú, 
punto que habia fijado para encontrarme con los señores Roth 
y Soot; y me dirigí el 18 acompañado del señor Zwilgmeyer al 
oeste, para visitar las hermosas regiones que riegan el Rio 
Aluminé y sus afluentes. 

El camin> asciende la meseta central y desde ésta se tiene 
una vista ámplia que permite distinguir con claridad los cor- 
dones montañosos; el que orillea el Agrio inclínase hácia el 
sudeste, presentando una ancha depresion por la que corre 
ese rio en su rápido desvio al este. Desde el noroeste se ve un 
cordon alto que desciende en elevacion á medida que se acerca 
al sud hasta desaparecer en suaves lomajes, y que es reem- 
plazado por las sierras de Catalin que toman rumbo al sud- 
este tambien. Cruzamos un pequeño arroyuelo y luego el cajon 
del Rio Aichol, afluente del Rio Agrio; ese cajon está plan- 
tado de trigo. La meseta formada por rocas sedimentarias 
plegadas está cubierta por lavas neo-volcánicas, y se ondula á 
medida que avanza hácia el oeste en hermosas colinas sobre 


— 229 — 
las que aparecen los primeros Pehuenes ó Araucaria imbricata, 
que vimos en el viaje. Entramos á los cerros y á la quebrada 
de Pino Hachado, donde se ha establecido un aserradero que 
proporciona tablazon áú las estancias vecinas y convertia los 
árboles nuevos en postes para el telégrafo que se tendia entre 
General Roca y Chosmalal. La Comisaría de Pino Hachado está 
situada en la primera angostura de la quebrada, en un paraje 
pintoresco y abrigado (1340 m.). 

Bellos paisajes vimos al dia siguiente: el bosque es hermo- 
sísimo, la flora rica y útil, los frutillares empiezan y los pehuenes 
miden á veces hasta dos metros de diámetro, dominando en 
el bosque los robles australes. Los cerros cortados á pique 
muestran gigantescas y maravillosas pantallas á modo de hojas 
de palmeras, formadas por las lavas al enfriarse en columnas. 

Aun cuando la roca de los cerros es volcánica moderna, en- 
contramos trozos sueltos de granito, vestigios de la época glacial. 
Seguimos el cajon del Rio Aichol hasta encontrar la cima del 
cordon que separa las aguas que van al oriente, de las que 
descienden al sud y sudoeste para alimentar el Aluminé. En 
esa sierra no vimos ni árboles ni arbustos, pero sí hermosos 
pastos. Su altura es relativamente considerable (1670 m.). La 
quebrada que descendimos sirve de lecho al Arroyo Litran; es 
más abierta, pero tan bella y fértil como la anterior y desemboca 
en el valle longitudinal abierto llamado del Rio Arco, primer 
afluente norte del Aluminé. En las proximidades de sus fuen- 
tes, al pié del Cerro Batea, está situada la Comisaría del Arco, 
punto que habia indicado á los señores Wolff y Hauthal para 
reunirnos. 

Como no encontrara allí á mis compañeros resolví espe- 
rarlos allí y aprovechar la demora para recorrer las inmedia- 
ciones. A un kilómetro al Norte de ese punto encontré en un 
hermosísimo parque natural cuyos macizos están formados por 
grupos de araucarias y robles, limitado al este por una pin- 
toresca barranca boscosa y tapizada de helechos, las fuentes 
más australes y orientales del Bio-Bio y las más boreales del 
Aluminé; las gotas que destila la roca entre las raices de los 
helechos se deslizan al dorado prado y bajan unas al Océano 
Pacífico y otras al Océano Atlántico (láminas IV y V). El que 
acostumbrado á considerar como barrera abrupta y colosal la 
línea divisoria de las aguas continentales, viera este cuadro 
experimentaria una decepcion profunda. Si trepa algunos me- 
tros, hasta dominar el horizonte sobre la copa de los pinos que 
dan sombra á esas fuentes, veria á lo lejos, en el occidente los 


— 230 — 


nevados andinos que se prolongan, viniendo desde el Istmo de 
Panamá, y que las geografias de pacotilla enseñan que son al mis- 
mo tiempo la línea distribuidora de las aguas del continente. El 
Arroyo del Arco en sus fuentes tiene una altura de 1200 metros 
sobre el mar y se desliza mansamente al sud por el valle formado 
por las cenizas volcánicas; el arroyuelo afluente del Bio-Bio 
se desliza más veloz, salta sobre las rocas de la antigua mo- 
rena frontal del gran ventisquero perdido y desciende al her- 
moso rio que trae su curso principal de occidente. Tentados por 
el hermoso paisaje descendimos al valle próximo á galope ten- 
dido, tan suave es el declive, y atravesando el rio nos dirigimos 
sobre morenas y prados hermosísimos hasta la orilla del Lago 
Guayetue. Este se extendia tranquilo por larga distancia pero el 
sol entrante no permitia ver ni calcular su extremidad occiden- 
tal. Pude sí contar desde la desembocadura del rio cinco on- 
dulaciones ó cordones aparentes y dominando éstos el volcan Yai- 
mas al oeste-sudoeste. El Bio-Bio poco despues de salir del lago 
y antes de tomar rumbo al norte recibe el Arroyo Rucunuco que 
le lleva las aguas del Lago Ycalma, situado entre el Lago Gua- 
yetue y el Lago Aluminé. El cerrito de la Batea se destaca 
aislado al oriente del arroyo. Así, las aguas del Bio-Bio 
nacen al oriente de esos cordones andinos, y los atraviesan 
luego para vaciarse en el Pacífico. Esta hoya produce la impre- 
sion de ser resto de un gran lago del que son restos los tres 
nombrados — Aluminé, Ycalma y Guayetue — habiendo formado 
las erupciones modernas con sus lavas el Cerro de la Batea; 
erupciones que han rellenado el lago primitivo con sus tobas, 
las que fueron á su turno destruidas en parte por la erosion de 
la época glacial, cuyos vestigios son las morenas de la planicie 
alta. Esta planicie es el vestigio más grande del lecho del gran 
lago en la segunda época de desarrollo de los ventisqueros, que 
formaron morenas y cuyos restos existen aún entre los cordo- 
nes montañosos vecinos. El actual valle bajo mide más de 
veinte kilómetros de este á oeste y la poblacion empieza á 
afluir allí formada por los emigrantes chilenos que se alejan 
del territorio alarmados por ruidos de guerra que esparcen otros 
de esa misma nacionalidad, que adquieren así á vil precio las 
sementeras que abandonan los crédulos en esa guerra tan im- 
posible como pregonada. - 

Esa tarde llegaron á la Comisaría los señores Wolff y 
Hauthal. Habian hecho una interesante cruzada y me propor- 
cionaron los datos generales que necesitaba. Desde la estancia 
«La Argentina» habian penetrado por la quebrada del Arroyo 


= 231 == 


Pailahue y sobre la meseta y sus escoriales se habian dirigido 
al oeste atravesando el Arrovo Manzano, v costeando los lo- 
majes inmediatos al Arroyo Butahuao alcanzaron la cumbre de 
la serrania por la hermosísima y fértil quebrada de Yumu- 
vumu. Esa zona montañosa exige un estudio detenido en su 
orografía y su geología, el que me prometo disponer más ade- 
lante. Hay allí un mayor desarrollo de los Andes en sentido 
transversal, agrupacion de macizos volcánicos como se ven 
en otros puntos de la Cordillera. 

Las rocas indican un cambio en la formacion geológica 
general de las cadenas de más al norte: el gneiss, el granito 
y el pórfiro, aparecen bajo las rocas neo-volcánicas y no se 
ven capas sedimentarias. Además, esas serranias, que des- 
cienden, como he dicho, en altura hácia el sud, desvian al 
sudeste, y puedo decirlo desde ya, no corresponden, en su 
prolongacion aparente, á la Cordillera de los Andes; pero 
para resolver con completo conocimiento si las montañas que 
eruzaron mis compañeros deben ser consideradas como parte 
integrante de los Andes ó no, es indispensable un estudio de- 
tenido. Desde la altura del cordon indicado que separa las 
aguas que caen al Rio Agrio de las que bajan al Rio Bio-Bio, 
se ve al oeste una série de montanas que se dirigen al sud y 
luego al sud-sudoeste más altas que las de Yumu-yumu, tal 
como éstas se presentan del Cajon de los Burros. afluente del Rio 
Butahuao. Las aguas que descienden al oeste alimentan el 
Arroyo Rahue, el que se considera como rio una vez que recibe 
las del Arroyo Putul, que nace entre los ventisqueros de la pin- 
toresca hondonada del norte entre las montañas que aparentan 
formar allí un gran nudo orográfico. El Rio Rahue se vacia en el 
Bio-Bio en la cabecera norte del hermoso Valle del Lonquimai, 
la joya de los valles andinos por cuyo alveo culebrea el Bio-Bio 
unas veces tranquilo y otras formando sus aguas brillantes esca- 
mas sobre las piedras rodadas y pulidas cuando su fondo 
disminuye. Así lo ví desde el alto del camino carretero del 
Arco: serpiente colosal retorciéndose en brunidos anillos entre 
los prados donde los ganados del exodo chileno restauraban 
las fuerzas aniquiladas en la rápida huida ante el fantasma del 
despojo argentino. 

En ese valle están las ruinas de los fortines chilenos Lon- 
quimai y Liucura, y los habitantes cuentan, con más ó menos 
exactitud encuentros sangrientos que se produjeron entre sol- 
dados argentinos y chilenos durante nuestra campaña contra 
los indígenas, considerando cada avanzada que el terreno en 


— 232 — 


que operaban pertenecia, una á Chile, otra á la Argentina. Esta 
incertidumbre no ha desaparecido aún, y no desaparecerá mien- 
tras los trabajos de la delimitación de fronteras no lleguen allí. 
No basta que unos y otros digamos: esto es nuestro, porque 
sí. Estas razones no son razones, porque no están fundadas. 


El tiempo apuraba y nos dirigimos al sud dividiéndonos la- 


tarea: el senor Hauthal con el senor Wolff para seguir por 
el bajo valle del Aluminé hasta el del Chimehuin y yo con el 
señor Zwilgmeyer para examinar la zona ondulada que prece- 
de la línea de montanas del oeste. 

El valle abierto formado por las tobas que rellenaron el 
viejo valle profundo longitudinal desciende suavemente desde 
el Arco, hasta cerrarse por colinas graníticas, entre las que 
ha abierto profundo cajon el arroyo. El paisaje es verdadera- 
mente hermoso; primero las araucarias se presentan en bosque- 
cillos rodeados de praderas; luego la region se hace abrupta, 
con claridades en las cimas ámplias redondeadas por los anti- 
guos hielos, y la senda caracolea entre los troncos columnares 
de los pinos, entre los que ya se mezclan numerosos cipreses. 
Esta senda, en la que encontramos á cada momento familias 
chilenas que emigran formundo curiosos grupos con sus gana- 
dos que adelantan lentamente: vacas, cabras, ovejas, guiadas 
por un enorme buey que muje y rezonga ante ese viaje 
ridículo cuando cruza el arenal y sólo calla cuando enrojece 
su hocico en los frutillares, nos conduce al sud de la angos- 
tura, á la ámplia cuenca del viejo lago, ensenada antigua 
de la gran hoya lacustre á que he hecho referencia anterior- 
mente, y en la que brilla como acero bruñnido el Lago Aluminé. 
Trepamos la alta morena que lo domina por el noroeste en 
su desagúe, para tener una impresion del paisaje y con ella 
poder disponer más adelante del estudio de su cuenca (lámina VI). 

El lago parece dividirse en grandes senos y se extiende 
desde el ocste, donde creo distinguir angosturas al pié de los 
cerros nevados del fondo; islas pequenas, boscosas tachonan 
su superficie rizada suavemente. En los trozos erráticos de 
la morena predomina el granito blanco y el rosado y las 
dioritas, pero no observo ni andesita ni ninguna otra roca 
volcánica. Esa morena se encuentra sobre la meseta general, 
fondo de la antigua hoya que reposa sobre el granito que 
se ve en la angostura que existe poco más al sud del desagúe 
del lago. Ya el rio ha recibido las aguas del Arroyo Litran 
y corre veloz, caudaloso, desviándose hácia el sudeste. Segui- 
mos al sud por sobre lomajes graníticos cubiertos de capas 


— 233 — 


de rocas volcánicas de superficie horizontal. Cuando alcanza- 
mos estos lomajes, vemos al oeste montañas boscosas y 
detrás de ellas hermosos nevados. Al oriente, sobre la meseta, 
se levantan los cerros que forman la cadena de Catalin, pe- 
dregosos, pelados, y al norte de ésta la alta meseta que la separa 
de las sierras del norte de Pino Hachado. En esa falda abrupta 
de la ribera izquierda del Aluminé, es donde está ubicada la 
futura «Colonia Sargento Cabral», ubicacion que es una san- 
grienta burla á la buena fé de la Nacion. Vaya un premio el 
que se destina al soldado cumplidor! Producen náuseas tales 
hechos. ¿Por qué los que tal zona indicaron para colonizar no 
se fijaron en las hermosísimas praderas y lomajes del Pulmari. 
del Quillen, ete., inmediatos? 

En la tarde del 22 paramos en la Vega de Pulmari, verda- 
dera tierra de promision, y al dia siguiente, acompañados del 
senor Keen, administrador de la estancia que allí se está for- 
mando, nos dirigimos al oeste para conocer las vegas de 
Norquincó, de renombre por su hermosura y en cuyas inme- 
diaciones se ha dado principio á la demarcacion de la frontera 
con Chile. 

Esa region de Pulmari y sus alrededores es una de las 
más hermosas que he visto en mi vida, y bien aprovechada 
por la Nacion sería, á no dudarlo, en breve tiempo un cen- 
tro de actividad si la colonizacion se hiciera con elementos 
que correspondan al suelo. Pero, para esto es indispensable 
rehacer nuestras leyes de colonización, que si bien pudieron 
tener su aplicacion cuando se creia que el territorio argentino 
fiscal tenia el tipo general de la pampa—el llano —hoy que 
felizmente se sabe que tenemos territorios tan variados en su 
constitucion física que permitirán la variedad en las industrias, 
que constituirán nuestra mayor riqueza, es necesario estimular 
el aprovechamiento racional de la tierra y sus recursos naturales. 

Los paisajes que se suceden en nuestro camino son tan va- 
riados como bellos. Los pequeños lagos azules, profundos, como 
lentes irregulares, bordeados en la hondonada por araucarias y 
cipreses, y las blancas orillas de cuarzo descompuesto, forman, 
mirados desde arriba, plácido conjunto, tranquilo en su suave 
magestad, sin tonos violentos ni ruidos. Il pasado, la ima- 
nidad humana, la encontramos en las blancas calaveras y en 
los huesos destrozados de un cementerio indígena revuelto por 
los buscadores de prendas de plata, y pasado este cuadro lú- 
gubre penetramos en una hermosísima llanura, donde hubié- 
ramos querido encontrar la lecheria que completaria aquel marco 

Tomo VIII. Ej 


encantador. Los pequeños lagos de Nompehuen y Norquincó 
(lámina VII, fig. 1 y 2), llenan el centro y las ruinas del fortin 
avanzado, evocan pasados trances. Allí flameó la bandera que- 
rida, en el avance duro de nuestros soldados, cumpliendo el 
deber sagrado de defender á la patria, sin más preocupacion que 
ésta. Allí están las tumbas de los lanceados por el salvaje, en 
sus luchas de cien contra uno. ¡Pobre milico! tu sacrificio anó- 
nimo no ha dado aún resultado y ya ha sido olvidado.... 
Acampamos en el mismo punto donde tuvo su campamento 
la sub-comision argentina demarcadora en el año pasado, y al 
dia siguiente alcancé hasta el Valle de Reigolil, donde está el 
puesto indígena de Curanemo (lámina VII, fig. 3); visité el mojon 
(1060 m.) en el orígen de los arroyuelos que forman el divortia 
aquarum continental, al que se llega insensiblemente, pues la pen- 
diente del terreno no alcanza á cinco por mil desde el Aluminé. 
La quebrada es contínua entre el llano occidental y el Alu- 
miné y difícilmente puede considerarse aquello como el dorso 
andino, sin mayores investigaciones. Ese camino de Reigolil, 
se hace á todo galope, bajo galerias de cañas y de frutales, y 
es uno de los pocos que pueden ser tropeados durante el 
invierno hasta los pueblos del valle central de Chile. El pode- 
roso macizo de Zolipulli que se prolonga al noroeste, cortado 
por las aguas que bajan de la hondonada donde se ha erigido 
el mojon divisorio, parece ser continuacion de los nevados que 
ví desde la morena del Lago Aluminé y desde el Lago Guaye- 
tue; y la impresion que recibí de esa excursion, es la de que será 
necesario un estudio muy detenido de la region para poder 
trazar con seguridad en ella ó en sus vecindades la línea 
de fronteras, de acuerdo con la letra v el espíritu de los tratados 
que la disponen, y me convenzo una vez más de la impres- 
cindible urgencia que hay en disponer el estudio general de la 
Cordillera de los Andes, antes de proceder á la marcacion en 
detalle de la línea divisoria. Il lector no extranará que con 
frecuencia me refiera á nuestra cuestion pendiente de límites 
con Chile, si recuerda que es mi preocupacion constante de 
veinticinco años atrás y que uno de los propósitos de mi viaje 
es el de extender mis conocimientos generales sobre los Andes. 
La laguna Pilhué, inmediata al hito, es de una belleza tran- 
quila indescriptible, dominada por las faldas de las colinas, 
velludas por el bosque tupido hasta las cimas. En su extremo 
oriental se levanta una gavilla de preciosas columnas ande- 
síticas, características, que aumenta el interés por ese paisaje 
solitario hoy, pero que será uno de los grandes atractivos 


— 


— 235 — 

de la region, cuando el ferrocarril que se construye hasta la 
confluencia de los Rios Limay y Neuquen, llegue á Temuco 
por el valle transversal de Reigolil. Los fatigados en la vida 
kaleidoscópica de Buenos Aires han de buscar en estos paisa- 
jes maravillosos infalibles calmantes, si nuestro gobierno se 
preocupara de conservar estas «reservas» para convertirlas 
en «Sanatoria» naturales, disponiendo la colonización de esa 
tierra fiscal en forma tal que no se destruyeran aquellos bos- 
ques tan hermosos. El cerro Uriburu, manto de lava negra, 
tachonado de amarillo, rojo y borra de vino en los bordes del 
viejo cráter, relleno de escorias, domina todo el conjunto. Al 
norte se desarrollan las bellas quebradas de Nompehuen y de 
Rumeco, que lleva la senda que conduce al volcan Llaimas. 

Abandonamos ese valle y trepando entre el bosque de arauca- 
rias (lámina VII, fig. 4) por empinadas cuestas transversales cu- 
biertas de rocas erráticas, dejamos al oeste la quebrada de Coloco, 
en cuyo centro, en el suave portezuelo que divide las aguas que 
alimentan el Pulmari, de las que forman uno de los muchos 
afluentes del Reigolil, se ha colocado un segundo hito y descendi- 
mos al valle del Rucachoroy, menos pintoresco que el del Pulmari, 
pero tan fértil y tan aprovechable como aquél. El tiempo nos es 
cada vez más escaso, pero á medida que avanzamos y recono- 
cemos la region, más interés nos despierta y aumenta nuestros 
deseos de conocerla en sus detalles; pero no es posible detenernos, 
pues el programa es extenso y debo realizarlo. Antes de llegar 
al lago Rucachoroy, trepamos nuevamente la alta meseta granítica 
cubierta tambien por rocas volcánicas, y alcanzamos ya entrada 
la noche el hermoso valle de Quillen, en las proximidades del 
lago de este nombre. Esperaba encontrar en sus orillas el cam- 
pamento de la 4* sub-comision argentina y lo consigo en la 
mañana siguiente. Estaba establecido á la entrada del bosque 
abrigado en un paisaje idílico. Me recordó aquel pedazo de lago 
en la ténue niebla matinal, algunos fuminos de Allongé: los jun- 
cos parecían surgir del vacio, tan quietas estaban las aguas y 
de tal manera reflejaban el cielo; la arboleda, más lejos, som- 
breaba de verde las aguas plomizas y sólo en el centro del lago 
tomaban éstas colorido azul pizarra. El cerro Ponom destacaba 
la curiosa descomposicion de sus lavas que tal vocablo obsceno 
han merecido, y en el fondo, el sol naciente alumbraba el simé- 
trico y hermosísimo volcan Lanin, como fantástico cristal de ro- 
sicler cubierto con manto de plata brunida. El Lanin es el cerro 
más característico y dominante del Territorio del Neuquen, y 
era un viejo conocido que tenia á la vista desde dias atrás, pues 
se adelanta al viajero desde la sierra de Aichol. 


=— ANO. = 


A media tarde dejé el campamento de la sub-comision, y 
eruzado el valle, acampamos á la noche en un lugar abrigado de 
la altiplanicie, próximo á las nacientes del Pichileufu (1200 m.). 
Al siguiente dia continuamos por altos y bajos cruzando gargan- 
tas pintorescas y lomajes fértiles y arbolados, y pasado el alto 
portezuelo granítico de Huahuan (1500 m.), volví á encontrarme 
en el bosque de araucarias que cubre el depósito glacial pastoso 
de la cima de la vieja altiplanicie granítica. Esta meseta que. 
como enorme cuña, separa las montañas de orígen más moderno, 
cuyos cordones paralelos están tan próximos unos de otros más 
al norte del Bio-Bio y que han producido esa aparente solucion de 
la línea de los volcanes del occidente que han dado el alto re- 
lieve á la Cordillera, es un hecho orográfico que obligará á los 
demarcadores de la frontera á proceder con cautela suma para 
encontrar la verdadera línea divisoria internacional. 

He dicho que volví á encontrarme, porque hasta allí alcancé 
en Enero de 1876 durante mi primer excursion á la region 
andina patagónica. Del grupo de araucarias que allí se levanta 
coronando la cima llevé dos conos como recuerdo, eñ ese 
año, sintiendo no poder hacer lo mismo con una planta jóven 
que se erguia entonces al pié de aquellos gigantes. El cogollo 
escamoso de aquella planta se habia convertido ya en ámplia 
copa escamosa, radiada, verde esmeralda reluciente con el rocio 
matinal, y era ese el mismo paisaje agreste que conservaba en el 
recuerdo: el blanco cono del Lanin entre los claros del oscuro 
ramaje de los viejos de la selva, y el mismo manantial humilde, 
donde descansé con mi buen companero el capitanejo Nahuel- 
pan (), para almorzar piñones y frutillas (lámina VII). Cuando 
hice esa visita los indígenas me dijeron que el nevado se lla- 
maba Pillan ó Quetrupillan y así lo publiqué, pero posterior- 
mente he reconocido mi error. El Quetrupillan «cerro truncado» 
se encuentra situado algo más al oeste y no es visible desde 
aquel punto. 

El encajonado arroyo Pichi-Nahuelhuapi que lleva sus aguas 
al Aluminé no tiene este nombre, aun cuando se lo dan algunas 
cartas geográficas. Este corresponde solo á la laguna donde tiene 
su origen; el arroyo no tiene nombre, pero al paso escabroso y 
escondido (750 m.) los indios le llaman Huahum. Hicimos cam- 
pamento esa tarde en el vallecito de Huahum (900 m.), al 
que los indígenas llaman tambien Pilolil, por unas rocas con 


(2) Fusilado en 1882 en el llano de Maipú, en una de las horas negras 
de esa época de lucha, en las que no siempre se procedió con justicia. 


ASA 


— 237 — 


cavidades profundas situadas en la márgen izquierda del Alu- 
miné, donde desagua el arroyo del valle. Allí encontré terrenos 
sedimentarios pero no me fué posible determinar la edad pues 
me faltó tiempo para buscar fósiles. 

El 27 temprano me adelanté por el pintoresco camino indí- 
gena que tantas veces recorriera en otro tiempo, y en pocas horas 
alcancé á la pampa del Malleco ó Rio Malleu, donde al abrigo 
del promontorio andesítico de Pungechaf, acampaba en 1876 
la toldería de Ñancucheo. 

Allí. en ese punto, tuve en aquel año noticias de la gran 
invasion á la Provincia de Buenos Aires, que se proyectaba 
por las indiadas sublevadas de Namuncurá y de Catriel, y desde 
allí resolví regresar á Buenos Aires, sin pérdida de tiempo, para 
dar aviso de tales preparativos: duro galope entre Caleufú y 
Cármen de las Flores que me permitió dar la voz de alarma 
tres dias antes de que se realizara la terrible invasion que desoló 
el Sud de la Provincia. De aquellos toldos apenas quedan las 
piedras tostadas de los fogones y huesos carbonizados, pero en 
mi recuerdo vivirán la pintoresca agrupacion de toldos y las 
fiestas de la nubilidad que presencié entonces, y cuando tales 
reminiscencias evoque me veré revolcándome entre los almo- 
hadones del gran toldo de Ñancucheo, el bravo cacique de valor 
proverbial, cuando la visita del araucano vendedor de aguar- 
diente, en el que el ladino indio evocó en discurso de tres 
dias toda la historia de la raza, para concluir por ponderar 
el asqueroso licor que vendia y que la ha aniquilado (?). 

Creo que esas tierras son todas aun fiscales, felizmente, y 
nuestro" gobierno debe hacerlas estudiar por hombres de concien- 
cia y colonizarlas luego en la seguridad de que esta colonización 
será rápida y productiva. 

El valle del Malleco (730 m.) se extiende ámplio, pastoso 
hácia el occidente donde el rio de este nombre toma las aguas 
de la laguna del Tromen (950 m.), inmediata al norte, del Lanin, 
el que tambien dá aguas al Malleco, dividiéndolas con el Lago 
Huechu-Lafquen (830 m.), situado en su falda sud. Las colinas 
inmediatas, transversales, que forman la separacion de los valles 
del Malleco, en su curso superior y del Chimehuin, son todas 
pastosas y boscosas, pero los pehuenes disminuyen y desapare- 
cen al llegar al Chimehuin superior. El antiguo camino indi- 
gena entre las tolderias de Caleufú (cacique Shaihueque), Collon- 
Curá (cacique Molfinqueupu) y Pungechaf ó Malleco (cacique 


(2) Viaje 4 la Patagonia Septentrional. Buenos Aires, 1879. 


Nancucheo) sigue las aguas del Arroyo Palihue por la pampa 
de este nombre y luego penetra en las quebradas que comunican 
con el valle profundo del Collon-Curá, atravesando así las serra- 
nias volcánicas del oriente del Chimehuin cuyos cerros más 
visibles son el Tantan y el de los Perros; pero tomé más al 
occidente, entre el Tantan y el Cerro Trinque (1080 m.), hasta 
caer al hermoso valle del Chimehuin. Toda la region ha sido 
cubierta en otro tiempo por los hielos, á juzgar por los detri- 
tos que la cubren. 

A medio dia entré en Junin de los Andes (750 m.), situado 
en el ángulo que forma el rio al cambiar el rumbo que trae 
desde su nacimiento en el lago Huechu-Lafquen, para rodear la 
serrania baja oriental y desviarse al pié del Cerro del Perro, 
hácia el rio Collon-Curá. Conocí años atrás el hermoso llano 
durante unas boleadas de avestruces con Ñancucheo y su hués- 
ped el cacique Quinchauala, y por lo tanto sabia qué hermoso 
centro de actividad podria llegar á ser una vez desalojado ó so- 
metido el nómade, y no extrané encontrarme con un núcleo de 
poblacion de verdadera importancia. El pueblo cuenta con 500 
habitantes, y sus calles edificadas rodean el fortin ya en rui- 
nas (lámina III, fig. 2); pero, lo de siempre, aquellos poblado- 
res atrevidos, dignos de ser ayudados por la Nacion, eran 
todos intrusos. Calculé esa tarde que el capital visible de las 
casas de negocio pasaba de 200.000 pesos: hay edificios que 
costaron 15.000 pesos; y todo esto depende de la buena ó mala 
voluntad del propietario afortunado que ubicó allí una conce- 
sion de treinta y dos leguas, por una de esas inconcebibles 
resoluciones de nuestros hombres de estado que resultan siem- 
pre de la indiferencia de los más. ¿Por qué no habremos imi- 
tado en nuestro avance de fronteras á los soldados de la con- 
quista que fundaron pueblos donde levantaron sus campamen- 
los? Trozos de la tierra que los propietarios de Junin adqui- 
rieron por menos de un peso la hectárea, se han vendido ya 
á más de cuatrocientos pesos, segun datos que me han sido 
comunicados con posterioridad á mi visita. 


y 


1D 


JUNIN DE LOS ANDES Á NAHUEL -HUAPI 


En Junin de los Andes encontré á los señores Wolff y 
Hauthal. El primero habia dado principio á determinar la po- 
sicion astronómica de la plaza del pueblo, trabajo indispensa- 
ble para las investigaciones que habia dispuesto y que debian 
extenderse principalmente al sud del grado 40 de latitud. 
Esas observaciones y las posteriores realizadas por los seño- 
res Wolff y Zwilgmeyer, dieron como longitud para Junin: 
7197' Oeste de Greenwich y 39% 57” 2” de latitud Sud. 

El 28 nos dirigimos todos al Lago Lacar. Orillamos el 
Chimehuin caminando por el ancho valle, por cuyo centro se 
retuerce el rio, fraccionándose en canales que circundan pin- 
torescas islas. Las lomas estan compuestas por areniscas y 
conglomerados cubiertas de tobas que el humus cubre á veces 
en grandes extensiones. Los árboles de manzanas, cargados de 
fruta aún verde, pero ya comible, nos proporcionaron agra- 
dable descanso en el dia caluroso y despejado. Cruzamos el 
Arroyo Carhué que tiene orígen en un pequeño lago al oeste, 
entre los primeros cerros bajos, y poco despues, faldeando la 
barranca antigua del rio, nos encontramos con su pintoresco 
afluente el Rio Quilquihue. El dia claro y la atmósfera limpia me 
permitieron distinguir desde la altura á lasombra de los man- 
zanos, el detalle de las arboledas, de canales naturales y de los 


— 240 — 


plantíos dorados de las riberas del Chimehuin, ¡ova ignorada 
de la region andina. La extensa meseta que se desarrolla al sud 
y al oeste y noroeste, tiene una fisonomia glacial de las más 
acentuadas y me recuerda con sus morenas la llanura que 
ví en 1880 al oeste de Quelujaguetre, en el afluente norte 
principal del Chubut, aquí representado por el Rio Chimehuin. 
La hondonada del fondo que teníamos al oeste, donde en- 
contraríamos á la tarde el Valle de Maipú, y en su extremo el 
Lago Lacar, corresponde al valle de Epuyen del Sud. 

El Quilquihue corre por sobre la meseta en la ondulacion 
formada por la ancha corriente que precedió al actual arroyo 
v que está limitada al norte por lomajes moreniscos más ó 
menos elevados y extensos cubiertos de pastos, y en cuyas 
concavidades los bosquecillos realzan más el carácter glacial. 
En el fondo, algo distante al oeste, veíamos la hondonada del 
Lago Lolog que alimenta el rio que no recibe por el norte 
ningun afluente de importancia; hondonada prolongada formada 
al principio por lomas y luego por cerros bajos que aumentan 
de altura hácia el oeste hasta los contrafuertes del carcomido 
dorso longitudinal de los Andes. 

Cruzamos el Quilquibue en un punto en que desciende del 
oeste-noroeste y atravesado éste insensiblemente nos encontramos 
con que la llanura glacial, apenas elevada unos diez metros sobre 
el rio, en su parte más alta forma un interesante ejemplo del 
tan sonado divortiwm aquarim continental. 

Digno de atencion es ese punto y me detengo en él algunas 
horas. El llano, como he dicho, es de origen glacial y lo con- 
sidero formado exclusivamente por una morena secundaria 
en una de las extensiones de los ventisqueros que tuvieron su 
asiento en el Lago Lolog y en el Valle de Maipú. Los avan- 
ces y retiradas de los ventisqueros y su mayor ó menor des- 
arrollo por causas locales, han modificado muchas veces los 
depósitos que dejaron en esos movimientos, y los últimos de 
estos son los que han producido el fenómeno citado. Si del ca- 
mino que tomamos nos desviamos unos 300 metros al naciente, 
encontraríamos una pequeña depresion transversal, apenas 
sensible por el oeste, pero limitada al oriente por lomajes 
que forman una morena secundaria frontal. En el centro 
de esa depresion horizontal ocupada por un verde mallin, ó ma- 
nantiales, hay unos medanitos que ocupan apenas veinte metros 
cuadrados y cuva mayor elevacion no alcanza á un metro. Hle- 
jimos con el señor Hauthal ese punto para nuestro objeto 
(S00 m.), que era el de precisar el punto en que se produce 


la division de las aguas y vimos que bajo ese medanito se 
confunden; caminamos desde allí al Quilquihue y seguimos 
primero las aguas subterráneas, reveladas á medida que 
avanzábamos por la humedad progresiva del suelo hasta que 
brotan y luego corren á echarse al rio, y en seguida hicimos 
la misma observacion con las humedades opuestas. Hubiera 
sido necesario poseer niveles de precision para conocer el des- 
nivel exacto entre Rio Quilquihue y las aguas que descienden 
hácia el Pacífico, pero desde ya puedo decir que creo que 
una cuadrilla de veinte peones podria, en veinticuatro horas, 
desviar el curso del Quilquihue y arrojar todas sus aguas al 
llano de Maipú. Cuestion de remover un poco de barro y 
arena y nada más (lámina IX, fig. 1*). 

El señor Dr. Oscar de Fischer, que cruzó por allí en 1894, 
dice que es completamente inexacto que el Paso de Chapelcó, 
nombre que dá á este punto y que corresponde á toda la zona 
de más de diez kilómetros que mide de ancho el llano glacial, 
esté situado «ul oriente de los Andes, pues pretende que las 
elevaciones que se encuentran al oriente, como el Cerro del 
Perro, etc., deben considerarse como contrafuertes de la Cor- 
dillera de los Andes. Las observaciones que haya podido hacer 
el señor Fischer en la reducida zona que ha visitado no le hab1- 
litan para sostener tal tésis, y cuando aumente sus conocimientos 
se convencerá que ha sostenido un error. Tampoco es posible 
aceptar que esta «loma», como él llama á este llano y que si es 
tal loma vista desde Maipú no lo es desde el Quilquihue, co- 
munica las extremidades de dos cordones: el de Chapelcó al sud 
del Lago Lacar y el de Huahum al norte de este receptáculo. 
El pretendido cordon de Chapelcó es un macizo separado de 
los cordones del occidente que se ven «ul sudoeste y oeste del 
lago, y está situado al este y sudoeste de éste, y lo mismo 
sucede con los lomajes y cerros que separan el valle de Maipú 
y el lago Lacar del lago Lolog. El Lago Lolog se encuentra á 
890 metros sobre el mar, es decir que es más elevado que el 
llano ó «loma» cuya altura en su depresion central es de S00 
metros. El plano que acompaña estos «Apuntes» puede dar 
una idea clara de las condiciones orográficas de esta zona tan 
interesante. Mi creencia es que los lagos Huechu-Lafquen, Lolog 
y Lacar son restos de ensenadas de un gran lago que ocupaba 
todo lo que hoy se llama Valle del Chimehuin. 

Pasada esta planicie se desciende al Oeste, al llano de Cha- 
pelcó 6 Maipú; el arroyo Chapelcó baja del oriente entre las 
morenas, teniendo sus fuentes algo al N. E. del punto culmi- 


A == 


nante de ese macizo volcánico (2180 m.). El valle dejado por el 
gran lago que llenaba antes esta depresion convertida hoy en 
tan hermoso vergel, y que se desecó al abrirse paso las aguas 
por el occidente á través de las rocas del cordon principal an- 
dino, es extenso y útil para la agricultura en toda su amplitud. 
Ignoro sí hasta allí se extienden los dominios de los conce- 
sionarios de Junin de los Andes, y si los actuales pobladores 
tienen título de propiedad; pero si no lo tienen y esa tierra es 
fiscal aún, la Nacion debe aprovechar cuanto antes de ese deli- 
cioso pedazo de tierra colonizándolo. Su situacion abrigada per- 
mite su fácil cultivo, y las tierras vecinas pueden ser aprove- 
chadas para la cria de ganados, de manera que todo favorecería 
el desarrollo de una colonia agrícola pastoril, próxima á Junin 
de los Andes y á Valdivia. 

Las rocas de los cerros del Sud son principalmente gneiss y 
granito, coronadas por rocas neo-plutónicas, y ofrecen variados 
paisajes con la descomposicion del granito. Se descuelgan arro- 
yuelos desde las alturas con preciosos saltos entre los enhiestos 
cipreses, y el monte se hace más tupido en las faldas. Pasado 
el viejo Fortin Maipú, hoy inútil, situado á orillas del arroyo 
Loncohuehum, Calbuco, ó Huechehuehum, tantos nombres tiene 
el alegre arroyo, bajamos á la segunda depresion y por entre 
bosques alegres y de variada y vistosa flora, alcanzamos á las 
rancherias del cacique Curuhuinca. 

No conocí á Curuhuinca durante mis visitas de 1876 y 
1880. Cuando la primera, se encontraba en el territorio chileno y 
cuando la segunda, amigo de los cristianos como es, no habia 
querido asistir al parlamento de Quemquemtreu, en el que se 
me juzgó como enemigo de los Mapuches. La rancheria estaba 
desierta en apariencia, pero en los ranchos y ramada del gefe 
habia gran movimiento. Cantaban las viejas en rueda y algunos 
mocetones agrupados á la entrada se mostraban inquietos ante 
la caravana que se acercaba. La causa de este desasosiego, era 
el grave estado de Curuhuinca, tan grave que se me dijo que no 
podria verlo. Sin embargo, penetré en su rancho-toldo. Elenorme 
cacique estaba acostado en el suelo, rodeado de su familia, y 
en contínuos quejidos; pero pocas palabras bastaron para rea- 
nimarlo. Los viejos se preguntaban: ¿Quién era ese hombre que 
así penetraba en la casa y hablaba de tal manera al querido 
gefe, consolándolo en el duro trance que creian próximo? 1:l 
alre quejumbroso, lloroso de aquella mole con modulaciones 
de criatura era afligente. Antes de decirle quien era, inquirí su 
mal. Se trataba simplemente de una indigestion feroz de arve- 


da. Y 


jas que ya duraba tres dias. Viejos y mocetones, mujeres de 
todas edades, asomándose entre los colgajos de todo género: cue- 
ros, telas y canastas que oscurecian aquel antro poco agradable 
al olfato, escuchaban atentos al médico inesperado y su asombro 
aumentó cuando supieron que ese forastero era nada menos 
que el hombre que tuvo preso Shaihueque y que se escapó 
sin que se supiera nunca cómo. El nombre de Moreno era se- 
guido de los ¡ah! de viejos y jóvenes, y Curuhuinca, entre vómi- 
tos y retorcijones, encontró fuerzas para decirme que él se habia 
opuesto á que la tremenda sentencia del cacique Chacayal se 
cumpliera. 

Shaihueque y Nancucheuque me habian dicho más de una 
vez que al pié de la Cordillera, en el paso á Chile, habia caci- 
ques que cultivaban la tierra y uno de estos era Curuhuinca. Las 
familias indígenas agrupadas á su alrededor, cultivan toda la 
tierra: los trigales cercados que veíamos atestiguan su indus- 
tria; además las mujeres tejen y con todos los recursos de esa 
colmena humilde comercian con Junin de los Andes y con Val- 
divia. Supe que toda la verdura que se consumia en Junin 
procedia de las chacras de la gente de Curuhuinca, de las 
vegas de Trompul y de Pucara, inmediatas al Lago Lacar si- 
tuado á unos doscientos metros de los ranchos y á cuya orilla 
arreglamos campamento bajo un bosque de manzanos centena- 
rios, despues de haber administrado al señor del suelo una 
adecuada dósis de sal de Inglaterra. Habia llenado ese dia 
uno de los propósitos del viaje. 

Solamente pocas horas gocé del tranquilo paisaje del Lacar 
(660 m.—lámina IX, fig. 2). Entre las visitas de los indios, 
—cuya conversacion se refirió principalmente á los movimien- 
tos para ellos sobrenaturales de un viejo tronco de ciprés, flo- 
tante á medias desde tiempo inmemorial próximo á las orillas 
del lago, tronco que segun los sencillos indígenas debe encar- 
nar algun espíritu maligno que «hace mover mucho el corazon» 
y cuyos giros misteriosos trabajo costó para hacerles compren- 
der,—y preparar las instrucciones para las operaciones que de- 
bian realizar los señores Wolff, Zwilgmeyer y Hauthal hácia el 
sud, empleé la tarde hermosa y en la mañana del 29 retrocedí 
para dirigirme al rio Collon-Curá. Curuhuinca ya estaba comple- 
tamente libre de su mal y su buena voluntad asegurada para 
que mis compañeros tuvieran facilidad de vaqueanos y peones. 
Aun cuando los indios poco penetran en los bosques, no podia 
contar con otros elementos, y además tenia conocimiento por 
cuentos de viejos, que antiguamente existió una senda que con- 


119) 


O 

ducia desde el Lacar hasta Nahuel-Huapi, cruzando al oeste del 
macizo aislado de Chapeleó y de los volcanes que bordean con sus 
tobas el Limay por ese lado; y los peones de Curuhuinca podrian 
buscar esa senda que tanto facilitaria los trabajos que disponia. 

Desde el campamento del Manzanal no es posible tener una 
idea exacta del Lago Lacar, pero proporciones á parte, el as- 
pecto general tiene cierta semejanza con el del Lago de los 
Cuatro Cantones (lámina X). 

Entre la superficie morenisca del llano al norte de Chapelcó 
v las aguas del Lacar se observan tres escalones perfectamente 
marcados que indican el cambio del nivel del lago, en una 
altura de 140 metros. Volví á trepar esa morena y bordeando 
sobre ella la márgen derecha del Rio Quilquihue, que recibe un 
arroyo que baja de la sierra de Chapelcó, crucé la llanura 
pedregosa que siempre se extiende al extremo de las ondula- 
ciones glaciales. 

Desde la confluencia del Quilquihue y del Chimehuin (690 m.), 
el camino sigue al oriente por el valle moderno, y pasado el cerro 
volcánico del Perro, que domina en el ángulo noreste esa con- 
fluencia, se penetra completamente en la region característica de 
las mesetas patagónicas formadas por areniscas y detritos vol- 
cánicos en capas horizontales de colores suaves que alegran el 
paisaje que empieza á ser monótono. El señor Fischer dice 
que «el valle del Chimehuin está limitado hácia el oriente 
por un cordon de considerable altura coronado por la cúpula 
característica del Cerro del Perro» y agrega que «este cordon 
que sale de la Cordillera al norte del Huechu-Lafquen debe, 
segun mi opinion, considerarse todavia como contrafuerte de 
la Cordillera de los Andes». Nada más erróneo que esta asevera- 
cion. No existe tal cordon que salga de la Cordillera, puedo 
afirmarlo, pues he cruzado la region situada al norte del Chi- 
mehuin y no he encontrado nada parecido á un cordon. Los 
lomajes que limitan por el oriente el espacioso valle del 
Chimehuin que tampoco está «encajonado» entre serranias, 
como más adelante lo dice el mismo señor Fischer, son paralelos 
á los Andes; y el cerro volcánico del Perro, que no tiene tal 
altura considerable, es un cerro completamente independiente 
de la Cordillera (lámina Xi). Errores y confusiones como los que 
se cuentan numerosos en la relacion del señor Fischer, cuyo 
texto muchas veces no está de acuerdo con lo que dice el plano 
que lo acompaña, extravian el juicio de los que se ocupan de 
la orografía andina y engendran dudas perjudiciales. Sostener 
que Junin de los Andes está dentro de la Cordillera, es lo mismo 


E 


OLE 
— 2% — 


que sostener que Osorno está en el riñon de los Andes. La 
enorme amplitud lateral hácia el oriente que da á esta Cordi- 
llera el distinguido explorador dinamarqués al servicio de Chile, 
en su relacion de viaje y en su plano, no corresponden de nin- 
guna manera á la verdad orográfica, como ha de serme fácil 
demostrarlo con más detenimiento en otra ocasion. 

Toda la region que crucé ese dia no presenta dificultad 
alguna para llevar por ella un camino de hierro, y lo que he visto 
y divisado desde el Malleu hasta el Collon-Curá, donde llegamos 
al anochecer, afirma más mi creencia de que el ferro-carril de 
más provecho y de más fácil ejecucion, entre el Atlántico y el 
Pacífico, en la region del Sud, será el de Puerto San Antonio á 
Junin de los Andes y Valdivia. Volveré á tocar este punto más 
adelante. 

La estancia Ahlenfeld (560 m.) está situada inmediata al Rio 
Collon-Curá sobre el antiguo camino indígena, y en ella hice no” 
che, perfectamente acogido por su dueño. Los señores Schiórbeck, 
Soot y Roth ya se habian dirigido á Caleufú para esperarme y 
en la siguiente mañana me dirigí á encontrarme con ellos. [El 
ancho valle del Collon-Curá está hoy menos poblado que veinte 
años atrás, cuando las indiadas de Molfinqueupu tenian allí sus 
tolderias, pero es de esperarse que sus actuales duenos no 
dejarán en tal abandono tan hermoso pedazo de tierra. ll for- 
tin Sharples está en ruinas, deshabitado, habiendo terminado 
su mision. Un recuerdo para mi pobre primo Anselmo Sharples, 
soldado por vocacion, muerto cumpliendo con su deber, y pa- 
samos adelante. La formacion característica de esa region la 
veia allí en las barrancas denudadas: las lavas basálticas al- 
ternando con las tobas que esconden una fauna interesantísima 
perdida, de las que el señor Roth reunió posteriormente buen 
número de representantes, y todo cubierto por el pedregullo 
glacial. Las lavas proceden de los volcanes de noreste entre el 
Limay y el Collon-Curá, al occidente del macizo granítico que 
orillea el Limay en esa direccion. 

En aquellas inmediaciones está la piedra que ha dado nom- 
bre al paraje y éste al rio: Collon-Curá—«Máscara de piedra»— 
que estaba rodeada, cuando mi retirada en 1876, por las tolderias 
de los hermanos Praillan y Llofquen, y punto en el que hube 
de terminar ese viaje al cruzar entre la indiada ébria y hostil. 

No quise dejar de visitar el sitio de las Juntas de guerra ó 
Aucantrahum, ya terminadas para siempre. Dos veces me habia 
encontrado en ellas, y en muy malas circunstancias la segunda 
vez. El gran círculo despejado de arbustos, trazado por las mil 


evoluciones de la táctica indígena, durante un siglo por lo menos 
en aquel lugar tradicional, empezaba va á borrarse; pero tenia 
frescas mis impresiones y fácil me fué retroceder dieciseis 
años. Pero pasaron las incertidumbres y cumpliéronse mis pro- 
fecias, que me sirvieron de coraza en aquellos duros momentos, 
en los que la mejor defensa era alardear de guapo. Han des- 
aparecido ya casi todos los viejos caciques que me rodearon 
en aquella Junta, pues creo que solo sobrevive Shaihueque, á 
quien espero encontrar pronto, lejos «de sus campos» y «ubi- 
cado» en los lotes que he obtenido para él y sus tribus, inme- 
diatos á Tecka, el «campo» del buen cacique Inacayal ya falle- 
cido. Quemquemtreu, que así se llama el paradero y arroyo 
inmediato á la meseta de las Juntas, será, á no dudarlo, asiento 
de pueblo una vez que se colonice el valle del Collon-Curá, y 
tambien estacion del ferro-carril que ha de cruzar á Chile por 
allí, indudablemente. 

Costeando el rio unas veces, otras sobre las mesetas y por 
los canñadones, en cuyas faldas se ven trozos erráticos de gran 
tamaño y mantos espesos de cantos rodados, como si esos 
trozos hubieran sido transportados por témpanos flotantes 
cuando la meseta de hoy fué lago extenso, nos acercamos al 
Caleufú. 

El Collon-Curá ha roido las masas de gneiss-granito que 
parecen formar Ja base de las mesetas allí, cubiertas luego por 
tobas y rocas neo-volcánicas. La sierra del oriente: Monco!- 
Mahuida, parece tambien volcánica, y el Collon-Curá, en esa 
region, corre al pié de la sierra. Crucé el Caleufú en las inme- 
diaciones de su confluencia con el Collon-Curá y poco despues 
acampaba en el mismo sitio donde tuve mi carpa en 1876 y en 
1880 (lámina XII). Las tolderias de Shaihueque no habian de- 
jado más rastros que cenizas de huesos y las ruedas de piedra 
y tierra quemada de los fogones (540 m.). En cambio, pasaba 
en ese momento una gran tropa de ganado que de Nahuel- 
Huapi se dirigia á Victoria, en Chile. Donde antes estaban los 
toldos hay dos puestos de ovejas y una pulperia. 

El valle de Caleufú será tambien un centro importante 
agrícola-ganadero, pues aquellas tierras pueden regarse fácil- 
mente y el valle es bastante ancho para ser utilizado con 
provecho. Sus lomajes inmediatos son todos pastosos. Los dias 
2 y 3 de Marzo los pasé organizando las expediciones de los 
señores Wolff, Soot, Hauthal y Roth, que debian operar entre 
Junin de los Andes y Nahuel-Huapi, y, como una compensa- 
cion á pasadas penurias, rehice, de dia, el camino que llevé 


== 


(89) 


en la noche del 11 de Febrero de 1880, cuando con mis fieles 
servidores el soldado José Melgarejo y el indio Gavino, fugamos 
de la tolderia, y pude ver á la luz el primer rápido lateral 
donde tuvimos el primer fracaso con nuestra tosca balsa. 

Agradables evocaciones estas cuando la comparacion del 
pasado con el presente arroja un saldo favorable para el país. 
Sin embargo, debo confesarlo, esperaba encontrar más progreso 
en estos parajes; pero ¿cómo obtenerlo cuando la tierra entre 
Junin de los Andes y Caleufú tiene solo dos dueños, y la po- 
blacion no alcanza á un hombre por cada cien kilómetros? 

El 4 pasamos por Yalaleicura, inmediata á la piedra miste- 
riosa que tanto veneraban los indígenas, simple conglomerado 
desprendido de la falda de la meseta y que domina el profundo 
valle del arroyo de ese nombre. Encontramos algunas humildes 
chozas abandonadas y quemadas por sus constructores, los hoy 
emigrantes chilenos. La marcha primeramente la hicimos por 
las quebradas, dejando á la izquierda el camino que vá hasta 
la confluencia del Collon-Curá y del Rio Limay que será el 
que seguirán los rieles. Las mesetas son del tipo general, 
cubiertas de cascajo, restos de la capa gruesa de conglomera- 
dos que cubre las areniscas y tobas viejas; pero frente á Yala- 
leicura se presenta una muralla pintoresca de basalto que 
forma un dorso suave y parece corresponder á una expansion 
local de lava sub-lacustre. El campo desmejora mucho, es dema- 
siado pedregoso y expuesto á los vientos, pero las faldas de las 
lomas en las proximidades de las quebradas y los valles que 
estos forman. son todos pastosos y abundantes en aguadas. Se 
ven rocas pulidas enlas hondonadas, como si lo hubieran sido 
por los hielos durante el segundo periodo glacial, pero no he 
observado estrias; quizá las borraron las aguas que formaron 
el torrente posterior, va casi agotado. 

La vegetacion anterior ha debido ser poderosa, pues vénse 
capas de humus de cinco metros de espesor. Los componentes 
del conglomerado son principalmente granito, traquitas y ande- 
sitas. El cráter viejo que produjo las lavas sub-lacustres es bajo, 
está denudado, y sus lavas tienen un suave declive; desde su 
centro se tiene una vista ámplia de la dilatada meseta general. 
Al norte, ésta empieza al pié extremo de las Sierras de Cata- 
lin; al oeste está limitada, primero por el macizo de Chapelcó 
y luego por la falda oriental de un aparente cordon, volcánico 
á juzgar por su color y por su tipo orográfico; al oriente, por 
las Sierras de Moncol y luego por las rocas neo-voleánicas que 
dominan el curso del Limay, en su márgen derecha. 


A medio dia del 5 descendimos al valle del Rio Limay, ancho 
de tres kilómetros en ese lugar, y ya poblado con puestos de 
ganado. ll gran rio corre por verdes prados que se enangos- 
tan á medida que nos dirigimos al sud, hasta formar las es- 
trechuras que presentan los primeros rápidos. Allí la cadena 
apurente volcánica que teníamos al oeste cruza el rio y cubre 
con sus lavas y tobas la meseta, una vez pasado Chacabuco 
Viejo, nombre del fortin que estuvo situado allí en el punto que 
antes se llamaba Tran Mazanageyu (630 m.). Pasada la primera 
angostura observo nuevamente granito cubierto por una roca 
neo-volcánica clara rosada, y al oriente, del otro lado del rio, 
me parece notar que la roca, que es de aspecto volcánico pro- 
bablemente porfírico y tobas porfíricas. está cubierta por are- 
niscas y tobas y éstas, á su vez, por basalto más moderno. La 
falta de grandes trozos erráticos me hace pensar que el Limay 
abrió su curso allí en tiempos posteriores ú los ventisqueros 
de los valles. 

In la segunda angostura, pasado el Pichi-Limay, encuentro 
piedras pulidas y concavidades circulares en las rocas, forma- 
das por aguas que pasaron sobre ellas, lo que corrobora mi 
creencia de la modernidad de la hendidura por donde corre 
actualmente el Limay. Desde allí se dominan los rápidos donde 
naufragó el atrevido explorador chileno Guillermo Cox. Me pa- 
rece que esos rápidos son formados por peñascos sueltos, quizás 
trozos erráticos transportados por los témpanos en el lago del 
segundo periodo de los ventisqueros, antes de que las aguas 
corrieran en forma de rio. 

Il paisaje del Limay en esa altura es hermosísimo y sim- 
pático, á pesar de la lobreguez de las rocas volcánicas; el verde 
profundo de los cipreses, las aguas azules, las crestas blancas 
de las avalanchas líquidas sobre los rápidos y las pequeñas 
cascadas que caen sobre cortinas de musgos y helechos hacen 
agradable la marcha hasta el Traful, el principal afluente del 
Limav al sud del Collon-Curá (660 m.). Este rio, que corre so- 
bre un lecho de cantos rodados, forma con su valle encerrado 
un recodo pintoresco y agradable. Tiene fama de ser peligroso 
su paso y parece que he tenido la buena suerte de encontrarlo 
clemente las tres veces que lo he cruzado con tan grandes in- 
térvalos (lámina XIII). 

Las curiosas formas que toman las tobas por la descompo- 
sicion y la erosion, varian hasta el infinito. ¡Que séries de to- 
rreones, de agujas góticas, de pirámides egipcias, de cúpulas 
romanas, sobre y al pié de aquellos enormes murallones á pique! 


PP. 


— 249 — 


Acampamos esa tarde, pasada una angostura en la que con 
una tranquera de un metro puede cerrarse el paso del ganado 
de decenas de leguas, en una hondonada abrigada al pié de 
añosos cipreses y dominada por esos torreones y pirámides. 
Nada más atrevido que un enorme monolito, gigantesco obelisco, 
de cuatro metros de base por cincuenta de alto (lámina XIV). 
Las rocas estratificadas sobre que reposan las lavas y las tobas, 
son horizontales y seguramente los movimientos seísmicos no 
son violentos en esa region cuando tales atrevimientos ostentan 
las tobas. Estas tobas no siempre son de grano fino, y á veces 
se observan verdaderos conglomerados volcánicos. 

Continuamos al dia siguiente, costeando siempre la már- 
gen izquierda del Limay, y á las doce salimos de las angosturas 
para penetrar en suaves ondulaciones del valle que se ensancha, 
siempre dominado por la vieja toba porfírica; vemos algunas 
poblaciones en la márgen opuesta; pasamos una hermosa mo- 
rena frontal que antiguamente cerró ei valle y en cuyas hon- 
donadas ha trazado el rio su tortuoso curso, y descendimos al 
ancho y extenso valle, resto del lago Nahuel-Huapi que se retira. 

Este valle, en el que próximo al lago está situado el Fortin 
Chacabuco (770 m.), ó más bien sus ruinas, al pié de unos abrup- 
tos cerros volcánicos, deberia estar ya completamente poblado. 
Sin embargo, sólo vimos algunas yeguas ariscas y corrales 
y casas abandonadas cuando se retiraron las fuerzas naciona- 
les. Creo que esas tierras son fiscales aún, por suerte, y obra 
patriótica haria el gobierno que dispusiera su colonización in- 
mediata. 

Al anochecer llegamos á la estancia del señor Juan Jones 
(S20 m.), situada en el viejo valle morenisco del lago, resguardada 
por los montes y rodeada de praderas hermosísimas. Sus hacien- 
das de raza alegran la vista y el espíritu (lámina XV, fig. 1). 


fo) 


Tomo VIII. añ 


NAHUEL-HUAPI 


Franca acogida recibimos de los enérgicos moradores de 
esa poblacion industriosa, y con su consentimiento resolví hacer 
allí un campamento de reserva para las secciones del Museo 
que trabajan en esas zonas. En ese punto tenía en 1876 sus 
tolderias el cacique Inacayal, pero Shaihueque no consintió, 
cuando visité el lago en ese año, que me acercara á la tolderia 
de Tequel-Malal, que así se llamaba entonces el paraje. 

Al dia siguiente me dirigí á la península del Oeste en busca 
de un punto prominente desde donde pudiera dominar el gran 
lago en sus ensenadas andinas que no habia visto antes. Es 
esa planicie un paisaje glacial típico, fértil en extremo: los gran- 
des trozos graníticos se elevan en las ondulaciones de las mo- 
renas sobre los espléndidos frutillares que proporcionaron ratos 
agradables á nuestro paladar. Las morenas tienen una eleva- 
cion de cien metros sobre el lago y parecen prolongarse en 
líneas paralelas del O. NO. á E. SE. magnético, siendo las más 
elevadas las más próximas al lago. 

El granito predomina, habiendo observado trozos de ciento 
ochenta metros cúbicos; se observa igualmente una roca porfí- 
rica y traquitas verdosas y rojizo-negruzcas. El alto peñon al 
que trepé para dominar el lago es de una roca porfírica, ó más 
bien de un granito porfírico, el granito moderno de Stelzner. 


— 251 — 


Sobre ese peñon se observa perfectamente claro el lecho del 
ventisquero que cubrió el lago; profundas hendiduras de lados 
redondeados le dan el aspecto característico de los lomos de 
ballenas y las estrias v canaletas pulidas se conservan con toda 
claridad. Ese promontorio está situado á trescientos metros so- 
bre el lago y se domina desde él el paisaje morenisco del valle 
oriental y vasta extension del lago con sus cuatro islas y las 
preciosas ensenadas del oeste; toda la orilla, hasta donde al- 
canza la vista, una faja de árboles en la que predominan los 
cipreses separa del lago la morena ondulada. 

La Cordillera nevada, enorme, dentada y redondeada, se- 
gun la roca de sus cerros, forma telon al frente oeste y sud- 
oeste; al norte los bosques ocultan las rocas abruptas neo- 
volcánicas. Se ve que los trozos de granito proceden de las 
cadenas del oeste y sud-oeste y que para llegar hasta donde 
los observo, han tenido que cruzar sobre la parte del gran 
lago cubierta por el ventisquero, hoy desaparecido. En esa re- 
gion, el ventisquero más inmediato es el del Tronador, en las 
nacientes del Rio Frio: pero no se ve el gigante blanco, cuya 
presencia anuncian, á pesar de la distancia considerable, bron- 
cos y profundos truenos producidos por el desplome del hielo. 

No puedo entrar ahora en una descripcion de esa parte del 
lago, la que se hará á su tiempo, y refiriéndome sólo á las 
fotografías que acompañan estos apuntes, retrocedo á la estan- 
cia de Jones. Parece que, si bien se produce allí trigo, necesita 
pronto abono la tierra; pero las papas, Jas arvejas, las habas, 
las cebollas, proporcionan abundante cosecha. 

Los pobladores inmediatos están alarmados: un grupo de 
salteadores chilenos anda haciendo fechorias, y dos dias antes 
de nuestra llegada han asesinado á un vecino y más tarde 
á uno de los de la pandilla para robarle las botas que habia 
quitado al vecino! Esa tierra nuestra está completamente aban- 
donada. Es imposible que la gobernación del Neuquen pueda 
ejercer vigilancia en todo el territorio con el escaso personal 
de que dispone, y seria de desear que el Ministro de la Guerra 
resolviera enviar un cuerpo de línea á Nahuel-Huapi, el que po- 
dria ser núcleo de una colonia militar útil. Cámbiese allí la co- 
lonia «Sargento Cabral», ubicada en los escoriales de Catalin. 

El día 8, temprano, cruzamos el Limay en el bote del señor 
Jones, frente á la estancia del senor Gabriel Zavaleta. 

El rio corre entre la morena muy empinada y ese seria un 
excelente punto para hacer un puente. A medio dia llegaba al 
campamento Schiórbeck, á cargo del señor Bernichan y situado 


959 


aJdá 


al pié de la barranca donde en 1880 tuve mi campamento, en 
la choza abandonada del indio valdiviano Guaito. Cacareaban las 
gallinas y se oia el mujido de las lecheras; esa choza habia 
sido reemplazada por cómodas casas de madera, habitacion del 
colono don José Tauschek (lámina XV, fig. 2), cuyos cultivos y 
productos pastoriles tienen ya fama entre los colonos alemanes 
de Llanquihué. Pero Tauscheck, como los demás hombres in- 
dustriosos que han poblado en las orillas de Nahuel-Huapi, no 
es dueño del terreno que ha hecho valer con sus esfuerzos. 
Esto hace parte de una de esas inconcebibles concesiones de 
treinta y dos leguas y está expuesto á ser desalojado, sin tener 
derecho á indemnización alguna por el dueño de la concesion. 
Felizmente, no todas las costas del Nahuel-Huapi han sido tan 
malbaratadas y hay aún facilidad de hacer en ellas la colonia 
que sueño, en la que el colono gane la propiedad de su lote 
con la labor de sus manos. 

El señor Schiórbeck se habia internado ya por el Lago Gu- 
tierrez siguiendo mis instrucciones, y me dirigí en su busca. 
Así volví á ver el venerable del lago, el centenario ciprés que 
habia observado en 1880, próximo al Arroyo Nierecó, en la 
falda de la morena y dominando á la poblacion de San Cárlos, 
construida últimamente por los hermanos Wiederholtz, de Puerto 
Montt, hijos de alemanes y miembros de esa raza enérgica y 
trabajadora que se está formando al Sud de Chile, y que los 
argentinos deberíamos tratar de formar en Patagonia. 

La casa de negocio de los señores Wiederholtz provee ya á 
las necesidades de una vasta zona v exporta los productos de 
la misma á Puerto Montt, para lo cual dispone de embarcacio- 
nes. Ví allí una de doce toneladas, que construian carpinteros 
chilotes. Será la primera embarcacion de alguna importancia 
que surque los lagos patagónicos. 

El comercio de lanas, cueros, cerda, papas, queso, manteca y 
otros productos menos importantes, permite despachar una em- 
barcacion quincenal á Puerto Blest, en el extremo oeste del 
lago, productos que son transportados en tres dias á Puerto 
Montt, mientras que para llevarlos á Viedma se requeriria un 
mes y más. Mientras no se construya un ferro-carril entre el 
Puerto de San Antonio y Junin de los Andes con un ramal 
hácia el gran lago, saldrán al Pacífico por Puerto Montt, via 
Nahuel-Huapi, todos los productos desde Caleufú al sud hasta el 
Valle 16 de Octubre; en cambio, el dia que ese ferro-carril exista 
y se prolongue de Junin de los Andes á Villarica, la corriente 
comercial se invertirá. y la miel y cera de Llanquihue y los 


— 0 = 


pasageros para Europa del Sud de Chile á partir de Concepcion, 
se embarcurán en el puerto de San Antonio. Pensando en todo 
este programa de progreso, ya en principio de realizacion, crucé 
los hermosos parques naturales que rodean por el sud el lago, 
desvastado en la parte alta por un voraz incendio que ha des- 
truido millares de pesos en maderas de construccion, y llegué 
al arroyo que desagua en Nahuel-Huapi el lago Gutierrez. Allí 
me encontraron y me tomaron los indios mandados por Shal- 
hueque, en Enero de 1880, al volver de descubrir el hermoso 
lago que bautizara con el nombre del maestro y amigo vene- 
rado, el inolvidable Juan Maria Gutierrez. Aquella indiada y su 
capitanejo Chuaiman ha desaparecido totalmente y en aquel 
agreste sitio se levanta la cabaña del colono aleman Christian 
Bach (lámina XVI). Su mujer me dice que Bach está con Schiór- 
beck, que se han internado hácia el oeste y que han dejado un 
peon para que lleve mis instrucciones definitivas. Las doy, y 
tambien juguetes á las criaturas, en recuerdo de mis peque- 
ñuelos, y como no debo perder un momento vuelvo satisfecho 
al campamento Bernichan para continuar al Sud. 

Como el paisaje general no ha cambiado desde 1880 y no 
tengo tiempo para una nueva descripcion, no creo aquí fuera 
de lugar reminiscencias de mi viaje anterior, que tomo de mi 
libro inédito sobre ese viaje: 

«Pasé la noche del 17 al 18 de Enero de 1880 en la garganta 
frente al Cerro Tupuan; por la mañana atravesé la última fuente 
del Chubut, llegando poco más tarde al Rio Pia ó de la Hechi- 
cera. Allí creia encontrar á Guilto, indio valdiviano, intérprete y 
secretario verbal de Fove!; pero su humilde rancho no contenia 
más habitantes que un perro y el único gato que he visto do- 
mesticado entre los indios. Ascendí una llanura elevada, domi- 
nada por las mesetas y las montañas y desde allí, en el fondo, 
entre las brumas pardas y rosadas que ocultaban parte de las 
montañas, distinguíamos las aguas azules del deseado lago. 

Desde los primeros tiempos de la conquista, las regiones 
del Sud atrajeron la atencion de los españoles. Mil ruidos lle- 
nos de promesas halagadoras colocaban allí los famosos Cé- 
sares, creacion dorada de la ambicion de nuestros antecesores, 
y cuya base atribuyo á las referencias que en ambos lados de 
la Cordillera, y respectivamente, dieran los indígenas de los 
núcleos europeos que se formaban en Chile y en el Tucuman, 
núcleos que se transformaban en ciudades casi orientales con 
la perspicacia del indio, á quien no escapaban seguramente los 
sueños de riquezas de los blancos invasores. 


— 24 — 

Los jesuitas no quisieron ser menos que los soldados. y en 
1643 tentaron penetrar el misterio y llevar á aquella ciudad 
mística, que habia olvidado la ley de Dios, la luz del evan- 
gelio, recorriendo repetidas veces la costa occidental de Pata- 
gonia, sin hallar más que tribus bárbaras. 

En 1665, el Padre Mascardi fué el primero que penetró al 
Este de los Andes, y como el valiente sacerdote no encontrara 
vestigios de las poblaciones de los Césares que buscaba con 
afan, hizo un segundo viaje, esta vez guiado por unos indios 
del oriente andino, prisioneros en Chile, para quienes Mas- 
cardi obtuviera libertad, y los que en agradecimiento ofre- 
ciéronle escuchar la palabra cristiana en sus tierras y ponerlo 
en relacion con los habitantes de la ciudad encantada. Cruzó 
la Cordillera, y en 1670 descubrió Nahuel-Huapi, en cuya orilla 
boreal fundó la mision ¡esuítica de aquel nombre, en lo que 
fué ayudado por los indígenas: fundacion que no satisfizo del 
todo su ambicion de encontrar los Césares, en busca de los 
que hizo repetidos viajes, en uno de los cuales llegó por el sud- 
sudoeste al Pacífico, muriendo asesinado por los salvajes en 1673. 

El Padre José de Zuñiga quiso continuar la obra evangélica 
de Mascardi, fundando al occidente de la Cordillera, en las inme- 
diaciones del Lago Ranco, una segunda mision, que abandonó 
en 1686, dirigiéndose á Chiloé por el camino de Nahuel-Huap1. 
El Padre Rifler y el padre José Guillermos continuaron sus 
trabajos entre los Pehuenches; el último logró ir desde Chiloé 
hasta Nahuel-Huapi á la mision que el Padre Laguna debia 
restaurar. El itinerario que Cox dice que siguió Laguna, pare- 
ce que queda al norte del lago, siendo el mismo que siguió 
el Padre Guillermos. 

El Padre Laguna regresó á Chiloé pasando en balsa el lago 
y doblando los Andes por el pié del Tronador, probablemente 
por el Paso de Perez Rosales, bajó por el Rio Peulla, balseó la 
laguna de Todos los Santos, y prosiguiendo su viaje por tierras 
pantanosas llegó á la ensenada de Reloncaví, donde se embarcó 
para Castro. 

Regresó poco tiempo despues por el mismo camino, llevando 
sobre sus hombros y los de sus indios las herramientas para 
la construccion de la ¡glesia. 

Durante siete años prosperó la mision de Nahuel-Huapi: los 
indios, muy numerosos entonces, acogieron bien á los sacer- 
dotes, y fué al expirar ese tiempo que el Padre Guillermos tuvo 
aviso de la existencia del antiguo camino de Bariloche, va bo- 
rrado, y que quizá fuera el que tomara el Padre Mascardi en 


una de sus excursiones; trató de reabrirlo y lo consiguió, for- 
mando con hacha y machete una senda entre el bosque en 
direccion al oeste, mientras el Padre Gaspar Lopez emprendia 
tarea igual desde el lado opuesto; y con tan buen éxito todo, 
que al llegar á la cumbre cruzó las señales que Guillermos 
hiciera en los árboles al avanzar. Ese trabajo, que debia dar 
inmensos resultados y que, no interrumpido, hubiera sido la 
puerta de entrada para la civilizacion en Patagonia, fué mal 
visto por los indios, los cuales temiendo agresiones españolas, 
incendiaron la Mision, pero el Padre Guillermos no se desanimó 
y concluyó su obra despues de tres meses de trabajo; las mulas 
pasaban en tres dias desde Ralun hasta Nahuel-Huapi. El pago 
que recibió el sacerdote fué la muerte; llamado por el cacique 
Manquehuanay para confesar un enfermo, murió envenenado 
con un vaso de chicha (1716) que contenia quizá el mismo 
veneno que ciento sesenta y cuatro años despues y no lejos de 
aquel punto, tomamos mi intérprete el indio Hernandez y yo, 
brindado entre frutillas, y al cual escapé á duras penas, mu- 
riendo de sus resultas mi companero. 

El Padre Elguea fué asesinado allí el ano siguiente, y que- 
mado su cuerpo junto con la iglesia que habian levantado 
aquellos infatigables hombres; parece que desde entonces Nahuel- 
Huapi no volvió á ser habitado por blancos; el indio fué el solo 
habitante de aquellas tierras tan magestuosas como salvajes. 
Recien en 1792 el Padre Melendez salió en busca de los restos 
de la Mision; tomó el camino del norte, por los lagos Calbutue 
y Todos los Santos, costeó la falda del Tronador, subió la Cor- 
dillera, y marchando al norte, llego á un pequeño lago que más 
tarde llamó Cox «Lago de los Cauquenes», situado al pié de 
un cerro elevado denominado despues Cerro de la Esperanza, 
por Vicente Gomez, quien en 1855, desde su cima, pudo divisar 
la extensa faja azul de Nahuel-Huapi. En este último, Melendez 
construyó una piragua (cuyos restos encontró Cox más tarde) 
y lo navegó, pero sin encontrar los vestigios de la Mision, que 
algunos indios le indicaron como situados á cinco cuadras del 
desagúe del Limay. 

Cox dice que algunos indios conservaban la tradicion de 
que habian vivido cristianos en el lago, y durante mi primer 
viaje á ese punto, traté de averiguar si entre aquellos indí- 
genas habia algo más que recuerdo de la Mision. Habia oido 
decir que Inacayal conservaba la campana, pero este indio no 
supo darme razon de ella. Al principio negaban que los blan- 
cos hubieran cruzado la Cordillera, pero poco á poco confesa- 


bl 


ron la existencia de la Mision y el asesinato de los misioneros. 
Me hablaron de la tradicion de una imágen «vestida como se- 
nora» y ligaban esos recuerdos con el de las expediciones en 
busca de los Césares, los que creian que yo tambien buscaba. 

El Padre Falkner, quien no penetró en Patagonia, habla 
de una piedra que tenía formas de mujer, la que se encon- 
traba cerca de Tequel-Malal, y da ese nombre á una de las 
grandes rinconadas que forma el Rio Negro antes de desaguar 
en el Atlántico. Creo que Falkner tomó ese dato de los misione- 
ros de Nahuel-Huapi, pues la figura de piedra existe realmente, 
pero en la orilla del Collon-Curá. 

He llegado hasta cincuenta metros de la piedra en cuestion; 
estaba rodeada por los toldos, y no sólo pude examinarla, sino 
que debí á las buenas piernas de mi caballo el no ser asesinado 
allí el 4 de Febrero de 1876. El Collon-Curá está situado á 
mil kilómetros del punto que indica Falkner, y es el más 
grande de los afluentes del Limay; Tequelmalal no es la rincona- 
da señalada por el jesuita irlandés sino la region norte de 
Nahuel-Huapi al cual tambien los indios dan ese nombre; 
queda á ciento cincuenta kilómetros de la piedra. 

Con la ruina de la Mision cesaron los viajes de los religiosos 
jesuitas, y el campo fué ocupado por los exploradores, que son 
los misioneros de la época moderna. Esta era la inició el piloto 
Villarino en 1782, y si los que han seguido su ejemplo han 
llegado más lejos que él, ninguno ha aventajado su perseve- 
rancia. Es necesario haber recorrido el Rio Negro y el Limav 
para admirar, como merece, aquel gran viaje desde el Atlántico 
hasta el Collon-Curá, desde las tristes barrancas oceánicas 
hasta los imponentes paisajes que dominan los conos volcánicos 
del Quetropillan y Villarica, todo él hecho con embarcaciones 
pesadas llevadas á veces á remolque venciendo dificultades de 
todo género, lo que hará que siempre sea citado con honor el 
viaje de Villarino en la geografia argentina. Al piloto español 
se debe el primer croquis del Rio Negro y del Limay, y si du- 
rante su navegacion eligió el brazo del Chimehuin ó Collon- 
Curá abandonando el gran rio, esto no perjudica en nada la 
importancia de ese reconocimiento, pues como dije al regreso 
de mi primer viaje, el Limay cesa allí de ser navegable. Villarino 
no alcanzó á Nahuel - Huapi. 

Pasaron muchos años sin que se aventuraran nuevos explo- 
radores de uno ú otro lado de los Andes. En Chile, sin em- 
bargo, adelantaron algunos viajeros la geografia de la provincia 
de Valdivia, estudiando el lago de ese nombre y el de Todos 


los Santos; recien en 1849 el gobierno chileno envió al oficial 
de marina Muñoz Garvero á explorar la Cordillera y á encon- 
trar el Lago Nahuel-Huapi, lo que no pudo conseguir, á pesar 
de poner todo empeño. 

Fué V. Perez Rosales, intendente de Llanquihue, quien des- 
cubrió en 1855 el pasaje buscado, enviando una expedicion di- 
rigida por Vicente Gomez, el cual alcanzó á divisar las aguas 
lacustres argentinas, donde recien al año siguiente llegaron 
los viajeros Fonk y Hess. Estos salieron con trece companeros 
desde Puerto Montt, remontaron el Rio Peulla, cruzaron la Cor- 
dillera y llegaron al lago en cuyas orillas construyeron una 
canoa, avanzando con ella, segun dicen, setenta y cinco kilóme- 
tros (lo que me parece exagerado), hasta detenerse en la Punta 
de San Pedro. 

Guillermo Cox es el primer explorador afortunado de Nahuel- 
Huapi; deseoso de abrir un camino fácil interoceánico, apro- 
vechando las vias fluviales y lacustres situadas entre los gra- 
dos 40 y 42, se lanzó personalmente en busca de las pruebas 
que necesitaba para realizar su gran empresa. Salió de Llan- 
quihué en 1862, cruzó el boquete Perez Rosales, y despues de 
un penoso viaje llegó el 28 de Diciembre á la orilla del lago. 
Su diario de viaje, raro desgraciadamente en Buenos Aires, 
encierra páginas bellísimas descriptivas de aquellas regiones. 
En el paraje de su primer campamento encontró los restos de 
las canoas del Padre Melendez y del doctor Fonk. 

Despues de haber recorrido parte del Rio Frio que nace en 
el Tronador, el 4 de Enero lanzaron la canoa que habia cons- 
truido, y Cox embarcóse en ella con tres compañeros, regre- 
sando los demás á Puerto Montt. La «Aventura» tuvo que lu- 
char contra las aguas y piedras del lago, y más de una vez 
hubo de zozobrar aquel dia y el siguiente, perdiendo algunas 
provisiones. Visitaron la Punta de San Pedro y distinguieron 
siete islas en la gran bahia del norte; penetraron en el gran 
seno, y en la descripcion del viaje de aquel dia encuentro 
indicada la gran abra del Paso de Bariloche, lo que tambien 
supone Cox, aunque sin poderla visitar; y el 7 de Enero, des- 
pues de haber cruzado el lago en toda su longitud, penetraron 
en el Limay. 

El entusiasmo de los exploradores no podia ser mayor, pero 
las dificultades eran insuperables, y el valiente Cox tuvo la 
desgracia de perder su canoa entre los rápidos del rio, á al- 
ounas leguas de su nacimiento, salvándose á nado con sus 
compañeros. Encontrado por los indios, más ó menos bien tra- 


8 


tado, sufriendo á veces crueles fatigas y expuesto á grandes 
peligros, consiguió que se le permitiera llegar á Chile y re- 
eresar á los toldos, contando con la promesa que le hiciera 
Inacaval de llevarlo hasta Patagones; promesa no cumplida más 
tarde por la desconfianza de Shaihueque. Cox, con su exploracion 
del lago y sus dos excursiones desde Ranco á Caleufú, ha dado 
á conocer esas regiones de una manera bastante detallada si 
se tienen en cuenta los escasos recursos de que disponia. Si 
su plan fracasó, no fué por falta de esfuerzos, y yo que he te- 
nido la suerte de visitar esos mismos parajes, pago aquí con 
placer un tributo de respeto á mi colega chileno. 

Aun cuando el capitan Vidal Gamaz, de la marina chilena, 
no llegara en su viaje hasta Nahuel-Huapi, merece citarse este 
último por el gran número de datos que contiene sobre la re- 
gion inmediata al occidente de los Andes. En esos trabajos, 
emprendidos en 1871 con el objeto de estudiar el seno de Re- 
loncaví y sus adyacencias, rios y boquetes andinos, el distin- 
guido marino visitó la region comprendida entre ese seno y el 
Lago Todos los Santos, haciendo un exámen detenido del pe- 
queño Lago Cayutue, situado frente á la gran abra del sud 
del Tronador, que encierra el antiguo camino de Bariloche, 
opinion con la cual estoy de acuerdo, correspondiendo esa abra 
á la del Lago Gutierrez, que he examinado y bautizado en mi 
último viaje. 

El capitan Musters, el viajero moderno que más tiempo haya 
pasado entre los indigenas patagónicos, que nos ha dejado un 
excelente libro sobre los usos, costumbres y vida íntima del 
indio, y á quien, desgraciadamente, las condiciones en que via- 
jaba le impidieron hacer observaciones geográficas de los lagos 
andinos, pasó á cincuenta kilómetros de Nahuel-Huap1. 

Todos los viajeros que he citado habian penetrado al lago 
por el lado de Chile. 

Desde el 20 hasta el 22 de Enero de 1876 pude gozar de la 
magnificencia del Lago Nahuel-Huapi; siendo mi asistente y yo 
los primeros blancos que desde el Atlántico llegaran á beber 
sus aguas puras; pero entonces sólo habia alcanzado su már- 
gen norte. Me prometia, pues, conocerlo ahora en sus compli- 
cadas riberas del sud y del oeste. 

El primer telon de brumas que veló durante esa noche del 
18 de Enero de 1880 el gran escenario de aquella vigorosa na- 
turaleza, en vez de elevarse uniforme ante nosotros, que no 
queríamos perder el menor detalle de la decoracion que ibamos 
á admirar, se desgarró en torbellinos de tules acerados y rosas. 


== NV 


— 259 — 


Dimos un momento de descanso á la caballada, y luego de 
pasada la primer impresion de admiracion, tratamos de ver el 
fondo del valle que teníamos al pié, á través del édredon de 
nubes frias y blancas, no doradas todavia por los primeros des- 
tellos del sol del nuevo dia. 

Todo dormia; solo las aguas lejanas en el fondo de los 
grandes senos se mecian perezosas; hilos delgados de oro vivo 
orillaban en zigzags fantásticos las nevadas crestas andinas, 
destacadas en el suave azul, mientras la base estaba envuelta 
por grandes estratos de nubes plomizas, más ó menos densas 
y entre las que distinguíamos las copas de los cipreses. Pocos 
momentos despues principiaron á elevarse del bajo ligeros ca- 
pullos de bruma que se desvanecian al llegar á la zona en que 
estábamos, donde ya reinaba el viento pampeano despertado 
por la aurora, y la aparicion sobre la negra línea de mesetas 
volcánicas, del sol en toda su magnificencia, iluminó el gran- 
diose conjunto, destacando entre los juegos de luces y sombras 
los relieves del terreno, aguas y bosques, con la nitidez propia 
de un bello dia austral. 

Recien entonzes pudimos orientarnos en la escarpada ladera, 
y de improviso, al llegar al pié, nos encontramos en un pe- 
queño campamento indio, ocupado por algunos araucanos y 
valdiviunos. Estaban estos precisamente entregados á una de 
esas borracheras tan comunes en las faldas de los Andes, cuan- 
do, en la primavera, el derrite de las nieves permite el paso á los 
aucaches comerciantes del asqueroso aguardiente de Tolten. 
Esa noche habian llegado dos de éstos, con cuatro barriles 
destinados á la compra de caballos en las tolderias de Ina- 
cayal, barriles que habian sido confiscados por un capitanejo 
de Shaihueque. 

Apenas permanecimos algunos minutos en los toldos, y 
seguimos hácia el noroeste por una llanura muy rica en pastos 
y en frutillas, regada por varios arroyos sombreados por gran- 
des árboles. Despues de haber atravesado un torrentoso rio 
que se vacia en el lago, atravesamos una pradera boscosa, on- 
dulada, formada por morenas glaciales antiguas y poco rato 
despues nos encontramos sobre el lago, frente al sitio en que 
acampé en la orilla opuesta, en 1876. 

Patagonia es la digna rival de Suiza, por el magnífico 
escenario de su naturaleza. 

He visitado á Suiza y sus grandes lagos, despues de haber 
recorrido la Patagonia, y pienso que Suiza es una reduccion 
habitada de la Patagonia Andina; ninguno de sus lagos puede 


== A) == 


rivalizar con la magestad imponente, inmensa, del Lago Viedma; 
ninguno de sus ventisqueros, con el mar de hielo, semejante 
á un pedazo de costa groenlandesa, dominado por el volcan 
Fitz-Roy. El lago Argentino es más salvaje, más indómito, que 
el de los Cuatro Cantones; tiene todo lo que éste tiene, salvo 
la obra del hombre, pero en escala mayor, como mayor es su 
tamaño. Sus montanas son más elevadas y más pintorescas; 
sus bosques son vírgenes, mientras que en Suiza se ve el paso 
del hacha y del serrucho; sus ventisqueros reemplazan con es- 
cuadra de témpanos colosales, mágicos, que desfilan delante 
de las selvas en flor, las blancas embarcaciones ó vapores que 
en Suiza conducen al turista. El Lago San Martin. separado 
por los Montes Lavalle de los canales andinos, no tiene pare- 
cido entre los que he visto más pequeños, como el de Brienz; 
los nevados de sus inmediaciones son tan imponentes como la 
Jungfrau. Nahuel-Huapi tendria semejanza con el Lago Leman, 
si á este último se le agregara el de los Cuatro Cantones. Ll 
Monte Blanco tiene un hermano en el Tronador, gigante geo- 
lógico siempre airado y siempre rugiente. 

En el punto á que he aludido, encontré chozas v allí acampé. 
Inacayal, propietario, segun él, de las regiones del lago, habia 
concedido permiso á algunos indios valdivianos, labradores, 
para que se establecieran en su campo, dando así los prime- 
ros pasos en la via del progreso, tan poco hollada por el 
indio. Los nuevos pobladores habian levantado ese plantel 
modesto de una futura ciudad argentina, donde encontré plan- 
tios de maiz, cebada ya espigada, y varias legumbres que con- 
tribuyeron á nuestro menu, cuyo plato de resistencia era la 
carne de potro. 

Desde ese punto, defendido en parte por el bosque y por 
un torrente encantador, dominaba todo el lago, y allí en la 
hermosa esplanada levanté la bandera argentina, que reflejaba 
por segunda vez sus colores en las aguas y en los hielos 
andinos. 

Inmediatamente de instalado el campamento y ya armado el 
teodolito, recibí á algunos indios que venian á ver al cristiano. 
Por el momento no habia gran riesgo; el instrumento les ins- 
piraba respeto, pues lo consideraban arma poderosa, y además 
mi ejército de cinco hombres se turnaba de centinela en la 
altura, remington al hombro, pues nos encontrábamos á dia y 
medio de camino de las tolderias de Shaihueque. Allí permanecí 
hasta el 22 de Enero, habiendo hecho el 20 una visita á la sa- 
lida ó fuente del Limay, que conocia desde su desembocadura 


== Ml = 


en el Atlántico. Nace el gran rio del Sud á 728 metros (*) sobre 
el nivel del mar y se lanza con gran velocidad por un canal 
de cien metros de ancho. 

Al pié de la esplanada llena de frutillas, encuadrada por el 
bosque alto y por la vegetacion que desciende al lago, la orilla 
está cubierta de grandes trozos erráticos lamidos perezosamente 
por las aguas mansas cuando hay calma, y contra los cuales 
chocan con estruendo las olas en los dias de huracan. 

Son las aguas del lago de color azul oscuro en el centro, 
como las del lago de Ginebra, y celestes, blanco-lechosas y 
luego color de plata líquida cerca de la playa, donde espejean 
las pajillas de mica y el cuarzo cristalino blanco. 

Los pequeños torrentes que nacen dentro del bosque, en las 
raices de los viejos troncos y que descienden con fuerte pen- 
diente, sirven, con los árboles que les dan sombra, de pequeños 
cercos á quintas naturales, donde los valdivianos habian levan- 
tado algunas chozas de paja, al abrigo de los elegantes maitenes. 
Hácia el noreste, siguiendo las orillas lacustres, la morena anti- 
gua seencorva al este, dejando un bañado que cruzan hileras de 
árboles. Es una llanura arenosa de reciente formacion, cubierta 
de trozos erráticos y que se ha formado por los detritos que el 
arroyo Nirehuau que cruza al llegar ha arrastrado desde las mon- 
tanas vecinas. se rio, de cincuenta metros de ancho y muy bien 
sombreado, desciende de una garganta oscura, dominada por 
grandes peñascos á pique, de doscientos metros de altura, coro- 
nado por cipreses puntiagudos, oscuros, que contrastan con el 
amarillo de las faldas. Ascendí un dia esas rocas y descubrí 
algunas cavernas que habian servido de habitaciones humanas. 
En una, formada por dos salas completamente oscuras, cavéá 
tientas y extraje un cráneo humano; en los muros de las demás 
habia pinturas y descubrí los mismos objetos de piedra y madera 
que en las cavernas del centro del territorio. La aspereza del 
terreno demuestra que los habitantes de las grutas habian 
buscado allí un sitio de retiro y quizá fué el último hogar de 
alguna tribu perseguida en esas luchas pseudo-religiosas que 
engendra en esos paises la explotacion de los adivinos. 

El promontorio está dominado por una montaña, en cuyos 
flancos se ven varios mantos de fonolita, y á sus piés se des- 
arrollan las tres bahias que preceden la salida del Limay. Es 
allí probablemente donde el general Villegas hizo  flamear 


(4) Segun mis observaciones de 1880, pero las del último viaje en la es- 
tacion meteorológica ú cargo del señor Bernichan han dado 740 metros. 


— 262 — 
el pabellon nacional dos años despues. Las aguas del lago salen 
violentas formando olas, y en los bordes algunas piedras errá- 
ticas formando pequeños rápidos, pero en el centro no hay 
obstáculo; por allí pasó la canoa de Cox. 

Las aguas son azules, pero se vuelven azules-verdosas en 
una vuelta rápida donde se precipitan con gran ruido, se dirigen 
primeramente hácia el S.SE., pero en seguida toman hácia 
el N. NO.; en este último punto el Limay tiene setenta y cinco 
metros de ancho y lo bordean colinas glaciales. Del rio al norte, 
una série de colinas pastosas, más ó menos elevadas, surca- 
das por fajas de arboleda, limita el lago, y en su base tiene una 
línea estrecha de vegetacion tupida. 

Esa línea de árboles color verde-plomo se extiende, siguiendo 
las hermosas ensenadas, en un paisaje parecido al del lago 
gmebrino del lado de Saboya, hasta un promontorio que avanza 
estrechando la gran cuenca. Hácia el oeste, se destaca, allí, 
de la orilla, una pequeña isla boscosa. Esas colinas que he 
mencionado están dominadas al norte por otras que aumentan 
de elevacion por gradas cubiertas, en parte, de bosques, corona- 
das de lavas antiguas, y que parecen fortalezas destruidas. Los 
cerros se desvian hácia el oeste, con abras repetidas, y á través 
de sus hendiduras profundas se distinguen otros más elevados, 
amarillentos, nevados, que están separados de los primeros por 
un brazo del lago. Precediendo á aquélla, en su extremo, se 
alcanza á ver desde el sitio del campamento, una loma ondu- 
lada de altas colinas amarillentas, verde pálido y pardas, que 
se elevan en forma de grandes mamelones desde el promontorio 
cubierto de bosques. Presenta el conjunto un golpe de vista 
pintoresco, principalmente á la tarde cuando las sombras del 
dia que avanza gradúan los tonos de las luces cálidas de me- 
diodia, hasta darle un tinte brumoso, que si bien borra los 
accidentes menudos, destaca en medias tintas suaves las siluetas 
de las grandes masas (lámina XVII). 

El panorama es salvaje, solitario, y el silencio de la natura- 
leza contribuye á aumentar la sublime solemnidad de aquel sitio. 

Al fondo de la gran cuenca, algunas veces borrascosa, som- 
bria, prision á veces de olas de crestas espumosas, y otras 
clara y límpida como un espejo, vénse varias islas de formas 
distintas, casi circulares unas, y otras largas como enormes 
ballenas. 

Detrás de estas islas, más léjos, se levanta la severa y grandiosa 
Cordillera, con sus picos atrevidos y sus macizos boscosos y 
nevados, de tintes verdosos, rojizos, negruzcos. y azules y 


ONO 
= U03 = 


blancos en las cimas, todo cortado y hendido por profundas 
gargantas, verdaderos fjórds noruegos, de los cuales el principal, 
muy extenso, está limitado por una montana completamente 
blanca, misteriosa, llena de poderoso atractivo para el viajero. 

De ambos lados del gran fjórd, álzanse montañas á pico, 
siendo las del costado norte menos accidentadas. En el primer 
plan, formando el foudo sudoeste, están las bellas montañas 
de cumbre aguda como una cuchilla inmensa, cubierta de 
hielos eternos, á las que he dado el nombre de Vicente Lo- 
pez, el inmortal autor de la cancion nacional argentina. La 
falda que mira al norte es rojiza, con bosques: la del este, 
que es la que he indicado, poco inclinada, cóncava, con nieve 
nueva depositada sobre el azul del hielo perpétuo, es una ma- 
ravillosa representacion natural del pabellon argentino. 

En seguida, avanza otro macizo boscoso que oculta altas 
montañas coronadas de nieve eterna. Ll Tronador no era visi- 
ble con claridad desde el campamento; pero sí desde la boca 
del Limay, con su vértice casi siempre envuelto en las nubes. 

Una gran colina, ó montaña poco elevada, de ladera muy 
abrupta, cubierta de selvas, que baña su pié en el lago, oculta 
un valle que se extiende entre ella y las montanas anteriores; 
v delante de este valle hácia el este-sudeste se eleva otro ma- 
cizo, de cumbres más redondeadas, que es el que oculta el 
Tronador. 

Un cerro cuya cuesta abrupta mira al sudeste cubierto de 
nieve y bosques, domina una profunda garganta que se dirige 
al oeste-sudoeste cerrada en su costado noroeste por otras 
montanas. Pasando esta gran garganta, hay algunas montañas 
mas bajas, transversales de este á oeste, limitando de este lado 
el gran lago y su antiguo valle glacial, atravesando paralela- 
mente á los Andes por morenas formadas por trozos angulosos 
de gran tamaño y casi cubiertas por la tierra nueva que resulta 
de la descomposición de las rocas que las forman y de la veje- 
tacion que las cubre. 

Cerca de la orilla del sud del lago, á partir de la punta 
situada frente á la pequena isla del norte, hay tres islas. de 
las cuales la más pequeña es la más oriental. Ese lado del 
lago es más elevado que el opuesto y más pintoresco; las 
gargantas, los bosques, las antiguas morenas con sus prade- 
ras naturales atravesadas por bosquecillos, forman un cuadro 
sin rival de bellezas naturales. 

He dicho que permanecimos hasta el 22 en el campamento, 
y hubiera deseado quedar más tiempo para hacer, avudado por 


una triangulacion detenida, un relevamiento más completo del 
lago, pero los indígenas se mostraban cada dia en actitud 
más amenazadora. 

El chasque enviado por el Cacique Inacayal á Shaihueque 
no habia querido llegar hasta las tolderias de éste, temiendo ser 
portador de «malas palabras» que pudieran acarrearle un peor 
rato. 

Se me previno que en los alrededores se habia apostado un 
grupo importante de guerreros que me espiaban, y habiendo 
aumentado ese dia el peligro de ser rodeado antes de llegar al 
extremo oeste del lago, que era mi gran deseo, levanté el campo 
á mediodia, llevando todas las colecciones, y me dirigí hácia 
ese rumbo. 

Queria recorrer toda la orilla sud del lago y tratar de llegar 
á Tecka, por entre la Cordillera, burlando así á los Mapuches. 
El camino que hice ese dia es el más bello de los que he hecho 
en mi vida de viajero. Las Pitx-roya patagonica y los Libocedris 
chilensis, los dos hermosos y útiles coníferos antárticos, crecen 
con profusión, augurando buena fortuna al aserrador del por- 
venir. Medí ese dia uno de los primeros, y su tronco tenia, á 
la altura de un hombre á caballo, más de ocho metros de cir- 
cunferencia ('), y esos árboles, en algunos parajes, se presen- 
tan en tal número que es imposible pasar á través de ellos. 
Los coihues de treinta y cinco metros de elevacion, sombrean 
las orillas de los arroyos, formando á veces puentes naturales. 
Los maitenes forman bosquecillos espesos. 

En las pintorescas praderas alfombradas de cesped y fruti- 
llares, alternan el roble, el canelo, el laurel y el manzano. 

Pasamos la noche bajo un gran ciprés, al borde de un 
torrente, en una llanura rodeada de bosques, á algunos cente- 
nares de metros sobre el lago. En el torrente encontré rocas 
carboníferas con restos fósiles vegetales. 

Ln la mañana siguiente encontramos un sendero indio, entre 
el bosque y las montañas; los árboles eran tan espesos que el 
caballo no encontraba paso, y otras veces marchábamos por 
bajo de oscuras galerias vegetales. 

Llegamos así á un arroyo que desciende del sud-sudoeste é 
inmediato á un campo sembrado de trigo, propiedad del arau- 
cano chileno Colomilla, limitado por tierras cubiertas de turba, 
que estando inundadas, así como parte del bosque, nos cerraron 
el paso imposibilitando del todo la marcha al oeste. 


(1) Es el que domina hoy la poblacion de San Carlos. 


= MN = 


Acampamos á orillas del arroyo, bajo un copudo coihue, 
rodeado de bambues, de los que emplean los indios para hacer 
lanzas. Frente teníamos la península de San Pedro, que Cox 
tomó por isla, donde creo que el Padre Melendez llegó en el 
siglo pasado, y delante de ella, hácia el norte, tres islas. 

Diríjese la península de O. SO. á E. NE. con inflexiones ca- 
prichosas, que encierran una gran bahía, la que me parece que 
en tiempo de bajante del lago se convierte en laguna. Su punta 
este avanza cubierta de bosques, formando ángulos entrantes 
y salientes que le dan el aspecto de una gigante estrella de 
mar verde-oscura. En el fondo está el fjórd profundo por donde 
bajó desde el Boquete Perez Rosales el explorador Cox, y el 
hermoso Monte Lopez dominándolo todo con sus nieves blan- 
cas y celestes y sus verdes bosques, medio quemados á la sazon 
en la base por un incendio reciente. 

Dejé mi gente en el campamento y avancé con un hombre 
hácia el sudoeste en busca de paso. El suelo era muy boscoso ó 
en extremo suelto, y los arbustos espinosos muy tupidos, lo 
que nos obligaba á entrar en el arroyo torrencial y adelan- 
tar así penosamente, ú veces casi ú nado. Felizmente á poco 
andar encontré pequeños prados, situados en el fondo de un 
valle escondido detrás de la montaña boscosa y baja, que 
limita el lago por ese lado y que precede á un nuevo lago cuva 
existencia no conocia; lago tranquilo, hermosísimo, que se 
internaba hácia el sudoeste, bordeado por montañas bajas. 

Hácia el este veíase una gran abra, pordonde distinguia en 
la lejania el gran promontorio de las cavernas inmediatas al 
Limay. Los árboles llegaban hasta el agua y nos fué imposible 
marchar un solo momento por sobre la orilla. En el punto 
donde las aguas de ese lago se vacian en el torrente. encontré 
cantidad de grandes piedras, arregladas por hombres, y con la 
intencion de impedir la salida rápida del agua, aprovechando 
pequeños canales para la pesca: y en las orillas grandes palos 
trabajados, con señales de hacha y barreno muy antiguas. Estos 
palos y otros que examiné durante la excursion de ese dia, 
quizá formaron en lejanos años balsas de los misioneros jesui- 
tas que comunicaban por allí con Chile. 

No me cabe duda que ese dia encontré el famoso «Paso de 
Bariloche»: todas las noticias antiguas que he examinado con- 
cuerdan perfectamente con mis observaciones. Il camino jesuí- 
tico costeaba ese lago (que no mencionan, sin embargo, las 
antiguas crónicas, las que no contienen sino insignificantes 
detalles sobre el paisaje), ascendia una montaña baja, y descendia 

Tomo VIII. 5 


AO 


al poniente de los Andes al Lago Calbutue probablemente, que ha 
examinado el capitan Vidal Gormaz, quien indica al oriente de 
dicho lago, una gran abra por donde afirma que pasara dicho 
camino. Así un chileno y un argentino hemos señalado los ex- 
tremos del antiguo camino, que reconstruido, comunicará los dos 
paises, estableciendo relaciones comerciales importantísimas. 
Para mí, una de mis más grandes compensaciones en mi vida de 
viajero ha sido aquel descubrimiento, al pensar en las trascen- 
dentales ventajas que podrá reportar cuando la civilizacion 
explore detenidamente aquellas regiones. 

Marché por dentro del agua cristalina, siguiendo el borde 
del precipicio inundado, único camino posible y que tenia que 
hacer casi á nado, entorpecido por grandes troncos sumergidos 
y trozos erráticos. Cuando fué imposible adelantar á caballo, 
dejé éste en un claro, y me interné con el asistente durante 
tres horas en aquel bosque espléndido que ocultaba las rocas 
de la ladera. Los árboles más elevados estaban «(quemados y 
segun los indígenas que consulté despues, el incendio venia de 
Chile, pues ellos no habian penetrado nunca ailí. A las cinco 
de la tarde era imposible ya avanzar á través de la arboleda, 
de los bambues y de los corpulentos troncos carcomidos, de 
cuyas cavidades brotaban manantiales. No teníamos hacha con 
que abrirnos paso y muchas veces nos deslizábamos por decenas 
de metros sobre los pastizales de bambues. Desde aquel punto, 
á doscientos cincuenta metros sobre el pequeño lago, no divi- 
samos montanas al oeste; el lago continuaba en esa direccion, 
sin que pudiéramos ver su extremo, y sus orillas continuaban 
formadas por elevadas colinas que precedian grandes montañas 
nevadas. 

No son, pues, las rocas ni las nieves lo que impide el paso 
al territorio chileno, sino los bosques que el hacha puede de- 
rribar. Retrocedí con sentimiento, prometiéndome regresar al 
siguiente dia con toda la gente, para pasar por allí al seno de 
Reloncaví y ser los primeros en abrir la comunicacion inter- 
nacional deseada. 

Difícilmente mi mala prosa dará una idea de aquel paisaje 
que más tarde me ha recordado, aunque de una manera más 
pálida, el fondo del lago de los Cuatro Cantones, en el sitio 
donde está situada la capilla de Guillermo Tell, aunque encuentro 
al lago patagónico más pintoresco, más suave y más alegre que al 
suizo. Encantador conjunto formaban los árboles gigantescos don- 
de dominan los cipreses y los coihues, bajo cuyas ramas crecen 
los helechos casi arborescentes, las aljabas cubiertas de raci- 


— 267 — 


mos de flores rojas y las enredaderas que aprisionan en sus 
redes toda la flora arbórea austral; las aguas del lago tenidas 
por el reflejo de la selva; los peñascos rugosos, destacados en 
promontorios blancos, pardos, negros, sanguíneos y verdosos 
por los helechos parásitos, los musgos y las cañas que cimbra 
el viento andino; todo bajo un cielo azul sin nubes, que hacia 
resaltar más la blancura del hielo eterno. 

Aquellas aguas no tenian nombre, faltábales el bautismo 
del geógrafo. En el catálogo de las denominaciones que la 
ciencia tiene el derecho de elegir para indicar sus conquistas 
en regiones vírgenes, vino á mi memoria un nombre venerado, 
el de don Juan Maria Gutierrez. Cuando era yo niño, el an- 
ciano que llevaba ese nombre me encantaba con sus descrip- 
ciones magistrales de la naturaleza americana que tan bien 
sentia y de la que él era una de las más bellas y más fecun- 
das emanaciones; más tarde su amistad me fué preciosa y sus 
palabras de aliento nunca me faltaron; tributo fué de admira- 
cion y gratitud dar su nombre á ese lago tranquilo y bello 
como su espíritu; el Lago Gutierrez, bautizado así, en memo- 
ria del venerable y nunca olvidado Rector de la Universidad 
de Buenos Aires, filósofo, literato, poeta, sábio, figura desde 
ese dia en la carta del mundo. 


SO OOOO ORO TO ROI OOOO ORO OOOO ICAO TO .. DOMO a 


Al regresar al campamento, lo encontré ocupado por sesenta y 
cinco guerreros araucanos, mandados por Chuaiman, hijo mayor 
del cacique Molfinqueupu «pedernal sangriento». mi amigo de 
antes y mi enemigo á la sazon. Rudo momento fué aquél, al 
pensar que la obra de las fatigas que podian dar tan fecundos 
resultados para el futuro, restableciendo la comunicacion tras- 
andina por Bariloche, podia ser destruida por aquel grupo de 
salvajes. 

Mis pobres compañeros me aguardaban convencidos de lo 
crítico de la situacion, aunque dispuestos á afrontarla. Los in- 
dios estaban armados de lanza, bola, honda y algunas armas 
de fuego. 

Celebramos «parlamento», y los indios me dijeron que venian 
á buscarme para llevarme á las tolderias de Shaihueque, para 
que desde allí intercediera con el Gobierno Nacional por la 
libertad de los sesenta y ocho indios asesinos que el Coronel 
Villegas habia tomado prisioneros. Por la manera con que 
expresaban su deseo-órden y las noticias que habia recibido ya, 
comprendí que se me tendia un lazo, no solo á mí, sinó á toda 
la caravana y del que solo me libraria con gran prudencia. 


== ANS == 


No estaba en situacion de resistir con la fuerza, sabia que si 
salvaba una vez caeria en otra, pues los araucanos habian 
ocupado ya todos los caminos, y resolví emplear la astucia. 
fingiendo no adivinar la suerte que me aguardaba, y acepté: la 
marcha á la tolderia.» 


vI 


DE NAHUEL-HUAPI AL VALLE 16 DE OCTUBRE 


Continuamos al sud el martes 10 de Abril. Las morenas 
rodean el lago por el oriente, dominadas por el negro promonto 
rio volcánico de Tequel-Malal, en cuyas cavernas descubrí, en 
el viaje anterior, como ya he dicho, un curioso cementerio indí- 
gena; y pasadas estas morenas y el ancho y pedregoso cauce 
del torrentoso arroyo Nirehuau, que se vacia en el lago, pene- 
tramos en el hermoso llano verde que se extiende hácia el sudeste, 
hasta los altos lomajes moreniscos de la primera extension gla- 
cial. Es evidente que se trata, en la Cordillera de los Andes, de 
dos periodos glaciales por lo menos y nada los manifiesta más 
que las hondonadas donde están hoy los lagos. Estos están 
rodeados de morenas, relativamente bajas, luego les sigue un 
llano ámplio como si aquellas fueran las morenas frontales y 
laterales del ventisquero y el llano parte del lago hoy seco: y en 
seguida otra faja de altos lomajes que son las morenas de 
la primera época, mucho más importantes, denotan una mucho 
mayor duracion del ventisquero. Ese intérvalo llano entre las 
dos líneas de morenas, es generalmente cultivable en todos los 
bajos lacustres que he visto hasta ese punto, y á veces corren 
por ellos caudalosos arroyos que no siempre desaguan en los 
lagos actuales. 


O 


La parte sudeste del valle del Lago Nahuel-Huapi (820 m.) 
tiene preciosas praderas y arroyuelos bordeados de pequeños 
bosquecillos, que procurarán abrigo á los ganados durante el 
invierno y sombra en los dias calurosos como aquél en que 
los cruzamos. Las transiciones violentas de temperatura en 
las Zonas inmediatas á aquellas montañas, cuyo régimen me- 
teorológico varia tanto segun su orientacion y altura, dada 
su proximidad á la zona húmeda del oeste, son grandes en los 
campos abiertos, pero los valles escondidos entre las laderas 
de la altiplanicie ondulada, deben gozar de clima templado du- 
rante todo el año. Se asciende al sud sobre empinadas laderas 
cubiertas de trozos erráticos y pedregullo glacial, pastosos en 
extremo. Al norte dominan el valle cerros volcánicos y se dis- 
tingue un cordon aparente, dirigiéndose desde el norte hácia 
el sudeste, cortado por el alto valle precursor del actual. La 
altiplanicie ondulada que limita el valle bajo por el sud y sud- 
este, está formada por el más elevado de cuatro escalones 
que son probablemente restos de otras tantas líneas de nivel 
del viejo lago. Estos lomajes (1170 m.) son de rocas sedi- 
mentarias compuestas de areniscas grises y amarillentas, de 
arcillas plomizas y de conglomerados, cubierto todo por el de- 
teito glacial que en parte se asemeja al barro pampeano pero 
conteniendo pequeñas capas de cantos rodados. 

Cruzamos poco despues Pichileufú, ó Curruleufú, ó Piá, 6 
Rio de los Hechiceros (1080 m.), tantos nombres tiene el afluente 
más austral del Rio Limay que desagua en éste casi frente á 
Collon-Curá. 

Los mantos sedimentarios se observan horizontales, y al 
sud del rio empiezan á verse cubiertos de lavas negras origl- 
narias de los volcanes del oriente que constituyen el cordon 
citado. Después de cruzar el Arroyo de las Bayas, afluente del 
Curruleufú (1120 m.), dejando «l poniente el cerro de ese nom- 
bre (1400 m.), formado por una expansion volcánica, descen- 
dimos por una quebrada pastosa y acampamos á la noche en 
Chenqueg-geyu, al pié de la barranca sedimentaria terciaria 
(1150 m.). Me inclino á creer que antes existió allí un lago ter- 
ciario; los cantos rodados de su conglomerado son pequeños, 
como nueces. Las morenas cubren las faldas y entre los de- 
tritos negros de la hermosa vegetacion pasada asoman blancos 
trozos de granito, erráticos. Las colinas que pasamos entre Las 
Bayas y Chenqueg-gevu forman la línea divisoria entre las aguas 
que alimentan el Rio Negro y las que se dirigen al Rio Chubut, 
tomando rumbo desde allí unas al norte, otras al sud, por el pié 


del cordon volcánico que se desprende hácia el sud-sudeste desde 
el Limay. Al este vése un volcan apagado elevado y detrás se 
encuentran, hácia el sudeste, las Salinas de Calgadept y sus 
fuentes termales, que visité en Diciembre de 1879. Las mesetas 
se presentan características como en las proximidades del Rio 
Santa Cruz, formando las superiores el fondo del antiguo mar 
interno que existió entre el cordon granítico de los Andes y el 
del centro de Patagonia, antes de que las fuerzas neo-volcáni- 
cas y los hielos produjeran el paisaje geológico actual. Los gl- 
cantescos ventisqueros de la primera extension, cubrieron toda 
esta region intermedia y sembraron en ella los despojos de las 
altas cimas andinas: granitos, pórfiros y rocas volcánicas más 
modernas. Hácia el occidente del camino las mesetas están algo 
inclinadas, descendiendo suavemente, y aun cuando las rocas 
que la componen se inclinan tambien en la misma direccion, 
la mayor inclinacion de la superficie se debe al mayor espesor 
de los depósitos glaciales del oeste; en la zona oriental la capa 
de cantos rodados y arenas no pasa de tres metros de espesor, 
donde la he podido observar. 

Pasado Chenqueg-geyu la meseta se eleva nuevamente (1430m.) 
cortada por canadones que se dirigen al oriente, dominados por 
la protuberancia próxima del Cerro Quemado, por cuyo pié, por 
quebradas abrigadas y fértiles, se baja al valle del Arroyo Chacav- 
hue-rucá (1200 m.) que corre al este para unirse con el Chen- 
queg-geyu y más abajo con el Ftatemen. Pasado ese fértil valle 
vuélvese á trepar la meseta cuya elevacion empieza á disminuir 
(1390 m.) y se llega á la prolongada hendidura longitudinal 
de Ftatemen (1060 m.) en la que las barrancas, denudadas en 
parte, prometen vasto campo de exploracion á los paleontólogos. 

Todo el terreno entre Nahuel - Huapi y Ftatemen, hermosa 
hondonada situada entre las mesetas del oriente y el macizo vol- 
cánico de Apichig, que la domina por el occidente, es pastoso y 
podrá alimentar mucho ganado vacuno y ovino, el que en in- 
vierno encontrará abrigo en los bosques de los valles; el trigo y 
otros cultivos se desarrollan bien en algunos rincones abrigados. 
En Ftatemen, encontramos abundancia de pescado y caza: tru- 
chas y patos, pero no podíamos descansar y apenas aclarado el 
dia volvimos á trepar la meseta, dejando al este el valle del rio pa- 
ra descender al oeste, al abra de Apichig (6 Ap'gtr), por la que en 
los tiempos glaciales se derramó uno de los brazos del colosal 
ventisquero que ha modelado todos esos valles preandinos. Las 
morenas situadas á diversas alturas, indican las alternativas de 
avance, retroceso y espesor del hielo, y sobre el alto escalon del 


macizo volcánico que precede la brecha de Apichig (960 m.), á qui- 
nientos metros sobre el llano, se observa, entre otros menores, un 
hermoso trozo errático de granito que mide nueve metros de lar- 
go, sels de ancho y cinco de alto. Desde allí se tiene una vista 
verdaderamente hermosa: sin transiciones, desde las mesetas 
escalonadas regulares, se pasa al reverso de ese parage sin gra- 
cla: los prados reverdecen hasta las faldas de las montanas 
boscosas y el abra baja del oeste. que concuerda con la hendi- 
dura transversal de Apichig, deja ver al poniente una línea de 
montañas coronadas de hilos de nieve y de faldas cubiertas de 
bosques en las que el amarillo ha sido reemplazado por el ver- 
de en todo sus tonos. 

Allí se cierra casi el prolongado valle longitudinal del sud, 
que se extiende desde las morenas de Sunicaparia, frente 
al Tecka, y los arroyuelos, que en sus vueltas y revueltas 
dejan ver entre los árboles y pastizales lentejuelas de plata 
en aquel verde terciopelo vegetal, forman las fuentes del prin- 
cipal afluente norte del Rio Chubut, que podria llamarse Rio 
Maiten, nombre del puesto ganadero que existe en su orilla. 
In esa abra acampé en Enero de 1880 y allí quedó enfermo 
mi buen guia, el pobre indio Hernandez, que murió en los toldos 
inmediatos víctima de su confianza en la médica de la tribu. 
Bello motivo para un Jacques, era el rebaño de limpias 
ovejas pampas que ví entonces, próximo á los toldos, destacán- 
dose blancas sobre el prado, manchados de oro sus largos 
vellones con los rayos del sol que relampagueaban en las nieves 
recien caidas en la alta arista lejana, mientras que sobre 
nosotros llovía el dia y la noche, sorprendidos por uno de los 
violentos temporales del oeste, que, atropellando por la hendidu- 
ra andina del Puelo, nos llegaba del Pacífico. 

El bosquecillo de ese triste campamento habia sido quemado 
v las tolderias desaparecido con sus habitantes, esparcidos á 
los cuatro vientos: ¡pobres indios que jamás hicieron mal á 
nadie y que no cometieron más crímen que el de nacer indios! 

En la dura guerra á los indígenas se cometieron no pocas 
injusticias, y con el conocimiento que tengo de lo que pasó enton- 
ces, declaro que no hubo razon alguna para el aniquilamiento 
de las indiadas que habitaban el sud del lago Nahuel-Huapi, 
pudiendo decir que si se hubiera procedido con benignidad 
esas indiadas hubieran sido nuestro gran auxiliar para el apro- 
vechamiento de la Patagonia, como lo es hov el resto errante 
que queda de esas tribus, desalojado diariamente por los ubi- 
cadores de los «certificados» con que se premió su extermi- 


nio. Más poblacion habia en las tolderias indígenas sometidas 
á los caciques Inacayal y Foyel, que la que hoy vive en la 
region andina del Chubut, á pesar de las extensas zonas soli- 
citadas y concedidas para colonizar. 

El Rio Maiten nace á unos veinticinco kilómetros al norte 
de Apichig, próximo al punto donde tienen sus fuentes el Cu- 
rruleufú, afluente del Limay, y el Rio Manso, afluente del Rio 
Puelo, y recibe en esa extension las aguas de un cordon monta- 
ñoso que limita por el oriente el hermoso valle longitudinal; 
valle intermedio entre la zona montañosa de los Andes propia- 
mente dichos y ese cordon cuva mayor altura es de 1910 metros 
y que se corta al poniente de Apichig para dar salida á las 
aguas del Arroyo Maiten, que bajan de las lomadas anchas y 
bajas (S00 m.) divisorias de las aguas del valle del Puelo y 
de las del Maiten. Estas lomas tienen una altura menor de 160 
metros que la Puerta de Apichig. - 

Almorzamos al pié del alto murallon volcánico, frente á las 
cuevas, donde segun los viejos indígenas, ahulla continuamente 
un perro que nunca han visto, y donde por la descomposición 
las rocas toman caprichosas formas, siendo la más notable un 
trozo que semeja el busto de Luis XIV, incrustado en un nicho 
de roca rojiza; y al anochecer acampamos inmediatos al sitio 
donde tuvo su tolderia mi buen compañero Utrac, y donde Her- 
nandez y yo fuimos envenenados por una de las mujeres del 
primero (*). Por supuesto que va no existe un solo toldo; sólo 
un pobre rancho aloja algunos indios que cuidan las haciendas 
de la Compañia inglesa de tierras del Sud. 

El Rio Maiten tiene en ese paraje, próximo á Caquel-Huincul, 
llamado así por una elevación de orígen volcánico, cubierta por 
detritos glaciales que cruza el valle longitudinal, treinta metros 
de ancho en su brazo principal, siendo su profundidad de dos 
metros en Marzo, y corre al pié de la muralla volcánica orien- 
tal, extendiéndose el valle al poniente (700 m.). La colina (S20 m.) 
negruzca, amarillenta sobre el verde prado, y que mide más de 
cinco kilómetros de norte á sud, es excelente divisadero (S20 m.) 
para extender la vista hácia las abras del occidente, y mientras 
la caravana marcha despacio al sud, la trepé para refrescar mis 
recuerdos. 

En publicaciones anteriores, desde 1880, he mencionado los 
interesantes hechos orográficos que se observan desde allí. Como 
he dicho, al oriente domina al rio el macizo volcánico del sud 


(*) Recuerdos de viaje en Patagonia. Montevideo, 1882. 


189) 


E 

de Apichig, limitado al sud por una abertura ancha que con- 
duce al hermoso valle de Quelujaguetre, en la confluencia del 
Arroyo Lelej con el Rio Maiten, y próximo al paradero de Cusha- 
men, donde pernoctó el capitan Musters cuando su memorable 
viaje desde Punta Arenas hasta el Cármen de Patagones. Por el 
norte se vé descender el Maiten desde el cordon longitudinal 
de bastante elevacion, situado al noroeste. Más cerca se observa 
la abertura situada frente á Apichig, donde nace de una mo- 
rena frontal secundaria, el arroyo que dá nombre al rio; y 
luego le sigue un pintoresco macizo, boscoso en sus dos terceras 
partes, cuya mayor altura (1990 m.) se encuentra frente á Ca- 
quel - Huincul; al pié de este macizo está el gran llano glacial 
que reemplaza el ventisquero desaparecido con los desperdicios 
andinos que dejó éste. La colina de Caquel-Huincul está sem- 
brada de trozos erráticos que miden hasta cincuenta metros cú- 
bicos. Al oeste del llano morenisco que empieza desde el pié de 
la colina, descienden las aguas al occidente y la hondonada que 
distinguí en 1880 á través de la angostura corresponde, no al 
Lago Puelo como supuse entonces, sino al Lago Hpuyen que 
desagua en aquél. 

Más al sud se levantan, detrás de la alta morena llamada 
Cabeza de Epuven, los nevados de Tres Picos (2500 m.) que 
preceden la alta cadena nevada, que probablemente corresponde 
á la cadena central de los Andes, á juzgar por las publica- 
ciones de los exploradores chilenos. Al S. SO. se vé el prolon- 
gado bajo de la region de Cholila ó Cholula, la tierra de los 
Chululakenes de la tradicion; allí principia la série de lagos 
que reconocerá el señor Lange y que alimentan el Fta-Leufú. 

Al sud se ve la continuacion del valle longitudinal y el bajo 
de Lelej. Los señores Fischer y Stange que cruzaron al sud por 
Cushamen, que es el camino regular entre Rio Tecka, 16 de 
Octubre y Nahuel-Huapi, dicen: el primero (segun la expresion 
del doctor Steffen), que «el canñadon del Lee-Lee (Lelej) rompe 
un cordon bajo en direccion del noreste para bajar en seguida 
al valle del Rio Chubut que desciende del noroeste, á lo lejos 
encajonado entre cerros desnudos de color plomizo. Cerraba 
la costa en esa misma direccion la imponente cordillera nevada, 
en la cual el señor Fischer creyó distinguir las características 
cimas del Centinela y del Observador, situadas inmediatamente 
al sud de la boca y valle del Rio Bodudahue»:; y el segundo, 
hablando de los mismos parajes: «Desde aquí un ramal del 
camino conduce á la estancia Fofo-Cawello, en la ribera 1z- 
quierda del Rio Chubut; el otro atraviesa serranias, entre las 


cuales se distingue una loma plana y muy extensa, estéril por 
falta de agua... Desde la loma ancha se presenta al oeste 
la Cordillera de los Andes con crestas muy bizarras, y hácia el 
este los montes de Fofo-Cawello. En la cordillera divisamos 
una grande abra por la cual debe hallarse un camino á los canales 
de Chiloé.» (*) 

He transcripto lo anterior para señalar las diferencias que 
existen entre las observaciones de los dos exploradores citados. 
No me explico como el señor Fischer ha podido ver el Rio 
Chubut descendiendo encajonado entre cerros desnudos de color 
plomizo, donde el señor Stange distingue una loma plana y 
más extensa, desde la que se presenta al oeste la Cordillera 
de los Andes. Como ha cruzado la region entre Lelej y Cus- 
hamen, ha debido ver, si densas nieblas no le ocultaron el 
paisaje del oeste, el llano morenisco que se extiende desde 
los cerros de Epuven hácia Fofo-Cahuallo, formando todo el llano 
noreste de Lelej y el de Cushamen y Quelujaguetre; y necesa- 
riamente no ha visto al Rio Chubut encajonado entre cerros, pues 
no hay allí más elevaciones que la morena baja en la que ha 
abierto curso el rio. Estas deficiencias ó errores en las obser- 
vaciones del señor Fischer se repiten en su plano de la region, 
en el que aparece dibujado un alto cordon, que no existe, en 
vez del llano que mide decenas de kilómetros de norte á sud y 
de este ú oeste. El abra grande que vió el señor Stange corres- 
ponde ú las abras de Epuyen y del Puelo. 

A este llano glacial me referia cuando describí el llano de 
igual orígen situado entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Cha- 
peleó, fenómeno que se repite varias veces hácia el sud, como 
lo indicaré en el sitio correspondiente. Aquí, en Caquel-Huincul 
y Cholila ha existido tambien un enorme lago anterior á la 
gran extension de los ventisqueros, y de ese lago son restos los 
actuales del sistema del Rio Puelo y los del sistema del Rio Ftá- 
Leufú, hoya comun que se separó á medida que la erosion, el 
clima y quizás tambien los fenómenos volcánicos, produjeron 
los desagúes del oeste que cruzan la Cordillera. En los primeros 
tiempos glaciales una calota de hielo cubría toda la region an- 
dina del oriente y los derrites de estos hielos corrian todos 
hácia el Atlántico. Así se explican los anchos valles y las capas 
de cantos rodados andinos que los cubren, valles por los cuales 
corren hoy los afluentes del Chubut. El llano está formado por 


(1) Expedicion exploradora del Rio Palena. Santiago, 1895. 


200 == 


los restos de una de las viejas morenas frontales de ese gran 
lago perdido. ¡ 

Más adelante he de volver á ocuparme del paisaje dominado 
desde la loma, de la que bajé apurado por lá quemazon que se 
levantaba del pasto, incendiado por los cuidadores de ganado 
para que reverdezca. Momentos antes de encontrarnos envuel- 
tos en la humareda, habia anotado el colorido del rio, llano y 
montanas, tan hermoso era el paisaje. Los cerros inmediatos 
al oriente, con sus rocas volcánicas verdosas, rojizas, violetas 
y borra de vino, como gigantescos coúgulos sanguíneos, heri- 
das producidas por la pujanza del ventisquero que pulverizó y 
desagregó esas lavas; y luego el rio, al pié de esos cerros, ser- 
penteando, negro en la sombra, acerado y plateado con la luz 
de aquel cielo limpio al oriente, orlado de árboles oscuros y 
de pajas y chilcales verde-claro que contrastaban con el amarillo 
y gris de las morenas secas. En el fondo levantándose sobre 
las hondonadas misteriosas, con humos de incienso, los cerros 
altos, coloreados de borra de vino y de negro con relieves de 
nácar simulados por la nieve en esas cimas de tonos de acero, 
entre los nubarrones de la tormenta próxima sobre el ventis- 
quero oculto, lejano al poniente..... Pero el tiempo avanzaba y 
deseaba llegar á la noche á Lepa. 

El llano glacial apenas se levanta diez metros sobre el nivel 
del Maiten, altura cortada por cauces de arroyos secos en verano, 
pero que en primavera llevan al Maiten las aguas de las ver- 
tientes de invierno, próximas á las que alimentan arroyuelos que 
descienden hácia el bajo de Epuyen; y costeando su borde, nos 
acercamos á la tropa en marcha, ya al pié de los cerros que 
limitan el Valle de Lelej por el oeste. Musters no tiene pala- 
bras con qué ponderar la hermosura de ese valle, al que llama 
Paraiso, y bien merece esa impresion del viajero inglés (*). Ese 
valle es indudablemente el pedazo de tierra más apropiado para 
un gran establecimiento pastoril, con las reservas de Lepa. Lo 
encontramos poblado de haciendas, y habiéndonos provisto de 
carne en las casas de la estancia (610 m.) cruzamos los loma- 
jes de orígen volcánico que separan el Valle de Lelej del Valle 
de Lepa, en los que la enorme cantidad de detritos glaciales 
indica que las rocas de los del occidente consisten principalmente 
en granitos, pórfiros y andesitas; no se ven trozos esquistosos. 
El Valle de Lepa es tan hermoso como el de Lelej y allí hicimos 
noche (740 m.); el arroyo sale de una quebrada pintoresca, pro- 


(1) G. C. MustERs: Al home 10h the Patagonians. Lóndres, 1871. 


fundo tajo en la roca gris-clara de aspecto granítico mirada 
desde lejos, y recibe las pguas del Arileufú, arroyo más pequeno 
que baja del sudoeste (760 m.). 

Todo el terreno está ondulado por los hielos: las alturas del 
este están cubiertas por rocas volcánicas, pero los bajos y las 
mesetas que se prolongan al sud entre las serranias del oeste, y 
los altos lomajes del oriente, que atraviesan los arroyos transver- 
sales que vamos cruzando, están formados por rocas sedimen- 
tarias, probablemente miocenas, á juzgar por algunos moluscos 
lacustres que encontré en Pichileufú (790 m.). El Mavuleufú, 
al que se incorpora el Pichileufú, tiene un alveo profundo 
y corre al sud hasta recibir el segundo por un valle estrecho 
y pedregoso: estaba seco en el momento de nuestro paso. Hay, 
en los bajos cubierto por el bosque, trozos erráticos que miden 
doscientos metros cúbicos, cuya roca es un conglomerado volcá- 
nico. Pasado el encajonado vallecito del Temenhuao ó Tameñao, 
como generalmente se le llama, entramos en lo que propia- 
mente puede considerarse como pampas de Iísguel, sucesion de 
pequeñas altiplanicies (780 m.), lomas v bañados, verdes todos, 
cuya altura varía entre 700 y S00 metros sobre el mar y que se 
extienden entre las faldas de los cerros del poniente y la alta 
meseta (970 m.) coronada de lavas del naciente; al pié de ésta, 
en la mayor depresion, se encuentran tres lagunas sin sa- 
lida donde desaguan pequeños arroyuelos que surgen en la 
opuesta sierra. Indudablemente se trata del lecho de un viejo 
lago perdido, del que son restos las lagunas (740 m.). No hay 
allí un metro de tierra estéril; el pasto lo cubre todo y sólo 
en las pequeñas eminencias formadas por la aglomeración de 
los detritos glaciales, se ven agrupaciones de arbustos lenosos 
que proporcionarán combustible abundante á los futuros colo- 
nos. Encontramos grandes cantidades de ganado, algunos miles 
de cabezas, pertenecientes á la Compania inglesa citada, que 
bajaban de los llanos del oeste á buscar abrigo en las praderas 
inmediatas á la laguna, pero no vimos un solo hombre. Barata 
es la explotacion de tales terrenos en esas condiciones, que no 
han de favorecer mucho la poblacion industriosa. 

En estas pampas de Esguel encontramos nuevamente el 
divortium aquarum interoceánico, siempre producido por la mis- 
ma causa ya mencionada: la accion glacial. Aquí tambien 
las aguas que descendian de la Cordillera hácia el Atlántico 
se han visto obligadas á torcer hácia el Pacífico, obstruidos 
sus canales naturales por las morenas extensísimas que cubren 
hoy la region. El gran ventisquero del oeste, abriéndose paso 


= E 


entre las abras de los cerros que preceden la primera cadena 
longitudinal paralela al cordon central andino, cubrió con sus 
morenas todo el valle entre el norte de Apichig y Monte Tho- 
mas, rellenando esa hoya hasta encontrarse con otros ramales 
del ventisquero perdido del Tecka. En relatos de mi viaje de 
1880 he mencionado este enorme depósito glacial y la interesante 
morena frontal del Tecka, en la confluencia de las dos hendi- 
duras: la de Esguel y la de Tecka. Los montículos glaciales 
aumentan de altura hácia el sud, al enfrentar el abra del oeste. 
Despues de haber cruzado más de veinte kilómetros por una 
llanura apenas ondulada, en la que sin observaciones de pre- 
cision no será posible determinar desde donde corren las aguas 
al Pacífico y desde donde al Atlántico, llanura donde inútilmente 
se buscará nada que pueda considerarse como «dorso andino 
divisorio de las aguas»; se desciende la morena frontal en la 
gran abra llamada abra de Esguel («Boquete» en el plano del 
señor Fischer), y se llega á otro escalon del viejo lago perdido 
cuyo lecho ocupa al oeste y sudoeste la Colonia 16 de Octubre. 

El señor Stange, en su diario de viaje de la Ixpedicion ex- 
ploradora del Rio Palena, dice (pág. 157) que los cerros si- 
tuados al oeste y sud del Llano de Esguel forman «la línea 
divisoria entre aguas chilenas y argentinas, es decir, aguas 
que corren al Pacífico ó que se vacian en el Atlántico». No es 
momento de discutir si esas aguas son chilenas ó argentinas 
porque corren en tal ó cual direccion, pero puedo adelantar 
que el señor Stange incurre en error en ese párrafo, resul- 
tado probablemente de falta de la necesaria observacion, dada 
la precipitacion de su viaje. Las aguas que bajan al este y al 
oeste tienen sus vertientes al este y norte de esos cerros, en 
el llano; tampoco existe cadena alguna allí, como lo dice el 
mismo viajero, que del oeste pase al sudeste, y como este error 
se repite en el mapa dibujado por el señor Fischer en el que 
consigna los resultados de la expedicion exploradora, mapa 
terriblemente deficiente, no debo pasar adelante sin observarlo, 
pues tales deficiencias contribuyen á estraviar el juicio de los 
que se preocupan de la orografia de la region austral de este 
continente. 

Si una creciente anormal, que puede producirse en cualquier 
invierno, aumentara las aguas del llano de Esguel, segura- 
mente el divortium aquarum interoceánico se alejaria al oriente de 
donde está ahora, y va no seria formado por los cerros de 
Esguel ni por el llano; la meseta oriental pasaria á ser, llegado 


ese caso, y si se aceptaran las teorias de los señores Steffen, 


Fischer y Stange, «el encadenamiento de la Cordillera que di- 
vide las aguas» en una estacion del año, mientras en otra se 
encontraria el tal «encadenamiento» en el llano. 

Por allí pasa el camino carretero que comunica la capital 
del Territorio del Chubut con el Valle 16 de Octubre, al que 
nos vamos aproximando. Los trozos erráticos son de grandes 
dimensiones, siendo abundantes los que miden cien. metros 
cúbicos, constituidos principalmente por granito blanquizco. La 
roca de los cerros al sudoeste, es porfírica, parecida á la que 
he observado en el Limay. 

Pasada el abra, siguiendo al sud, acampamos próximos á los 
ranchos del capitanejo indígena Nahuelpan, en un hermosísimo 
prado; por allí crucé en 1880. La morena que cierra el valle de 
Esguel por el sud mide 770 metros de altura sobre el mar; y en 
la parte en que la cruzamos tiene su orígen el afluente norte 
del Rio Corintos. Seguimos al dia siguiente por la hermosísima 
quebrada poblada por los colonos de 16 de Octubre y de una fer- 
tilidad exuberante. El macizo del oeste, llamado Cerro Plomo ó6 
Cerro Nahuel-pan, que es de orígen volcánico, y el Cerro Thomas 
(1650 m.), de igual constitucion geológica, al sudoeste, forman 
digno pórtico al extenso valle que bautizara el gobernador Fon- 
tana con la fecha de la ley que creó los territorios nacionales. Ver- 
daderamente, aquella tierra es una maravilla de fertilidad y la 
eleccion que se hizo de ese punto para establecer la colonia no 
ha podido ser más acertada. Cuando regresé en 1880 de mi 
viaje á esas regiones é hice pública su fertilidad, nadie creyó 
en mis afirmaciones: la rutina decia que Patagonia era sinóni- 
mo de esterilidad, y, váyase á fiar uno de entusiasmos de via- 
jeros que dicen lo contrario. Pero las poblaciones de los colo- 
nos son el mejor justificativo de la bondad de la tierra y del 
fruto que ésta da cuando se la trabaja con ahinco y perseverancia. 
Hay comodidad en aquellas cabañas humildes, y si los colonos 
que llegaron y se establecieron allí desde 1888, recibieran en pro- 
piedad el lote que se les prometió. que poblaron y que aún no 
se les ha otorgado, indudablemente la Colonia 16 de Octubre 
seria hoy la más importante de Patagonia; pero, desgraciada- 
mente, no pocos tropiezos tienen en sus afanes, pues las tierras 
que rodean el valle ya han sido «ubicadas» desde Buenos Aires, 
y las quejas que oigo sobre avances de los nuevos propietarios 
me apenan. ¿Cómo hemos de desarrollar la poblacion en Pata- 
gonia, cuando tras una iniciativa laudable, se dictan medidas 
que las anulan? 

Más de un pedido he recibido de esos pobres colonos para 


— 28) — 


que trate de impedir que no se reduzca el perímetro de la colo- 
nia. pero, qué hacer cuando no se escuchan voces de tan lejos 
y se procede de manera tan contraria á los intereses del pais! 
Gran beneficio produciria una resolucion general del Gobierno 
de la Nacion, ordenando la suspension de toda ubicacion de 
terrenos y de todo remate de tierras en Patagonia, mientras 
no se conozca el valor de esas tierras y la mejor forma para 
su aprovechamiento. 

A medio dia entramos en la chacra del senor Martin Under- 
wood (260 m.), comisario de la Colonia 16 de Octubre, y uno de 
los hombres más emprendedores de la region: allí me encontré 
con don Juan Murray Thomas, el más activo de los fundado- 
res de la colonia del Chubut y el más entusiasta partidario de 
la colonización de la region andina, entusiasmo que contagió al 
comandante Fontana, y del que despues de la memorable ex- 
cursion en la que sirvió como guia esforzado. resultó la funda- 
cion de la colonia. 

El Valle 16 de Octubre ocupa la hondonada labrada por 
la erosion, en el viejo valle intermediario entre los cerros del 
este y la cadena que, en 1880, bauticé con el nombre de 
nuestro ilustre Rivadavia (*). Este valle intermediario se pro- 
longa al norte, con sus ondulaciones glaciales, hasta Cholila, 
descendiendo gradualmente desde el norte (1880 m.) hasta los 
vastos llanos del oriente del Lago General Paz ó Corcovado, 
orígen principal del Carren-leufú, llamado por los colonos im- 
propiamente Rio Corcovado, nombre que corresponde al rio que 
corre al pié del Cerro Corcovado, situado inmediato á la costa 
del Océano Pacífico, al oeste del Valle 16 de Octubre. 

Demoré en el valle desde el 15 hasta el 18, temprano, para 
buscar vaqueano que me sirviera en mi excursion hasta el 
Lago Buenos Aires, y en ampliar instrucciones para los topó- 
erafos que ya trabajaban en sus respectivas secciones, habiendo 
cumplido todos fielmente mis disposiciones. Recorrí en esos 
dias el valle y pude darme exacta cuenta de su gran importan- 
cia como base para la colonizacion de nuestras tierras andinas. 
Si esos colonos, sin ayuda oficial de ningun género, con la 
duda perpétua de si trabajarán la tierra para sus hijos ó para 
algun potentado de Buenos Aires, contenidos en sus tareas no 
pocas veces por rumores que de tarde en tarde les llegan sobre 
posible despojo, sobre cambios de lote, sobre la falta de todo 
derecho para ocuparlos, va que no hay ley de la Nacion que 


(1) Véanse los diarios de Buenos Aires de Marzo 1880. 


PP 


— 281 — 


prevea estas iniciativas atrevidas, han podido desenvolverse 
con más ó menos tino y realizado algunos sus propósitos 
creando hermosas chacras, cuyos productos son pruebas irre- 
cusables de la bondad de la tierra y del clima, ¿qué no podria 
obtenerse con medidas previsoras que aseguren el porvenir 
del hombre trabajador y con medios de comunicacion que 
pueden conseguirse fácilmente? Un carro pone más ó menos 
un mes de camino entre el valle y la capital del Chubut, y sin 
embargo, el colono encuentra compensación á viaje tan largo, 
tal es el rendimiento del suelo. 

Pero no es mi propósito extenderme ahora sobre este inte- 
resante tema que debo dejar para otra ocasion. 


Tomo VIII, 6* 


AvAGE 


DEL VALLE 16 DE OCTUBRE AL LAGO FONTANA 


El 18 temprano, dejé establecido el campamento central inme- 
diato á la Comisaría y me dirigí 4 Tecka, acompañado del colono 
norte-americano Nixon, tipo del pioneer, quien conocia el terri- 
torio hasta las inmediaciones del Aysen. El camino carretero 
asciende lomajes glaciales muy pastosos, que dominan el encajo- 
nado curso del Rio Corintos y tuerce poco despues hácia Suni- 
caparia, bañado fértil en cuyo borde se produce otra vez la 
division de las aguas continentales, en la morena lateral del 
brazo transversal del ventisquero antiguo de Isguel. Allí un 
simple montículo de piedras arrastradas, de cuatro metros de 
altura, y aún menos, separa en el llano las aguas que van al 
Tecka de las que caen al Corintos. 

Pasadas las lomadas altas se desciende al valle de este rio y 
por lomajes altos, volcánicos y glaciales, se llega á las escaleras 
ó terraplenes del curso superior del Rio Corintos, que desciende 
del sud por entre depósitos glaciales enormes y muy caracterís- 
ticos. El paisaje que se tiene delante es esencialmente glacial, 
y las ocho mesetas escalonadas indican otros tantos niveles del 
antiguo y enorme lago. La gran cantidad de granito rodado, 
procede indudablemente de los cordones andinos del oeste. Do- 
minan al valle, por el este, cerros compuestos de esquistas y are- 
niscas metamórficas. 


a 


ln una inflexion de los cerros está la Laguna Cronómetro, 
sin salida en el momento de mi paso, pero que antes desaguaba 
en el Tecka y luego en el Rio Corintos, en el que concluirá por 
vaciarse totalmente una vez que una creciente violenta ó la 
accion erosiva corte el pequeño albardon que detiene hoy las 
aguas. Se pasa en seguida un portezuelo alto de 1120 metros 
para descender hácia el Valle del Tecka de tanto renombre entre 
indios y blancos. 

En todos los distintos valles que hemos cruzado desde la Co- 
misaria, he observado los mismos depósitos sedimentarios de 
Pichileufú, que he considerado miocenos. El descenso es suave 
por lomadas muy pastosas y abrigadas, donde abundan los gua- 
nacos y tambien las pumas que hacen grandes destrozos en las 
majadas de los nuevos pobladores que empiezan á llegar. Hici- 
mos noche á la orilla del arroyo de Caskell ó Caquel (cuestion 
de pronunciacion ); vuelven á aparecer los trozos de granitos 
erráticos, que no se encuentran en las cimas del pequeño cor- 
don, y me inclino á creer procedan todos del cerro granítico 
Caquel, hoy de muy poca altura, pero que los hielos han des- 
truido. Encontramos barrancas de rocas sedimentarias, tercia- 
rias probablemente, donde algunos colonos han recogido restos 
fósiles de mamíferos que desgraciadamente no pude ver. Todo el 
terreno que cruzamos hasta el valle del rio es fértil. 

En la casa de negocio del valle me esperaba el cacique Shar- 
mata y poco despues llegó el viejo cacique Foyel, mi huesped 
en el Museo durante varios años, que ha preferido volver á las 
boleadas de guanacos y avestruces. Musters nos cuenta la habi- 
lidad de Foyel en las cacerias, y más de una vez, septuagenario 
ya, me ha proporcionado éste avestruces y guanacos con sus 
seguras boleadoras. Foyel me espera para acompañarme, lo que 
siente no poder hacer Sharmata (ó Sacamata), gefe actual de 
la indiada y cuyo padre, mi viejo amigo Pichicaia, debe salirme 
al encuentro en las proximidades de Gennua. 

Me es agradable volver á ver á estos indígenas despues de tan- 
tos años y encontrarlos asimilándose aunque lentamente, con la 
civilizacion. Creo que si fuera posible prohibir la venta de aguar- 
diente á esos pobres indios, los estancieros tendrian peones de 
primer órden en los descendientes de las tribus que fueron 
dueñas de aquellas tierras y que hoy vagan sin patria. Musters 
encontró á algunos de ellos en Tecka, en 1871; yo viví allí en 
1880 con Inacayal y Foyel, donde éste tiene aún sus toldos, pero 
ya se le ha advertido que debe desalojar el valle, pues lo ha ad- 
quirido un «señor» de Buenos Aires. 


Acampo á medio dia á algunos metros de los toldos, en el 
mismo punto en que lo hice en mi viaje anterior. Il cacique 
Shaihueque no ha llegado aún con su tribu, pero ha avisado 
que se acerca. Elegí los lotes que el Gobierno de la Nacion le 
destinaba provisoriamente, mientras el Congreso le da tierras 
como á Namuncurá y otros caciques que tenian menos títulos 
á ellas, entre los lotes libres inmediatos al valle del Tecka, 
pero, segun informes que recibo, resulta que los lotes elegidos 
por el plano que se llama «oficial», no corresponden de ninguna 
manera al terreno elegido y que en vez de estar próximo al Rio 
Tecka y comprender parte del valle, están situados sobre las 
sierras del oriente de éste. Parece imposible que se haga la 
ubicacion de la tierra fiscal sobre documentos tan incompletos, 
v en los que la orografia é hidrografia representada está lejos 
de ser la verdadera. Muchas desilusiones conozco por parte de 
los que han adquirido tierras confiadas en el dibujo de ese 
plano. 

Nuestro sistema de division y ubicacion de la tierra pública en 
los territorios nacionales, que no está basado en un plano exacto 
y detallado que contenga los elementos de juicio necesarios para 
asignar al terreno su verdadero valor, no puede ser más per- 
judicial y detendrá seguramente el progreso de esos territo- 
rios. La despreecupacion actual, por parte de las oficinas encar- 
gadas del manejo de las tierras públicas es imperdonable. Las 
mensuras contratadas por ellas, ó no contienen los elementos 
necesarios para apreciar la topografia de los terrenos, ó los 
planos que consignan sus resultados son mal dibujados; y la 
responsabilidad de estas deficiencias corresponde á quienes en- 
tregan tales datos á la publicidad con carácter oficial, datos que 
son los únicos en que pueden basarse para sus cálculos la mayor 
parte de los que desean adquirir tierras nacionales. Circula en 
la República una enorme publicacion oficial de título policromo 
titulada: Atlas de las colonias oficiales de la República Argentina y 
en la que figura como primer mapa, el de la República Argen- 
tina «determinando la ubicacion de las colonias nacionales, 
con arreglo á los rios, ferrocarriles y puntos principales, con- 
feccionado por el Departamento de Tierras, Colonias y Agri- 
cultura (1895) escala 1:3.000.000»; mapa que es un descrédito 
para la oficina que lo publicó y que es el colmo de la deficien- 
cia en materia de geografia oficial. Quienes lo confeccionaron, 
olvidaron que en Patagonia existen dos grandes rios que se 
llaman Rio Santa Cruz y Rio Gallegos; que el Departamento de 
Tierras, etc., ha aprobado las mensuras del terreno donde debe 


— 285 — 


fundarse la Colonia San Martin, la que figura en el plano en 
medio de un gran blanco; que hay un lago que se llama Nahuel- 
Huapi y que en él nace el Rio Limay, etc., etc.: en cambio han 
representado la Colonia 16 de Octubre, bañada por el Rio Chu- 
but, al pié de un enorme cerro que la limita por el sud y la 
pampa por el norte, y el rio Aluminé desaguando directamente 
en el Limay, bañando su curso un prodigioso cerro que abarca 
todo el territorio comprendido entre ese rio, los Andes, el Rio 
Neuquen y el Limay. 

La generalidad de los compradores de tierras en los terrilorios 
del sud, juegan á la lotería al elegir los números de sus lotes 
en los planos oficiales, y de ahí el bajo precio, relativo, á que 
alcanzan las ventas, y de ahí tambien las facilidades para que 
algunos obtengan grandes áreas de tierra cuyo valor ignora la 
nacion que tanto dinero gasta en esas mensuras de resultados 
visibles tan incompletos. 

Recordemos la Colonia Sargento Cabral y tambien la colonia 
indígena San Martin, en la que si bien la tierra es aprovecha- 
ble, en buena parte, ha sido designada sin estudio prévio alguno, 
pues no comprende su perímetro un solo árbol que pueda ser 
utilizado para construcciones, ni tampoco leña en cantidad ne- 
cesaria para una colonia de la exiension dispuesta, cuando á 
corta distancia se encuentran terrenos adecuados, los que han 
sido dejados de lado, y que infelizmente, se encuentran ya en 
manos de particulares. 

Ll Valle del Tecka y los canadones más ó menos extensos 
de las mesetas que lo rodean, están destinados á contener mu- 
chos centenares de miles de ovejas y reunen mejores condicio- 
nes para establecer grandes colonias que otros terrenos del in- 
terior de la República, que han sido ya colonizados. Si bien 
entre la colonia capital del Chubut y las sierras de Gualgaina 
y Quichaura, situadas al oriente del Tecka, la region es pobre, 
muy pobre de pastos en grandes extensiones, en cambio desde 
esas sierras hácia el poniente la zona fértil es, puede decirse, 
contínua. 

Il 20, obtenidos los peones indígenas que necesitaba y acom- 
pañado de Foyel, continué ascendiendo el valle del Tecka, 
cada vez más fértil. Una faja verde indica en la falda de la 
meseta la línea que separa las rocas sedimentarias terciarias 
de los depósitos glaciales, formando una série de manantiales 
pintorescos. 

Vimos las Sierras de Gualjaina ó Tecka oriental prolongarse 
al norte, desde el abra transversal que cruza el camino del 


— 286 — 


Chubut al Valle 16 de Octubre, y al sud de esta abra la Sierra 
de Quichaura, cuyo arroyo principal, de curso sud á norte, no 
alcanza á desaguar en el Rio Chubut. Esas dos sierras corres- 
ponden, en direccion, á las del oriente de Chenqueg-gevu, y para 
mí son aparentemente continuacion orográfica de las sierras 
de Moncol, situadas en el ángulo del Collon-Curá y del Limay. 
Desde nuestro punto de observacion hácia el sud, distingo 
que los cordones se separan, alejándose uno cada vez más al 
oriente. 1l reconocimiento de esa parte del territorio no entra 
en mi programa presente, y debo dejar para más adelante 
la publicacion de los datos que posee el Museo sobre aquella 
region. 

Una protuberancia volcánica cuyas lavas cubren las arenis- 
cas y conglomerados del Tecka superior, enangosta el valle 
por algunos centenares de metros, en forma de pintoresco 
«canon»; y hasta ese punto alcancé en 1880, cuando mi visita al 
cacique Pichicaia. Pasada esa angostura, el valle se ensancha di- 
latándose suavemente en sus costados por morenas extensas que 
domina el Cerro Edwin —zona de los lavaderos de oro tan sona- 
dos. Unos diez kilómetros tiene ese valle de sud á norte. El 
rio desciende del oeste entre suaves lomajes, teniendo al norte 
el Cerro Idwin (2000 m.) y el Cerro de las Minas (1790 m.). 

En ese paisaje glacial nacen el Tecka y algunos arroyuelos 
afluentes del Carrenleufú en las ondulaciones moreniscas, en 
las que se ve con frecuencia lagunas pequeñas. Ascendimos 
hácia el S. SO. por los lomajes cubiertos de lavas, escondidos 
bajo los depósitos glaciales, y luego descendimos al orígen de los 
cañadones que llevan aguas al Rio Gennua y donde encontramos 
una laguna que provee á los indígenas de excelente sal. Son 
cuatro estas lagunas, pero sólo una es salada, la que mide 
unos dos kilómetros en su mayor diámetro. 

Las aguas corren al Tecka. desde el pié oeste de la colina 
ú través de quebradas abiertas en la lava. Al sud de la Salina 
encontramos una colina granítica que divide las aguas que 
descienden al Gennua, de las que caen al Carrenleufú. Las 
colinas son de pequeña elevacion, formando suaves ondulacio- 
nes cubiertas de depósitos glaciales. Para poder recoger mues- 
tras petrográficas, acampamos en un pintoresco bosquecillo 
entre los caprichosos peñascos del granito descompuesto. 

Il 21 continuamos la marcha temprano, siempre con el 
mismo rumbo S. SO. por suaves lomajes y lagunajes del paisaje 
elacial. La roca que constituye las cimas de estas colinas es 
volcánica, y la observo estriada en parte por el ventisquero 


perdido. El resto del terreno está totalmente cubierto por are- 
nas y pedregullo glacial, con gran cantidad de rocas erráticas. 
No me ha sido posible darme cuenta exacta de cómo se produce 
la division de las aguas de los afluentes del Tecka, del Gennua 
y del Carrenleufú. Allí no hay dorso orográfico alguno bien 
definido; los depósitos glaciales y los de la erosion posterior han 
cerrado los canales antiguos que comunicaban los infinitos la- 
gos de la region, y sólo recibo la impresion de algo como un 
viejo fondo de lago, agotado, con restos de islotes. 

Bruscamente nos encontramos al oeste con el extenso valle 
del Carrenleufú, que cruza en zigzags inmensos el ilano, unas 
veces bordeando la falda morenisca del oriente y norte y otras 
la base de las mesetas que preceden á los cerros del oeste. Es 
fácil observar dos líneas de nivel del antiguo gran lago en las 
dos mesetas que dominan el hermoso rio. Acampé á orillas 
de éste, pues deseaba hablar con el señor Kastrupp, quien 
debia encontrarse en los alrededores, habiendo cruzado desde 
Colonia 16 de Octubre por sobre la morena divisoria entre los 
dos valles. l 

El Valle del Carrenleufú es tan hermoso y tan fértil como 
el de 16 de Octubre, y su riqueza en aluviones auríferos es 
conocida. Sólo se requiere energia, prudencia y constancia para 
aprovecharlo y hacer de esa region un centro industrioso de pri- 
mer órden. Encontramos amojonadas las varias pertenencias 
mineras, pero el prospector no es constante; si no obtiene un 
resultado de loteria, abandona su faena, y como parece que 
los aluviones de las inmediaciones del Carrenleufú, sólo lavados 
en grande escala pueden producir crecido beneficio, los mine- 
ros los han abandonado tan luego de denunciarlos. 

Cruzando y recruzando, á veces á nado, el tortuoso y cauda- 
loso rio, alcancé hasta dominar la mayor anchura del valle 
donde el rio desciende del oeste, desde la hondonada donde 
brillan las aguas del Lago General Paz, hermosa rinconada y 
asiento indudable de una futura ciudad. Por allí bajan dos 
arroyos desde el este, de la altiplanicie y al sud se ve la misma 
altiplanicie, desprendiéndose desde la falda de las serranias 
cuyas cimas tienen grandes manchas de nieve. Observé á los 
dos lados del lago, dominándolo, las faldas y cimas de los cerros, 
completamente labradas como ancas de prodigiosos paquider- 
mos y asientos del extinguido ventisquero. Por esos dorsos se 
puede ascender en sus zonas despejadas de monte, y mi propó- 
sito era disponer que el señor Kastrupp los trepara para poder 
explorar la region montañosa del poniente, desconocida aún. 


— 


Hecha la señal convenida con los operadores, poco despues vimos 
humos que nos contestaban y en seguida llegó un peon del señor 
Kastrupp, quien tenia su campamento próximo al lago y allí lo 
encontré á la mañana siguiente. Habia explorado, como he 
dicho, la region desde el sud de 16 de Octubre, y relevado el 
curso del Carrenleufú hasta el lago General Paz, que visitamos 
momentos despues (900 m.). Existen al norte de éste otros 
tres pequeños lagos, pero no ha sido posible averiguar, por 
falta de embarcacion, su límite occidental. Sus aguas se inter- 
nan entre profundas ensenadas, y es posible que los arroyos 
que lo alimentan tengan sus orígenes más próximos al cordon 
central, al que parece pertenecer el gran nevado conocido por 
Monte Serrano. Los datos que me dió el señor Kastrupp afirman 
mi impresion; no existe en esa region nada que pueda consi- 
derarse como un cordon al oriente del rio, y lo que los señores 
Serrano y Steffen, han tomado como tal, desde el punto ex- 
tremo de sus exploraciones, sólo es la falda de la altiplanicie 
patagónica; error disculpable por la distancia y que los ha hecho 
incurrir en otro: en la afirmacion de que el rio Carrenleufú ó 
Palena tiene todos sus orígenes dentro de la Cordillera. 

A medio dia abandoné el campamento y me dirigí al sud- 
este por los cañadones y morenas, para cruzar la altiplanicie 
que separa la hoya del Carrenleufú de la del Rio de las Vacas. 
Hermoso campo es el que precede al bosque que cubre la me- 
seta y hermoso tambien este bosque que eruzamos con alguna 
dificultad por la abundancia de árboles muertos entre los trozos 
erráticos. Los huemules que abundan no huian y sentí placer, 
una vez que uno de ellos nos proporcionó carne fresca, verlos 
detenerse frente á la mula, retozar un momento, mirarnos y vol- 
ver á mordiscar el suelo, calmosos, ignorantes de peligro tan 
próximo. Si el huemul es tranquilo cuando ignora el peligro, 
nada más atropellado cuando lo siente; parece imposible que 
un animal tan pesado tenga tal agilidad y pueda vencer fácil- 
mente los obstáculos de la selva austral. 

Perdidos anduvimos algunas horas entre los árboles y los 
matorrales de ñires, y felicidad nuestra fué encontrar éstos 
tan espesos, pues más de una vez nos sostuvieron sobre los 
precipicios que se ocultan en la falda empinada. Una vez en la 
falda que domina el sud, tuvimos delante el vasto escenario 
de la llanura glacial que ansiaba conocer desde tantos años 
atrás, pero la noche avanzaba y debimos acampar sin alcanzar 
nuestra tropa, mojados hasta los huesos; molestias compensa- 
das por el pecho del huemul que era sabroso y la perspectiva 


— 


del dia siguiente que era halagúeña, pues indudablemente con- 
firmaria una vez más mi opinion de la existencia, en tiem- 
pos anteriores al período glacial, de grandes depresiones con- 
tinentales transversales, que comunicaban el Atlántico con el 
Pacífico y en cuyo relleno se ha formado el curioso dirortium 
aquarum continental. 

Nuestra tropa habia tomado otro camino desde el Carrenleufú, 
y recien á medio del dia siguiente nos reunimos con ella en 
el orígen de uno de los arroyuelos que forman más al poniente 
el Arroyo Pico (840 m.). 

El señor Serrano Montaner dice en su folleto titulado Líms- 
tes con la República Argentina, publicado en 1895: «No existe 
un solo rio tributario del Pacífico que tenga su origen al oriente de 
los Andes; ni hay tampoco uno solo tributario del Atlántico cuyas 
fuentes se encuentren al occidente de esta Cordillera. Puede suceder 
y sucede efectivamente, que hay rios del Pacífico cuyas nacien- 
tes se encuentran en los cordones orientales de los Andes, pero 
siempre de esas Cordilleras; así como hay rios argentinos, tri- 
butarios del Atlántico que nacen á tiro de cañon de las costas 
del Pacífico, pero sin salir tampoco de los límites de esas mon- 
tañas. Podríamos señalar una á una las nacientes de todos los 
rios argentinos ó chilenos y no encontraríamos uno solo que 
salga de las reglas que dejamos establecidas. » 

Seguramente ha sido mal informado el distinguido marino 
chileno, cuyas exploraciones tengo entendido sólo se refie- 
ren á las inmediaciones de los canales próximos al grado 52 
de latitud y al reconocimiento de la mitad inferior del curso 
del Rio Palena, y de partes de los rios Corcovado y Renihue, 
no habiendo por lo tanto alcanzado personalmente hasta las na- 
cientes de ninguno de esos rios. No dudo de que si hubiera exa- 
minado los puntos que visité en mi viaje, no hubiera hecho 
esa afirmacion que tanto ha contribuido á agriar las contro- 
versias en la agitada discusion pública de los límites entre la Re- 
pública Argentina y Chile. No me doy cuenta de donde ha tomado 
el dato de que: «Il Palena tiene su orígen en un valle de la 
Cordillera limitado por el oriente por un cordon que no carece 
de cumbres nevadas y que se encuentra unido al resto de la 
Cordillera por varios cordones transversales», y que el caso del 
Palena y del Corcovado (nombre este que da erróneamente al 
Fta-Leufú, que es el principal afluente del Palena y no el Rio 
Corcovado que desagua en el Océano Pacifico, al norte del Pa- 
lena) «es exactamente el mismo que el de los Patos ó de San 
Juan, en las vecindades del Aconcagua». Los hechos, tales 


— 200 — 


como se presentan en la naturaleza, son completamente con- 
trarios á como los pinta el señor Serrano Montaner. 

La reproduccion fotográfica (lámina XVIII) del paisaje inme- 
diato á mi campamento, situado al oeste de las nacientes del 
Arroyo Pico, que es un afluente sud del Palena, cuva hoya hidro- 
gráfica comprende una buena zona de las llanuras patagónicas 
situadas al oriente del cordon central de los Andes, considerado 
tal por el señor Steffen, y de los cordones laterales, dice más 
contra la afirmacion del señor Serrano que las descripciones que 
pueda hacer yo aquí á la ligera; además, el plano que acompaña 
estos apuntes, preliminar de otro más detallado que aparecerá 
más adelante, presenta los hechos verdaderos. 

En mi camino no hay nada que pueda tomarse por un cor- 
don, por más que se pretenda ensanchar lateralmente la Cor- 
dillera de los Andes. Aquella vasta depresion transversal que 
se extiende entre las rocas eruptivas del poniente del Tecka y 
el macizo ancho que lo separa de la cuenca del Senguerr su- 
perior, estrechada al oriente por las lomadas que preceden los 
cerros del Rio Gennua y cubierta por extensas morenas, entre 
las que la erosion ha formado cañadones profundos y valles 
pastosos abiertos, regados por un sin número de arroyuelos 
que alimentan las fuentes del Arroyo Pico y del Rio Frias, 
afluentes del Rio Claro (y por lo tanto del Palena), y el Cher- 
que, el Omeckel y el Appeleg, afluentes del Gennua y del Sen- 
guerr (el que forma el brazo sud del rio Chubut), está situada, 
fuera de toda duda, al oriente de la Cordillera de los Andes, lo 
que no podrá dejar de reconocer cualquier geógrafo que visite 
esos parajes. La Cordillera, precedida por serranias boscosas, 
se ve en el horizonte, vaga, con sus contornos solo definidos en 
sus altas crestas nevadas. La Loma de los Baguales (1334 m.), 
situada en el centro de la depresion al oeste de mi camino, do- 
mina las nacientes de los arroyos citados y es resto de la antigua 
meseta destruida en su casi totalidad por la erosión. ln las ba- 
rrancas de los arroyos se presentan arenas y arcillas lacustres, 
miocenas probablemente. 

Se observan estrias glaciales sobre el basalto, y he notado 
diez escalones ó terraplenes, indicio de otros tantos niveles del 
lago hoy desaparecido. Inútilmente busqué el Lago Henno se- 
nalado en el mapa del señor Ezcurra, lago que tampoco han 
podido encontrar los topógrafos del Museo. 

ll campamento del 23, lo establecí en un bosquecillo de la 
morena inmediata, en un manantial que dá aguas á los dos 
océanos y donde los mosquitos hicieron pasar malos ratos á 
hombres y animales. 


O 


La lluvia de la noche aumentó las dificultades de la marcha 
al dia siguiente, inundando los tucu-tucales en los que se em- 
pantanaban las mulas á cada momento. Un depósito glacial 
con grandes trozos errálicos divide las aguas del Cherque, de 
las que bajan al rio Frias, dominado por la roca neo-volcánica 
que cubre las cimas de la meseta del oriente (1176 m.). 

El 24 acampamos á orillas del Arroyo Omckel en el paradero 
de Sháama (distinto del de Shamen), en un hermoso valle 
transversal, en cuyas morenas laterales abundan grandes tro- 
zos erráticos de andesita, los que proceden indudablemente de 
las sierras del sudoeste; el valle se prolonga por más de veinte 
kilómetros al oriente, siempre pastoso, bien regado y abun- 
dante de leña. Pasada la meseta denudada del sud, en la ma- 
ñana siguiente cruzamos otro valle pastoso y aprovechable 
á pesar del abra transversal que recibe los vientos frios de la 
Cordillera por la recta quebrada del Rio Frias. En la quebrada 
que desciende del sud del macizo ya citado y que reparte aguas 
al Appeleg. podria establecerse una colonia abrigada que apro- 
vecharia los pintorescos y fértiles valles del macizo, cuyo límite 
oriental es el Cerro Payahuehuen. 

Pasamos la noche del 25 dentro de la sierra, al pié del 
portezuelo que separa las aguas del norte y del sud, alto de 
1700 metros, formado por esquistos y cuarzitas, rincon en extre- 
mo pintoresco y donde los huemules son muy abundantes. 

En esta pintoresca quebrada se ven las areniscas casi hori- 
zontales. algo levantadas al sud, cubiertas por lavas que han 
metamorfizado las capas próximas. Disputamos esa tarde un 
hermoso huemul, el más grande obtenido en el viaje, á una 
puma y á los cóndores que, por docenas y atrevidos, atacaron 
el animal herido momentos antes de alcanzarlo en la áspera 
morena. 

En las inmediaciones del paradero observé abundancia de 
cantos rodados porfíricos. Las areniscas y cuarzitas no están 
plegadas; se presentan en capas horizontales apenas levantadas 
hácia el este. Las cuarzitas y esquistos están debajo de las 
areniscas que son de grano grueso y el todo eruzado por filo- 
nes de pórfiro arcilloso en direccion este á oeste. Las ma- 
deras fósiles que abundan allí proceden de las areniscas. ln 
el portezuelo nace un arroyo pintoresco que corre al sud y que 
eruza rocas volcánicas y areniscas, plegadas éstas, casi verticales, 
y cubiertas por lavas, y por lomajes redondeados donde abun- 
dan los avestruces. Esta region es una de las favoritas de los 
indígenas para sus cacerias por la firmeza del suelo. Indu- 


O 


dablemente, el valle del Arroyo del Gato, que recibe las 
aguas del centro del macizo, será asiento de una colonia prós- 
pera, si el Gobierno de la Nacion dispone su aprovechamiento 
con este objeto. Hay allí grandes zonas pastosas y numerosos 
valles abrigados, y tenemos en el Museo muestras de minerales 
de plomo, plata y hierro, además de aluviones auríferos. 1'l 
Arroyo del Gato nace al O. NO. de un pequeño lago situado 
dentro de las montañas, entre areniscas cruzadas por ande- 
sitas. Los cantos rodados de granito son escasos. En vez de 
seguir el arroyo hasta el Senguerr, ascendimos la serrania 
por una quebrada pastosa y en la que el humus se con- 
vierte en elástica turba; en la cima, entre las areniscas ho- 
rizontales, encontramos una laguna pintoresca entre las mo- 
renas de un ventisquero extinguido, laguna próxima al filo que 
domina el valle del Senguerr y desde el cual divisamos el Lago 
Fontana y los nevados que limitan su hondonada por el oeste. 

La morena lateral del valle del Senguerr, donde descen- 
dimos mide unos 150 metros de altura sobre el rio y los trozos 
graníticos prueban que esta es la roca predominante de la Cor- 
dillera Nevada. El campo es excelente para la cria de ha- 
ciendas. Cruzamos fácilmente el Senguerr, sorprendiéndome 
su pequeño caudal, lo que hace suponer que deben ser de 
corto curso los rios y arroyos que alimentan el lago, ó más 
bien los lagos, pues los empleados del Museo, señores Steinfeld 
y Botello, penetraron en 1888 por sus orillas, hasta encontrar 
otro lago que parecia ser más extenso, desaguaba en el Lago 
Fontana por un ancho canal, y al que se ha dado el nombre 
de La Plata. El rio apenas mide alli treinta metros de ancho 
y ese dia la profundidad de sus aguas no excedia, en ese punto, 
de setenta centímetros. Acampamos entre los lomajes glaciales 
á algunos kilómetros al sud del valle, en un hermoso cañadon 
á la orilla de un bullicioso torrente que baja de la meseta del 
sud. La Pampa del Senguerr empieza á unos quince kilómetros 
al oriente. 

Temprano, el 27, me dirigí al lago. Todo el valle del Sen- 
guerr y sus lomas próximas están cubiertas por los detritos 
elaciales y éstos por pasto exuberante. El aspecto del lago, en 
aquella hermosa mañana era encantador y las caprichosas in- 
flexiones de la costa, la península estrecha que penetra con pro- 
montorios velludos verdi-negros y las aguas de tonos celestes, 
dejan impresion duradera. Me recordó, ese espectáculo, reproduc- 
ciones coloreadas de lagos alpinos italianos (lámina VI, fig. 2). 

En la orilla encontré el carro de los expedicionarios y un 


— 293 — 


bote destrozado, lo que me indicó que se habian internado hácia 
el oeste. Hecha la señal convenida, poco despues aparecieron 
humos en la costa lejana y más tarde uno de los hombres deja- 
dos por el señor Arneberg para que me esperaran. Habian trans- 
currido quince dias desde que el señor Arneberg y el señor Kos- 
lowsky se internaron en un bote abandonado por los mineros, 
y era probable que hubieran alcanzado hasta el extremo del 
Lago La Plata, cumpliendo las instrucciones que les habia im- 
partido. Estos lagos ocupan una profunda hendidura transver- 
sal de la Cordillera, y sus orillas del poniente deben estar muy 
próximas al Océano Pacífico. 

Satisfecho con lo que ví y oí, y ampliadas las instrucciones, 
retrocedí sin pérdida de tiempo á mi campamento para conti- 
nuar la marcha. Las areniscas predominan en las mesetas y 
parece que se extienden hasta el oeste, al pié de los cerros 
nevados. Una protuberancia porfírica perfora Jas areniscas sin 
alterar su posicion y es probable que sea sólo la erosion la que 
ha dado el actual relieve ondulado á esas rocas. 


AT 


DEL LAGO FONTANA AL LAGO BUENOS AIRES 


No debia descansar un momento pues queria alcanzar hasta 
el Lago Buenos Aires, y regresar al Senguerr á tiempo para 
encontrarme con los expedicionarios del lago. A media tarde 
ascendimos la loma que separa el Senguerr del Arroyo Verde é 
hicimos noche en sus orillas, desalojando un casal de pumas 
que allí tenian su guarida y su despensa. El Arroyo Verde 
nace al pié sudeste del hermoso Cerro Katterfeld (1800 m.), 
desde donde desciende del sudoeste por una quebrada angosta 
que serpentea sobre un cono de deyeccion que ha llenado con 
sus elementos el ancho valle tan fértil. 

Todos estos terrenos son auríferos y se me ha dicho que 
háse encontrado oro sobre el mismo cerro, en los aluviones 
glaciales que lo cubren. Si esto es cierto, indudablemente las 
venas auríferas se encuentran en la gran Cordillera, en los ce- 
rros desconocidos que limitan la hondonada del Lago La Plata, 
y cuyos enormes ventisqueros, que se ven desde el cerro en 
la lejania, formaron, durante la época de su mayor extension 
el barro aurífero. 

Volvimos en la mañana siguiente á las llanuras onduladas 
de la Patagonia, desde cuyas elevaciones pequeñas se distingue 
una hendidura longitudinal al oeste, y nos encontramos con 


— 2057 


otra hondonada suave, como la del Arroyo Pico, pero aún más 
abierta al naciente y al occidente, que forma un hermoso valle 
ámplio, verde, donde pacían ganados, valle cuyo extremo al po- 
niente no alcanzamos á distinguir, y que sin duda alguna se 
interna en las serranias más ó menos elevadas, que preceden 
los Andes, cada vez más nevados. Es el valle del Goichel, arroyo 
considerable que baja del Cerro Katterfeld, primero húcia el 
S.SE. para torcer luego rápidamente al O. NO. hasta las mon- 
tañas. 

Desde un promontorio volcánico que domina el valle por el 
norte, y en el que descubrí un antiguo cementerio indígena 
formado por una agrupacion de montículos de piedra. de los 
que sólo pude obtener un cráneo bien conservado y algunas 
puntas de flecha de piedra, se domina completamente la region, 
y recomiendo este belvedere á los que creen que el Aysen tiene 
sus fuentes dentro de la Cordillera de los Andes (lámina XIX). 

Es solo la llanura extensa la que se tiene delante, apenas 
limitada al este por pequeños albardones glaciales, y en la que 
se ve aún el curso seco del rio que en tiempo no lejano des- 
aguaba las lagunas de Coyet, que aun existen muy reducidas, 
en los llanos del oriente. 

Las personas que conozcan la region entre el Rio Colorado 
y el Rio Negro en la Provincia de Buenos Aires, podrán ima- 
ginarse el Valle de Coyet, recordando la parte comprendida 
entre el Rio Colorado y los Primeros Pozos, pero el valle 
patagónico es mucho más pastoso. Al sud de ese valle divisorio 
de las aguas interoceánicas se levanta la clásica meseta que, con 
descenso general gradual, se extiende de extremo á extremo 
de Patagonia, meseta cortada siempre por las hendiduras 
transversales, hendiduras que podria llamar continentales, pues 
parecen atravesar el continente. 

En el Valle de Goichel, apenas separado por un par de 
metros de altura de su mitad oriental del Coyet, ha poblado 
un atrevido colono del Chubut, el señor Rickards, y sus ha- 
ciendas prosperan admirablemente. 

El comandante de la corbeta chilena «Chacabuco» capitan 
Simpson, durante su memorable exploracion del Aysen en 
1870, llegó á dejar atrás la Cordillera de los Andes, como 
lo dice en los siguientes términos: 

«Diciembre 19 (1871). —Tiempo chubascoso.—A las tres 
millas de nuestro campamento, llegamos á una punta más es- 
carpada que las anteriores, la cual montamos con mucha difi- 
cultad, asiéndonos de las raices para no resbalar. En este 


— 206 — 


punto, más alto de la montana, hice subir algunos individuos y 
éstos luego me avisaron con grandes gestos, que estábamos va 
á la salida de la Cordillera y que al este sólo se veian dos cerros 
destacados, siendo los más terrenos ondulados. Alentado con 
esto subí hasta el punto donde se encontraban y luego conocí 
que efectivamente estábamos al pié de la falda oriental de la 
Cordillera. 

«En adelante solo se veian dos cerros destacados á poca dis- 
lancia. el más cercano. como á tres millas, de unos cuatro- 
cientos metros de altura, con su parte superior desnuda y 
estirada horizcntalmente, y el otro más lejos y más bajo. Los 
demás terrenos consistian de lomas onduladas cubiertas de tu- 
pido bosque, pero la densa atmósfera limitaba nuestra vista á 
menos de diez millas. A nuestro pié el rio contenido por ba- 
rrancas de unos 50 metros de altura, tomaba en ángulo recto 
al sud, hasta una punta de la Cordillera distante como dos 
millas, y volvia despues otra vez al este, perdiéndose en esa 
direccion, y al parecer pasando al pié del cerro estriado.....» 

«Diciembre 20.—Lluvias.—Algunos se ocuparon haciendo 
una balsa para pasar el rio y evitar en la vuelta Jos últimos 
frontones, pues habíamos notado que en la ribera opuesta los 
terrenos eran planos por una considerable distancia. Los de- 
más nos ocupábamos en remendar nuestra ropa. Tan lastimo- 
sas eran ya nuestras figuras, que cualquiera nos hubiera 
tomado por pordioseros, y considerando el armamento, por 
bandidos derrotados; pues, además. nos encontrábamos desfigu- 
rados y llenos de contusiones: sin embargo, la alegria se vis- 
lumbraba en todas las fisonomias. Habíamos alcanzado el fin 
de tantas privaciones y trabajos, pues habíamos atravesado la 
gran cadena de los Andes por los 45 de latitud sud, hazaña 
que hasta ahora nadie habia llevado á cabo, y tanto más no- 
table en cuanto que cada paso había sido un descubrimiento, 
sin dato alguno anterior de que guiarse: pues donde no exis- 
ten habitantes, no existen tampoco huellas ni tradiciones. Al 
emprender la expedicion solo sabíamos que la Cordillera de los 
Andes tenia límites, y á estos habíamos llegado. 

«Considero pues que nosotros alravesando más de cien mi- 
llas de Cordillera, con solo los recursos de un buque, sin bes- 
tias de carga, sin auxilio de ninguna clase, conduciendo por 
un gran trecho nuestros víveres y equipajes á la espalda, he- 
mos llevado ú cabo una empresa poco comun, siendo el resul- 
tado de tres años de tentativas, que han probado hasta lo 
último nuestra resolucion y constancia. Que la experiencia 


297 


ganada pues no se pierda, y que pronto se aproveche nuestro 
Gobierno de las grandes ventajas que le proporciona esta nue- 
va via en poner una vasta y enorme comarca bajo el imperio 
efectivo de las leyes de nuestra república.» 

En otra parte de su trabajo dice á propósito del Rio Aysen: 

«Las aguas de los demás rios que habíamos recorrido son 
negras, cuyo color obtenian de los derrames de las nieves 
por las tierras vegetales de las faldas de las montañas, y los 
lagos que desaguan, que probablemente constituyen la division 
de aguas, no podian estar muy distantes; mientras que las 
del que ahora trato (el Aysen) son verde-lechosas, probando 
ser de distinto orígen y cruzar por los terrenos arcillosos más 
allá de las montañas. » 

Hablando de la geología de los mismos puntos y del Archi- 
piélago cercano, dice: «Mi idea es, pues, que el término del 
antiguo continente de Sud - América, ó sea la Cordillera de los 
Andes, cuando las Pampas se encontraban aún sumergidas, 
era el Aysen ó su vecindad, y por esta razon nada estraño es 
la idea casi comprobada de que existen rios que pasen la 
Cordillera desde el este.....» 

«A la tarde llegaron los exploradores (los del Aysen) flacos 
y extenuados pero contentos, pues habian avanzado de cuatro 
á cinco leguas por un pais fértil y boscoso con gran espesor 
de tierra vegetal en las márgenes del rio. Su camino habia 
sido en parte por las lomas superiores y en parte por las pla- 
yas que de cuando en cuando se ofrecian, inclinándose el 
curso un poco al sud. 

«Desde el punto extremo á que llegaron, habian visto hácia 
atrás de la Cordillera, completamente despejada, comprobando 
de este modo el haberla pasado nosotros por completo..... [1 
rio más adelante contenia rápidos y piedras, corriendo por 
entre barrancos, de suerte que no es mavegable, aun desde el 
punto que nos encontrábamos nosotros; seria más fácil hacer 
el camino al este por el nivel superior de los barrancos.» 

El punto donde llegó el distinguido marino no corresponde 
de ninguna manera á las regiones que he cruzado, pues á 
haberlo alcanzado, hubiera dicho que llegó á las llanuras de 
Goichel, y me inclino á creer que no avanzó tanta distancia 
como calcula, engañado probablemente por las rudas fatigas 
de la exploracion penosa que efectuó. 

No me fué posible, por el tiempo escaso, acercarme á las 
habitaciones de la estancia. Seguimos al sud, y cruzada la loma 
en una depresion de la meseta sedimentaria, cubierta de arena 

Tomo VIII. 7 


— 298 — 


y cascajo glacial, en la que se ven enormes “trozos de granito 
y más pequeños de gneiss, nos encontramos con la profunda hen- 
didura característica y antiguo lecho de enorme ventisquero, 
por donde corre el Rio Mayo, afluente del Senguerr, y donde nace 
tambien, separado por simples morenas, el Rio Coihaike, afluente 
del Avsen. Entre sus morenas se produce nuevamente otro caso 
de divortívm aquarum interoceánico al oriente de la Cordillera 
de los Andes. La fotografía que doy de ese sitio, tan interesante, 
no deja lugar á duda alguna sobre la exactitud de mi opinion, 
publicada hace algun tiempo, de que algunas de esas cor- 
rientes opuestas surgen en grandes hendiduras profundas, do- 
minadas por las mesetas de suave inclinacion de poniente á 
naciente (lámina XX, fig. 1). 

Si estos interesantes fenómenos hubieran sido examinados 
por los señores Serrano Montaner, San Roman, Fischer, Stange 
y otros que han sostenido que «divortía aquarum continental» es 
sinónimo de «divrortía aquarim de la Cordillera de los Andes», in- 
dudablemente no se hubieran producido las desinteligencias que 
deploramos los que conocemos de visu las regiones australes, 
y la discusion de la línea de fronteras no nos hubiera llevado á 
argentinos y Chilenos hasta exponernos á olvidar que somos 
hermanos. Reducida á sus justas proporciones la tan agitada 
cuestion de límites, creo que la hubiéramos terminado ya sa- 
tisfactoriamente para las dos naciones. 

Poseia ya datos exactos sobre esta depresion del Rio Mayo 
que me habian comunicado los señores Steinfeld y Botello, 
cuando en 1888 dispuse exploraran la region entre el Lago 
Buenos Aires y el Lago Fontana, y me es agradable reconocer 
aquí la exactitud de esas observaciones. En la depresion trans- 
versal del Coihaike' y del Mayo tienen orígen estos dos rios, 
alrededor de una insignificante elevación volcánica que ocupa 
el centro de un manantial en el canñadon comun. 

Acampamos en la pintoresca hondonada despues de un di- 
fícil descenso por lo empinado de las faldas boscosas y pedre- 
gosas, y el 29, siguiendo el cauce del Mayo, examiné la Casa de 
Piedra, caverna en la lava negra y rojiza. Las faldas denudadas 
muestran las areniscas y arcillas terciarias cubiertas por un 
manto glacial de treinta metros de espesor y éste por humus, 
y por ellas volvimos á la meseta, cada vez más ondulada por 
la erosion posterior al depósito glacial que la cubre. La mar- 
cha fué penosa por los bosques y pantanos, pero bien com- 
pensada con el espectáculo de tan hermosos terrenos. 1 
temporal amenazaba, granizaba, y resolvimos establecer cam- 


O 


pamento, temprano, á orillas del arroyo Chalia para dar des- 
canso á las sufridas mulas. 

Al dia siguiente, poco despues de marchar al sudoeste, en- 
contramos sobre la meseta una nueva depresion transversal, de 
mucha mayor anchura que la del Rio Mayo, hermosísima en ex- 
tremo, y en la que la vista penetraba hácia el occidente por 
larga distancia en la quebrada, por la que descendia en esa 
direccion, caracoleando, un hilo de plata, probablemente, tran- 
quilo rio. Coincidia el punto de nuestro descenso con otro caso 
de division de aguas continentales: dos arroyos nacen de ma- 
nantiales de la falda norte de la meseta, en un verde prado incli- 
nado entre cascajo glacial suelto, desviándose uno al oriente y 
el otro al occidente (lámina XXI, fig. 1). A corta distancia al 
este teniamos la Laguna Blanca (640 m.), bautizada así por 
Steinfeld, por el color de sus aguas, resultado de la poca pro- 
fundidad vde su lecho de barro glacial. La laguna tiene ya ce- 
gado su desagúe del oriente, como el Lago de Coyet, pero en la 
primavera, en épocas del derrite de las nieves suele correr agua 
por el cauce, hoy seco, hasta aproximarse al Arroyo Chalia. El 
arroyo que baja al poniente, desde la falda de la meseta (620 m.), 
y otro que nace en la falda opuesta de la meseta sud, inme- 
diato tambien á un tercero que desagua igualmente en la La- 
guna Blanca, forman los afluentes más orientales del brazo 
sud del Rio Aysen. 

En el llano glacial, entre esos arroyos, Nixon mató, en un 
juncal, el puma de mayor talla que haya visto en Patagonia, 
vieja fiera que acababa de cazar un guanaco que aún agoni- 
zaba. En ese punto se observa el llano sembrado por cente- 
nares de trozos erráticos enormes (lámina XXI), é ignoro si el 
que reproduzco es el mayor de ellos, tan grandes son las moles 
que se veian diseminadas á la distancia. La parte de ese pe- 
nasco, sobresaliente del llano, mide seiscientos metros cúbicos 
dámina XXIID. 

El doctor Florentino Ameghino ha negado repetidas veces, 
en sus publicaciones. la presencia de fenómenos glaciales en 
los llanos y mesetas patagónicas, pero creo que basta la repre- 
sentación de este trozo errático y la de los demás paisajes gla- 
ciales que doy, para demostrar la inconsistencia de sus afirma- 
ciones, que no tienen más base que su mania de decir negro 
cuando otros dicen blanco. 

No me fué posible llegar esa tarde al Lago Buenos Aires, 
punto extremo de mi viaje, é hicimos noche en uno de los afluen- 
tes del Guenguel. La meseta al sud tiene un enorme monte 


— 300 — 


de cantos rodados que mide, en partes, cuarenta metros de es- 
pesor, y se observa que todos, hasta los mayores, tienen sus 
ángulos redondeados, distinguiéndose en esto de los trozos 
erráticos de las hendiduras transversales. 

Desde la meseta nos encontramos bruscamente con la gran 
depresion lacustre, quizás la más grande de Patagonia despues 
de la del Lago Viedma. La meseta cae casi perpendicularmente 
y trabajo nos costó encontrar la bajada. La falda desnuda per- 
mite ver su constitucion geológica, compuesta, despues de una 
capa de cantos rodados de unos cincuenta metros de espesor, 
por mantos horizontales de areniscas, arcillas y conglomerados. 
Esa barranca mide aproximadamente 400 metros de altura y 
domina un paisaje glacial, el más grandioso que haya observado 
en Patagonia y que ocupa más de la mitad de la anchura de 
la hondonada. Aquellas oleadas de piedras de todo tamaño, sin 
orientacion aparente, desde el bajo, pero que desde el alto se 
dividen en dos séries, denotan la actividad prolongada del gran 
ventisquero, retirado hoy al fondo oeste del lago y que se dis- 
tingue entre la bruma de la lejania, al pié de una cadena que 
corre de norte á sud. 

El Lago Buenos Aires no tiene la hermosura del Lago 
Nahuel-Huapi ni la del Lago Fontana, pero es más imponente 
(lámina XX, fig. 2). El gran seno oriental no tiene bosques y 
en las morenas apenas hay pequeños matorrales; sólo en un 
lago accesorio, hermosa dársena en aquel mar dulce, se distin- 
guian siluetas de árboles. Esa dársena se encuentra dominada 
por elevados cerros de un macizo con nieve eterna, de cuyos 
ventisqueros nace el Rio Fénix, que desciende inmediato al pié 
de la meseta, en la depresion entre las dos líneas principales 
de morenas (líneas semejantes ú las que he observado en 
Nahuel-Huapi, en el Lago General Paz y en las demás depre- 
siones lacustres). Este rio dá mil vueltas, segun los caprichos de 
los montículos moreniscos, hácia el sudeste para volver violen- 
tamente al oeste, á desaguar en el lago despues de un curso de 
más de cincuenta kilómetros entre las morenas (lámina XXI, 
fig. 2), presentándose así otro caso, y el más interesante, de 
division de aguas. El Rio Fénix que corria antes permanente- 
mente hácia el Atlántico, ha sido interrumpido en su curso 
por uno de esos fenómenos comunes en los rios que cruzan 
terrenos sueltos, principalmente glaciales. Un simple derrumbe 
de piedras sueltas, ha desviado gran parte de su curso, lleván- 
dolo al lago cuyo desagúe aún ignoro, mientras que al oriente 
corren aguas sólo durante las grandes crecientes en que re- 


A AN) 


— 301 — 


balsa, produciéndose entonces una pequeña corriente sobre 
el viejo cauce, hoy casi relleno, pero en el que bastaría el es- 
fuerzo de algunas horas de trabajo para que esas aguas vol- 
vieran á su direccion primitiva y corrieran todas hácia el Rio 
Deseado. Las cartas geográficas antiguas indican el Rio Deseado 
como un rio caudaloso, y es probable que lo fuera en tiempos 
en que fué explorado por los primeros descubridores, cuyas Ob- 
servaciones merecen, por lo general, más crédito del que se les 
presta. Visité en 1876 este rio, ó más bien su antiguo lecho, en 
el desagíe en el Puerto de su nombre y sólo encontré pequenos 
manantiales, fenómeno cuva explicacion está en el que se ob- 
serva en el Rio Fénix y en otros casos análogos. Si hubiera 
dispuesto de tiempo, hubiera vuelto á ese cauce la antigua co- 
rriente, pues trabajos mavores ejecutan cada dia los «tomeros» 
en los rios de San Juan, Mendoza, etc., para el riego de las 
fincas. 

Si la Nacion decidiera crear en ese paraje una colonia, tengo 
la conviccion de que no le costaria un centavo el llevar las 
aguas del Rio Fénix y las del Rio Deseado superior hasta el 
Atlántico, y los resultados prácticos de esta obra serian consi- 
derables, pues aprovechado ese hermoso puerto se estableceria 
una fácil comunicacion con la region andina tan fértil y, ade- 
más, se convertiria aquella bahia, hoy solitaria, en apostadero 
de primer órden para la armada nacional. 

In la depresion, en el norte del lago, se distinguen cinco 
líneas de morenas laterales, y los trozos erráticos predomi- 
nantes están compuestos por granitos, dioritas y pórfiros, rocas 
neo-volcánicas y calcáreos negros. 

Llenados mis propósitos que eran conocer personalmente, 
en general, la zona andina que habia dispuesto se estu- 
diara en detalle, pues así me seria más fácil dar instruecio- 
nes precisas á mi personal y, tambien, darme cuenta de la im- 
portancia de sus trabajos, resolví regresar al norte el 1? de Abril, 
dejando para otra ocasion el exámen de la region entre el Lago 
Buenos Aires y el Lago San Martin, para lo cual no disponia de 
tiempo ni de salud, molestado como me encontraba por una 
vieja dolencia. 


IX 


REGRESO AL VALLE 16 DE OCTUBRE 


A mi regreso me proponía averiguar como se presentan las 
mesetas en su descenso gradual hácia el Atlántico, formando la 
eraderia gigantesca que precede á la Cordillera de los Andes, 
que tanto admiró á Darwin y cuyo orígen es aún un problema. 
Desde el grado 48 de latitud sud hasta las sierras que limitan 
por el sud la gran isla de la Tierra del Fuego, llegan las me- 
setas hasta el mar, cruzadas sólo por las depresiones transver- 
sales que en Patagonia contienen los cauces de los grandes rios 
y más al sud el Estrecho de Magallanes y formaron el estrecho, 
cegado hoy, que existió entre Bahia Inútil y Bahia San Sebas- 
tian, en la Tierra del Fuego; pero al norte del 48%, la graderia 
no es tan contínua. Tenemos igual formacion general sedimen- 
taria, al sud del Rio Colorado, hasta la antigua depresion lon- 
situdinal paralela al Rio Negro, que desemboca en el seno de 
San Antonio, pero ya en Balcheta aparecen las rocas eruptivas. 
y hácia el O.SO. se levanta en el centro del territorio un ma- 
cizo montañoso bastante extenso, compuesto de rocas eruptivas 
antiguas y modernas, de una elevacion máxima aproximada de 
1700 metros, que precede á la serrania que corre desde Collon- 
Curá hácia el S.SE. y se pierde en las proximidades de los la- 
gos Coluhuapi y Musters. Como no conozco esas montanas -al 
sud del grado 4330”, no me es posible decir si las mesetas se 


— 303 — 


escalonan tambien desde ellas hácia el poniente, formando así 
una depresion longitudinal entre las mesetas del oeste y las 
del este, ó si la pendiente es general desde las proximidades de la 
Cordillera hasta el Atlántico, pero lo que puedo asegurar es que 
la gradería no es uniforme, inclinándome á pensar que no se 
trata de líneas de levantamiento, y que más probablemente la 
accion glacial, que en un tiempo cubrió con una inmensa calota 
de hielo toda la Patagonia, tal como lo están algunas de las 
tierras polares, ha intervenido en la formacion del relieve ac- 
tual, lo mismo que la erosion prolongada y activa posterior. Di- 
fícil seria explicar, á no ser por la intervencion glacial indirecta, 
la presencia de rocas patagónicas en las formaciones costeras 
de la provincia de Buenos Aires, desde la desembocadura del 
Rio Salado al sud. 

Las colosales manifestaciones de la erosion en Patagonia, 
necesitan ser estudiadas con todo detenimiento para poder dis- 
tinguir las cadenas verdaderas, tectónicas, de las montañas mo- 
deladas por la accion de las aguas, pero los fenómenos que 
han producido la curiosa division de las aguas hácia el oeste y 
hácia el este, y que se producen en la actualidad con frecuen- 
cia por las mismas ó análogas causas, tienen insignificante 
valor orográfico, aún cuando se le haya dado un alto significado 
político por los geógrafos chilenos. El albardon formado en la 
cañadita situada entre Chapelcó y Quilquihue, el de Laguna 
Blanca y el del Rio Fénix, pueden desaparecer con el simple 
trabajo de pocas horas, y estos hechos no pueden tomarse en 
cuenta como hechos geográficos permanentes ni mucho menos 
como «dorso andino». 

Acampamos á la noche á orillas del Arroyo Guenguel, en un 
recodo inmediato á su salida á la gran llanura del oriente, en 
la que se reune al Rio Mayo y sobre la que se levantan pe- 
queños restos de las mesetas bajas. Próximas al campamento 
aparecen nuevamente las lavas basálticas, y se ven al norte 
del valle dos líneas de mesetas, mientras que sólo hay una al 
sud, en las que las areniscas grises y azuladas con conglome- 
rados, que las componen, están en capas horizontales. La su- 
perficie desciende con suavísimo declive de este ú oeste y no 
seria extraño que la línea de barrancas de cada meseta fuera 
formada por la denudacion de capas menos consistentes, labra- 
das por la erosion, durante el período de la extension del hielo 
continental. 

Los indios del cacique Kankel, hermano de uno de los guias, 
andaba boleando en las vecindades, y temprano, al dia siguiente, 


— 304 — 


pasamos por frente ú la tolderia establecida en el pintoresco 
valle del Chalia, á corta distancia de Laguna Blanca, excelente 
region para una colonia pastoril, en la que podrian establecerse 
permanentemente los indígenas que la ocupan desde tiempos 
inmemoriales, sin temor de ser desalojados por los compradores 
de «Certificados de la Campaña del Rio Negro». La Nacion tiene 
el deber de dar en propiedad tierra á esos indígenas. 

Las mesetas continúan gradualmente su descenso hácia el 
oriente, siempre pastosas y cubiertas de cantos rodados y no 
se ven en ellos grandes trozos erráticos. ln la marcha, segul- 
mos el borde de la meseta del oeste, sobre la llanura que co- 
rresponde al valle antiguo del Lago Buenos Aires, y en la que 
se levantan, aislados, fragmentos de la meseta más elevada. 
A una distancia aproximada de setenta kilómetros, se vé al 
oriente, una cadena aparente compuesta de cerros de poca ele- 
vación, que debe ser la situada al oriente del Rio Senguerr, en 
su desvio al sud. 

Acampamos en el arroyo Chalia con lluvia torrencial, que 
nos molestó al dia siguiente, haciendo impasables los tucutu- 
cales. La marcha hácia el norte siguió primero por el valle 
del arroyo, en el que hay morenas pequeñas, hasta su con- 
fluencia con el Rio Mayo, en el paradero de Yolk, donde en- 
contramos una quebrada pastosa que nos condujo sobre la 
meseta que precede á la que cruzamos en la marcha al Lago 
Buenos Aires. Esta meseta es llana como las pampas, y su ve- 
getacion ha perdido completamente el carácter andino, tanto 
que en la noche escaseó la leña al establecer campamento en 
el paradero de A'Ash, al borde de una laguna que me recordó 
las del este de la Provincia de Buenos Aires, con sus totorales 
y falta de orillas definidas. Una suave elevacion de una vein- 
tena de metros, elegida por los antiguos indígenas para cemen- 
terio y formada por los restos de una morena, vestigio de las 
primeras extensiones de los hielos, domina una planicie más 
baja, la misma de las lagunas Coyet, que se pierde hácia el 
oriente, planicie limitada al norte por una suave loma. que es 
falda de la meseta general. Vimos humos en esa falda, y al 
medio dia siguiente los alcanzamos, encontrándonos con los tres 
toldos del capitanejo gennaken Maniquiquen, establecidos en los 
manantiales que surgen de la falda. El rio que corrió por allí 
en otro tiempo, antes de que se desviaran las aguas hácia el 
Pacífico, y que labró ese valle, fué tan poderoso como el que 
cavó el valle del Rio Negro. 

En las proximidades de ese punto, llamado Capperr, se en- 


— 305 — 


contraba la famosa piedra de que habla Musters y la que, con- 
siderándola un meteorito por otras referencias, tenia intencion 
de visitar y recoger para el Museo. La encontramos á una dis- 
tancia de unos veinte kilómetros de la toldería, sobre la meseta, 
al pié de un matorral de Berberís, casualmente el más grande 
de los alrededores. Quizás los indios respetaron siempre ese 
matorral en sus quemazones tan frecuentes, para que les sir- 
viera de indicacion del sitio donde se encontraba la piedra 
misteriosa. Era, en efecto, un hermoso meteorito cuyo peso es 
de ciento catorce kilógramos. Como no era posible cargarlo 
en una mula, debí dejarlo para enviar en su busca uno de 
los carros del señor Arneberg. Este meteorito que presenta 
admirablemente claras en su exterior las figuras de Widenman- 
stedt será objeto de un estudio especial por una persona com- 
petente (lámina XXIV.) 

Musters dice en su interesante libro: «....Se encuentra en 
este lugar —que los indios llaman «Amakaken»—un gran trozo 
esferoidal de mármol en el cual los indios tienen la costumbre 
de probar sus fuerzas levantándolo. Casimiro me informó que 
esa piedra había estado allí durante muchos años y que aque- 
lla costumbre era muy antigua. Era tan grande y pesada que 
apenas pude agarrarla con los brazos y levantarla hasta la 
altura de las rodillas; pero alguno de los indios podían levan- 
tarla hasta la altura de los hombros....» Es curioso que el dis- 
tinguido explorador confundiese ese meteorito tan característico 
con un trozo de mármol, pues no hay duda de que lo confundió, 
porquelos indígenas no recuerdan otra piedra en estas condiciones. 

Al dia siguiente cruzamos esa meseta y llegamos á Barran- 
cas Blancas, en el Valle del Rio Senguerr. La meseta al sud 
es más elevada que al norte ó mejor dicho á este rumbo no 
existe meseta bien definida, ascendiéndose insensiblemente á la 
pampa, desde el valle propiamente dicho. Horas despues me 
reunia con los señores Arneberg y Koslowsky en el puesto de 
don Antonio Steinfeld, ex-empleado del Museo de La Plata y 
actualmente ganadero del Senguerr. 

La exploracion que habian realizado habia sido fructífera: 


El 26 de Febrero llegaron al Lago Fontana. Al dia siguiente 
trataron de navegarlo con el bote llevado desde el Chubut, pero 
resultó demasiado pequeño para aguas tan agitadas; felizmente 
encontraron otro construido allí mismo por los buscadores de 
oro, el que utilizarian si no era posible penetrar por tierra 
hasta el fondo del lago. Reconocieron el desagúe por el Sen- 


— 306 — 


guerr, que tiene allí unos veinticinco metros de ancho entre 
barrancas de diez metros de altura, siendo muy rápida su co- 
rriente. Hechas las observaciones astronómicas y trigonométricas 
necesarias, emprendieron la marcha hácia el oeste por el lado 
sud. Encontraron trabajos mineros, principalmente en una que- 
brada que baja del sudoeste del Cerro Katterfeld. Hay allí 
oro, plata y hierro, y el señor Koslowsky pudo recoger mues- 
tras de carbon é interesantes plantas fósiles y amonitas. Estos 
fósiles están bien conservados y pertenecen á la formacion ¡u- 
rásica inferior, probablemente ó al lias. Ya ha sido observada 
esta formacion en las regiones del Carrenleufú, en las monta- 
nas del oeste del valle y se le encuentra en el oeste del Lago 
Argentino. Las rocas observadas fueron cuarzitas, areniscas, 
grauwalkes, pórfiros y andesitas, pero debe existir tambien gra- 
nito, pues lo he encontrado suelto en las morenas al oriente 
del lago. Desde allí, hácia el oeste, la marcha se les hizo difícil 
por las orillas pedregosas ó por el monte incómodo, cuyos árbo- 
les alcanzan hasta quince metros de altura (lámina XXV), tanto 
que á los dos dias se vieron obligados á dejar el equipaje pe- 
sado para poder avanzar más. Al sud del lago preséntanse pe- 
quenas colinas cubiertas de bosques tupidos y separadas por 
pantanos y arroyos que descienden de cerros bastante elevados, 
va cubiertos en parte de nieve. Continuaron así otros dos 
dias, en los que el tiempo lluvioso hizo más penosa la marcha 
hasta que llegaron á un punto imposible de pasar con cargas. 

Habiendo trepado uno de los cerros, el senor Arneberg vió 
que el lago, que tenia á sus piés, no era el Lago Fontana, sino 
el La Plata, confirmando el descubrimiento de los señores 
Steinfeld y Botello, y que se internaba por larga extension hácia 
el oeste, y á unos diez kilómetros de distancia un cerro nevado 
que se precipitaba á pique, imposibilitando la marcha por la 
orilia, lo que les obligó á retroceder al campamento general 
para continuar la exploracion por agua, en el bote de los mi- 
neros. 11 10 alcanzaron el rancho abandonado de éstos y repa- 
raron el bote que estaba bastante deteriorado. Ocupados en el 
relevamiento del Lago Fontana, recien el 16 pudieron internarse 
de nuevo. En el bote se embarcaron los señores Arneberg y 
Koslowsky y dos peones y tuvieron que hacer grandes esfuerzos 
para poder avanzar hasta el desagúe del rio que une los dos 
lagos, punto á donde llegaron recien el 21. 

Il ascenso del rio fué trabajoso en extremo, tal era su co- 
rrentada, tarea sin compensacion, pues tan luego como llegaron 
al Lago La Plata, el oleaje de éste azotó el bote contra las 


== 


rocas y á duras penas pudieron salvarlo. El 23 recorrieron un 
corto trayecto en el lado sud, pero el tiempo era tan malo: llovia, 
nevaba y soplaban vientos huracanados, que resolvieron dejar el 
bote y continuar á pié por el costado norte que parecia más 
transitable. El 26 iniciaron la mareba; eruzaron un arroyo co- 
rrentoso, en cuyas orillas encontraron vetas de mineral de hierro. 
El 27 el camino empeoró; cruzaron otro arroyo sobre un tronco 
y el 28 encontraron un tercer arroyo que si bien en esa esta- 
cion avanzada apenas tenia un ancho de cinco metros, en pri- 
mavera debe arrastrar mucha agua, siendo muy correntoso: 
baja del N. NO. formando pequeñas cascadas, por una quebrada 
muy angosta, pero se vé á la distancia una abra extensa al 
norte. El 29 á la noche alcanzaron el extremo del lago en su 
ángulo noroeste. Allí encontraron un rio de diez metros de an- 
cho cuya profundidad alcanza á un metro, con mucha corriente. 
Baja del norte por una abra no muy ancha, entre nevados rela- 
tivamente bajos. 

No fué posible avanzar más por la falta completa de víveres 
y el mal tiempo y se vieron obligados á regresar. El Lago 
La Plata mide unos cincuenta kilómetros de largo de oeste ú 
este y está rodeado al oeste, norte y sud por cerros elevados 
con cumbres nevadas, cuyas cimas más altas se encuentran 
una frente á la otra, más ó menos á la mitad del lago donde 
se inclina su eje hácia el noroeste, de manera que la línea de 
altas cumbres que aparenta una direccion norte á sud, está in- 
terrumpida por el largo lago. Suponen los expedicionarios que 
el extremo del lago debe estar muy próximo á la costa del Pa- 
cífico, en el canal de Cay. 

El 2 de Abril, á la tarde, llegaron al campamento general y 
el 3 al puesto de Steinfeld, donde debian esperarme hasta el dia 
5, segun mis instrucciones. 

Dispuse inmediatamente que el señor Arneberg reconociera 
la region hácia el sud; se internara lo más posible por el Valle 
del Goichel, hácia el brazo transversal norte del Aysen; hiciera 
un levantamiento rápido de las nacientes de ese rio, del Coihai- 
ke, del Mavo, del brazo sud del Aysen, el que pudiera ser el 
Rio Huemules, cuyo curso superior era desconocido, y se inter- 
nara lo más posible en el Lago Buenos Aires, debiendo estu- 
diar á su regreso el codo del Rio Fénix en Parihaike: programa 
vasto pero que realizó felizmente. 

Sus observaciones coinciden con las mias v las completan. 
Examinó el Aysen hasta donde penetra éste en quebradas pro- 
fundas donde empiezan las serranias, cuyas cumbres más ele- 


— 308 — 


vadas se encuentran más al oeste; parece que el valle superior 
es frio en invierno, alcanzando la nieve 4 medio metro, pero 
las haciendas encuentran alimento y abrigo en los bosques. 
In seguida reconoció el rio Coihaike, en sus nacientes, en la 
morena que he mencionado va. Es digno de observar que casi 
todas las fuentes de los rios patagónicos que desaguan en el 
Pacifico. se dirigen primeramente al este para torcer luego 
violentamente al oeste, como el Coihaike. Descendió éste du- 
rante dos dias y desde una altura pudo ver que recibia otro 
rio del sud y que torcia violentamente al norte. Il cordon más 
elevado, nevado, lo observó al poniente de esa vuelta. Exami- 
nadas las fuentes del Rio Mayo en los mismos lomajes que dan 
vertientes á los rios Goichel y Coihaike, formando estos loma- 
jes, que son morenas, una red de manantiales entre los dos 
rjos, llegó el 19 de Abril al brazo austral del Avsen. listudió 
el orígen de éste, próximo como ya he dicho, á las vertientes 
que alimentan la Laguna Blanca, y se detuvo algunos dias 
para topografiar tan interesante region. Curiosa separacion de 
sistemas hidrográficos opuestos, me dice en su informe el se- 
nor Arneberg, es aquella en que se pasa de una á otra co- 
rriente sin percibir cambio alguno de nivel y esto en la llanura, 
á larga distancia, al oriente de los Andes. 

Ll valle transversal se interna hasta los cerros nevados del 
oeste que dividen la hoya del Avsen de la del Lago Buenos 
Aires, y en toda la extension el explorador observó excelentes 
campos para ganados y rinconadas abrigadas donde podrian 
hacerse cultivos. Se internó unos cuarenta kilómetros hácia el 
oeste, pasando despues del valle, bañados y morenas, y dejando 
al sud y sudoeste los cerros nevados que se van aproximando 
al rio, hasta dejar sólo una estrecha garganta por la cual 
corre torrentoso. ls muy probable que el rio Huemules, ex- 
plorado por los marinos chilenos, no tenga sus fuentes al 
oriente de los altos cordones de los Andes, y que estén forma- 
das principalmente por el gran ventisquero que hu sido avis- 
tado desde lejos, y no seria difícil tampoco que tambien el 
Aysen reciba aguas de ese mismo ventisquero. 

El 24 cruzó la meseta que separa el ancho y profundo valle 
transversal del Lago Buenos Aires, más hácia el oeste que lo 
hiciera yo; reconoció la bahia cerrada ó dársena natural, cuya 
entrada es muy angosta, pero no pudo seguir más adelante, 
cortada su marcha por el Rio Ibañez, nombre de un minero 
del Chubut que habia estado allí en el año anterior. Este 
rio es muy caudaloso y está alimentado por los ventisqueros 


— 309 — 


inmediatos del norte, siendo su ancho al llegar al lago de 
cien metros aproximadamente. lil Lago Buenos Aires se 
interna al 0. SO. por larga distancia, pero tampoco pudo ver 
su extremo y por lo tanto su desagúe. Habiendo retrocedido, 
recorrió el curso del Fénix hasta su desembocadura en el lago 
y despues de una ligera nivelacion, pudo convencerse de que 
efectivamente el rio corrió permanentemente en tiempos moder- 
nos hácia el oriente. 

Mis intrucciones dispusieron igualmente que el señor Kos- 
lowsky, una vez que recogiera el precioso aereelito, estudiara 
los cerros del norte del Senguerr. y una vez que regresara el señor 
Arneberg, examinaran ¡untos el curso de este rio, hasta los 
Lagos Colhue v Musters y que el señor Arneberg se dirigiera 
desde este último al Atlántico en busca de camino fácil para 
establecer comunicacion barata y rápida entre Tilly Road en el 
Golfo de San Jorge y las feraces regiones andinas, hecho lo cual 
se embarcarian en el Chubut para Buenos Aires; instrucciones 
que fueron cumplidas satisfactoriamente, permitiéndome sus 
resultados aconsejar, como lo hago aquí, la creacion de colonias 
en el valle extenso situado al sud de esos lagos, con las que se 
iniciaria la poblacion metódica y segura de las colonias de los 
valles transversales inmediatos á los Andes. 

No tengo la menor duda de que si se procede á esta coloni- 
zación con prudencia, ella será un hecho en breve tiempo, y que 
en pocos años más contará la Nacion con una nueva y rica 
provincia, sobre todo cuando un ferro-carril comunique las fera- 
ces regiones andinas con el Atlántico por Tilly Road ú otro 
punto del Golfo San Jorge. 


El 6 de Abril continué mi marcha al norte, acampando á 
la tarde en la orilla del Arroyo Appeleg:; el travecto se hizo por 
el llano que indudablemente fué ocupado antiguamente por un 
lago. Las serranias del macizo del Gato quedan todas al oeste, 
elevándose gradualmente en esa direccion y terminando al norte 
del Appeleg en pequeñas protuberancias volcánicas. Al noreste 
se ven fragmentos de mesetas formadas por rocas sedimenta- 
rias y cubiertas de lavas. El camino del dia siguiente se hizo, 
con la misma direccion norte, por la pampa. Cruzamos á me- 
dio dia el arroyo Omckel, próximo al segundo paradero de Sha- 
ma, en cuyas proximidades termina la pampa, limitada allí 
por pequeñas protuberancias volcánicas cubiertas de cascajo 
glacial, y acampamos antes de entrado el sol para recibirá al- 
gunos indios que se acercaron á saludarme en las orillas de la 


— 310 — 


Salina de Tegg 6 Tequerr. Telacha y Tupuslush, gennakenes 
puros, no querian reunirse con los demás indígenas pues decian 
descender de familias principales y me pidieron les obtuviera 
lotes en la nueva colonia San Martin que se establecerá en el 
Gennua. 

El paisaje es completamente distinto del del sud y oeste. 
La formacion geológica ha variado; se ven areniscas y conglo- 
merados de cantos rodados pequeños y muy compactos, que 
tienen la misma apariencia de los del Limay en las inmedia- 
ciones de Picun-leufú. 

Il campo es excelente para ganados, y la caza abundante. 
Acampamos en un precioso valle abrigado y, temprano, al dia 
siguiente pasamos el filo de la cerrillada, compuesta por gra- 
nito, en el que se recuestan las areniscas; la roca neo-volcánica 
aparece en promontorios aislados. En el valle de Cherque, ex- 
tenso y pastoso, encontré al señor Kastrupp que se ocupaba de 
topografiar la region. Al norte termina el valle al pié de la 
meseta, donde corre el afluente norte del Gennua, en el valle 
de Putrachoique. Los detritos glaciales cubren los bajos y los 
lomajes, y el loess negro aparece en vastas extensiones. Los 
trozos erráticos apenas pasan de dos metros cúbicos, pero más 
hácia el noroeste aumentan hasta cinco metros y las rocas que 
predominan en estos trozos son granito, cuarzitas, areniscas, 
basaltos y pórfiros. Esta region, como toda la que se extiende 
sobre el Senguerr y el Tecka está muy mal dibujada en los 
planos oficiales, siendo distintos el curso y la direccion de varios 
de los arroyos figurados en ellos, y sumamente deficiente la 
representacion de la orografía. 

El terreno entre Putrachoique y el Tecka no es uniforme: 
hermosos valles bien regados, pastosos, alternan con llanos 
pedregosos donde el pasto es escaso. Hicimos nuestro camino 
por el oriente del valle del Tecka para tener una impre- 
sion completa de la region. Los depósitos glaciales cubren 
todo, hasta las faldas de las sierras de Gualjaina. Cruzado el 
paradero indígena de Teppel, bajamos á la quebrada abrigada 
v pastosa de Aueyen para llegar al valle hermoso de Tecka, 
cuyo nombre lo toma de un pequeño promontorio volcánico 
que se levanta en su centro. 

Nos despedimos del buen Fovel frente á sus toldos, y en- 
trada la noche conseguimos alcanzar la quebrada abrigada de 
Caquel para poder llegar al dia siguiente á la Comisaria de 
16 de Octubre, lo que conseguí á pesar del ma! estado de nues- 
tros animales. 


A A 


j 
. 


— 311 — 


El 11 dispuse todo lo necesario para que, una vez que regre 
saran los señores Lange y Waag, se dirijan al Rio Negro: el pri- 
mero por Mackinchau y Balelieta y el segundo por el sud del 
llano de Yannagó hasta las sierras de San Antonio, debiendo 
examinar la Bahia de San Antonio. Los señores Von Platten 
y Kastrupp tenian órden de volver al Chubut; el primero por 
Cherque en la sierra y el segundo por Gennua. El senor More- 
teau debia llevar los carros al Chubut y estudiar así con más 
tiempo el camino hasta el Atlántico. Hice ese dia una excursion 
hasta el Rio Fta-Leufú para conocer todo el Valle 16 de Octubre. 
131 rio sale en un violento recodo de la depresion situada al occi- 
dente de la cadena del Cerro Situacion para penetrar en el valle 
oriental, retrocediendo luego al poniente para cruzar las monta- 
ñas boscosas que forman cordon entre ese rio y el Palena 6 
Carrenleufú al occidente de los grandes nevados que muestran 
sus crestas, desde el valle. 

En el punto en que examinamos el Fta-Leufú, se le incor- 
pora el Rio Corintos; y allí mide ciento veinte metros de ancho 
por ocho de profundidad máxima; su corriente era de un me- 
tro por segundo. 

En este paseo pude, desde la altura de los lomajes del sud, 
darme cuenta de la facilidad para abrir camino carretero á tra- 
vés del bosque hasta el valle Carrenleufú. con lo que se ace- 
leraria su aprovechamiento. Bien merecen los colonos de 16 de 
Octubre toda la proleccion que pueda dispensarles la Nacion. 
No creo que ésta haya desembolsado un centavo para formarla, 
pues hasta los gastos de la expedicion Fontana fueron cubiertos 
por ellos, segun me lo refieren. Creo que bastaria destinar la 
suma de cinco mil pesos para facilitar inmensamente las comu- 
nicaciones en tan extenso valle longitudinal, y unir sus frac- 
ciones, separadas hoy por la erosion de las morenas y por el 
bosque. 

Cuando regresé ú la noche ú mi campamento, tuve el placer 
de encontrar al señor Lange quien acababa de regresar de su 
trabajo, con interesantes observaciones obtenidas á fuerza de 
duras fatigas. Del señor Waag tambien recibí noticias, encon- 
trándose ya en camino de regreso. 


El señor Lange, que habia dirigido la seccion del Chubut, 
una vez que despachó á sus respectivas zonas los demás ope- 
radores para proceder de acuerdo con las instrucciones que 
dí en La Plata, y arreglados todos los elementos de trabajo, 
emprendió su interesante y duro trabajo el 29 de Febrero. Lle- 


ion 


vaba tres peones con él y como elementos de movilidad cinco 
caballos y nueve mulas, además de cuatro cargas con los ins- 
trumentos, víveres y útiles de campamento. Se dirigió hácia el 
norte atravesando el hermoso valle, abrigado con bosques bajos 
en las orillas del arroyo que seguian y matorrales en las faldas 
de las morenas. La region conocida de los colonos alcanza solo 
á diez kilómetros de la Comisaria, é hizo noche en ese límite 
próximo á unas lagunas pequeñas, cuyas aguas parecen cor- 
rer hácia el Fta-Leufú. 

Al dia siguiente bajó al Rio Perzey, el que en ese punto sale 
de una angostura estrecha, con bordes altos perpendiculares, de 
una morena antigua á la que los colonos galenses han llamado 
por la horizontalidad de su cima «Terraplen de ferro-carril». 
Ese dia fué de desgracia: las cargas se mojaron, perdiéndose 
la mayor parte de las placas fotográficas: tropiezos ¡inevitables 
en esta clase de exploraciones. 

El dia 2 practicó un reconocimiento sobre la morena hácia 
el oeste, gozando de la vista de las lagunas en un campo abierto, 
pantanoso, limitado al norte y este por cerros elevados. El Te- 
rraplen forma allí una division de aguas muy original. De las 
faldas este y norte de la Sierra Situacion descienden arroyos 
caudalosos para doblar luego al oeste y unirse con el arroyo 
que sale del campo pantanoso de las lagunas. In reconoci- 
mientos hácia el oeste, penosos en extremo por los cañaverales, 
el pantano y los arroyos caudalosos en los que los animales 
estuvieron en peligro de ahogarse, empleó los dos dias siguien- 
tes, compensada su fatiga por la vista de un hermoso lago ex- 
tenso rodeado de lomas bajas por el este y norte, siendo más 
empinadas las del oeste y sud. Del ángulo sudoeste se des- 
prende un canal angosto, probablemente continuacion del lago 
que no puede ser otro que el que los indígenas cuentan existe 
entre los cerros y en el que entra y sale el Fta-Leufú. Ese lago 
es el Fta-Lafquen. Lástima es que los mosquitos tan abundan- 
tes allí impidan gozar de tan hermosos paisajes. 

De regreso en el Rio Perzey, el dia 5 decidió alivianar su 
equipaje para lo cual envió á Rufino Vera (indio araucano que 
conocí como intérprete de Inacayal en 1880 y que está al servicio 
del Museo desde varios años), con la tropa por el camino de 
I'sguel y Lelej para que lo aguardara en el paradero indígena 
de Cholila: hecho lo cual se dirigió el 8 al norte por el valle de] 
Rio Perzey. Observó cierto paralelismo en la formacion de las 
lomas que bordean el rio, encontrando en parte la roca viva 
compuesta por areniscas y conglomerados. Todo el bosque de 


] 
V 
po 


— 313 — 


la region del oeste habia sido incendiado en años anteriores y 
los troncos blanquizcos entristecen el paisaje. 

En los dias 9 y 10 continuó la marcha por el mismo valle. 
ll camino era incómodo, pues si bien sobre las lomas, el bosque, 
compuesto de grandes árboles, permite el paso á las cabalga- 
duras, en las faldas era impasable á veces el matorral de ñires 
y hubo necesidad de abrirlo con machete y hacha. De las lomas 
del oeste bajan arroyos que se unen con el Rio Perzey, mien- 
tras que las quebradas del este, desprendidas de los Cerro de 
Esguel no tienen agua. Desde el alto de la loma que los peones 
bautizaron con el nombre de Peladito (1340 m.), gozó de una 
vista panorámica excelente. Este lomaje está situado en la falda 
occidental extendida de los cerros de Esguel, entre las primeras 
vertientes del sistema del Rio Perzev. Desde allí se domina los 
cerros bajos de lsguel situados al oriente, la continuacion 
del cordon del Cerro Situacion al poniente y más al oeste 
detrás de ese cordon, los blancos picos de la Cordillera de los 
Andes propiamente dicha, con sus enormes ventisqueros, re- 
gion esta que en el plano de los señores Steffen y Fischer figura 
con el título de «Serranias boscosas»; al sud tenia el valle 
del Rio Perzey é inmediatas, del noreste al oeste, las caidas de la 
depresion ancha y característica de Cholila, fértil y hermosísima, 
como lo es tambien la depresion opuesta del Perzey. El bosque 
es cómodo para transitar bajo su sombra, y sobre el pasto 
verde esmeralda que cubre el suelo, las enredaderas y los 
helechos rompen la monotonia de la sombra y los huemules 
curiosos la animan. Hechas las observaciones necesarias des- 
cendió el 11 al ancho Valle de Cholila, al que solo llegó al dia 
siguiente, aprovechando para ello las sendas del ganado sal- 
vaje. 

En los informes detallados de la Seccion Topográfica que se 
publicarán más adelante, encontrará el lector ámplios detalles 
que da el señor Lange sobre la fisonomia de tan interesante 
region. lin estos apuntes, que son el extracto de ese informe, 
debo limitarme á decir que examinó el terreno comprendido 
entre la laguna que recibe aguas de los cerros del poniente de 
la serrania de Lelej; siguió al N. NO. por el ancho valle de 
otro arroyo que baja en esa direccion y que al este domina la 
morena mientras que al oeste existe un lomaje bajo, que corre 
de norte á sud, separando la primera laguna de otra algo 
mayor. 

Ll 13 alcanzó á la loma: (780 m.) que separa las aguas de 
Cholila de las del Valle de puvyen, en el punto llamado Cabeza 

Tomo VIII. 8" 


o 


de Epuyen, y que de cuando en cuando es habitado por algu- 
nos indios. Allí encontró uno de los peones que acompañaban 
á Rufino Vera y estableció campamento para alivianar su equi- 
paje en la marcha á pié. 

Tenia delante el llano glacial que se extiende desde el rio 
Maiten al oeste, punto interesantísimo para estudiar la division 
de las aguas continentales; alli las vertientes de los arroyos 
que forman el Arroyo Epuyen brotan de pequeñas inflexiones 
de la vieja morena, muy inmediatas al borde oeste del Rio 
Maiten y es muy probable que llegará dia en que la erosion 
labre la separacion actual glacial entre los dos cursos, y en- 
tonces el Maiten vaciará sus aguas en el Oceáúno Pacífico, 
hecho que llevará el divortéuwwm aquarum interoceánico decenas 
de kilómetros al oriente de donde se encuentra actualmente. Es 
indudable que la division de las aguas se encuentra en ese 
punto al oriente de la Cordillera de los Andes, pues muy 
lejos, al poniente, precedidos por los despuntes de los cer- 
ros situados al norte y oeste de Epuyen, se distinguen sus 
cimas nevadas. lístos terrenos deben ser estudiados con dete- 
nimiento, pues es probable que puedan servir para una colonia 
pastoril, pero es dudoso que la agricultura tenga éxito, por- 
que las morenas deben ser frias, abiertas como están al oeste. 

El 16 retrocedió desde Cabeza de HFpuyen al sudoeste, cru- 
zando un vasto llano que forma la division entre los sistemas 
hidrográficos de Epuyen y de Cholila, y «alcanzó á la segunda 
laguna aún inrominada, la que desagua por un pequeño arroyo, 
entonces seco, en el arroyo del Canadon Largo, afluente seten- 
trional del Fta-Leufú, como se reconoció más adelante; se trata 
de lagunas indudablemente glaciales. Encontró al dia siguiente 
rastros frescos de caballos, indicios de que el señor Frey habia 
visitado ya ese lago, é hizo noche á orillas del Fta-Leufú en el 
mismo campamento abandonado por éste al regresar del po- 
niente hácia su campo de trabajo. 

Los indígenas llaman al rio, en ese punto y cuyo ancho allí 
es de cincuenta metros, el Carrenleufú ó rio verde por el co- 
lor de sus aguas, peculiar á los rios que nacen de ventisque- 
ros. Siguiendo los rastros del señor Frey hizo estacion topo- 
eráfica sobre una colina situada al este de la tercer laguna, á 
la que se ha dado en nuestro plano el nombre de Lago Cholila, 
y pudo alcanzar á dominar hácia el oeste á una distancia apro- 
ximada de treinta y cinco kilómetros, los nevados que parecen 
formar una cadena. Entre esa cadena y la estacion sólo vió. 
cerros aislados ó agrupaciones de éstos, cortadas por profundas 


— 319 — 


quebradas, accidentes orográficos que tienen todos una direccion 
longitudinal de norte á sud. Las orillas del Lago Cholila están 
cubiertas por cipreses y ñnires (lámina XXVI). Del noroeste 
baja una quebrada ancha y prolongada por la que corre un rio 
caudaloso; la del sudoeste, que tambien es larga, contiene en 
su fondo otro lago, cuyo misterio aclararán otros exploradores. 

El 19 el senor Lange se dirigió al sud costeando la orilla 
pantanosa que hacia dificultosa la marcha: el valle es allí muy 
ancho, y está cubierto de pastos, pantanos y bosquecillos pinto- 
rescos. Al dia siguiente llegó á un sitio donde se estrecha el 
valle por la aproximacion del rio á los cerros, que avanzan al 
este hasta correr contra las rocas casi perpendiculares para vol- 
ver luego á tomar su rumbo general sud-sudoeste. Desde una 
alta loma pudo gozar de una vista hermosa al norte, sud y 
oeste: Al norte la depresion longitudinal de Cholila y el Fta- 
Leufú serpenteando entre montes y bañados de color verde claro: 
al sud un lago largo en el que desemboca el rio, y al oeste un 
valle ancho limitado por cerros sin asperezas que preceden el 
gran cordon nevado. Como se podia adelantar aún con ani- 
males, los viajeros abrieron camino hácia el lago. 

Todo el Valle de Cholila es muy fértil. Los bosques no tie- 
nen allí, segun el señor Lange, el mismo carácter que en 
Norte-América ó en Escandinavia: forman grandes manchas en 
las faldas, separadas por trechos despejados ó por zonas ex- 
tensas cubiertas de troncos ya secos. Cipreses y alerces son los 
árboles comunes de esos bosques. 

El 22 dejó la mayor parte de la carga en la Estrechura y 
con dos cargas livianas siguió el camino abierto por los peo- 
nes en los dias anteriores hasta un pequeño arroyo que desa- 
gua en el extremo norte del nuevo lago, pero á poco andar se 
convenció de que no era posible continuar con animales, pues 
las aguas del lago bañan el pié de los cerros de faldas muy 
empinadas, sin dejar playa aprovechable. Decidió entonces con- 
tinuar á pié llevando víveres para diez dias y los instrumentos 
indispensables, carga que dividió con su peon. 

A medio dia del 23 iniciaron la marcha penosa; el cerro 
era á pique sobre el lago y fué necesario emplear piés y ma- 
nos para no despeñarse. Toda la marcha hasta el 25 se hizo 
sobre altos y bajos próximos al lago, que mide aproximativa- 
mente quince kilómetros de largo y al que se le ha bautizado 
con el nombre del ilustre Rivadavia, que es el que tiene la 
cadena del este. La marcha fué penosísima por el bosque su- 
mamente tupido; los cañaverales, los troncos viejos, amontona- 


— 316 — 


dos á veces en un espesor de veinte metros aumentaban la 
fatiga no exenta de peligro, en ese avance en que unas veces 
se balanceaban sobre los troncos caldos, otras se arrastraban 
bajo ellos, cayendo en los hoyos escondidos en la maleza, ba- 
jando á las aguas del lago hasta el cuello, para trepar nueva- 
mente la altura sobre peñas sueltas y por canñaverales move- 
dizos y cortantes. 

Al pié de los cerros del este, pasado el lago, hav un campo 
llano y pantanoso por el que vuelve ú correr el Fta-Leufú 
v la marcha se hizo fácil hasta la salida del rio, que es tran- 
quilo en su principio, presentándose poco despues rápidos que 
se explican por la diferencia de altura que existe entre el curso 
superior del rio y el inferior en el Valle 16 de Octubre; diferen- 
cia esta que alcanza á doscientos metros. Las aguas, que son 
muy limpias y conservan el mismo color verde claro, se recues- 
tan al oeste corriendo al pié de cerros á pique. La salida mide 
treinta metros de ancho, aumentando luego á cincuenta. A mitad 
del lago le entra un gran rio que baja del poniente por un valle 
abierto y prolongado, en cuyo fondo se ven altos nevados. 

Continuaron al sud entre los cañaverales y montes densos de 
la llanura al este del rio: cruzaron dos arroyos que parecen 
ser brazos de un rio que baja del este. Al sud y este se le- 
vanta un cerro áspero y alto que trepó el señor Lange, aban- 
donando por falta de víveres perdidos en gran parte en las 
caidas de la marcha, su propósito de seguir costeando el rio 
hasta el Valle 16 de Octubre. Il panorama desde la cima del 
cerro era espléndido y pudo hacer desde ella estacion de brú- 
jula y un croquis detallado. Al sud y al oeste vió dos hermosí- 
simos lagos, uno de los cuales tiene su direccion general de 
O. NO. á S. SE. y, lejos, hácia el poniente, al pié de los ventis- 
queros de la Cordillera, se divide en dos brazos, siendo el del 
sud más corto y entre los cuales se eleva una isla boscosa. 
Al lago más pequeño se ha dado el nombre de Laguna Chica y 
al mavor el de Lago Menendez, en honor del sacerdote explo- 
rador al que tanto debe la geografia patagónica. 

El Fta-Leufú alimenta la Laguna Chica y recibe el rio que 
nace en el Lago Menendez. Al sud y oeste se presentan picos 
nevados los unos tras los otros. 

El 28 bajó del cerro por la falda occidental, dominando el 
Fta-Leufú que se dirige á vaciarse en el Lago Fta-Lafquen, pero 
no pudo darse cuenta de cual de los dos rios era más caudaloso; 
en el fondo oeste del Lago Menendez distinguió ventisqueros. 
Volvieron á subir al filo del cerro con marcha peligrosa y fati- 


gante por las cargas y la extenuacion, debido á la falta de ali- 
mentos suficientes. Desde ese filo vió al norte y este los valles 
y quebradas que forman con sus arroyos el rio que entra en 
el Fta-Leufú; al este del Lago Rivadavia y más ó menos frente 
al abra divisada desde el Peladito vió una laguna pequena. 

Al dia siguiente, desde el valle profundo donde hicieron 
campamento, treparon á un portezuelo que habian visto desde 
el Terraplen; siguieron luego un pequeño arroyo y con mucha 
fatiga alcanzaron de noche la orilla del Lago Fta-Lafquen, donde 
el señor Lange observó que la línea de creciente máxima se 
encontraba á cinco metros sobre el nivel actual del agua. 

El 1% de Abril llegó á la Comisaria de la Colonia y el 4 volvió 
á continuar el trabajo en el Fta-Leufú, desde el ángulo sudoeste 
del valle. EL 6 cruzó el rio acompañado del colono Eduardo Jones, 
llevando animales de carga para poder avanzar hasta el punto 
desde donde había eruzado al oriente desde norte de Fta-Lafquen. 

Los indios cuentan que antiguamente hacian cacerias de 
vacas salvajes en esas rinconadas, y las grandes quemazones 
viejas indican que anduvieron por allí hombres. Como la madera 
de esos bosques es inservible, estando podridos la mayor parte 
de los árboles, convendria quemarlos metódicamente para formar 
campos útiles. 

En ese reconocimiento examinó el señor Lange el Lago Si- 
tuacion y vió la prolongacion del Lago Fta-Leufú, del que sale 
el rio del mismo nombre para entrar por un valle profundo 
en dicho lago; pudo hacer varias estaciones topográficas y foto- 
eráficas que se utilizarán en el plano detallado. Al noroeste del 
Lago Situacion se vé una abra ancha y extensa. Desde la Co- 
lina del Alto del Ciprés se goza de una vista magnífica, pues cae 
perpendicularmente desde una altura de cuatrocientos metros y 
una cornisa que sobresale semeja prodigioso balcon. Al noreste 
se levanta el áspero Cerro Situacion, al que los colonos llaman 
poéticamente «ll trono de las nubes»: al noroeste se extiende 
una série de nevados unos tras los otros y al frente el valle del 
Fta-Leufú y su derrame en el lago. El rio vuelve á salir al sud- 
este, formando varios rápidos y ensanchándose hasta cualro- 
cientos metros; en su gran vuelta al este recibe las aguas 
unidas de los rios Perzey y Corintos; y al sud de esta union 
se extiende una hermosa playa pastosa. 

Il dia 41 regresó á la Comisaria. 


Las instrucciones que habia recibido el señor Waag eran 
las siguientes: Establecido campamento en la confluencia del 


ES 


= 318. = 


Rio Corintos con el Fta-Leufú trataria de navegar este úl- 
timo rio para averiguar si desagua en el Rio Palena, ó si 
baja directamente al Golfo del Corcovado. Si el Fta-Leufú fuera 
afluente del Palena, ascenderia luego este rio, relevando el 
terreno que recorriera desde su punto de partida, en el bote ó ú 
pié, hasta el punto donde sale ese rio, en el que lo alcanzaria 
una expedicion de socorro que debia organizar entre el personal 
subalterno á sus órdenes. Si el Fta-Leufú y el rio que desagua 
en el Golfo del Corcovado, y que tiene tambien este nombre, fueran 
uno solo, y no encontrara poblaciones en ese lugar, bajaria al 
sud hasta la Colonia del Palena, donde decidiria, segun el tiempo 
favorable de que dispusiera, ascender el rio ó dirigirse á Puerto 
Montt. Si consiguiera reunirse con su estacion sobre el Carren- 
leufú Ó Alto Palena, deberia estudiar la zona limitada al sud 
por este rio, al este por el Rio Encuentro, Cordon de las To- 
bas, juntas del Rio Corintos y Fta-Leufú, al norte por el pa- 
ralelo que pasa por esas juntas, y al oeste, tanto como fuera 
posible, hasta que el mal tiempo le obligara á regresar á la 
Colonia 16 de Octubre. 

Estas instrucciones estaban sujetas á modificaciones, dadas 
las contingencias de tal trabajo en regiones en gran parte com- 
pletamente desconocidas, y fueron cumplidas de la siguiente 
manera: 

Establecida la estacion meteorológica con instrumentos pro- 
porcionados por la Oficina Nacional de Córdoba, los que llega- 
ron á 16 de Octubre en perfecto estado, y confiadas las obser- 
vaciones al señor J. G. Pritehard, maestro de la escuela de la 
Colonia, quien continúa publicándolas, prestando así un servicio 
inapreciable por tratarse de un punto tan inmediato á los An- 
des patagónicos, inició sus trabajos de exploracion el 1” de 
Marzo en el punto dispuesto (lámina XXVII. 

Desgraciadamente el bote traido desde el Chubut habia su- 
frido algunos desperfectos y su uso se hizo molesto y aún pe- 
ligroso. El 4, despues de haber determinado la posicion geográ- 
fica del punto de partida, emprendió la navegacion del Fta- 
Leufú, acompañado sólo de un hombre. Il rio se dirige al 
oeste por unos veinte kilómetros, teniendo al principio poca 
corriente, hasta que penetra en una angostura donde la corriente 
aumenta v donde el viento contrario levantaba tal oleaje, que 
fué necesario arrastrar el bote por la costa. Pasada la angos- 
tura, volvieron á navegar, pero la corriente no disminula y 
grandes ruidos anunciaban rápidos próximos; sin embargo, un 
reconocimiento por tierra dió por resultado que no existian 


319 — 


grandes rápidos hácia el oeste, y que el ruido lo producian las 
aguas al chocar contra las rocas de las orillas. El caudal de 
las aguas se habia reducido á la tercera parte del observado al 
emprender la exploracion, tal era la corriente. Dirigieron el 
bote por el centro unas veces, otras lo arrastraron por las 
orillas. 

El 6 encontraron una cascada de tres metros de altura, la 
que salvaron arrastrando el bote por la orilla, estrechándose 
el curso hasta medir sólo doce ó quince metros de ancho, pero 
fueron tales los remolinos, que decidió el senor Waag suspender 
la navegacion, pues hubieran perecido en esa angostura. Trató 
de trepar un cerro del sud, pero despues de mucho peligro 
tuvo que abandonar su propósito para pasar al norte con la 
intencion de continuar la marcha á pié. 

Desde una loma pudo ver un rio que desciende al noreste 
por un valle angosto, que alcanzó á divisar en una extension 
de veinte kilómetros aproximadamente; este rio se vacia en el 
Fta-Leufú, el que, despues de un recodo al norte de un kiló- 
metro, vuelve al sud y sigue luego al oeste, segun cree el se- 
nor Waag, por un valle prolongado que se ensancha con lo- 
mas bajas hasta el pié de los altos cerros nevados retirados 
del oeste, corriendo luego al sud por unos quince kilómetros 
y al sud-sudeste por unos veinticinco kilómetros á este rumbo. 
El doctor Steffen describe el Rio Frio, afluente del Palena, el que 
observó desde el sudeste como bajando del norte por un ancho 
valle que tiene á los dos lados montañas nevadas con altos pi- 
cos, entre los cuales uno, aparentemente situado donde princi- 
pia el valle, es el más prominente, y, segun esa descripcion, no 
cree el señor Waag que pueda ser otro ese cerro que el Cerro 
Nevado que se ve desde el Valle 16 de Octubre, por el abra 
por donde pasa el Ita-Leufú al dejar el valle, y al cual dió 
el nombre de Teta de Vaca por su forma. Además, el doctor 
Steffen dice que á su regreso por el Carrenleufú, observó que 
el Rio Frio era mayor que aquél. Comparada por el señor 
Waag la temperatura de las aguas de los rios Carrenleufú y 
Fta-Leufú, encontró la misma diferencia que la observada por 
el doctor Steffen entre las aguas del primero y las del Rio Frio. 
El trayecto, desde donde regresó el señor Waag del Fta-Leufú, 
despues de verlo correr al sud, limitado al este por cerros 
donde nacen los arroyos Manso y Arisco, es demasiado pe- 
queño para poder alimentar un rio más grande ó igual al 
Carrenleufú, por lo que cree que el Fta-Leufú y el Rio Frio 
es uno solo. 


— 320 — 


El Fta-Leufú corre con rumbo general norte y sud, entre la 
Cordillera, por un grado y medio de latitud y el cordon ó los 
cordones centrales se encuentran al occidente, ostentando los 
más elevados picos de la region é inmensos ventisqueros, 

No era posible que dos hombres pudieran arrastrar el bote 
por el monte y las barrancas empinadas, y el señor Waag resol- 
vió regresar á la colonia del Valle 16 de Octubre, una vez que se 
convenció de que aquel gran rio no era navegable. Considera 
posible el establecimiento de un camino cómodo al Palena in- 
ferior, con la construccion fácil de un puente sobre la segunda 
angostura del rio, camino que no considera costoso. Dejaron el 
bote bien resguardado y útiles y provisiones para una expedicion 
futura; y emprendieron el regreso á pié llevando los instrumentos 
v ascendiendo las montañas del este, pero al dia siguiente tuvie- 
ron que regresar en busca del bote, pues no era posible conti- 
nuar la marcha por las cumbres. 

El 11 llegaron, despues de muchos trabajos, hasta un punto 
donde no era necesario cruzar de nuevo el rio. Dejaron allí el 
bote y á la noche alcanzaron el puesto del colono J. Rus. El señor 
Waag dice que, pasados unos cinco kilómetros más abajo del 
codo del rio, hasta la Cascada, no se encuentran terrenos culti- 
vables, salvo rincones muy reducidos. El valle es angosto y las 
faldas de las montañas, especialmente en la parte sud del rio, 
son muy inclinadas y cubiertas de bosques. Un conífero que 
abunda puede proporcionar excelentes maderas de construccion. 
La vida animal es muy pobre, sólo vió dos huemules (Cervus 
Chilensis) y un Huillin (Lutra Chilensis). lin el rio las truchas 
alcanzan á treinta centímetros de largo. 

Los dias 12 y 13 lo pasaron arreglando las cargas y, el se- 
ñor Waag, componiendo el teodolito que habia sufrido desper- 
fectos durante la penosa marcha en el rio. El 14 emprendió la 
marcha por el Valle Frio, acampando al anochecer cerca de un 
brazo del Arroyo Chileno, el que desciende del sudoeste, ha- 
biendo demorado mucho tiempo en eruzar el bosque. El 17, 
despues de tres dias de camino fatigoso en extremo por el 
bosque y las lomas elaciales empinadas, volvieron á encon- 
trarse en el Valle Frio. Los terrenos cruzados no son homo- 
céneos: en los primeros cinco kilómetros son inmejorables, 
para pastoreo, y la agricultura debe prosperar admirablemente 
si se exceptúa el cultivo de la papa que sufre con las heladas. 
lin las faldas el pasto es bueno, pero en el bosque quemado no 
ha crecido nuevamente. Todo el lomaje morenisco está cubierto 
por matorrales tupidos. Estas morenas alcanzan una altura de 


321 — 


S00 metros sobre el mar, frente al Cerro Cónico y el Arroyo 
Frio, el que, en el punto donde establecieron el campamento, 
corre á 690 metros de altura sobre el mar hácia el sudoeste, por 
el centro del valle de dos kilómetros de ancho, cubierto de exce- 
lentes pastos; en los lomajes que lo limitan, el bosque es 1m- 
penetrable. 

Al poniente del campamento, á una distancia de ocho kiló- 
metros, se levanta un cordon de montañas que sigue con rumbo 
paralelo al Valle Frio, y cuyas cimas más elevadas tienen altu- 
ras aproximadas de 2000 metros. Al pié del Cerro Cónico, corre 
por una pampa bastante abierta el Arroyo Arisco, mucho más 
caudaloso y correntoso que el Arroyo Frio. 

En esas inmediaciones hay un mineral de plomo que deberá 
ser reconocido con más detenimiento en expedicion próxima; 
los colonos han puesto á descubierto la veta, la que varia en- 
tre cinco y veinte centímetros de espesor. 

El 49 recibió sus nuevas instrucciones, que coincidian con 
el plan que se habia trazado. Una vez que no se podia realizar 
la exploracion del curso inferior del Fta-Leufú, y hechas las 
observaciones de latitud y azimut, continuó descendiendo hácia 
el oeste-sudoeste por el Valle del Rio Frio, donde estableció 
campamento en la confluencia de otro arroyo más grande, 
en el punto, en que unidos ambos, bajan las aguas al Carren- 
leufú. En esos lugares se encuentran con frecuencia animales 
vacunos salvajes. 

El 20 hizo una tentativa para alcanzar la cumbre del cerro, 
pero no fué posible por el monte, resolviendo continuar por el 
Arroyo Arisco, y ascendiéndolo por quince kilómetros. El 22 
trepó las lomas para conocer si era posible llegar con cargue- 
ros al Cordon de las Tobas, lo que si bien podia hacerse, re- 
queriria una semana de trabajo forzoso, y la estacion estaba 
demasiado avanzada. Desde la cima de un cerro pudo ver que 
á tres kilómetros más al oeste, el valle tenia direccion general 
este á oeste, dejando al Cordon de las Tobas aislado de las 
montañas que principian al sudoeste de la Colonia y siguen 
ese rumbo hasta dicho valle. Obligado por temporales á regre- 
sar al campamento del Arroyo Frio, el 25 se dirigió al valle 
del Carrenleufú. Al dia siguiente encontró tres indios de la 
tolderia de Foyvel, los que le vendieron carne de una vaca sal- 
vaje que acababan de bolear y le dijeron que el nombre de 
Carren-Leufú (rio verde), corresponde al Fta-Leufú, llamándolo 
de las dos maneras, y que los antiguos indígenas llamaban P+- 
lunque al actual Carrenleufú ó Corcovado de los Colonos. Pilun 


— 322 — 


significa víbora en araucano, y el rio que serpentea en el valle 
merece ese nombre por su caprichoso curso. 

Il colono Gerardo Steinkamp está establecido en ese valle 
con su numerosa familia y algunas vacas, yeguas y ovejas y en 
su puesto acampó el señor Waag el 26. El 27 fué consagrado 
á observaciones astronómicas. Dejó en el puesto la mayor parte 
de los animales para que se repusieran en ese campo inmejo- 
rable. El Carrenleufú tiene un caudal allí mucho menor que el 
el Fta-Leufú, y es vadeable en varios puntos. El 31, despues 
de una marcha fatigosa, llegó al Rio Encuentro y pudo reco- 
nocer la region por unos diez kilómetros al oeste, pero no era 
posible continuarla en esas condiciones; además se encontraba 
va en terrenos visitados por los señores Steffen y Fischer, 
cuyos datos permitirian trazar el programa de trabajos para la 
exploracion detenida que proyecta el Museo para más adelante, 
v de la que estos reconocimientos eran preliminares. ll 2 de 
Abril, á la tarde, regresó al puesto de Steinkamp v en tenta- 
tivas para alcanzar hasta el Cordon de las Tobas, pasó hasta 
el dia 6, habiendo examinado mientras tanto un manto de 
carbon, cuya importancia no puede precisar por no haber dis- 
puesto de tiempo para examinarlo con detenimiento. Tiene ese 
manto una inclinacion de treinta grados al este y mide dos y 
medio metros de espesor, cubierto por una capa de arcilla im- 
pregnada de hierro, de cuatro metros. Las areniscas compactas, 
grises y rojas, se presentan en las lomas. 

Desde una loma al lado del campamento, vió que al este del 
Cerro Central desciende desde el sud el Rio Carrenleufú, dirigién- 
dose más y más al oeste, cerca del pié del cerro, donde describe 
casi una media circunferencia y deja muy pocos terrenos llanos 
en aquel lado; pero al este y noreste el valle alcanza hasta casi 
dos kilómetros de ancho. Las lomas del lado norte se acercan 
más al rio y llegan á la orilla de éste en donde se le une el Arroyo 
Frio. Las lomas al noreste tienen buen pasto y en una que- 
brada cerca del Arroyo de Las Casas se encuentran pinos 
aunque no en abundancia. El suelo del valle consiste principal- 
mente en tierra vegetal muy fértil y es adecuado para la agricul- 
tura. Unos cerros pequeños en la parte del valle al norte dan 
abrigo contra los vientos y tormentas que suelen venir por el 
valle desde el oeste. No cabe duda que ese valle es muy apro- 
piado para una colonia agrícola. Desde Tecka se puede Jlegar 
hasta este punto con carros. El valle más abajo es menos acce- 
sible y cubierto con monte, pero cuando se queme sistemáti- 
camente ese bosque, el terreno será cultivable. 


El S emprendió su excursion á pié, con un peon, al Cordon 
de las Tobas, alcanzando el 14á un punto que calcula distante 
diez kilómetros del Fta-Leufú, pero la nieve le impidió continuar 
ascendiendo la montaña. En el trayecto atravesó bosques de 
árboles inmensos cuya circunferencia alcanzaba á ocho metros 
siendo la altura de cuarenta. 

El 20 de Abril volvió á la Comisaria de 16 de Octubre des- 
pues de cincuenta dias de trabajos y penurias (lámina XXVIII). 

Mientras el señor Waag habia operado en Fta-Leufú y 
Carrenleufú y el señor Kastrupp en las inmediaciones del 
Lago General Paz, el señor Von Platten exploraba los rios 
Pico y Frias; salió con direccion noroeste por el camino car- 
retero de la Colonia 16 de Octubre, atravesando despues el 
húmedo y fértil Valle de Gennua, limitado al norte por lomas 
de trescientos metros de altura, divididas de las serranias de 
Potrachoique por el ancho cañadon de Lemsaneu; las lomas 
que lo limitan al sud tienen más ó menos la misma altura. 
Siguiendo el curso de un arroyo pasó al sud del pequeño 
cerro Gesketomaiken, y entrando en un valle ancho, que se ex- 
tiende hácia el oeste y vue está atravesado por los arroyos 
Quersuncon y Cherque, siguió al oriente de este último hasta 
subir á la altura de 790 metros, donde el Cherque tiene una 
angostura y recibe despues un afluente de las lomadas del este. 
Antes de recibir su afluente del oeste, el Cherque se encajona 
en un cañadon angosto, cuyas barrancas al este son escarpa- 
das y altas y las del oeste se extienden en dilatada planicie 
formando la division de las aguas del Cherque y del Pico. 

Las sierras al sudeste de la depresion transversal se levan- 
tan rápidamente hasta una altura de 1300 á¿ 1400 metros. 

El arroyo tenia su orígen en los grandes bañados y peque- 
ñas lagunas de la Loma de Los Baguales (1300 m.), donde nace 
tambien el Arroyo Omeckel, que siguió con direccion al sud 
hasta llegar al valle del Rio Frias, que tambien tiene orígen en 
las mismas lomas. Atravesó este valle con rumbo al sud hasta 
encontrarse con la laguna, orígen del Arrovo Apeleg y dobló 
despues al oeste hasta el primer arroyo del sud, que nace en 
las sierras nevadas. 

Al enfrentar el Cerro Cáceres subió á una mesela á cincuenta 
metros del nivel del Rio Frias y vió que las sierras eran quebra- 
das al norte como al sud. No pudiendo llegar hasta ellas por el 
espeso bosque, siguió el curso del rio al norte hasta sus dos 
vertientes, que cruzó, llegando en seguida á una pequeña la- 
guna que se extiende de noreste á sudoeste, desde donde pudo 


— 324 — 


apercibirse que el rio, infranqueable en sus dos costados, co- 
rria con direccion oeste-sudoeste por una abra, tras de la cual 
no se distinguian cerros elevados. Tentó excursionar al oeste 
para reconocer las nacientes del arroyo que venia desbordado 
por las lluvias contínuas y no pudiendo hacerlo ascendió un 
cerro de 1274 metros al noroeste, donde, á pesar de los chubas- 
cos y nieblas, pudo apreciar que las cumbres nevadas se en- 
contraban más al oeste. 

Se puso despues en marcha en direccion al noroeste, si- 
guiendo una vertiente que bajaba de las sierras nevadas del 
noroeste llegando á una planicie estéril de dos leguas cuadradas, 
limitada al norte y al este por alturas poco elevadas y al oeste 
por cerros nevados de considerable elevacion. 

Al sud existe un valle ancho por donde corre el Arroyo 
Cáceres. Tomando rumbo al este, el senor Von Platten se diri- 
ió á un cerro de 1630 metros. de donde divisó los tres lagos 
situados al sud del Arroyo Pico, del cual reconoció varias ver- 
tientes que se unen al Rio Frias. Encontró una laguna situada 
cerca de la falda norte del Cerro Cáceres, y se dirigió al este 
hácia Los Baguales, atravesando pequeñas lomadas y distin- 
guiendo perfectamente la Cordillera del oeste enteramente cu- 
bierta de nieve. Al norte hay una laguna situada al sud del Lago 
Pico, y llegó á ella atravesando el cuarto brazo del arroyo del 
mismo nombre, y con direccion noroeste cruzó tres vertientes 
que bajan de las sierras nevadas al oeste, hasta encontrarse 
con una cuarta que no pudo pasar, debido á sus barrancas es- 
carpadas. 

En direccion noroeste encontró un buen valle regado por 
un brazo del Arroyo Pico que se reune con el brazo del oeste. 
En la misma direccion cruzó los varios brazos del sud hasta 
la pampa de Temenhuau, buscando en vano el Lago Henno. 

Se dirigió al sud hácia el Arroyo de Omckel, atravesando 
una pampa pastosa algo más elevada que los alrededores del 
Arroyo Pico; pasó al occidente de la fértil pampa Chirick hasta 
llegar á Omckelaiken, donde las sierras se abren en un valle 
angosto que se ensancha despues en Shama hasta llegar á 
una angostura del arroyo. Las sierras tienen allí una altura 
de 1300 á 1400 metros, y son menos quebradas al norte que 
al sud, teniendo en esta última parte picos característicos como 
el de Haiosh. 

Siguiendo el arroyo hasta Tequerr, eruzó un extenso bana- 
do que se extiende de sudeste á noroeste, y cuyos terrenos, 
declara el señor Von Platten, son los mejores que ha atrave- 


UD) == 


sado. In el mapa del señor Ezcurra, este arroyo sigue en direc- 
cion este para unirse al Gennua, pero el señor Von Platten 
pudo comprobar que ese curso ha sido mal dibujado por cuanto 
se dirige al sud para unirse al Arroyo Apeleg. 

Siguió en direccion sudoeste en busca de este último arroyo 
que costea las lomadas norte por un valle que se estrecha 
siempre más, encerrándose casi al oeste entre las sierras del 
sud llamadas Pavahuehuen, que son más altas que las del norte. 
Siguió el arroyo desde sus vertientes que vienen del oeste entre 
sierras de 1300 á 1400 metros de altura, hasta la confluencia 
con el Omckel, y por la pampa fértil al norte que se prolonga 
estéril, al sud, llegó á Choiquenilahue el 30 de Abril, donde 
se incorporó más tarde al señor Arneberg. 


DE 16 DE OCTUBRE Á PUERTO MONTT 


Dispuesto el regreso de los diferentes expedicionarios de la 
seccion sud, resolví regresar el 12 de Abril á Nahuel-Huapi. 
Isa noche acampamos en Pichileufú y al dia siguiente tomé el 
camino de Fofocahuallo para eruzar por Cushamen ó Ftatemen 
y continuando al poniente por los orígenes de los arroyos 
Chacaihueruca, Chenqueg-geyú y Rio Curruleufú, llegué el 16 
á la chacra de Tauschek en el lago. El dia siguiente se me 
incorporó el señor Wolff y me dió cuenta de los trabajos que 
habia ejecutado. 

Emprendió su trabajo, siguiendo el valle del Rio Caleufú y 
buscó paso por los bosques y las lomas hasta la hoya del Tra- 
ful que debió reconocer al sud. En el valle del rio hay un 
puesto habitado, y segun su dueño se encuentran vacas salva- 
jes en las inmediaciones del lago. Para reconocer el Arroyo 
Cuvé-Manzana, atravesó los altos lomajes que lo separan del 
Traful, del que es afluente. Este arrovo tiene un valle bastante 
espacioso y abundante de pastos, que siguió en parte, ascen- 
diendo luego los cerros que ofrecen más facilidad para la mar- 
cha. El Lago Manzana, figurado en el mapa del coronel Rhode, 
del que lo han tomado todos los de esa region aparecidos des- 
pues, no existe, como tambien lo comprobaron los señores 
Soot y Hauthal. Desde la cima de un cerro, pudo hacer obser- 


o 


vaciones de latitud y de azimut, de gran importancia para poder 
ligar los puntos topográficos con el Lanin, centro de todas las 
observaciones de la seccion. 1:l 14 llegó, cruzando la serrania, 
á la Estancia Jones en Nahuel-Huapi, donde encontró al señor 
Roth con quien se dirigió el 16 al Potrero Huber, en el extremo 
noroeste del lago, pero antes de llegar allí tuvo que retroceder 
el señor Roth por las dificultades del camino que entorpecie- 
ron los estudios que tenia órden de efectuar (lámina XXIX). El 
Rio Correntoso, si es que se puede llamar rio ese pequeño canal 
profundo, apenas mide doscientos metros y comunica el lago 
de su nombre con el Nahuel-Huapi; sin embargo, en el mapa 
del señor Fischer tiene un curso de casi veinte kilómetros. 
La senda pasa por las lagunas de las Chorguas, Pichilaguna 
y Laguna del Tortoral, siendo esta última muy pintoresca 
con tres pequeñas islas en su centro y situada al pié de los 
cerros nevados del oeste. Potrero Huber, llamado así por haber 
sido elegido para invernada de haciendas, por un hacendado 
de ese nombre, residente en Osorno, y para cuyo objeto se 
presta admirablemente, ocupa el valle situado entre la Laguna 
Totoral y el Lago Nahuel-Huapi, valle cuyo bosque ha desapa- 
recido por quemazones y que ha sido reemplazado por exce- 
lentes prados naturales. 

El 25, el senor Wolff ascendió el Cerro Mirador, espléndido 
punto de observaciones desde el cual se ven los cerros Lanin, 
Chapelcó, Tronador, Pantoja, Puntiagudo, Volcan de Osorno, 
Volcan Puyuhue y Volcan Villarica. El 26 examinó la Laguna 
Constancia, cuyas aguas se vacian en el Lago Puvehue y al dia 
siguiente volvió á trepar el Mirador (lámina XXX, fig. 1), consi- 
guiendo hacer sobre éste observaciones de latitud y azimut y tomar 
visuales á todos los puntos principales. obteniendo al mismo tiem- 
po el panorama fotográfico. 11 28 se dirigió nuevamente á la La- 
guna Constancia y el 30 regresó al Potrero Huber. Il 31 marchó 
al noreste para estudiar el sistema del Lago Correntoso y llegó 
á la tarde al Lago Espejo, donde hay alerces corpulentos. El 
lago baña el pié de los cerros nevados de la Cordillera y tiene 
su mayor extension de norte á sud. Es curioso que este lago 
no desagiúe en el Nahuel-Huapi, estando separado sólo por un 
llano de dos kilómetros; su desagúe se produce más al norte, 
hácia el Lago Correntoso, cortando cerros relativamente altos, 
en una extension de cinco kilómetros. Otro pequeño lago, el 
del Encanto, se vacia en el Lago Espejo. 

El 6 de Abril volvió al Potrero Huber, despues de una tarea 
muy dura, empeorada por la lluvia casi continua. In esa re- 


— 328 — 
gion no es raro encontrar vestigios de poblaciones indígenas, 
muy antiguas, y pudo obtener curiosas piezas de cerámica. Ll 
regreso á la Estancia Jones, lo hizo embarcado en la canoa del 
buen indígena Millaqueo (láminas XXXI y XXXII). 

1 23 llegó á Junin de los Andes y á pesar de la estacion 
avanzada se dirigió al Lago Huechu-Lafquen, despues de deter- 
minar la longitud de Junin. Demoró en el trabajo, ejecutado 
con la cooperacion de los señores Zwilgmeyer y Soot y entor- 
pecido frecuentemente por las lluvias y nieves, hasta el 8 de 
Mayo; el dia 13 llegó á Quillen y desde allí se dirigió á Chos- 
malal y á San Rafael por el oriente del macizo del Nevado. 
dando término á su viaje el 15 de Junio. 


El senor Schiórbeck habia regresado de su excursion á los 
lagos Gutierrez, Mascardi y Todos los Santos y dejéle nuevas 
instrucciones, lo mismo que al señor Frey, quien tenia órden 
de seguir á Roca por Nahuel-Huapi. 

La primera operacion que practicó el señor Schiórbeck al 
llegar al Lago Nahuel-Huapi, el 25 de Febrero, fué trepar el 
Cerro del Carmen desde cuya cima vió el lago hasta la Isla 
Victoria, el Cerro Puntiagudo, en Chile, y el Tronador que por 
su posicion respecto del observador mostraba solamente dos de 
sus picos, midiendo el más alto 3400 metros, promedio de cuatro 
observaciones trigonométricas, es decir, casi 400 metros más que 
la altura calculada por los señores Fischer y Steffen. ll Cerro 
Puntiagudo mide, segun el señor Sechiórbeck, 2430 metros, Ó 
sea 130 metros menos de lo que indican los mismos señores. 

Desde el Cerro del Carmen se alcanzaba á ver el lago hasta 
Puerto Blest, comprobando así la inexactitud del brazo dibu- 
jado en el mapa del señor Fischer. Por la extensa visual que 
dominaba, pudo comprobar tambien el error del rumbo dado 
por el señor Krúger (*) al Cerro Tronador el que dice verse 
desde el desagiie del lago de oeste á norte. 

Notó dos depresiones del lago, de las cuales una es la de 
Puerto Blest y la otra está ocupada por un brazo, al sud; la 
parte entre las dos depresiones es ocupada por una pequeña 
cadena en que el Cerro Capilla es el más elevado. Al sud se 
extendia el abra del Lago Gutierrez, 4 donde se dirigió en se- 
guida para cumplir con sus instrucciones. Con mucho trabajo 
por el denso bosque pudo pasará la orilla norte del lago don- 
de se encontró rodeado de cerros que tienen direccion de este 


(*) Expedicion exploradora del Rio Palena. —Santiago 1895. 


— 329 — 


á oeste, mientras que en el lado sud se divisaba una cadena 
contínua con su cerro más notable llamado La Ventana, y 
corre con rumbo al oeste costeando la crilla sud del lago y de 
un segundo lago retirado más al oeste hasta ser cortada por el 
gran valle longitudinal: cordon de cincuenta kilómetros de largo 
que corre paralelo al macizo de la Torre de la Catedral, cuyo 
pié escarpado se baña en la costa noroeste del lago situado al 
oeste del Lago Gutierrez, al que se ha dado el nombre de 
Lago Mascardi, en honor del misionero asesinado por los indios 
en 1672. Al oeste de este lago abre un llano de diez kilómetros 
de extension. Iista depresion tectónica ocupada por los dos 
lagos y el valle formaba antiguamente uno de los fjórds del 
Lago Nahuel-Huapi. Con grandes dificultades consiguió ascen- 
der el señor Sechiórbeck un pico de este último cerro y desde 
una altura de 2300 metros observó al oeste y noroeste un macizo 
con picos y cumbres nevadas, dominadas por el Tronador y el 
Cerro Puntiagudo; del otro lado del lago, veíase un valle lon- 
gitudinal desprovisto enteramente de cursos de agua, y limi- 
tándolo, una cadena imponente de picos altos y nevados pro- 
longada de norte á sud. Al noroeste distinguió las numerosas 
cumbres que quedan al oeste del Lago Nahuel-Huapi; al norte 
y este divisó el Volcan Pillan, los cordones del Traful, de los 
Cipreses, el Carmen y el Trenque-Malal hasta el Rio Limav. 

Vuelto al Lago Gutierrez cruzó en una chata el Lago Nahuel- 
Huapi, desembarcando en Puerto Blest cuva posicion geográfica 
dada por el señor Fischer rectificó, encontrándola situada cuatro 
minutos más al sud. Penetrando más á la Cordillera pasó por 
la Laguna de los Clavos á una altura de 1190 metros, mien- 
tras el Lago Nahuel-Huapi está ¿4 740 metros sobre el mar. Llegó 
al portezuelo llamado Cuesta de los Raulies (1290 m.) que divide 
las aguas que alimentan la Laguna de los Clavos, que á su vez 
desagua en el Nahuel-Huapi, de las que dan orígen á afluentes 
del Rio Peulla. El declive de las faldas es muy rápido pues se 
baja de esa altura á Casa Pangue, situado á solo 320 metros 
sobre el nivel del mar. 

Desde ese punto, por el abra del Rio Peulla, se domina el 
Tronador con sus inmaculadas cumbres, teniendo por marco 
al este el Cerro del Boquete Perez Rosales y al oeste el Monte 
Celoso. 

El señor Schiórbeck se dirigió á la Laguna Frias por el 
Boquete Perez Rosales. Al norte del boquete ascendió la Cuesta de 
los Raulies, dominada por el Cerro Perez Rosales (2850 m.) 
situado al sud. 

Tomo VIII. 


— 330 — 


Para llegar al Tronador siguió el curso del Rio Peulla hasta 
donde se juntan sus tres brazos, de los cuales uno viene de la 
quebrada del Boquete Perez Rosales, y los otros dos nacen de 
los ventisqueros del Tronador, y entró por el dorso de una 
morena aún activa del ventisquero actual. Despues alcanzó el 
Lago Todos los Santos, y de allí regresó á Nahuel-Huapi. 

El 3 de Abril, cumpliendo las instrucciones que le habia 
dejado, se dirigió hácia el sud del lago por Jos altos lomajes 
situados al poniente del camino general al Valle 16 de Octubre 
junto á la region de Corral de Foyel. Por una senda antigua cruzó 
luego nuevamente el Rio Curruleufú, que remontó hasta llegar 
á sus dos afluentes principales (1260 m.), siguiendo el de más al 
oeste que nace en un valle que tiene dos kilómetros de ancho. 11 
Curruleufú recibe un afluente del cerro al norte, y en el lado 
veste tiene sus fuentes el Rio Manso á 1280 metros de altura. 

Desde un cerro inmediato al sud del Rio Manso y desde una 
altura de 1500 metros reconoció la direccion de este rio que es 
de este á oeste, inclinado algo al sud; su afluente principal nace 
del Cerro Tristeza. Al oeste, á una distancia de cincuenta á 
setenta y cinco kilómetros, se distinguian cordilleras altas y 
nevadas, continuacion del cordon nevado al oeste del valle 
erande, divisado desde el Cerro Catedral. 

Reconoció en seguida el afluente este del Rio Curruleufú, 
subiendo un cerro cercano para tomar visuales (1840 m.), desde 
donde ligó á sus observaciones el Cerro Cármen, visible al 
norte, no pudiendo divisar nada al oeste, pues el horizonte 
estaba cerrado por los cerros inmediatos que dan orígen al Rio 
Curruleufú. 

Al sud habia una gran depresion que juzgó ser el cauce 
por donde corre un afluente del Manso. 

Habiendo arreciado las tormentas de agua y nieve por lo 
avanzado de la estacion (7 de Mayo), el señor Schiórbeck em- 
prendió viaje de regreso á Roca, siguiendo el camino carretero 
que de Nahuel-Huapi pasa por el Canadon Cumayen y sube al 
de Pilcangeyu. Cruzó el portezuelo entre los dos cañadones, y 
siguiendo el primero de éstos en todas sus vueltas que al prin- 
cipio se dirigen al este, despues al noreste y más tarde al nor- 
noreste hasta caer á los cincuenta y cinco kilómetros de recorrido 
al Rio Limay; atravesó varias otras depresiones entre ellas la 
de Cuy, la que segun los indios termina solo en el Atlántico. 
Il 12 de Junio llegó al Fuerte General Roca. 


El señor Frey dejó el campamento de la Colonia el 29 de 
Febrero y siguió el camino general de Lelej cruzando luego 
al oeste en busca de los Cerros de Cholila, por el paraje lla- 
mado «La Puerta», por donde corre un pequeño arroyo, el cual 
antes de unirse con el Lelej, forma una pequena laguna, hasta 
al punto donde se separan las aguas del Rio Chubut de las del 
Fta-Leufú. Desde allí al norte se extendia la gran llanura: al 
S. SE. se divisaba un valle en parte pantanoso, limitado al na- 
ciente por los cerros de Lelej y Esguel, y cireunscrito por el 
poniente por lomajes de 200 á 400 metros de altura: lomajes 
que ascendió y desde donde divisó al oeste, inmediato, uno de 
los lagos de Cholila y al sudoeste otro lago de mayores dimen- 
siones, y más lejos aún. en la línea occidental del horizonte, 
los cerros de Cholila cubiertos por escasa nieve. 

Para llegar á estos lagos, cuyo desagiúe no pudo observar, 
cruzó la confluencia de dos arroyos que nacen en los cerros de 
Cholila y corren al Fta-Leufú, por un canadon que va abrién- 
dose hácia el sud. No pudiendo por el espeso bosque alcanzar 
la márgen sud del lago más retirado, llegó al Fta-Leufú que en 
este punto mide unos cuarenta metros de ancho y corre se- 
reno y profundo. 

Remontando su curso con direccion al oeste encontró un 
tercer lago, orígen del Rio Fta-Leufú, lago de más de quince 
kilómetros de largo por unos tres de ancho, que se extiende de 
oeste á este y que es el Lago Cholila. En su fondo vió una 
cadena bastante nevada que se dirige al sud doude las apa- 
riencias la muestran ligada con el Cerro Tres Picos y rematada 
por el Puntiagudo; al norte la limitan los cerros de Cholila. 
El rio da paso poco antes de llegar al Arroyo Cholila, que es 
su tributario y que recibe á su vez un arroyo del este, desagua- 
dero de un cuarto lago: el Lago Misterioso, alimentado por 
aguas de cerros nevados. Llegó así á un lago, el mayor de 
los cinco observados y cuyo eje principal es de norte á sud. 
Desde allí, costeando los cerros de Cholila, y elevándose siem- 
pre más, hasta donde esos cerros toman franca direccion al oeste, 
alcanzó el Arroyo Epuyen. Este curso de agua tiene orígen en 
una sexta laguna de diez kilómetros de largo. alimentada por 
aguas que caen de los cerros de Cholila y de Pirque. Abrién- 
dose camino por la falda de los cerros, el señor Frey penetró 
al valle de este arroyo, que se estira en direccion al oeste y 
donde existe un puesto habitado. 

Siguiendo ese arroyo llegó á su desembocadura en el Lago 
Puelo. No pudo, por lo impenetrable de los bosques v por los 


332 


dv 


pantanos, recorrer las costas del lago y se limitó á observarlas 
desde una altura, divisando al sud el nevado de los Tres Picos 
que el doctor Steffen, en su mapa, llama «Cerro de los Casti- 
llos»; este cerro está separado de la cadena nevada que se 
prolonga al norte por un rio que viene del sud y que entra en 
el Lago Puelo. Esta cadena está tambien cortada por el Rio 
Puelo, desaguadero del lago del mismo nombre, el que en la parte 
divisada por el señor Frey se extiende por unos quince kilómetros 
de norte á sud, formando al norte dos entradas, entre las cuales 
se levanta la colina «Curamahuida»; en la inmediata, al este, 
desagua el Epuyen, y en la del oeste otro arroyo que baja 
del norte. Al norte se levanta el Cerro Pilquitron, continuacion 
de la serrania que se prolonga desde Nahuel-Huapi; y del 
Pilquitron al sud continúa una cadena hasta el cerro que en- 
frenta la Estancia Maiten. 

Siguiendo el valle, entre las dos serranias, marchó con rumbo 
al norte en busca del Tronador, para ligarlo á su zona de obser- 
vaciones. En el valle cruzó corrientes de aguas que bajaban 
de ambas sierras v que reunidas en dos arroyos desaguan en 
el segundo brazo del Lago Puelo. El arroyo formado con las 
aguas de la cadena del este cruza tierras fértiles y de pastoreo. 
El arroyo del oeste, alimentado tambien con aguas de ese rumbo 
tiene su orígen en un ventisquero de la Cordillera nevada. 

Subiendo una alta loma que llamó de «Los Baguales», divisó 
el panorama al norte: en frente un cerro de forma piramidal; 
á la izquierda y un poco más al norte los varios picos del Cerro 
Valverde; entre éste y la Cordillera nevada del occidente, un 
rio que corre al oeste, formado por dos afluentes principales, de 
los cuales uno desciende entre el Cerro Pirámide y Los Bagua- 
les costeando la Cadena del este; el otro, de mayores dimen- 
siones, corre con direccion noroeste entre los picos del Pirá- 
mide y del Valverde. El primero de los dos arroyos recibe todas 
sus aguas del oeste y que en parte tienen orígen en un lago 
cuya extension aparente era de este á oeste, con diez kilóme- 
tros de eje: el Lago Escondido, y en cuyo fondo se levanta un 
cerro característico con dos picos; el lago parecia en ese punto 
tener un brazo hácia el sud. 

El valle entre el Cerro Valverde y la Cordillera Oeste es bas- 
tante ancho pero cubierto de bosque espeso; se abre al oeste 
yes probable que se pueda llegar por él hasta Nahuel-Huapi. 
Diez kilómetros más al norte encontró restos de una poblacion 
indígena, punto conocido por Corral de Foyel, y donde el caci- 
que de este nombre hacía antes sus famosas cacerías de vacas 


salvajes ó «baguales». Regresó luego á su campamento gene- 
ral, desde donde siguió para el paso de Maiten al norte del Pil- 
quitron, por el curso del arroyo que baja de la sierra del este; 
sus orígenes están situados algo al norte en el costado oriental 
de la misma sierra. En seguida pasó á reconocer el nacimiento 
del Rio Chubut á sesenta kilómetros de la lstancia Maiten. 
Desde una altura vió que está formado por dos arroyos que 
caen de la serrania recibiendo tributarios, entre los cuales uno 
del oeste que recorre toda la Pampa de Maiten y que nace en 
los cerros al norte de la estancia. Recorrió en seguida con di- 
reecion sud la pampa atravesando el promontorio de Caquel- 
Huincul y volviendo á la Estancia Lelej: atravesó afluentes occi- 
dentales del Chubut hasta el Cerro Urahué en Fofocahuallo, 
donde el rio dobla al sud y recibe el Picheleufú y el Mavuleufú. 
Siguió al norte hasta el Lago Nahuel-Huapi por el camino occi- 
dental más corto. Desde allí se dirigió lentamente á Machin- 
chau y Roca, donde llegó el 10 de Junio. 


Considerando necesaria mi presencia en Buenos Aires y sa- 
tisfecho con la manera con que se efectuaban los reconoci- 
mientos que habia confiado á mis infatigables colaboradores, 
resolví navegar el lago en la lancha de los señores Wiederholtz 
para dirigirme á Puerto Montt y desde allí á Buenos Aires. En 
la mañana del 17 y apenas aclarado el dia, emprendimos la na- 
vegacion que solamente terminó en Puerto Blest, á las 10 de la 
noche, horas serenas inolvidables, lo mismo que los paisajes de 
las grandes ensenadas boscosas, de las islas hermosísimas y del 
fiórd imponente de murallones graníticos de mil metros, casi á pl- 
que, en cuyo extremo está situado ese puerto, que será frecuen- 
tado en dia próximo por el comercio, que aprovechará el nuevo 
camino entre Puerto Montt y Puerto San Antonio, y por los 
turistas que gozarán de los maravillosos y variados escenarios 
de esa region. Cruzando el fácil portezuelo que separa el lago del 
Valle del Peulla, boscoso, pantanoso y empinado al poniente, 
me encontré en Chile. En el valle, el señor Wiederholtz ha 
construido depósitos para el más fácil tránsito de las mercade- 
rias, en Casa Pangue, desde donde puede visitarse con comodidad 
los ventisqueros hermosísimos del Tronador, que llegan hasta el 
cauce del Peulla; excursion que practiqué con verdadero placer. 
El 20, dormí en la orilla del Lago Todos los Santos (lámina 
XXX, fig. 2) y tuve la suerte de conseguir embarcacion para 
cruzar al dia siguiente el lago y seguir durante la noche aun- 
que con lluvia torrencial, por entre las lavas y cenizas del 


Osorno y del Calbuco, los dos magníficos volcanes que do- 
minan el camino, hasta encontrar abrigada cama en la costa 
del Lago Llanquihue. Por sendas pintorescas y luego por her- 
moso camino carretero, que sirve las fincas de las colonias ale- 
manas establecidas en la orilla sud del lago, llegué á Puerto 
Varas, desde donde, en cómodo carruaje, seguí á la ciudad de 
Puerto Montt, á donde terminé mi marcha contínua desde San 
Rafael, 4 media noche del 22. 

Regresaba satisfecho con los resultados obtenidos, con cuya 
síntesis voy á terminar estos apuntes despues de resenar los 
trabajos de los señores Soot, Zwilgmeyer y Hauthal, dejando 
para más tarde los del señor Roth, realizados con excelentes 
resultados, entre Roca y Nahuel-Huapi, y los del señor Moreteau 
que habia estudiado la geologia de la region inmediata al Valle 
16 de Octubre, entre la caverna del Cerro Situacion y la Laguna 
Cronómetro. 


Il señor Soot emprendió su viaje en compañia del señor 
Hauthal desde el camino que sigue el Rio Caleufú hasta un poco 
más al sud del Arroyo Quemquemtreu, atravesando canadones 
ricos en pastos tiernos, mientras que en las mesetas inmedia- 
tas la vegetacion está compuesta de gramíneas duras. 

En la confluencia del Arroyo Chilchiuma subió un cerro, al 
noroeste, elevado de 2000 metros, cerro que está situado al sud 
de la cadena de Chapelcó v desde el cual se divisaban al sud 
los cerros hasta el Lago Traful y al noroeste hasta el Pillan 
y parte del Chapelcó, que da aguas á los arroyos Quemquem- 
treu, Chilehiuma y Chichahuay. En las mesetas del este notó 
algunas pequeñas lagunas. Siguiendo el rio encontró á doce 
kilómetros del Lago Filohuehuen, otro lago más extenso que 
no era conocido v ai que se ha dado el nombre de Lago Falk- 
ner; no pudiendo explorarlo por tierra construyó una balsa y 
con su ayuda y por tierra pudo llegar hasta su fondo, en el 
cual desagua un rio de un kilómetro que nace en otro lago 
situado más al oeste, nuevo tambien para la geografia y «que 
ha recibido el nombre del piloto Villarino. Esos lagos son her- 
mosísimos, como lo indica el paisaje del Lago Villarino repro- 
ducido en la lámina XXXIII. 

Subiendo á una loma observó que á algunas decenas de ki- 
lómetros más al oeste de este último lago se levantaban altos 
cerros nevados, los que supuso forman la division de las aguas 
de la Cordillera. Notó tambien que al fin del primer lago se 
extiende una quebrada bastante ancha y con poco declive en 


— 330 — 


direccion noroeste, produciéndose probablemente en esa depre- 
sion la reunion de las aguas de los lagos situados más al oeste 
del Lago Metiquina. Se dirigió en seguida por la quebrada del 
Rio Traful al lago del mismo nombre (lámina IX, fig. 3). No 
pudiendo orillarlo por tierra construyó una balsa, y junto con 
el señor Hauthal navegó hasta su extremo por el brazo norte 
(lámina XXXIV). En la orilla sud de éste ascendieron un cerro 
de 800 metros sobre el lago, divisando al norte el Pillan, al sud 
el Pantoja, al oeste los cerros Cuervo, Puntiagudo, ete., y los 
nevados que desde éstos se extienden hasta Puyehue-Falso; el 
todo presentaba un conjunto de cerros ásperos y muchas que- 
bradas: al norte se divisaba uv lago. 

Aprovechando un temporal del oeste y sirviéndose de la 
carpa como vela, regresaron al Rio Traful. El lago del mismo 
nombre tiene mucho fondo y está rodeado de alturas conside- 
rables cubiertas de espesos bosques; la temperatura de sus aguas 
es de doce á trece centígrados. Las maderas de sus bosques 
podrian ser llevadas aguas abajo á puntos poblados. 

El senor Soot comprobó que el mapa del señor Fischer. de 
esos parajes, está en gran parte equivocado, sobre todo en los 
desagúes de los lagos Traful y Filohuehuen. No existe el Lago 
Manzana. 

Poco despues del Lago Traful cae en el rio del mismo nom- 
bre un arroyo de mucha agua y que desciende del sudoeste: 
el Arroyo Cuye-Manzana. 

Cruzó en seguida las lomas para llegar al Caleufú y al 
Valle de Maipú y desde allí á Junin de los Andes, en marcha 
para el Lago Huechu-Lafquen. 

Atravesó los cerros de la Vírgen y Malal-Cahuallo y por el 
Malleu llegó á la Laguna del Tromen, donde, en el camino que 
va á Chile á una distancia de siete kilómetros, más ó menos, 
encontró las nacientes de dos arroyos, de los cuales uno se di- 
rige á la Laguna del Tromen y el otro corre al oeste para caer 
en otra laguna que desagua hácia el oeste; las nacientes de 
estos arroyos están sólo á veinte ó treinta metros sobre el nivel 
de las lagunas antedichas. 

La Laguna del Tromen en sus costados norte y noroeste te- 
nia altos cerros á pique y puntiagudos. 

Llegó el 13 de Mayo á la Estancia Ahlenfeld, en el Collon- 
Curá y lo cruzó, siguiendo la marcha hasta la bajada del Rio 
Catalin por la gran meseta, hasta el fortin del mismo nombre, 
meseta limitada al oeste por el Cerro Euquen, del cual nacen 
los arroyos Pilchumen y Piño, que desaguan en el Rio Catalin. 


— 336 — 


Observó que el Rio Catalin corre hasta ese punto por un valle 
limitado, al oeste, por la planicie mencionada y al este por el 
conjunto de los cerros Javatacan, Corral de Piedra, Charavilla, 
Chalorico y Moicalan. 

Desde el Arroyo Piño remontó el Catalin hasta sus nacien- 
tes en el Cerro Chiachil ó Chaschuil, el que más al sud toma 
el nombre de Jacatan hasta su union con el Cerro Kuquen que 
poco á poco se levanta hasta la confluencia del Aluminé con el 
Catalin, formando así una cadena de sud á norte entre los dos 
rios, siendo el punto más culminante la cumbre del Chaschuil. 

Hizo estacion topográfica en el Cerro Janículo al este del 
Rio Catalin y habiendo entrado por las quebradas Lapa y 
Honda, bajó al Arroyo Picunleufú que nace del Chiachil. Cruzó 
este arroyo y tambien el de Nireco; costeó la pequeña Laguna 
Blanca y en direccion á Codihue, acampó cerca del Arroyo Ca- 
rreri que nace al lado norte de Chaschuil. Cruzó en seguida 
Llamuco, teniendo al oeste el Cerro Palomahuida, continuacion 
de Chaschuil al norte, para llegar á Codihue, desde donde re- 
aresó el 26 de Junio á La Plata por el camino de Roca. 


El señor Zwilgmeyer se dirigió desde el Lago Lacar al 
Cerro de Chapelcó, pasando por el portezuelo Pil-Pil (1150 m.) 
del que se desprende el Arroyo Pil-Pil que cae al Lago Lacar; 
cinco kilómetros más al sudeste cruzó el Arroyo Chamanico 
que nace en el interior del macizo y cuyas aguas corren al 
Lago Metiquina que desagua por el Rio Caleufú. Llegado á la 
confluencia del Rio Caleufú reconoció los afluentes del lago; 
remontó el Rio Chilchiuma hasta sus nacientes y desde un cerro 
inmediato (2100 m.), prolongación del Chapelcó, divisó el Ca- 
leufú, el Collon-Curá y el Quemquemtreu hasta las humaredas 
del pueblo de Junin. Observó que entre el Rio Chapelcó y el 
Rio Collon-Curá hay lomas de poca altura. 

Siguió despues por el lecho del Arroyo Manzano hasta el 
Caleufú, remontando el Rio Metiquina y alcanzó el lago del 
mismo nombre, cuya latitud determinó en 40" 19” 3/. Costeó su 
afluente más importante, que baja del oeste, hasta encontrarse 
con el Lago Machonico, donde, desde un cerro inmediato 
(2060 m.), pudo hacer una estacion azimutal con el Cerro Pillan. 
Por la visual extensa que se gozaba desde ese punto, pudo 
observar que el Chapelcó se levanta aislado y separado de la 
Cordillera por los valles de Pil-Pil y Metiquina. Las serranias 
entre el Lago Lacar y el valle de Machonico se levantan bas- 
tante elevadas cerca del punto de observacion. 


— 337 — 

Observando que caia en el Lago Machonico otro arroyo que 
era desagúe de un segundo lago, trató de explorarlo en una 
balsa improvisada, pero no pudo navegarlo por lo récio del 
viento, consiguiendo sólo llegar por entre el bosque hasta su 
fondo donde recibe un arroyo que baja del oeste, probable- 
mente del Cerro Queni. 

Habiendo observado al oeste un tercer lago llegó hasta él, 
pero como supuso que se trataba del Lago Filohuehuen que 
debia estudiar el señor Soot, retrocedió en su camino para 
llegar á Maipú el 23 de Marzo, desde donde, segun sus Ins- 
trucciones, debia estudiar la cadena de Ipela. Visitó Trompul, el 
Lago Lacar (lámina XXXV), Camalalhue, Quetehuquina, Hua- 
huma, atravesando campos fértiles hasta llegar por el norte á 
Ipela. Subiendo al portezuelo reconoció la pequeña laguna Neufi- 
lieu y el campamento Noalac á 1400 metros, situado en 40% 9/8” 
de latitud: ascendió un cerro inmediato de 1970 metros, de 
donde pudo fotografiar la Cordillera de Ipela (2100 m.) que se 
eleva al otro lado del valle, situado al oeste del portezuelo, y 
en el que nace el Rio Ipela (lámina XXXVI). Esta cadena se 
une al este con el Cerro Queñi y al sud con cerros de 2200 
metros de elevacion. El paso Ipela tiene 1470 metros de altura. 
Al norte de la misma cadena notó cerros nevados como el 
Riñihue y que parecen estar ligados con la Cordillera de Ipela. 
El 6 de Abril emprendió viaje á la Laguna Lolog, por una 
senda que atraviesa el Monte Trompul y llegado á ella deter- 
minó su latitud en 401'6”. Siguiendo el camino al lado norte 
de la laguna llegó al Rio Anquilco, por un valle que tiene 
rumbo noroeste, y alcanzó las nacientes de dicho rio, al norte 
de Lolog, en cerros de 2100 metros de altura. Continuó por 
una cadena bastante alta hasta Hua-huma, separada por este 
rio de la cadena de Ipela. Debido á la inclemencia de la esta- 
cion regresó á Junin, haciendo desde este punto una excursion 
en la Laguna Curhué (1030), cuyas aguas bajan de los cerros 
entre Lolog y Huechu-Lafquen. 

En compañia del señor Wolff fué á reconocer el Lago Hue- 
chu-Lafquen, tocándole á él estudiar la orilla sud. A veinticinco 
kilómetros de la desembocadura, el lago se divide en dos bra- 
zos, y siguió el del oeste hasta llegar á su fin, atravesando cam- 
pos de escorias de antiguos volcanes. 

Las cadenas que dividen las aguas en el fondo de Huechu- 
Lafquen son bajas. Los cerros más elevados como el Pillan y 
los del sud de Huechu-Lafquen, están situados á quince ki- 
lómetros más al este que el extremo oeste de la laguna; pero 


Ma 


unas leguas más al oeste notó altos cerros nevados, entre los 
cuales creyó distinguir el Quetropillan. 

De regreso á Junin ligó con una estacion azimutal el Cerro 
de la Virgen con los cerros de Pillan y del Perro, regresando 
á San Rafael, su punto de partida, donde llegó el 19 de Junio. 


El informe del señor Hauthal abarca diferentes temas que 
son difíciles de extractar rápidamente y sólo daré algunos frag- 
mentos. Sobre la geografia y orografía de la region comprendida 
entre el Volcan Lanin y la Laguna Traful, dice que alcanzó 
á subir á la cumbre del majestuoso Lanin, cerro tan caracte- 
rístico, tan típico y tan hermoso, y que la vista que desde allí 
se descubria compensaba con usura las dificultades y las fati- 
gas de la ascensión (lámina XXXVII). Como parque inmenso 
se extendia á sus piés un pedazo de la superficie de la tierra; 
esa parte del Neuquen que, por sus bellezas naturales, puede 
figurar entre los paisajes más pintorescos del mundo. 

Larga tarea seria describir todos los detalles que á su vista 
ofrecia el hermoso panorama; llamó su atencion el aspecto del 
conjunto montañoso: cordones más ó menos extendidos, in- 
terrumpidos de vez en cuando por depresiones, cuyo fondo 
generalmente es ocupado por lagunas. acompañadas á veces 
por cerros altos nevados como Polcura, Villarica, Lanin y otros, 
y Olras por macizos nevados como el de Zollipulli (si se toma 
á éste como macizo en el sentido orográfico). 

Desde la misma cumbre observó que si el lado oeste está 
erizado por tantas montañas, el del este no lo está, predomi- 
nando las líneas suaves y onduladas en lugar de las contínuas 
quebradas en zigzag de la parte occidental. 

El señor Hauthal subió el Lanin, desde donde se domina el 
vasto horizonte, volcan recien apagado y formado de andesita, 
tobas y lavas andesíticas, y estando acumulada en alguna parte 
mucha piedra pómez. 

Al poniente del volcan se extiende un cordon granítico, que 
contínua al norte y en el cual se levantan picos de bastante 
altura y de formas características. Este cordon es una parte 
del gran macizo granítico, que en esta region forma el núcleo, 
si así puede decirse, del sistema de la Cordillera, que está 
cubierto en partes por materias neo-volcánicas, las cuales en 
algunos lugares forman verdaderos picos elevados como en 
Lolog y Malalco; materias neo-volcánicas que se acumulan en 
enorme cantidad, sobre todo arriba del cordon granítico antes 
mencionado, no formando, sin embargo, sobre este cordon una 


— 339 — 


cubierta continuada, pues unas veces emergen los picos graníti- 
cos, y otras, las capas, trabajadas y destruidas por los elemen- 
tos atmosféricos, se levantan en forma de cerros y picos. 
Esta es una de las razones por qué la parte al oeste del Lanin 
presenta ese aspecto continuo de ásperas quebradas: además 
hay que agregar que en esta misma direccion forman tambien 
el relieve del suelo los volcanes Villarica, el Lanin mismo, el 
Quetropillan que se levanta entre los dos y los macizos vol- 
cánicos como el del Zollipulli. 

Al este del Lanin, le llamó la atencion el hecho de que, á una 
distancia de diez á veinte kilómetros del cordon granítico ya men- 
cionado, habia, á los lados norte y sud de los rios cerros bas- 
tante elevados con direccion noroeste á sudeste y que más que 
cerros podrian más bien llamarse cordones cortos. 

La falta de mapas le impidieron despues continuar estudio 
tan interesante, pero pudo hacer observaciones interesantes 
sobre el ventisquero del Lanin (láminas XXXVII y XXXIX). 

Al pié de esos pequeños cordones y cerros se presentan 
más al este mesetas formadas por productos volcánicos, tobas 
sobre todo, extendidas horizontalmente y con pequeña inclina- 
cion al este. Las aguas han cortado estas mesetas y se han 
escarbado profundas quebradas; mesetas coronadas á veces por 
cerros aislados como el del Perro, cerca de Junin de los An- 
des. En el oriente lejano las mesetas se pierden suavemente en 
la Pampa, lo que hace que pueda viajarse en coche con poco 
esfuerzo desde Roca á Junin. 

Desde la cumbre del Lanin habia tambien constatado el 
carácter orográfico atlántico que es caracterizado por grandes 
mesetas algo inclinadas al este, y bajo este punto de vista, la 
cumbre del Lanin es en extremo interesante por el vasto pa- 
norama que presenta á sus piés. 

Al pié, hácia el sud de este volcan, se extiende el Lago 
Huechu-Lafquen que visitó en su parte oriental, donde encontró 
que en la parte inferior el granito forma la base de las altu- 
ras inmediatas, cubierto á su vez por capas de toba. 

Los campos entre este lago y el Lolog pueden reputarse 
muy buenos para pastoreo, campos matizados de trecho en 
trecho por manchas lozanas de manzanares. En algunas partes 
abrigadas de estos campos, se cultiva tambien el trigo con 
resultados satisfactorios, pero, en general, las heladas y los 
frios intensos que se hacen sentir hasta en Enero y Febrero 
no permiten el cultivo con cosecha segura de este cereal, de- 
biendo preferirse por los futuros colonos la siembra de cereales 


A E 
y plantas similares ú las que se cultivan en los paises borea- 
les de Europa. 

El Valle de Maipú, inmediato á el de Lolog, pero más bajo 
y más abrigado, se presta más á la agricultura y á la crianza 
de ganado. 

Siguiendo viaje, en la costa norte del Lago Lolog encontró 
el señor Hauthal gneiss con rumbo norte á sud, siendo, sin 
embargo, la roca dominante siempre el granito: el gneiss vuelve 
á aparecer en la region de la Lago Lacar, desde donde siguió 
viaje al sud. Visitó con el señor Soot el Lago Metiquina, en 
cuyos alrededores volvió á encontrar como roca dominante el 
granito y pórfiro inmediato á la costa del lago. 

El Lago Metiquina es más alto y más ancho que el Lacar, 
está rodeado de cerros menos escarpados y altos que el anterior 
y la region que le rodea es más risueña y más descampada y 
en ella son muy visibles en todas las rocas los rastros dejados 
por los ventisqueros con las conocidas estrias, rocas disloca- 
das, etc., por el lado oeste, mientras que al lado este el ven- 
tisquero ha dejado grandes morenas. 

Desde ese lago siguió viaje al de Filohuehuen, despues de 
haberse encontrado conmigo en el Caleufú. 

Observó que el Valle del Rio Caleufú, mientras es muv fértil 
en su parte inferior, en la superior es muy pedregoso, corriendo 
allí el rio á veces profundamente encajonado. 

Entre el Lago Filohuehuen y el Caleufú halló grandes mo- 
renas, iguales á aquellas que observó entre este mismo rio y 
el Lago Metiquina. La depresion donde se encuentra el Lago 
Filohuehuen es muy larga yen ella hay tres lagos que forman 
una línea interrumpida por campos fértiles y pastosos. Entre 
Filohuehuen y el tercer lago, igual en tamaño al primero, hay 
quince kilómetros de campo llano, ondulado sólo en algunos 
puntos por morenas y donde la agricultura tendria más hala- 
gúeños resultados que en el Valle de Malleu, por ejemplo, que 
es más alto y más desabrigado. El lago intermedio entre estos 
dos es más chico, redondo y muy próximo al tercero mencio- 
nado. Costeando éste hasta su fin encontró, dos kilómetros más 
adentro, un cuarto lago de forma oblonga, no muy ancho y 
rodeado por cerros altos, pero no nevados; éstos se encuentran 
más al oeste del mismo. Tambien entre éste y el tercero hay 
un llano pastoso y á la izquierda una quebrada ancha, fértil, 
con pocos árboles, los que se cambian en tupido bosque en las 
faldas de los cerros. 

El campo tan abierto le hace suponer al señor Hauthal que 


SIA 


esta quebrada anteriormente haya sido ocupada por pobladores 
que quemaron los árboles y sembraron cereales: de otra ma- 
nera no sabria cómo explicarse la escasez de esencias forestales 
y los rastros de caminos que talvez se dirigen al norte: sin 
embargo, un chileno que vive al borde de la Laguna Filohuehuen, 
le aseguraba «que por allí nunca habian entrado cristianos». 

Despues visitó el Lago Traful, joya engarzada entre los bos- 
ques tupidos y llena de islas que le dan un aspecto encantador 
(lámina XL). El valle del curso superior del Rio Traful es infi- 
nitamente más fértil que el valle del Caleufú. 

Los cerros que rodean este sistema de lagos están compues- 
tos de granito blanco con homeblenda, el mismo .granito que 
se encuentra más al sud. 

Estos cerros graníticos son bastante altos, sobre todo el 
inmediato al oeste del brazo norte del Lago Traful que navegó 
con el señor Soot. En parte, estos cerros están cubiertos de toba 
y lapilli. lo que da al geólogo la impresion de que esta region 
ha sufrido en épocas recientes la accion de grandes erupciones 
volcánicas. 


Dal 


RESULTADOS GENERALES 


Aun cuando la síntesis de los trabajos ejecutados por la 
Seccion de Exploraciones del Museo, de la que termino de dar 
ligera reseña, tendrá su lugar en la publicacion de los informes 
parciales detallados de los diversos expedicionarios, conviene 
adelantar un resúmen general para completar estos rápidos 
apuntes. 

Durante los trabajos se reconocieron por las diversas seec- 
ciones, entre los paralelos de 36% y 4630” de latitud sud, y al 
oeste del 7030” de longitud oeste de Greenwich, 7155 kilóme- 
tros. Se han obtenido 3 longitudes, 328 latitudes v 201 azimutes. 
Se han hecho 360 estaciones con teodolito y 180 con brújula 
prismática, 271 observaciones trigonométricas de altura, 1072 
barométricas y se tomaron 960 clichés fotográficos, y se colec- 
cionaron 6250 muestras de rocas y fósiles y además buen nú- 
mero de representantes de la fauna y flora patagónica y objetos 
antropológicos (lámina XLI). 

Se han corregido errores importantes en la mal conocida 
ceografia de esas regiones y estudiado con detenimiento la 
orografia de la region inmediata á la Cordillera de los Andes 
y de parte de ésta, estudio que modifica casi completamente 
las ideas emitidas por los señores Serrano Montaner, Steffen, 
Fischer y Stange, en sus diversas publicaciones respecto á la 


Saa 

topografia de esas regiones, y principalmente en el folleto pu- 
blicado por el primere, con el título de Límites con la República 
Argentina (Santiago de Chile, 1895) y en la Memoria é Informe, 
relativo á la Expedicion Exploradora del Rio Palena. Diciembre 
1893 á Marzo 1894 (Santiago de Chile 1895), que contiene los 
trabajos ejecutados por los segundos durante esa interesante 
expedicion. 

Se ha reconocido para un plano en escala de 1 á 400.000 la 
region entre el Rio Limay y los lagos Lacar y Nahuel - Huapi, 
completamente desconocida antes de los geógrafos y que será, 
sin duda alguna, colonizada tan pronto como la Nacion decida 
fraccionarla y entregarla al verdadero colono. Los valles regados 
por los afluentes del Caleufú y que contienen los lagos Meti- 
quina, Hermoso, Machonico, Filohuehuen, Falkner y Villarino, 
pueden ser aprovechados inmediatamente para colonias agrí- 
colas y pastoriles que comprendan desde el Lago Lolog hasta 
las serranias que separa la hoya hidrográfica del Caleufú de la 
del Traful y la de éste, que contiene tantos valles abrigados y 
pastosos, á orillas del Lago Traful y de sus afluentes; mientras 
que puede formarse con los terrenos de la márgen norte dei Lago 
Nahuel-Huapi y los de los lagos Correntoso, Espejo, Totoral, etc., 
otro centro agrícola-ganadero de gran importancia. 

Se tiene por primera vez un plano preliminar exacto del Lago 
Nahuel-Huapi que aparece muy distinto del figurado hasta 
ahora en los mapas, y se ha estudiado la zona al sud hasta 
el Palena, los fértiles valles del Manso, los afluentes del Puelo, 
el Maiten y la red hermosa de los lagos Cholila, Rivadavia, 
Menendez, Fta-Lafquen y Situacion, los que, ó eran desconoci- 
dos, Ó no tenian colocacion exacta en la geografia patagónica. 
Se ha comprobado que el Fta-Leufú es el mismo rio que el 
Frio y por lo tanto afluente del Palena; se ha levantado el 
plano general del Valle 16 de Octubre, estudiado el curso del 
Carrenleufú, desde el punto extremo alcanzado por los explo- 
radores chilenos hasta sus fuentes en el Lago General Paz y 
en las colinas y bajos del oriente, y demostrado que no existe 
allí cordon alguno de la Cordillera de los Andes. 

Se han estudiado con detenimiento las llanuras donde tienen 
orígen los afluentes del Rio Claro que desagua tambien en el Pa- 
lena; verdaderas llanuras en las que se forma la division inter- 
oceánica de las aguas, á un centenar de kilómetros por lo me- 
nos, al oriente de la Cordillera de los Andes. 

Se han explorado los lagos Fontana y La Plata, hasta las 
proximidades del Océano Pacífico, en donde los limita el cor- 


don andino propiamente dicho: las regiones donde nacen los 
afluentes del Aysen que desagua en el Pacífico y los afluentes 
del Senguerr, Mayo, Chalia v Guenguel, en condiciones seme- 
jantes á los afluentes del Rio Claro, confirmando lo que siem- 
pre he sostenido, es decir, que la division interoceánica de las 
aguas se produce en el extremo de este continente al oriente de 
la Cordillera de los Andes y que corrientes que antes desagua- 
ban en el Atlántico, se vacian hoy en el Pacífico, y demostrado 
que aun hoy, hay épocas en que esas corrientes se dirigen á los 
dos rumbos, dependiendo este fenómeno de las crecientes prima- 
verales. Se ha explorado el seno oriental del Lago Buenos Aires 
y el Rio Fénix. 

Se ha estudiado la manera de aprovechar todas esas regio- 
nes indudablemente argentinas, para la colonizacion, para la 
cual se prestan admirablemente; tierras que pueden convertirse 
en centros productivos de primer órden y en poco tiempo, siem- 
pre que cese la actual forma de distribucion de la tierra pú- 
blica y se entregue ésta á los que puedan hacerla valer por el 
trabajo personal. Y, por fin, para completar este cuadro de inm- 
vestigaciones, se han estudiado las mejores vias de comunica- 
cion posibles entre los Andes y el Atlántico. 

Esas vias tienen dos puntos principales de partida: Puerto 
San Antonio y Telly Road (lámina XLII.. 


Los datos que he reunido desde 1879, indican que al Puerto 
de San Antonio pueden penetrar buques de veintiun piés de 
calado, siendo de veintidos el menor fondo encontrado y esto 
en pequeños espacios, al sudeste de Punta Villarino, que no ofre- 
cen dificultades al dragado siendo blando el fondo, con lo que 
podrian entrar buques de veinticinco piés y aun más. La Punta 
Villarino es punto importantísimo para construir fortificaciones 
que cierren completamente el puerto. El agua potable se obtiene 
por medio de pozos de cuatro á cinco metros de profundidad y, 
si se habilitara el puerto, seria fácil traer por un canal la del 
Arroyo Balcheta, mientras no se construya otro desde el Rio 
Negro. como ya se ha proyectado. 

Si se resolviera la construccion de ferro-carriles desde San 
Antonio, éstos deberian dirigirse: 

12 A Viedma sobre el Rio Negro (150 kilómetros). Su cons- 
truccion no seria costosa. Los campos que atravesarian son 
pastosos por lo general. El agua se obtiene por medio de po- 
zos. En la proximidad á la costa los campos son buenos y el 
agua es más abundante. La lena de arbustos no falta en nin- 


guna parte. Este ferro-carril transportaria al puerto los pro- 
ductos del Valle del Rio Negro con menos costo que cualquier 
otro que se construya. ls sabido que el Puerto de San Blas 
no tiene la seguridad del de San Antonio y que la barra del 
Rio Negro no permite el paso de buques que calen más de doc 
piés, y esto sólo con buen tiempo. 

2% A Choelechoel por la márgen sud del Rio Negro. Acercaria 
los productos de este largo valle y de las mesetas vecinas al mar, 
con mucha mayor economia que por la via del ferro-carril de 
Choelechoel á Bahia Blanca. Los datos reunidos señalan facili- 
dades para un canal entre las inmediaciones de Choelechoel 
y San Antonio, y tambien seria ventajoso llevar el ferro-carril 
por el mismo bajo (170 kilómetros), para traer al mar los pro- 
ductos del oeste y noroeste del Rio Negro, con mucho menos 
de la mitad del recorrido que hay entre Choelechoel y Bahia 
Blanca (500 kilómetros). 

3 Ramal á Nahuel Huapi (560 kilómetros). Los campos que 
atravesaria esta línea, si bien no pueden compararse con los de 
la Provincia de Buenos Aires, permiten, sin embargo, y con 
éxito, la cria de ovejas y vacas, existiendo ya establecimien- 
tos ganaderos en todo el trayecto. listos campos son más 
tendidos al norte que al sud, donde el terreno es alto y que- 
brado, con cañadones profundos, con pastos y agua. ll valle 
del Arroyo Balcheta tiene buenos pastos; puede ser regado en 
parte, v en él se desarrollará un pueblo el dia que lo cruce el 
ferro-carril. Al sud de este valle hay otros pastosos con agua 
donde empiezan á criarse ganados, principalmente en el curso 
superior del Arroyo de la Sierra de San Antonio, en el Arroyo 
de los Berros y Arroyo Verde, puntos que se comunican con 
Balcheta y San Antonio por caminos carreteros. 

En el año pasado se remataron más ó menos cien leguas de 
tierra fiscal en los campos que cruzará la línea, y el término 
medio que se obtuvo fué de tres mil quinientos pesos la legua. 
A medida que se interne al oeste el ferro-carril encontrará me- 
jores campos, antes de llegar á Maquinchau, donde está esta- 
blecida la Compania inglesa de tierras del sud. Al sud de este 
campo, hay campos hermosos, en los valles y cañadones de un 
macizo montañoso que allí existe. Como hay camino carretero al 
Chubut, seria fácil el transporte de productos hasta la línea. 

Desde Maquinchau hasta Nahuel -Huapi, los campos son n1e- 
jores que al oriente, y en las quebradas y cañadones pueden 
establecerse puestos de ganados, conservando en ellos durante 
el verano los pastos, mientras las haciendas comen en los altos 

Tomo VIII. O 


(q) 


— 346 — 


lomajes casi siempre pastosos. En Nahuel-Huapi los campos 
se dividen en prados y bosques y los animales vacunos, yegua- 
rizos y lanares se desarrollan bien; ya hay allí algunas estan- 
cias. Es mayor el área útil para el ganado vacuno, que el que 
puede aprovechar el lanar y el yeguarizo. Los ganados pueden 
vivir en todo tiempo en aquellas regiones desde Junin al sud. En 
el extremo oeste de Nahuel-Huapi existe ya un puesto con qui- 
nientas vacas (Potrero Huber) y se cultiva el trigo, cebada, papas, 
cebollas, habas, etc. Abundan entre las montañas, valles her- 
mosos donde los animales vacunos se desarrollan admirable- 
mente, sobre todo al sud de Nahuel-Huapi, en los valles regados 
por los afluentes del Rio Puelo. En uno de ellos hay estancias 
con dos mil vacas, llevadas allí por hacendados de Valdivia. 

Los alrededores de Nahuel-Huap1i se prestan admirablemente 
para colonias agrícolas y ganaderas. Viven ya algunos colonos 
alemanes que prefieren esos campos á los de Chile, habiendo 
emigrado de la Provincia de Valdivia para establecerse en el 
lago argentino. 

Durante mi paso á través de las colonias del Lago Llanqui- 
hue, fuí consultado por muchos colonos sobre cómo podrían 
obtener tierras en esas regiones del oriente de los Andes, para 
trasladarse áú ellas con sus familias. En esas colonias son ob- 
jeto de admiracion los productos de Nahuel-Huapi, y los colonos 
que han visitado el lago no cesan de lamentarse de no saber co- 
mo establecerse en sus márgenes. La labor de los colonos alema- 
nes en el sud de Chile, es dura y cara y el resultado casi nulo. 
He hablado con colonos que han vivido allí cuarenta años sin po- 
der adelantar, á pesar del contínuo trabajo. Cada colono antiguo 
tenia derecho á cien cuadras cuadradas de tierra, pero el costo de 
desmonte, sin extraer los troncos, es de cien pesos la cuadra; las 
concesiones actuales son de cincuenta cuadras. Las chacras en 
Llanquihue son pequeñas y húmedas, lo que no permite á los 
colonos desarrollar sus energias. Además, el clima extremada- 
mente lluvioso hace que las cosechas sean siempre pobres, mien- 
tras de este lado de los Andes, sucede lo contrario: el trabajo de 
labrar la tierra es más fácil y la cantidad de lluvias mucho menor. 

No tengo la menor duda de que el dia que se entregue á la co- 
lonizacion la tierra fiscal, comprendida entre el Lago Lacar y el 
Lago Buenos Aires, en una extension de norte á sud de ocho- 
cientos kilómetros, se poblara rápidamente, siguiendo el ejem- 
plo de los colonos del Valle 16 de Octubre, los que consideran 
esa region muy superior al valle del Chubut, inmediato al 
Atlántico. La explotacion de los bosques vecinos ú Nahuel- 


Huapi, comprendida la de los que abundan en las nacientes del 
Caleufú y Traful, darán trabajo á los colonos durante muchas 
decenas de años. La explotacion de los situados sobre las már- 
genes del lago y delos lagos inmediatos que desaguan en él, puede 
hacerse con suma facilidad. Las mismas islas del lago abundan 
en cipreses y coihues; árboles que predominan en la region 
boscosa, mientras que los alerces sólo se les encuentra en los 
cajones, del oeste del lago, pero en cantidades que permiten ex- 
plotacion provechosa. 

En el sud de Chile, en los puntos donde la explotacion era 
fácil, ha desaparecido totalmente el alerce, sin que se encuentre 
ahora un solo árbol; hay que buscarlos, dentro del seno de Re- 
loncavi y en los fjórds de más al sud. Esta madera blanda y 
de color parecido al del cedro del Paraguay, se usa para las 
construcciones en Chile, donde es raro el ciprés. El coihue se 
emplea para durmientes, siendo madera de resistencia. En Chile 
es considerada como la mejor madera para ese objeto. Hay 
otras maderas de construccion, pero tienen menos desarrollo 
como el canelo y el maniu, etc. 

La exportacion de las maderas de Nahuel-Huapi deberá ha- 
cerse por el ferro-carril de San Antonio. Si bien el Rio Limay 
puede considerarse navegable, una vez extraidos los peñascos 
que forman sus rápidos, no lo será en todo el año, y no admitirá 
el descenso de grandes balsas, á causa de sus numerosos bancos 
movibles en su tercio inferior y en el Rio Negro. La madera 
arrojada libre á la corriente varorá en las playas y se reque- 
rirá un inmenso personal que la endilgue nuevamente. Además 
el recorrido es muy largo y el remolque á vapor será siempre 
peligroso por los mismos bancos. Esta madera flotante tendria 
que ser embarcada en la cabecera del ferro-carril en la con- 
fluencia, ó en el Cármen de Patagones. y ya he señalado las 
dificultades que presenta la barra del Rio Negro para los buques 
de algun calado. Siempre será más económico su transporte 
por el ferro-carril barato á San Antonio. 

El corte podria empezarse inmediatamente en las islas del 
lago, en los cipresales que darán miles de postes para telégra- 
fos, y en los coihuales de las mismas que darían durmientes para 
la línea. Los bosques son muy extensos y no hay temor de 
(que se agote la madera. 

4% Desde Cumallo, se desprenderia un ramal hácia Valdivia, 
eruzando el Limay por una de sus angosturas al sud de Collon- 
Curá, el que llegaria á Junin de los Andes por las márge- 
nes del Collon-Curá, hasta el Arroyo Quemquemtreu y luego 


— 348 — 

por las quebradas de la meseta, hasta el Valle del Chimehuin. 
Ese ramal serviria toda la region fértil del sud del Territorio 
del Neuquen, cuyos extensos valles podrán ser aprovechados 
para la agricultura, siendo los canales de riego de fácil cons- 
truccion. Así toda la hoya del Caleufú hasta los lagos de Me- 
tiquina y Filohuehuen y la hoya del Traful, el hermoso campo 
de Junin y el Valle de Maipú se poblarian inmediatamente y 
darían carga abundante. Hoy, sin medios de comunicacion, se 
está formando un centro importante de comercio en Junin de 
los Andes y á mi paso por allí, encontré comerciantes de Val- 
divia que iniciaban ya la instalacion de una destileria. Todos 
esos campos son aptos para hacienda vacuna y lanar. 

Este ramal continuaria de Junin á Chile, sea por las ori- 
llas del Lago Huechu-Lafquen ó por el Malleco, por Trancura, 
Quetropillan y Villarica, empalmando con el longitudinal de 
Santiago á Valdivia, en las inmediaciones de Villarica, po- 
niendo así en comunicacion, todo el año, el Sud de Chile con 
el Atlántico. 

Entre Valdivia y San Antonio hay menos distancia que entre 
Valdivia y Santiago de Chile. Este ferro-carril no exigirá gran- 
des obras de arte, ni tendria túneles de alguna importancia, pues 
el paso más elevado no excede de mil metros. Además, en el 
lado argentino, serviria para llevar al Atlántico los productos 
de toda la falda, desde el Bio-Bio hasta el Maiten. El flete 
será menor para los centros productores del norte hasta Codihue, 
que el que tendrá que cobrar el Ferro-Carril del Sud, si pro- 
longa hasta los Andes la línea de Bahia Blanca á la con- 
fluencia de los rios Limay y Neuquen. 

La línea entre el Puerto de San Antonio y la ciudad de Val- 
divia no alcanzará á nuevecientos kilómetros, distancia menor 
que la que recorrerá el ferro-carril Bahia Blanca-Confluencia, si 
se le prolongara hasta Codihue. 

La línea de Nahuel-Huapi serviria tambien á las colonias 
que se formen entre dicho lago y el Valle del Maiten. Hoy los 
carros desde 16 de Octubre emplean por lo menos dieciocho dias 
de marcha hasta Rawson, capital del Territorio, atravesando 
campos estériles en sus cuatro quintas partes. Hay camino 
carretero entre Nahuel-Huapi y 16 de Octubre. 

No seria posible. sin enormes gastos, prolongar un ferro- 
carril hasta el Pacífico por Nahuel-Huapi, pero la navegacion 
de este lago es cómoda y el gobierno chileno construye un ca- 
mino carretero entre el Lago Todos los Santos y el Boquete 
Perez Rosales, inmediato á Nahuel - Huapi; camino que podrá 


ASAS 


transitarse durante todo el año. La navegacion del Lago Todos 
los Santos es fácil, y en su extremo occidental principia el ca- 
mino carretero que llegará á Puerto Montt, costeando en partes 
el Lago Llanquihue; este lago está servido hoy por vapores que 
ligan las colonias alemanas de sus márgenes. La distancia 
entre Nahuel-Huapi y Puerto Varas, en el Lago Llanquihue, 
es de 170 kilómetros y de menos de 200 hasta Puerto Montt; y 
260 kilómetros hasta la ciudad de La Union, unida por ferro- 
carril con Valdivia. 

Ligada por ferro-carriles la parte andina de los Territorios 
del Neuquen, Rio Negro y del Chubut con el Puerto de San 
Antonio, será éste en el futuro para aquellas regiones lo que 
es hoy el puerto del Rosario para el norte de la República, y 
si á esto se agrega la fácil comunicacion con la mitad de Chile, 
la que será aprovechada inmediatamente, dadas las ventajas 
que ofrece, comparándola con las demás vias, se puede admi- 
tir que el ferro-carril de Puerto San Antonio á Chile, ofrecerá 
grandes ventajas al comercio internacional. La línea entre 
Buenos Aires y Santiago de Chile tiene 1424 kilómetros de ex- 
tension; la de San Antonio á Valdivia no excederá de 900. 


Pero el ferro-carril San Antonio y sus ramales no podrá servir 
económicamente las colonias andinas situadas en la hoya del 
Rio Chubut y Valle 16 de Octubre. Tampoco habrá convenien- 
cia en llevar una línea férrea desde Rawson hasta los Andes, 
porque las tierras que cruce, en sus dos terceras partes, son 
de pequeñísimo provecho, si tienen alguno. 

La única via posible entre el Atlántico y la region andina, 
entre los grados 42 y 47, es la que tenga como punto de arran- 
que, un puerto en el Golfo de San Jorge. Hay en este golfo 
varios puertos que requieren obras de poca importancia para 
(que puedan ser verdaderos puertos comerciales, y si bien la 
rada de Tilly (Tilly Road) será la que exija más trabajos, en 
cambio su proximidad á Ja hondonada de los lagos Musters y 
Coluhuapi y á los valles fértiles que ésta contiene, y las faci- 
lidades que presenta una quebrada transversal que conduce, 
casi, desde el Atlántico hasta el Rio Chico del Chubut, la indi- 
can com6 el punto más á propósito para cabecera del ferro- 
carril al Valle 16 de Octubre. No hay en todo ese trayecto una 
sola dificultad: las únicas obras de arte de alguna importancia 
serian dos pequeños puentes sobre el Rio Senguerr; la pen- 
diente es insignificante, y en ningun caso, en la línea princi- 
pal y en los ramales que paso á indicar, se ven desniveles 


— 3590 — 


como los que hay en el ferro-carril Gran Oeste, entre Villa 
Mercedes y Mendoza. 

Los terrenos que cruzaria esa línea son útiles todos: pasa- 
ria en gran parte por valles hermosos, que pueden contener 
millones de vacas y ovejas. La via principal pasaria por el 
valle del Rio Chico y valle de los lagos Coluhuapi y Musters: 
seguiria el Senguerr hasta la bella pampa de Choiquenilahue, 
y continuaria al norte, costeando el Rio Gennua hasta sus fuen- 
tes y podria llegar á 16 de Octubre sea por el Carrenleufú, sea 
por el Rio Tecka y abra de Esguel. Desde Esguel seria fácil 
llevar un ramal hasta el Valle del Maiten; y desde las proxi- 
midades del Lago Musters, y por el valle del Rio Mayo, podria 
arrancar un ramal al Lago Buenos Aires y á los valles del 
Aysen superior, mientras que otro se desprenderia de Choi- 
quenilahue, por el valle del Rio Senguerr hasta el Lago Fon- 
tana. 


No creo que se deba pensar por ahora en una via férrea 
longitudinal entre el Neuquen y el Estrecho de Magallanes, pues 
seria muy costosa, y el flete, por el recorrido enorme que su- 
Íririan los productos de 16 de Octubre hasta Bahia Blanca, 
seria mucho más alto que el valor de esos productos; pero las 
que indico, arrancando desde San Antonio y de Tilly Road, son 
factibles, y pueden ser construidas con toda economia. 

Si estas líneas se construyeran á la manera de las que se 
tendieron en los Estados-Unidos cuando la conquista del Far 
West, darian en muy pocos años interés crecido al capital em- 
pleado en su construccion. 

Con la poblacion de Patagonia habrá armonia en los ele- 
mentos que constituyen la Nacion, v por lo tanto grandeza para 
ésta; y como para poblar esos territorios tan ricos como aban- 
donados, hoy sólo se requiere un poco de buena voluntad y de 
atencion por parte de los poderes públicos, para divulgar las 
riquezas que encierran y las facilidades que hay para aprove- 
charlas, no dudo un momento de que esta aspiracion de todos 
los argentinos se realizará en breve tiempo. 


APENDICE 


AIDA IS 


Observaciones del señor Enrique Wolff 


LUGAR LATITUD SUD 
Cañada Colorada (Malargúe), Patio del Molino....... 3552742 
» » » » 3572757 
ARLOYO CaluCO. 2. cai ORO ÓS 36 29'07 
Norte del Rio Barrancas. 36"44'08”" 
Norte del Arroyo Butaco ....-..... 365304” 
Estancia «La Argentina» 3805*%07” 
Rio Butahuao......... es a 3871230)” 
RiofBa hue (Cheo. iaa is 382040" 
Pulmari (Casa de Felipe Keen).......... 3905'29” 
Sudoeste de Quillen . ...... A A AMBAS 39"23'40" 
Estancia Quiles eS Ad 3922'45” 
Rio Aluminé...... Lie diran E aa. End 393515” 
O a Io e da elias OOO : 394744” 
Junin de los Andes (Plaza)..... apa 3057 DI 
Rio Caleufú (Tolderias antiguas) ...... c........ 40.24 10” 
Norte del Rio Caleufú................. 402252” 
Rio Caleufú (Campamento Roth). 40 30'10” 
NOR Bratol (Sour clpuesto lesa ol Lea ries ales e leia 404131” 
Rio Cuyé-Manzano .... ...... a TA Noa 40"45*35” 
Cerro Sud del Rio Cuyé=Manzano ...o..iococorcooo encoco E : 404745” 
Cerro Colorado, Norte de la punta Este del Lago Nahuel-Huapi. 405340” 
Nariz al Oeste del Arroyo Castillo, Nahuel-Huapi.......... boo On 41 04' 
Estancia de Juan Jones, Nahuel-Huapi .......-. AAA AOS IARA 
ErenteralGernro de la Peninsula... deca ta o ad 405702” 
ESTaC Paco: COrrentoso a area dodo aaa z 4044 23” 
NarzaliOeste del (GOrrentosO...2. blemas is ae ie a 40'43'30” 
NonterdelGerro MIador caia een a 404016” 
GCerrofMirador: Paso ¡Puyehde. aaa aaa ei Ha 40"41*18” 
Potrero Huber, Nahuel-Huapi. ..... O A 404331” 
Pacuna del Espejos taa al ns late A A E 404136” 
NorteldellalEagunardellENCanto to ate anios a 403717” 
Oeste de la Laguna del Correntoso.-.... .... 403645” 
> » » dalla la lalala 40 36'20” 
Potrero Huber, Nahuel-Huapi.-...... ia 40"43'28” 
Sa Croce Ga Ea acc naodO A AOS 
Beninsulalcerca des la: Estacionide AZUL aaa ida da a 405815” 


Estacion Azimut en Península, Nahuel-Huapi. +... oo ..00oo 0.0... 
Este del Arroyo Castillo, Nahuel=Huapi ......oo ooccerreoconoo 
Buestota Oeste del Rio Lima a cs 


405810” 
4101*39” 
40'56'06” 


— 302 — 


Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) 


LUGAR 


Rio Limay, cerca dos kilómetros de la junta con el Traful.. 
Quemquemtreu, dos cuadras al Norte del Puesto Putkammer .. 
SudideJunintdellos Andes os o S 
Desembocadura del Rio Chimehuin de la jara E EE 
'ATTOYItO CRANE OMLIa lo ole ad 
Oeste de la Laguna de Huechu-Lafquen ..... 
Arroyo Paimuin, Huechu-Lafquen 
Vuelta del Rio Chimehuin........ IS a AE 07 56004 
Norte del Rio Malleu . 
Este del Paso de Palau- Raid 
Chosmalal (Esquina de la plaza)... 

Papa oo 
Este del Paso de las Bardas (Rio Colorada]! 


LATITUD SUD 


40%43"34" 
40 1224” 
39"59'28” 
39"47'45” 
O 
39'42*28” 
39"40'39” 
3954 10” 
AO 
38"53'29” 
37'2238" 
31791728 
37"10%03” 


Oj dE Su O im oa A 364454” 
Puesto de la MARGA SOSA 
NoresterdGorralitos 36'09'08” 
Cerro Noreste de Corralitos.. 36'"08'52” 
Punta del Agua al Noreste de Cerro Nevado: SSA 
Estendel*AguaidlaMula o as ; AS 
Azimuts por el señor Enrique Wolff 
LUGAR AZIMUT DEL SUD AL OESTE 

Norte del Rio Butaco ...... Osio DARE Canas Cerro Layer 231573810585 
Cerro Batea Mahuida . ....... ÑO >» Pilla e 205524” 
Loma al Sudoeste de la ERA Quillen CORnaS do ME asada turnos 60'29* 
Junin delos Andes (Plaza) caco NO ares o 270457" 
Meseta al Norte de Rio Caleufú........ a > Plan 1404408” 
Cerro al Sud del Rio Cuyé-Manzano-......... »  Tronador..... 565516” 
Norte de la Punta Este del Lago Nahuel-Huapi > Plan 16922 177% 
Nariz ¡al Oeste del Correntoso. o. aio as » Catedral a SAO Noa 
Corro Md A Eos 197 06'52” 
EGUAa cal sucereny dsseoterotnpcranas » Pirámide. 138"26'15” 
Norte de la Laguna del Encanto ....... ..... O: a UAO yd 1863342” 
Sud del Cerro de la Península Nahuel-Huapi. LONA OS ASIA 
Sud de Junin de los Andes. ......... Torre Capilla anio soe 208"24'46” 
Desembocadura del Chimehuin de la Laguna 

[METAS LAO Ms cossrasponsocuansnósccesoos (CURAN so roprorosios 124540 1.9% 
Oeste de la Laguna Huechu- o A 21 O AM ota SOS ADS 
Arroyo Paimuin (Huechu-Lafquen) ....... 0... A 2410207200 
Vuelta del Rio Chimehuin...... á EN ab o IS 22 ON 
Nortero Mall AS oe » del Perros oapas) os 4 30'44” 
Pa dl Y ALAN ee OO AS TAS 
Norte del Rio Colorado (cerca Paso Las Bardas) EVO sa nouva 196'05'21* 
Ojo del Agua.. Sierra Chacha-Huen 3244802” 
Puesto de Matancilla.. Cerro Nevado........ h ga 250 
Cerro Colorado al Norte de ito Ir: é IN eya o 167'53'29” 


LUGAR LATITUD SUD 
Cañada Colorada, primera Observación .....0.o.0o.ooooo..momoooio errores 352728 
» » segunda » A ES 352742” 
AN dt o o ORO ON2ADA 
PTA GhOIque osa enel Sbus Gosera ran scr codons nas Ds 36"19'18” 
Ravel SEL sogsbcosse posto oadb as JORG COGE Ohodapasapar FP OODo Diada 3640” 
Laguna Rodeo Tromen.. ......... DOG 
Ghosmalalo bo CASIO TOO 37'"22'08 
ESA AAA a ad as 38"06'51 
¿2% CIA eco ouradecn dotar beaooc a oocobecada ai ORO CAADOS 38"47'17 
Cerro Batea-Mahuida 38"48'35 
Junin de los Andes.. 305656 
Galenfús Manzano... enmosoars seves 40'"22'59 
¡Erro rcsrca de o a 402152 
EMONE RUE CAE MEA de caleoeearo io helo allas letal a ella mba area ia 40"28'20 
Metiquina, primera Observación .....0...o.... 40'19'009 
» segunda » Hou ra. Deol asa UOC oa Andon 40"19'28 
IEBRODICOLS barda yo loja ate aran ds ao 402132 
PUéPil o... a ones 6 Diet ON 401138 
Ata Eluma (acar).. coo aser o a aan aseos ACOSO CO ANIR ESO Mos 4007'18 
Poiadoln o estessaca peo bbno AGO DO baS ro ocaso Aoc NOAN 400948 
¡GerrofcercalGamala peda oscaceraisso sas senal ateos 400611” 
Tolderia Curu-Huinca, primera ODServaciON .....ooo coocoooscocccoo corrccnnos 40"09'51 
» » segunda A SPC CARO e 40"09'409 
GoruilleraRGbapalco ale aia dal asias MA 40"10'42 
¡Nacimiento ATroyO! Chapelcón. ciencosocneaen na canoa 40"09'08 
Lao NOR e sógdoso tapados dar Bo oa AAA 40'"01'38 
NACHO NRO RA Co a aa daa a a a 39"52'409 
Desembocadura Lolog, primera Observación. ......ooooooooococooaccnnonnross 400422” 
» » segunda A a a adi 400408” 
ion 61 Abad nbosño don "oraboo nono PRO cobO aso iAnO 39'56'"20 
NORe Coca Cinca tosss obcco pas sonoc asado OA EbEOaS 30"52'08 
SerrofentreJuninay Cerro Perros ed ada 30"57'59 
Mitad Huechu-Lafquen, costa sud......... dae oa 30'"46'37 
Fin Huechu-Lafquen, brazo sudoeste... ...... RAS A a IT: 30'"48'10” 
3000 metros norte Desembocadura Huechu-Lafquen-......--. 39'45'08 
NI a as tas alle 304141 
AEREAS ca o A 38"58'36 
Norquin. ....... 3:74:37 30 


Sud del Rio Neuquen. Chosmalal....... 
RIO NColora do saetas 

Campamento T....... 
Agua de Diaz.. ... 


37:02 %0 10 
MUDA 


Observaciones del señor Eimar Soot 


LUGAR LATITUD SUD 
GeneraliRoca (Hotel Mac Sas 390234” 
Campamento Isla (en Rio Limay, 8 cuadras bajo Fortin Nogueyra).......... SOTA 
ANOS la aa osas 4011738” 
Campamento H—Rio. Call ae 402334” 
Loma al nordeste de la Estancia Ahlefeldt 400622” 
Gerroalinorte deliRio Cal 4021752 
Campamento camino á Lago Traful (arriba). ...oooooo cooororcrono orrrneros 402950” 
Laguna Pala O 402843” 
Cerro al sud del Lago Traful . ......... OS adenee cade ap nodo cadabo O 40 "40'20” 
Lago Traful tan lt Re : 403936” 
Loma entre Rio Limay y Caleufús ..o..m.. o o.... as: 403305” 
Campamento Santo iDOminBO mande ela o ella co.oulsos 300 = 
Cono o OT SOS TOD 
Loma al oeste de Junin (correspondiente da la estacion « 16 de Abril») ...... 305608” 
Lago ron ii aca 30 
En el camino al este del Lago Springler ....... coccccccooccccnoo 393315” 
Toma'al' norte dela Estancia Enchelmen te aranceles elos Dalai 39'35*38” 
omaralfesterdel RIO COLE ds 400516” 
Estancia Alle a oa SE 400653” 
Campamento Rio CataliL.-00cocccono coco coo: AI 393940” 
Lomita en camino á Magin N” 1 ...... 39/3674.3” 
Campamento Magin N' 2 39"30'46” 
Campamento Arroyo Piño 392718” 
Gerrito Gato a 39 30'55” 
Cerrito al Este del Río Catalin (cerca del Cerro o 391805” 
Al oeste del Cerro del Plato... ... ... 3851” sy 
Campamento Arroyo Leucullin.. 38"48'01” 
Campamento Zapala. ....... ..... SSA 
Gampamento Santo Domingo. oceooo corea IR A 402347” 


— 309 — 


Observaciones del señor Alfonso Schiórbeck 


LUGAR LATITUD SUD 
General Roca (patio Hotel Macchi) .......--. Srsd6L duorospody + conoanos- 0brode 3igro3'14"” 
Cabana (MUicnadras alo este ataca: ACOSO SE OGBSTOS 31850 QUO 
Arroyito de Rio Limay (casa nueva del chileno) .....coooo eorecooorrorororos 390528” 
hac iS JERES ca)escas E ue sebbuo a repon reso caoo Don aDo OS AS 391438” 
ErcOa (NO Ie v)sedooreo donocsunobbaE O des AONEOAE 39"30'36” 
Puesto Quilquihue (media legua al oeste de la confluencia) . ....-.. 400235” 
Leo pcr (EA CA ip en aosanac suas cosporoo od oo ROOUOOO PISOS USLASOE 400902” 
Cerro Corral de Piedras (media legua al sudeste del portezuelo) ....... ...... 40 "10'2 
Rio Quemquemtreu (una legua al oeste de la confluencia) .. 0.0. 0occooocooo.. ORIO A2/8 e 
Rio Caleufú (siete cuadras oeste de los ranchos de la confluencia de los brazos). 40'2 340” 
Chacabuco Nuevo (unas diez cuadras arriba casa A. Nieve) .. c.o0cooooocooo-- 40'"40'36” 
Confluencia entre Rio Traful y Rio Limay . ..0.o.. eccerron me rs 404324” 
Estancia Gabriel Zavaleta (Lago Nahuel-Huapi) ......... Dozobo oacobr . . AO 2 q oie 
GexolGármen de Villegas nas aaa eee corto coopomarer Ec 410229” 
Casa Tauscheck en Nahuel-Huapi (media cuadra al norte). O OE GOR 410619” 
Cerrito-Ventoso (sud del Lago Nahuel-HUapi) + .oooooocoooororoo renos GO 410808” 
Casa Cristian Bock (Lago Nahuel-Huapi ........... osos MOR caoUrade dun 4106'45" 
Laguna Gutierrez (una cuadra al sudoeste del desagiie) ... ..0.0..oo 20... ..o... 41 10%01” 
» » (Carmpora Drertoal  d elaiaoN pa e 412.20” 
» » (Orlaforste) esa A E O OO AO OS ATL 2202 
Proa MESES ajos o Sa COD ASaROS Saulo 410009” 
Casafbansue (GRO) cara ca ea AN ABE SOLO COD aTS : : 410303?” 
IAGTO NO Ehenques-gey Uy ÍalSO noo amarse eo da a AS O Op 
Arroyo Chacayhueruca .. A de 4145%02” 
o Ca (DA) as o o e toa POCOS OAES IOGAO ES 415927” 
Caqueta io muaa: OOO AOS AS 4207'00” 
Rio Quemquemtreu (casa Reyes) ........... cdgends Bascácoeo dOPOOINODaN 41'58'38” 
Corral de Foyel (1 * py O SUETESEl o nor rcón! eboyts dOBOYE abOS ao Opa de ANTAD 
Rio Quemquemtreu (Casita Verdura) ........ .. ORO TODON SOSA ODORO ¿axo 415050” 
'ATOYO ENE queB- Bey al olaaa ojeada ibn la) deals ROTO OUNAE 41'36'18” 
'ATLONOM CU leufu O Garrubueae coo. ea elasiedelalaloleeialala) eine palo 00008. ¿boda A AO 
Lomitas Quemadas (una legua al Norte ls juntas GUrruleufld). canoso ea AO 
Nacimiento del Rio Manso (Loma sudsudeste) ....ocoococoocococooo.o oo.oo.o AZ S Or, 
Arroyo Curruleufú (un poco abajo del nacimiento del brazo este) ........... 41"26'26” 
Cerro 29 de Abril (Nacimiento del brazo oriental del Curruleufú..... ...... 4127 bo” 
Arroyo Pilcaneñeu (Los Muñecos). ..occocoo cooccoo. ls aa aaa 410816” 
A TTONO Suma yo Nacimiento) ta ra ni lalalala 410704” 
» » (casita del Francés, Ojo del agua) ..... o... ooo.ooo.o.. ESO 405141” 
Cañadon Buchabau (casa Nahuel-Chipan) .....ooococcoro no roronccnn anne 4045'46” 
» PEO (Enel) scocaros vororercuocas RS ás 403910” 
» Gra LaQQUen . uni ss a e ar AAA 4031724 
» NMencuel(casitalds hiso os emanan dle ON MATO 40"23'38” 
Michibau (casa) ...... e Ea A O 40"19'06” 
Curacó (algo norte) . ....... OL o RA 393021” 
OordelRA cuna (alsol norte). noo aero lane AS BOPA 


— 356 — 


Observaciones del señor Emilio Frey 


LUGAR 


LATITUD $UD 


'ATTroyoLepa' (Estacion La Baza saetas OS ELE IaS 


ATroyoLelej (Estacion Casa a aca Sol 
Márgen noreste (Lago NÚM. 2) .. ....ocoocoocmoo. es telas 
Pra ca o Nc » 
Margen noroeste (La coa a ar Sol 
'ANBOSTULAE PUN Soil d0bdboÓn » 
ATTOYO EPUYeL. alada tease eje jale dsYe doonabb dudas 0bb00 ada. +0 Estrellas 
ATEO yO Epuyen (Muela ideo » 
Loma losiBaguales ad Sol 
Matadero Foyel......oo.m..o: do dodons A OS TES MaS 
Arroyo Maiten.........o..-- or tgabkvan A oddaco aro abba nan » 
Esa lnea tl 900 vaso bodogosdo b039 y FONO RS RUE A » 
IE sde sa soVon suo carpas besos ono ias onidocónaa oo » 
OT) LME sopañoso a ganodadr Sol 
CUA aia: le Estrellas 
Cerro Observación. ......... Sol 


Observaciones del señor Gunardo Lange 


LUGAR 


42035" 

422336” 
4225432 
422830” 
42%22%057 
42 1222” 
4209177 
42 0540” 
ATADO 
4.:1538%01” 
415729” 
414835” 
422046” 
422149” 
AATOS 
A ISO A 


LATITUD SUD 


16 de Octubre Sol 
Valeri te o ES tLellas; 
Cabeza de Buey » 
Paso de los Indios. ........... a ALO OA SA: Sol 
Aguada de Sangre. A ES LE CÍAS 
'AguadardeliGanadon Pelado A » 
Aguada ..... dá AS OS » 
Terraplen » 
Tona ioeste depsues ON Sol 
CAMPANA Estrellas 
EStacion: Peladito eat te rie » 
Estacion sud Cholila .. Sol 
Chola Rio BtaleUU ns a TOA O Estrellas 
Rinconada talud a o al oa Sol 
Garro" Reckaestacion o lol NA E » 
RIO ORIO ia A oa Roos isos Estrellas 
Salitral Grandes bs » 
Los:Munecos toner dai nl tit TA » 
DCi ias DnoronoNbe » 
Maquina Sol 
CU a a NO Estrellas 
Chanquin Sol 
Punta del Agua Balcheta Estrellas 


PILOTAR 
4332 34% 
435014” 
4350 15 
43:43 15 
4334 49" 
ASA 
4250-14" 
42 50'50”” 
ADA a 
423813" 
42.32” 

4228270 
42 33430 
4309* 

421612” 
42 06'56"” 
4157 380% 
AO 7 
AROSA 
4104 32” 
404123” 
4035231” 


LUGAR LATITUD SUD 
Cañadon de la Zanja O RA OIGO URSS End 4326'56” 
Valle ITA» Sossonra rd as ccocoMida Pdf oo do EUBR OD, OS: SSIASIO NA 
Valleidellos ¿Mártires 0 anaas nesoas meaeos O OA AO ROSS ASADAS 
Quichaura....... ; oda 202 hana 43"33'36 
Valle Esguel. .... PTA A ia oia 42 55712 
ota Panflo e, aaa o gal 430912 
Gapaddn Rio tale uo. aa leas aia 43 "1122 
VAMO AO a osa ARO ASCO NDOO 43"21%04 
Cerca de la Laguna Sud del Valle Frio 432441 
anta del Orco vado y ELIO tasas ale alias rea alla a(ajalels 220 43"30'21 
Arroyo Manso.........- oooO JS SOHO 432744 


Colonia 16 de Octubre 
Arroyo Tecka, campamento 21. 


» » » 22. 

>» » » CO DO LutoDd 
Boca del Arroyo Tecka ....... .. 
Campamento 25 


» 26 
» 27 


» 28 


¡BUEStOMM a qUInchtas Campamento Dias sas cele ea nea e e dale la alla e o 
Niluan, campamento 33 
Campamento 34 ..... 
LONE CU COMPA a lalala ie aa leas 

» » AS o Sa A REASD AS 

» » 7 es scgorondacódos Da dao an 
Coneñeu » Dor asecona onda oóponino 
Limañeu, Puesto Mariano Vara. —.... ..oomoo... SANOS 
Campamento 42 ........ abottaba os Aba ASADO 

» AS oo epa oaadatoas Deva db o Union són CODA dnd 

» AN des oarascorod USE GoDO OOOO a ANIOS RADR 

» 47 -- a 6 dicos ooc Roo Or DEDO . 

>» O IS ds a A ains 
Puestolde iS Martinez, campamento Dil descas one oeetaas os PANOSOOS . 
BUerto San cAntonio. ama aos a els taisciós anáso soc aoou ta 
Campamento 2 ode ; 
Puesto H. Júrgens, campamento 53...... 
Campamento 54 e loja iajalalaaee tele jale osie ajaja 
Media legua al Norte del Lago Imunada.. ... ........ 
DUES ONO Bezana cda te alla al Blaelaja 
Lise lo LOSE broncas IO. DUO CON AOL Eo Ade 
NACO AO AAAOS Sidonia ro o babosa CO AAA 


42 50'16” 
423624” 
422426” 
ADIOS 
415914” 
4149'35" 
411547" 
AI? 
41'29'28” 
4139" 

ATA O 2 


— 398 


Observaciones del señor Juan Kastrupp 


LUGAR LATITUD SUD 
(a O O TOR OA E E, 4403 "06" 
Almacen ecka oso a bas da 4323119" 
Estacion e uti o A NA se hosts EOS 1303022 

Mi da ASUS ROJAS 
» 3 kilómetros al oeste de Laguna Sud, Valle Frio. 20 ERA) 
Cuatro kilómetros noroeste de la Estacion Z............. A Ao 
Estacion ss ciber AS EIN 
Campamento S .......... O DO OA AS OOOO Ca ¿0% AA2Zan 
» 17 ¡dE Marzo) oa raton IO 43 4953 
Estacion 4. ....... ala EE 434000” 
RIONCOrCo rado! rt Sa IS 4354'28"” 
CAMPAL soda e ds Ria: EA Y AJO 2 ALZA 
Estacion 2 aa A IS aa des VTA O ZION 
PUDO A A ra 4407 20% 
Campamento . SOS 4401 18% 
Junta del eS Génpua: con SEO A E 43520 Up 
ATEO NO ACOLLMIOS a iia ; 432 oi 
Observaciones del señor Von Platen 
4 LUGAR | LATITUD SUD 


Valle de Gennua (4 kilómetros norte Pobl. Stenti).....oooooo o... 2... Sol 4403062 


Fuentes del Rio Frias.......... EST ae aS capo stos » 14429066 
» » o» A A E » AAA 
Norte del Rio Fasa TO » 440364378 / 


Cerro norte del Rio Frias............. 
Vertiente norte del Rio Frias 


> AASAO DS 
» 44 30"30'*5 


GerrolGaceres ea » 44 20'06''5 
Laguna de los Baguales.... ........ , » ALI 
ATTOJO MDI ooo » LALO SN 
Fuentes del Arroyo Pico........... » 44'08'30''3 
Loma norte Temenhuau del Arroyo PiCO0.. 000... cc E » 44 0526” 
Euentesidel PALro oO Mc ABC ERSUaS » 44 2044 7 
sas iodo Doe Pon o ioagos PORN EOsOce » 4425375 
Fuentes del Arroyo Andes) A EREEOS a EoaE » 44 39'30''7 
Cerro lGeskehomha qu E > 44 0118 


. 


Observaciones del señor Teodoro Arneberg 


LUGAR LATITUD SUD 
peso deba ECO enano E oc SODA I TO aS Er ss 43"50'10” 
SER olaa a MALO loa lo Delon ate lata ra PARTS 
Cañadon Lote H 11 (Norte de las Salinas). .......... a af E 441036” 
» » » » » a Oda DA ADOOS 440957” 
Loma Este de Teguerr O: Ss 1 po0ao NADA 
ADN tro o OSO AO OOOO DADA A 44'40'08” 
'AGROYOJMdel Gatos nao noja sae Ae A o > paláGta 44 5943” 
Bahia sudeste del Lago Fontana ........ ....... O n00006ecas 'vaPDR osa 44 5846” 
Pico sudeste del Lago Fontana .......... AO O RanPR ROD MI SAn CO e 450109” 
Bahia de los Fósiles (Orilla sud del Lago Fontana) ODIO OOS PRESOS Son 445257” 
Istmo entre Lago Fontana y Lago La Plata. ........- RA : VARIA 2 5 
Paso Platen, Rio Senguerr (Casa de Antonio Steinfeld) ASI OA 4501 IO 
'Aviuente dellRio Aysen (Casa RICHards). .oococsnonno beneo ada aa ie aja e a 451611” 
Par COME Den ASAS A 4503110” 
Cerro talfsudidel Rio (Colhalke soon oonaa A NAO 45"30'21” 
Baldalmorte del Lago Buenos AleS. 0 corasonaes eneldo Ra 7 461356” 
,Rio Ibañez, de la Bahia noroeste del Lago Buenos Aires. ...0oooocococrooco.. 461718” 
Loma este del Lago Buenos Aires —.......... RO ADO : 46"32'30” 
arco LE O A ODA CAOS ACT sa 455622” 
PP a eos a a adicta Se 45"40'01” 
Choiqueneilahue (Casa de Eduardo Botello)....... O AESOdOR 44 51553” 
Un kilómetro Sud de la junta del Rio Mayo con el Rio Senguerr ........... 45"46'43” 
Norte del Cerro Huijon (Puesto antiguo de Segundo Acosta)...... A le 45744725 


Azimuts por el señor F. Arneberg 


LUGAR AZIMUT DEL SUD AL OESTE 
Donate de BEguer eo olyalae terco iash Corro as 2042393704 
Pico sudeste de Lago ¿Fontana ...ooecooccc..o. 7 Ilo nsotoaaas IES IAS 
Istmo entre Lago Fontana y Lago La Plata.... Pico alto N. de Lago La Plata 100'52*'53”” 
RIO/Senguer (Casaistenteld) nac naaa GerrolHalos heee . 1880301” 


ALTURAS PRINCIRATES 


Observaciones del señor Enrique Wolff 


e 
LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
INTER SO oa eat cROdobd” Srogenado a Rsoba asi TEt de 750 barométrica 
IEUCCIA eoocccands avandab none pasaba cdapadacdon 740 » ¡ 
Agua delas ;Mulastalssud ¡del “Atuel a a is 780 » ] 
'AGUA CA A 740 » 
AGUA dE AQUILES por e dale too das 720 
INE COI 1 aaa Ob ano uvana: mua Ponnuuabo aos E made Bone 480 
INE COME conca rródtog) pógsnacoca aoubóa Prtncsasorp nana 910 
INGE Odio dos cabra nodo ode a baga.o dd pasamaap Bon 940 
ACUAP O 93o » 
INM ONE. dbge amapo 100 caangocab foso ga o agro ano den 1120 
IN EE tEs, a amago) sad Educ aocojcuono cdo dora rgonditas 1080 » 
Aluminé, vado del Rio al este de Pulmari, camino á Qui- 
IEUENCO so fes tonimancono orarcociadon grato andorra 880 » 
Arco, Comisaria del . 1250 » 
Bardas, ¡Paso delas; (Rio Golorado) eo iii 700 » 
BatcaiMahnida Co aisla 1860 > 
Barrancas ado RI oa 970 » 
Bio-Bio, Vado del (al norte del Fortin Llucura)-......... 54 890 » 
Butahuao, Paso (divortium AQUAaruM)...ooocooocoooccccncncnens 1630 » 
Catral ECO TS AO 2420 trigonométrica 
CEBRA ACTO Ss casoodeoposo coso bastusaioda. Sora Da9onaas 610 barométrica 
Caleufú, Campamento en la confluencia de dos arroyos, en 
VU Si 750 » 
Caleufú, Tolderias antiguas cerca de la boca del..... da nocods 540 » 
Galeutús Meseta almortedel Valdes eite Pei 730 » 
Carreri, Puesto de......... añado oopara condi ao dor datos 1250 » 
Calmico, Alojamiento del ArrOy0.0ooocooococooo co. ppOnaod ados 1600 » 
Carilauquen, Lagunita al oeste del Volcan Lanin. ........ ; 1220 » 
Casayde Predial o doo dan 14090 » 
Cerro Negro, pico sud al sudeste del Cerro Tromen... ..... 3285 trigonométrica 
Cerro Negro, al sudeste del Cerro Tromen...... > .nmmmmsoo.m.. 3295 » 
Ecrro Nevado e ocn at 3810 » 
Cerro Colorado, al norte de Juan Jones 1920 barométrica Ñ 
Constancia ol o 1230 NS 
Gollon=Gura, Gasa de Alhlefeldt. coococoacacnoao so a 560 » 
COrfentoso apta das aca 745 » 
(Carlo paar cons rooacona 1d a MObRos biorooo dro caco mcionacas 1080 » 


361 — 


Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) 


LUGAR | ALTURA OBSERVACIONES 

Cuerno, Cerro del (al noroeste de la Laguna del Espejo ..... 2020 trigonométrica 
Cuello, Puesto de BenjaMiD........... o ao Us ior 1390 barométrica 
Cuye-Manzano, Alojamiento del Arroyo ób ARAOGBÉSCOs ODOCOnOS 710 » 
CUyesManzano, (Cerro (pico Sud) ceca acacia aa ela a as 2140 trigonométrica 
Cuye-Manzano, Cerro (pico del medio) ...... 2170 » 
Cuye-Manzano, Cerro (pico del NOrte) ..cocoooococonenacnor o. 2260 » 
Bhosmalal! (Capital ocacion aaa ens Yala al aa tales 790 barométrica 
Cicabmea IESO Eon oros noco no suo adOd OSO aUÓDdO ADO 640 » 
QAcabucos Boruintdes canas e atajar eat 770 » 
Ciasiarea: WO fgocob donan. co puo nod u OO có e 620 » 
Ghacaicó, Vado dell ALTOYO: .occccsnonosaas iaa aaa . 1320 » 
Cicxlml, CE rbsonaono ooo 000 DTO O USACH ÓN ] 2480 trigonométrica 
Ciendtldo susbaccuada! Dades on oa ada JSIGOODON 2180 » 
Chapelcó. ; les 1130 barométrica 
Chichahuay, Confinentia el AO Nano y ora 559 660 » 
Ghichabuay, Meseta: al norte del. ...mmscoro aro o 830 » 
Chimehuin, Confluencia del Rio Quilquihue y Ri0........... 690 » 
Chimehuin, Vado del Rio al norte de Junin de los Andes... 690 » 
Chigueyú, Cerro... So SA0IGONDEODO dan ODO ana 940 trigonométrica 
Chachahuen, erro UABaNó DUDO MO DE 1900 » 
Division de Aguas entre los Valles E Quilquihué y Maipú 800 barométrica 
Durazno; Puesto del...o..m...- Lonadodo Cubudon O Sun obN aabt 1320 » 
EN apoderada eee da 820 » 
Espejo, Cerro nevado al norte del Lago de... 2120 trigonométrica 
Espejo, Laguna del 750 barométrica 
Estancia La Argentina. 900 » 
Guacacal, Puesto dC ............. 1540 » 
LWECICÓ co dueoo Sodegro da Ipondeno da DOEnOn duro OO dano dbdonA 1130 » 
Huechu- Erauen, Lago 830 » 
Juan Jones, Estancia de. 820 » 
TMUunnarderos MPA dese ele lzjalataleno alo djajalo loja ele/a alejala acens 750 » 
Lama, VAEMEs o dooyoVn sordo ooo pu doaaoDdO CUOUDODLJUODO 3670 trigonométrica 
Reucolara vado deltATEOYO a asar aaa 750 barométrica 
may Gonfluencia del Rio Traful. ceomorcanos eses 760 » 
Luarinchenque, Confluencia con el Agrio . 760 » 
PORQuIna ys BOO antiguo seco la reee aten asias 840 » 
Mallen, Vado del Rio 730 » 
Mollar, Puesto de...... 1670 » 
Mirador, Paso al norte del CerrO.....o.o..o.o... JIDODA OL 1440 » 
INTACTO aaa ara colada ela nio 1730 » 
Matropayen, Cerro ..... e E 3490 trigonométrica 
DUES di aaa iaa aisla 1000 barométrica 
Nahuel-Huapi, Lago...........**0*'* Cu00 corVVoDVoVRVo O PoVanone 640 » 
AO O CO ATEO 1100 » 
Punta del Agua en el camino de la Pampa entre Chosmalal 

PELO RETO A SOMA Soo ADS 1410 » 
Palan-Mahuida, Portezuelo entre Cerros Cheachil y ......... 1790 » 
PEO, (ODIO doce nocp re cVasas ao auidoo Usan OOnaO OOO TO UbGdÓ 3640 trigonométrica 
Ono. COTO comnasdaco donar O A EOPoOoO ORAR DODOBGORED 1930 » 
Paya Alojamiento del Vallede co cancencaaea aaa esa 890 barométrica 
Behumcos Vado del ATLONO: 00 idas noes daa 940 » 

Tomo VIII. a 


— 362 — 


Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
Piu da odas 770 barométriea 
Pirámide, Cerro al oeste de la Laguna del EspejO............. 1870 trigonométrica 
Pichi=Limay, Portezuelo:al norte del.o cc. .oossonaon seas ovajeles 1080 barométrica 
Puyehue, Paso de (al sud del Cerro Mirador)... .....oooooooo... 1420 » 
PuntamdelrAguaraliSudid lA ta 720 » 
Púuntiagudo, Volcan delas es ii 2420 trigonométrica 
Pulmari ¿Estancia des. sala alli a 050 barométrica 
Pulmari Vado del Rio (camino % Rucachoroy). 910 » 
Quilla Estancia do et do 770 » 
Quilquihué, Vado del Rio (camino Ó Maipú) ...0ocooccomomom.. 790 » 
Quilachanquil, Vado del Rio 940 » 
Quica puesto da lid 1050 » 
Quemquemtreu, Fortin Sharples 550 » 
Ranquilcó 1140 » 
RauUquiliNort dotes elotes OLU9Y6OORUo MOV 1500 » 
Rucachoroy Bulpeiade tana eel tl ae Ill 840 » 
Rincon Grande, Puesto del .. : 710 » 
Rucachoroy, Vado del AErOYO Sas alas tapeo olaa ala alla ala atalole 870 » 
Saladero:deGCodihue; ¡Estancia delicadas eo aloe asii 690 » 
Tromen, Paso del (al pié del Volcan Lanin) 1340 » 
TaliPampa de cacon tareas lalalala laa lalola lala 1020 » 
Tilhué, Cienaga delatan rra alada ales lala 1TIIO » 
“Tromen, Cerro (volcan al norte de Chosmalal).... 3930 trigonométrica 
¡DresiManzanos puesto dao di 630 barométrica 
Totoral ALU 750 » 
Traful, Puesto del 670 » 
Traful, Portezuelo al norte del Puesto del 1210 
Tromen, Portezuelo del 2350 
Trolon, Puesto de..... 1550 » 
Trolon, Portezuelo de 1870 » 
¡Tronador Cero 3400 trigonométrica 
Yalaleicurá, Puesto de 760 » 
ANT AETO CEnocaomongacarnyra oy ód0o 1120 barométrica 


— 363 — 


Observaciones del señor Zwilgmeyer 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
Agrio, Vado del Rio al sud de ÑorquiN. ..occmmooco como. e... 1OIO barométrica 
¿O Camy cUleas nasnaddanoco VUNdodIO o aaoopOR nonuadones 1250 » 
AE, SEG Elonsbagávaoa pORUIOnodO VO dODOOUU OO DO par 900 » 
Aia! WEGO CONO dado dA 000 OOO OI INASO CODOOCÓNAS 850 » 
AQUI CO nacimiento delo ataco eaao eoliano 1050 » 
ABE COR occcVansono do DOTODguIoO OP YOBRosoo agOcUNaaa 2100 trigonométrica 
a ED CO CAD pasaron do COOL ooo coca an 1800 barométrica 
Crap costara oso unbr DDen gus VODOOODODA De VUPEDH OYRL ad a OEaOS 2200 trigonométrica 
Chosmalal . A COTOS 790 barométrica 
Caleufú, onibencia con el Arroyo Filóhuehuen OO GÍOO Soo » 
Casemallentayado del "ATTOYO 0 caian masie nella lalo] i=elolelelale 1170 » 
Gorral de Piedras, alojamiento del ....... ..oommooom... .. .... 1050 » 
Curacó, Vado del Arroyo. ....-...... 740 » 
Curuhué, Laguna .... SSObaI 1030 » 
Haichol, Vado del Arroyo ....... 5 da uéVavods 00 730 » 
Hua-Huan, Arroyo confluencia con el Rio a o 650 » 
Hua-Huan, Portezuelo al norte de 1500 » 
Hua-Huma, desembocadura del .. 660 » 
Huechen-Lafquen, Lago.......... 830 s 
dy DEAD esa nodo noo oRon e Lonc ooo odo 1470 » 
Ipela, Cerro al sud del paso... 1970 » 
Jafutué, descanso al paso Ipela 1040 » 
dicia EE les coges ssoonororócianan O voscododu noO poseen 750 » 
LAS ECU Gar OE Moore nono nobbodabobocón DOGONOdOUEDE 1970 trigonométrica 
MACAICERrO entre Machuca Ya cascos ccancoaaaaale ala ajela ao 1970 » 
Lacar, Lago 660 barométrica 
Lago Hermoso 1040 » 
Lajos, puesto del Arroyo camino de Quilachanquil á Codihué 93o » 
Lona, VIE anepobo uo. dbcobaconO 3700 trigonométrica 
Lolog, desembocadura .. O 890 barométrica 
Machuñeu, Cerro Cordilllera del 2280 trigonométrica 
RCA inst aora o alo aleta 1020 barométrica 
Maipú, Puesto del Valle............ 500! Poobbddno Onancos 750 » 
Mallen, Vado del Rio camino á Junin 730 » 
Metiquina, Lago de .... 900 » 
MOP nevprrconacaonbero poo inobonda leo Shnooo Abe 960 » 
NO tios: SODOdS rg co0É 600 ubo oSuETaoo 1100 » 
Palao-Mahuida, Portezuelo entre los cerros Chiachil y aRdoS 1700 » 
Pichi-Leufú, nacimiento del Arroy0... .......oooo ..... 1210 » 
Pichi-Leufú, confluencia con el Rio Aluminé...00oc.ooec..... 730 » 
Pichi Nahuel-Huapi, confluencia con el Aluminé ........... 690 » 
poli, Lagiitlosonacóprado'aacsuacade pobuobsaaaa Bobo DOC EUEbO 1010 » 
A ARAAA TO O A 1150 » 
Bromas (Gte ponopos roo A LODOS 1340 » 
Pino Hachado, Portezuelo al sud de.. ...... Corgan DSDELOS 1670 » 
ERE MO er AA 1200 » 
Bucareli dee 2020 trigonométrica 
Uca Aero als ud ass is RR atadas a 1980 » 
Pulmarí, Estancia 950 barométrica 
Pulmarí, Vado del Rio 910 » 
QUE aa ets I0OInADODE OOOO ODANS 730 » 


— 364 — 


Observaciones del señor Zwilgmeyer (continuacion) 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
Queñi, Laguna de... como... ... s50 barométrica 
Queñl,(COnrO. canon 2160 trigonométrica 
Quilca, Puesto de ....... 1050 barométrica 
Quillen, Estancia de ........ 770 » 
Quillen; Portezuelonons dea ale 1780 » 
Quen ao dd tol elite 900 » 
Quugquihve;PDuestode asa ac doses 790 » 
Quinalahué, Campo de 93o » 
Quinalahuca Portezuelo dae e ocio 1080 » 
Reigotl Hito de dad o 1050 » 
Rucachoroy, Vado del Arroyo en el camino á Pulmarí ...... 880 » 
Saladero, Cordihué........ as 700 » 
Taquimalal BLE tod load lil 1000 » 
Na CO dura rpabnodo Momuabdsr A 1290 » 
rol unos | ra as 1870 » 
Trompul, Campo de 1010 » 

Observaciones del señor Eimar Soot 

LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
'ABOostura¡Campanento ea 710 barométrica 
Ahlefeldt, Estancia ............ o e O dns 5 540 » 
Arroyo Chilchuma, Campamento frente de +. 0occooccccocnroo. 600 » 
Avile Ramon, Rancho de............. SEO bOro soto bodaaDo 850 » 
Ahlefeldt, Paso camino de Junin á Estacion Brújula.. ....... 790 » 
IABTIO RIOS CAPA 700 » 
IATTO YO rios atea OOO UOR TUS paunacia ato 250 » 
Blanca) Laguna a faelealaalae OIDO ODIO IO OOadoodo 1360 » 
Bajo Manzana ....... 0905 cod Sanda lao JODOaÑO nagbucos 1300 » 
Bajo Manzana did 1240 » 
Cerro al noroeste del campamento, Estacion sobre el ....... 1940 » 
Caleufú y Metiquina, Junta RiO...oonomesmiorsrreno o os 740 » 
Caleufu, Junta con Rio Liocura...... 0uJa  daVoraVoso nodos 580 » 
Golloncura; lomaraleste dio nens alcoi) enel 730 » 
Colloncura, loma al este de Rio Camino á Catali....... 600 
Gatalin, Campamento TRIO ea clajnal aso 760 » 
Gatalin;Planició alisado adi iaa 950 » 
Catalina EOI dle sia aia 950 » 
Catalin, Cerro al este de ........ 1490 
Carreri, campamento, Cerro..... 1290 » 
Cerro, delBlato, Entradatoeste dela a donen pesame 1440 
Carrere, Arroyo. 1010 
GOdIUe ida eo 3 660 » 


_..t” 


— 365 — 


Observaciones del señor Eimar Soot (continuacion) 


LUGAR 


ALTURA OBSERVACIONES 
Cabunco, Puesto 8oo barométrica 
Carrere, Arroyo 790 » 
CAGA cuenco bobacO obre conada cu0Ndrobo an audscoboe 270 » 
Dionisio, Campamento +. ceo ..o.mo. 770 » 
Enchelmeier, Paso del camino .. 1125 » 
Enchelmeier, Estancia ............... 790 » 
Enchelmeier, Estacion loma al noroeste de ........ooooooo.. 1050 » 
Puaadaraa JLEGO soponenóo prross tusubo odo COPEUpEoOUconEOpEDN 830 » 
(Cary (OOOO Ao. conque cocina oooOPoro dnd da Sononaa 1340 » 
CUAL ACOOO ta os alale lo 2160 » 
Huachu-Lafquen... <..0.-..... ota 850 » 
MtracolAGampamentolde:  alccen ca nanonar sana ncalas eones 490 » 
Isla en Rio Limay 8 cuadras bajo Fortin Nogueira... ........ 328 » 
aa ee los ACES aorta Doo Oda 734 » 
Junio Estacion loma alteste des comonocans o as EOS 1160 » 
ON Errito noroeste dera alo a a 1080 » 
JEUDICO. daroaca bar 0600 TA MOrin a BOO OOO COSO O aOdO 1120 » 
PERO MATI al aia ie ia goo » 
Limay y Caleufú, Estacion loma entre ....oo.omoomoccoo o.omooo 1090 » 
Leoquehuin, Arroyo...... 660 » 
Ls LaS roto aa ad AER OMo P SNE Ae 640 » 
MOLA Buesto) m2 ciclo mos 6 amamone Hogan ODO NOPOÍNDOGO noO 630 » 
620 » 
1100 » 
1130 » 
820 » 
Molino Limay ........o.... 205 » 
Piño, Arroyo ....... 080 » 
Picunleufú, Arroyo 1150 » 
PERO, AR nodo oO codo Pos EOS OATOS 672 » 
Rio Lolog, Campamento 760 » 
Springler, Laguna. ..... 990 » 
SENA 750 » 
E Doro AS 730 » 
Traful, Campamento camino á Laguna dl ..oooococo coorocnos 750 » 
Traful, Fin Lago, estacion Brújula 1210 » 
MrataliBasota Puesto dezs.sa. no2cio aa 1180 » 
Triada, PEO Cloro 2009 ooo cano T al ooo OS G ans 670 » 
AIDA ras gd 720 » 
Traful, Cerro fin sudoeste Lago. . 1750 » 
On) IE E SoONaS oO AB NESadÓ 050 » 
IEEUGUMIOS ESTancid celia 2 2es axe 1050 » 
LA DEE Os A ECO 940 » 
TAO AA OOOO Ea 970 » 


— 366 — 


Observaciones del señor Alfonso Schiórbeck 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
Apichig, ¿Baso) ano: ases sacea 5h 960 barométrica 
Arroyo de las Bayas, Vado del.. 1100 » 
Bayas; (Cerro delas ¿teca 1490 trigonométrica 
Bernal, Estancia de ose seso ION OOO AOS aaa 820 barométrica 
CS pastos ob da Va badH osa Her onangruovouo OP obbadaos 2040 trigonométrica 
GatedralóeB1comasitaltondeliGeo a e 2380 » 
Catedral, ¡al pié del Cerro .o.oomacueje SAO Soi conos 790 barométrica 
Catedral, Pico este del Cerro 2050 » 
Catedral, Pico oeste del Cerro 2300 baróm. y trigon. 
Casablanca 750 barométrica 
GasalRosalesMallciN Ue cil lalo cito Yen 340 » 
GasaiReyes alle rNuevo alar der pto lera 310 » 
CasaiPangue ra a Go b 09 320 » 
Caquel-Huincul, Loma de . 730 » 
Cristian Back, Casa de ....... AA A POra COD AÍO 750 » 
Cuesta de Los Raulies, al pié norte del Cerro .....oooooo.... 960 » 
Cuesta de los Raulies, Portezuelo de ......ooccoommsco como... 1290 » 
Golhue Caidos cdo atacaba Acoosó 760 » 
Curruleufú, Punto más alto del camino desde el Lago 1150 barométrica 
Gurruleufú, Vado más norte del Rio... nea laaienasas aba 1050 » 
Curruleufú, Portezuelo entre Rio Manso y RiO .... .ooococ... 1280 > 
Gorral Eoyel Lomas Ni 910 » 
Cerro 29d AD ia Sn OLUoraoco'DANb Pazo 1840 barom. y trigon. 
Cerro DosgBicOs: at ada 2150 trigonométrica 
Carmen ¿(Gerro a. asco ea o boo 1450 » 
Chacayhueruca, Portezuelo del Arroyo: ..ommc.cconcr. 020. m0. 1390 barométrica 
Chenqueg-geyú, Portezuelo del Arroy0')...omeommo.m.... . ... 1430 » 
Chubut, Confluencia entre Arroyo Maiten y Ri0.......oo...... 710 » 
EDESA A O Esa 050 » 
Gutierrez Desa gu  Ra 780 » 
La Arcilla, al pié norte del Cerro Tronador 690 » 
Laguna Era a a o Teese LOnDadose 760 » 
FasiBayas MP orteznco a NOS 1220 » 
LES Cuit LE TES vos cocosanboooVohnEoo amaba Bop Das: né900s 1010 trigonométrica 
DosiGlavos Lagun da AS Ta 1190 barométrica 
Manso, Cerrito sudoeste del nacimiento del Ri0 ..... ........ 1500 » 
Maiten, Portezuelo entre Rio Quemquemtreu y Arroyo ...... 770 » 
(io) (iO arrsrónoco! boro do DbORo con ooo ron b broma id Af 1430 trigonométrica 
Bere Rosales BOU ao iS 1000 barométrica 
¡BerezeRosales Co o ddr ias os 2850 trigonométrica 
Peulla, Confluencia de los tres brazos del Ri0........ O 480 barométrica 
Puesto Repollos, Valle Nuevo 530 » 
BUntapu do oa 2420 trigonométrica 
Puntiagudo de la Peninsula, Cerro ......oo... OGG OG O 1060 » 
Todos los Santos, Lago dl......oom... dos ACOSO OIE 180 barométrica 
"Trenque=Malal, (Cerro noo nooo aaa OOO SiaLS a 1460 trigonométrica 
DTESHPLCOS AEREO ia ateos SUODONa CORA CIONd Mons as 2250 » 
Tronador, Cerro Pico norte ....... 3210 » 
¡TEOnAdOr erromPIco jala NO 3400 » 
WValveraedtde Garmena) erro os atente taco aa ao 2350 » 
Ventana, Cerro de la........ Du 0000000 nada ONo0a ao bonsasodor 2200 » 
Ventoso, Cerrito ..... O Lboosd euonbos obugOs DOT L ELO Rapa; 960 barométrica 


a 


Observaciones del señor Gunardo Lange 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
toda CIPTES 00002 ica O OSO O RE RUADASA 710 barométrica 
AA TO copa OOOO LAO AAC ORO COSO 5E0A 760 » 

Cama OO ocoeos podeond dOndODO SO la otr erapat 2260 trigonométrica 
Corintos, Cerro norte ........ REO ar AM SSdS 1790 » 
Corintos, Cerro sud ...... a aida ara Data 2060 » 

Cerro Puntiagudo sud, Cerro Tres Picos ...... 3160 | » 
Exolla Estacion sud decadas o gl 850 | » 

Cora suas pomdocdo aoDBORdno SOPLO DISCO Obras voce 1950 » 
Ghobla ¡RiONde ic... 590 barométrica 
Cholila Laguna 2 .....o...... NOS 660 » 
Cholila, Estacion este de Laguna 3 ...ocoocooocccccncconcconrs 720 » 

16 de Octubre, Estacion Meteorológica. ..omenorcoooo. eo... | 330 » 

16 de Octubre, Morena este de 630 | » 

OR CDIO ea aaa nl a era 360 » 

no rdenOctubre, (CerritoiSudi. aacenesaa nas 830 | trigonométrica 
momderOctubres Pre rnorte de morena de. ancanecon aaa 550 | barométrica 
NON, CANIAIEE a ano nacnós pon sanpondod ponpnbearos ODROboS 690 » 
Epuyen, Estacion de a 1150 » 
Epuyen y Cholila, Division de agua ......ooooocoorcococr corno» 740 » 
Esguel, Alto al este de 970 » 
Esguel, Manantial de .... 750 » 
Esguel, Laguna sud de 740 » 
EsguelaDespunte' sudidel Gerro dez. amoo ooo ceceracao cad 800 | » 
Esguel, Bordo al norte de las Lagunas de .. 780 » 
Eta=Leufú, Cerro este abra de ...o..oooooroocmm.. o 2160 trigonométrica 
EtasEentu Estación: oeste Rio dl coocorcavsc es nena ele ae 1430 » 
EtfiaRentú, Gerro sud Vuelta de cormonoss eoomenanos a ODO 1080 » 
NEAL, A ASE 550 barométrica 
Era ARI conadadei a ocean elle olaa solas Seatala 520 » 
tae nco CerroraltolestenRio danna aces afanes eel 2000 » 
ECRPAUEGasar Jones RIO 1. esca Pa a iaa 310 y 
Fofocahuallo 460 » 

Fajá, Cerro de 1970 trigonométrica 
Paro ORO CEerroroeste den aaa celtas ala ete | 880 » 

Legua 18, Campamento en el Valle de......... teta 460 barométrica 
Lago Rivadavia . ...... ..o..... O: 0dANOO0O0O NO IPPELdO iO dono 510 » 

Paro Rivadavia, Pantano sud de nociones veia lo 500 » 

LE onoocoDOs Co0ODOdOébLO panda nóbdao y Maadbd OOOO ENAnEn 740 » 

O A Ala taa caleta 600 » 

Media LU daa ca d0dccocodadantócbos dos paca baoidobs 580 » 

Nixon LoMa.......... enanas dt ealeistelstals ae 1040 trigonométrica 
Moo IEA uosdooduogo  Oanbcod oooO ROO OOO AO OR 580 barométrica 
NEO BOquel errático en Lom once casino ela aaa 750 » 
Nixon, Laguna media ....., .. MODOJoD Os Pbo daba ddr uo coca 730 » 
Nahuecltban AD do saetas palos Dedoaondd aoudó 770 » 
Nahuel Pan, Casa de ......... dosecuortcia cdo odo oc OdUponA 760 » 

Mio INAOTES AORO oSo00VncoVOb ubcooeronpa nodo ocDabhadentado 1470 trigonométrica 
Eco Il ys Job roads AS AO O AAA 1340 » 
Perzey, Bajolel Terraplen en Rio .smocos cecoao co inet GROsondh 450 barométrica 
IeIzey Cabipamento RO oa ant elalelalarioio oo dea aletas 950 » 
IEEE MEONESA sorbo OA IA COCO TOA 3go » 


— 368 — 


Observaciones del señor Gunardo Lange (continuacion) 


LUGAR ALTURA | OBSERVACIONES 
Puche y dina ae: 790 barométrica 
Pico: Thomas sud nie nt 1650 trigonométrica 
Rio*+Chubut) Puestorde aa a ti a alias 530 barométrica 
SIt02cIon Cerros as leelo its 2000 | trigonométrica 
SItuacion Cerro suda anata tala ote letaleta de lolalade je) o eletelateT 770 » 
Situacion, LAgO!. nesanioa o 50d da 000950 uadooads 1póbuanoas 360 barométrica 
Sunicaparia, Puesto de ........ 610 » 
Sunicaparia, Aguada noreste de 590 » 
Sunicaparia, Laguna de .. ... 3 600 » 
Sunicaparia, Boca de Quebrada al norte de ....ooo.ooooo ooo... 690 » 
¡Dres PICOS ACerrordese nee aieles: 2500 trigonométrica 
Tres Picos, Cerro este de 2160 » 
Tecka, Cerro (Estacion) ...... 1330 » 
Terraplen, Bordo de ......... AS ito 060 barométrica 
Terraplens Laguna prmeralde nasa tae E late eel 590 » 
TerraplensRHEStacion norte hRIO de e eto eleejato/ecletosisl 760 » 
¡Terraplen Lagunas dean abs có in sadaoónoda do 470 » 
TeckasHBOrtezuelo de Cerro islote 1120 » 
VanquiICas add Noe aisla le lola 560 » 

Observaciones del señor Emilio Frey 
LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
| 

Baguales, Loma de los. 880 barométrica 
Cosate, Estancia (Leleg) . 620 » 
Caquel-Huincul 850 » 
Cholila, Arroyo Angostura. 560 » 
Cerro 20 de Abril . 1938 trigonométrica 
Cerro Valverde. 1409 » 
Cerro elegi 1915 » 
Cerro N” 1, este Lago 5. 1866 » 
Cerro Nevado 2068 » 
Cerro Pirque. o 1810 » 
Cerro Vuelta Chubut 1275 » 
Cerro Este Lago 5 5 o 1878 » 
Cerro N” 5 Cholila . a 1970 » 
Epuyen, angostura . oros p 270 barométrica 
Epuyen, vuelta del . > 56 50 190 » 
Epuyen, Estacion angostura del. O 300 » 
Fta-Leufú, campamento en el. 500 » 
Lago núm. 4 Cholila . . 9.0 0 m0 600 » 
Lago núm. 5 Cholila . o 000 Io 460 » 
Lago núm Chola Sedo o 650 » 
Lago núm. 2 Cholila. .. . . y ea oca 610 » 
TarPaz MES tancia A 860 » 
Lago núm. 1 Loma al oeste del. oa a 730 » 
LomaN 2 . . 973 trigonométrica 
Loma N” 3 eto 1692 » 
Lom aN A AS a 809 » 


— 369 — 


Observaciones del señor Emilio Frey (conlinvación) 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
ETC GELLONDICO OESten a a 1990 trigonométrica 
ME AAGELLO PICOPOStO a 10918 » 
A O TON: 2160 » 
canoa Cos. lolaro Oo. o mia eo 1558 » 
ironador (SUPpuesto) +. . . . .. . +... 2006 » 
ESE ICO SECTOR a a 2500 » 


Observaciones del señor Arneberg 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 
APUA errO oca ua onbop enano pibaaa 2630 trigonométrica 
LR. LOBO arodononcone anos o dd aO AS 720 » 
AGE AO orarcoc oro poob ai Akcoha Vepegaoban boga : 680 barométrica 
Arroyito con pozos de agua, norte del Cerro Yatsehaik ..... 650 » 
Arroyito seco entre el Paso del Rio Senguerr y Lago Fontana... 860 » 
Arroyito talmorte del Lago La Plat. oo. ooo 2200... 920 » 
Arroyo con agua entre Coyet y Arroyo Goichel ........ ...... 850 » 
Arroyo, con plantas ACuátiCAS L.o.occoccooono os DODOADLOR OCaUOonT O 810 » 
Aysen, bajo de las lagunas del Rio (brazo sud). .......... 690 » 
Blanc Ida UL aaa unos Sea 640 » 
Blanca, Laguna.......... deooascanon OS e OESTE OR 640 ” 
Buenos Aires, Cerrito norte del Lago ........ NAT yS 1860 trigonométrica 
ASTOS PAGES erro rnoxte ideal annonces aaa 2130 » 
IBRENOS AIres, (Cerro MOrOestl.. ccoo aaa aia cala 2380 » 
PS Mr AO oo oro OOO cb PRO dOSaDO 2380 » 
EAS LAME aa ASNO AO 0 o cos ce bndono 170 barométrica 
(Capamentor Acro yo Buey nulla conos ajos ESgÍDUOD: : 620 » 
Gamquelshaque,. CertTO...oooocosocon o. So dto unto 1050 trigonométrica 
Torecica CET aacoo! Das socios CORSO OOO 780 barométrica 
Cañadon norte de la Salina .. ....... A uoado 850 » 
Claudio, Loma del Arroyo....... CUE JUótidubs coa da: COSondans 1110 trigonoméirica 
Coihaique, abajo del Cerro, orilla sud del Rio... 510 barométrica 
Coihaique, bajando la quebrada del Rio .. ... ...... 650 » 
Golkarques Gerro norte del RiO..ioo. modo cana o m0. D'peo cueste 2070 trigonométrica 
Goilhaique, Cerro orilla sud del Ri0...o.co.. .oosmoc.coooo.. 8/0 barométrica 
Coihaique, Cruzada del Rio..... Ea. Ms 040 » 
Coihaique. Meseta entre Rio Goichel y Ri0........ Scotes 1000 » 
Coihaique, Pasada á la orilla del Rio ..... OO 570 » 
Golhaiques Pasadero RIO occitano ai SAS 8ro » 
Coihaique, Rio ... AS So MO Sa 820 » 
Coyet, abajo de OOO COAA ponó dUAS 1030 » 
Carrera sore RAS AA SS 1180 » 
CGoyet, Loma norte de............ o otáotes ubosóntabaoo | abran 1200 » 
Divortium aquarum, entre Laguna Blanca y Brazo sud Aysen. 650 » 
Fontana) ¡Cerrito norte del Lago ooo 0. seem... 2085) 00baor 2140 trigonométrica 

Tomo VIII. 12 * 


O 


Observaciones del señor Arneberg (continuacion) 


Senguerr, Paso arriba en el Rio... 


LUGAR ALTURA OBSERVACIONES 

Fontana, Lago Oda a ESA AOLaDa 93o barométrica 
Fontana ¡Loma sudidelLago ran lala ale lalola stella 1000 » 
Fontana orillaisulidellbago cian las ali 93o » 
Fontana; Bantanossud declaro esas estelar 1080 » 
Fontana? ¡Pasadarsud dela go a Olla 1050 » 
Fontana BICONSUdeste della coa os balas 1460 » 
RontanasiBuntalesterdella cota ei RU 930 » 
Gaugelk CEIro a elote ela alelaaalie sit lalala ele 1000 » 
Gatos HATO YO osa atte 780 » 
Golchel abajo del RIO os png Dans Ranas EODÉSOEnSS 560 A 
Goichel ¡Campamento del Rio o atea NS AO » 
Goichel, Junta dell Arroyo y RlO: 0. casona seat 550 » 
Gorchel Ros celosa ala DIOSA Rtano 670 » 
Grande, Meseta entre Brazo sud del Aysen y Lago Buenos Aires, 

Campamento del Rio ae da losba cono aye 750 » 
Grande, Pasada en la quebrada del Ri0........oooooocormm.... E 740 » 
GUACO lo ai ao O poonipobgaGa bapra 1150 » 
Hartos AC A o ala Te 940 trigonométrica 
REMOJO eddss ob parcanabpes oupdigdasdyo bsasabossonuns 1800 » 

La Plata, (Gerro mort del Papo: eee 1030 barométrica 
LarPlata Cerro Oesterdel Llano aa lali 2300 trigonométrica 
LalPlataGerrito sud E 1090 barométrica 
La Plata. Cerrito en el istmo entre Lago Fontana y Lago....... 990 » 
La Plata, Desembocadura del LagO .....oooococommom.... » 
La Plata, Istmo entre Lago Fontana y Lag0..-...ocoocoommmm... » 
LID E ES IL ide cacosocoDo! poroobauro osoroVanpoVso > Dno » 
La Plata, Paso sud del Lago ... . ..... Cono docroVob o daoo O 360an » 
TAPIA ta RO Sd rd >» 
IDENSTENO NEUE s900- nba oro oo nano do HO OVOD MLN IAPOdO IV So » 
Mayo ipasadaideo os dla » 
Meseta entre Goichel y Coihaique ........... » 
Meseta entre Rio Mayo y Rio Bueymules..... » 
Mineros, Campamento de los......... Enbo » 
Peluajen, ArroyO ......... ODLOAMSdEco0S BS SODOVONate S o 
Peluajen, Campamento en el Arroyo » 
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LUGAR ALTURA | OBSERVACIONES 
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Cáceres, Cerro al noroeste de la 14 vertiente este del Arroyo 1630 » 
Cáceres, Cerro al norte del Arroy0.........- 1270 » 
Cáceres, cuarta vertiente noroeste del Arroy0......... : 680 » 
Cáceres, Fuentes de la primera vertiente este del Arroyo . 1000 » 
Cáceres, primera vertiente este del Arroyo . 840 » 
Cáceres, primera vertiente norte del Arroyo. 590 » 
Cherque, Cerrito sudeste del Arroyo... 1320 » 
GherquesPuentes del ALO alas a a o Eelele ie 1020 » 
Cherque, Loma sud de la segunda vertiente este del Arroyo.. 830 » 
Cherque, Portezuelo norte de la segunda vertiente este del » 

IN saco mo tuna co BOCAS co o 810 » 
Cherque, primera vertiente oeste del Arroyo . 3] 950 » 
Chirik, Pampa de ..... 2 igcoutza miceocónte 910 » 
Frias, confluencia del Arroyo Cáceres y el Rio .... Sl 530 » 
Frias, confluencia de la primera vertiente norte y el Rio.. A 650 » 
Frias, Estacion norte del Rio ner eosoronco eds | 97o | » 
Frias, Fuentes de la primera vertiente grande sud del Rio 1640 » 
Frias, Fuentes del Rio CUBora RI gORodÉco, | 930 » 
Frias, Cerrito norte de las fuentes del Rio. | 1180 » 
Frias, Laguna al norte del Rio........ : 780 » 
Frias, Laguna sud de las fuentes del Rio.. 980 » 
Frias, segunda vertiente grande sud del Rio 480 » 
Frias, segunda vertiente norte del Rio 530 » 
Frias, sudoeste de las fuentes del Rio. : 870 » 
Gennua, Cerrito norte, poblacion Stenti. 1080 » 
Gennua, Poblacion Stenti.. 780 » 
Gennua, Valle de... ...... SD 780 » 
Loma entre Arroyo Cherque y Arroyo Pico. 920 » 
Omckel, Arroyo... 100 ABE SAO dana 560 » 
Omckel, Fuentes del Arroyo Cherque y ATTOYO +... c0ooocomo.. 980 » 
Omckel, Loma entre las fuentes del Arroyo Cherque y Arroyo 1080 » 
Omckel-Haiquen....... puLbace 760 » 
Pico, Cerrito al lado del Arroyo 920 » 
Pico, Cerrito oeste del Arroyo . ; 550 » 
Pico, confluencia de la tercera vertiente sud del Arroyo.. 510 » 
Pico, Estacion oeste de la sexta vertiente sud del DE e Se 720 » 
Pico, cuarta vertiente norte del Arroyo... Ñ 450 » 
Pico, fuentes de la cuarta vertiente sud del Arroyo . 870 » 
Pico, meseta noroeste del Arroyo > 790 » 
Pico, pantano en las fuentes del Arroyo Se 810 » 


ÍNDICE DE LAS LÁMINAS 


1. — «Cañon » del Río Atuel en Pituil. 
II. — El Puente sobre el Rio Grande. 
TI, figura 1. — Chosmalal. 
» » 2. — El Antiguo Fortin de Junin de los Andes. 
IV. — Orígenes de los rios Bio-Bio y Aluminé cn la planicie del Arco. 
V. — Orígenes de los rios Bio-Bio y Aluminé en la barranca de la planicie del Arco. 
VI. — El Lago Aluminé. z Ñ 
» -— El Lago Fontana. y a 
VII, figura 1. — Lago Nompehuen. j TE 
» » 2. — Lago Ncrquinco. Ñ d 
» » 3. — Valle de Reigolil, p 
» 7 Za Bosque de Araucarias, ] 
VIH. — Bosque de Araucarias y el Volcan Lanin. ditA 
IX, figura 1. — El llano entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Chapelcó. Ñ 
» » 2. —- El Lago Lacar desde.su extremo oriental. ve 
» » 3. — Lago Traful. K 
a o acare : 
XI. — Confluencia de los rios Chimehuin y Quilquihue y Cerro del Perro. 
XII. — Confluencia de los rios Collon- Curá. y Caleufú. 


XIII. — Rio Traful. 
XIV. — Las Tobas sobre el Rio Limay. 


XV, figura 1. — Estancia Jones (Nahuel-Huapi). q 
> » — Chacra Tauscheck (Nahuel- -Huapi). 
AI == ETA del Nahuel-Huapi desde el Valle del Arroyo Gutierrez. 
XVII. — El Lago Nahuel-Huapi desde el oriente. 
XVII. — El divortium aquarum interoccánico, en las nacientes del OS Pico. 
XIX. — Bajo de Coyet y Goichel en el divortium aquarum interoceánico. 
XX, figura 1. — El Valle del Rio Manso y las nacientes. de este rio y del pe 
» » 2. — El Lago Buenos Aires... AS 8 
XXI, figura 1. — Fuente de los rios -Aysen y = 


» —» 2. — El Rio Fénix en el llano mor miso del Lago Buenos Aires. 
XXI. — Valle de la Laguna Blanca. S% Aysen. 4 
XXIII. — Roca errática — Valle de la Laguna Blanca. 
XXIV. — Meteorito. E 

XXV. — Bosque en el Lago Fontana. 


XXVI. — Lago Cholila desde el oriente. 5 : z y X p E pe 
XXVII. — Rio Fta-Leufú, en el codo del Valle 16 de - Octubre. A ele si 
XXVII. — Valle 16 de Octubre y Cerro Situacion. ES De ¿DA h A 

XXIX. — Lago Nahuel- -Huapi (Península del norte). En> PE 

XXX, figura 1. — El Lago Constancia desde el Cerro, Mirador. A 
» » 2. -— Lago Todos los Santos. 

XXXI. — Lago Nahuel-Huapi, “desde la punta al oeste del Puesto M ted 
XXXII. == 5 ¡ e ) - desde Estacion Península, al oeste de Juan Ji 
XXXII. = Lago Villarino. : ' ZN 
XXXIV. — Navegando en el Lago. Traful. Id ee 3 pr ir 

A RIA AA GU A dd 23 pa 

XXXV. — Lago Lacar. dae 


XXXVI. — La Cadena de Ipela (Cordillera de los Andes). 
XXXVII. — El Volcan Lanin, visto del norte. 

XXXVII. — Ventisquero en la falda norte del Lanin. 

XXXIX. — Trozo de hielo en el Ventisquero del Lanín. 

XL. — El Lago Traful, desde el oriente. á 

XLI. — Itinerarios generales del personal del Museo. ' EA . 

XLIHI. — Proyectos de vias férreas del Atlántico á los An Ps 

Plano preliminar de los Territorios del Neuquen, Rio Negro, Chubut y Sa 
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Rev. del Museo de La Plata— Tomo VIII. 
MORENO: REGION ANDINA — Lámina 111. 


Fig. 1 


CHOSMALAL 


TALLERES DEL MUSEO 


El antiguo Fortin de Junin de los Andes 


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Rev. del Musco de La Plata Tomo VIII 


MORENO: REGION ANDINA — Lámina VI 


El Lago Aluminé, desde la morena del desagúe del rio 


TALLEKES DEL MUSEO 


El Lago Fontana, desde su orilla oriental 


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Tomo 


Rev. del Museo de La Plata 


TALLERES DEI MUSEO 


Bosque de Araucarias y el Volcan Lanin 


Rev. del Museo de La Plata — Tomo V1!l MORENO: REGION ANDINA — Lámina IN 


Fig. 1 


El Llano entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Chapelcó 


ll Lago Lacar desde su extremo oriental 


TALLERES DEL MUSEX 


LAGO TRAFUL 


Rev. del Museo de La Plata— Tomo VIII. MORENO: REGION ANDIN 
: A — Lámina X 


TALLERES DEL MUSE( 


LAGO LACAR 


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Rev. del Museo de La Plata —- Tomo VIII MORENO: REGION ANDINA — Lámina XV. 


Fig. 2 


Chacra Tauscheck en Nahuel - Huapi 


TALLERES DEL MUSEO 


Estancia Jones en Nahuel - Huapi 


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Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA — Lámina XV1. 


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TALLEKES DEL MUSEO 
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Panorama de Nahuel - Huapi desde el Valle del Arroyo Gutierrez 


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Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII, MORENO: REGION ANDINA — Lámina XVIII. 


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TALLERES DEL MUSEO 


El Divortium aquarum interoceánico, en las nacientes del Arroyo Pico 


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MORENO: REGION — Lámina 
Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII ON ANDINA Amina XXX 


El Lago Constancia desde el Cerro Mirador 


TALLERES DEL MUSE( 


Lago Todos los Santos 


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Lámina XXXVII. 


MORENO: REGION ANDINA 


Rev. del Museo de La Plata — Tomo VII! 


DEL MUSEC 


TALLERES 


l Volcan Lanin visto del norte 


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Rev. del Museo de La Plata —- Tomo VIII MORENO: REGION ANDINA — Lámina XXXVII! 


TALLERES DEL MUSEO 


Ventisquero en la falda norte del Lanin 


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Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA. — Lámina XLI 


¿ ITINERARIOS GENERALES 
“ DEL PERSONAL 
DEL 


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Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII 


MORENO: REGION ANDINA 


— Lámina 


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PROYECTOS 


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RAPPORT PRÉLIMINAIRE 


SUR UNE 


Expedition géologigue dans la Cordillere argentino-chilienne 


ENTRESEESSS SETAS OSEA TMNIDOUDESSUD 
PAR 


Dr. LEO WEHRLI 
ET 
Dr. CARL BUROKHARDT 


GÉOLOGUES DE LA SECTION D'EXPLORATIONS NATIONALES AU MUSÉE DE LA PLATA 


A. DESCRIPTION DES ROUTES. 


(Voir Pesquisse.) 


Partis avec notre collégue M. Rodolfo Hauthal, le soir du 12 janvier 
1897 de Buenos Aires, nous arrivámes par Mendoza a San Rafael le 
soir du 19 du méme mois. Ce n'est qu'apres de longs préparatifs que 
notre caravane múe par quatre-vingts animaux put enfin se mettre en route 
le 1% février. Aprées une rapide traversée de la Sierra Pintada et de la 
Pampa située á l'ouest de ces montagnes, nous installámes, le 6 février, 
notre premier campement dans la Cordillére, aux bords de 1'Arroyo 
Manga, qui est, apres l'entrée dans les montagnes, le premier affluent 
gauche du Rio Atuel. Montés par la vallée de 1"Atuel nous passámes 
d'abord cette riviére pres de Mollar, ensuite deux fois son affluent droit 
le périlleux Arroyo de las Lagrimas. Arrivés dans le Cajon del Burro, 
nous visitámes, par désir de notre collegue M. Hauthal, le glacier du 
Burro. Apres avoir traversé le Rio Tordillo (partie supérieure du Rio 
Grande), vis-a-vis de Choicas, et apres une courte visite aux mines de 
ce nom, nous passámes pour la premiére fois la ligne divisoire des 
eaux entre l'Atlantique et le Pacifique, pres du Mojon Damas et nous 
descendimes par la vallée du Rio Tingutrírica et le village du méme 
nom dans la plaine chilienne. Aprés un court séjour a San Fernando, 
nous remontámes dans la Cordillére par le méme chemin, et apres 


* 


Tomo VIII, 13 


== 


avoir rejoint la troupe principale au Rio Tordillo, le 20 février, nous 
arrivámes, le 22, au Puesto Casa Santa Elena dans le Valle Hermoso, 
c'est-á-dire á l'entrée de notre champ d'étude. 

C'est lá que l'expédition se divisa en deux, parce qu'il nous parut 
préférable, pour différentes raisons, d'entrer de deux cótés dans le vaste 
champ de travail. Il a été convenu que M. Hauthal commencerait au 
sud, pres de San Francisco et Trolon, tandis que nous, nous avions 
lintention d'avancer du nord en choisissant pour point de départ le 
Portezuelo de Santa Elena. Pour la fin de mars nous nous fixámes un 
rendez-vous au Rio Grande. á l'embouchure du Rio Cuevas ou Monta- 
ñes. La aussi devait nous rejoindre notre majordome M. Panelo, resté 
aux bords du Rio Grande. 

Nous partimes le 23 février avec une troupe de cinq péons et vingt- 
trois animaux pour le Valle Santa Elena. La contrée paraissait intéres- 
sante et tres favorable pour y commencer les travaux. 

Le 27 février, un messager de notre collegue M. Hauthal nous attint 
pour nous prévenir que notre estimé Directeur M. F. P. Moreno nous 
attendrait á la fin du mois dans le campement de la 3” Commission 
de limites, á la Cascada (Ric Colorado, Chili). 

Nous arrivámes le 28 février avec une petite troupe—le contingent 


principal étant resté a l'Arroyo de las Zorras —au campement de la 
Cascada, via Portezuelo Villagra et Valle Grande. MM. Hauthal et Pa- 


er 


nelo y étaient déja présents. Du 1% au 3 mars, nous entreprimes de 
petites excursions dans les environs. Notre honoré Directeur n'y étant 
pas encore arrivé, nous retournámes, le 4 mars, par le Valle Grande et le 
Portezuelo Vergara dans notre champ d'étude au Portezuelo Santa Elena. 

Les environs de Santa Elena, les régions de Tiburcio et Villagra 
et de la Laguna del Fierro nous ont suscité des problemes difficiles et 
nous livrerent d'intéressants résultats géologiques. 

Ce fut le g mars que nous eúmes l'honneur de recevoir la visite de 
M. Moreno dans notre campement de Villagra, ou nous lui avons sou- 
mis les considérations suivantes: 

1) La région spéciale assez limitée ne pouvait pas étre comprise 
enticrement dans nos travaux sans une étude géologique des régions 
limitrophes; 

2) Les questions sur la Cordillére, posées dans nos instructions, ne 
pouvaient étre convenablement résolues sans l'étude d'un profil transver- 
sal complet; 

3) Des profils généraux de la Cordillere seraient á désirer avant 
tout, et, d'autre part, des études spéciales d'une région limitée seraient 
trop difficiles sinon impossibles par le manque d'une base topographique 
sur une grande échelle. 

Nous avons donc prié M. le Directeur de bien vouloir changer notre 


E 


programme de travail dans le sens d'aller étudier un profil transversal 
complet de la Cordillere. 

Il résulta de cette conférence que, d'accord avec nous, M. Moreno 
nous donna l'ordre d'étudier en premier lieu un profil géologique com- 
plet a travers la Cordillére entre Curicó et San Rafael. et plus tard un 
second profil le long de la route de Uspallata avec Mendoza pour point de 
départ. Enfin, arrivés a Santiago du Chili le 1% mai, nous aurions dú 
commencer l'étude de la Cordillere de la cóte chilienne. 

Conformément á ce programme, nous sommes allés poursuivre nos 
recherches dans la région centrale entre le Rio Grande (Argentine) et le 
Rio Colorado (Chili). D'abord nous visitámes les Portezuelos (cols) Vil- 
lagra, Rabones, Planchon et les vallées de Los Ciegos et de Vergara jus- 
qu'aux mines de plomb pres du Rio Teno. Les environs de notre bivouac 
á une grande hauteur, au Peteroa - Peñon, nous fournirent des données 
intéressantes sur le volcanisme de ces montagnes et sur les phénoménes 
elaciaires actuels et passés. Apres avoir dressé nos tentes pour quelque 
temps dans le Valle Grande, pres du campement de la Cascade, et avoir 
visité de lá le Portezuelo Montañes, nous partimes. le 19 mars, avec une 
légéere charge le long du Rio Colorado pour Molina, oú nous touchámes 
pour la seconde fois la grande vallée longitudinale du Chili. 

- Partis le 23 aprés midi de Curicó, oú nous avions renouvelé nos 
provisions, nous allámes étudier sommairement la géologie de la vallée 
du Rio Colorado. 

Le rendez-vous á San Rafael ayant été fixé au 15 avril, nous fúmes 
obligés de faire en grande háte le reste du profil, et le 27 mars nous 
étions déja de retour á l'extrémité du Valle Grande oú nous avicns laissé 
la troupe. Les 28 et 29 nous continuions la marche par Valenzuela 
pour le Rio Grande, avec l'intention d'atteindre la Pampa par Calque- 
que ou Molles, mais ce plan ne put se réaliser á cause de graves tem- 
pétes neigeuses d'automne, qui nous forcerent á partir aussi vite que 
possible vers le sud. Apres la traversée du Rio Grande (le 3 avril, 
pres Barda Blanca), nous atteignimes le lendemain, par Agua Votada et 
Portezuelo Loncoche, la Cañada Colorada (Villa Beltran, grande estan- 
cia du général Ortega). 

Comme la route parcourue avait coupé obliquement les chaines á 
Pest du Rio Grande et celles de Loncoche, nous utilisámes le peu de 
jours disponibles pour avancer avec une petite troupe de la Cañada 
Colorada vers le Portezuelo Calqueque. En arrivant jusqu'au pied du 
Cerro Puchen, au-dessus de la Calle del Yeso, nous avons complété 
notablement notre profil géologique. 

Partis le 10 avril de la Cañada, nous arrivámes par les bords de 
l'Atuel et par la Sierra Pintada á San Rafael le 14 avril, oú nous atten- 
dait notre majordome M. Panelo. Aprés avoir travaillé six semaines sans 


— 376 — 


interruption ni repos, nous ctions bien aises que M. Day. nouvel intendant 
envoyé par M. Moreno, arrivát seulement avec quelques jours de retard. 

Conformément á un désir spécial de M. le Directeur, nous traversá- 
mes pour la troisiéme fois la Cordilléere avec une nouvelle caravane, 
passant par Yaucha, Las Vegas, Laguna del Diamante, volcan Maipó 
et Cruz de Piedra. Aprés un voyage pittoresque, mais á peu pres sans 
résultat scientifique par suite de la háte nécessaire, mous trouvámes les 
Commission de limites au Rio Maipó et arrivámes, 
le 27 avril au soir, dans la capitale du Chili. 

A Santiago de Chile nous restámes cinq jours pour nous remettre et 
pour visiter les musées et bibliothéques sous l'aimable conduite de M. 
Moreno. Le soir du 3 mai, nous partimes avec nos deux aides suisses pour 
étudier les plus hautes parties du col de la Cumbre de Uspallata, avec 
l'intention de faire plus tard les parties basses de ce passage et aprés avoir 
étudié aussi, selon le programme, la Cordillére de la cóte. C'est ainsi 
qu'aurait pu se réaliser un second profil géologique á travers les Cordil- 
léres. Mais la neige prématurée survenue dans les hautes régionms nous 
forca d'attendre quelques jours a Juncal. 

Le 7 mai, nous passámes la Cumbre surpris par une tempéte de 
neige. Le cóté argentin jusqu'a Punta de Vacas était également recou- 
vert de neige. Dans l'impossibilité de travailler et considérant avant tout 
Vétat de notre santé, nous partimes pour Mendoza attendant lá de meil- 
leures conditions. 

L'hiver venant de s'annoncer définitivement, nous quittámes Men- 
doza le soir du 15 et arrivámes a La Plata le 17 mai. 


me 


membres de la 2 


En somme, nous avons été en route 126 jours; de ceux-ci 40 
ont été des jours de marche et de voyage, 39 des jours de prépara- 
tions et d'arréts officiels, 20 des jours de marche et de travail en 
méme temps, et 27, c'est-a-dire a peine le quart de l'expédition entiére, 
des jours entigrement voués aux études scientifiques. 

Nous avons trés souvent préféré la marche á pied dans les mon- 
tagnes, car ce n'est qu'a pied qu'on peut faire des observations géologi- 
ques sérieuses. Travaillant ensemble en général, nous nous sommes 
separés maintes fois, pour les études spéciales et á cause du peu de 
temps disponible. 


— 311 — 


B. APERCU PRÉLIMINAIRE DES RÉSULTATS 
GÉEOLOGIQUES. 


Nous avons traversé quatre fois la Cordillere avec les itinéraires 
suivants: 


1) par la vallée de l'Atuel a Tinguiririca; 

2) de Curicó par Rio Grande et Loncoche a la Cañada Colorada ; 
3) de San Carlos, Maipó, Cruz de Piedra a San José de Maipó; 
4) de Santa Rosa de los Andes, Cumbre de Uspallata a Mendoza. 


Pour les recherches géologiques, il faut faire abstraction des deux 
derniéres traversées, parce qu'a Maipó et Cruz de Piedra nous n'avons 
pas eu le temps de faire des études sérieuses et a la Cumbre de Uspallata 
tout travail a été empeché par le mauvais temps. 

Pendant les quelques semaines que nous sommes restés dans la par- 
tie centrale de la région entre le Rio Grande (Argentine) et le Rio Co- 
lorado (Chili) au sud de Santa Elena et au nord du campement de la 
Cascada, nous avons obtenu les bases principales pour la conception géo- 
logique non seulement du centre mais aussi des parties extérieures de 
notre profil si rapidement parcouru. 

Il ne peut pas étre le but de ce rapport préliminaire d'exposer déja 
maintenant des détails, car beaucoup de résultats doivent étre sanction- 
nés par une étude minutieuse, soit paléontologique, soit pétrographique. 
Aprés un examen détaillé nous espérons pouvoir tracer définitivement le 
premier profil transversal de la Cordillére des Andes (entre Molina, pres 
de Curicó et Cañada Colorada, pres de San Rafael), levé d'apres les prin- 
cipes généraux de la géologie moderne. 

Ce profil offrira au monde scientifique un coup d'ceil général sur 
la tectonique de notre région andine. De telles recherches systématiques 
dans les Andes argentino-chiliennes sont, certes, justifiées aussi pour 
la pratique, car il pourrait en résulter quelques renseignements utiles 
pour résoudre la question de limites entre les deux républiques voisines. 

Nous comptons publier nos résultats définitifs aussitót que possible 
dans les « Anales del Museo de La Plata », c'est-á-dire des que nos ma- 
tériaux et collections (échantillons de pierre, fossiles, photographies, 
hauteurs barométriques. etc.) seront étudiés á fond et qu'un plan topo- 
graphique pouvant servir de base sera établi. 

Voici, cependant, quelques résultats préliminaires; 


— 378 — 


Il. Ligne de l'Atuel á Tinguiririca 


Aprés avoir passé l'immense cóne de déjection du Rio Atuel, on 
observe au versant oriental de la Cordillere des conglomérats et des grés 
faiblement plissés. Ainsi cette région rappelle pour l'orographie le versant 
nord des Alpes oú se trouvent les bancs de grés et de poudingues de la 
molasse miocéne. 

Les anciennes terrasses d 'érosion et les restes des terrasses d'accumu- 
lation démontrent que la riviére aujourd'hui trés petite, a travaillé jadis 
d'une maniére considérable. 

Le long de l'Atuel on rencontre des gres liasiques fossiliféres, des 
calcaires á Ostrea et du gypse fortement disloqués et plissés. 

Aux deux extrémités de la Laguna del Sosneado, la vallée est barrée 
par d'immenses moraines et beaucoup de collines d'éboulement. Ces 
moraines prouvent la plus grande extension des glaciers dans les temps 
passés, ainsi que l'existence d'époques glaciaires dans la Cordillere. 
On trouve tout pres les restes de nappes éruptives et de grandes 
montagnes basaltiques, témoins d'une activité volcanique d'une épo- 
que géologique relativement jeune. Citons encore les belles surfaces polies 
des cailloux roulés de l'Atuel, causées par le vent si formidable dans 
cette région, et l'on peut dire que tous les agents géologiques ont laissé 
leurs traces au bord de cette riviére. 

Par suite du voyage accéléré nous n'avons pas réussi a faire des 
observations sérieuses dans la région de l'Arroyo de las Lagrimas, du 
Cajon del Burro et du Rio Tordillo. Cependant, c'est dans ces contrées 
que nous avons rencontré pour la premiére fois un sédiment curieux 
se montrant tantót sous forme de conglomérats grossiers, quelquefois 
bréchiformes, tantót sous forme de gres plus ou moins fins. Il contient 
de nombreux fragments d'une roche éruptive porphyritique et quelque- 
fois il semble méme que ces fragments sont cimentés par une masse 
d'origine éruptive violette ou verte. Des bancs d'ammonites — par consé- 
quent des dépóts d' origine marine —se sont trouvés en connexion avec 
ces conglomérats de méme que des filons éruptifs. 

Ces poudingues forment aux bords du Rio Tinguiririca d'immenses 
complexes tres épais et fortement disloqués, dans lesquels le fleuve a 
creusé des gorges profondes. C'est lá que ces roches sont injectées de 
nombreux filons d'une diorite verdátre. 

Dans les parties basses de la vallée de Tinguiririca, on trouve plu- 
sieurs massifs de diorite tantót obscure, tantót claire, intercalés entre 
les conglomérats. 

Dans la méme vallée, a l'ouest de la Cordilléere, se trouvent aussi 
des traces glaciaires tres éloignées des glaciers actuels. Il est possible que 


les systémes de terrasses immenses en combinaison intéressante avec les 
cónes de déjection qu'on observe dans les parties basses de la vallée de 
Tinguiririca, soient en rapport génétique avec la question des temps 
slaciaires. On doit probablement expliquer ces terrasses par des change- 
ments du niveau océanique. 

Le bord occidental de la Cordillére, pres du village de Tinguiririca, 
est formé par des roches effusives modernes, qui appartiennent aux 
groupes intéressants des porphyrites et basaltes. 


II. La région centrale entre Rio Grande, Rio Colorado 
et Rio Teno. 


Entre le Rio Grande et la ligne du Rio Colorado au Rio Teno (Chili) 
affleure une zone composée en plus grande partie de sédiments d'áge 
jurassique. Ceux-ci forment quatre á cing plis plus ou moins paral- 
léles et relativement simples, qui s'étendent du nord-est au sud-ouest, un 
peu obliquement á la direction générale des chaines. 

Le conglomérat caractéristique, accompagné de grés et de filons 
éruptifs, joue ici comme á Tinguiririca un róle prépondérant. C'est 
surtout dans les parties orientales de cette région que ces roches forment 
presque exclusivement d'immenses montagnes á parois escarpées, tandis 
qu'au centre elles sont réduites á une région montagneuse ondulée sans 
cimes caractéristiques. Dans cette dernitre contrée, les inclinaisons 
des couches et quelquefois les superbes plissements, ainsi que les 
intercalations soit de gypse soit de calcaires fossiliféres, trahissent la 
tectonique. 

Quant au gypse, examen minutieux de nos matériaux fera savoir, 
s'il peut et jusquía quel point étre considéré comme horizon stratigra- 
phique. La question de l'origine de ce gypse et de ses phénoménes de 
contact avec les roches éruptives environnantes se présente également. 

C'est dans cette partie de notre champ d'étude que nous espérons 
résoudre la question de lorigine du conglomérat si important au point de 
vue soit géographique soit géologique. L'étude détaillée des fossiles, ainsi 
que l'examen des plaques minces des roches qui composent le conglomé- 
rat, pourrait nous guider dans ces recherches difticiles. Il est possible 
qu'on finisse par établir des relations entre ce conglomérat (formant la 
base des volcans Peteroa et Planchon surmontée par des roches éruptives 
modernes) et les roches andésito-basaltiques modernes, de sorte qu'on 
pourra peut-étre dire que les immenses volcans á peine éteints de Peteroa, 
Peñon et Planchon se sont élevés sur leurs propres débris des temps 
jurassiques. Les sources thermales de 1'Azufre et de la Cascada, aussi 
bien que les cratéres de Peteroa et Planchon, conservés jusqu'á nos jours 


— 380 — 


avec une beauté grandiose de formes et de couleurs, témoignent la 
jeunesse du volcanisme. 

Dans le Valle de los Ciegos et jusqu'aux Puertas del Valle Grande, 
on rencontre partout de la pierre-ponce en petits fragments. C'est plus 
loin encore que les glaciers ont emporté les matériaux volcaniques, 
comme le démontrent des zones morainiques noirátres, constituées par 
des fragments basaltiques. 

A Pest de la vallée de Villagra, on trouve des centres relativement 
modernes d'un magma plus acide en connexion intime géographique 
et peut-étre aussi géologique avec des lentilles dioritiques claires. Par 
contre, nous avons observé dans la vallée de Rabones un complexe impo- 
sant d'une roche protoginoide, allant au nord jusqu'au Rio Valenzuela, 
tandis qu'il a déja disparu a Santa Elena, de méme que plus au sud au 
Portezuelo Montañes. 

1] résulte de la description précédente que la région andine centrale, 
située entre le Rio Grande á lest, le Rio Colorado et Rio Teno á 
lPouest, entre le Paso Santa Elena au nord et le Portezuelo Montañes 
au sud, forme une contrée montagneuse uniforme et peu coupée par des 
cours d'eau. Le conglomérat y joue un róle tectonique prépondérant. 
D'origine sédimentaire en grande partie, il forme presque exclusivement 
une série de plis paralleles se dirigeant plus ou moins du nord au sud, 
et qui ont été morcelés irréguligrement par l'érosion et gá et lá surmon- 
tés de cratéres volcaniques. 


III. Rio Colorado, Rio Grande et Rio Malargue 


Les roches effusives dominent depuis le Valle Grande jusqu'au Chili 
procurant á la vallée du Rio Colorado un caractére volcanique. Les deux 
pentes de la vallée montrent des restes d'une couverture éruptive énorme 
de nature andésitique, restes qui se distinguent par leurs colonnes admi- 
rablement belles. Cette couverture, injectée sans doute dans la vallée 
préexistante, couronne d'abord des bancs obliques du conglomérat violet 
et du gypse; ensuite, dans les parties plus basses, directement les diori- 
tes et enfin, encore plus á l'ouest, de nouveau le conglomérat plissé. 
Toutes ces roches montrent localement des formes moutonnées produites 
par les anciens glaciers. 

Dans le cours inférieur du Rio Colorado, á l'endroit ou il vient se 
joindre au Rio Claro, se voient de nouveau les immenses terrasses que 
nous connaissons déja des environs de Tinguiririca. 

A Vextrémité occidentale de notre profil, se trouve la diorite; des 
roches éruptives modernes paraissent suivre formant probablement les 
collines parsemées dans la plaine chilienne. 


Im 


— 381 — 


A Palmillo, c'est un tuf volcanique qui se présente. Le fait qu'il 
est superposé aux éboulis de la vallée longitudinale chilienne pourra 
livrer des éléments pour la détermination de l'áge des éruptions, si 
Von peut établir des relations pétrographiques entre ce tuf et les couver- 
tures éruptives injectées dans les vallées. 

Au Rio Grande, a l'est de la région centrale, vient une série de 
plis tantót paralleles tantót obliques au cours du fleuve. Depuis l'em- 
bouchure du Rio Valenzuela jusquíau bord oriental de la Cordillere 
pres de la Cañada Colorada. suivant le Rio Grande jusqu'a Barda Blanca, 
et traversant le Portezuelo Loncoche, on compte environ six anticlinaux 
paralleles. Pres de Barda Blanca, il existe un pli couché trés visible, 
formé dans les parties centrales par le conglomérat et le porphyre. et dans 
les parties supérieures par un calcaire clair a fossiles jurassiques. 

Plus a Fest. a Loncoche, des dépóts crétaciques faiblement ondulés 
sont pénétrés par des filons éruptifs. 

A Vest du Rio Grande, les sédiments jouent un róle prépondérant, 
et ce n'est qu'aux environs du Rio Malargue qu'on retrouve une cou- 
verture basaltique, bien moins importante cependant que les roches 
éruptives de la partie chilienne de notre profil. 

Nous espérons résoudre le probleme de l'áge des diorites gráce aux 
affleurements qui existent au-dessus de la Calle del Yeso (Portezuelo Cal- 
queque), ou nous avons trouvé ces roches en liaison intime avec les 
couches fossiliféres jurassiques. 


IV. Notes additionnelles sur les lignes Maipó - Uspallata 
et la Sierra Pintada pres de San Rafael 


La route Maipó-Cruz de Piedra a été parcourue avec résignation en 
raison du peu de temps disponible et de l'hiver menacant. La traversée 
de la Cumbre de Uspallata a été encore pire; des tempétes ont rendu 
impossible tout travail scientifique. Il s'ensuit que nous ne pouvons 
donner que sous toutes réserves quelques remarques relatives á ces deux 
traversées. 


MAIPÓ- CRUZ DE PIEDRA 


L'extrémité orientale de la traversée pres de Yaucha parait étre pa- 
léovolcanique. Viennent apres les diorites et un complexe de schistes 
argileux noirs, séricitiques. que nous n'avons rencontrés nulle part 
ailleurs. 

Prés de Las Vegas nous avons observé des tufs bréchiformes d'une 
roche trachytique. 

Tomo VIII. LA 


A 


Le Maipó meme, volcan grandiose couvert de neige, est un cóne 
basaltique. Il est entouré de blocs porphyriques et dioritiques disposés 
par zones. 

Une zone sédimentaire montrant des complications tectoniques et 
composée de schistes tithoniques fossiliféres, de conglomérats et de gypse, 
s'étend despuis Las Tortolas jusqu'aux régions basses du col. 

On apercoit par places des bouquets de colonnes éruptives, et tout 
en bas, pres de San José de Maipó, on passe par des gorges profondes, 
dans lesquelles le fleuve perce des massifs dioritiques. 

Voilá tous les résultats de notre route Maipó-Cruz de Piedra. 


CUMBRE DE USPALLATA 


C'est le conglomérat qui joue ici aussi le róle prépondérant et for- 
me, accompagné de calcaires et de gypses, plusieurs plis relativement 
simples. Contrairement á l'opinion de Darwin, on observe aussi du 
cóté chilien un plongement varié des couches inclinées tantót a l'est, 
tantót a l'ouest. Il y a donc aussi dans ces parties-ci de la Cordillere 
des plissements clairs et indubitables. 

Un énigme géologique nous parait la plaine d'Uspallata. On pourrait 
peut-étre résoudre la question de son origine, en étudiant aussi les 
terrasses et cónes de déjection aux bords du Rio Mendoza présentant 
de trés curieuses conditions de niveau. 

La Sierra Pintada pres de San Rafael mériterait d'étre étudice a 
fond. C'est un «Kuppengebirge» (montagne formée d'anciennes cimes 
volcaniques) par excellence, formé par des roches éruptives trés varices, 
qui s'élevent au-dessus de gres et conglomérats peu disloqués d'áge 
encore inconnu. Les roches citées se croisent en forme de filons et se per- 
cent alternativement d'une maniére extremement intéressante. Leur étude 
géologique, se basant sur une carte topographique exacte de 1:100 000 
ou mieux de 1:50 000, et sur des travaux micro-pétrographiques ainsi 
que sur des analyses chimiques, servirait probablement a éclaircir les 
questions difticiles relatives a l'áge de la Sierra Pintada, de la Cordillére 
proprement dite et de la Pampa. 


V. Résumé des principaux résultats géologiques acquis 
jusqu'a présent 


Táchons de réunir tous les résultats acquis jusqu'ici pour en com- 
biner un profil transversal de la Cordilléere entre le 35% et 36% degré de 
latitude sud (voir l'esquisse). 

Il en ressort que c'est une région plissée bien typique, et dont la. 


— 389 — 


tectonique est relativement simple. L'écorce terrestre a été soulevée dans 
une série de douze á quinze plis paralleles assez équivalents entre eux 
dans le sens orographique de méme que tectonique. La couche fossilifere 
la plus ancienne est formée par le liasique etá l'extrémité orientale, 
c'est le crétacique supérieur (avec tertiaire peut-étre) qui a subi encore 
un faible plissement. Notre Cordillére, comme la plupart des grandes 
montagnes plissées de la terre, est donc relativement jeune, c'est-á-dire 
post-crétacique. 

Dés lors les riviéres ont creusé dans les montagnes, dirigées plus ou 
moins du nord au sud, des vallées irréguliéres en toute direction, en 
long, en travers, obliquement. 

L'action volcanique a accumulé des masses énormes de laves érup- 
tives et de tufs dans les vallées et sur le dos des montagnes. L'érosion 
a fortement entamé ces masses aussi; les restes démorcelés démontrent 
d'autant plus nettement leur nature. Ensuite une période glaciatre, avec 
intervalles, a rempli de glace les mémes vallées. Dans nos jours les gla- 
ciers se sont retirés et n'existent plus que dans les parties les plus élevées 
de la montagne. ayant laissé plus en bas. au fond et sur les versants des 
vallées, des moraines anciennes et des « Gletscherschliffe» (roches mou- 
tonnées) comme témoins de leur grande étendue antérieure. 


Aprés cette courte orientation, nous faisons suivre quelques commu- 
nications relatives aux branches géologiques spéciales : 

L'examen s!ratigraphique a démontré que les terrains sédimentaires 
de notre région appartiennent la plus grande partie au systéme juras- 
sique. Il n'est guéere possible de fixer la position stratigraphique exacte 
des différentes couches fossiliféres avant que les fossiles aient subi une 
détermination définitive. Mais on peut dire qu'il sy trouve représenté 
une série variée d'horizons depuis le liasique jusqu'au tithonique. L*étude 
des terrains du jurassique inférieur et moyen est rendue trés difhicile 
par des relations de facies bien compliquées. Les bancs fossiliféres ne 
composent point une série continue de couches l'une sur l'autre, sans 
lacune, mais ¡ls forment plutót des lentilles isolées, des strates de petite 
puissance, au milieu d'un systeme de roches clastiques d'une épaisseur 
immense. 

Par les horizons fossiliféres on est frappé de la grande diflérence qui 
existe entre les terrains formant le bord est de la montagne et ceux du 
centre et de l'ouest de la Cordillére. A l'est (Rio Grande, Vallée de 1'A- 
tuel, Cañada Colorada). on observe des dépóts de la zone littorale: calcai- 
res et grés tres puissants, avec mollusques á test épais, surtout bivalves, 
et bancs d'huitres typiques, tandis quía J'ouest (Santa Elena, Vergara, 
Tiburcio, Fierro) se rencontrent dans différents niveaux des calcaires 
foncés a ammonites. dépóts de mer plus profonde. Il s'ensuivrait que la 


mer du jurassique inférieur et moyen diminuait de profondeur de l'ouest 
á Vest. Sa cóte orientale coincidait probablement avec le bord oriental 
des Andes actuels, ou, sinon, elle ne doit pas étre cherchée trop loin de 
la Cordillere actuelle. 

Les roches clastiques, dans lesquelles sont intercalées les couches 
fossiliféres mentionnées, peuvent remplacer celles-ci en plus grande 
partie; elles forment des assises puissantes, tout particulicrement dans les 
zones du jurassique supérieur et montent méme jusqu'au crétacique. 
Quant á la composition pétrographique, on y trouve du grés trés fin et 
des poudingues grossiers avec toutes les transitions possibles. 

Le gros des gypses fait partie du systéme jurassique parce qu'ils sont 
superposés dans beaucoup d'endroits par des couches d'ammonites titho- 
niques comme á Montañes, a l'est du Rio Tordillo vers le Cajon del Burro, 
á Casa Pincheira et au Rio Grande. 

Dans les temps du jurassique supérieur, une mer profonde couvrait 
notre région. Elle nous a laissé ses traces sous forme de calcaires foncés 
tithoniques avec des Ammonites (Perisphinctes, Hoplites), des Aptychus 
et des Sauriens. 

La recherche paléontologique détaillée va éclaircir et approfondir, 
ou fournir encore beaucoup de points importants de stratigraphie. Il 
est tres vraisemblable que l'on retrouve dans notre région, les mémes 
horizons du jurassique qu'en Europe, se succédant aussi dans le méme 
ordre qu'ailleurs, ce qui prouvera que les lois de développement orga- 
nique reconnues pour les autres parties de la Terre, soient valables 
aussi pour l'Amérique du Sud. Il s'est déja montré une analogie 
surprenante entre mainte région du jurassique de la Cordillére et les 
localités classiques de la Souabe, du Jura ou des Alpes. Pour la question 
des zones du climat jurassique, nos recherches paléontologiques détail- 
lées apporteront aussi des matériaux. Nous avons rencontré sur une 
grande étendue le facies alpin de plusieurs horizons du jurassique, ce 
qui ne concorde pas avec les idées émises par Neumayr. 

Au flanc est de la Cordillére, les couches du jurassique supérieur sont 
superposées par des dépots crétaciques. Ceux-ci représentent, á ce qu'il 
parait, toute la série du crétacique. La base en est formée par des calcai- 
res á céphalopodes, en liaison intime avec les couches tithoniques 
sousjacentes. La partie moyenne comprend un complexe puissant de 
poudingues, de gres, d'argiles et de gypses sans fossiles. Dans les horizons 
supérieurs on trouve des bancs d'huitres et des calcaires jaunátres á 
pinces d'écrevisse et á mollusques. 


Pour la pétrographie nos recherches ont fourni beaucoup de maté- 
riaux. Les roches éruptives jouent un róle important dans notre profil. 
Il y a des massifs el filons dioritiques qui percent les terrains sédimen- 


— 38) — 


taires ou y forment des intercalations concordantes. Les masses énormes 
de poudíngue se composent, pour la plupart, de matériaux d'origine 
éruptive. Des roches andesitiques et basaltiíques quelquefois aussi des 
types plus acides couvrent les hautes régions centrales ou bien se sont 
versés comme de grandes nappes étendues dans les vallées préexistantes. 
Et enfin, toutes ces formations, pour ainsi dire, sont traversées par des 
Jilons volcaniques de toute espece. 

Les diorites affleurent en deux formes: La premiere est une roche 
claire, acide, semblable au granit, á grain assez fin, et renfermant des 
rosettes ou lamelles de minerai de fer et des concrétions d'actinolithe en 
forme d'aiguilles; l'autre appartient á un facies vert, presque diabasique, 
avec grain extrémement fin qui rappelle certaines roches dioritiques des 
Alpes de la Suisse. Il est possible que, par un examen plus exact, il en 
soit remis une partie dans la famille des granits ou protogines et une 
autre partie dans celle des diabases ou tufs diabasiques. La plupart de 
ces roches dioritiques est relativement jeune. Un gisement dans la Calle 
del Yeso (Calqueque) fixera leur áge: on y observe des filons et méme 
des nappes dioritiques en contact direct avec les couches jurassiques 
fossiliféres. Ici aussi, comme ailleurs, la structure granitique n'est 
point un critérium absolu pour l'áge de l'éruption. 

Le poudíngue a pour base, dans plusieurs localités importantes, 
un massif de roche porphyrique qui se retrouve dans les couches 
supérieures comme débris et méme comme couche entiére intercalée 
(Lagergang). Au Rio Grande, c'est un porphyre felsitique rouge: au 
Portezuelo del Planchon, on trouve un porphyrite violet foncé; pres du 
Mojon Santa Elena. on est frappé par une roche porphyritique verte 
avec de grandes feldspaths en tablettes de deux á quatre centimétres cu- 
bes. Ces trois roches sont caractéristiques pour le poudingue (ou la bréeche), 
quoique leurs proportions numériques soient tres variables. Elles se 
trouvent toujours accompagnées de débris diabasiques dont nous ne con- 
naissons pas encore l'origine. 

Dans les endroits ou le poudingue passe á un grés, il renferme par- 
fois des fossiles jurassiques de pleine mer. 

Pour expliquer la genese de ce poudingue, il y a en outre une cer- 
taine contradiction entre le caractére de poudingue grossier et fin ou 
breche et le ciment trés souvent de nature éruptive (porphyritique). 

Les horizons de gypse sont brúlés, par places, par le contact éruptif. 
Le poudingue méme est quelquefois métamorphisé énergiquement par 
des filons aplitiques etc., ou par des nappes volcaniques superposées. 
En outre, des traces de dynamo-métamorphisme sont constatées dans le 
poudingue, aussi bien que du striage et des miroirs de frottement dans 
des couches disloquées. li y a des localités oú le poudingue renferme des 
minerais de cuivre tres riches (Choicas, etc). 


— 386 — 


Les roches néovolcaniques appartiennent, en somme, á la famille 
des basalles. ll se peut, pour certains points, que les centres d'éruption 
mesozoiques soient en coincidence avec ceux du temps moderne. Nous 
saurons plus tard, par l'examen microscopique et chimique, si cette 
supposition est juste pour les volcans Planchon, Peteroa et Azufre, par 
exemple. Ici le basalte moderne a pénétré tres pres d'un massif porphy- 
rique dans une voúte sédimentaire de poudingue, s'étalant au-dessus en 
forme de crateres polychlores superbement conservés. Ces volcans doivent 
avoir été en pleine action encore dans le temps glaciaire, et méme dans 
le présent ils ne seraient pas completement éteints, comme le feraient 
supposer les exhalations continuelles et intensives d'acides sulfureux et 
hydrosulfurique, les sublimations volcaniques quíon trouve sur la glace 
de ces montagnes, ainsi que les sources thermales saturées d'acide hy- 
drosulfurique, etc., de ces régions. 

Nous avons trouvé á Villagra et a Tiburcio des centres d'anciens 
volcans ayant la forme de cimes bien typiques, de cratére avec strates 
d'obsidiane et de perlite. Ceux-ci sont dús á un magma plus acide, 
trachytique peut-ctre. 

Dans le Valle de los Ciegos, Puertas del Valle Grande, etc., toute 
la contrée, vallée et hauteurs, est couverte de pierre-ponce. Pius en 
aval, au Rio Grande, Rio Colorado, Rio Claro, on trouve des masses 
énormes de tufs, et des nappes andésitiques jusquía deux mille metres 
d'épaisseur. Souvent elles montrent des colonnes magnifiques et suivent 
les pentes des vallées jusque dans leurs plus petits ravins ou les eaux 
les ont entamées de nouveau (Rio Malargue, Rio Colorado). Par places 
elles sont superposées á des poudingues modernes a peine cimentés (Rio 
Claro, Rio Colorado, Rio Malargue). D'autre part. au Rio Colorado, 
a Villagra ces nappes néovolcaniques montrent une surface moutonnée 
ainsi que du striage effectué par les glaciers dans le temps de leur grande 
étendue. 

Remarquons ici encore que les roches paléovolcaniques et néovol- 
caniques, de méme que les terrains sédimentaires sont pénétrés par des 
milliers de filons éruptifs de toute classe. Dans le crétacique méme au 
bout oriental de notre profil (Loncoche). il y a une porphyrite angitique. 
Des éruptions volcaniques ont donc eu lieu continuellement, pour ainsi 
dire, depuis les temps jurassiques jusqu'a nos jours. C'est la une région 
d'une importance extraordinaire pour le microscope du pétrographe et 
pour la balance du chimiste. 


Quant á la /ectonique, on peut déclarer que la Cordillére, dans la 
latitude de notre voyage, se manifeste comme région de plissement ty- 
pique. ITractures et failles ny jouent qu'un róle secondaire: quant aux 
chevauchements, il n'y en a pas. 


abs 


— 387 — 


En comparaison avec les Alpes europcennes, la structure de notre 
partie de la Cordillére est bien simple. Il n'ya que peu de complications 
tectoniques; les massifs centraux feraient défaut, et ce n'est que par un 
seul systeme sédimentaire qu'est formé le plus grand nombre des plis 
simples et nets. Mais, dans ces plis, et au-dessus, on rencontre des ro- 
ches néovolcaniques variées, phénomene presque inconnu dans les Alpes. 

La Cordilléere étudiée montre une série subséquente et asymmétrique 
de plusieurs zones. Sortant de la Pampa argentine, on trouve, au 
versant est de la montagne (entre Cañada Colorada et Casa Pincheira) 
une vaste synclinale de terrains crétaciques faiblement plissés et super- 
posés au jurassique. Le noyau de cette synclinale est formé par les 
horizons du crétacique supérieur, déja mentionnés dans la partie strati- 
graphique, et prouvant que la derniére dislocation de cette partie de la 
Cordillére a eu lieu dans les temps post-mesozoiques. 

Vers l'ouest suivent les plis jurassiques avec une dislocation plus 
forte et plus serrée que celle du crétacique. Leurs poudingues, grés et cal- 
caires forment une série de synclinales et anticlinales simples (Mojon 
Santa Elena, Portezuelo de Vergara, bords du Rio Grande). Nous 
n'avons vu que deux localités dont la tectonique est plus compliquée: 
un pli couché au Rio Grande (pres de Barda Blanca) avec un noyau 
de porphyre quartzifere, sur lequel des calcaires blancs á ostrées sont 
magnifiquement plissés en forme d'un S. et puis la région située au 
nord-ouest du Valle Santa Elena: quant á cette dernitre, il serait difh- 
cile d'en débrouiller la structure tectonique. 

A Vouest de la ligne de Peteroa - Planchon-Tinguiririca; ce sont les 
masses de roches éruptives qui dominent dans notre profil. Il y a une 
alternation de diorites (effusives?) avec les poudingues jurassiques dislo- 
qués en voútes et synclinales plus ou moins claires, sous une nappe 
énorme de roches néovolcaniques. 

Le versant ouest de la Cordillére, c'est-á-dire le bord oriental de la 
grande vallée longitudinale du Chili, est tres souvent formé par des ro- 
ches diabasiques ou porphyritiques, basaltiques méme et tufeuses for- 
mant de nombreuses cimes volcaniques. 


Notre profil transversal de la Cordillére entraínera, en outre, quel- 
ques résultats dA'intéret géologique général. Rappelons la gentse des 
poudingues et du gypse; la question de la glaciation andine actuelle et 
antérieure; les phénomenes du volcanisme avec ses effets de contact sur 
les roches sédimentaires et éruptives, et ses restes en forme de cratéres, 
colonnes, tufs, exhalations de gaz et sources thermales; les produits de 
la décomposition et de l'action du vent; les changements des cours d'eau; 
les éboulements, etc., etc. On pourrait faire suivre une quantité de petits 
travaux spéciaux sur des détails d'intérét local de méme que sur des 


— 388 


problemes d'importance plutót générale. Le matériel fondamental en cst 
déja levé partiellement; pour une autre partie, on pourrait facilement 
Pobtenir; mais la plupart des matériaux ne seront livrés que par des 
recherches continues faites d'année en année. 

Comment parvenir, en eflet, á des résultats positifs sur le mouve- 
ment des glaciers dans les hautes vallées andines, sans de continuelles 
observations des mémes glaciers pendant quelques dizaines d'années? Com- 
ment juger de lorigine de la Pampa énorme et des restes erratiques 
avant de connaitre a fond les roches et les formations caractéristiques de 
la Cordillére méme ? 

Ce n'est pas seulement pour la science proprement dite qu'il faut 
tácher de résoudre peu á peu ces questions, qui sont aussi d'une grande 
valeur pratique au point de vue de l'économie politique. On peut pré- 
voir les temps oú il sera important pour la République Argentine de 
savoir si les hautes vallées peuvent étre peuplées. La recherche géolo- 
gique de la Cordillére, c'est la recherche, en méme temps. de ses ri- 
chesses minieres: les charbons et les minerais métalliferes. Nous ferons 
un rapport plus détaillé sur quelques mines rencontrées dans notre ré- 
gion et Vexplication de leur genéese sera aussi intéressante pour la théorie 
géologique qu'importante pour la pratique du mineur. 

Enfin, pour tous ceux qui ont un intérét soit comme hommes détat 
soit comme simples patriotes a la question des limites chiléno-argentines, 
il est absolument indispensable de connaitre la géologie de la ligne divi- 
soire qui en explique les faits topographiques. 


Musée de La Plata, Septembre 1807. 


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Niveau de la mer 


Rev, del Museo de La Plata Tomo VII 
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ESIQUISiStiE 
d'un 
PROFIL TRANSVERSAL 


DE LA 


CORDILLERE CHILÉNO-ARGENTINE 
entre le 35" et36* lat.Sud 


par 
D" Léo Wehrli et DI Carl Burckhardt 
géologues 
de la section d'explorations nationales 
au Musée de La Plata 


1897 
21. — Routes des DS 
Weheli et Burckhardt, 1897 > Echelle 1:500000 
-—- Directions des profils geologiques : (hauteurs et longueurs) 
Echelle » 1:5 000000 | y z , ? A 
Agrandi d'aprés le Mapa Relieve de | ; Cretacé ES Roches neovolcaniques 


Echelle 1: 


 Jurassique E Roches dioritiques 


te 
40* W.Greenw. 


TALLERES DEL MUSEO 


UNA 


HS TAGION MARÍTIMA 
PROVINCIAL 


POR 
E. LAHILLE 


DOCTOR EN MEDICINA Y CIENCIAS NATURALES 


ENCARGADO DE LA SECCION ZOOLÓGICA DEL MUSEO DE LA PLATA 


CON GRÁFICOS, PLANOS Y NUEVE LÁMINAS 


Tomo VIII. LS: 


La Plata, 18 de Agosto de 1897. 


Señor Francisco P. Moreno, Director del Museo de La Plata. 


Senor Director: 


Tengo el honor de elevar á usted el informe preliminar, 
preparado por encargo del Ministerio de Obras Públicas, sobre 
una estacion marítima provincial y sobre los resultados de los 
últimos estudios que he practicado en la costa atlántica de la 
Provincia, con el objeto de buscar el punto más adecuado para 
la instalacion de este futuro anexo del Museo. 

Me es grato saludarle con mi más distinguida consideracion. 


DR. F. LAHILLE, 


Encargado de ia Seccion Zoológica. 


MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS 
DE La La Plata, Diciembre 31 de 18097. 
PROVINCIA DE BUENOS AIRES 


Al señor Director del Museo: 


Para su conocimiento, transcribo á Vd. el siguiente decreto 
del P. E. dictado en la fecha: 


CONSIDERANDO: 


Que hay verdadera conveniencia en estimular el desenvolvimiento de la 
pesquería en las costas marítimas de la Provincia, no solo porque esta in- 
dustria está, sin duda alguna, llamada á constituir una fuente de riqueza 
de gran consideracion en sí misma, sino porque contribuyendo % crear un 
comercio activo y 4 desarrollar una clase de navegacion que formará una 
poblacion avezada á los trabajos del ramo, colocará ála Provincia en situa- 
cion de cooperar eficazmente al desenvolvimiento de la marina nacional, 
como corresponde á su situacion geográfica; 

Que la poca atencion que hasta ahora se ha prestado en la Provincia á 
una industria tan importante, no se explica satisfactoriamente sino por el 


— 392 — 


escaso conocimiento de las facilidades que para ello presentan nuestras ex 
tensas costas y de su riqueza en productos de la pesquería, lo cual induce 
tambien á pensar que es necesario crear institutos que faciliten dicho cono- 
cimiento y propendan por este medio al desarrollo de la industria: 

Que por el momento y dada la imposibilidad de dar mayor amplitud 4 
esta instalacion, el Poder Ejecutivo debe limitarse £ establecer por vía de 
ensayo, un laboratorio marítimo general para cuyo servicio puede dispo- 
nerse del personal y demás elementos con que cuenta el Museo de La Plata: 

Que el encargado de la Sección Zoológica del Museo, doctor F. Lahille, 
ha efectuado los estudios preliminares tendentes 4 determinar el punto de 
la costa maritima más adecuado al fin propuesto y que, por otra parte, el 
senor Jacinto Peralta Ramos ha puesto generosamente á disposicion del 
Poder Ejecutivo un terreno de su propiedad situado en el punto indicado, 
para que pueda establecerse en él el laboratorio, sin exigir retribucion 
alguna, el Poder Ejecutivo — 


DECRETA! 


Art. lo El Museo de La Plata, procederá ú establecer en Punta Mogotes, 
partido de General Pueyrredon, un Laboratorio marítimo destinado especial- 
mente ú efectuar estudios técnicos relacionados con la pesquería, de acuerdo 
con las indicaciones contenidas en el informe preparado por el señor doctor 
F. Lahille por encargo del Ministerio de Obras Públicas. 

Art. 20 El Museo proporcionará el personal y demúás elementos necesarios 
para el funcionamento del Laboratorio hasta tanto se provea al mismo en 
la ley general de presupuesto, debiendo quedar interinamente ú cargo de 
su direccion el encargado de la Seccion Zoológica del Museo, doctor F. Lahille. 

Art. 30 En el Laboratorio marítimo se admitirá como practicantes y 
aprendices, un número de jóvenes que fijará el director, debiendo dárseles 
en el mismo instituto la instruccion necesaria, ú cuyo fin se instituirá un 
curso especial. 

Art. ko El director del Laboratorio presentará á la aprobacion del Poder 
Ejecutivo, por intermedio del Museo, el plan general de trabajos y los re- 
glamentos del Laboratorio. 

Art. 50 Acuérdase al Museo, con destino á la instalacion del Laboratorio 
marítimo, la suma de siete mil pesos moneda nacional ($ 7000 "%) que se 
imputará á la partida de Obras Públicas de este Ministerio, librándose órden 
por separado al Ministerio de Hacienda para la entrega de dicha suma al 
Habilitado del Museo. 

Art. 60 Comuníquese, etc. 

G. UDAONDO. 
Emiro FrERs. 


Saluda á Vd. atentamente 
EmLro FRERS. 


e 


UNA ESTACION MARÍTIMA PROVINCIAL 


Dans ses fécondes téntbres, la mer peut sourire 
elle-méme des destructeurs qu'elle suscite, bien 
súre d'enfanter encore plus. C'est l'weuvre réelle, 
le travail de ce grand monde: Aimer et multiplier. 


MICHELET. 


El senor Ministro de Obras Públicas, doctor Emilio Frers, 
dándose cuenta desde mucho tiempo atrás de la necesidad de 
estudiar sistemáticamente las riquezas naturales de las costas 
de la Provincia de Buenos Aires, para aprovecharlas en seguida 
y, al mismo tiempo, iniciar el fomento de la industria de las 
grandes pesquerías marítimas que proporcionará, únicamente 
así, un competente personal de marineros para la armada, ha 
constatado que el momento oportuno ha llegado para realizar 
proyectos tan útiles para el desarrollo de la Provincia como 
para la prosperidad del país entero. 

Dados los cortos recursos de que puede disponerse, sólo se 
podrá organizar al principio una estacion marítima muy mo- 
desta, pero suficiente para demostrar al público su necesidad 
y todo lo que de ella puede esperarse una vez que tenga sus 
servicios instalados de un modo más conveniente. 

Hace años que recorro las costas provinciales estudiando la 
biología marítima, desde Atalaya y Punta Piedras hasta el Sambo- 
rombon, desde el Tuyú hasta Necochea, desde Monte Hermoso 
hasta Bahía Blanca y las islas del Laberinto. En muchos puntos, 
dejándome impresionar ya sea por una hermosa playa, ya por 
las tranquilas aguas del mar, ya por una bella puesta de sol, 
Ó por un muelle natural de toscas ostentando una innumerable 
poblacion de séres fantásticos, verdadero tesoro para el natu- 
ralista, habría deseado armar mi carpa y permanecer largo 
tiempo en esos parajes para quitar á la naturaleza uno más 
de sus secretos. 


— 394 — 


Ahora que ha llegado el momento de hacer efectivo un 
laboratorio para principiar la verdadera obra de utilidad pública, 
obra iniciadora que debe responder á los sacrificios exigidos 
al principio y ser una fuente bienhechora proporcionando á 
todos los pescadores y navegantes datos precisos establecidos 
sobre la experiencia misma, uno no debe dejarse guiar por sim- 
ples impresiones. Siento toda la responsabilidad que pesa sobre 
mí al hacer este informe y conviene. antes de proceder á la 
instalacion de ese laboratorio, examinar los puntos siguientes: 

1" ¿Qué objeto pueden tener las estaciones marítimas? 

2 ¿Qué objeto debe tener la estacion proyectada? Su ubica- 
cion, debiendo corresponder pues á esos fines particulares. 

3% ¿Por qué me he limitado á la exploracion de una sola 
parte de las costas de la Provincia? 

4% ¿Cuál sería el conjunto ideal de condiciones físicas pre- 
feribles para la instalacion de la estacion proyectada? 

5” Exámen de los puntos recorridos. 

6” Designación del sitio elegido.—Las razones. 

En una segunda parte del informe tendré que hablar de la 
realizacion del proyecto exponiendo : 

7% Las necesidades del edificio futuro. 

S” Las necesidades del personal. 

9% Las necesidades de los instrumentos de trabajo. 

10% Los trabajos que se pueden emprender ya. 


Objeto de las estaciones marítimas 


En La Nacion (2 de Mayo 1895) y á propósito del viaje cien- 
tífico de la cañonera «Uruguay», indiqué algunos de los puntos 
que se deben estudiar en nuestras costas. De un modo general, 
estos trabajos se pueden dividir en dos secciones: la primera 
correspondiente á las observaciones; la segunda, á las divul- 
gaciones de las conquistas científicas. 

Las observaciones son de dos clases: observaciones físico- 
químicas y observaciones biológicas, tan estrechamente ligadas 
que no pueden separarse, como sería fácil demostrarlo. 


A. OBSERVACIONES FÍSICAS 


1% Hidrografía.—Amtes de pensar en estudios de pesca, es 
indispensable conocer con exactitud la topografía de los fondos. 


— 39) — 


Un mapa marino de gran escala de la region que se debe 
explorar es la primera necesidad que se impone, pues, sea para 
calcular á cada instante el largo que se debe dar á los cabos 
de los aparatos, sea para no arrastrar y perder redes costo- 
sas (') en peñascos cuando uno menos piensa, sea para co- 
nocer la naturaleza de los fondos siempre en relacion con la 
yida orgánica correspondiente, sea, en fin, para saber en qué 
puntos de la costa habría menos peligro de atracar en los casos 
de malos tiempos, cuando el temporal sorprende á las embar- 
caciones afuera. 

Se deben conocer con exactitud la fuerza y la direccion de 
las corrientes durante el flujo y el reflujo, como tambien la 
direccion de las corrientes normales, en sus relaciones con la 
direccion de los vientos. 

Además se deben estudiar las alturas de las olas, sus pre- 
siones y su velocidad, datos indispensables para la construccion 
de puertos, muelles, abrigos, viveros, parques de crianza, etc. 

Un punto de los más importantes es la instalacion abso- 
lutamente necesaria de un mareógrafo totalizador, destinado 
á calcular la altura verdadera del nivel del mar, estableciendo 
así el cero para el deslinde de las propiedades particulares de 
la orilla, para todos los trabajos de nivelación científica de la 
República, para las obras de desagúe, de ingeniería, etc. 

2% Fisica (sensu stricto).—Distribucion de las temperaturas, 
de 10 en 10 metros de profundidad.—Densidades del agua.— 
Leves de la evaporacion del agua de mar.—Colores particula- 
res y propiedades ópticas del agua.—Absorcion de la luz, etc. 
—Difusion de las aguas de los rios y arroyos en el agua del 
mar. —Comparaciones de visibilidad entre las diversas luces 
para señales entre los buques ó las lanchas pescadoras y la 
tierra. 

3 Meteorología.—Ys una materia importantísima para fijar 
con precision el promedio de la direccion del viento relacio- 
nada con la altura del barómetro, con las mareas del dia, con 
la estacion del año, etc.—Las leyes de las perturbaciones atmos- 
féricas locales.—La higrometría que presenta aplicacion inme- 
diata en la industria de las salazones y de la conservacion de 
los pescados por medio de la disecacion.—Presion ó fuerza de 
los vientos. —Presion barométrica.—Lluvias.—Influencia de los 
«vientos en las mareas, etc. 


(*) Cada red: chalut ú gangui, importa el gasto de 400 4 500 pesos. 


— 396 — 


B. OBSERVACIONES QUÍMICAS 


Naturaleza de los fondos.—(Gases contenidos en las aguas. — 
Clases de sales que se encuentran en disolucion y sus canti- 
dades relativas.— Alteraciones y ensavos de proteccion de los 
metales usuales, de los blindados, de las maderas, etc., en el 
agua del mar. 


C. OBSERVACIONES BIOLÓGICAS 


Los estudios biológicos comprenden una parte botánica y 
otra zoológica, y será necesario pues, en la construccion y en 
el arreglo de los laboratorios, no olvidar las necesidades espe- 
ciales de esas dos ramas de la biología. 


D. DIVULGACIONES 


I'studiar, descubrir, es el primer punto que se proponen 
los laboratorios; pero enseñar es el objeto. Por eso muchos de 
ellos se dedican casi exclusivamente: 

1% Ala instruccion del público en general. Instalando acua- 
rios y dando conferencias de vulgarizacion, como lo hacen los 
laboratorios de Arcachon, de Melbourne, etc. 

22 A la instruccion de la juventud especialmente. 

a) Escuelas elementales y profesionales dando á los niños 
del litoral y principalmente á Jos hijos de los pescadores la 
enseñanza, siempre más necesaria, para pescar en alta mar y 
conducir sin miedo las más frágiles embarcaciones, como dán- 
doles tambien la suma de conocimientos normales que no es 
permitido ignorar. Citaré como ejemplo el Laboratorio de la 
Isla de Groix. 

b) Mandando ó vendiendo á los laboratorios de las facul- 
tades de medicina ó de ciencias naturales los animales necesa- 
rios para los estudios comparativos de fisiología ó de anatomía 
de los séres marinos. Ejemplo: Los Laboratorios de Nápoles, 
de Banyuls, de Cette. É 

Podría extenderme mucho sobre los objetos de las estacio- 
nes marítimas, y los planos correspondientes á cada uno de 
ellos deberian ser presentados para demostrar la suma y la varie- 
dad de trabajos que comprenden estas instituciones. Por ahora 
bastará, para dar una idea general de lo que puede ser el 
futuro laboratorio marítimo y del interés que despiertan esas 


— 391 — 


instituciones que van multiplicándose todos los dias en todas 
las naciones del mundo, enumerar las más importantes de 
ellas. 

En ciertos puntos, en Plymouth, Cette, etc., hay laboratorios 
que se dedican exclusivamente al estudio de la flora subma- 
rina del litoral que proporciona á algunos peces, y principal- 
mente á los mariscos, los elementos de vida. Pero la mavoría 
de los laboratorios biológicos se ocupan, al mismo tiempo, y 
principalmente, de observaciones de zoología. Se dividen en 
establecimientos: 

1% Puramente científicos, á donde van los sábios á estudiar 
el desarrollo y las costumbres de los peces marítimos; las leves 
de la adaptacion, de la variabilidad: la zoología sistemática; 
redactar monografias científicas, y estudiar las leves de la 
dispersion y de la distribucion de los animales fijos y migra- 
torios. 

20 Puramente industriales, estudiando y criando. 

A. Moluscos. — Ostreras: Arcachon, Ostende, Marennes, etc. 
Mejilloneras: Saint-Vaast, Aiguillon, etc. 

B. Crustáceos.—Laboratorio Sainte-Barbe en Roscoff. 

C. Pescados. — Laboratorios de Concarneau, y de Flódevig, 
para no hablar de los laboratorios destinados á la crianza de 
los animales de agua dulce. 

D. Estudio de conservas y salazones.—Laboratorio del Croisic. 

E. Estudio de los modos de pescar probando los nuevos 
aparatos y ensayando nuevos sistemas, por ejemplo: el Labo- 
ratorio de Sables-d'Olonne. 

Durante muchos siglos nadie se preocupó de los animales 
- marinos; Plinio, el anciano, había descrito ciento setenta formas 
de séres del mar y hasta 1650 este autor era considerado como 
autoridad en la materia. El gran Lineo mismo, en su Sistema 
natural (1750), indica solamente tres géneros de crustáceos y los 
pone cerca de las pulgas, arañas y escorpiones! 

Los verdaderos iniciadores de los estudios de biología marina 
son: en Francia, Audouin y Milne-Edwards (1826), y en Alemania, 
J. Múller. Es en Francia, tambien, que fué realizado por Coste 
en 1858, el primer laboratorio marítimo en Concarneau. Esta 
estacion fué consagrada durante largo período únicamente á la 
piscicultura, y fué solamente hasta estos últimos años raras 
veces utilizada para estudios de ciencia pura. 

Para facilitar y desarrollar las investigaciones embriológicas 
y de zoología pura fué Lacaze-Duthiers quien edificó en 1872 
el primer laboratorio en Roscoff (Finistére) y actualmente Fran- 


— 398 — 


cia cuenta con diez y seis estaciones marítimas que se pueden 
clasificar de la siguiente manera: 


ESTACIONES FUNDADAS Y SOSTENIDAS POR PARTICULARES 


Portel. — Fundador: Bétencourt. — Estudia la fauna del Paso 
de Calais. 

Sables-d'Olonne. — Fundador: Odin. — Estudia la piscicultura. 

Arcachon. —Fundador: Sociedad Científica de Burdeos. — Es- 
tudia la fauna marítima y la ostricultura. 

Villefranche. — Fundadores: Barrois, Fol y Korotneff. — Estu- 
dios embriológicos. 


ESTACIONES ORGANIZADAS Y SOSTENIDAS EN PARTE 
POR EL ESTADO 


Boulogne-sur-Mer — Estacion de aquicultura, director: Canú. 
Concarneau—Dependencia del Colegio de Francia, Balbiani. 
Wimereux (1874) — Universidad de Lille, director: Giard. 
Roscoff (1872) — Universidad de Paris, De Lacaze-Duthiers. 
Banyuls (1881) —Universidad de Paris, De Lacaze-Duthiers. 
Saint-Vaast la Hougue. — Museum de Paris, Ed. Perrier. 
Tamaris — Universidad de Lyon, director: Blanchard. 
Endoume — Universidad de Marseille, director: Marion. 
Cette — Universidad de Montpellier, director: Sabatier. 
Luc-sur-Mer — Universidad de Caen, director: Joyeux-Laffuie. 
Portel —Universidad de Lille, director: Hallez. 

Alger— Universidad de Argel, director: Viguier. 


Estos varios laboratorios se dedican : 


19 A los estudios de la fauna: 

20 Al adelanto de las ciencias biológicas : 

3 A la enseñanza de estas ciencias; 

4% O á estos tres objetos á la vez; 

5 O bien se dedican á las aplicaciones de la ciencia á la 
industria de la pesca, como en Concarneau, Boulogne-sur- 
Mer, Sables-d'Olonne, Endoume. 


Unicamente gracias á unas séries no interrumpidas de es- 
tudios hechos sobre los aparatos de los pescadores y sus ma- 
neras de pescar, por un lado: y por otro sobre las migraciones, 
las costumbres y la reproduccion de los pescados, se puede 
subsanar el mal causado por la destruccion estúpida de las 


— 399 — 


fuentes de recursos marítimos que se realiza todavía en las 
costas de casi todos los países. 

Fuera de Francia no faltan tampoco espléndidas institucio- 
nes consagradas al estudio del aprovechamiento de las riquezas 
marítimas. 

Holanda ha tenido durante algunos años un laboratorio mo- 
vible. Lo establecían durante el verano en un punto de la 
costa y en invierno lo trasladaban á los depósitos de una uni- 
versidad. In 1890 construyeron un laboratorio fijo en Helder. 

Alemania, durante mucho tiempo no ha poseido más que el 
de Kiel; desde 1893 estableció una segunda estacion en Heli- 
goland. 

Noruega posee el laboratorio de piscicultura marítima, quizás 
el mejor organizado, en Flódevig, otro en Bergen (1893), y un 
tercero en Dróbak cerca de Cristiania (1896). 

Suecia estableció uno en Kristiniberg (1879). 

Rusia posee uno en Solowetzk (Mar Blanco), otro en Odessa 
(Mar Negro), y últimamente ha establecido uno en Sebastopol. 

Austria posee dos: uno muy importante en Trieste y otro en 
las costas de Istria. 

El Japon tiene un espléndido establecimiento en Mitsukuri 
(Universidad de Tokio). 

Estados- Unidos. El que poseen en Wood's Holl (Laboratorio de 
la Comision de Pesquerias) contiene cuarenta laboratorios para 
sábios y espacio suficiente para doscientos alumnos: en New- 
port se encuentra el de Harvard University of Cambridge; en 
Palo Alto de California: el de la Leland Stanford Junior Uni- 
versity. La famosa John Hopkins University de Baltimore, cam- 
bia cada año el sitio de sus laboratorios marítimos. 

Inglaterra tiene pocos, pero perfectamente instalados. In 
Marzo de 1884, en Lóndres, se formó una asociacion entre al- 
gunos de los más renombrados sábios: Huxley, Lubboek, Hoo- 
ker, Gúnther, Lankester, ete. y otros señores animados de 
ideas, tanto filantrópicas como comerciales. 

Es universalmente admitido que el conocimiento de las cos- 
tumbres y condiciones de vida de los peces de mar es muy 
reducido é insuficiente para que las legislaturas puedan prác- 
ticamente dictar las Jeyes indispensables para la salvaguardia 
de las especies comestibles: de otro lado la ciencia necesita 
aumentar el caudal de sus conocimientos, tan reducidos todavía, 
sobre la biología marina. Por esas razones se organizó en Ply- 
mouth un laboratorio marítimo destinado á estudiar las plan- 
tas y los animales marinos, y buscar lo que puede alimentar 


— 400 — 


cada clase de pescados y de moluscos, y, en fin, la aplicacion 
práctica de los datos obtenidos. El laboratorio ha costado 300000 
francos y su presupuesto anual es de 55000. El de Saint-An- 
drews (1882) es tambien muy importante. Hay otros en las islas 
de Man y de Jersev. El comité de pesquerías ha organizado 
uno en Tarbert (1887), otro en Dunbar (1888), y últimamente 
uno en Millport, cerca de Glasgow. En Granton, cerca de 
Edinburgh, hay una estacion marítima dedicada exclusivamente 
á estudios oceanográficos. 

Italia posee, en Nápoles, el más admirabje laboratorio ma- 
rítimo del mundo. En 1872, A. Dohrn, una vez obtenido el 
apoyo del gobierno aleman, consagró 300000 francos de su 
fortuna personal para realizar esta obra. Los créditos concedi- 
dos por el Reichstag están inscritos en el presupuesto del 
Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania. Además las 
veinte y cuatro mesas de trabajo de este laboratorio se alquilan 
cada una por 1800 francos al año, á particulares, ó ál os gobier- 
nos de Italia, Suiza, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria, Ru- 
sia, Inglaterra, etc. El acuario necesita más de 40000 francos 
anuales (lo que gana) para su conservacion. Se emplean sola- 
mente en alcohol 6000 francos y los gastos son anualmente de 
175000 francos, más ó menos. 

Brasil. —Nuestros vecinos del Norte van á tener tambien un 
laboratorio instalado en un parage lindísimo y de los más ricos 
bajo el punto de vista de las ciencias naturales, en la isla de San 
Sebastian, al sud de Isla Grande. Este laboratorio quedará bajo 
la direccion del sábio director del Museo de San Pablo, doc- 
tor Von Ihering, quien ha publicado ya sobre la fauna de esla 
region datos científicos del mayor interés. 

República Argentina.—Se encuentra en vísperas de ver reali- 
zado tambien el proyecto actual de laboratorio marítimo. La rea- 
lización quedará un hecho. gracias á la iniciativa del señor Di- 
rector del Museo de La Plata Dr. F. P. Moreno, que á propósito 
me llamó de Europa, así como á la decidida y valiosa cooperacion 
del Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires. No dudo 
que el Poder Legislativo provincial como el Gobierno nacional 
facilitarán su auxilio y querrán tambien contribuir á favorecer 
y desarrollar, como es debido, una institucion que será un dia 
tan provechosa para la ciencia como para el progreso general 
del país y de las industrias nacionales. 

Consagré hace mucho tiempo ya (*) un estudio á estas cues- 
tiones, y lo publicó «La Nacion» unos dias más tarde. 


(+) El 15 de Octubre de 1894. 


— 401 — 


¿Qué objeto deberá tener el Laboratorio marítimo provincial? 


Las necesidades de cada país requieren instalaciones espe- 
ciales. Como no hay todavía en la República Argentina ninguna 
estacion que haga observaciones oceanográficas, que recoja y 
centralice los datos que pueden servir al aprovechamiento ra- 
cional del mar; como por otra parte no hay tampoco que pensar, 
por lo menos al principio, en organizar distintos establecimien- 
tos, es indispensable que el laboratorio futuro no quede espe- 
cializado, aunque esté organizado para practicar los estudios 
especiales siguientes: 

1% Oceanografía (sensu stricto) y meteorología. 

2% Pesca costera y de alta mar para formar el catálogo de 
los productos del mar utilizables. —Epocas de aparicion, repro- 
duccion y partida de los peces. 

3 Probar los métodos de pesca: anzuelos, redes, nasas y 
los barcos más adecuados á cada clase de peces. 

40 Estudiar y hacer conocer los mejores modos de conser- 
vacion. 

5% Hacer ensayos de crianza de ostras y mejillones en 
parques. 

6" Permitir los estudios científicos, ofreciendo sin exclusi- 
vismo alguno, á los sábios de todos los países facilidades de 
trabajo, en vista siempre del mejor conocimiento de nuestras 
costas. 

7% Desarrollar en los niños que viven en el litoral marítimo 
el gusto por las cosas del mar y la vida de abnegacion del 
marino. 

8% Interesar al público por esta institucion, para imponerla 
despues y encontrar los auxilios necesarios. 

9 Establecer, en fin, una estacion de salvataje. Este último 
objeto es tan importante que requiere una consideracion especial. 


Para el marino no es el mar lo que constituye el mayor de 
los peligros: es la costa con sus corrientes, sus fondos desigua- 
les, sus escollos; es en la costa donde encuentran algunas ve- 
ces la muerte, en el momento mismo de llegar al puerto. 

Con el aumento de la poblacion en el sud de la Provincia; 
con el desarrollo de los puertos de Necochea, de Bahía Blanca, 
del Cármen, y con la rápida colonizacion de los terrritorios del 
Rio Negro, del Chubut, de Santa Cruz y de Tierra del Fuego; 
de dia en dia nuestras costas serán más frecuentadas. 


— 402 — 


Justamente, las inmediaciones tan temibles de Punta Mogo- 
tes y de Cabo Corrientes se hallan situadas en el derrotero 
obligado de todas las embarcaciones, pues hasta los buques 
que llegan en línea directa de países extranjeros tienen que 
pasar por allí. 

Teniendo en cuenta, por otra parte, que estos parajes, como 
lo demostraré, son de los más favorables para el desarrollo de 
las industrias de pesquerías y que algun dia serán recorridos du- 
rante todo el año, por lanchas de pescadores, las cuales se atre- 
verán ú alejarse más de la costa, sabiendo que, desde tierra, 
desde el faro, por ejemplo, cuando viene mal tiempo hay una 
persona que los vigila y que puede proporcionarles socorro 
eficaz en caso de necesidad. Se comprende bien que una esta- 
cion de salvamento en este punto es ahora tan necesaria como 
el mismo faro. 

ls una verdad tan innegable que en todos los faros ó se- 
máforos del mundo, al mismo tiempo que se proporciona á los 
navegantes los datos que pueden pedir por señales, se les hace 
saber que encontrarán medios de salvacion, y, cuando no existe 
un bote insumergible, hay, por lo menos, fusiles y cañones de 
salvamento. Abrigo, sin embargo, el temor de que no se piense 
en esta creacion sinó despues de catástrofes que pueden suce- 
der de un momento á otro. 

¿Por qué la Provincia de Buenos Aires no ha de tomar la ini- 
ciativa que toman en muchos países simples particulares? No 
sería solamente una gran fraternidad que se establecería entre 
los pescadores y los habitantes de la costa provincial, sinó tam- 
bien el vínculo de caritativa solidaridad entre todos los argentinos 
y todos los hombres de naciones extranjeras que pasarian por 
dichos parajes. Se comprobaría, una vez más, que el hombre no 
es solamente una inteligencia que busca la verdad, sinó que 
es tambien una conciencia que trata de procurar el bien á los 
demás y un corazon que sólo pide consagrarse á la humanidad. 

En Francia, el material perfeccionado, en uso en cada esta- 
cion de bote salvavida, representa un gasto anual de conser- 
vacion de 1200 francos y un capital de 30000, repartido del 
modo siguiente: 


Bote con :tedos Sus "aparejos... 0. <A 
Carro ¡para el trasporte del bote. 
Casa de abrigo para el bote y sus accesorios . . . . 1500 


En cada embarcacion hay un patron, un sub-patron y diez ó 
doce marineros. 


Por ahora, y teniendo en cuenta la dificultad de asegurar 
una tripulacion permanente de doce hombres, podría contentarse 
con un bote de dimensiones menores. 

En los dias de mal tiempo, los marineros del laboratorio se 
ejercitarian en las maniobras de salvamento: y en los dias bue- 
nos, el mismo bote se usaría para el servicio de la estacion 
marítima: sondajes, dragados, pesca, etc. 

Puesto que las condiciones naturales de las costas de la 
Provincia requieren el uso de un bote insumergible para el la- 
boratorio proyeciado, ¿por qué no consagrar de una vez para 
su “adquisicion una suma un poco mayor, que permitiría obte- 
ner más seguridad y al mismo tiempo vendría á llenar una 
necesidad urgente. 


¿Por qué me he limitado á la exploracion de una sola parte de las 
costas de la Provincia? 


Desde Punta Piedras hasta la punta norte del cabo San An- 
tonio, las aguas del mar son turbias y salobres más bien que 
saladas, cuando soplan los vientos del norte y nordeste ó en 
los momentos del reflujo; la última punta citada y Maldonado 
forman la verdadera entrada natural del Rio de La Plata. 
Los fondos son constituidos por lama, y su gran uniformidad 
se presta poco á los estudios de zoología general: los represen- 
tantes de muchas clases de animales faltan por completo, como 
así tambien muy pocas clases de crianza pueden emprenderse 
en aguas de constitucion química tan variable. Desde la punta 
norte del cabo San Antonio hasta Mar Chiquita, la presencia 
de médanos de arena impide todo establecimiento en las pla- 
vas. Los parques quedarian, pues, tapados con la mayor faci- 
lidad; además la falta de materiales de construccion para labo- 
ratorios, muelles, viveros, etc., se hace notar en Jas cercanias 
y se debe tener en cuenta. Desde los arroyos Chocorí y del 
Pescado, hasta el rio Sauce Grande, la direccion general de la 
costa y la direccion casi constante del viento, sólo permitirian 
á las pequeñas embarcaciones del laboratorio raras salidas, no 
pudiendo aprovecharse nada más que los vientos de tierra. A 
fin de dar una idea ilustrativa á este respecto, citaré una obser- 
vación que he hecho en todas las partes de esta region, cuando 
habia pedregullo cerca de la costa y que demuestra la gran 
constancia y la preponderancia de los vientos sud y sudeste. 
Sin brújula, sin sol y sin estrellas, uno puede orientarse 
al aire libre fijándose en las piedras ó en los huesos que se 


encuentran en el suelo. La parte de estos fragmentos, situada 
fuera de la capa de arena, presenta siempre dos partes de igual 
orientacion: una oscura dirigida al N.NE. y otra más clara al 
S.SO.; esta última producida porel pulimento efectuado por la 
arena bajo el impulso del viento. 

Como he tenido el honor de decirlo en un informe anterior, 
Puerto Belgrano, ó más bien una de las islas comprendidas 
entre el Rio Colorado y el Rio Negro, constituirian puntos 
excelentes para el establecimiento de una estacion marítima 
pudiendo, no solamente estudiar en esos lugares una fauna 
costanera de las más ricas, sinó tambien los productos de alta 
mar, disponiendo de embarcaciones á vapor para salvar la di- 
ficultad de las grandes distancias. Estos puntos son, sin em- 
bargo, excéntricos para una institucion que debe ayudar al 
conocimiento general de la Provincia de Buenos Aires y no 
únicamente de una parte de ella. Se debe pensar tambien en un 
desmembramiento que se efectuará un día ú otro de la parte 
sud de la Provincia, cuando se constituyan otras provincias con 
delimitaciones geográficas naturales. 

Sin embargo, una vez concluidas las instalaciones de un labo- 
ratorio central y definitivo, se podrá fácilmente estudiar, ya sea 
al norte ó al sud de dicho paraje los otros puntos del litoral, 
con instalaciones de carácter transitorio (una casilla de madera 
desmontable). y usando de las embarcaciones, redes y aparatos 
del laboratorio principal. No tendré que examinar, pues, más que 
la region comprendida entre Mar Chiquita y el arroyo Chocorí. 


¿Cuál es el conjunto ideal de condiciones fisicas para la instalacion 
de la estacion marítima provincial? 


1? Varias veces he hecho notar que podía esperar abundan- 
cia y variedad de pescados sólo en las corrientes cálidas que 
ofrecen á todos los organismos condiciones más ventajosas, 
que las corrientes más frias, para la suministracion de alimen- 
tos. No es el lugar de presentar nuevamente las pruebas demos- 
tralivas de este hecho, pero se deduce que cuanto más cerca 
de las primeras corrientes se instalara un laboratorio, tanto más 
provechosas serán sus cosechas. Aunque una estacion maríti- 
ma no sea nunca un establecimiento comercial y que toda clase 
de negocio sea absolutamente prohibida, es de la mayor impot- 
tancia para los estudios que la fauna de los alrededores sea la 
más numerosa posible y la más variada. 


— 405 — 


2% Por esa razon, es tambien de suma importancia la pro- 
ximidad de fondos de diversas clases que faciliten la pesca de 
los animales que viven exclusivamente, sea en fondos de barro 
ó de arena, sea en fondos de piedras sueltas ó de cascajos. Tam- 
bien los bancos extensos y anfractuosos descubiertos en baja 
marea ofrecen grandes ventajas. 

3% Se debe buscar facilidades para embarcar y desembarcar 
con cualquier viento y tanto de noche como de dia. 

4% ls de desear tener un fondeadero para las embarcaciones 
que no se pueden ó que no conviene arrastrar todos los dias 
sobre las playas. 

5% La presencia de materiales de construccion: piedras, cal, 
madera para viveros, parques, muelles, laboratorios, habita- 
ciones, etc., es una condicion favorable. 

6” Como tambien la proximidad de un centro poblado para 
no carecer de ciertos elementos indispensables, por ejemplo, 
herreros y carpinteros que el laboratorio no podrá costear como 
empleados y que siempre se necesitarán para las reparaciones 
de las embarcaciones, de los instrumentos, etc. 

7% La presencia de una agrupacion natural de pescadores. 
Cuando la mayoría de los objetos destinados al estudio ó los 
animales destinados á los acuarios, únicamente puedan conse- 
guirse con dragajes, como sucede en las costas de la Provin- 
cia, la presencia y la multiplicidad de embarcaciones de pesca 
serán ventajosísimas para ayudar ú los esfuerzos siempre limi- 
tados de los marineros del laboratorio. 

8" La presencia de agua dulce, de lagunas, la desembocadura 
de un rio de poca importancia para no cambiar de una manera 
sensible la composicion normal del agua del mar, son condicio- 
nes favorables, permitiendo los estudios de las adaptaciones 
de las especies vegetales y animales á las aguas salobres y 
dulces, como el estudio de las migraciones de los peces que van 
del agua dulce al mar y vice-versa. 

9” Ausencia de médanos de arena en la proximidad, pues 
de lo contrario. la creacion de parques de ostras sería impo- 
sible. La limpieza indispensable de los laboratorios, como las 
observaciones micrográficas, serían tambien muy dificultosas. 
En el Faro de Punta Mogotes, por no haberse tenido presentes 
los inconvenientes de la proximidad de médanos, los marineros 
tienen que trabajar con frecuencia para desobstruir puertas y 
patios. 

10. La instalacion de una bomba ya sea á vapor, ya á viento, 
con el objeto de obtener una corriente contínua de agua fresca 


Tomo VIIT. 16 


= 206: = 


en los acuarios, es una necesidad. Se debe construir, pues, el 
laboratorio lo más cerca posible de la orilla de las bajas ma- 
reas, debiendo dicha orilla estar constituida por piedras y no 
por arena, á fin de que el agua bombeada sea siempre muy aérea 
y limpia. 

11. Se necesita, cerca del laboratorio, un terreno llano bas- 
tante extenso, sea para ensanches futuros á medida que au- 
menten los recursos, sea para hacer secar las redes flotantes 
que tienen á veces dimensiones considerables. 

12. Es necesario buscar un punto donde las diferencias de 
altura entre la alta y la baja mar sea la más grande posible 
para permitir el estudio en seco de una gran parte del litoral, 
rocoso Ó lleno de plantas, ofreciendo al naturalista el campo 
de estudio de acceso lo mas fácil y siempre de gran provecho. 
En el noroeste de Francia, existen playas que se descubren en 
la baja mar por extensiones de más de media legua. 

Es difícil hallar reunidas todas estas condiciones en el mis- 
mo punto; la necesidad de contentarse con el mayor número 
de ellas, cuando no con el menor número de inconvenientes, 
determinará la eleccion del sitio más adecuado. 

Haré notar, de paso, que las condiciones morales, requeridas 
para el personal, no son tampoco despreciables. Se necesita 
de todos: abnegación para vivir en soledades, y valor para ex- 
ponerse á cada momento. 

¿s indispensable tambien un reglamento autoritario, siendo 
de graves consecuencias todo error ó falta que se cometiese 
en el mar ó en el servicio de los parques y acuarios. El si- 
guiente lema: «Labor y Disciplina» deberá ser el de la Estacion 
Marítima, sin lo cual todos los esfuerzos y los gastos serán 
inútiles y las buenas voluntades estériles. 


Exámen de los puntos recorridos 


Principiando por el norte, el primer punto que debe exami- 
narse es la embocadura de Mar Chiquita, situada en el 37% 48” 
de latitud sud. Durante este verano algunos pescadores tienen la 
intencion de ir á ese lugar con el objeto de ejercer su pro- 
fesion é instalarse en caso de buen éxito; como, á más de 
esta circunstancia favorable, la extension de la laguna es muy 
grande y su canal que va al mar puede ofrecer, segun me dije- 


ron, entrada á embarcaciones pequenas, convenía, pues, estu- 
diar con atencion las condiciones de este paraje. 


o 


— 407 — 


Una faja de tierra que se extiende de S.O. á N.E. y de una 
anchura de 200 metros, á media marea, separa el mar del 
canal de la laguna. Es en esta parte que debería instalarse la 
Estacion Marítima; pero la presencia de médanos sin vegetacion 
en la parte sud de la faja sería un peligro constante. Además, 
se puede hacer notar las condiciones desventajosas siguientes: 

1 El declive insensible de la playa y el alejamiento consi- 
derable del agua honda y pura del mar que no permitiría bom- 
bear más que algunas horas por dia en condiciones favorables 
y haría casi imposible la construccion de viveros. 

2 La presencia de pedregullo y fragmentos abundantes de 
conglomerados en la playa dificultaría los ensayos de pesca con 
las redes litorales. 

3* Ausencia total de piedra dura en los alrededores, que 
dificultaría la edificacion. 

4% Pocos dias antes de mi llegada, una tormenta había cer- 
rado por completo la entrada del canal; y la laguna, no teniendo 
más comunicacion con el mar, quedó tan poco salobre que 
todos los animales que habían venido con la última corriente 
de marea perecieron. Segun los datos que tengo, este caso su- 
cede con mucha frecuencia, de modo que, una vez las embar- 
caciones entradas en el canal, pueden quedar prisioneras hasta 
que vengan tormentas de lluvia en la parte norte de las sierras 
de Balcarce y Tandil, que hagan romper de nuevo la barra de 
arena. Algunas veces sucede que las aguas de la laguna se 
abren paso en la parte sud del canal de entrada, es decir, al 
nivel del codo, al lado del chalet del señor Jones, corriendo el 
nuevo canal entre los médanos. 

di Los numerosos arroyos que afluyen en la laguna traen 
demasiada arcilla que dificultaría los ensayos de crianza. 

La reunion de las condiciones precedentes no permite esta- 
blecer en este paraje una estacion de carácter definitivo, pero 
el estudio biológico de estos lugares, como el de Punta Rasa, 
merecerá siempre especial atencion. 

Más al sud, casi hasta 37% 56” de latitud, las playas son 
grandes, arenosas; los médanos desaparecen, pero siempre se 
observa el declive insensible de las playas y la ausencia, peor 
todavía, de cualquier abrigo para las embarcaciones. Desde el 
punto indicado, hasta el ejido de Mar del Plata, no se encuen- 
tran sinó barrancas de tosca cortadas á pico, de ocho á once 
metros de altura y bañadas en parte por el mar en cada ma- 
rea. No se observan más que tres ó cuatro bajadas correspon. 


. 


dientes á sinuosidades de la costa y á playas de cierta ex- 


— 408 — 


tension; se ve en una de ellas pedazos de un barco perdido. 
Es que, como me han afirmado muchos pescadores, la capa 
de arena es de poco espesor y muchas veces sucede que cor- 
rientes más fuertes la llevan al norte y dejan algun tiempo 
completamente descubiertos, peligrosos bancos de tosca. 

Las mismas condiciones de altas barrancas bañadas por el 
mar que no ofrecen ningun abrigo y presentan bancos temibles 
á sus piés se extienden desde el sud de Punta Mogotes hasta 
cerca de Mira-Mar. Una caleta bastante abrigada, situada en el 
punto denominado en los mapas ingleses Andres Head, en la 
cual desemboca el arroyo Chapat-Malal cayendo en una preciosa 
cascada, se encontraría, sin embargo, en condiciones favorables 
para el estudio: abundancia de agua dulce, ausencia de méda- 
nos, buenas tierras en los alrededores para el pastoreo de los 
caballos indispensables para el servicio del laboratorio, en fin, au- 
sencia de bancos. Pero este punto presenta, entre otros inconve- 
nientes, el no despreciable de la poca extension de ia playa 
encerrada entre barrancas de 50á 70 piés que harían necesaria 
una precision muy grande para poder entrar en la caleta. Con 
un viento duro del sud la maniobra sería aún más dificultosa. 

La embocadura del rio Durazno, á mas de ser muy panta- 
nosa, se halla en el centro de la inmensa plava de Mira-Mar 
y si el poco declive de ésta, como su anchura, ofrecen grandes 
ventajas para los bañistas, en cambio no ofrecen más que in- 
convenientes para las embarcaciones. Ll laboratorio, construido 
en sus orillas, quedaría pronto tapado por los montones de 
arena que no tardarían en formarse. 

Desde el muelle de Mira-Mar, nombrado en los mapas in- 
aleses « Hermeneg Point», hasta la desembocadura del arroyo 
Carolina, la presencia de médanos, que se elevan algunos hasta 
80 piés, no permite pensar en fundar aquí una estacion ni 
aún provisoria. Desde el arroyo La Tigra hasta el arroyo Cho- 
corí y más al sud hasta los arroyos del Pescado y de la Nutria 
Mansa, habría sin embargo algunos puntos utilizables, pero la 
direccion general de las playas es pésima, estando expuesta á 
todos los vientos del segundo y tercer cuadrante. Además la 
eran dificultad de las comunicaciones, ya sea con Necochea ya 
con los centros de poblacion del norte, constituiría un inconve- 
niente de los más sérios. 

El hermoso hotel de Mar del Sud construido por la sociedad 
Banco Constructor y en el cual había un momento pensado 
instalar la Estacion Marítima se encuentra en realidad dema- 
siado lejos de la orilla del mar para ser utilizado como labo- 
ratorio, aun empleando cañerías muy largas y bombas de gran 


DO 


— 409 — 


potencia; las modificaciones que convendría hacer para trans- 
formarlo en laboratorio y adaptarlo á las nuevas necesidades se- 
rían quizás tan grandes como las que exigirá una construccion 
mucho más chica pero incomparablemente más apropiada. 

He reproducido, á fin de dar una idea de su importancia y 
de sus proporciones, ese lindo edificio (lámina IV), construido 
á cuatro leguas de Mira- Mar, en una soledad absoluta, en 
frente de una playa hermosísima y situado en la confluencia 
de dos arroyitos, rodeado por campos de excelente calidad. 

Creo, pues, ahora que se habla tanto de construir sanato- 
ríums para niños tuberculosos, que se podrían utilizar las 
construcciones actuales en provecho de las infelices criaturas 
que irían á buscar en estas playas la regeneración de su salud y 
el contento de sus familias; asegurando tambien la conservacion 
del capital humano de la Nacion. Me permito someter esta idea 
á la consideracion del Excmo. Gobierno de la Provincia. 

Como se vé, hemos eliminado poco á poco los puntos ex- 
tremos en que se podía establecer la Estacion Marítima y no 
nos queda más que examinar los alrededores de la capital del 
partido de General Pueyrredon, en cuyo paraje hay varios pro- 
blemas que resolver relacionados íntimamente con el porvenir 
de la industria naciente de las pesquerías en las costas pro- 
vinciales. Señalaré de paso uno de los más importantes. 


ESTADÍSTICA DE LA PESCA EN MAR DEL PLATA 


ASADAS EN OS DIFERENCIAS NÚMERO 
MESES an ENTRE DE CANASTOS 

— 1895 1897 1897 y 1895 1897 

INDIO obedece 27.980 20.210 — 71.170 620 
2.090 1.970 

Moo. 25.890 15.240 — 7.650 475 
22,460 14.040 

MENVADOc o obeaSa 48.350 32.280 — 16.070 S47 
9.930 19.705 

OR o cea 38.420 51.985 + 13.565 1.623 
21.200 22.905 

MENO ococosados 17.220 29.080 + 10.860 956 
4.5840 23.085 

MN roo mo 12.380 5.995 — 6.385 205 
1.000 540 

AMO. odo osado a 11.380 9.409 — 3.925 208 

Siete meses.... 181.620 165.245 — 18.375 4.9077 


He indicado en bastardilla las diferencias entre los meses. Los 
datos han sido suministrados por el complaciente gefe de la 
estacion, senor Bertorini. 


— 410 — 


Si estudiamos las cantidades de pescado despachadas desde 
la estacion Mar del Plata, en los primeros meses de este año, 
y si las comparamos con las cantidades recogidas en 1895 (), 
podemos consignar los datos en el cuadro anterior, así como 
en el primer gráfico siguiente: 


PRODUCTO DE La PESCA EN MAR DEL PLATA 


A A 18951018 97 


DIFERENCIA 


EN KILOS 


CANTIDAD 


EN KILOS 


+5.000 —] 


24.633 Kil. 


(1) — Véase mi informe sobre la industria de la pesca en la Provincia de 
Buenos Aires, «Revista del Museo», t. VI, p. 157. 


E ES 


Se deducen las conclusiones siguientes: 

1* Durante los siete primeros meses de este año se han pes- 
cado 18375 kilos menos que durante los meses correspon- 
dientes del ano pasado. Suponiendo una afluencia mayor de 
bañistas, y, por consiguiente, un consumo local más grande 
durante los tres primeros meses, no basta para explicar esta 
diferencia tan grande. Haré tambien notar que el aumento del 
consumo en Mar del Plata mismo, en 1897, es una hipótesis y 
no he podido encontrar un dato verdaderamente científico sobre 
la venta del pescado en el pueblo. Sería, sin embargo, útil y 
fácil obtener un control que no molestaría á los pescadores. 

2% En 1897, como en 1895, Marzo y Abril son los dos meses 
más fructuosos. Será preciso buscar el por qué de ese máximum 
otoñal tan curioso; el estado del viento no basta para dar una 
explicacion, puesto que tal constancia no se ha observado todavía 
en el régimen de los vientos en la Provincia de Buenos Aires. 
La temperatura tampoco no puede ser invocada, puesto que 
su descenso se produce gradualmente. 

31 En 1895 era la cantidad correspondiente ú Marzo que 
sobrepasaba por 9980 kilos á la de Abril. In 1897 ocurre lo con- 
trario y en Abril se pescaron 19705 kilos más que en el mes 
precedente. 

4% Durante estos dos años, en Febrero, se han despachado 
2000 kilos menos que en Enero. Exactamente 2090 kilos 
en 1895 y 1970 kilos en 1897. Esta diferencia se encuentra en 
el límite posible del auménto del consumo local. 

> De Enero á Febrero, Junio y Julio, se nota un descenso 
contínuo interrumpido por la brusca elevacion de Marzo y Abril 
v algunas veces de Mayo. 

6* De Mayo á Junio se nota una disminucion muy intensa 
en la produccion, que salta de 29080 á 5 995 (diferencia: 23 085): 
y bajando todavía más, hasta 540 kilos, el mes siguiente! ¿Será 
que los peces se alejan de la costa por la accion de los frios? 
¿Será que los pescadores, despues de una cosecha demasiado 
intensa durante tres meses, han revuelto todos los bancos y 
espantado á sus moradores? O bien: ¿Enriquecidos por los 
meses precedentes se han mostrado ménos dispuestos á salir, 
gozando y gastando las sumas obtenidas? ¿Los vientos de 
afuera han soplado con mayor frecuencia? 

Creo que hay un poco de todo esto; pero, sin embargo, en 
muy pocos países la pesca sencilla del litoral está sometida á 
desigualdades periódicas de semejante amplitud. Acá, más que 
en otras regiones, los pescadores, imitando á las hormigas, 
deberían ahorrar para los meses de invierno. 


Los desconcertados que han ido á pescar á Bahía Blanca, 
no han sido más afortunados y piensan ya regresar á Mar del 
Plata, donde, por lo menos, hay más facilidades para la venta 
directa Ó para la expedicion á Buenos Aires. 

7* Creo que convendría pedir oficialmente á la Direccion del 
Ferro-carril del Sud los datos que faltan, de Agosto á Diciem- 
bre de 1895 y del año 1896, para completar estos cuadros grá- 
ficos como tambien los de las cantidades de pescado despu- 
chado en las estaciones de Vivoratá, Maipú, Monasterio, Adela 
y Chascomús, durante el mismo período. 

Si Si sacamos de estos catorce meses el promedio de las 
cantidades de pescado recogidas desde Enero hasta Julio, obte- 
nemos 24633 kilos. Comparando despues este promedio men- 
sual con las cantidades realmente pescadas, podemos formar el 
cuadro que sigue y el segundo gráfico de la página 22 que de- 
muestran con más claridad las oscilaciones bruscas, como la 
notable disminucion general del producto de esa industria que 
la gran abundancia de Abril ha salvado de una ruina completa 
que sería preciso evitar en lo futuro gracias á estudios emprendi- 
dos pronto y continuados con perseverancia. Bajo todo con- 
cepto los pescadores tan escasos de la Provincia merecen un 
apoyo decidido y verdaderamente eficaz. 


MESES 1895 1897 

pS KILOS KILOS 
INN) Ssso ona so ooo vo + 3.347 — 4.423 
Hebreo O SS + 1.267 AS 
Maz eS + 23.727 + 7.647 
AD e + 13.787 + 27.352 
MIO le —= 7.415 + 4.447 
MOS anos uacio ds Se = 12.253 — 18.638 
TU ii — 13.253 = 1 


Procediendo por eliminaciones sucesivas, ahora no queda 
más, para elegir el sitio de la Estacion Marítima, que examinar 
la parte comprendida entre el punto donde principian las barran- 
cas de la Tapera (lámina IT), en el norte, y el punto donde prin- 
cipian al sud las barrancas de la Lobería Grande. 

Tomando como base el plano del ejido de Mar del Plata 
delineado por el ingeniero Cárlos de Chapeaurouge, he verifi- 
cado con la brújula prismática las direcciones de las playas 
que habían sido objeto de poco interés para dicho señor y, por 
consiguiente, bastante mal representadas. He confeccionado un 
bosquejo preliminar del litoral (lámina 1), prolongándolo hasta 
la laguna de Punta Mogotes. 


— 413 — 


Si alguien se fija en este plano, constata en seguida que 
para poner las embarcaciones al abrigo de los vientos del sud 
y sudoeste, que son los peores y más constantes en esos pa- 
rajes, deberán dejarse fondeadas en los puntos siguientes: 

1% Parte norte de la punta de la loma de La Iglesia. 

2% Puerto de Luro, comprendido entre el buque que hizo 
varar á propósito el señor de este nombre y el muelle de Rouaix 
que se está prolongando. 

9" Punta de las Piedras, al sud de la playa Bristol y domi- 
nando todo el pueblo de Mar del Plata. 

4% La plava norte del Cabo Corrientes. 

5% La playa norte de una punta anteriormente sin designa- 
cion y que designaré con el nombre de Punta Porvenir. 

En las dos primeras localidades se encuentra en la cercanía 
inmediata una corriente de agua dulce (zanjon de Cardalito— 
arroyo de la Chacra), pero sería necesario comprar muy caro los 
terrenos á los particulares que ya los ocupan y en ningun caso 
se podría obtener bastante extension para el ensanche futuro. 

En la Punta de las Piedras y en el Cabo Corrientes, los 
bancos de arena que se forman y rellenan siempre más lus 
playas del Bristol y del Saint-James, demuestran el peligro 
que amenazaría á los parques y viveros, imposibilitando tam- 
bien la aproximacion de las embarcaciones al muellecito del 
laboratorio. Pero los inconvenientes mayores que encuentro 
para elegir uno de estos cuatro puntos, son de dos clases de 
diferente naturaleza: 

1% Hace años que se habla de construir en Mar del Plata un 
puerto, ya sea militar ya sea de pesca y de cabotaje. Algun dia 
ese puerto en dicha ciudad será de una imprescindible necesidad 
para la Provincia y las construcciones marítimas, que deberán 
tener sus bases en las puntas mencionadas, vendrían á aniqui- 
lar la Estacion Marítima, ó ponerla quizás en condiciones muy 
defectuosas. 

2 La presencia durante una parte del año de una poblacion 
numerosa de banistas curiosos y constantemente desocupados, 
constituiría un perjuicio inevitable para los trabajos. 


Sitio elegido 


Después de muchas observaciones y de no menos largas 
reflexiones, estando además por las razones anteriormente ex- 
puestas limitados á eligir en la zona costera comprendida 


— 414 — 
entre Mar Chiquita hácia el norte y Necochea hácia el sud; el 
sitio más adecuado para el establecimiento de una estacion 
marítima anexa al Museo de La Plata, me parece ser la 
parte norte de la punta que he llamado en mi bosquejo Punta 
Porvenir, y donde la Punta Mogotes y su restinga forman la 
parte sud. 

Este sitio está ubicado á dos leguas más ó menos del pue- 
blo de Mar del Plata, siguiendo los caminos trazados; dista 
cerca de un kilómetro del Faro de Punta Mogotes, y durante los 
primeros tiempos de estadía, creo que no habría ningun incon- 
veniente en obtener, en caso necesario, el alojamiento de una 
parte del personal del laboratorio en dicha reparticion. 

La extension de terreno que se podría pedir á su propietario 
señor don Jacinto Peralta Ramos, está indicada con los núme- 
ros 59, 62, 63, 66 y 67 en el plano de un pueblo futuro llamado 
erróneamente Cabo Corrientes, pues este cabo se halla situado 
mucho más al norte Jimitando al sud la plava del Saint-James. 
En uma conversacion que tuve con el señor Eduardo Peralta 
Ramos, éste me aseguró, en nombre de su hermano, que do- 
naría al gobierno todo el terreno necesario para el estable- 
cimiento del Laboratorio, debiendo enviarme uno de estos dias 
la carta conteniendo su ofrecimiento oficial. 

La adquisicion de los lotes 59, 62 y 53 habría bastado en 
rigor dado el caso de encontrarse en la necesidad de pagar el 
terreno. La mayor extension que he solicitado para la Provincia 
corresponde al pensamiento de los ensanches futuros que po- 
drán efectuarse en la institucion, pudiendo edificarla de este 
modo en el centro de un jardin de ensayos. 


VENTAJAS DE ESTE PUNTO 


a) Del lado de tierra: — 

En este punto se explota ahora mismo una cantera de 
cuarzita en la zona fiscal, que ofrecerá materiales inmejorables 
para la edificacion de habitaciones, muelles, viveros, etc. 

Más arriba de la zona costera, la tierra vegetal presenta 
una capa de gran espesor que se prestará para los ensayos 
del cultivo de los árboles que conviene plantar en las cerca- 
nías inmediatas al mar. 

No existen médanos en los alrededores y la parte arenosa 
del suelo que forma la misma Punta Porvenir, distará por lo 
menos cinco cuadras, encontrándose el laboratorio fuera de la 
direccion de la tierra que levantan los vientos predominantes. 


— 415 — 


La capa de agua dulce se encontrará á una profundidad 
relativamente pequeña, á juzgar por los pozos del faro y de 
las chacras vecinas. 

Al sud se extiende una laguna que no se seca nunca du- 
rante los veranos y que proporcionará algunos datos de interés 
para la explotacion racional de las aguas dulces. 

Bajo el punto de vista de las facilidades de comunicacion, el 
laboratorio se encontrará relativamente cerca de un pueblo im- 
portante, único centro hasta ahora de pesca marítima, y no 
tendrá los inconvenientes de una proximidad inmediata funesta 
para la disciplina del personal y para el trabajo. 

En los alrededores hay algunas chacras y puestos, cuyos 
habitantes proporcionarán, con los pescadores, los alumnos para 
la escuela. 

Una cantera para los hornos de cal que se explotan cerca 
del arroyo del Barco facilitará, con la arena de las playas 
y las piedras, elementos baratos de construccion. 

b) Del lado del mar:— 

Este punto ofrece para las embarcaciones un refugio seguro 
contra los vientos del oeste y sudoeste, pudiendo los botes, en 
caso de mal tiempo del este ó del norte, varar en un punto 
de la playa arenosa, tan extensa como cómoda, que he desig- 
nado con el nombre de Peralta, pudiendo tambien buscarse 
abrigo cerca de la caleta del sud del Cabo Corrientes. Este 
punto entre Mira-Mar y Mar Chiquita, se encuentra en la pro- 
ximidad del banco de Punta Mogotes y es tambien el más 
céntrico de las costas de la Provincia de Buenos Aires. En 
frente del laboratorio las aguas quedan siempre altas hasta 
en marea baja, y, como hay una especie de muelle natural de 
piedra, será fácil prolongarlo para la construccion del vivero. 
El agua para los acuarios queda igualmente un poco más tras- 
parente que en las orillas completamente arenosas. La llegada 
y la salida de las embarcaciones será fácil á cualquiera hora 
de las mareas. 

Uno de los objetos de la Istacion Marítima proyectada es 
ayudar al fomento de la colonizacion de nuestras costas atlán- 
ticas por la inmigracion de pescadores y eso no es posible sin 
la condicion de ofrecerles iguales ó mayores ventajas que las 
que se les ofrecen en otras naciones ('). 


(*) No se debe olvidar tampoco que para iniciar grandes pesquerías es 
necesario invertir sumas importantes para la adquisicion y conservacion de 
los elementos de pesca. 


— 416 — 


Creo, pues, que será de interés dar de paso una idea de los 
armamentos que se usan, de sus precios, como tambien de 
las primas destinadas á desarrollar, en los diversos estados, las 
pesquerías marítimas. fuentes de inagotable riqueza y orígenes 
naturales de toda armada nacional. Sin embargo, en este informe, 
hablaré solamente de lo que he visto y anotado yo mismo, es 
decir, de lo que se hace en Francia. 

Para pescar el bacalao, ó mejor dicho, para pescar en mares 
bravos, los buques más convenientes son las goletas. Estas 
permiten evitar los abordajes con una maniobra muy sencilla, 
que no molesta casi las líneas. 

Una goleta de cien toneladas y de una longitud de 27 m. 61 
entre perpendiculares tiene un valor de 60000 francos y su ar- 
mamento correspondiente representa 20000. La tripulacion nece- 
saria consta de dieciocho hombres, incluso oficiales y grumetes. 
Estos son: un capitan, un segundo, dos tenientes, once 6 doce 
marineros, un tonelero, un salador y algunos grumetes. 

El segundo y los tenientes trabajan en la pesca como los 
marineros. Los extranjeros no pueden ser oficiales, ni superar 
á la cuarta parte de la tripulacion. Todo capitan debe tener su 
diploma de capitan de alta mar, de maestro de cabotaje ó ¡us- 
tificar haber navegado cinco años como oficial en un buque 
pescador y rendir exámen. 

Para los buques de 60 á SO toneladas la tripulacion es de 
quince hombres. 

Las condiciones de enganche son muy variables, según los 
puertos de armamento. De la manera como se efectúa en Dun- 
kerque, puede formarse una idea aproximada. 

Antes de zarpar, el capitan recibe como gratificación 110 
francos, el segundo 90, los tenientes 60, los marineros 50, los 
saladores 60 y los grumetes de 30 á 40 francos. Cuando regre- 
san de la pesca se les dá por cada 1500 ó 2000 kilos de ba- 
calao salado: al capitan, 49 francos; al segundo, 206 25; á los 
tenientes, de 15 á 20; á los marineros, de 13 á 15; á los sa- 
ladores de 16 á 18 y por fin á los grumetes de 8 á 9 francos. 

El gobierno para favorecer la pesca del bacalao y formar 
marineros les hace tres clases de concesiones: 

1% Inmunidades.—Ausencia de todo impuesto interno ó derecho 
de aduana sobre la sal. 

22 Primas de armamento.—WVarian de 15 á 50 francos, segun las 
localidades á las cuales el buque vaá pescar. Cuanto mayores 
sean los peligros, mayor es la prima. Esta se adjudica á todo 
marinero de la tripulacion embarcada. 


— 417 — 


En cambio el gobierno fija la tripulacion de cada buque. 
según las proporciones que he indicado mas arriba; y fija tam- 
bien la duracion mínima de la campaña de pesca. 

A fin de que unos buques no salgan á pescar antes que otros, 
ó antes de la época reglamentaria, es á la misma fecha, el 1% de 
Marzo que se dan á los capitanes los permisos para Terra-Nova. 

32 Primas de producto.—lEstas varían de 12 á 16620 francos 
por cada 100 kilos de bacalao seco, según Jos países en los 
“cuales se hace la exportacion. 

Se dá tambien una prima á los sub-productos de la pesca, 
si son de orígen francés. 

Para pescar el arenque y la caballa se necesita muy buenos 
buques de 55 á 100 toneladas del tipo dundee, con cabrestante 
á vapor de fuerza de cinco caballos puesto en la popa para 
halar las redes. 

Los diez ó veinte hombres de la tripulacion se pagan por 
cada tantos animales, ó bien SO francos por mes. 

Los buques contienen 350 á S00 y hasta 1000 barriles de 
pescado salado y hacen dos ó tres viajes desde el punto en 
donde tienen matrícula á los lugares de la pesca. En los mares 
de Islandia la pesca de la caballa (Seomber) se hace desde Abril 
hasta el principio del mes de Junio. En las costas de Francia 
se pesca con red en Marzo. 

Para la pesca de la sardina se usa, en el nordeste de Francia, 
embarcaciones especiales de 18 á 22 piés de largo, por 3 ó6 9 
de ancho. con dos palos que se desmontan con facilidad y un 
poco inclinados hácia popa. Tienen una mesana y una mayor 
cuadrangular que se amura sobre la borda. Estos buques sin 
cubierta son muy marineros. Armados y con redes valen, más 
ó menos, 2400 francos. La tripulacion total es ordinariamente 
de seis ó siete personas. 

Del precio total de venta se deduce el de la preparacion 
(rogue) y el de la bebida. Luego la tercera parte es para el 
dueño del buque, que tiene que comprar los aparalos de pesca 
y pagar las reparaciones. Las otras dos terceras partes son 
para la tripulación. El patron recibe una parte y media, cada 
marinero una parte y los grumetes una media. 

Para la pesca en grande de pescados frescos se usa muchas 
veces redes de fondo ó chalut con buques á vapor ó á vela 
del tipo tartana, slops ó dundee, de 25 á 40 toneladas. Los 
precios de las embarcaciones listas para hacerse á la mar 
varian de 18000 á 22000 francos. Un dundee de 40 toneladas, 
con guinche á vapor, vale 25000 francos en Boulogne. 


— 418 — 


Las tripulaciones varían de cuatro ú siete personas. 

Algunas sociedades de pesquerías pagan un sueldo mensual 
fijo ásus marineros y además una parte de los beneficios. Se 
dá una segunda prima á la embarcación que trae la mayor 
cantidad. Cuando el patron del barco no es al mismo tiempo 
su propietario, recibe del dueño una parte igual ú la de los 
otros marineros. más el 3 % sobre el importe del beneficio. 

Se deduce el precio del hielo cuando el sueldo se reparte 
en terceras partes, como se hace en la pesca de las sardinas.' 

Estas son, en breve resúmen, unas de las principales con- 
diciones financieras, bajo las cuales se efectúa actualmente la 
eran pesca en Francia. 

La produccion actual en dicho país es de 87 millones de 
francos al año para la pesca con embarcaciones y de 9 millo- 
nes para la pesca á pié. El número de pescadores embarcados 
es de 90000 con 22000 embarcaciones representando un total 
de 200000 toneladas. Hay 60000 personas empleadas en las 
fábricas de salazon ó conservas al aceite; 50000 practican la 
pesca á pié, en las playas ó en las rocas, y viven directamente 
de la cosecha de animales marinos. La pesca da vida todavía 
á un gran número de industrias como los constructores de 
barcos, los veleros. cordeleros, ferreteros, etc. 

La pesca es un factor económico de los más ¿mportantes, y aquí, 
en nuestro país, es bueno decirlo, demostrarlo y repetirlo á 
cada instante. ¿Actualmente, cuantos habitantes hay en los 
miles de kilómetros de las costas argentinas que vivan de 
los productos de la pesca? ¡Quizas cien ó doscientos! 


Reclutamiento de los marineros de la armada 


Las naciones que á causa de sus colonias ó de la disposicion 
de sus fronteras tienen que pensar en el desarrollo de la armada, 
al mismo tiempo en construir acorazados, cruceros y transpor- 
tes, se preocupan en buscar el alma que debe dar la vida á esos 
organismos gigantescos. Fué, hace más de doscientos años, la 
gran preocupacion de Colbert, quien reorganizó completamente 
la armada francesa sobre bases que persisten hasta hoy y que 
tienen por consiguiente la prueba y la consagracion del tiempo. 
Como su plan está íntimamente relacionado con las pesquerías 
marítimas y como por otra parte no es conocido acá con exacti- 
tud sinó por pocas personas, creo conveniente exponerlo con 


ON 


el fin de dar una idea que se podrá aprovechar transformán- 
dola y adaptándola á las condiciones propias del país. 

Todos los marineros empleados para la pesca ó para la na- 
vegacion, tienen la obligacion de hacer un período de instruc- 
cion militar á bordo de los buques de guerra. Antes, como 
después de ese período, se encuentran, aunque ocupándose en 
sus oficios de pescadores ó de navegantes, á la disposicion del 
sefe de Estado, quien puede, de un momento á otro, llamarlos 
para completar, en caso de guerra, las tripulaciones de los 
buques. Como compensacion, la ley les garantiza el monopolio 
de la explotacion del mar, de las lagunas saladas y tambien de 
los rios y arroyos hasta el punto donde alcanza la accion de 
las mareas. Además, justificando tener cincuenta años de edad 
y 300 meses de navegacion, sea al servicio del Estado, de la 
pesca ó del comercio, tienen una ¡jubilacion de medio sueldo. 
Los ancianos, no conocen, pues, la miseria. Hay una caja es- 
pecial que sufraga los medios sueldos á los inválidos de la ar- 
mada y está sostenida por donaciones, productos de la venta de 
los mostrencos, descuentos en el sueldo de los marineros, etc. 
En fin, el Estado ayuda á los pescadores en la reconstitucion del 
material perdido ó averiado por accidentes de mar; provoca la 
creacion y subvenciona los socorros mutuos entre pescadores; 
ha sometido al parlamento tambien un proyecto instituvendo el 
seguro de los marineros sobre la vida y los accidentes. 

El capital destinado al material de explotacion para pesque- 
rías especiales, es entregado en ciertos puntos, por armadores, 
pero siempre son los pescadores inscritos quienes lo usan. 

Cada pescador tiene la libertad, es claro, de cambiar de em- 
barcacion como cualquier obrero de cambiar de taller; pero sus 
cambios deben hacerse anotar por el administrador para los 
fines de movilizacion y el cómputo de los meses de servicio. 

Como en definitiva el número de marineros, puesto bajo la 
autoridad militar, es proporcional á la prosperidad de las in- 
dustrias marítimas, una reglamentacion previsora mantiene á 


«las aguas en una productibilidad conveniente para asegurar á 


los pescadores un trabajo remunerador, á fin de que no deseen 
cambiar su oficio por otro que no tenga relacion con el mar. 

Es por eso tambien que resultó negativa una invitacion que 
hice á pescadores de Francia para venir á las costas argenti- 
nas, ofreciéndoles hasta terrenos y ventajas especiales. Des- 
engañar á uno es cruel; pero dejarle vivir con ilusiones, es 
nocivo. La colonización costera ofrecerá dificultades que es pre- 
ciso afrontar una vez. 


AE 


Izn Alemania, en el Mar del Norte, el 1% de Enero de 1890, 
habian 376 veleros y un vapor destinados á la pesca. El 1% de 
Enero de 1895 este número se elevó á 401 veleros y 73 vapores. 
La produccion del puerto de Altona únicamente que era de 
72062 marcos en 1887 ha alcanzado á 1559 461 marcos en 1895. 

Estas cifras elevadas se deben en gran parte á la accion 
benéfica del laboratorio de la Ministerial Commission fir Unter- 
suechuny der deutschen Meere in Kiel. 


Necesidades del edificio futuro 


Cuando la fundacion y la organizacion del laboratorio futuro 
sea cosa resuelta definitivamente, presentaré, con la colabora- 
cion de un arquitecto, el presupuesto completo y detallado de 
las construcciones indispensables; por el momento no haré más 
que bosquejar un plano general con el objeto de dar una idea 
precisa de las necesidades que dicho establecimiento requiere. 

Dejando al lado el vivero y el parque, como tambien el 
muellecito del mareógrafo, al mismo tiempo de embarque, una 
de las partes más interesantes y de mayor importancia será el 
acuario con catorce ó veinte grandes cubas de dos metros de 
ancho por uno de alto y uno de fondo, que se podrán organil- 
zar sucesivamente para disminuir el primer desembolso. Il 
piso de los salones quedará constituido primeramente por arena, 
hasta tanto se pueda hacer de tierra romana. 

Al mismo tiempo que el acuario, se deberá instalar una 
bomba con cañería de bronce ó de cobre para establecer una 
renovacion contínua del agua de las piletas. Un depósito hecho 
en la piedra misma de la loma, para contener el agua de mar, 
sería lo más inatacable y por consiguiente lo más conveniente. 
La bomba será movida á viento y no á vapor, para disminuir 
los gastos y evitar un maquinista. Se instalará tambien un ma- 
nejo de caballos para obtener la fuerza motriz durante los dias 
de calma, y asegurar así la vida de los animales en observa- 
cion en las piletas. 

El acuario constituirá el piso bajo de un pabellon aislado 
en el centro de un jardin en donde se probarán, como lo he 
indicado, las plantas y los árboles que se pueden cultivar con 
mayor provecho para proveer de sombra y lena á los ribereños 
de la costa marítima. 

El piso superior del pabellon representado solo en el dibujo 
siguiente, será dispuesto en tres salones grandes para escuela 
y conferencias, para el museo de los productos marítimos re- 


— 421 — 


cogidos exclusivamente en la localidad, y en fin para conservar 
los planos, dibujos de embarcaciones, los aparatos náuticos, etc. 

De cada lado del pabellon central existirán dos pabellones 
paralelos. El primero constituirá: la habitacion del director, el 
laboratorio de biología y de investigaciones zoológicas, la biblio- 
teca, la secretaría y el laboratorio de los preparadores científicos. 
El segundo pabellon contendrá: el laboratorio de química, de 
fotografía, el botiquin; taller de reparaciones, la cocina, las ha- 
bitaciones del maestro de escuela, de los tres ayudantes y del 
patron de la embarcacion. 


¿PLANO DE LAS INSTALACIONES FUTURAS 


Cerca de la entrada, y hácia el lado del mar, se edificará 
una cuadra M para los marineros y un depósito A de aparejos, 
y del lado de tierra se instalará en P el portero y el cocinero, y 
en € la caballeriza. D representa la despensa, B la bomba y E 
la escalera en tambor que hará comunicar los dos pisos del 


Tomo VIII. 17% 


y 


ELEVACION 


— = == E 
SU LABORA 
LABORATORIO CUARTO 


DIRECTOR 


E APARATOS 
DE PRECISION 
l 
DESPENSA | 
SALA DE 
| PREPARACIONES 
ACUARIOS PORTATILES 
CUARTO || 
COCINA 


| AYUDANTES | 
| COMEDOR 


LABORATORIO DESMONTABLE 


CUARTO 
DEL 
MAESTRO 


| 


CUADRA 
DE LOS 


MARINEROS 


CUARTO 
DEL 
CONTRA-MAESTRE 


| DEPÓSITO 
| PARA LOS APARATOS DE PESCA 


Y DE NAVEGACION 
remos, velás anclas, sogas, redes 


eto etc 
D 
SALA 
DE LOS ACUARIOS 


DESTINADOS AL PÚBLICO 


CUANDO SE PODRA COMPRAR 


LA BOMBA 


GALPON FIJO 


Y 


199 


pabellon central. Como la piedra, la 
cal y la arena se encuentran á mano, 
las construeciones serán de poco costo, 
siendo, si fuese necesario, los planos 
definitivos hechos por empleados del 
Gobierno provincial y minuciosamente 
estudiados por el Departamento de In- 
genieros. Lo más importante es que 
las piezas sean grandes é independien- 
tes á fin de que fácilmente se puedan 
aislar para permitir más tarde nuevas 
subdivisiones internas si se necesitan. 

Por ahora, en cuanto á las habita- 
ciones, se debería instalar un galpon 
de zinc para colocar los aparatos de 
navegación y de pesca. como tambien 
para el alojamiento del personal. Se 
establecería este galpon en el sitio 
mismo del pabellon del acuario defini- 
tivo y durante un tiempo serviría tam- 
bien para ese objeto. 

Represento aquí mismo la disposi- 
cion de las habitaciones provisorias. 
El galpon fijo tiene una longitud de 
12 metros hasta la línea XY; y según 
los fondos disponibles se podrá pro- 
longar hasta 20 metros, como está in- 
dicado, para la instalacion de los acua- 
rios en caso de poder comprarlos con 
el malacate y con las cañerías de bronce 
y el depósito de agua de mar. 

Una casilla de madera desmonta- 
ble para el director y el maestro de 
escuela, como tambien algunas carpas 
si fuesen necesarias, completarían la 
primera instalacion. La casilla servi- 
ría después para la exploracion metó- 
dica de otros puntos de la costa, cons- 
tituyendo una especie de laboratorio 
ambulante. 

Si esos gastos mínimos no se pu- 
dieran hacer por el momento. se po- 
dría pedir al Gobierno Nacional el uso 


— 423 — 


momentáneo de uno ó dos cuartos en las habitaciones bastante 
próximas del faro. De cualquier modo sería indispensable alam- 
brar con tejido el terreno concedido y hacer un pozo para tener 
agua en el sitio del Laboratorio y del campamento. 

Algunas mesas de trabajo, sillas, baldes, etc.. etc., serán 
tambien indispensables. Dentro de los recursos votados se cal- 
culará el presupuesto, haciendo por esta vez lo contrario de lo 
natural, que es: ver las necesidades y sufragar los gastos cor- 
respondientes. La oficina meteorológica de la Nacion podría, 
sin duda, suministrar los pocos instrumentos indispensables 
(termómetro de máxima y de mínima, pluviómetro, higrómetro, 
anemómetro, veleta, barómetro, ete.), para principiar las obser- 
vaciones de meteorología. 

Se pedirá desde el principio al Gobierno Nacional la insta- 
lacion costosa de un mareógrafo y de un muellecito correspon- 
diente que se utilizará para el embarque y desembarque, cons- 
tituyendo al mismo tiempo una de las paredes del vivero. 


Necesidades del personal 


La eleccion del personal es más importante todavía que la 
eleccion del sitio: pues en cualquier punto de la costa, buenos 
observadores y trabajadores harán más que en mejor lugar 
gente poca apta para los trabajos que se les confiaran. 

Es necesario nombrar los siguientes empleados: 


UN DIRECTOR 


Encargado de la organizacion y que presentará los nombra- 
mientos de los empleados que compondrán el personal del 
establecimiento. Hará los estudios determinados en el plan de 
investigaciones de biología marítima práctica y de ciencias 
anexas (Oceanografía estática y dinámica), una vez este plan 
aprobado por el Exemo. Gobierno. 

Tendrá que salir al mar lo más frecuentemente posible con 
los marineros para dirigir las operaciones de pesca y las obser- 
vaciones; para tomar datos que ellos no podrían relevar, como 
la posicion del barco en cada' série de dragajes, la clasificacion 
de los fondos, de las larvas pequeñas y de todos los séres que 
pasan desapercibidos para quienes no han hecho de ellos 
estudios especiales, ele. 


| 
SS 
Ñ 
ma 
| 


UN AYUDANTE SECRETARIO 


Llevará el libro de los trabajos diarios efectuados y el libro 
del barco, llevará la correspondencia y la contabilidad. Estará 
encargado de hacer de tres en tres horas las observaciones 
meteorológicas y se ocupará tambien de preparar una coleccion 
fotográfica de los peces ú otros animales recogidos. 


DOS AYUDANTES CIENTÍFICOS 


Uno se ocupará de la preparacion, conservacion y montaje 
de las piezas obtenidas, que deberán guardarse en las colec- 
ciones locales del laboratorio, enviarse al Museo de La Plata, 
ó ú especialistas para su pronta determinacion ó para trabajos 
científicos. El segundo tendrá á su cargo la manutención de 
los acuarios y del vivero y acompañará á los marineros al mar 
cuando el director no pudiera salir. 


MAESTRO DE ESCUELA 


Para responder á uno de los fines principales de la institu- 
cion, me parece indispensable la creacion de una “escuela 
especial que se instalará al mismo tiempo y en los mismos loca- 
les del laboratorio científico propiamente dicho, quedando los 
programas bajo la direccion del establecimiento. 

Ya está asegurada la cooperacion de un maestro normal 
cuyos excelentes métodos de instruccion y buenos resultados 
obtenidos he podido comprobar. 

Como en Mar del Sud, punto que parece completamente 
despoblado, vendrían á caballo los alumnos de toda la vecindad. 
Para la poblacion infantil del campo, que nace ginete, las dis- 
tancias se salvan con facilidad, y he calculado que en la escuela 
de Punta Porvenir alcanzarian á reunirse desde el primer día 
de treinta á cuarenta alumnos. Se acostumbrarían á las cosas 
de mar y así se daría principio al fomento de la verdadera 
colonizacion costera, de las grandes pesquerías y á la prepa- 
cion de los elementos indispensables para la armada. 


El resultado, es claro, no se manifestará mañana y durante 


dos ó tres años se necesitarán esfuerzos contínuos: pero es in- 
dispensable principiar una vez. 

No encontrando bastantes utilidades, ni provecho en Mar 
del Plata, algunos pescadores se han trasladado. hace poco 


TE 


E) ¡LAA A 


TIRA ¿As 


MA 


tiempo, á Bahía Blanca; pero temiendo al mar y no sabiendo 
utilizar el compás de navegacion ni los mapas náuticos, han 
preferido desembolsar 150 pesos para el ferro-carril del Sud por 
costo de flete de cada lancha, antes de hacer el trayecto cos- 
tero, tan corto y facil, de Mar del Plata á Puerto Belgrano! 

No hay que pensar en desarrollar la pesca, si antes no se 
desarrolla la instruccion náutica, por lo menos elemental, de los 
pescadores. Y como habría grandes dificultades en hacer la 
educacion de los adultos que no pueden abandonar los trabu- 
jos para ir á larga distancia 3 escuchar conferencias (y cerca 
sería, quizás, lo mismo), y que carecen de toda instruccion pri- 
maria como tambien del deseo de aprenderla, diciendo: pescamos 
como pescaban nuestros padres y no necesitamos consejos, har 
que hacer caso omiso de esa clase de gente refractaria 4 toda 
enseñanza y debemos dirigirnos á Jos niños, es decir, al porvenir. 
Wer die Sehule hat. hat das Land! 

Se darían en la escuela, junto con los elementos generales 
é indispensables, las nociones, verdaderas distracciones para 
los alumnos, abarcadas, por ejemplo, en el programa siguiente, 
inspirado por el del laboratorio municipal de Sables-dOlonne 
tan bien dirigido por mi distinguido amigo el señor A. Odin. 
La instalacion de una escuela práctica para los niños de los 
pescadores y de la vecindad aseguraría tambien el manten: 
miento de la Estacion Marítima. 


PROGRAMA DE LOS CURSOS ESPECIALES 


Dictados y redacciones. —Sobre el ejercicio de la profesion de 
pescador: Informes de viaje, de averías, ete., que servirán para 
practicar al mismo tiempo la ortografía del idioma. 

Aritmética y geometría práctica. — nseñadas dentro de los lími- 
tes indispensables para seguir el curso elemental de navegacion. 

Geografía. enseñada prácticamente. — Geografía argentina, prin- 
cipalmente la regional y el estudio de las costas. 

Navegacion práctica. — Uso de los instrumentos náuticos: 
Sondalesas, compás (brújula), cartas marinas, sextante, anuario 
de las mareas. Velocidad de las corrientes y desviacion. Horas 
de pleamar y de bajamar. Métodos elementales para determinar 
las distancias recorridas y la situacion del barco. 

Aparatos de pesca. —Confeccion, montaje, conservacion y re- 
paracion. Historia, uso y clasificacion de estos aparatos. 

Reparacion de averías de las velas, de los palos y del casco. 

Conservacion personal. — Higiene de los hombres de mar. 


el 


a 


Salvataje. — Suponiendo las embarcaciones en peligro, sea en 
el mar ó sea en la costa. Estudio de las señales convencionales 
de banderas y de luces. Uso del aceite en las tormentas. Ancla 
de capa, ete. Faros. Posiciones normales de las valizas, etc. 

Curaciones á bordo: para heridos Óó para asfixiados. 

Estudios económicos sobre la. pesca: — 

1” Nociones sobre las especies marinas comestibles más 
comunes, sobre los huevos y la cría de los peces, el estado 
adulto, la reproduccion, los alimentos y los cebos. 

2" Conservacion de los productos de la pesca. 

3 Utilización de los desperdicios. 

1” Nociones sobre los métodos de pesca en el extranjero. 
ón todos los climas la pesca enriquece las naciones. 

Economía social. —Seguros contra la enfermedad, los acciden- 
tes, la vejez y la vida. —Seguro para el material de pesca.—So- 
ciedades mútuas.— Relaciones entre patron y marineros. 

Ejercicios prácticos. — Uso de los remos, del timon, de las 
velas, anclas, elc. 


NECESIDAD DE UN PATRON DE EMBARCACION 
Y DE CUATRO MARINEROS 


Es preciso contratar marineros verdaderos y excelentes, por- 
que van á constituir el elemento principal de todo trabajo. 
Disponiéndose solamente de una embarcacion chica, deberán 
hacer esfuerzos más considerables para obtener resultados satis- 
factorios. Para el contrato se debe tener en cuenta que en la ar- 
mada, un simple marinero recibe un sueldo de 25 pesos, más el 
alimento, el tabaco, la caña y los vestidos, lo que se avalúa gene- 
ralmente en 0,90 ó 1 peso diario. En el Faro, es lo que reciben. 
Cincuenta y cinco pesos mensuales es, por consiguiente, un mí- 
nimum, para conseguir marineros, pescadores de oficio, que ga- 
nan frecuentemente mucho más. Según mis informaciones, se 
necesitaFía un sueldo de 65 pesos para obtener verdaderos 
hombres de mar; al patron se le pagaría 20 ó 30 pesos más. 

Cuatro marineros son indispensables, sea para volver á tierra 
vogando, cuando cese el viento, sea para salir con cualquier 
tiempo y maniobrar las redes flotantes pesadas. Las embarca- 
ciones de Mar del Plata, que no se alejan casi de las playas, 
tienen tres hombres á bordo. 

Sería de desear que los marineros del Laboratorio fuesen 
casados y que sus familias pudiesen vivir en las cercanías in- 
mediatas áú este establecimiento, que se trausformaría así en un 


— 427 — 
pequeño centro de poblacion; se evitarían además ausencias 
que es difícil impedir, y que desamparan sun servicio estable- 
cido en una region poco frecuentada. 

La utilizacion del pescado recogido, que no fuera de conser- 
vación útil para el laboratorio, será especialmente reglamentada, 
no pudiendo transformarse nunca el laboratorio en estableci- 
miento industrial. 


UN COCINERO 


No se vive con filosofía únicamente, y si durante el dia uno 
pue le aguantar en el mar con galletas y agua, es necesario 
encontrar á la noche, al regreso, algunas veces muy tarde, sopa 
caliente y otros alimentos. No se debe olvidar que el laboratorio 
se edificará en un lugar tan retirado que no se puede hablar 
de pension. — ll cocinero, además de su oficio, se ocupará de la 
limpieza interna de las habitaciones. 


UN PORTERO 


Un peon especial es necesario para cuidar, durante los tra- 
bajos del personal en el mar, las construcciones, los aparatos, 
atender los pedidos de los visitantes, ocuparse de los caballos 
que serán indispensables, ya para varar la embarcacion, va 
para el malacate, ó en fin, para hacer las comisiones al pueblo. 

De un modo general, como cada empleado tendrá mucho 
que hacer, pues los dias y las hioras de trabajo no serán limi- 
tados como en los laboratorios de las ciudades, sinó siempre 
subordinados al tiempo y á las conveniencias de la pesca y á 
las necesidades de las conservaciones; es indispensable que los 
sueldos sean relativamente elevados. Creo que, con toda justicia, 
tomando como punto de partida el sueldo de los marineros, 
los ayudantes deberían percibir 160 pesos, el cocinero y el 
portero 55 pesos. 1íl director de la escuela recibirá tambien un 
sobresueldo por las materias ajenas al programa normal, que 
tendrá que enseñar. 


Instrumentos de trabajo que se necesitan 


Los instrumentos necesarios se pueden dividir en cuatro 
clases distintas: 1% embarcaciones; 2% instrumentos náuticos: 
3% aparatos de pesca: 4 instrumentos de estudio. 


EMBARCACIONES 


Las embarcaciones que se usan generalmente en Mar del 
Plata, descritas en un informe anterior, y de las cuales se 
puede ver la estructura y la disposicion de la arboladura en 
las fotografías adjuntas, son muy mal apropiadas para la na- 
turaleza de nuestras costas provinciales: son demasiado pesa- 
das, necesitan la ayuda de tres, cuatro y hasta cinco caballos, 
va sea para salir ó bien para volver á la playa. Sin embargo, 
la ausencia de un fondeadero limita sus dimensiones y es claro 
que no se pueden aventurar lejos de la orilla ni menos en alta 
mar, no pudiendo saber de antemano si la direccion ó la cons- 
tancia del viento podrán permitirles volver antes de la noche á 
su punto de partida. Como los tiempos son muy variables, 
ningun pescador se atreve á quedarse unos dias afuera como 
sería necesario muchas veces para pescar con provecho. 

La ausencia total de puertos naturales en toda la extension 
de la costa, la presencia de corrientes muy fuertes, como tam- 
bien las rompientes que se extienden hasta muv lejos húcia 
adentro del mar, gracias al insensible declive de sus costas, 
hacen indispensables botes especiales para poder ir un poco 
lejos. ll que más conviene, hasta tanto se compre un vapor- 
cilo, es, me parece, un bote salvavidas de casco de madera, 
con sus cajones de fierro y sus tubos de aire. Una dimension 
de once metros de quilla será suficiente y con todos sus apa- 
rejos, comprándolo de segunda mano, no tendrá valor comer - 
cial superior á la suma de mil pesos. Con tal embarcacion, 
el equipaje tendría la seguridad y confianza necesaria y gracias 
á su poco peso, uno de estos botes, se podría además varar 
en cualquier parte de la costa, no siendo esta barrancosa. 
Instalando palos algo más altos que los de costumbre, se 
obtendría la velocidad suficiente para la pesca de la caballa con 
líneas flotantes, y tambien para la pesca del atun. 

Una sola embarcacion es insuficiente para los estudios con 
las dragas de fondo y las redes de bolsa, de uso tan comun y ven- 
tajoso en las pesquerías industriales: por esto será conveniente 
comprar tambien una segunda embarcacion más chica que la 
primera y que se utilizará para mantener abierta la boca de las 
redes de rastra. En los dias de calma servirá para el estudio 
de los peces de bancos con líneas de fondos, con nasas, etc. 

Con el fin de postergar, si fuese necesario, estos primeros 
gastos, relativamente elevados, he averiguado si los pescadores 


— APN 


querían alquilar una ó dos de sus lanchas para hacer los en- 
sayos preliminares, y he obtenido la contestacion siguiente: se 
pondrá una ó mas embarcaciones á mi disposicion con los apa- 
ratos y marineros correspondientes abonándoles la misma suma 
que proporcionará la pesca á otras tantas embarcaciones, du- 
rante el mismo período de tiempo. 

Este contrato, aunque muy legítimo. es, sin embargo, dema- 
siado oneroso y me parece que no es conveniente aceptarlo. ln 
fin, segun los datos obtenidos, creo que las embarcaciones des- 
tinadas al laboratorio se podrán adquirir en el país. 


INSTRUMENTOS NÁUTICOS 


Será necesario conseguir: un compás de navegacion, un sex- 
lante, una corredera, una sonda Thomson ó el aparato de Cooper 
y Wigsell, unas botellas de lrkman ó de Meyer, unos instru- 
mentos de dibujo, anuario de mareas, tabla de logaritmos, etc. 


APARATOS DE PESCA 


Se deberá conseguir un surtido de redes verticales de mallas 
de diverso tamano: redes de bolsa y redes de superficie. Para 
la pesca de los crustáceos, se necesitarán nasas; para la de 
los mariscos, rastrillos de acero y sus aparatos anexos. Se de- 
berá tambien ensayar la pesca con anzuelos correspondientes 
á cada clase de peces, empleando líneas de fondo, líneas de 
superficie, líneas derivantes con ó sin molinetes. etc. 


INSTRUMENTOS DE ESTUDIO 


Haré recordar: termómetros de fondo, areómelros, Micros- 
copio, instrumentos de disección, aparato de proyeccion, tubos 
y envases de cristal, acuarios, balanza de precision, báscula, 
instrumentos enregistradores de meteorología que completarán 
y controlarán las indicaciones de los instrumentos de lectura 
directa. No hablaré del mareógrafo, que sería más conveniente 
fuese, como lo he dicho, una obra del Gobierno Nacional por 
los gastos bastante elevados que exige su instalacion. 

In fin, no debe olvidarse que se necesitarán tambien libros 
para la determinacion de los animales, tratados de piscicultura 
y revistas marítimas. Il cange con las publicaciones del Museo 
de La Plata podrá, sin embargo, facilitar la adquisicion de al- 
gunas de ellas. 


— 430 — 


Es de esperar que el Consejo de Educacion facilitará por su 
lado todos los útiles necesarios para organizar y asegurar la 
marcha de la escuela elemental y profesional que se fundará. 

El laboratorio tendrá que proveerse tambien de algunos 
productos químicos indispensables (principalmente alcohol y 
formalina), para la conservacion de objetos recogidos, para los 
análisis químicos, la fotografía y el botiquin de primeros 
auxilios. 


Trabajos que pueden y deben emprenderse 


Antes de emprender cualquier trabajo me parece indispen- 
sable pedir al Gobierno Nacional que se sirva encomendar á 
los oficiales hidrógrafos de -la armada la confeccion de un 
mapa en gran escala de la parte de la costa comprendida entre 
Mar Chiquita y Mar del Sud, estudiando principalmente la topo- 
grafía submarina de esos parajes, como tambien las variaciones 
de temperatura superficiales y profundas, sin olvidar los cambios 
de color del agua cuando uno se aleja de Punta Mogotes (véase 
el plano). Una exploracion de diez á quince días á lo más, en 
caso de tiempo favorable, sería suficiente para concluir estos estu- 
dios que serían de provecho general para todos los buques que 
frecuentarán cada dia más las costas provinciales. Se podrían 
iniciar en seguida las observaciones de meteorología, dejando 
donde está la estacion meteorológica de Mar del Plata y orga- 
nizando en el laboratorio una estacion nueva de muy poco 
costo que serviría para estudiar, con la primera, la marcha de 
las tormentas locales. 

Se podría con suma facilidad ligar con un hilo Punta Por- 

venir á la línea telegráfica poco distante, uniendo Mira-Mar á 
Mar del Plata. Ksa nueva línea provincial se utilizaría no sola- 
mente para las comunicaciones con el Observatorio Astronómico 
de La Plata, sinó tambien para trasmitir toda noticia que los 
buques nacionales Óó extranjeros quisieran mandar, utilizando 
el código de señales á las cuales puede contestar el Faro que 
se encontrará en la proximidad del laboratorio proyectado. 
Si hay algo de difícil comprension, es ver cómo se ha podido 
dejar durante tanto tiempo aislado un faro de primera clase sin 
posibilidad siquiera de comunicar telegráficamente al Estado 
Mayor de Marina todo suceso que pudiera sobrevenir en su 
zona de alcance. 

No disponiéndose probablemente por algun tiempo más que 
de una sola embarcacion, se podrian efectuar, además de los 


AE 


estudios de oceanografía física, pescas con líneas y con redes 
de superficie. Esta última proporcionaría las larvas como tam- 
bien los huevos de pescados comestibles que son en su mayoria 
flotantes. La pesca con redes verticales se iniciaría tambien, 
dejando para más tarde, cuando se pueda comprar el chin- 
chorro, el estudio de los productos marítimos que se obtienen 
solamente con redes de bolsa y rastras de fondo. 

Las observaciones de las alturas de las mareas se princl- 
piarían instalando un mareógrafo rudimentario, por ejemplo, 
un enregistrador de nivel ó hidrómetro de J. Richard, que 
permitiese obtener resultados que se aprovecharían cuando se 
poseyera el mareógrafo totalizador. 

Las colecciones recogidas serán preparadas y enviadas en 
parte al Museo de La Plata, para enriquecer sus colecciones y 
proporcionarle nuevos canjes de historia natural con los museos 
extranjeros. Se mandarán tambien á todos los sábios del país 
ó del extranjero que quisieran estudiar ciertos grupos de ani- 
males y que se comprometieran á abonar los gastos corres- 
pondientes de envase, alcohol y flete. Si el lxemo. Gobierno 
lo estimara conveniente, se podría por excepcion, cuando se 
obtenga cierta cantidad de pescados comestibles, que no se 
utilizase con fines científicos, venderlos, destinando siempre 
este producto á la ejecucion del plan general de la Istacion 
Marítima. 

Como el primer trabajo necesario es de todos modos conocer 
los fondos marinos de los alrededores, he estudiado con especial 
atencion el mejor sistema de representacion y clasificacion de 
éstos, en lo que se relacionan con la pesca costera. Tanto los pes- 
cadores como los naturalistas que se encargaran de hacer cono- 
cer la biología de las costas provinciales, necesitan, ante todo, 
el reconocimiento exacto de las profundidades, temperaturas y 
naturaleza de los fondos, en cualquiera de los puntos donde 
tuvieran que trabajar. 

Sería conveniente, pues, iniciar toda clase de estudios, pu- 
blicando, como en Alemania, «Die Nordsee Fischerei Grund», á 
escala de 1/800000, mapas de los fondos acompañados con 
un manual elemental y práctico de navegacion «Segel-Handbuch 
fíw Nordsee Fischer, 189%» para el uso de los pescadores. 

El largo medio de la milla marina de 60 en grado ó. arco 
de meridiano de un minuto ó tercio de legua marina de 20 en 
grado, debería representarse, como en los mapas de gran es- 
cala del depósito de la armada francesa, por 39 mm =m =1852 
metros. Se adoptaría, segun convino el congreso internacional 


132 — 


de Londres de 1895, el metro como unidad de profundidades 
y el meridiano Greenwich como meridiano de origen. 

ln la zona limitada por la línea isobática de 200 metros 
se producen todos los fenómenos cuyo conocimiento y estudio 
más importan al hombre (). lósta línea representa tambjen el 
límite extremo de la posibilidad de la pesca comercial. Hasta 
la línea isobática de 100 metros se deberían representar las 
curvas cuya diferencia de profundidad fuera de 10 en 10 metros: 
y delinear las curvas de los puntos que difieren en 20 metros y 
comprendidos entre las líneas isobáticas de 100 y de 200 me- 
tros. Este levantamiento debería limitarse“al principio 4 los 
alrededores de Mar del Plata, desde Mar Chiquita hasta Mar 
del Sud. 

La clasificacion de los fondos es muy importante, y, á mi 
juicio, la mejor es la propuesta por el señor J. Thoulet, de la 
cual voy á indicar sus principios. 

De las muestras de los fondos, que se han recogido y se- 
cado en cada estacion, se toman 20 gramos. 

1% Se aislan los fragmentos (fragmentos, rodados, pedregu- 
llo) cuyo volúmen iguala hasta el tamaño de una avellana. 

20 Se uislan después los fragmentos cuyo volúmen varía 
desde el tamaño de una avellana hasta los que no pasan por un 
cernedero de seda número 40 (malla cuadrada de 0,5 mm.). Se 
recoge así el pedregullo chico, segunda clase de elementos raros 
Ó localizados. 

3 Lo que pase por el cernedero número 40 y no pasa por 
el número 200 (malla 0,025 mm.). constituye los gruesos granos 
minerales. 

4% Lo que resta y se puede definir por medio del microscopio 
constituye los granos finos. 

5 Por fin se encuentra la arcilla amorfa, más ó menos 
mezclada con sustancia calcárea, la cual arcilla, hallándose en 
suspension en agua pura, emplea en una probeta más de catorce 
minutos para descender 10 centímetros. 

La palabra limo debe emplearse únicamente para designar 
una materia arcillosa amorfa y más ó menos calcárea. Los 
granos minerales gruesos y finos constituyen las arenas. lístos 
elementos, no localizados como los rodados ó el pedregullo, 
forman verdaderos terrenos. Para sus clasificaciones debería 
tomarse por base lo siguiente: 

(1) Es esta la region que ofrece tambien mayor peligro para la nave- 
yvacion. Recuérdese el caso del «Garibaldi». 


nn a AS A OA 


— 433 — 


Se determinarán como arenas si contienen 04 10%, de arcilla. 


» » » arenas limosas. .. 10430» » » 
» » »  limos arenosos... 30» 60»  » » 
» » »  limos si contienen más de 60 » » » 


En cuanto á la representacion gráfica se deberá adoptar la 
siguiente, propuesta tambien por J. Thoulet: 

Dibujo de las curvas isobáticas, indicacion de la tempera- 
tura, de la direccion de las corrientes: con color negro. 

Arenas: con color carmin. 

Arenas limosas: con carmin y un poco de tinta china. 

Limos arenosos: con tierra de Siena, natural. 

Limos: con amarillo goma guta. 

Rocas submarinas: con azul de Prusia. 

Fragmentos de piedra, pedregullo: con puntos rojos de varios 
tamaños. 

Conchas: con eruces pequeñas de ceniza azul. 

Herbarios submarinos: con líneas horizontales verdes. 


Como conclusion no se debe excusar de no comenzar este 
mapa, diciendo que no existen los elementos necesarios para 
hacerlo de una manera conveniente. Una obra, aunque nece- 
site perfeccionamiento, siempre que exista, vale más que otra 
perfecta que no se posee. Cada ano los pescadores mismos (*) 
podrían introducir en el mapa nuevas correcciones, y de esta 
manera contínuamente se irían consiguiendo mejoras. Los ofi- 
ciales de la armada que deseasen trabajar para ayudar al pro- 
ereso de las ciencias físicas y de las ciencias naturales, tienen 
en la formacion del plano, á gran escala de nuestras dilatadas 
costas y de la topografía litoral sub-marina, un objeto de utili- 
dad general que podrá satisfacer sus más ámplias aspiraciones 
y que será tambien de utilidad propia para la navegacion. 


CONCLUSIONES 


En resúmen: si se quieren principiar este año los estudios 
del Laboratorio marítimo, es preciso: 

1% Obtener la escritura definitiva de la cesion de los terre- 
nos necesarios, solicitando del generoso donante, señor sena- 
dor don Jacinto Peralta Ramos, una extension suficiente para 
todas las necesidades futuras. 


(1) Como los buaues que hacen la carrera de Bahía Blanca y del Sud. 


| 
| 


2% Obtener permiso, sies necesario, del Gobierno Nacional, 
para construir un pequeño muelle y un vivero en la parte de 
la costa correspondiente ú la Estacion Marítima, pidiéndole 
costear los gastos que dichas obras originasen. 

3 Solicitar tambien del Gobierno Nacional que facilite un 
viaje, de diez á quince dias, para hacer con oficiales de la ar- 
mada los reconocimientos hidrográficos (') indispensables en los 
alrededores del punto elegido segun el plan expuesto arriba. 

4% Construir un pozo de agua dulce y alambrar los terrenos 
del Laboratorio. 

5% Edificar un galpon provisorio y una casilla de madera: 
instalar un molino y un malacate para el pozo de agua dulce 
y para la bomba de agua de mar. 

6* Pedir á la oficina meteorológica de Córdoba la cesion de 
los instrumentos necesarios para una estacion de meteorología. 

7% Como personal, minimum indispensable: un director, dos 
preparadores, un patron de embarcacion, cuatro marineros 
verdaderos, un cocinero-portero y un peon para cuidar los 
caballos y ocuparse de los trasportes. 

se Como instrumentos de trabajo mínim indispensables: uN 
bote salvavidas de 11 ú4 12 metros, con sus cajones, tubos y 
accesorios de navegacion, una red de bolsa, otra de superficie, 
líneas de fondo y de superficie con todos sus accesorios, cabos: 
mesas, tinas, baldes, frascos y tubos, productos para la pre- 
paracion y conservacion de las colecciones: caballos, carro, 
monturas, útiles de cocina, loza, etc. 

Limitándose á lo más estrictamente necesario, se puede calcu- 
lar grosso modo y á lo menos: 2000 pesos para el bote con sus 
accesorios y los aparatos de pesca; 2000 pesos para el pozo, gal- 
pon y la casilla, y 2000 pesos para la instalacion propiamente 
dicha y los primeros instrumentos. Se vé que con los elementos 
que dispone el Museo y con la cantidad de la cual se ha 
hablado, se podrán iniciar en breve los primeros ensayos. Será 
posible en rigor, contentarse al principio con un simple rancho. 
Pero no basta que nazca un nuevo organismo; es necesario ase- 
gurarle un porvenir no digo exuberante, pero, á lo menos, 
compatible con la vida y con el trabajo. Si el H. P. Legisla- 
tivo toma en consideracion este proyecto, será fácil. refiriéndose 
á las indicaciones que he dado, calcular el costo aproximado 
de la instalacion definitiva y el presupuesto necesario para el 
mantenimiento de la institucion. 


(*) Con la «Uruguay» ó con la «Paranto. 


— 85 


Por mi parte me propongo estudiar y presentar en unos 
dias el detalle de los gastos que se refieren á la primera ins- 
talacion, una vez enterado del precio exacto de las pequeñas 
edificaciones, del pozo, del alambrado, del bote y de todos los 
instrumentos indispensables. ls necesario pues, pedir catálo- 
gos, visitar astilleros y almacenes navales; hacer comparacio- 
nes detenidas de las ofertas para adquirir los elementos de 
trabajo más perfeccionados con el mínimum de erogación po- 
sible, ete, 

Una vez examinada y definitivamente resuelta la creacion 
de una Istacion Marítima, bastará tener constancia en la obra, 
tenacidad en la ejecucion y paciencia en la realizacion de las 
instalaciones completas, para asegurar la existencia de este 
nuevo centro de enseñanza pública, de este nuevo factor de 
adelanto para la Provincia y de progreso para la colonizacion 
costera como para la riqueza nacional. 


DR. F. LAHILLE, 


Encargado de la Seccion Zoológica. 


Museo de La Plata, Agosto 18 de 1897. 


— 436 —- 


Explicacion de las láminas ; 


la Bosquejo del litoral comprendido entre las playas de las barrancas 
de Mar del Plata y la laguna de Punta Mogotes. 

2a Desembocadura del arroyo La Tapera, en el trayecto de Mar Chiqui 
i Mar del Plata por la playa, durante Ja bajamar. 

34 Barrancas limitando al sud la playa de Mira-Mar. Aspecto de los ban: 
cos en el momento de la media marea. Y 


los rollizos y van ú sacar la lancha á la cincha, Se nota la pres 
cia de tres marineros solamente ú bordo de cada embarcacion. 
En una se observa la disposicion del foque y la maniobra de las 
mayor para ayudar ú los caballos. A z , 
ba Traccion de una lancha en la da Se necesitan tres ó cuatro ( 


que son de un manejo e más Edud . 
Ya Vista general del sitio elegido en Punta Porvenir para la ins 
de la Estacion Marítima. 


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1 NOTES 


SUR LE NOUVEAU GENRE 


PES RINGLA 


PAR 


FE. LAHILLE 


DOCTEUR EN MÉDECINE ET ES-SCIENCES NATURELLES 
CHARGÉ DE 1A SECTION DE ZOOLOGIE 2 


E DU MUSÉE DE LA PLATA 


(Avec deux planches) 


AA 


NOTES 


SUR 


LE NOUVEAU GENRE DE SCUTELLIDES 
T[HERINGIA 


Die Subordination der Theile deutet auf cin vollkommnes 
Geschópt. 
GOETHE: Bildung und Umbildung organischer Naturen. 


Louis Agassiz, qui essaya le premier de mettre un peu Vor- 
dre dans la classification des Scutellidés en faisant appel le 
plus possible aux caractéres anatomiques, fut réduit, pour sé- 
parer les Echinarachnius des Scutelles, á invoquer des carac- 
téres vraiment insignifiants. 

Le genre Echinarachnius différerait, Vaprés lui, du genre 
Scutella: 

lo «Par sa forme plus circulaire.»— A propos des Mono- 
phores etá présent á propos de Scutella patagonensís, nous allons 
voir que la forme seule ne saurait étre caractéristique. L. Agas- 
siz dit lui-méme que sa nouvelle espéce E. Rumphíi a son 
bord postérieur plus ou moins tronqué! 

20 «Par ses pétales ambulacraires plus ouverts.»—L. Agassiz 
se contredit encore puisque le second caractére qu'il attribue á 
E. atlanticus est Vavoir des pétales présentant une tendance 
trés prononcée á s'arrondirá leur extrémilé sans cependant se 
fermer entiécrement. 

3% «Surtout par la position marginale de louverture anale.» 
—Chez V'unique espéce fossile signalée par L. Agassiz, E. inci- 
sus (calcaire grossier de Hauteville), lorifice anal est loin d'étre 
marginal! «Ce qui la distingue de toutes ses congéneres, c'est 
la position de Pouverture anale qui est trés petite eb tournée 
vers la face inferieure (fig. 31) au-dessous de l'échancrure du 
bord postérieur» (vide l. e. pag. 93). 

Presque toutes les espéces á anus marginal (E. parma, E. 
Rumphái, E. Atlanticus) se réduisent en définitive comme la 
démontré A. Agassiz á E. parma et puisque Louis Agassiz lui- 


ESA 


méme Waccordait point á ce caractére une valeur aussi grande 
que Vont fait la plupart des auteurs, il aurail mieux valu en 
revenir aux idées de Lamarck et désigner sous le nom de £Seu- 
tella parma les formes rattachées au genre primitif Echinarach- 
nius de Van Phelsum, genre dont la diagnose avait été modi- 
fiée par L. Agasslz. 

F. J. Pictet, dans son Traité de paléontologie (t. IV, p. 221, 
1857), conserve pourtant le genre Eechinarachnius en faisant re- 
marquer que «ce genre différe des Scutellines par Pabsence de 
cloisons internes, des Laganes par son anus marginal et des 
Scutelles par ses pétales ouverts». Mais ce dernier caractére 
est si relatif, ici méme si inconstant, quw'on ne peut lui accor- 
der aucune importance distinctive. Pictet n'invoque méme plus, 
dans sa diagnose, la position de Panus puisqu'il admet que chez 
les Scutelles il peut étre également marginal ou infra-marginal. 
Dans les diagnoses des deux genres, il signale pourtant, le 
premier, une différence: Tandis que chez Echinarachmius les sil- 
lons ambulacraires sont droits et tres peu ramifiés, ils sont 
chez Seutella sinueux et ramifiés. 

A. Agassiz, dans son ceuvre monumentale «Revision of 
Echini», reconnait que la position de lanus ¡jointe au mode de 
ramification des sillons ambulacraires peut caractériser les Kehi- 
narachnius, mais comme ces particularités n'ont pas une valeur 
bien grande, il ne considere ces animaux que comme formant 
un sous-genre de Scutella. Clest tout ce que Pon peut concéder. 
Echinarachnius west que la persistance á Pétat vivant des Scu- 
telles fossiles et ne devrait former qu'une simple section du 
genre primitif caractérisé par son anus complétement marginal. 

Le Dr. H. von Ihering, dans son dernier travail sur les mol- 
lusques, les échinodermes et les crustacés fossiles de Patago- 
nie, dit á propos de Scutella patagonensis (vide Rev. Museu Pau- 
lista, t. H, p. 337) que cette espéce a comme la précédente 
(Echinarachnius juliensis) un anus infra-marginal distant du 
bord, de 2 mm. environ. E. juliensis ne peut done pas méme 
rentrer dans le sous-genre de Scutella tel que A. Agassiz la 
défini, puisque lanus West point marginal. Cet échinide de 
San Julian est, pour le dire tout de suite, une simple variété 
de Seutella patagonensis de Puerto Deseado. Je posséde des exem- 
plaires de ces deux localités qui démontrent qwon a bien affaire 
á une seule el méme espéce. 

D'aprés le Dr. Von Ihering, E. juliensis et S. patagonensis 
different des espéces européennes, dont il connait la description 


— 441 — 


ou la figure par le mode de ramification des sillons ambula- 
craires. «Tandis que chez Seutella subrotunda Lam., par exemple, 
les deux principales divisions du sillon ambulacraire se rami- 
fient seulement du cóté externe, ici on observe aussi des rami- 
fications du cóté interne. » 

Lrexemple cité par M. Von lIhering eut pu étre plus probant 
puisque précisément la figure 2 de la planche 17 («Monographie 
des Scutellidés d'Agassiz») montre que chez S. subrotunda préci- 
sément les sillons principaux de Pambulacre postérieur gauche 
et de Pambulacre latéral droit émettent, comme dans les formes 
de Patagonie, une ramification interne. On retrouve celles-ci 
ésgalement chez Se. striatula (fig. 2, planche 18) et si elles n'ont pas 
été représentées plus souvent, c'est sans doute parce que per- 
sonne Wavait jusquá présent attribué une importance spéciale 
a cette disposition. 

Je ne posséde encore qu'une vingtaine d'échantillons utili- 
sables de Scutelles de San Julian et de Puerto Deseado, aussi 
je ne puis, pour le moment, entreprendre létude de la varia- 
tion de cette espéce comme je Pai fait á propos de Monophora 
Darwini. Toutefois comme ces échantillons sont tous en parfait 
état de conservation, ils permettent par suite de déduire déja 
Wimportantes conséquences. 

Je dois dire tout d'abord que ces Echinides de la Patagonie 
australe ne peuvent rentrer ni dans le genre Seutella, ni dans 
le sous-genre Echinarachnius. lls forment un type nouveau de 
transition que je nommerai lheríngíia en Vhonneur dun des 
plus savants naturalistes de l'Amérique du Sud. Peut-étre ren- 
contrera-t-on un jour de véritables Seutella dans les formations 
tertiaires de Patagonie, mais jusqwá présent je nen connais 
aucune. Dans mon étude sur Monophora ¡'avais émis VPopinion 
que les Scutelles étaient probablement des formes propres á 
l'hémisphére nord (vide: Rev. Museo L. Plata 1896, p. 443). A cette 
époque je n'avais, en effet, que deux exemplaires provenant de 
San Julian et ce vw'étaient point des Scutelles. J'hésitais cepen- 
dant á les décrire comme types nouveaux, car elles pouvaient 
bien représenter aprés tout quelque variation une forme incon- 
nue. Depuis, comme tous les individus provenant soit de Puerto 
Deseado, soit de San Julian, soit méme de la cordillere (envi- 
rons du lac Buenos Aires), présentent les mémes caractéres 
particuliers, je crois en conclure que c'est bien un type distinct 
identique á Pespéce que Desor a si incomplétement décrite. 

Chez Iheringia et Monophora, les plaques inter-ambulacraires 


de la face aborale augmentent de dimension du centre jusqu'au 
niveau de Vextrémité des pétales; elles diminuent ensuite rapide- 
ment jusqu'au bord, ou leur largeur n'est plus que 1 a 2 mm. 
en moyenne, alors que la largeur des plaques ambulacraires 
correspondantes atteint 15 mm. Dans le genre Seutella s. str., 
la différence entre les plaques marginales, ambulacraires et 
inter-ambulacraires, reste au contraire toujours insignifiante. 
Les plaques inter-ambulacraires w'y forment jamais Vétoile pen- 
tagonale 4 sommets trés aigus quí frappe á premiére vue chez 
Iheringia et Monophora. Chez Secutella, les pétales ambulacraires 
sont presque toujours fermés; chez lheringía, ¡ls sont toujours 
ouverts el quelquefois méme lyrés. 

Iheringia, par la disposition de ses plaques, se rapproche 
beaucoup du genre Dendraster, mais il wa jamais, comme celui- 
ci, Papex excentrique el ses ambulacres pétaloides sont presque 
égaux. Il differe de Praescutella par ses pétales tres développés, ses 
sillons ramifiés et plus encore par le tres petit nombre de pla- 
ques (trois paires, quatre rarement) qu'on observe á la face orale 
dans les zones inter-ambulacraires. Il Séloigne entre autres 
caractéres, de Sismondia par sa grande taille, ses sillons rami- 
fiés, son anus sub-marginal ou presque et son ambitus aminci. 

Il difféere enfin des Laganum par ses sillons ambulacraires 
distincts el ramifiés, son bord non renflé, labsence de dépres- 
sion circulaire entre Vapex et Pambitus, labsence de cloisons 
concentriques, etc. 

Cest encore de Monophora et d'Eechinarachimiíus que le genre 
Iheringia est le plus voisin. 

Avec Eehinarachiius méme disposition de lPintérieur du test, 
méme mode de distribution des piquants á la face actinale. 
Mais tandis que chez Eehinaracinius s. str., Vanus est marginal, 
il est sub-marginal chez Zheringia. Chez Echinarachnius, Vapex a 
une tendance á se porter en arriére pour arriver á des formes 
comme Dendraster. Chez Iheringía Vapex est central ou un peu 
antérieur. Chez Eelanarachitus, la valeur du rapport entre les 
largeurs correspondantes des plaques marginales inter-ambula- 
craires el ambulacraires est, au plus, égal á deux. Chez lherin- 
gía, nous avons vu que ce rapport est beaucoup plus élevé et 
peut varier de sept á quinze. 

Du reste Vétude que nous allons en faire et les reproduec- 
tions phototypiques que nous en donnons permettront de préci- 
ser mieux que toute dissertation les ressemblances et les diffé- 
rences de ce genre et des genres voisins. 


E E 


FORME GENÉRALE 


Le contour général est variable: ovalaire, plus ou moins 
circulaire ou ailé. La bouche ainsi que la plaque madréporique 
occupent une position centrale et Vapex est situé un peu en 
avant. Dans les vingt exemplaires entiers que je posséde, la 
face aborale est réguliérement bombée; le bord est aminci ou 
arrondi, mais jamais renflé en bourrelet. La face actinale est 
légerement concave; aussi lorsquw'on désire pratiquer une sec- 
tion médiane, horizontale et totale un test, il est presque 
indispensable de le scier dP'abord verticalement. 

Lorsquw'on pourra disposer de nombreux échantillons, je suis 
convaincu que l'on pourra établir, comme pour Monophora, des 
séries rigoureusement paralléles de formes ailées et de formes 
arrondies. Voici les dimensions en millimétres des exemplaires 
étudiés et leur forme générale. 

Les localités de provenance sont les suivantes: 

No 4146 et numéro 15: Bajo San Julian. 

» Ta d12: Environs de Puerto Deseado. 

» 183 a 14: Territoire de Santa Cruz (localité indéterminée). 

» 164 20: Environs du lac Buenos Aires. 


SlI3ls | 313 
E So So 5 G OBSERVATIONS 
A o sala 
5 Es] a ] 
1 29 33 4 4 Forme ailéc. —Echancrure anale. 
2 49 52 3 7,5 | Forme presque circulaire. —Contour polygonal. — Echancrure. 
3 2 43 1 7 Forme circulaire. —Echancrure trés peu prononcée, 
4 | 49 51 2 8 Forme arrondie.— Contour un peu polygonal.—Echancrure. 
5 50 47 |—3 8 Forme allongée, ovalaire. Pas d'échancrure anale. 
6 Big | 67 6 9 Forme trés-ailée.—Contour polygonal.—Echancrure prononcée. 
7 59 61 2 9,5 | Cordiforme.—Echancrure anale. 
8 61 62 Ira Cordiforme.—Echancrure anale.— Test bombé. 
9 65 67 2 7 Forme circulaire, un peu cordiforme.—Echarcrure anale. 
10 41 44 E 8 Forme un peu ailée. —Echancrure peu prononcée. 
11 50 53 3 8 Forme un peu ailée.—Contour polygonal.— Pas d'échancrure. 
12 66 72 6 [11 Forme trés-ailée: polygonale. —Echancrure anale. 
13 48 45 a) 6 Forme circulaire. —Echancrure anale. 
14 56 57 1 8 Presque circulaire.—Légtre échancrure anale. 
ya) 48 49 1 8 Circulaire; un peu cordiforme.—Echancrure anale. 
16 50 57 6 — | Forme ailée.—Pas d'échancrure anale. 
17 49 52 E) 8 Forme circulaire.—Echancrure anale. 
18 | 46 | 48 2 Forme circulaire —Pas d'échancrure anale. 
19 53 E 1 8 Forme circulaire.—Echancrure peu prononcéc. 
20 48 54 6 7,5 | Forme ailée.—Pas d'échancrure anale. 


Mos 


— 


Les échantillons 16 a 20 recueillis par mon collégue, mon- 
sieur Santiago Roth, dans sa derniére expédition á la région 
des grands lacs argentins, se trouvaient dans des couches ho- 
rizontales á plusieurs métres au-dessus d'un banc épais d' Ostrea 
patagonica. Les deux exemplaires ailés qui proviennent de ce 
eisement sont tous les deux dépourvus d'échancrure anale, leur 
contour n'est point polvgonal mais formé de deux circonfé- 
rences de rayon différent (pl. 1, fig. 3). Lorsqw'on disposera de 
nombreux exemplaires et qu'on possédera les formes ¡jeunes, on 
pourra peut-étre songer á établir pour eux une espece distincte. 


Distribution des plaques 


A. FACE ACTINALE (planche II, fig. 10).— Le pourtour de la 
bouche est formé de dix plaques. Les cinq plaques ambula- 
cralres de la rosette buccale sont petites, allongées dans le 
sens du sillon ambulacraire; leur forme est pentagonale et 
elles présentent á leur surface une petite cloison verticale qui 
sépare des lPorigine les deux sillonms ambulacraires qui diver- 
gent ensuite á une distance plus au moins grande du centre. 
Les plaques inter-ambulacraires sont plus grandes et présentent 
six á sept cótés. 

Des rosettes buccales de Monophora que ¡ai traitées a la- 
cide mont prouvé que dans ce genre, comme dans le genre 
Iheringia, le pourtour de la bouche présentait la méme cons- 
titution. 

Dans les deux genres, les autres plaques de la face actinale 
sont disposées de la méme maniére. En dehors du péristome, 
on observe trois (quelquefois ici, mais rarement, quatre) paires 
de plaques inter-ambulacraires disposées en ellipse et dont la 
longueur décroit rapidement du centre á la périphérie. Chez 
lIheringia, Vanus se trouve situé entre la deuxieme et la troi- 
sieme paire. 

Les plaques ambulacraires sont au nombre de cinq á six 
paires et leur ensemble forme un triangle dans lequel les trois 
premiéres paires proximales sont les plus développées. La pre- 
miére est plus longue que large, les suivantes sont au con- 
tralre beaucoup plus larges que longues. 

B. AmBrTus.—Comme chez Monophora, le bord du test est 
formé de plaques marginales tres étroites. On en observe géné- 
ralement deux paires, quelquefois trois. 


— A45 — 

C. FACE ABACTINALE (planche l, fig. 2).—Les plaques inter- 
ambulacraires de la face abactinale forment un losange á cótés 
concaves dont la petite diagonale correspond sensiblement á 
Vextrémité distale des pétales ambulacraires. La moitié proxi- 
male du losange est formée de la plaque génitale, remplacée 
par une paire de plaques dans lVaire postérieure ou elle est 
absente; et généralement de cinq, parfois de six paires de pla- 
ques. La moitié distale présente cinq ou quatre paires beau- 
coup plus étroites que les deux derniéres précédentes. 

A chaque plaque inter-ambulacraire de la région moyenne 
correspondent sept, huit et quelquefois méme chez les grands 
échantillons neuf paires de pores el par suite de plaques pori- 
féres. Dans toute l'étendue d'un pétale, chez les exemplaires de 
dimension moyenne que j'ai examinés, on compte 52 á 56 pla- 
ques poriféres, toutes pentagonales. 

A partir de lextrémité distale des pétales, et en allant vers 
le bord, les plaques ambulacraires prennent un développement 
tres considérable en largeur et se coudent en général forte- 
ment en leur milieu. Chez Monophora, cette coudure des plaques 
existe aussi parfois, mais elle ne m'a jamais paru ni si accen- 
tuée, ni sí réguliére. 

Dans chaque zone de la face abactinale, les plaques sont 
disposées en ordre alterne; on a done une plaque en plus ou 
en moins suivant que lon compte celles de la rangée droite ou 
celles de la rangée gauche. 

L'inégalité du nombre de plaques dans les zones adjacentes 
produit une juxtaposition en ordre assez irrégulier. Souvent 
les cótés des plaques ambulacraires en contact avec les plaques 
inter-ambulacraires sont successivement allongés ou raccourcis. 

Dans les grands échantillons appartenant au mode alatus, 
les plaques des zones inter-ambulacraires antérieures et latérales 
décroissent avec moins de rapidité du centre á la périphérie 
que dans les échantillons du mode rotundatus. Malgré cela les 
différences entre les plaques marginales restent bien supérieures 
a ce qu'elles sont dans le genre Scutella. Clest ainsi que dans 
Véchantillon numéro 6 (pl. L fig. 1), les plaques inter-ambula- 
eraires postérieures ont une largeur de 1 mm. tandis que les 
ambulacraires correspondantes mesurent 19 mm. Les i¡nter- 
ambulacraires marginales antérieures ont 2,5 mm., les ambula- 
cralres correspondantes: 16 mm. 


— 446 — 


Distribution des piquants 


Les piquants sont implantés sur le test de Theringia une 
facon uniforme (pl. IL, fig. 9). Ceux de la face actinale sont 
simplement plus volumineux que ceux de la face abactinale. 
Tandis que de nombreux tubercules miliaires (sept á dix) en- 
tourent les tubercules spiniféres de la face actinale, on ren 
distingue que trois á cinq autour des tubercules spiniféres de 
la face abactinale. 

Chez deux individus, ¡'al observé que les tubercules spini- 
feres de la face actinale étaient plus petits dans les zones am- 
bulacraires que dans les zones inter-ambulacraires. C'est lá 
indice du commencement de la différenciation de zones acti- 
nales parvenue chez Monophora 4 un si haut degré. 

Chez lheringia, la face actinale est légérement concave et les 
régions ambulacraires sont elles-mémes un peu plus enfoncées 
que les régions inter-ambulacraires. Le besoóm de protection 
des ambulacres semble donc étre chez les Scutellidés le prin- 
cipe de la différenciation de cette face et de ses piquants. 


Systeme ambulacraire 


L'apex est sensiblement central, plutót antérieur, chez tous 
les individus que ¡'al examinés. Les pétales ambulacraires sont 
semblables et en général égaux en longueur. 

Quelquefois les pétales postérigeurs sont un peu plus courts 
que les latéraux et dans ce cas ils sont égaux á lPambulacre 
antérieur. 

Dans un individu de 67 mm. de longueur, les pétales anté- 
rieurs et postérieurs mesurent 18 mm., les latéraux 19. 

La distance de lextrémité des pétales au bord libre est de 
11 o0u 13 millimótres. Les pétales sont ouverts, quelquefois 
méme lyrés. Dans les formes franchement ouvertes et surtout 
dans les formes lyrées, on observe des paires de pores supplé- 
mentaires sur les plaques ambulacraires abactino-marginales 
aux points de coudure de ces plaques. Dans ce cas, ces pores 
sont de simples trous et le pore extérieur ne s'allonge pas en 
gouttiére. Les trones des sillons ambulacraires (pl. IL, fig. 9) 
de la face actinale divergent, soit en ligne droite, soit le plus 
souvent en se recourbant vers le sillon ambulacraire adjacent. 


NDA 


— 


Chaque trone se dédouble ensuite simplement vers le bord 
ou émet trois á quatre branches qui se dirigent aussi bien a 
lintérieur qwíá Vextérieur des troncs principaux. La division 
en deux trones principaux a lieu en moyenne á 6 mm. du 
bord de Vorifice buccal. Le tronc primitif rwoccupe done que 
le tiers ou le quart du demi-diamétre du test chez les indivi- 
dus de taille moyenne, et seulement le cinquieme ou méme le 
sixiéme de cette longueur chez les individus de grande taille. 
Chez ces derniers, ils semblent donc diverger des leur base. 


Orifices 


La bouche et lanus sont circulaires. La bouche est centrale; 
Vanus est sub-marginal et inférieur. La distance au bord est 
de 1 mm. chez les individus de 47 a 50 mm. de long.; elie est 
de 2 mm. chez les autres. Chez tous les exemplaires examinés, 
je Wai observé que quatre pores génitaux. Chez le plus grand 
individu, les deux pores postérieurs sont un peu éloignés de 
la plaque madréporique. Chez tous les autres, ces pores sont 
pour ainsi dire juxtaposés á la plaque centrale. Les prétendus 
pores ocellaires sont au nombre de cing (pl. IL, fig. 7 et 8). 


Intérieur du test 


Les máchoires de lheríngia son trés fortes. La longueur de 
leur cóté est de 10 mm. (chez Vexemplaire numéro 8). La 
hauteur correspondante est de 5 mm. Le bord inférieur est 
trés convexe (fig. 6, pl. ID). La dent est horizontale, munie d'une 
caréne sur sa face dorsale et elle est enchássée dans la mú- 
choire. Des replis paralléles et nombreux existent sur les bran- 
ches de la máchoire en bas sur leur face interne. 

Chez Vindividu que ¡'ai scié par le milieu, les auricules soni 
trés peu développées (fig. 12, pl. II. 

Les faces actinale et abactinale sont réunies sur les bords, 
sur une zone de 10mm. de largeur par des cloisons enchevé- 
trées qui paraissent disposées sans grand ordre. A l'intérieur 
de la face abactinale, on apercoit dans la portion centrale des 
zones inter-ambulacraires un petit cordon calcaire qui se bifur- 
que á 10 mm. environ de la plaque madréporique; ses bran- 
ches suivent ensuite les pétales ambulacraires et se dévelop- 


== MS 


pent vers la périphérie en formant deux cloisons paralléles ou 
un peu angulaires qui correspondent aux lignes d'union des 
plaques ambulacraires et inter-ambulacraires (fig. 11, pl. ID. 
Il faudrait pouvoir sacrifier Vautres individus, afin de constater 
si ces dispositions inlernes sont constantes ou si elles varient 
avec la forme générale et si les rapprochements basés sur la 
disposition des plaques ne sont en aucun cas mis en défaut. 
Les inductions fondées sur la morphologie externe ne peuvent 
jamais offrir, pour Vétablissement de groupes naturels, qwun 
degré de certitude relative. C'est avant tout Pacte phvsiologique 
de la transmission de la vie et de la forme qui caractérise les 
espéces. 


Age géologique 


Je wWessaierai pas de déterminer Váge géologique des cou- 
ches qui renferment le genre Jheringia. A San Julian, elles sont 
inférieures aux couches á Macrauchenía, mais ces derniéres 
peuvent provenir de dépóts remaniés. Elles renferment en effet 
des débris nombreux d' Ostrea patagonica et on ny observe pas 
les bancs qui indiquent que ce lamellibranche aurait vécu en 
cet endroit méme. Le mélange de fossiles marins el terrestres 
semble prouver du reste que les couches situées au-dessus des 
couches á lheríngía proviennent d'un apport fluviatile. Il faut 
donc attendre lexamen sérieux d'autres gisements. 

Dans P'Amérique du Sud, on Wa jusqwáa présent que trop 
fait de la stratigraphie en chambre et les terrains tertiaires de 
Patagonie, malgré les beaux travaux de M. Mercerat, sont en- 
core géologiquement trop inconnus pour que l'on puisse fonder 
une opinion. ll est á désirer que la description détaillée des 
explorations de M. Carlos Ameghino paraisse le plus tót pos- 
sible el vienne enfin dissiper bien des doutes. 

On oublie trop volontiers que les mots: Kocéne, Miocéne et 
Pliocéne ont une application légitime qwen Furope ou ils 
servent á désigner chacun des séries de dépóts successifs assez 
bien caractérisés et différenciés. 

Avant de songer á établir dans le territoire argentin une 
concordance avec les formations européenes, il faudrait d'abord 
s'entendre une bonne fois sur ordre de succession des couches 
que Pon y observe; il faudrait pouvoir les caractériser chacune 
par des fossiles particuliers et il conviendrait, en outre, que l'on 
súl au moins scientifiquement de quel gisement exact les es- 


— 449 — 


peces réelles ont été extraites. Avant que de vrais géologues, 
que des stratigraphes sérieux aient étudié les terrains ter- 
tiaires de Patagonie, nous en serons réduits á des simples hy- 
pothéses. 

Toutefois comme ces derniéres peuvent suggérer de nou- 
velles recherches, il n'est pas inutile de rappeler dans quelles 
formations du terrain tertiaire on rencontre en Hurope les for- 
mes les plus voisines des genres lheringia et Monophora. 

Des douze genres de la famille des Scutellidés, telle que Cot- 
teau la définie en 1891, un seul (Seutella) est représenté dans 
l'éocéne par trois espéces encore trés rares. De plus, elles appar- 
tiennent toutes aux formations supérieures. Le périprocte de 
ces espéces est marginal ou presque marginal. Particularité 
intéressante á signaler: une d'elles, S. subtetragona est préci- 
sément de toutes les Scutelles celle qui s'éloignerait le moins 
par sa forme et la plus grande irrégularité de ses plaques de 
Theringia (mode alatus). 

Sous le nom de Laganidés, Cotteau groupe huit genres qui 
ne différeraient, dit-il, des Scutellidés á test dépourvu de lunu- 
les, d'entailles ou de digitations que par les sillons ambula- 
eraires de la face inférieure qui sont simples et droits au lieu 
d'étre ramifiés et anastomosés comme chez les Scutellidés oú 
les branches extrémes envahissent les aires inter-ambulacraires. 

Il y a Pabord une seule espéce de Laganum (L. Sorigneti, 
eocéne moyen) tres rare. 

Nous trouvons ensuite le genre Praescutella, Pomel 1883, dont 
deux espéces se rencontrent dans l'éocéne moyen. P. Caillaudi 
(Cott.) Pom. et P. Degrangei Cott. 

Des onze espéces de Sismondia rencontrées, dix appartiennent 
a Péocene moyen et une á l'éocéne supérieur. 

Des quatorze espéces de Seutellina que l'on connait (et en 
dehors de France on Wa signalé aucune espéce fossile), treize 
appartiennent a léocene moyen. Une seule, de Tunisie, appar- 
tiendrait peut-étre á lVéocéne inférieur. Quant au genre Echino- 
cyamus, sur onze especes, neuf appartiennent a l'éocene moyen 
et deux a Péocéne supérieur. Le genre Clypeaster apparait aussi 
a Véocéne supérieur, mais il est trés rare. 

En resumé: 

1” Si on admet que les lois de succession des formes ont 
été les mémes dans l'Amérique du Sud qwen Europe, et je 
crois que tout le monde sera d'accord sur ce point; 

2” Sion admet que mieux que n'importe quel fossile, les échi- 


= MW = 


nides permettent de déterminer les áges des couches, gráce á leur 
grande sensibilité biologique et á leur variabilité considérable; 

9" Si on admet que Fon peut établir Vors et déja dans le 
tertiaire de 'Amérique du Sud des couches qui correspondent 
réellement aux couches tertiaires de Europe; 

4% Si on admet que les couches renfermant une méme es- 
pece sont du méme áge; 

Il faut admettre que celles ou abondent les individus du 
genre lheringía et surtout les couches de Puerto Pyramides ou 
pullulent les Monophora, Scutellidé 4 lunule dont le degré d'é- 
volution est par conséquent supérieur a celui des Zheringia, cor- 
respondent au moins á l'éocéne supérieur et plus probablement 
a des couches encore plus récentes. Ostrea patagonica, Terebra- 
tella patagonica, Pecten paranensis, etc., ete., qui se rencontrent 
avec ces échinodermes, seraient par suite des formes bien moins 
anciennes qw'ion ne le suppose généralement. Je n'insiste pas 
sur cette discussion qui ne pourra étre abordée, je le repéte, 
avec fruit que le jour oú Pon possédera des études stratigra- 
phiques dignes de foi et sur lesquelles on puisse vraiment 
compter. La paléontologie seule ne peut, en effet, se passer des 
études géologiques pour déterminer les áges précis et les syn- 
chronismes des terrains. 


CONCLUSIONS 


Les caracteres principaux du genre lheringía sont les suivants: 

Scutellidé de grande taille, bords amincis, contour variable 
mais dépourvu de lunules, d'entailles ou de digitations, sommet 
central ou antérieur, pores conjugués. Anus inférieur. Quatre 
pores génitaux. Pétales ouverts ou lyrés. Sillons ambulacraires 
se divisant en deux trones principaux a une faible distance de 
la rosette buccale. Plaques marginales inter-ambulacraires beau- 
coup plus petites que les plaques marginales ambulacraires. 

Ce genre Jheringía est tres important en ce qu'il parail étre 
Vancétre direct des Monophora (*). D'autre part, il se relie par le 
genre Dendraster et le sous-genre Hehinarachnitus au genre Seu- 
tella; tandis que un autre cóté, par la disposition si spéciale 
de ses plaques, il réunit les Scutellidés aux Olypeastridae par 
les tribus de Laganinae (genres: Praescutella, Laganum, Sismon- 
dia) et des Seutellinae (genre: Seutellina). 


(%) Comparez la figure 1, planche I de Zheringia avec la figure 36, pl. HL 
de Monophora («Revista» t. VII). 


Theringía est, sans contredit, une forme synthétique et, par 
suite trés intéressante, voisine de la souche des échinides gna- 
thostomes bilatéraux. 

La série de variations qu'il montre, et qui sont absolument 
paralléles á celles que nous avons observées chez Monopñora, 
est une preuve de la plasticité de cette espéce qui a pu se trans- 
former suivant des directions bien diverses. 

Sous le nom de Echinarachnius Jjuliensis et de Scutella patago- 
nensis, Desor a fait connaitre respectivement les formes appar- 
tenant au mode rotundatus et au mode alatus d'une seule et 
méme espéce qu'il convient, je crois, de nommer désormais: 
lIheríngia patagonensis (Desor). 


Explication des planches 


Tous les individus sont représentés en grandeur naturelle. J'ai passé 
une légére teinte sur les sutures des plaques des individus 19 et 3 afin de 
faire mieux ressortir larrangement de celles-ci. 

PLANCHE 1 


Fig. 1. Mode alatus —Individu No 6G—Bajo de San Julian. 


» 2. »  orbicularis—Individa No 19—Environs du lac Buenos Aires. 
» 3. »  Clypeatus—Individa No 16— Environs du lac Buenos Aires. 
» 4.  »  ovalis—Individu No 5-—Bajo de San Julian. 


» >.  »  alatus—Individu No 12—Environs de Deseado. 


PLANCHE II 


Fig. 6. Machoire vue de profil. 


» 7. Individu No 11—Disposition générale des plaques de la face abac- 
tinale. 

» 8. » » 10—Environs de Deseado. 

» 9. » »  T—Disposition générale des sillons ambulacraires. 

LO: » »  3—Distribution des plaques de la face actinale. 

y: » » S—Surface abactinale vue de l'intérieur. 


» 12. Méme individu— Surface actinale vue de lintérieur. 


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Rev, del Museo de La Plata — Tomo VIII. 


F. LAHILLE — EQUINODERMOS — Lámina 1 MIS 


TALLEMES DEL MI 


Ea ya uls y Ana Das 


Dr. FP. LAHILLE 


Encargado de la Seccion de Zoología del Museo de La Plata 


En su trabajo sobre los Indios Guayaquis, el señor €. de 
la Hitte se pregunta de dónde puede provenir este nombre, y 
añade que respecto ú ese punto debemos confesar nuestra 
ignorancia y la inutilidad de sus investigaciones. ll doctor 
Von Ihering, en una obra notable—como todo lo que escribe— 
«A Civilisacao prehistorica do Brasil meridional» —al encontrar 
la raiz guaya en palabras guayanas y guayaquis, infiere que 
estos pueblos deben tener un orígen comun; y por lo tanto 
que guaya debe ser el nombre de una raza antigua extinguida 
que habría ocupado vastas regiones americanas. Esto parece 
tanto más cierto cuanto se halla la misma raiz monosilábica 
gua en muchos otros nombres guaranís, guachicos, guachis, 
gualochos, etc. 

Segun Joáo Mendez de Almeida, ra significaría parientes y 
que, espina, de donde: naqui, parientes malos; tupinaqui: parientes 
malos de los tupís; de modo que, guaya-na significaría, dice 
Ihering, parientes de los guayas, y guaya-quí: guayas malos. 

Esta etimología me satisfizo plenamente y no me ocupaba 
más de este pequeño problema, cuando recibí de uno de mis 
compatriotas, el general Frey, inspector de infantería de ma- 
rina, una carta (28 de Octubre de 1897) muy sugestiva y cuya 
importancia no pasará desapercibida para aquellos que se inte- 
resan por la historia de las migraciones humanas y del orí- 
gen de las poblaciones sud-americanas. 

«Guaya, guoya creo que son, en efecto, dice el general Frey, 
los nombres generadores de guayana y guayaqui. La raiz ya, 
gua, go. etc., que parece encontrarse en la palabra francesa 


Tomo VIII 19 


— 454 — 

gens, se halla tambien en anamita en la palabra guoye Ó nguoye, 
que significa hombre, él, ella ('). Ya, en anamita como en bre- 
ton y en aleman, y yes en inglés, significa: yo entiendo, he 
comprendido, sí. Gua-ya, gente que tiene la costumbre de pro- 
nunciar la palabra ya, de decir sí, he comprendido» Por mi 
parte, haré notar igualmente que el nombre que se dan los 
Yaganes de la Tierra del Fuego y por el cual se distinguen de 
los otros pueblos, es yamana que significa hombres, individuos, 
gente. Del mismo modo la palabra ona, en idioma ona, signi- 
fica tambien (véase «Mission Cap Hora», t. VII, p. 15) con mu- 
cha probabilidad: individuos, gente. Si se reflexiona, parece 
a priori que casi siempre debe suceder asi y que los nombres 
con que una tribu salvaje es designada debe casi infaliblemente 
expresar, por lo menos al principio. la calidad de hombre ó 
de pariente bueno ó malo. Se toma despues por nombre propio 
de la tribu, el sustantivo comun: gente, que desde el principio 
se ha oido pronunciar para ella sin comprendérsele, habiendo 
sido repetido hasta el cansancio. 

Cuando dos hombres, ó dos tribus nómades, que jamás se 
han visto y que no hublan el mismo idioma se encuentran en 
el desierto, el primer sentimiento es de informarse si son ami- 
gos ó enemigos, de dónde vienen y dónde viven. Las palabras 
individuos, hombres, parientes, se pronunciarán frecuentemente 
en la conversacion que se trate de entablar, y teniendo preci- 
samente una significación general, estranarán por el uso tan 
frecuente que de ellas se hace y por su aplicacion á los hom- 
bres, mujeres y, en fin, á todos. La frecuencia con que son 
repetidas ayudará, indudablemente, á recordarlas, y si las tri- 
bus continúan viviendo en proximidad se designarán sin duda 
entre ellas despues respectivamente por esos mismos términos 
usándolos como apodo. Como lo hicieron los yamanas y los 
onas, ha podido hacerlo la raza que empleaba como los ana- 
mitas la palabra gua para designar: gente. 

En anamita, dice el general Frey, nha significa padres, casa, 
familia y quí (con acentuación final grave) significa diablo, de- 
monio. ln el mismo idioma ma significa: espíritu, fantasma, 
de donde ma quí: espíritu malo, espíritu del mal, el demonio. 
En el idioma primitivo de los guayanas y tupís del alto Paraná, 
citados por Joúo Mendez de Almeida, na-quí significaría pues, 
como en anamita, parientes malos. 


(1) En araucano gen, infinitivo del verbo ser, tiene tambien el mismo 
sionificado de hombre, dueño: gen ruca, dueño de casa. 


— Ad — 


¿ste acercamiento no es, por lo demás, sino el primero de 
toda una série. Consideremos el vocabulario del guayaquí mez- 
clado de guaraní, dado por el señor €. de la Hilte. 

El pronombre guaraní che, mio, puede ser una derivación 
del anamita cha que significa padre, madre. Para un niño, 
en efecto, los padres son siempre sus primeras posesiones. En 
araucano chao tiene la misma significación de padre; en ana- 
mita che me significa los padres, en guaraní chambé quiere decir 
madre. In anamita vé significa pequeño, jóven; seu á, leche; 
cha-seuá significaría en anamita padre ó madre que amamanta. 
Comparado con che-sú, mi madre (en guaraní moderno), vemos 
evidentemente la gran analogía que liga á estas palabras. 

Ln anamita ru, rue, significa viejo, usado. Cha-ru, en ana- 
mita tendría entonces la significacion de padre anciano y po- 
demos compararlo con che-ru mi padre (en guaraní moderno) 
y con la palabra cha-rua, que significaría: padres ancianos, ó los 
ascendientes de las demás tribus indígenas. Ruca quiere decir 
tambien en araucano habitacion que ha durado largo tiempo. 

La palabra guayaquí tata, fuego, que se encuentra con la 
misma significación en guaraní sin que se pueda saber, creo, 
cual de los dos idiomas lo ha copiado del otro, es, según el 
general Frey la palabra senegalesa ta, alumbrar, fuego, y la 
palabra anamita tao (ta, fuego, o, eso) que significa hogar, dio- 
ses lares y de donde derivan otras palabras anamitas, por 
ejemplo: /aó, amanecer. 

En anamita cocuw, gran carestía de alimentos, cocu-ko, des- 
gracia, miseria; tienen mucha semejanza con la palabra gua- 
yaquí che acú, yo tengo hambre. En Mandé del Sudan ceulo se 
vuelve á encontrar en la palabra conko, carestía, hambre. 

La palabra serpiente, membó en guayaquí; mboí en guaraní; 
proviene del anamita ló significando exactamente serpentear, 
deslizarse serpenteando, arrastrarse. Mbó tiene tambien igual 
significacion de serpiente en el idioma de los naturales de Ma- 
dagascar. 

La pequena Damiana, guayaquí que tenía un año, poco 
más ó menos, cuando fué recogida por los asesinos de sus 
padres, repetía frecuentemente durante los primeros días, dice 
el señor €. de la Hitte, las palabras cavbu, aputiné, apallá, á las 
que no se conoce ninguna significación guaraní. Se suponía 
que la palabra caíbu, que es un nombre propio guarani anti- 
guamente usado, fué el nombre de la madre (v. «Anales del 
Museo de La Plata», 1. c., p. 18). 

«En anamita: cay significa, dice el general Frey, morder, 


— 456 — 


labrar, y bu exactamente: mamar, chupar. Cay tiene tambien 
la significación de desear. Damiana con esta palabra pedía el 
pecho de su madre: Cay bu, espero mamar, yo quiero mamar. 
Aputiné, apallá pueden provenir de las palabras anamitas: 
a, despues; pa. papá; phu, ayudar, socorrer, padre, madre, 
padres, sostener: phuten, gran maestro; phuthi, los esposos.» 
En araucano los sobrinos denominan á la tía paterna palu, a 
corresponde á: hola. 

«Los Mans ó Muongs, salvajes bárbaros que habitan las 
regiones montañosas del Tonkin y viven del producto de la 
caza y de la miel que hallan en los bosques, se sirven para 
llevar su carga de un canasto que es ¿déntico al utilizado por los 
guayaquis en sus correrías (vide: «Indios Guayaquis», l. c., p. 22). 
Apoyan la carga sobre la frente y la canasta es sostenida por 
la espalda. Los malgachos, los mandés, los anamitas y los ma- 
lesianos tienen el mismo orígen comun; son mongoles. Otro 
rasgo característico que les es comun es la pequeñez de su es- 
tatura. Los guayas tienen el mismo origen. Todas estas razas 
se valen de la palabra ya para decir sí, entiendo.» 

Me estrana que la palabra del vocabulario guayaquí rupia, 
mujer, hija, no haya llamado más la atencion del general Frey. 
Parece, en efecto, la palabra sanscrita rupa ganado, transfor- 
mada en este mismo idioma en rupía oro, plata, alhaja: como 
de pecus: ganado, deriva pecunia, tesoro, dinero; sin duda, por- 
que el ganado para los pueblos pastoriles era y es todavia la 
verdadera riqueza. Las hijas y las mujeres son consideradas por 
la mayor parte de los indios como verdaderas bestias de carga: 
rupa del sanscrito y la palabra guayaquí no hacen más que 
constatar este hecho, á no ser que se «udmita en esos indios 
una filosofía profunda ó una gran galantería, poco probable, 
que les haga tratar á sus hijas y mujeres de alhajas: Rupia. 

Todo el mundo sabe á qué exageraciones y fantasías ma- 
niáticas se dejan llevar con demasiada frecuencia ciertos eti- 
mologistas. Será menester, sin embargo, confesar siempre que 
entre las palabras fundamentales guayaquís reunidas por el se- 
ñor C. de la Hitte y las anamitas citadas por el general Frey, 
parece haber algo más que simples semejanzas homofónicas, 
parece existir verdaderamente un fondo de orígen comun. 

La zoología geográfica contribuye á apoyar la teoría que 
debe haber habido entre el sud del Asia, de Africa y la Amé- 
rica del Sud, especialmente las Guayanas; comunicaciones fáci- 
les y directas por vía terrestre. No recordaré sino las principales 
pruebas que se dan. 


AR 


Entre los mamiferos se podría, ante todo, citar como ejemplo 
la distribucion de los desdentados, aunque este órden esté 
representado por diferentes familias en los tres continentes. 
Los Pangolinos únicamente se encuentran en el sud de Asia 
como en el sud de Africa. ln el órden de los Sirenidae es pre- 
ciso citar los Manatidae que no se alejan jamás de las costas 
y que parecen haber atravesado el Africa, pasando de la region 
de los grandes lagos ó del Yambessi en el Congo para alcan- 
zar en el Atlántico las costas del Senegal, de las Guayanas y 
de la América Central. 

Los ofidios nos ofrecen igualmente una série de familias 
(Typhlopidae, Dendrophidae, Elapidae, Dipsadidae, etc.), cuyos 
tipos se hayan esparcidos en el sud de Asia y en el sud de 
Africa y en la América del Sud. Entre los lagartos: los amphis- 
benidae y los lepidosternidae hacen evidentes las comunicacio- 
nes que han debido existir entre el Africa occidental y el Brasil. 
La distribucion del género Crocodilus (Africa, sud de Asia, 
norte de Australia y region tropical de América, especialmente 
Guayanas); del género Alligator (Missisipí y Yang-tse-Kiang). 
La existencia de un mismo pez de agua dulce muy comun en 
la América del Sud, el Symbranchus marmoratus muy seme- 
jante sinó idéntico al Symbranchus bengalensis de las Indias; 
la distribucion de los Dipnoi; la de los Helicinidae entre los 
moluscos terrestres; del género Geoplana (Japon, sud de Africa, 
sud de América); el de los Proto-tracheatos y de muchos otros 
animales terrestres ó de agua dulce sumamente delicados, que 
mueren al contacto del agua de mar y cuyo trasporte no puede ex- 
plicarse por otros factores que el de su dispersion lenta y progre- 
siva en los mismos medios, señalan el gran grado de confianza 
que se puede acordar á la teoría que quiere que los tres continen- 
tes del hemisferio sud hayan estado unidos, sea por el norte, 
sea por el sud ó por sus dos extremidades á la vez. 

Nadie admitirá, creo, que la migracion humana desde el 
continente asiático hasta la América del Sur se efectuó á estas 
remotas épocas, siguiendo esas migraciones animales. 

Sin embargo, he dicho lo que nos enseña la distribucion de los 
animales terrestres ó de agua dulce para dar una satisfaccion 
á los que como P. G. Mesnier piensan que el centro de orígen 
de Jos Touranianos de Asia y de los Indios de América era un 
continente, hoy desaparecido, que ocupaba una gran parte de 
los océanos Índico y Pacífico reuniendo Africa, Australia, etc. 
(Véase: La Cordillére des Andes et Uhomme américain.—9" Congrés 
international anthropologie et d'archéologie, Lisbonne.) 


E 


De todos modos me parece difícil negar la descendencia 
asiática de una Ó varias poblaciones sud-americanas. Para los 
doctores Hyades y Deniker («Mission Cap Horn», p. 166), es 
probable que la mayor parte de las poblaciones de la América 
meridional han salido de la mezcla de tres razas: pequeña y 
dolicocéfala (Fueguinos, Botocudos, etc.); grande y braquicé- 
fala (Patagones): pequeña y braquicéfala (Araucanos, Caral- 
bes). teniendo la primera semejanzas con las razas de Asia. 
Retzius (Eilmologische Sehriften) piensa tambien que una rama de 
los sud-americanos primitivos era de orígen malayo-mongólico. 

La antropología física no puede casi nunca de por sí sola 
llegar á conclusiones indiscutibles, estando su misma base [re- 
cuentemente viciada. Cuando se halla un esqueleto aislado 
¿cómo se sabe que pertenecia en realidad á tal tribu más bien 
que á tal otra ú veces desaparecida, y cómo se puede sostener 
que las proporciones del individuo reconstituido ofrecen preci- 
samente los caracteres típicos de la poblacion á la cual perte- 
necía? Sería necesario tener un promedio entre un número con- 
siderable de muestras de orígen rigurosamente establecido, sin 
despreciar tampoco por esto las formas que pueden parecer 
aberrantes y que justamente proporcionan algunas veces las 
mejores indicaciones para establecer la filiacion. 

Creo que para fijar las relaciones que existen entre las tri- 
bus y sus migraciones, la filología comparada es un instrumento 
de mayor valor; pero es tan delicado que exige, para ser ma- 
nejado con provecho, una vasta erudicion lingúística y una 
gran inteligencia forzada por un sentido crítico muy desarro- 
llado. Con un placer muy especial agradezco pues al señor ge- 
neral Frey su primer ensavo y sus interesantes observaciones, 
que sería de desear fueran extendidas por él á los idiomas de 
los antiguos moradores de la costa sud del Atlántico; no olvi- 
dando que el exámen comparado de los verbos y de la cons- 
truecion es mucho más importante para el estudio filológico 
de esos idiomas que el «simple exámen de palabras aisladas. 
Precisaría, lo que es sumamente difícil, poseer ante todo, trans- 
eripciones literales exactas de las palabras indias, á tin de tener 
en cuenta todas las letras de esas palabras no fijándose sola- 
mente en el sonido que les demos nosotros ó que les dieron 
los primeros que las escribieron. Tambien sería conveniente que 
el general Frey tomara conocimiento de la obra de Forchhammer: 
Vergleichung der Amerikanischen Sprachen mit den Ural Altaischen 
hinsiehtlich ihrer Grammatile (1877). 

El señor Cárlos Federico Hartt hizo conocer en los «Archivos 


SEA ASA 


— 459 — 


do Museu Nacional do Rio» (1876) algunas hermosas alfarerías 
provenientes de la Isla de Marajó (Amazonas), que servian á 
las indígenas para ocultar sus partes pudendas. «Este adorno 
pertencia exclusivamente á pessoa para a qual havia sido fabi- 
cado, pelo que se deprehende das dimensoes e fórmas varias 
observadas em muitas dezenas que d'elles possue o Museu Na- 
cional.» (vide Hartt, p. 432). Les dan el nombre de tanga, que 
significa en las posesiones portuguesas de Asia y Africa, un 
pedazo de paño comprado para el mismo objeto (Foliuwm vitis) 
y que se llama en Asia ntanga; quizás seria una hipótesis aven- 
turada buscar el orígen de semejanzas de costumbres y de 
palabras como ésta y como muchas otras sud-americanas, afri- 
canas y asiáticas, en las relaciones, mucho mayores que se su- 
ponen llevadas á cabo por los portugueses en estos continentes. 
Tal vez, aún mismo en sus viajes hayan traido y dejado algunos 
asiáticos en las costas sud-americanas. Los antropólogos que 
piensan que las relaciones entre Asia y Sud-América se esta- 
blecieron antiguamente por barcos que habrian venido al azar 
atravesando el Pacífico con tripulaciones completamente asiá- 
ticas, me parece una hipótesis mucho más atrevida que la an- 
terior. 

No sería por primera vez que unos van á buscar muy lejos 
y con hipótesis complicadas, soluciones inmediatas y sencillas. 

El Dr. Ladislau Netto volviendo á discutir, en un trabajo 
publicado en 1885 sobre el uso posible de los tangas, despues 
de haber hablado de ellos como adorno de pudicicia, instru- 
mento de proteccion (contra los dipteros, por ejemplo) y de 
higiene, indica que podrían ser muy bien la expresion simbó- 
lica de un rito; representando el divino triángulo indo: yoni 
orígen del léngam ó árbol de vida, análogo éste al Phallus del 
Ejipcio. In Marajó abundan los adornos y los ídolos fallomor- 
fos y si se podía comprobar la autenticidad de la fallolatría en 
esta region, sería un gran paso dado en la historia de las 
religiones naturales y un apoyo más á las teorías de la des- 
cendencia asiática parcial, de ciertas poblaciones sud-america- 
nas. Sólo el porvenir podrá, quizás, dilucidar estas cuestiones. 


Dr. Y. LAHILLE. 


ÍNDICE $ on 


DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO VIM 


FINES DE VERANO EN LA TIERRA DEL FueGo, por el Dr. F. Lahille, Encargado de la 


Seccion Zoológica del Museo de La Plata..... a.” 167 
.i 
Oripios pE MaTTo-Grosso (Brasil), por Julio Koslowsky, Naturalista viajero del Musco 2 


AN OE ROD da dara Deer atlas e 1200 


CATÁLOGO DE LOs MAMÍFEROS FÓSILES conservados en el Museo de La Plata. — Gruro 
UxGuLaTa — Orden Toxodontia, por Santiago Roth, Prado de la Sección Pa- 
leontológica del Museo ..... de ral? caleta ra eioja Dado acobduddos aahonopne huoa 


ENUMERACION SISTEMÁTICA Y DISTRIBUCION GEOGRÁFICA DE LOS REPTILES ARGENTINOS, 
por Julio Koslowsky, Naturalista viajero del Musco de La Plata ...omooccoccnonroco. 


RECONOCIMIENTO DE La REGION ANDINA de la República Argentina. — Il. APUNTES PRE- 
LIMINARES SOBRE UNA EXCURSION Á LOS TERRITORIOS NEUQUEN, Ri0 NEGRO, CHUBUT 
Y Santa Cruz, hecha por las Secciones topográfica y geológica, bajo la dirección de 
Iirancisco P.- “Moreno, Director del MaSeo acaso aaa ais SÓ 


RAPPORT PRÉLIMINAIRE SUR UNE EXPÉDITION GÉOLOGIQUE DANS LA CORDILIÉRE ARGEN= 
TINO-CHI-IENNE, entre le 33” et 36” latitude sud, par Dr. Leo Wehrli et Dr. Carl 
Burckhardt, géologues de la Section d'explorations nationales au Musée de La Plata. 


Una Estacion MARÍTIMA PROVINCIAL, por el Dr. F. Lahille, Encargado de la Secció: 
Zoológica del Museo de a Pl TS 


NOTES SUR LE NOUVEAU GENRE IHERINGIA, par F. Lahille, chargé de la Section de Zo: 
lopietdu Muscat a o ; 


Nora. — Las láminas que faltan en «Ofidios de Matto-Grosso » y en «Enumeracion de 
os Reptiles argentinos» no se publicarán hasta el regreso de su autor D. Julio Koslowsky. 
e CON AS A 


, 
Ao La correspondencia relativa al Museo DE La PLATA 
uN : RIA ¿e cido 4 3d 
Ada y. sus ANALES y Revista, debe ser dirigida á é 


FRANCISCO P. MORENO 
Director del MUSEO DE'LA PLATA 


Provincia de Buenos Aires pi pe 
República are 
a 
El ITA 


5 


. » 9 


2 La correspondance relative au Muse be La Pra: 


aínsi quíaux AnNNaLES et d la Revue de cel élablis- 
- sement, depra étre adressée á | | 


2 FRANCISCO P. MORENO - 
ha AS : Ñ e y ys : Directeur du MUSÉE DE Ls PL 


Province de Buenos Aires 
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